**** Portada -                                REDO ESTEpARiA   Revuelo AntiPastoral                                            - Índice ****


FEUDO XXI




Paleolítico, Neolítico, Calcolítico, Monolítico, Ansiolítico.

Siglo XVIII - Libertad, Igualdad, Fraternidad...

Siglo XXI - Libertad Igual da, Profesionalidad.

           Siglo XX, cambalache.... Siglo XXI, mamarracho...



       Vengan a la Libertad dentro de un Orden, allí donde el vampiro regurgita los magros logros de la libertad tasada. Tenemos el Futuro con la Ciencia comprada, el átomo recluido dentro de la lámpara del Dios Dinero derramando un racimo de bombas de colores y mil venenos según deciden los cambistas. La técnica y el pórtico de los secretos de la Naturaleza ya tienen patente sin remedio, derechos de autor, marca providente de empresa registrada, progreso irremediable. Dios aprieta y ahoga a la luz de la Ley del Embudo. Con los amos del consorcio, el átomo es unívoco: sólo funciona en condiciones de un mercado sentenciado por los dueños del descubrimiento y su heredad. Al fondo de la Pirámide: la extinción de las especies, la sabiduría de millones de años hecha trizas, el saqueo de los pobres siervos de esta peligrosa riqueza que exige con urgencia tomar muestras de sangre del agonizante a poco de consumar su apuñalamiento.

       Edificante violencia, canalladas paridoras de Historia, cristales de conceptos salitrosos, pegajosas ideologías aplicadas a conveniencia como terapia preventiva. Bifurcándose en la trastienda, la doblez espectacular de un poder revestido y oculto por limados estratos de liberación inconclusa vence a rudimentarios tiranuelos urgidos aún por métodos ya innecesarios para estos malhechores de ahora que nunca se despeinan. Encuentran, así, comprensión y sentido esos crecientes métodos matoniles que aclama el sopor general. Su creativa desfachatez habla de emplazamientos condenados por la geopolítica a la escabechina, y, casualmente, ellos inevitables cumplidores de ésta fatal exigencia del bélico guión milenario del que nadie puede escapar.

        Una jaula llamada Libertad. El Súper de la Misma deja tiritando a la libertad en la cuneta. Conviene liberalizarla. Los contenedores megaplus del Consorcio Libre van aplananando las cementadas vías de las tierras del Mundo. La Libertad implica que no vas a poder crear nada que te merezca la pena. Y es que con la globalización, el ego es global. La Tierra recién planchada expande el monotema de quien más puede. Al borde de la Pirámide, la lucha tiene que ponerlo todo patas arriba para que sólo uno caiga de pie. Le merece el esfuerzo en cuanto todos se estrellen en su espejo. Competir no es competir; competir es tener a alguien debajo. No es conseguir un logro, sino que los demás no logren más. Derruyen sus victorias a quien se ha postulado evitando una carrera que desparrame sus dones en diferentes cuantos. La Sociedad Abierta al encierro planetario fabrica súbditos preparados para los inevitables cambios que pondrán todo a los pies de los emprendedores triunfantes... sobre otros emprendedores, asimismo, triunfadores sobre otros emprendimientos poco competitivos en competir. Aclimatarse a “la sociedad abierta” les estampa de sello, moneda y timbre cuando ninguna otra sociedad puede entrar. Han hecho al mundo aldea global para que no haya escapatoria. Sus diseños ya pueden liberar algún solar donde cementan el cielo. Conforme crece su magnitud, achícanse cives y aldeas arrasadas por especulaciones y obras globales.

        El Sistema ha de sustraer necesidades básicas para revender sugestiones superfluas. Necesita a los necesitados, pues la usura es jugar con la necesidad. Sin escasez no hay triunfador, el heraldo de la penuria, la miseria del adorador postrado buscando una batalla que le conduzca a la meta. Es la destrucción creativa: llevan un mundo nuevo en el corazón de su billetera. Dirigen guerras para sobreproducir y abaratar materias primas, sobreexplotar gomosas espaldas flexibilizadas por el miedo. Las patadas de protesta rebullen el mar en favor de los pescadores triunfantes. Es como la red con su araña y su mosca combinando veneno y succión en un mundo en carrera "más deprisa". Parece haber más sitio en el furgón de cola, en los servicios, pero todos los días caen cuerpos como fardos. Desplómanse exangües de todos los vagones empujados por sus achuchos y rebotes. Locos, niños, pieles de pobre, indios de barrio, despistados perfiles de barro y escupitajo quedan al margen en los descartes. Una masa de niños díscolos, remisos a cruzar los estrechos, son conminados en masa a lanzarse a la piscina y, batiendo la plusmarca, han de aprender a nadar. Las fanfarrias del triunfo aturden a los supervivientes que apenas ven los cadáveres que arrastra la corriente. De soslayo, un consuelo interior alivia el susto pasado, y un futuro estadístico une las cosas caídas de sus manos dando sentido al terror anterior, visto ahora inevitable o invisible.

        Si vas a contradecirme, corro rápido, aumento el ritmo del cochazo de papá y tus jadeos anularán tu explicación. Así construyo un camino sin caminantes, un mundo único de oligopolio múltiple donde la memez telerrepetida mil veces troca en fulgurante espectáculo hecho Naturaleza. Torquemada se democratiza; ahora se llama Johnny, Patricio para los amigos. En todo caso, lo que no se puede es detener un ápice el crecimiento de la Producción; no puede uno pararse, angustiado, y pensarse. Tal vez, si acaso, podrías mirar el cielo por algún ventanuco. Si no, ¿quien trabajaría para pagar el crédito piramidal acreedor de varias reencarnaciones? ¿Cómo evitar la catástrofe sin el orgullo social de los narcisos en red en plena dejación en el sueño corriente?

        Aceleración "histórica", centralización triunfal para que su presteza supere al súbdito de las inercias. El "hedónico" instantáneo se postra en la “cuéntica” burbuja de sus deseos y pierde repensar un largo vuelo. Ignorante feliz de sus huellas de cazado cazador, no se niega el primario y canijo placer de una primera impresión al cuello visionario. Tras irradiar la entendedera, los mediócratas déjanle sin arranque y comprensión de que el crecer de la producción técnica y sus fusiones de empresas, leyes de seguridad, integración piramidal planetaria... cambian el decorado de manera imperceptible en el telepasar del tiempo. El poder real puede cada vez más intervenir asépticamente en nuestras vísceras neuronales. Es un vértigo todopoderoso que en nuestro imaginario peliculero evocaría imágenes adjudicadas a un lejano pasado o a otro atrezo escénico.

        Tal como adorar a un mesías posibilita un poderoso desnivel de vanidad, la tecnología también ha de matar si desnivela y facilita un poder desde un abismo. Arramblará su Libertad a esos descartados que enclaustró el principesco número uno; aúnará al planeta para que sobrevivan sólo unos. El providente meteorito extinguirá a los dinosaurios sin seguro. Mientras, se acaba el foro y sólo queda el multimedia del estadio en la parroquia de la esquina. Los inseguros sociales deshácense en grumos pastorales, pues las cercas montarán los apriscos, y aún no hay ágora en la plaza del pueblo que nos conduzca fuera de estas cañadas reales.

       La globalización contra el bienestar plebeyo no satisface las necesidades creadas. Así se aterran y agregan a la Familia, al clan. Cuando los individuos quedan a la intemperie, aumenta la necesidad de "valores familiares". Sin autonomía material, quedan expuestos a los impuestos del ayuntamiento, las coces de la yunta en las que no vale normalidad imposible.

       En la Antigüedad, el sinecismo político superaba el exclusivismo del clan con el exclusivismo de la polis. Alzando una lucidez por encima de una adhesión ciega a la sinrazón familiar, liberose el aprendiz de ciudadano de un atavismo clientelar para, al final, cegarse en un redil mayor, más denso y estilizado, cada vez más lejano e incontrolable. Ahora que el aprisco casi alcanza todo el planeta, la cárcel es tan grande que no se ven los barrotes, por más que el panóptico sea cada vez menos extensivo. El horizonte global se ha vuelto escualo. Ya no quedan ingenuos pueblerinos que, para juntarse, no esperan al lobo. Su selvática ley equilibra sin más dislates fuera del cráneo. Su caja ósea amortigua el delirio protegiendo el entorno. El súbdito global, en cambio, participa confiado en la aplanadora del planeta para que los ladrilleros locales vayan al centro planetario a tabicarle el mundo. Apenas verdee en la virtualidad, sentirá gratitud.


        El totalitarismo que ha de persistir es el ergonómico, el que sabe que controlarlo todo no es para sojuzgarlo todo necesariamente, sino para poder modular hasta el último átomo si es necesario. Para no pasarse, necesita de nuestro concurso. Queremos que nos esquilmen, pero que no pierdan las buenas maneras que nuestra obsecuencia invita a desechar.


        Son las técnicas las que nos han numerado. Han empujado el número con la corriente eléctrica. Tan estampada está la oveja numeral que un pulso matemático hará crecer la numerología empaquetada en la Realidad de la Federación de Consorcios tentados de apagarnos la luz como mágico e instantáneo esquilamiento.

        Gran Premio a... “fabricando perdedores”. "Curtura", estructura, curvatura. No selecciona el Mercado al mejor bienhechor, sino a desfacedores de carne plebeya, esos malhechores de tierra sin nombrar. Sean plutócratas de feudo capital, del feudalismo "asiático"... todo converge en comunión autocalzada. Para el obeso el desierto. Bullen sus hordas y muñecos hasta formar escuadras con tecnología última. Agitan en su pica-láser a su víctima individual, ahora, a la velocidad de la luz. Deslumbra la esperanza al pescuezo oscurecido. Han rodeado el Orbe de una niebla de acero. Su totalitarismo sonriente y mediático ha roto a las clases fabriles engullidas ya hacia el Mercado Único Total. Es todo un golpe de Estado Neuronal, una teleimplantación. Esta disponibilidad cerebral amortizará la inversión publicitaria que evita pósitos sin vender y hace de la subida anual de beneficios un ciclo tan regular como las crecidas del Nilo. Es, sin duda, un gran hermanamiento. Se fusionan dos empresas y la resultante se hermana con otra fusión, y cuando se hermanen las dos grandes empresas en Gran Hermano seremos, al fin, felices, pues gracias a Él comeremos, saldrá el sol por las mañanas y todos los años el Gran Río regará las tierras del valle.

       El Mercado nunca se equivoca. Ahora somos legión de creativos vampiros, utópicos idealistas del desbarate general, iniciativa al redil, alguna costilla de militante, ríos de la victoria y nos siguen no sé cuantos. No es más que una suma de damnificados pidiendo extender el daño para competir en rastrera igualdad. Nos ha hecho la locura colectiva forofos del despropósito. Una tácita epidemia se extenderá en los replicantes todos para que Mocosof sea el mejor. Invertid en nuestra autoprofecía y sus trompetas, creed en masa quien será el caudillo del monopolio anunciado. ¿Cómo resistirse al Futuro, súbditos de la autoprofecía, y a la fatalidad numeral contradecir ? Son los mejores en ser los mejores, no en no necesitar realce en algún escalafón imaginario mientras maltratan a una víctima gratuita para que siga el juego. Al final, ganarán los ganadores, pues están mejor preparados para superar los desastres que desencadenan. El equipo del triunfo nos unce a una infelicidad diaria salpicada de ilusión. Selección por el desastre, usura y sepultura. Victoria, en fin.

        Los vencedores de hoy en día no sólo quieren vencer en el crimen, sino también en la decencia que proclaman. Se reconocen ganadores sólo si todos los infelices gritan: "¡Hemos ganado!". Es una doble victoria que los aduladores cortesanos no siempre pueden saciar.

        La competitividad, las “reformas” y la optimización de recursos no nos ahorrarán las monsergas perdonavidas en las próximas décadas. Aclamarán los agradecidos difuntos a los ladrones triunfantes por cuanto van a abrirles una maquila con el fruto de la estafa. No todo lo llevan al paraíso, algo invierten en la tierra patria. Al final, serán los envenenadores los que nos den comer. Transitar a un mundo desguarnecido rebaja la contratación. Mundo achuchado, pues todos achuchan sin saber quién empezó. Nos pondrán feos para que parezcamos cada vez más chusma de parco provecho, prescindible. Antes nos consumieron un bienestar para la comunión electoral. Ahora nos privatizan la barra de equilibrio y quitan la red dejándonos a la intemperie. Fuera de ellos, sobran todos los demás. Para que no salga en otro sitio alguien como ellos han de erradicar la inclusión al bienestar de los que viven en la basa de la Pirámide. Los países exportadores de materias primas no pueden tener oportunidad de ascender para que los oligarcas no tengan que competir en la inclusión o exclusión de nuevos aspirantes. El Mercado es así de implacable: sólo quiere al número uno.

        Unos, ricos; otros, pobres. Pero así aspiramos a más. Es la ilusión de todos los días..., hasta que se acaban los días del iluso. No es un sistema para producir, para satisfacer necesidades, sino para ganar la desigualdad que obligue a volver a echar los dados trucados y, así, haya perdedores siempre de una Victoria. Ya han construido los grandes emprendedores su "muralla china" para refrenar las empresas bárbaras que pretenden acabar con su perenne emprendimiento dueño del aire, la tierra, el agua y el fuego eterno. Para los emprendedores, triunfar es acabar con el emprendimiento ajeno. La misión del número uno es aniquilar a todos los números para no perder el puesto. Ya compitió en su momento para que vengan ahora a hacerle bajar desde el palco a la arena...

        Al final, ya sabe uno lo que va a pasar: una gran mierda vencedora emplastada de sangre corriente. Como Siempre. No importa la emoción de saber quién es el vencedor. La lid postrera del Sistema-Mundo alcanza las fronteras exteriores. Abochorna la humillación mientras te arrebatan algo que entiendes irreemplazable.

         Esas grandes agencias peluqueras del Turismo Forzado llamadas OMC, FMI, G7, BM... consiguen poner a todo el mundo a deslocalizarse. Sea en primera clase o en patera: a consumir combustible. A continuación, tenemos a esos ocupas de la tierra pisoteando con descuido y desconsideración yacimientos de petróleo y piedras preciadas. No tendrán más remedio que morirse, pues no ganan lo suficiente para pagarse los nuevos fármacos contra los penúltimos venenos.

        Cólera en Perú. Cólera en la Abia Yala crucificada por estratos cruzados. Cristóbal Colón, pomposamente, pisa tierra ante una cohorte de indios con mascarilla sanitaria. V Centenario de sufrimientos. Dale tu máscara al indio. Globaldarvinismo y que ganen los mejores entre los fuertes. (¡Y menos mal que los nuevos fármacos han atajado la ola de suicidios imaginados en los campos de concentración del Norte!).

       Sustraído el Tercer Mundo, no hay barreras para una Unidad que escalone la carne. Sus mendacidades globales son las más veloces a la hora de tomar posiciones eternas en el Mercado; las que obtienen ciudadanía romana en el mercachifle, en los saldos de las privatizaciones de los amigos que salen en el telediario. Ensalzarán sus lacayos la "destrucción creativa". Tratan que el agusanamiento impida llamarlo despilfarro, pillaje sin mérito, criminal explotación, vida arrancada de cuajo. Van a privatizar hasta los cementerios. Se quitan la careta: no hace falta que se los administre el Estado y sus ilusos. Así, hasta quebrar al sojuzgado. En esa esquina de la foto, sus laureles no parecen compensar los contados méritos que glosan sus telehacedores del Mundo. Pero la Empresa avasalla a una plebe aturdida por la apabullante abundancia de objetos con que gastar el tiempo. Penden del poderoso organizante de su difuminación entre una lluvia de flechas de la Central de la Luz y sus reservados laboreos privados de vida nacida en la calle. Siempre habrá tramposos ganadores si todos participan en sus trampas. Se han vuelto incapaces de elegir el color de una casa común que nos deje sin apartamento en la costa. Quédales la ilusión cinemática de rezarse: SuperPoder del Bien, ven y sálvanos del "poder" del garbancero impotente; culmina, justifica, sé coartada para la acumulación de poder. Por último, resistir a esa violencia provocada se criminaliza percutiendo en la trompetería moderado/radical de acrisolada neuroimplantación.

        Mientras miraba las estrellas, pasó la "moelnidad" por un lado y, cuando despertó, la vio tan pequeña y lejana... Así que déjenle morir su vida; no se la vivan sus victorias. Hay seis mil millones de personas de este planeta de donde huir. "Moelnos" de todos los países del mundo, ¡qué os aproveche! Deben saber quien saldrá ganando, pues nunca saben lo que se pierden para siempre. La emulación estaría en negar la lógica teológica de la competición.


       ECONOSUYA.-

        Ya tienes insertada entre los hombros la máquina tragaperras. Vas a lograr el peculio que te mantenga. Aunque lo peor del trabajo es tener que juntarse a los seres-dinero. Sevillanas de trabajo a primeras horas de la mañana. Viva mi Andalucía, "banzai", viva mi jefe. Literatura de gestión, pintura de empresa... Sí, ahora todo es económico; ahora es Homo Economicus Total: una civilización de mercenarios. De cada recombinación molecular una patente, un expoliante monopolio. El descubrimiento es la horca caudina de los demás, una piedra de afilar filos. Tienen dinero, pero no a mi; perdedor, sí, pero no saben de qué. El dinero ganado, por no necesitado, una resbaladiza forma de emanciparse del roce de los seres-dinero.

        La e-panzona sociedad crece y recrece en la fe en el dinero. Es el más panzón de todos los poderientes. Sublimado por publicidas creativos, trepa y enrédase hacia la cúspide de la Pirámide. Una avalancha de mediocre y repeinada cultura, naderías con flores, bombas de artificio ocupándolo todo, pues en todas partes puede haber negocio. La masa acrítica entra en ebullición. El dinero ha encontrado su acumulación capaz de comprar. ¿Quién va a negar lo que le pone en marcha? Todo es dinero. De eso estamos hablando cuando decimos amor, cultura, naturaleza... Sólo se aspira a triunfarse siendo por el dinero que se tiene y, sobre todo, por como no se vive con su ausencia. Lo único que progresa es la hipocresía, el toque cultural y amoroso de la "pasta gansa". Todo se hace económico, circulatorio, arrasante. No es tiempo de perderlo. Al fin y al cabo, la vida es un in/constante cambio de pesadilla.

         El consumo sugerido es el más allá; acá, tenemos el sueño esquilmador del millonario de tres estómagos por el que suspiran esas mayorías que lo verán en pintura. Por ese sueño, los borregos en flor no quieren perder la Libertad de tener esclavos de su bienestar. Así el Mundo-Mundial reconcilia la Libertad que desviste y calza, y el borreguismo de toda la vida. Que no haya obstáculos a la Libertad ni lugar estanco y singular; ninguna reserva a la Libertad, ninguna restricción a los fabricantes de máquinas a cuya suerte han ligado su libertad los maquinistas. No importa en el Gran Mercado de donde vienes; lo importante es en lo que te vas a convertir. Todos tienen televisión; reemiten desde el encebado niño de la voracidad. Dan de sí para acabar con la resistencia a la corriente. Tras el simulacro, los dueños de la Red monitorizan la aséptica canallada sin que se inmuten los telememos átomos de la Libertad.

        La dinerología es la ciencia líquida que liquida a la antropología. Ya se reconoce a la plebe la igualdad biológica, pero sólo para adorar tal semejanza que tanto poder y dinero proporciona.

       Como colorido presente prendido al “Guines”, la antología de la memez humana y ella es vendida en plaza pública. Estamos cambiando, pregonan; si bien, falta el resto por cambiar. Entonces, Alguien lo cree, invierte, alza sus brazos en invocación Publicitaria pues nos vendemos esperando ser compradores. Así pues, vendeos para que no malgastemos nuestra inversión. Vendeos los unos a los otros, como el propio Dios nos poseyó.

         A fin de cuentas, ser borrego de mercado es dinero, triunfo, posición; la ambición, esa ambición; el conocimiento, esa trompetería de aquelarre victorioso. Dedícate a esto; se te ve la vacua plenitud. De bulto comercial han de acicalarte para venderte. Todos vendemos y compramos. El desierto es el negocio del oasis.

        Nos hablaban del oro negro (petróleo); luego, del oro verde (la madera); ahora, del oro líquido (el agua); dentro de poco, del oro gaseoso (el aire oxigenado). También, podrían referirse al oro bípedo (sea las innominadas reatas de ilegales, sea los especialistas que son drenados de la base a la cúspide de la pirámide). En fin, estamos ante un planeta de oro, llenos de chicos de oro y ahíto de oro gris (las neuronas "creativas" de eufemismos dorados). Ya que no predijeron las burbujeantes crisis, los economistas, al menos, saben predecir que no van a afectar a sus bolsillos ni colocaciones.

      El "capitalismo" es el único sistema posible, viable, para el único humano posible… Así nos amenazan, prestos a la masacre, más preparados que nunca, más camuflados e invisibles. La utoimpía ha muerto, viva la Mediocridad contable: tantos duendes como embustes. Un solo mercado, una sola estirpe de tiranos, un solo tipo de humano y millones de telecanales en manos de confianza. ¿Quién lucha contra la inquisición de a pie, contra los extraños, contra los vociferantes salvadores de su alma plástica? Al final, queda sólo la Organización para escribir nuestra historia. La prolífica especie repite mil millones de veces la mentira.

        Adelante, señores "periodistos"; aquí, la concreción de las cosas, para que envuelvan, empaqueten y propalen la parida mercatecnia. Encerrados en su caja mortuoria salimos de la oscuridad. Obtendremos la consideración y el respeto que en este pueblo tienen las mercancías. Lejos de allí, en un lúgubre y olvidado rincón de un recóndito economato, alguien ha encontrado el problema de la libertad bajo una losa.

        La predación tecno-ecologada se acelera. Se hace la moral móvil en el tiempo y en el espacio. Nuestro referente moral, artístico, es el Producto Bruto Interior. Baten las alas los avionados amos como resistente plaga de metálicas cucarachas. Han hecho del mundo un basurero triunfal, un cerebro coprófilo tan grande como la Historia. Han logrado, al fin, el pobreso de la humanidad: esos colorines esparcidos en la comida basura de vástagos campesinos. Nos roban para que comamos mierda y, encima, demos las gracias por echarnos algo a la boca. ¡Pobres esclavos de los cuentos del Dinero!. ¡Tanto tiempo para la propaganda, tan poco para el esclarecimiento!. El pobreso es la unidad métrica de la factura del progreso “cuéntico” por el cociente de la otra historia posible.

          Más de una vez, hemos visto a algún entrenador de balompié que en la temporada anterior, tras vencer por poca diferencia, era considerado un genio en la materia, pero a la siguiente era expulsado en cuanto se encadenaba la primera mala racha del equipo. El juego era invalidado por la certidumbre victoriosa, empresarial, en busca de matar el juego, su incertidumbre, y hacer regular los beneficios. Quieren juego, pero no para jugar: sólo para ganar. No imaginan un juego sin vencedor. Lo han hecho Padre, Madre, Dios, Patria, Familia, Empresa... quieren la seguridad beneficiosa de las empresas triunfantes que oligarquizan las reglas del juego y Siempre ganan. Por eso pedimos la sinrazón sacrificial y cesante: para calmar la ansiedad empresarial que invadió al candoroso primer juego cuando aún no concentraba el interés de un público a mercar. En el círculo del primer trazo, el juego es juego; fuera de él, todo es inversión.

         Antes que estar libres de bolsas y bolsazos, anhelan los esclavos la bolsa llena.Todo para la bolsa. La vida es juego: unos días se gana; otros, se muere. El sueño de mercado es quién debe morir, quién debe triunfar. Se admiten las apuestas. Todo para la bolsa. El juego ya no es juego: es puntuación. El dinero todo lo mueve. Pero para los que lo mueven, el dinero son ellos, los Elegidos del Muro Lamentable, la Reserva Federal de Occidente, el geofragio.

        Para reanimar sus fideístas estampitas, la usurocracia a través del Estado nos sangra. Así podemos seguir con el timo al cuello pagándoles las cuotas. Así, sembrando los desastres, el usurero armado hambrea los salarios "moderados". Esta carne rasurada ha de seducir a sus consorcios para que con algún magro estipendio sostengan el cuartelillo local. Los Estados Unidos del Mundo necesitan cada vez más pobres que atraigan fábricas pagadoras de esas tasas indirectas que hacen funcionar al Estado oficial. Por eso, los Estados compiten en fabricarlos. A eso, el eurocatecismo lo llama "alta competitividad".

        La Libertad de Empresa es libertar carceleros, (mitad guerreros, mitad soldados). Esta es una economía militar de mercado donde se puede tener un déficit creciente y un dólar pujante pues es respaldado, más que por una economía saneada, por un ejército en infinito rearme. El nuevo desorden mundial nos va a sacar de un cuello de botella para caer de bruces sobre un pasado al que estrangula una historia conformada por la guerra. Es su victoria. Nobles moderados, villanos radicales: de la lucha de clases al juego del escondite. Sorprendidos como estamos, nos vencen entre el hambre, el rencor, el trabajo, el panóptico televisivo que nos despatarra por el sillón, la inercia perezosa o cabezona frente a los nuevos ordenadores. Un incestuoso horror salva una vida invertida en siseñores mientras se insufla aire nuevo al depredador hambriento. La "ley de la selva" con una buena mano de hipocresía, con la cabeza gacha y el culo muy alto, se llama "civilización". Los niños ricos tendrán pianos, tiempo, medios, incentivos, todo. Los pobres, si el dinero quieren, tendrán que dejarlo todo al intentarlo. Entretanto, cada vez más gente pidiendo petróleo en el planeta, cada vez más enlatados con cara de sardina. En vez de romper la lata, el Estado nos introduce el marcovisor, el fármaco arciprestal y un alguacil de repuesto.




       ECOCIDIO.-

         Apenas hay resistencia a la civilización cancerígena. Es el mas grande fracaso vital, ambiental, antropológico. En medio de un ubicuo cacareo caritativo y la repentina “toma de conciencia” de los medios que ocultaron la moda del desastre, un plan globalicida de destrucción del patrimonio genético humano hunde gradualmente al planeta. Los asesinos son alentados a unirse a la búsqueda de consuelo por los asesinatos. Una "extraterrestre" mirada no puede más que deprimirse ante tal majestuoso ecocidio pleno de serviles imaginarios armados de realeza. El problema no son tanto los transgénicos, como las patentadas transneuronas exterminantes.

      A estas alturas, con éste desarrollo tecnológico lleno de “ilusiones necesarias", la falsedad va contaminando hasta activar la ruleta rusa del cambio climático. Hacia el infinito se multiplica la interacción de los millones de tóxicos y radiaciones camufladas entre si. Las chucherías ocultarán la concentración de venenos. Si se la coge en un aparte, la gente no se opone a mejorar, pero no querrían decidiesen unos pocos contra su entorno. Por eso, esta alienación es siempre telemejorante. Sus superhéroes nos telesalvarán de los villanos de la deforestación. Sus caudillos de las ondas gestionan heroicos nuestra instalación comparativa en el espectáculo de un mundo de desastres inexplicados y marciales consejos preventivos. A río revuelto, ganancia pastoral de pescadores. De la manada montaraz, al banco costero. Geoingeniería: Los puntilleros. Una tardía carrera de parches lucrativos y catástrofes preanunciadas por televisión. Tras contaminar la competencia de lo natural, desleal al negocio al estar al alcance de todos, los sobrevivientes han de pagar a los patentadores de la vida artificial el arte de la pesca con cebo.

        Fauna de la basura en el océano urbanita del homo sapienso compuesto: los mejores, los que se lo han ganado. Han sabido adaptarse a la cementación planetaria. Los insectívoros han encontrado trabajo siempre que no molesten en la casa. La expansión de la basura da nuevas oportunidades a los supervivientes. Se convertirían en plaga allí donde eran endémicas poco antes de urbanizarlo todo. El espacio se achica. Apenas dicen qué Dios lo ordena o qué natura lo permite mientras se acelera la tala.

       El Arca de Noé en la monocultura: 1 flamenco, 1 árbol, 1 pájaro, 1 idioma perdido, un mínimo de sincera ambición. Entre lo que patentamos o extinguimos, al final, no quedará especie sin fichar. Deja al ecocidio sitio para los nuevos diseños. Cuando destruyen diseños naturales, aún sin patente, se alimenta a los diseñadores. Así, al otro lado, en la cima de la fosa, los sepultureros del poder siempre están adaptándose. Ahora, este universo se expande en un solo sitio. El vencedor en el Mercado Central rellenará una vejiga vieja, arrugada, reseca de alimentar un solo punto. En posición de firme se ha puesto el planeta. A la basura o al museo. Ante el estrado pasan en fila india hasta la última especie superviviente. - Tú, ¿para qué sirves?, pregunta un ciudadano por la radio al primer animal que se presenta. A su espalda, el corredor se abre en dos pasadizos; en uno leemos: "Campos de trabajo"; en el otro: "Cámara de gas de la risa". Como en las corridas, el animal más inquietante es el que se sienta en los tendidos.

      Primero, destruir la tierra. Con la ruleta rusa esparcir disparos letales como dinero. Para eso reclamamos la libertad del rico. No podemos pasar con menos, pero sí con acuíferos y genes a intoxicar. Después, los que comulgan con la Realidad vendrán de solidarios a reformar y pulir, dar esplendor al progresante que prolije y haga novedosa y bullente esta desolación chispeante.

        Y entre desastre y desastre, suben las acciones de los museos; en uno de ellos aparca sucedáneo homomuseum turista de Espein 2.100.

        La magnitud de la deforestación revaloriza los ralos restos de los parques protegidos. Esas "áreas de especial protección" son recursos estratégicos defendidos de la voracidad en tanto el voraz gobierno que las pregona colabora activamente en la destrucción de los países inferiores, gracias a lo cual, los parques de los países dominantes se revalorizan estratégicamente. Rarificando la competencia, los emprendedores progresan la cuantía de la tierra. Han conseguido sea más rentable el mismo depredador comercial aplicado a los últimos supervivientes enlatados en las últimas reservas temáticas.

        La Mole de la Libertad, conforme avanza, obliga a los feraces indigentes de la selva a comprar para poder vender a los turistas. Cambian la dependencia de la tierra para depender de la Libertad que agencian los transportistas del ocio del negocio. También las tortugas del Museo son indultadas sólo si acuden maquiladores ansiosos de lo salvaje poco antes de ser hollado. Cuentos de la domesticidad. Todo para la Casa.

        La selva calcinada dará paso a la mejor especie... en sobrevivir, claro. Hablan de matanzas de animales como si no fuésemos de carne. La secta Capital arrasa con denuedo el Tercer Mundo. Forjando un despreciadero de pueblos, pactan con las tiranías para que los dejen en estado de ser despreciados. ("Si nos van a vender, por lo menos que nos pongan guapos"). Los vientos desatados sirven para que compitan sanamente las infraestructuras. Las blancas y estrechas calles de recoletos barrios no progresan, no tienen sitio en el programa Felicidad. Sólo el consumívoro infraciudadano es decisorio para lo decidido por los consorcios ultranacionales. Una felicidad sin tráfico de favores, sin jerarquía en su disfrute no sirve para el Progreso, no empina la Bolsa.

        Y eso que dices, ¿cuánto petróleo cuesta?

        Con el automóvil, el hombremáquina se autonomiza de otros seres vivos. Eso es lo que celebra. Se identifica con la cadena fabricante. Rifando la carne estrellada, el frágil cuerpo del arborícola marchante se expone al aire de una mórbida presteza. El devenido palo de la sabana se estrella contra el asfalto proteico del Dios de la Velocidad. La aceleración histórica se encarna en metal para una marcha sin fin.

        Los peligros de la Ciencia son importantes, pero las esperanzas son mayores. Los mercados genéticos caminan decididos hacia la omnipotencia especializada mientras por el camino curan a un ciego. Sobre las ruinas de la Tierra aumenta la tropa edificante del Templo. Hay que forzar las más rentables posibilidades de la ciencia y llamar "Ciencia" a ese forzamiento. Ya pagarán otros el tapar desastres. Para invadir, para no dejar espacio, para revolver el mundo y que nada encuentre camino.


        Máquina y maquinista descubren el Mundo en su acabose. Hemos progresado tanto en el conocimiento científico que, con toda minuciosidad, vamos a historiar física y químicamente la dinámica de esta catástrofe progresiva. Una perfecta radiografía del moribundo que logrará rematarle. Al parecer, ningún progreso puede decidir parar, poder elegir, retrasarse ante el abismo. Nuevos descubrimientos: nuevos ajustes contra los miserables. Tecnologías mágicas: hambre y desolación. Nuevos inventos maravillosos: más años de "tripalium" precario. La Libertad de los feudos corporativos maquina todos los venenos, sus encerronas sin salida, sus esclavitudes consumadas. Sólo resta llevar la realidad ante el altar de la pantalla. Los productos antidesastre son irrenunciables. Más que desastres, son nuevas oportunidades, irresistibles ventas, incitaciones a mejorar para el triunfo en una selección que los metales pesados aplican a desnaturalizados carbohidratos perdedores por su grandísima culpa. En cambio, si nos muriésemos cirróticos antes de morirnos de cáncer pensionado, decaería la Producción.

        Lo peor del colorido basurero será para quien vengan después. Años para aislarse de esta mendacidad mercante, esta hecatombe tecnocida que ya intuía en la niñez, el hundimiento de ya sabes qué salarios, el ascenso nazi-terapéutico y las distintas invasiones de los islanes, de fuera y dentro. Es la edad heroica de la demogracia; cada nochevieja se inaugura el Año Internacional del Dinero, super-hiper-mega-plus-tupendo vota a Bríos y a Rosa Gulag. Frontonea la convenida y correctamente correcta bola ideológica del Francoblandengue Mercado que opina del irresponsable "porro". Su definición de casta es posterior a lo existente. Enfoca la esquina hasta hacerla cara. Si no se puede acabar con la subcultura choriza, con la filosofía mafiosa, con la pulsión expansiva y criptocriminal de la teología, democraticémoslas mediadamente, normalicémosla y hagámonos todos partícipes. La melanina debiera distribuirse por todo el mundo telecaritativamente; así podríamos continuar destruyendo la capa de ozono y las urgencias siguientes. Sigamos con la caridad atlética ascendiendo a un monte de orolata donde la Tv cante: "Las consecuencias inevitables de la industria. La otra cara del progreso". Dos caras enormes. Venden la primavera, pero es porque les falló el exterminio de las golondrinas. Si ellos son "verdes", es porque estamos verdes en prevenir su pastoreo. Guarecer el Planeta es tan sólo una subsección dentro del organigrama de la empresa Destrucciones Planetarias.

        Ecología en las encuestas: mentiras de mando y adviento, obsecuente sostén. La rana es calentada homeopáticamente. Ningún "pesimismo" la escalda. El cambio climático no la "desmodera". Los renacuajos moderados se hacen a hervirse a fuego lento.

        A los remendadores industriales les importa un bledo nuestra salud. Los cosetripas desgranan las "alarmas sin confirmar" como antídoto contra la erradicante e industriosa ruleta rusa de la química pecuaria. El crecimiento de los venenos aún envenena la pantalla. Si la salud es un negocio, ¿qué mejor negocio que engañarnos hasta la muerte? Sólo faltan las técnicas camuflatorias. En el resto de ramos negociantes su evidencia es variable. Pero caben todos los progresos técnicos.

        La prohibición del penúltimo veneno es un triunfo más de una inópica lucha en el panóptico plutocrático cuando ya se anuncian nuevos problemas con el último veneno. Por él, el Sistema pondrá todas las zancadillas posibles hasta no quedar más remedio que ser prohibido décadas después. Para entonces ya habrán surgido innumerables sustitutos más maquillados o invisibles en el corto plazo. Es así de edificante: depredación, redención y rollo continuo. Pasas por taquilla todos los días para ver la misma película. No sólo deslocalizan liberalmente las ponzoñas en el espacio dominado, han hecho desaparecer los cadáveres de los ojos y los van a deslocalizar en el tiempo.

        Tras décadas de Progreso de los Derechos Humanos y el Progreso del Pacifismo Nuclear, estamos en pleno Progreso Ecológico. Cada vez más gobiernos avanzan pioneros, progresan en regular hasta el más pequeño rincón de la lata de sardinas para prevenir, curar las llagas ecocaritativas que nos aquejan. Presumen de su avance sin decir que gracias a sus servicios sistémicos sus sucesores también habrán de avanzar en la regulación del aire respirado.

        Parece que sin quemar gasolina no se puede vivir. Cuando todo esté contaminado, el mundo será de la Tecnología del Aire. ¿Y cuándo viviremos como personas? No hay sitio visible, palabra impublicable, intelevisable gente, inconforme acento. No habrá justicia para una apacible melancolía sin imagen del héroe de la zona más árida del más desolado desierto.

        Nos quitaron el pueblo, la ciudad... Ahora, nos quieren quitar todo el espacio.

        Le llamaban el Humanitario: devastaba el planeta por un mundo sostenible y en Libertad.... Además, le han concedido el Premio Dinamita de la Paz...

        Promueven los últimos ejércitos de la Tierra su última guerra por esos últimos recursos energéticos que son los que mueven las últimas máquinas bélicas garantizadoras de los últimos suministro de energía. La anterior reducción de población no bajó el consumo lo suficiente. La nuevas plagas no aminoran del todo el gasto de los prescindibles.

        Con lo bonito que es ensuciar el aire, la tierra, el agua, los alimentos y, sobre todo, las neuronas, sin cuya contaminación no son posibles las anteriores. Sale más barato contaminar la mente que descontaminar la tierra: gasolinas limpias, biogolf, ... sincera hipocresía, fábrica de plumeros ecológicos. Contaminan un quince por ciento menos, por lo que están teniendo tanto éxito que, en breve, vamos a doblar la producción. La sociedad abierta (de patas) abre la ventana para atrancar la puerta. Luego, resulta que es una ventana de plasma plus que ahorra un montón a un despilfarro en perpetua dieta de adelgazamiento fallido.

        Voy a ver qué destrucción creo con mi creatividad. La salvación del planeta es nuestra. No vamos a desmayar hasta que tal reto esté a cargo de la Empresa. Nada mejor que quien ha regido el desastre se proclame remedio. Reciclemos basura sin limpiar las alturas y prolonguemos esta dinámica agonía.

        En cuanto el agravio intermolecular alcanza su número crítico, el planeta comienza su huelga salvaje sin importar admoniciones, promesas y engaños. Los venenos son inmunes a los bienaventurados ensalmos telediarios y prosiguen su marcha triunfal. No es sensible la física climática a sus pontificales delegados sindicales. En cambio, la carne humana es sostenible, reciclable y muy sensible a los rayos telediarios. En este ancho de banda predica el darvinismo asnarista: nada de parar la ruleta rusa del cambio climático, lo Real ahora es adaptarnos con diligencia a sus desastres culpabilizando a los perdedores de la tierra. Lo "sostenible" es el adorno para hacerlo todo líquido a mayor gloria de la corriente.

        En Argentina, para alimentar a los cerdos, se ha creado un desierto de transgénicos hasta envenenar toda la tierra y sus acuíferos. Y aquí construimos miles de campos con hoyos para que éstos se solacen golfamente. Desastres con mucho rostro humano y alguna invisible y sacral manaza. No habrá tanto despilfarro de energía cuando acaben con los cientos de millones de "estómagos inservibles". No saben triunfar de otra forma.

        Los llaman insecticidas, pesticidas, herbicidas... porque esos son los que mueren al instante, pero es sólo un señuelo homicida con retardante hasta tener una coartada.

        Los camufladores de antenas de telefonía móvil aguzan el ingenio y el diseño para burlar a las cobayas humanas,. Para hacerles demócratas de la Burla, mientras, van cogidos de la mano de publicistas, politiqueros, predicadores, burócratas sindicales, "periodistos", "creativos" diseñadores, oportunos especialistas, oesigés caritativas, ombligos disfrazados de Dios Patria. Ojos que no ven, corazón vendido. Ojos que televén, corazón podrido.

        Ídolos de uranio. El licenciado matarife. Sigan inventando. Estamos expectantes a ver a quien tocará esta vez purgar los últimos venenos. Ningún progreso se ha hecho sin matar. Sigan matando. No faltarán sobrevivientes prestos a morir en una nueva tirada del dado y la molécula.

       Un minuto de silencio por las víctimas de las guerras púnicas, del ozono, el socialdarvinismo homeopático, la basura química, el despilfarro diario. Empujan para que la supervivencia enfile a los mejores, jerarquice las unidades a lazo. Van a destruirlo todo, pero lo ocultan para que no callen las monsergas.

       ¿Te imaginas a tus descendientes viendo en algún oxidado vídeo tu ufanidad consumista justificándose en medio de este ambiente caníbal que le has legado? ¡Tonto de mierda!, brindará por tu estúpida estampa y presunción. No queda aprecio familiar con esta muerte circundando.

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       CLON NEOHUMANO.-

        Con tantos juguetes se aburre el niño. Creció el artilugio comprado. Su crecimiento mental dejó la ocupación en el pago. Ante los rutilantes marcianitos, abrázase al juego de pasar por caja. Esos eternos jóvenes siempre tienen prisa por hacerse identificar tribu grande sin escapatoria, o tribu chica sin sitio para traidores al encierro.

       El viejo sueño de la Humanidad: la búsqueda del gen de la indisciplina (que debe estar muy cerca del gen de la droga, el cáncer, la homosexualidad, el crimen, el hambre...). Nada de reformas desfasadas; sólo operarte de ti mismo, y sales perfecto, “pelaíto” de la cabeza, sin esa molesta cresta que tanto desasosiega a las buenas gentes del lugar. Él ya no es una persona. Ahora es un profesional que va del estado neuronal al Estado Patatal; del Imperio del miedo, al de la tontería; del socialdarvinismo de mercado, a la civilización cancerígena; del posible homo sapiens, al homo economicus; de la potencial y crítica razón, a la contable y exhibible; de la intelección, a la ingestión.

        Toda la industria es, ahora, pensamiento: millones de asalariados y patrones defendiendo su puesto de trabajo con conciencia de producir pensares de manera competitiva. Hagan acontecimiento de la novedad; ahora todo es industria. Las máscaras se disfrazan de mascarada. Su intoxicación es la tinta de calamar de la intoxicación auténtica. Es la libertad del neuropléjico: la distancia a motor, los ilusos estrellándose contra las ilusas rocas de la telerrealidad. Una generación loca por triunfar en el escalafón corporativo. Todo un fin de especie.

        Es así. Los futuros catastróficos son así: en medio de concursos, procesiones y subyugantes colorines, el desplome humano pendiendo de sus prótesis maquinales. Recicla su nueva idiosincrasia lo que la turbina expele.

        Coprófilo e incorregible, venas vacías, al gusano de seda le resbala la mierda mentirosa por su sectaria cabeza cajatonta llena de pelis de héroes salvadores, sangre y dinero. Mientras administra en el espejo los buenos sentimientos, no hay pasión por ninguna verdad que le mueva de su colección de cosas y rutinas.

        Con el patrocinio de Telemuñón, una división mediática del consorcio TodoCarne, los "moelnos" imperiales van mutando del muñeco porco-hinchable a peli convención, un churro catequético con padres intercambiables y sometimiento a escala heroica que coloca a cada uno en su sitio adoratriz. Son efectos aturdidos de imágenes de lance y trance. Y seguirán así hasta que venga la poli a apagarles la tele. Después, sabrán agradecérselo.

         Sé optimista: nosotros nos estamos forrando. Los fieles espectadores, como amarquesados panolis, reciben la educación moral de mercado. Como consumidores somos emperadores, reyes, marqueses, héroes, aristócratas amenazados, hacendados propietarios con toda la razón... Como trabajadores: esclavos del miedo, la tensión, "pringados" del cobayismo tóxico, huérfanos de libertad de expresarnos en los escalones decisivos, faltos de libertad personal y dignidad.

         Cualquiera puede infundir la solemnidad de los desfiles militares al comedor de la casa. Se trata de revivir la peli en la que todos le escuchan; ser la escena cobertora de nosotros mismos, de nuestra fenecida y suelta lógica suelta. En la aclamada virtualidad viven lo que saben conveniente, pues tienen la seguridad convencional que les eximirá de alguna risotada aguafiestas en medio del discurso. La oficialidad de la despedida hace extraños compañeros de mesa.

        Si deseas engarzar tu servidumbre de manera airosa y personal, delimita el campo moral del juego, estate en los dos bandos, en varios sitios a la vez; ve a lo seguro. Es una dignidad impostora, es un ser mentira para soportarse en este mundo de paciente falsedumbre. Así hasta que alguien decida no prestarse al despojo mental si ve que el engaño ocupa mucho de él. Sólo queda un leve estertor que destemple el griterío de los profirientes del "progres de mierda", y mil maquinaciones insistiendo hasta la confusión que las manchas eran de tomate.

        Eso ya no se lleva, ¡qué antiguo eres!. Con la mejor de las sonrisas, eso se deja cargar en el hombro del de al lado. Piensa en global, como ciudadano del mundo en tus manos, y actúa local con alguna fechoría inlocalizable.

        Una ducha fría y tres cantazos al niño ensimismado para que vaya espabilando y súmese, al fin, al honrado y viril tiburoneo que pivote del ocio hacia la máquina. Salvo alguna estridencia previsible, no ha de quedar gramo improductivo. Se hace preciso coger una línea ("informativa") reconocible, limar estridencias, alinearte para no estar de uñas con un mundo alineado. Los niños ya no tienen la niñez. A poco de ser paridos ya otean un vetusto telemundo pintarrajeado de filos de luz.

        Lo han cogido con los crispantes en la masa, precisamente ahora que los crispantes atacan anarcorradicalmente para poder ser curados con bálsamo avestruz. En la acera de enfrente, tornan los lechuguinos. Sus infectos patajes rellenan las marquesinas doradas de las tascas prohibitivas. Proliferan. A poco que se declaren en huelga, se apoderarán del mundo.

      Quieren vestir como nadie. Ya les recubre el coche, la casa, los últimos potingues... Conocen a 'todo tipo de gente'. Son abiertos; no parecen remilgados, quién sabe si famosillos de profesión espectacular, siempre con deseos de experimentar un almacenaje de sensaciones, de no perderse nada. Leen un periódico-punta-progreso-moderado-buena conciencia. También van al teatro o ven las películas que alaba la crítica, las que cosechan premios, las que hay que ver, lo último. En alguna de ellas, cada vez menos, puede negarse todo lo anterior: la vanidad que les ha llevado a la butaca. Entre íntimas protestas, aguantan con aparente estoicismo historias raras, trazas de una visión que les es ajena, que, a veces, intranquiliza, pero, las más, ni roza.

        O permanecer en casa con la familia y los electrodomésticos, o ir de acampada serrana compartiendo algo de vida y aire libre. O se maquilla la cara, o se desmaquilla las neuronas. Va a pedir un menú económico para llevarle la contraria a los que salen en las pelis.

        Para la neurona del neurorrapado el minusvalorado es una clase pasiva que impide que se bajen los impuestos. Le queman la casa y exhorta a no crisparse, a seguir viendo la opiácea telecracia. Su apuesto uniforme baila mientras crea miles de puestos de trabajo en el indignante ramo del sosiego de masas. Es lo que pide la gente tras los últimos bombardeos. Cuando se está rodeado por la misma profética cabecera del Mercado, la convención provoca respuestas ariscas. Responsabilidad no viene de responder, sino de responso. En la pared se te estampa de hombre-anuncio el chismeláser. Somos multimedias, multipuestos y multicallados por los codos en aquello que molesta a quien sí nos amenaza.

        Entre espantosas imágenes de miseria, los tenistas cruzan las desastradas calles enfundados en la impoluta blancura de su vestimenta de marca. Charlan plácidamente mientras se dirigen al Círculo Social donde alternan con plácidos dueños de vidas ajenas. Emplean el tiempo donde otros lo gastan, y así se socializan satisfechos con las claves de su rango: "Tenemos derecho, ... nosotros no nos metemos con nadie y respetamos a todo el mundo. ¿Por qué nuestra opción va a ser desechada como reprobable? ¿Por qué no va a ser tan aceptable como otra cuando, en realidad, a cualquiera del reverso gustaría?".

        Prolifera la gente rígida, gente envuelta de película y creciente incitación. Por estas experiencias, estos conocimientos, estas ataduras han sido conformados. Cada sedente y mirón encuentra observatorio. Puede hacer muchas cosas, pero antes prevén en su implantada peli qué va a suceder. Prudentes para no salirse de todos los nichos mercantiles, va adonde haya hueco, donde vender algún triunfo gladiador. Desde los altos del mundo, observan su inquirida y apantallada aldea. Sienten que está muy alto el listón. Cuidan mucho de meter la pata, de perderla, de señalarse sin un trecho seguro de aceptación. Diciendo quiero ganar, la gente rígida no juega la valija; fía su ganancia.

        A esos atrapados conjugadores de tópicos mediáticos se les olvidó su humanidad pre-ocupada. Una vez en pie, han empleado el tiempo en explicárselo. Se convierten en "gente", en "los demás" que te conforman la vida para que no des tu valor añadido de humano. La historia del planeta les agacha la testera... La guitarra del heroizado no sería apenas el principio de toda la inmensa tarea por venir, la incitación casual a sus cultivadores de un nosotros mismos, sino, dice un pollo, el momento culminante, cimero, señero del bla bla bla; el esplendente hito ceremonial del refrito del pollastre... Agotan estos bailes de adocenado trajín. Se uniforman los horizontes, se indistinguen nuevas costumbres, singularidades significativas.

        Ya no hay aceras para guitarras sin que aparezca un policía. Ya no hay calles de monte, sólo encarnados uniformes. Apenas quedan piedras para jugar. No dejan sitio los irreversibles motores. Van haciendo del campo pista de aterrizaje de nuevas máquinas que van pidiendo nuevos desbroces.

         Estos ritmos vienen grabados de fábrica. Vienen totalmente hechos. Se producen en serie, y son los que más suenan en casa del fabricante. Sólo queda que aportes tu creatividad a este menú de la Casa. La añoranza de lo que no te van a dar, a ver si impregna de cadencias postergadas a estos pasos de baile que, así, armados de todos los compases, se apoderan de la pista.

         El Gran Arte “artistea” su magnitud en la infamia del mundo. Sus artistas pasan artísticamente por encima del origen del dolor. El monstruo turístico rebaña la pitanza. Has demostrado tu derecho a sobrevivir ante una némesis humana. Tan natural resulta como el imponente felino laboral cuando recorta el espacio delirante. Idiosismo filosofístico, o esos valores morales que ahora tanto se cotizan.

           Han descubierto al "genio" y huelen a lo lejos el dinero. ¿Para qué querrá una obra que va a ser más importante que él, una excusa para recriminarse no alcanzarles a su estrella? Si hay acento, sentido propio, apasionada razón, no es para un público desprendido de él, abducido por la televidencia eléctrica. Ese malogrado estilo es el suyo. Se ha quedado solo con él.

        De clones un mundo lleno. Otro triunfo del capitalismo, que diría el portamonedas de turno. ¿Uniformidad?, ¿de qué me habla?, preguntan atónitos al salir del supermerca con el carro atestado de mil cosas. ¡¿De qué tenemos que darnos cuenta?!... No teman; pronto ningún importuno lo recordará. No habrá deseo fuera de este desorden ordenado desde arriba. Nadie tendrá elementos de otro mundo que no esté remediado de ideología, onfálico mando, técnica de marca. Nadie podrá liberarse de la liberación en circo. La imperiosa verdad es el enchufable "todos dicen". El populacho no para de mirarse en el espejo mundial. Han caído en la red. Es una agenda que no es posible rechazar. Ahora nada se resiste. Cualquier payasorio puede desplegarse en conjunción con el admonitorio santón del final de la pinza. Lacerante pantalla donde la Madre Tierra ya tiene un edipo a bolapié: las pormenorizadas obsesiones balompédicas, el esguince del menisco planetario que une los confines de las ondas, el redil unánime de sus sinápticos honderos.

       Las casas triunfadoras en los fríos del norte se asoman a los trópicos preparadas con los más modernos materiales para soportar las más crudas nevadas. El mundo patas arriba agacha la cabeza para ascender enterrándose.

       No es ser racista (¡)... es..., ¿cómo decirlo?, ... es una cierta irritación ante el desgarro del paisaje, esa disonancia que intranquiliza a las buenas gentes del pueblo, embellecidas como están por los ancestros épicos que heredamos en pantalla, la dulce compañía de personas tasadas y elegantes, proporcionadas y sanas (su buen dinero les ha costado). Carne bella, sin polvo ni paja, que se prestigia prestigiando. Es la irrefrenable aspiración a lo perfecto, hacha y cadalso de adefesios, limpieza de calles y arribo del pabellón “nazional” desterrando la estridente vulgaridad que nos circunda. Asesina de tu mundo a aquellos que os quebranten el sueño y el espejo.

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       MONOCULTURA.-

        Cara al sol del Bosque Sacro desaparecen los atisbos de sociedad singular. Ya todo es casi igual. Nos han unido por el desconocimiento y un cable. No cabe éxito más unificado. Consolídanse las “nuevas costumbres”. Lo vemos en las portadas, las modas, la econosuya, la guerra sucia, la casa, el color del pelo, las vacaciones, los pechos, las arrugas. Es un pacto-pánico contra todo riesgo. Asciende a la Torre mientras le diseñan sombras. Firmas contratos a unívocas caras en todas las fachadas, cantantes de una sola canción, palabras que no molestan a Nadie, solidaridad con los provisionalmente diferentes, estereotipos de bolsillo para gente presurosa. En esta Unificación Central, con oficinas coquetas donde apilar lo portable, no hay complejo y sentido disco de cada uno. Sólo han abierto dos caminos paralelos trufados de luces coloridas amenizando la espera. Todos entonan la misma canción: música para un aunado planeta sin sitio ya para impostores de antaño. Stendhal, ya no se cuentan los enredos antiguos. Ahora, son miles de informaciones por segundo. Raudos caminos recortan vértigo y rastreo a placer de un omnímodo control. El mundo se reduce en un puño. Los obreros no están aislados. Están unidos a su aislamiento. Antes, la ignorancia era propia; ahora, el conocimiento es Uno y todos bailan el mismo son. No hay ignorancia que invente un baile.

         Remecidos de estampida, todo el mundo dice 'todo el mundo'. Después, serán 'todo el mundo' mientras todo el mundo calle. Ellos no se rebajan a ir al altiplano. Vienen todos del bosque sacro. Tienen teñido el pelo, rubias las neuronas y silicona por corazón. Presume un desolado patetismo ser masiva masa de frustrados yanquis. No hay mérito personal previo a cualquier compra. Nadie quiere menudos formidables, indómitos anónimos; sólo solventes dinosaurios con milenios de inmoral autoridad estimulando el reptiliano cerebro primitivo. Es la zanahoria social para encorvados európedos. No son personas de un mundo puesto en pie; simplemente han agrandado la nación poniendo a competir los abrevaderos, un redil en el que apenas cabrá algún nuevo mundo.

        Un solo mundo, un solo imperio, un mercado solo, un solo Dios, una sola lengua, una sola neurona. Adelante, lo estamos consiguiendo: un sólo rebaño, un sólo pastor. Sólo amenaza el gulag infernal de los inquietos, así que no imagines otro orbe, otra lógica. Con el semen del fabricante de autómatas y artefactos, la cabeza pecadora ha de masturbarse. El cosmosúbdito quiere ver el mundo como la palma de su mano: pista de aterrizaje de los batallones corporativos, comprensible como parrilla televisiva. Es ciudadano del Señor. No necesita de otros mundos. Él ya es ciudadano del mundo... plutocrático. La muerte de un arte local es tan sólo un ahorro en subvenciones y bajada de impuestos para que no deslocalicen el dinero de su peli central.

        De iguales y otros, a idénticos y ajenos. Del horror al "otro", al horror al "mismo". En vez de utilizar el dinamismo que relativiza y deja las aprehensiones de paso, nuestro desasosiego no escribe sus versos, sino se deja el ripio en la máquina de espejos, en el diseño del altar mayor.

        La Libertad Uniformada ayuda al triunfador a incinerar las hierbas malogradas, la competencia que impedía dejarlas sólo para nosotros. Ponte la camiseta del amo; el mundo que habitas tiene sus colores. El despojamiento cuando se hace a muchos, a muchos acompaña.

        Los "guiris" sonrientes. Parece gustarle la música de aquí, sí, pero sólo es una concesión benevolente a los que siguen paseando su niñez por las apantalladas calles. No hay más que recuerdo de programación que teleyanqui, no sorprendida cultura sin norte a buscar en derredor.

        Salvo predatoria uniformidad, todo es ridículo en el planeta vencido. Ustedes no son ridículos; están con el vencedor. Deja el Mercado aferrarte a la tradición porque no te va a dejar tradición que cree diferencias. Perdón por ser tan perogrullesco, pero es pura inspiración en el paisaje. Planeta Estados Unidos, al ser más armado, es el único planeta posible, el más armado.


        No hay tono labrador, ni audacia, ni desprecio a los despreciadores de vida sobrevida. Para ellos, no hay contexto, sentido concreto, significando, recuperación, efecto; nuestro acomodaticio ombligo en tiempo y espacio acordeón. Abandonan y descansan. Mientras nos portan cloroformes de la nación al Huerto Sacro, dimiten los ya indistinguibles imaginantes, antes distintos, reverso de derrota , de esta irrebatible ideología.

        Cine modular con "todo en uno" que no es uno sin nada más. Ha ido abarcando a las distintas sensibilidades dando a cada segmento del mercado andante su producto cobrador: la fatídica peli con niño incorporado; el héroe de familia elegido en todas las pantallas del mundo; la inevitable escena del baño; los tics coloniales trillando la viña. No incomoda menos el marcianaje del cine “espeinés” cuando marabunta la Armónica central hosannando la consabida y "pestiñera" escena de enfática sentimetría familiar. La mente se hace a estos brebajes hasta el siguiente encendido.

        Vemos en otro vaticaño pedófico como a su rey león le queda muy bien el rubio monarca cuando depreda. Sus sobeos se aventuran sin salir de la Cloaca de la Pradera. Zarandean y documentan los poderosos reptiles (cuanto más grandes, más grandes), hasta a supremos mamíferos. Primero, los pequeños eran los más grandes; después, esos grandes son grandes cuando eliminan a los pequeños. Siempre a más como la patología masiva tras las masacres maternales.

        Conforme se asciende a la Pirámide sólo cuentan los gigantes. Las lenguas lugareñas pierden autonomía; han de vencer o morir. En este fusionante ascenso desaparece la diversidad al igual que la operatividad de la legislación social y ecológica de los estados en descenso. No pueden plasmarse los encuentros comunales de una lengua cuando los rayos de la cima de la pirámide tallan su poliédrica perfección y travisten la letra a los cegados por la Luz.

        El lenguaje no es más que el cajón de los reestrenos del desastre. Una sola lengua, un sólo aparcamiento que ocupe toda la Tierra. Los bárbaros del centro metropolitano, entre razón y poder, eligen siempre la palabra que "dice todo el mundo". Los enchufes a la sinrazon de los hilos mediantes racionalizan este asentimiento gregario. Asesinada por esta servidumbre, esta misma lengua ya está muerta. Se conserva, eso sí, la banda y la bandera, el fervor de la Selección Nacional, el patriotismo de Empresa. No levantan un palmo de dignidad. Ahí va ese diccionario Ingleñol-Ozullano para desclónicos perdidos. Atrápalo en tu conrazón.

        Pretender cambiar el mundo, salvar la naturaleza, el Planeta... pero, al parecer, no es posible salvar esas las palabras que teníamos en la punta de la lengua... Para los marcianos de mercado, si Don Dinero lo manda, entonces, deben morir. De la lengua sólo van a dejar lo bífido de la punta. La realidad es la del colonizador ajustándose al dedo. También incapacidad de pensar, impotente imaginación, parálisis que aparta la vista. Nadie arriesga contra la corriente, las alturas que hacen mundo. Las nuevas destrucciones son más nuevas que las viejas creaciones. Los acuerdos del “yalta” globalizante han trazado con tiralíneas los países de nuestro cerebro. El galimatías inglés agrégase y apisona las rutas de sus mercancías. El poder tiene a la lengua como tirachinas de su barbarie replicante. El nacionalismo de los Elegidos hace imperio con el idioma más criminalmente respaldado paseando la vitola de ser un esperanto tan de "facto" como cualquier dictador escondido tras la pantalla. Nacido contra la guerra, tal idioma ve convertirse su función en despojo bravucón del hiperarmado vencedor. Ahora vamos a la consubstanciación, la transfusión copulativa lingüística para que el inglés sea el próximo idioma de la Iglesia cuando recoja la decadencia “occidental” y la "medievalice". Otra lengua no es posible, dicen. Pero alguno aún persiste en utilizar lenguas muertas, consultar su particular diccionario, hablar su idioma en su tierra perdida, perderse, tirarse del tren en marcha que va hacia el bosque del sacrificio. Miles de diseños nos dan el pego; toneladas de efectos especiales encajan en nuestra mente el más unánime consentimiento, el más ladrón de resquicios. Persisten, entretanto, penosas e insultantes expresiones ("hijo de p."). Con tal de no rozar los santos ministerios, en esa jerga nunca se pone el sol.

        Fardando cara al sol que más calienta, día tras día se reciclan conceptos y topónimos hasta ponerlo todo en idioma vencedor. Han de morir, progresivamente, libros y recuerdos que los hospedaban, su evocante eufonía, el juego de palabras que no reanimamos. Ya no hay fronteras entre aprendizaje y clonación. (Imperio más servidumbre voluntaria igual a clonación). Se aprende un idioma cada vez más desconocido. Estos últimos "casticismos" hispanos, la "reforma" lingüística de cada día con la que nos desayunamos todas las mañanas, te permiten aprender y hablar inglés sin tener que cambiar de lengua ni de documento de identidad. La jerga colonial se introforma nacional para la doblez "multicurta" de alternativos a pegotes.

        Lo que se celebra al glosar la flexibilidad lingüística anglo es la dimisión cultural, vital. La inimaginada expresión del hablante culpa a su lengua infinita de su personal parálisis neurocolonial. Sólo unos pocos la harán flexible. No los lenguaraces niñatos de la mediación. La burbuja de las finanzas enchúfase a la Realidad más poderosa. La estampida autoprofética del bienatado hace irreversible al número uno. Ya no puedes crear palabras cuando ya los portes y reportes proclaman la leyenda facturada en el idioma Central. La lógica es la Victoria y nadie quiere perder dinero por ella. Sólo a ésta se respeta. Puedes resguardarte en algún pliegue de la Pirámide, pero en la cúspide los logros son el florero de las fechorías mundiales.

        Acoso lingüístico con acento en la "ing". Lo diremos en inglés a ver si así se calman los Mercados. Mientras un bonito e innecesario anglicismo ocupa el número de palabras contadas que somos capaces de manejar. La "tanalingüis" fatal arrodilla a nuestra sapiencia. Los medios disponibles y las titulaciones presumidas tan sólo agravan la responsabilidad. Humilla este aturdimiento aluvial, este horizonte de "castratis" cantando por la ondas el idioma imperioso hasta lograrse colonizar en un tris sin precedentes. Han atravesado las vidas sometidas capando las neuronas paisanales. No hay tiempo para mentes ocupadas en pensarse sin esperar la mediada decisión. No queda un lugar para ser distinto. Una producción en serie taponará la ventana. La destrucción del Mundo ejercita la gimnasia del expolio. El eterno presente museifica los pasados derruibles, mercará los realzados y ralos despojos. Todo les estorba; no les enseñaron el relieve circundante. A los forofos les basta el atribulado decorado, pues la cultura es el huésped forzado de la Ideología. No nombramos la función, sino el modelo antiguo que hace fenecer con su palabra. El modelo importado ocupa la función pues ya toma nota de como hacer irreversible una manifiesta ocupación.

        La eutanasia lingüística, bien administrada, es indolora, incolora e insípida. Total, son cuatro amigos que se han juntado, lo han puesto todo en inglés, y han dicho: ¡a vender! Después, al acabar el día, repártense honradamente el botín. El mundo es más pobre, sí, pero el centro reluce más. Seamos luz tal que entregados al centro que nos expande en su punto central. Sólo habrá primavera en algún Estado que se haya Unido a la corriente. Sus frutos de otoño aduéñanse del horizonte planetario mientras dura la resaca del impacto. La sangre-savia se deriva hacia el ingente pino californiano. Allí, sus hojas no nos dejarán ver el yermo. Desde su mirador, por escaso estipendio, divisamos el erial, los inexistentes e inimaginables bosques, la paramera caída del cielo que adoramos. Peguémosles fuego a las bibliotecas; así seremos cada día más cultos. Sólo los fracasados pretextan su ignorancia. Destruyamos todas las lenguas; así el lenguaje vencedor nos hará políglotas y facilitará los intercambios de victorias.

        Imaginemos otra cara del Poder divinal: nos invaden como ahora, pero en cambio tenemos cien años menos. No ha nacido aún los mejores del último flamenco.... La Monocultura mediática sigue su transcurso inexorable en medio de la obsecuencia inducida por nuestra queridísima oligarquía. Entonces algún Paco de Lucía podría ser un "rapero", genial tal vez; Tomatito el no va más del "jaus", y así sucesivamente... Cuando no se conoce más que el yaz, todo es yaz. Es el asidero de quien no ve más allá del nacional Monomundo. Trazar una trama relacional, como la que alumbró el yaz para que revuelva las redes del sentido, para la significancia en ese fuelle sin escala, no significa, aquí y ahora, hacer yaz. La autonomía ignora al lejano vencedor de un planeta aún sin unificar. Sólo necesita el número crítico de exploraciones en un vacío que fuerce la creación aislada y singular, un irreferido y momentáneo confín sin cecas ni mecas.

       Aún ama las palabras con las que ha sido herido, con las que tuvo que construir la efervescente ilusión de un cambio de tiempo. En idioma desahuciado escribe estos desencajados párrafos. Otras trovas no llegan a sus urgencias. Su lengua de trapo esboza por lo llano un inútil diccionario que se ha propuesto. Una altiva demarcación de los establos reseca las lágrimas de un agur impronunciable, causa perdida que él no se va a perder. Al del librito siempre hay quien se lo "carga".

        Patatriste berrea sus machadas imperiales sobre la costra casposa y purulenta del hocico fecal de la Borbonística y Corrúptica Academia de la Lengua Espánglica. Por el Botín hacia el Dios del Enfrentamiento y la Moderación, a la verdadera patria de todos los ecuménicos botines. Antinacional incordio de insumisa cultura justamente a esta comunión.

        Rajoy defiende el castellano en Cataluña: pretende que podamos decir "software", "share", "Email", "gap", "lobby", "piercing"... no sólo en catalán, sino también en castellano. Todo un abanderado patriota. Tras la primordial masacre de los menores, ha de devorar a sus crías para regurgitarlas al macho dominante. Es el Patriotismo Interior Bruto de Españoles en la Luna. No hablar inglés es un atentado contra el Producto Bruto Interior, una traición a la patria que exacerba a los Mercados y menoscaba las inversiones. Algunos sólo reaccionarían hostilmente si en Yanquiterra hablasen catalán; pero duraría tal reacción los segundos que tardasen en darse cuenta quien manda.

           ¿Catalán? Mejor te ponemos el "Cara al sol" en inglés y disfrutas el doble. No vaya a ser que el mal ejemplo de su resistencia antifranquista se extrapole para salvaguardar el castellano de la imposición del Poder. Mejor lo utilizamos a éste como primordial punta de lanza para que, aceptando el débil la lógica de mercado, su instrumental verdugo acepte su suerte cuando le llegue la hora. E-le-lengua desaparecida.

           Babalia, el planeta de las lenguas muertas. Mientras hablan del Proceso de Paz y la Hoja de Ruta, los asentamientos prosiguen sin tregua.

        Hoy ha muerto "balneario" en un carísimo periódico gratuito. La novedad del producto sentenciará a muerte a alguna palabra. Falta ponerle una "e-" a la vida para acabar con ella. Golpe a golpe, la plutocracia clava la espada. Cada día justifican en el cenital baratillo la asunción de una terminología en la que nada tenemos que decir, pues es el lenguaje "comercial", "científico", "internacional", "mercatécnico"... o cualquier otra excusa para no hablar de obediencia y destrucción. Por esta estepa devastada viajarán más rápìdos los correos del zar y su caballería ligera.

           Empezamos hace dieciséis años a percbir el paso de la colonización al clonaje (1.984). Es la dinámica que a todo idioma destruirá. Ya nótanse los escarceos de la fase siguiente: la inquisición. La expulsión se hace expresa: ¡¡¡ usted qué hace, que no habla como todo el mundo !!! Me podría equivocar en el resultado, especialmente si muchos dan la razón en el diagnóstico, y reaccionan. Pero no pasará. Puede que decirlo contribuya al error, pero apenas algunos muebles serán salvados in extremis por los dueños de la Casa. Agitan los pendones de la competición patrocinada mientras se pernocta al relente de las cloacas terrenales.

        Tarde has llegado al reparto del paisaje empapelado, al fútil desdén de la ruina programada. ¿Para qué te juntas con ellos, si no sabes inglés? La hazaña empobreciente permanece en el foco de la Historia del héroe. Tal vez hace veinte, treinta años... pero entonces hubiera parecido increíble un mundo en que parece increíble imaginar la eufonía cultivada de una lengua cercana, singular, posible, aunque no sea el número uno de un póstumo oasis. Todos los lamentos son ya incomprensibles, atentan contra un vivir ya enjaulado en este cauce viviente hormigonado. La vida jaularina canta para acabar con todos los cantos. Los repxolianos arrástranse unidos contra el terrorismo del vapuleado perdedor.

        Cuendo hablan los consensos trilaterales, sus previsiones se dirigen a unos pueblos atrasados, tardos en ejecutar lo que se les van a dictar. La implantación monolingüe no va a la par de los pares del Reino. Las cifras puestas en fila indican que hay países que siempre se retrasan en adoptar “lo que ha de venir”. Si no vienen al idioma del Imperio, esta lengua reptará hasta el balcón de cada día para amortizar las predictivas inversiones, engrosar la corriente que estos barqueros dictan. ¡Más deprisa!, azuzan los dictadores en un momento de sincera ferocidad. Pueden permitírselo, aunque no convenga exponerse. En todo caso, hay que mejorar la inmediatez del servicio; aún no soporta con presteza la librea.

        Se han salido con la suya: el sentido peyorativo de la palabra ha de ser respetado. Ya no se puede llamar las cosas por su nombre.

        La norma es la que permite la transgresión. Una transgresión significativa, puntual, metafórica. Sus amantes habrían de mimar la norma para que perduren sus jugueteos. Si no es puntual, entonces no es transgresión, es norma por imponerse, galimatías en fase de asunción normalizante.

        América Latina, ora pro nobis.

       Otro logro "progre" entreverado de estulticia clonolingüe multibobalizante: trabajo inmaterial... sin culo donde aposentarse, sin comprimir aire para hacer vibrar el tímpano ajeno con ondas hercianas. Si no lo vemos, no existe, dice un reflejo colonial. El ombligo visor certifica la existencia. Hasta la miniaturización se iguala a la inmaterialización: enanos desmaterializados, bacterias inmateriales... No usan lápices ni hojas materiales, ni teléfonos ni ordenadores, ni mesas ni sillas. Por no usar, ni cabeza; cabeza hueca, ahora sí, inmaterial, careciendo de eso que antes llamaban "materia gris" y que el trabajo "inmaterial", impalpable, intangible, de los posmaterialistas, posmodernos posmateria gris no utiliza. "Aferrado a los bienes materiales…" Hay que quitar hierro para herir en su verdad a la materia aferrándonos a los "bienes del espíritu" que bien saben ocultarse deshonestos las materias de ese aherrojo. Nuevos goles por la escuadra en el feroz campo de batalla de la semántica. Entretanto, el hombre del tiempo no tiene porqué hablar de lluvias moderadas y... radicales...; o se “holacausta” un genocidio con factura... Una vez más, quisquilloseo, pues nada es inocente. Cualquier verbo animado arrima insospechados peajes que, en un enajenado mecanismo, te dejan de una pieza como autómata.




        ESPECTÁCULO

        De enseñoreo patrón no queda más que ir de centinela déspota al redil. Es lo que en otros han llamado siempre "bárbara" invasión. Aunque apartemos las enojosas moscas, han conseguido llenarnos de insecticida el aire. Simplificando el mensaje y su respuesta, trastabillean "la calle es mía". Remachan un incesante golpe mental que publitaladre el total del Orbe. Vuelve el pastor a rematar la moralina impositiva disfrazada de buen gusto, buen tono y diabólicas amenazas cerniéndose sobre el crío. La corriente avala estos encierros, los instituye mientras el cuestionamiento repte por la orilla sin perturbar la amodorrante catequesis. Nos desgastamos en reclamar en todo lugar las apariencias, aposentar un prudencial desalojo con muelle de repuesto. Vístete como quieras, pero ni se te ocurra estropear el color a la cabalgata. Decora la normalidad reclusa con tu zoológico de excepciones. Se pueden ver pagando un precio, pero no saldrán de la jaula. Se podrá ésta agrandar, pero no cesa el negocio de muñecos guardándose unos en otros como grilleras y adosados cebaderos.

        En la decreciente realidad, un aburrido renuncio. Pero tiene calidad, dicen. Con la libertad del usurero, nuestro empedrado contexto, nuestras inconscientes congojas, pueden esperar. El mundo del espectáculo es lo primero. Nos etiqueta y clasifica hasta deshilacharnos la ropa que nuestro espíritu sastre distrajo al negociarles la tela y su mala estampa.

        En plena teología de mercado, adviene sin reposo la religación televidente: el posmoderno cristo leninista se ha hecho mercado y telehabitó con nosotros. Su soliloquio apodérase del significado. "Libérate de la esclavitud del producto. Elige tu producto liberador." Te encuestan para ver si te queda algo de autónomo, y luego lo utilizan para devolverte la prendida imagen de tu aislamiento inerme ante la pantalla. La televisión mata... tu visión; te hace Cultura embutida. Sin voz, sin nosotros, sin dignidad... Somos encuestas espúreas, premios a la unanimidad mediada, sucesos autoproféticos, listas y concursos amañados, estadísticas que nos separan de quienes creemos que ya han votado. Comienza el concurso "Pinta la sangre de tu color". Minimalismo musical, una caja de ritmos y un uniforme de payaso. No falta ningún televidente a su cita con la peli "Se nos va la vida". ¡Si hubiese sabido Orwell la de colorines que iba a tener este mediático Muro de la Desvergüenza!

         Hoy por día, todo ha de ser promocionado. Y para bien promocionar hay que gastar cada vez más en la promoción de la promoción. Son tantos los promotores, que no destaca ninguna promoción si no está en perpetuo aumento del gasto. Los artistas han de esmerarse en emplear cada vez más tiempo en promocionarse; el asalto a la intimidad o la ocupación del espacio público también puede llamarse promoción.

        Sin necesidad de pruebas o debates, la publicidad entroniza el producto por encima de la razón; nos comunica como la mafia nos protege. Sus ascendentes letanías y omnipresentes altavoces han rodeado hasta el último punto del horizonte. Una jaula de sectas perora expandiendo la cautivante mediación hasta el último confín. Incluso abarca también al ramo de escépticos y escarmentados de una propaganda que regula el cuerpo. Pende sobre los que protestan y ansían un mundo menos cruel donde no haya que matar con apariencias para no aparentar al tener que morir.

        Desde la Fábrica de Sueños (y sus consiguientes pesadillas), la Pastoral bosquisacra hace una encuesta entre los televisores andantes mostrando cómo los "buenos" hacen justicia y denuncian con garra a esos malos que, al final, purifican al Bien en sus justos castigos. El más Bueno de la superproducción tiene hilo directo a las fábricas de héroes. Se puede así permitir acusar a los otros de sus masacres de mantenimiento. Al entregarte a esta creencia, el final feliz y el héroe justiciero nos han clavado sus zarpas y parecen elevar el supuesto nivel más justiciero. Las sinapsis "faciales" pueden a las que circundan el cerebro. La imagen lo es Todo.

        Las películas que carecen de "bueno" también pueden ser carne de rodaje. No son a las que va la gente, pero son las que, en discretas narcodosis, suelen sufrir. Sin saber nunca de donde viene el golpe, corren tras las sombras salvadoras de espejismos que desgracian cada día.

        La "conciencia" mediática se complementa con la indiferencia a distancia en las inopinadas estratosferas enanas de la página cuarenta, en la apostilla al titular, en la frase subordinada. Trasvisten al FMI mientras subvenciona la industria turística de los generales-macarra, proxenetas esclavistas y pederastas de Tailandia. Una puñalada entre un millón.






       MANGAMASES

         Siembran el Planeta de universos mortuorios los gerifaltes de ahora. Pueden matar sus cuchillos ocultos, sus especulaciones, con una mano tan invisible como nuestra decencia al enfrentarla. Combinando la macroeconomía con el microencéfalo, serán los genocidas de algún genio evocador. Han deslocalizado la vergüenza y el dinero. Son genéticos demócratas de sangre azul. Son el tráfico de drogas y la guerra contra la droga; el terrorismo y el antiterrorismo; la dictadura y la lucha contra ella; la miseria y la caridad; la guerra y la paz. Son el bueno y el malo, la novia en el entierro y el niño en el bautizo. Son todo. Son Dios. Al habitar entre nosotros, sus músculos de Gran Protector quieren hacerse inevitables. En sus transacciones, estos vidatenientes sólo se ven a si mismos. Nosotros sólo somos máquinas desagradecidas. Con perenne descaro roban nuestro existir hasta arrastrarnos al Único Camino. Satisfechos de si mismos, como asesinos que alguna normalidad aclama, en la batalla del Poder siempre ganan, pero en la de alguna dignidad, antigua o recién descubierta, poco tienen que hacer. Consolámonos, al fin, porque su rictus es telegénico; su dulce voz toca la flauta que queremos oír. Pero está tan vacía como la libertad que aventan, ese despotismo mediatado derramando jeta acorazada de diseño. A cargo, la brigada magufa publicita. Y los resentidores a salvo; contemplando a lo lejos la máquina de picar carne. Abisma un horizonte de limosna y vómito. Después de la mani, nuestros amos son inasequibles a la paz.

         El ideal de la idiocia sigue subiendo: "libertarios" revueltos contra el Estado-fetiche. Hacen camino al déspota transnacional, al estado global. Acumulando deshechos como trampolín; les falta poco para triunfar. Los fósiles espectadores de la platea esperan, vanamente, que les cambien el rollo. Pero los creativos están para ponerse a la cabeza de la manifestación. Como Vilipuertas, el monstruo liberado, el mononstruo, polio del monomundo donde "el mejor trabajador es el trabajador muerto (de hambre, de miedo o de muerte)", como dice unánimemente Ronal Gonzálex Iribarne.

       En esta borrachera de poder globalicida, casi cuesta lo mismo el exterminio o cualquier tipo de mejunje concentrado de "alguien debe morir". Mientras los electrones avancen, siempre les queda una mirilla al otro lado del teatro de operaciones. Temen más al ridículo que a la infamia, pero tienen la normalidad y la cárcel, y creen que bastan para tener además la vergüenza y razón.

          Apenas si descansa el globalicida. Plutócrata, psicópata e hipócrita, el carota del desagüe practica el sadicidio. Su batallar dorado no cesa un momento. Ladrones sin Fronteras prosiguen sin descanso su tétrica lucha preventiva contra quien pueda asustarles. Una miriada de sátrapas emprendedores llenan de fechorías el Mundo. Nos ocupamos, entonces, del parche. Cuanto más grande sea el abismo, escapar de la miseria exige prepararles la patente. Mientras mengua el patrimonio pasado, el número de especies, saltamos alborozados en cada espectacular descubrimiento. En tanto otros emprendan el emprendimiento, les van dando un poder que ellos aprovechan para echarnos las manos al cuello y no soltarnos hasta que se lo demos todo. No son "conservadores", sino "revolucionarios" de la involución, asesinos del huesped, pobrefactores dueños que cuidan el honor de la crueldad, su carrera redimible, reescribible a poco se golpee el talonario. Emoción incapaz sin la soldada: para llegar, matar; para seguir, perseguir. Y triunfan: "Me la suda, progres de mierda". Mentalidad de condotiero que gana polarizaciones, cortinas de humo, saqueos. A su lado, las palabras explotación, servidumbre... suenan casi pudorosas. Es un canibalismo hecho cadena del montaje, un adueño del vivir, del campo que ya no dará de comer. Pues no comemos por estos destructores, sino por las cosas que aún les falta destruir.

       En plena delegocracia telepolicial, Usura Internacional y sus esbirros “nazionales” les presentan: el tiempo de los teleasesinos en Turquía, Guinea, Indonesia, Guatemala, Yugoslavia, Afganistán, Iraq, Sájara, Colombia... ¡Usureros de todos los países del mundo, liberalizaos! Ya se encargará su oligarquía electoral de limpiar los rastros de sangre. El nuevo crimen quedará sin comprometedoras huellas. Todos trabajan para la democracia del manipulador. Aquí hasta las desilusiones son ilusas. La militante pachorra de los telelos complementa al Estado policial de Derecho en el que cesan a los fiscales cuando meten las narices en las coimas ministeriales y asoman al ático de la cloaca. En la Corte de los Milagros, los prodigios de su “democracia” buscan un lugar al sol en la Enciclopedia Blanca del Imperio del Bien. Y ahora con el Imperio del Mal + el Imperio del Bien = sangre blanca y reluciente, la Seguridad Nazional del Planeta amenazando a los terrícolas. A fin de cuentas, lo que importa es la buena facha criminal. Lo realista es ser tan indecente como el mundo real, con ese toque de teledesvergüenza que tanto agradecen y glosan los abyectos hacedores de la Realidad. Sed realistas, solidarios con algún criminal posible, pues roban y matan para poder administrar la acotada honradez futura.

      Mangamases contra el bienestar plebeyo (reforma pro nobis). Ya pueden los “senniores” de las máquinas crear pobres a conveniencia. Tras proceder al despojo, los salvan estampándolos de pájaros bobos en su orbe numerario, en su obelisco demencial. Con Telefacha reciclable, teleneuronas difusas difunden la jugarreta. Un planeta siempre sorprendido con los mangantes alados al repetir fechoría. "Como sabemos que no va a funcionar, la ahogamos aún en flor; por si acaso." Si en realidad no hacían la trastada que malpensastes, es que estaban cometiendo otra peor.

       Entre abotonados intermedios, colchones pastorales, bambalinas mediadas, su incivil escalafón feudal sojuzga hasta el confín último. Acaparan todo el aire de la Tierra ("el Planeta Nostrum"). Los diversos estratos de una representación telegénica estilizan su poder invisible. Con el grupo Vil Deber, el crimen es sostenible para un mundo insostenible. Son los del "instinto asesino" frente a los del instinto asesinado. El siglo XXI es el siglo de su Victoria: aceite de ricino para el Planeta. La mano invisible empapela al Planeta enredado. Es el advenimiento de Megachorizos “Totus Meus”, un desgrase monetario Internacional borrando huellas. Con el FMI-BM, Usureros Sin Fronteras y su Liberalismo Botinesco de Estado Cloaca devienen en permanente timo global. Si adviene una estafa de la Calle del Muro, el complejo cloacomilitar lo avalaría. La conjunción cloacomediática guarda la viña. A fin de cuentas, uno de los más cruciales principios "americanos" es saltárselos sin perder en ningún momento la patente colectiva, pues para eso son demócratas de sangre azul.

        Todo el Estado, toda la vida que engloba bajo su férula, han de hacerse liquidez. Es lo que precisan los burbujeantes financistas para estamparnos sus estafas bajo cuerda. No faltará el entusiasmo por registrar bajo su marca nuestro afán. Para eso, tal Sistema-Mundo requiere un archipiélago cipayo que complemente el timo piramidad de mercado. El pretexto es la producción, pero lo importante es la dominación. Para eso especulan. Tienen marcada la partida y pueden llegar hasta el último confín sin dañar el anterior decorado, que aún les camufla. Los que son de evidente poder concentrado niegan, según tradición, la participación generalizada en la implantación de la collera, y timan más a cara descubierta. Pero sólo dominan el predio local acumulando prohibiciones que interrumpen el tráfico. Así se llega a imperio cuando la palabra no evoca aún monarquía absoluta, no suena a mal ejemplo, a necios sin escarmiento en cabeza ajena, si el antifaz no le quitan. Por eso, todas las críticas a poderes atrasados, sin liquidez, que no nombren la torticera plasmación de estos anhelos críticos en los intereses de estos mangamases, tan sólo desbrozan el camino a su depurada, lubricada e imparable apisonadora, Para eso financian a la "sociedad civil" que impide la aglomeración de cualquier tribu nacional, .... o cualquier desobediente que entorpezca el tránsito. Así, desde sus incontestadas trastiendas, pueden ir siempre a más. La Libertad de los emprendedores no puede esperar. Ha de atravesar a los emprendidos y ensartados esclavos.

        El mercado real no es más que la hegemonía monopólica de quien domina una competencia que, desde el principio, iba exigiendo un dominador. Es lo que bajunos recaderos, cuando defecan en las pantallas, llaman liberal. En todo caso, el Mercado tiene que centralizar. Él es monárquico. El Mercado soy yo, dice el triunfador azuzando la competitividad en los engrasados escalones inferiores, pues sólo allí los monopolios son malos para el monopolio dominante, según reza el Liberalismo Monopolista de Estado. La oligarquía tan sólo aúna a los monárquicos fallidos. El rey está desnudo, pero no hay a la vista otro monarca. Así los inversores del mundo monárquico (los reyes de su casa) tienen que invertir en la corona. Mientras los oligarcas se hacen inmutables dominando la lonja y el mercado de abastos, los de sueldo fijo pretenden contestarles desde una alteridad fiada al Estado. Tal coladero les revierte a danzar en la cuerda floja. Sólo recuperarán alguna libertad de expresión al jubilarse.

       El monopolio “global” y el agio patentado ya les permite a los marqueses del globo extender el brazo a cualquier punto del planeta. También todos tenemos virtualmente todo al alcance de la mano, pero es para que todo y todos estemos enredados, materialmente al alcance de los transnacionales poderes devenidos en secta invisible. Con ese vértigo nazi, esta plutocracia libertada de ataduras puja a la baja a los chamuscados perniles en plena disponibilidad. Sus oligopolios dirigen la competencia que abarata la materia prima de su monopolio. Financiados por el FMI, los países burdeles bajan el precio de la carne. Se expande la esclavitud. Sólo irán a países donde todo satisfaga el ego inversor, donde los creadores de "tripalium" puedan cebarse en el desnivel de las rentas globales. Aplicando el mínimo común denominador, tratarán a la par a las franjas inferiores de las comodonas plebes de la Casa, los confiados blancos de la secta. En vertical consonancia reparten a la mesnada. El beneficio no tiene color. El vampiro busca un cuello para convertirlo en "Estado fallido". Así nutrirán a sus fábricas de retoños doloridos, víctimas de las crisis globales expresando los dolores de parto del camuflado Estado Mundial. Amanece el Pueblo Autoelegido. Para ellos crece en la miseria la industria del lujo. Su engorde es su premio. Degustan la patología vana del impune malhechor, del todopoderoso; todas esas oportunidades que la cerviz obsecuente permite para que crezcan los oprobiosos hechos de cada día.

        Agencias de Calificación financieras; y también prestigiadas agencias calificando la transparencia, la libertad, la información, el cine, la música, los derechos humanos, la ecología… Reporteros sin Vergüenza acaparan los buscadores premiando a toda pantalla alguna sangrienta literatura servil, algún montaje para todos los telediarios del Planeta. Su militancia por la paz busca una guerra aparente. Imantarán sus presuntos prestigios para llevarnos al matadero, pues ya el lobo feroz ha sobornado a todos los pastores.

        Si la Seguridad Nazional llega a cualquier punto del globo terráqueo, algunos ven lógico que todo el Mundo pudiera votar el color de la máscara de tal Seguridad Planetaria (la "Comunidad Internacional"). El grupo Vil Deber toma buena nota de ello para titiritear el organismo global a subsumir en los pasillos. No será fruto constituyente de todos los concernidos, sino tabla de resultados de la guerra global con la que su mercado de esclavos les ha permitido saltarse leyes sociales, ecológicas, fiscales... Su Victoria vació los estratos del tiempo conduciendo los rayos de lo Alto a la actualidad local para que vaya del chisme a bronca, pasando por un dineral de vómito. Así entretienen a los espectadores de esta escuela de actores. Frente a antiguas cajas craneanas aún infranqueables a tales ondas de choque, no hay pizca de vergüenza para atravesarnos. Sólo hablará este Sistema de cambiar voluntariamente tras un colapso... y por lo que dure la sensación. La democracia del Pueblo Elegido tiene unas reglas que cambian a conveniencia. Con ellas siempre gana el mejor en ser rico. Ya no se llame crisis, llámese Victoria. La muerte es su ley de vida, el diseño inteligente de las omnipotenciales cloacas. Si no se le ocurre a Dios, ya se lo ocurrirá al grupo Vil Deber.

        Ban-Botín o botinología nasométrica como ciencia exegética de los discursos de Votín. Prevarica, cohecha, soborna, corrompe... También tenemos fondos éticos, paradisiacos productos a gusto del cliente. Ven al paraíso/vete al infierno. Una burbuja de venalidad de mangamases locales, escritores de tomo y lomo encorvado, jueces subvencionados y mil maneras de dejarse sobornar.

        Los “nibelungos” rompemanos bajan a untar las manitas de los cerdos de la Tierra Media. El olímpico presupuesto se multiplica por veinte. ¡A.V.E., Canciller, los manirrotos “reforman” y os saludan!. ¡“Convoluto” y cierra Espein!. ¡A los leones con todos los siesteros!

        Casualmente, la corrupción siempre se ceba en provincias, en la pequeña empresa, en organismos intermedios. El mundo de la corrupción no llega más arriba. Esos están en otro mundo. “La culpa es nuestra, Señor, somos corruptos (relatan de los virreyes caídos, inservibles ahora a sus límpidos corruptores). Vuestros sobornos nos trastocaron. El despilfarro es nuestro esfuerzo.” Es que si ellos no les abren la puerta al Gran Padrino, éste les arrasa la casa, les deja a la intemperie. Es una Casa Común sin escapatoria, una sujeción por la dependencia. Así obtienen espabilados deshechos, abono del espabilamiento. Son corruptos, sí, pero obedientes. Por eso se les mandan las ayudas para sus pobres, para que puedan cobrarles la pobreza deudora. Desnudar al pobre permite convertirle cuando el andrajo salvífico le socorra. Despojarle en el fragor de la corriente de mando funda la limosna redentora del gratificado. El robo levitante se transforma en deuda agradecida.

        Si los ladrones gobernantes te roban el dinero, es para que, palpándote el bolsillo, no sepas donde has metido la dignidad. Con beneficencia, usura y beneficencia nos han ido robando para al final comprarnos. Ya subvenciona la especulación chiringuitos pastorales. Han rellenado el hueco opositor. Llegado el caso, creen tener muelle para intentar achicar el vacío pastoral, lanzar alfalfa que aplaque a los insurrectos por su miseria, aunque no fuese tan apetitosa para algunos antiguos estudiantes.

        La evidencia invisible pasa página. Noticias autoenterradas forman ciclo con la amnesia del pasado inmediato. Lo realista es comulgar con el engaño triunfante., vender nuestra conciencia de trabajo intentando demostrar que el gusano proviene del mono. Donde hay grandes personas, proliferan pequeñas orugas cuya improbable crítica ya está invalida, pues viven, dicen, en un mundo donde se puede criticar. Pero es una crítica sin posibilidad alguna de derribar al oprobio criticado. Tal inoperancia garantiza sea tolerable. Llegado el caso, ya tendrían algún “moderador” militar aplastando las críticas infernales que ya desahucian los liberteñidos medios de una democracia como Dios manda.

         Ponte en su lugar: en el lugar directivo de la empresa; en el palacio rector de la guerra y las naciones; en el lugar del emprendedor cubriendo el daño colateral con anuncios de papel. La jerarquía emprendida por los emprendedores distinguidos iguálase a sus efusivos comulgantes cuando imaginan tener un poder que no tienen, mientras pasean por el pescuezo sucesor de esta cadena. Todos estos padres empresarios, jefes de comités, jefecillos, aspirantes... hacen a todos solidarios con su rango. Las clientelas aisladas, sin recodo, no tienen donde mirarse fuera de tan Alto espejo.

        "Voy a sacar una navaja, me la voy a poner en la yugular y me voy a bajar el sueldo un 18% en solidaridad con las fábricas de calzado de Indonesia." ¡Qué gran honor, recoger limosna para plutócratas, reformarnos fiscalmente para el altísimo zigurat de su Bienestar!

        Una casa señorial; un jardín familiar, solvente, espectacular. Sangre 16. Confortantes aparejos, vestidos manifiestos, laca de aire para inflarles. Sangre 16.

        Los dueños de la Libertad la administran como antiguamente proscribían la libertad los dueños de la tiranía. No difiere su mentalidad de la de cualquier chorizo carente de escrúpulos. Tan sólo se distinguen en que se dan más humos. Selectos hasta la injusticia, no hay pizca de ideal humano en estos potentados borrachos de nuestra servidumbre. No hay ápice de idealismo que escape a su interés reproducible, ni ultraonfálica ilusión de mejor mundo para extraños. Si acaso, una escénica efusión sentimentaloide con que lamerse alguna mala conciencia conectada a la vana presunción hecha espectáculo. Si se sienten tolerantes, es para poder tolerar su hipocresía.

        A los inconformes, los tiranuelos del Mundo les advierten: no hay más Libertad que la del Señor: de Empresa, de Religión, de Educación, de Capital, de Explotación, de Depredación y de Prensa libertante de toda sospechosa razón horizontal. Onanismo de Mercado. Del Timo para abajo, lo que quieran: competencia, transparencia, mandatos limitados, justicia social con las sobras. Pero no miren más arriba; nada de tocar al Timo corriente y moliente. Con la Libertad, los señores te dan tu parte del Cielo virtual de la tecnología a cambio de cobrarte por engullir agua, aire y alimentos. Para los globalicidas de la libertad ésta consiste en salir a trompicones hacia el inmenso patio de recreo donde los juguetes nos retengan y recubran en el panóptico.

        Como emprendedores del delito competitivo, nuestros amos han de fomentar un imaginario lobuno. Y sabe más el lobo por viejo que las zarandeadas reses de la modernidad sin apena historia.

        Decían que producir y vender era el objetivo, pero el meollo del juego es centralizar los modos de producir y vender para, al final, olvidarse de productores y vendidos. Las empresas castradoras de ajenas iniciativas no defienden el presunto y mítico Mercado, sino su Poder en su campo de operaciones. Para el Victorioso, el Mercado es maleable. No imaginan otros alcances de su disgregado esfuerzo. El deslocalizado exterminio ha revuelto el río del olvido y a los Santos Pescadores. Las epónimas multinacionales pendientes de bautizar vías y callejeros nos prenden en su Gran Caña interactiva, nos enredan a la cazuela. Jugando con los planos que la tecnología refunda cada día, conforman plásticamente la realidad con una profesionalidad que pocos pueden pagar. Ahora hay que laborar más que nunca para contrarrestar la experiencia pastoral cristalizada en un Estado afilado por la técnica. Lo que vemos se confunde con el cadenaje informante. Los primeros rebuznos revolucionarios ya forman parte de la banda sonora de la granja-modelo. El omnipresente montaje publicitario de todos los aparatos burocráticos apenas deja ocasión de desnudar el Tinglado. Mucho hay que afinar el canto para mirar a la tierra sin que algún pulpo multinacional nos ponga la percusión por lo bajo.

        Sanidad. Decae el ganado mientras aumenta la mortalidad infantil. Huyen las reses del magro abrevadero público. Vemos también como la publicidad de las pujantes clínicas privadas van adquiriendo acciones y bonos de la conciencia de los que mandan a los "periodistos". Privatizan la sanidad de la que nos privó el Estado para liberar una industria que vive y engorda de nuestra enfermedad, no de nuestra salud. Su negocio es que enfermemos. Malvenderán la Seguridad Social, pero ampliarán el cuartelillo de la Guardia Civil. Liberalismo trinitario, trilateral y con tricornio. Sus delegados administrarán "democráticamente" en lo local lo que dicten totalitariamente sus consensos desde los filtrantes órganos globales.

        Nos atraparon los financistas en la 'banalidad del mal' de nuestra credulidad en las máquinas, en la moneda, en la hacienda de todos, en las creencias por las ondas. ¡Pringados de todos los países, “reformaos”!. El copago sanitario “moderará” tu salud en función del dinero que poseas. Muérete en función del triunfo contante y sonante. Es la selección nobiliaria, el darvinismo globalicida, el crimen eterno.

        Atestan de expedientes los juzgados, mientras compiten y progresan las bajadas de impuestos. Así quedan las sentencias sin confirmar. Cuanto "menos Estado", más Estado Vaticano, más Estados Unidos, más Estado Cloaca, más corporaciones estatales. El liberalismo bien entendido. Solo trabajando como "chinos" podremos salvar el Estado del Bienestar europeo. La neolengua repta por el palo de una doblez hecha cultura.

        Los torturadores “blancos” untan con mantequilla los cañones. Llevan a sus prensas cualquier llamativo logro. Molturan lúbricos óleos con que lanzar obuses a cualquier desobediente gobierno. "Somos tan demócratas que tenemos que matar para defenderlo; tan decentes y superiores que vamos a echarte a patadas de tu casa." Los derechos humanos también sirven para bombardear. ¡Miles de años asesinando uránicamente! ¿Qué técnica te concede ese deseo? Miles de años de sufrir comprimidos en un rutinario botón, en el cayado digital del Buen Postor. Sudán sí que les mueve ahora a sufrir en el telediario de las nueve. Hay que desbaratar en proporción las exportaciones de petróleo a China. Y si estos últimos "bárbaros" son inquietantes, será porque el Imperio les tiene preparadas las calzadas, las cruces y el circo.

        Ubush-Laden, el jefe de Al Caida y Al Cía, destina más de mil millones a la guerra terrorista al firmar la ejecución de su Ben-Laden: Kafka, Mario Puzo, Orwell, Multimedia Global.

        El primer presidente negro bombardeando países negros. No debe haber prejuicios raciales para dar la cara por quien el Dios Mercado elige.

        Tras pasar la apisonadora, ya no importa pisar los restos del cadáver. Ya forman parte del asfalto. Por eso, todas las globalizaciones son buenas. Se hace camino al pisotón. Es como ir al peluquero utilizando las revoluciones del secador, un poco de vergüenza en los niveles de portada, reformas del descontento, un poco de independencia judicial que impida descarrile el sistema de depredación en busca de normalizar botín. A fin de cuentas, el Estado de Derecho impide a los nuevos chorizos progresar sin permiso; obstruye la democratización de la corrupción y la reserva para manos selectas. La Ley es: "sólo nosotros delinquimos". Sirve para seleccionar a los ladrones... los que pueden saltársela, justamente porque son los que la han hecho. Así, confiados, pueden abalanzarse sobre una res no esquilmada aún por la competencia. La selección reduce los aspirantes a la tarta y hace sustanciosa la porción hasta colocarse en primera línea del próximo reparto. Todo lo que nos roban es para volvernos a robar. La legalidad no es un freno del Poder, sino excusa para justificar la invasión del Bien Común que lleva en su entrepierna el caudillo delegocrático. Las "transiciones ejemplares" se lubrican con una intensificación sobornocrática. Son expresión de este auge. Son votadas leyes suicidas.

        Dinero para existir en el imaginario que ven los financieros sionistas. Como en el Premio Príncipe de Arturia a Uno de los Nuestros... biocombustibles..., el más eficaz exterminador de "estómagos inútiles". Como en el Premio Príncipe de Arturia al Gazacausto, con el retraso que pida la veleta de la "mentalidad de la época"... Desde el vértice superior, la estirpe mide la jerarquía del temor entregado a los pies del Señor de todas las buenas nuevas. Los obsecuentes señores de la villa requiebran el espinazo para que el despojo de las ruinas tizne los terrones del color de su bandera y puedan los siervos aparecer en los pendones del Todo como nada.

       Para los pastores globales, el telerrebaño pilla muy lejos, y, ojos que no ven las fechorías en la puerta de la mansión, corazón insensible. La Pirámide dual ha enjaulado a las familias ejecutivas para que no escapen de lo que espera la "sociedad" que hagan si no quieren asomarse al abismo perdedor del siguiente escalón. Para ellos, el mundo son sus periódicos y propagandas; sus hoteles, mansiones, restaurantes, empresas; sus chismes y censables emulaciones ...; su vanidad sosteniendo el Mundo. Es la educación del Príncipe. Los demás son el excipiente del tinglado. A la chusma tan sólo queda la libertad de elegir al rico, estar con los criminales de casa, no con víctimas extrañas que, cuando revientan, en realidad, ayudan a mantenerte el sueldo en sus migajas, o moderarlo de hambre si eres de oficio gladiador.

        El "sociolismo" bancario lleva al ministro de Trabajo a evangelizar a fondo perdido para loor de los templos del crédito infiel: todo para los asesinos, nada para los asesinados. (Reforma pro nobis). Es cierto que mueren los pobres antes que los ricos, pero viven más que otros pobres. Se ha progresado en el matadero, porque nunca va a tener derecho a vivir lo que permita el mundo que controlan los matones. Es el derecho de matar y ser señores de la vida otorgada a los desagradecidos que quieren vivir lo mismo que los amos. Quieren que sus hijos sobrevivan como si fueran herederos del Mundo.

        Tras cambiarse la chaqueta, el método empresarial de selección directiva vence y convence. Los mejores actores ascienden a los puestos de dirección; los mejores oteadores deletrean lo que ha de venir. Pulverizando con soltura cualquier estorbo, una preocupada actuación y la mejor de las sonrisas apaciguan al indignado cliente. Basta algún anzuelo de algo que esté al llegar. Te dan la razón en la entradilla, para sentenciar, como si nada, el anonadamiento del contrario. La fidelidad guarda una milimétrica lealtad al mando. Se oculta la doblez con distinción.

          Nunca hubo tantas posibilidades, tanto despilfarro, tanta mugre servil, tal subdesarrollo moral... Un mundo de primera hundiendo al resto sin dejar huellas reconocibles en el telediario. Los huérfanos de Estalin cantan loas y loores por vivir en el centro de las elípticas fechorías. Vive mejor la plebe en los aledaños de palacio que en países de hundimiento cumplido. Mucho mejor vivir con el mejor malhechor, lamer la mano del padrino que te dé más desahogo, ser patriota del mejor puchero. Sus crímenes les han costado para que ahora sus botines pujen por la tropa convencida. Un Mundo de mercenarios, reyes de empresas, compañías de favores feudales y mesnadas de villa en villa.

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       DEMO.-

       Democracia, garantía de nada, pero presupuesto de todo. Más peligrosa para los "ilustres" que la luz para los vampiros. Pero, si primero es la necesidad, y luego, la libertad, no extraña que se resienta ésta última. En todo caso, si no hay pasión crítica, de nada vale argumentar. No son ganas de "meterse en política"; es la "política" la que se nos mete hasta el aliento. La persistente ignorancia gradúa inexperiencia y necedad. Ese "instinto" de libertad es desviado en la cabeza hacia su representación. Saciándose con el cebo, alguna fatuidad llámase libre sin ofender al núcleo nobiliario.





       La delegocracia es la dictadura, pero con más medios, por otros medios. Cimentada en trilateral feudo, baluarte armero y peso burocrático, resulta el mejor caldo de cultivo para las mafias y el vasallaje urbano. Han apantallado el aprisco de forofos de la selección hasta desarraigar con eficiencia algún decisivo o iluso proyecto aleccionado. Con toda clase de publi-reportajes, se trata de no parar de comprar el más amplio espectro del mercado teleneuronal. Es una fe en un papel en el que la noticia es carnada y celada constante. Nunca entenderán los súbditos de mercado esta tenebrosa noche adobada de corrección escénica y olímpica sentimetría. Han alumbrado una tiranía con facha de repuesto; una dictadura flexible, alternante; una demogracia teologal sin ningún complejo democrático. Así, el pueblo soberanamente alienado puede elegir con toda libertad delegar en el menú único de la Empresa. Es aburrido, siempre igual; por más que pasen décadas, cambian unos caras por otros caras. Pero ahí está la gracia; se hace academia de hormaje con la ruleta electoral trucada para que no salte la banca y mejoremos el reparto de las sobras. Así se adjudican los plutócratas feudos de formación clientelar para una "democracia" sucia vendiendo estampitas a intereses desorbitados. Necesitaremos alguien honrado, un ciudadano ejemplar que comprenda el mundo en el que hay que vivir por si la basura es tanta que hasta ese mellado pinchador de bajo vuelo se da cuenta de algún peligro y avisa. Con las elecciones tan sólo hay que tener preparado el hueso a arrojar para entretener a los perdedores delegantes. La ecocaridad pastoral ha de estar atenta para que no se decidan a desasirse de la casta que ha comprado las últimas técnicas, sus últimos domésticos.

        Hecha la ley, hecha la trampa... pues son los tramposos los que hacen las leyes. Ya están prestos los siervos para ser barridos hacia las celdillas de color; ya están dispuestos a servir al amo más rentable. El humano mismo, sobrealimentado, teledivertido, pasivo, de inmoderados sentimientos 'moderados', de perspectiva amnésica, apagado veedor del colorido deslumbre, cogido del cuello por la sensación vertiginosa, cada vez más está siendo transformado en parte de la Máquina.

         La Libertad que enarbola el camarón durmiente llena de columpios los patios de los campos de exterminio. Desahogado el tirano tras estrangular, posee mala conciencia botinesca a poco de repartirse las ganancias. Cuanto menos estorbe los manejos invisibles de los poderosos, tanto más liberal es. La decencia está muy bien, pero eso después de haber cometido alguna indecencia que la consolide. No es menor la impunidad y el oprobio. Lo agrava esta enajenación voluntaria que votamos a cada instante. No nos dejan atisbar otro horizonte que nos aleje de la cadena del montaje. A veces, estos malhechores han de recular o disfrazarse, pero tienen todas las oportunidades para reincidir y triunfar. Hasta que se salen con la suya, pueden tirar los dados las veces que haga falta. Los plebiscitos que pierden son los únicos que se repiten (o se incumplen).

        Un régimen en el que la mentira sale tan barata ha de ser, por fuerza, una democracia de mentira. Y todas las mentiras votan. Por eso, los globalicidas, no sólo han de pasar por el salón de maquillaje, sino, incluso, hacerse la cirugía estética cada cuatro o cinco años. Su "democracia" sirve para filtrar las malévolas intenciones de los jefes mientras éstos se rearman. Las difusas amenazas reveladas decantarán nuestra fabulación hacia la parte de la farsa en que nuestro confuso papel puede quedar más airoso. Sabemos que hay que sobrevivir acoplados a esta única jaula sin más remedio. Hacemos como que no nos damos cuenta, para que esconda, al fin, la pistola, y antes de serle obsecuente, nos diga 'por favor', al menos. Él nos lo hará pagar en propaganda. Restañará, entonces, alguna brecha abierta en el principio de la doblez.

        A los esbirros obedientes también les mandan asesores de imagen que condicionen las neuronas votantes, o asesores de seguridad que aseguren la continuidad del mando. Hay que evitar con intermedios que los críticos lleguen a la gente. Del "panem et circensis" al torturador publicitario.

        Y si no, siempre queda el dramático moderador que, tras la purga, nos haga añorar una "democracia" con los dados marcados. El purgante hace al gallina dejarse guardar por el zorro y llamarse ciudadano.

        Ya los carniceros papales, Franco y Pinochet, alumbraron con magia su espiritista democracia sucesora. En las máscaras de su omnipotente teombligo se pudrió el vertedero de la mala materia. El totem preparó el camino del Altísimo aplastando a totemistas primigenios que ligaron el veneno a una materia aún sin sofisticados ponzoñeros. No puede haber un Altísimo sin un Bajísimo. Después, la caridad periestatal enyugará en el patio central estos extremos.



        La demoligarquía electoral consiste en ir derramando las cargas sobre los peldaños inferiores. Cuando se pelean sus burocracias, sus cuentos, mandobles y tortazos se los llevan los infelices que compiten sin incentivos veteranos. A cambio, pueden obsequiar algún medio de mejora, una coja advertencia que arregle en competencia sus dominios, pero, en ningún caso, con oportunidad de ascenso al núcleo decisivo. En este juego, el que da las cartas tiene casi toda la partida ganada, siendo el "casi" el incentivo, el anzuelo, para que siga siempre el juego y así decidimos quién nos engaña, quien representa el engaño de nuestra acción. Tan sólo selecciona cómplices significados que den la cara por sus sobornadores. Han de trabajarse las justificaciones; cerrar la boca al estupor de quien necesite un Futuro de las Mercedes; otorgar nuevo negocio cuando los pósitos de veneno ya están vendidos. Son alternos de si mismos como las dos caras de la moneda. Su alternancia es poder tener a "alguien que se la cargue"; alguien que arrastre las culpas fuera de la vista escénica, sea criminal disfrazado al que nunca faltan coartadas; sea un preso de alquiler en calabozo a la carta o en la picota de alguna prensa; sea algún actor que no se desgaste y prometa cambiar la función para que siga la obra y no se levante el público a deambular por el escenario. También selecciona qué agarres y blindamientos tiene el sistémico trepa para no caer en la cosecha regular de huesos roídos que el Estado de Derecho ofrenda ritualmente a las masas. Son los desvelamientos inopinados que salpican las rencillas de notables. Son inocultables vergüenzas devenidas recarga de la farsa justiciera para velarlas si el rebaño se altera. Es una impunidad peleada en los estadios intermedios de la Pirámide. Los aspirantes se dicen que por qué no ellos han de disfrutar la santa impunidad emanante del vértice. Cables, expedientes, relaciones, favores, servicios... ofrendas por el triunfo de la impunidad... No hay oposición política, sólo bandas de juramentados para decir no a todo y asaltar los cielos de un poder dirigido por todas las cloacas terrenales. Por eso, la falsa oposición no tienen miedo a jugar con fuego, pues ya todos formamos parte del cuerpo de bomberos. Estos politicastros "ya no engañan a nadie", pero tampoco desengañan hasta la raíz.

        La delegocracia no es más que poner más cubiertos a la mesa del Señor para así tener más mamporreros pegados a esas masas a las que zurrar la badana, no vaya a haber hambrientos de democracia directa (valga la redundancia). Es una aristocracia que gana todas las elecciones. Por eso, ahora lo "democrático" es querer ser aristócrata.

        La "democracia"... la compraron; ¡somos tan iconoclastas... menos con Don Dinero!. Al final, siempre se pregona su ganar (por eso, algunos ya se entregan al inicio). Modulando el sudor hecho peculio, dicta la carrera de obstáculos contra el pueblo siempre posible. Todo con el pueblo, pero contra el pueblo; un despotismo "democrático" dándose un baño diario en las neuronas de la gente, erigiendo Sistema con afán y falsía. La democracia para ellos es, todo lo más, el feudalismo de frontera, el "Ancien Regime" perviviendo con un toque resabiado de jacobino y pastor leninista, pecado de juventud que da un toque de ubicuidad táctica.

        Si hay libertad que deja entrar al Dinero por la puerta, la libertad del común saldrá por la ventana. "Nosotros la compraremos." Ya se encarga la “democracia” de comprar a los dirigentes surgidos de la calle. Así la calle sí que es suya, sólo para mercaderes, máquinas registradoras, policías o envenenadores. Si acaso, algún incontrolado del Mal a contener, pues esta dictadura sí cuida la imagen. Así los crímenes son más perfectos. En una "democracia" con doble contabilidad sólo nos quedan sus cuentos de Libertad: una democracia de la hostia; un "pringado" como Dios manda; estos años de ignominia que tanto nos confortan.

         Siempre el motor de la Historia Liberal ha sido la desigualdad social. Para disfrute de sus escualos accionistas, el agio y la usura ya privatizaron la libertad. También se privatiza el ejercicio de la violencia pública. Con las garras bajo cuerda, liberalismo y disciplina también en los bajos estratos del empresariado a los que se aplica parejo jarabe, pero, eso sí, dirigiendo el malestar a los estratos inferiores para seguir comulgando los esfuerzos con el malhechor de arriba. En todo caso, se supone que en la verdadera democracia deciden las personas, no el dinero. Por eso, esto es una plutocracia. Todo el mundo lo sabe, pero no todos se dan cuenta que lo saben. Hablan de democracia cuando sólo se oye la voz de la secta del Poder con algún toque pictórico más o menos “ilustreño”, dependiendo de la latitud. En el monolito por satélite, la encubierta cloaca compone el doble fondo de la Pirámide dual. Así sus cosmosúbditos harán avanzar sus cabezones en donde caben todas las servidumbres e instituciones corrientes.

        Hacia arriba, recibimos el lenguaje multinacional de mercado yanquiforme; hacia abajo, ignorancia, autismo del más rancio y clasista patrioterismo decimonónico. A las oligarquías les viene bien el nacionalismo acotando en el cortijo las reclamaciones, mientras se han engarzado al internacionalismo del amo.

       Desde que el vencedor cambió a la democracia la camisa, hay total libertad dentro del menú. Una dictadura de menú poco nutricial, en principio. Por eso, elige el menú propuesto, mejóralo, úncete a tu gusto. Esta "democracia" sólo nos da la libertad de ladrar para advertirles si mienten mucho, si mienten mal. Participar en el mejoramiento de sus mentiras, activa el Servicio de Reparaciones del engaño. El cencerro burocrático evitará al delegado pastoral cualquier descarrío. El Mercado también se hace con las mentiras de la Publicidad. Una vez reparadas, se lanzan una y otra vez, las veces que hagan falta, hasta triunfar. Lo mismo que su estatal burocracia, aplican el darvinismo social en la efectividad del que gestiona libre su conquista. Es la independencia que da la araña a la enredada mosca para que su libación obligada prolongue la succión del jugo. Esta Libertad dentro de un Orden es la que más renta, la que más religa al rebaño entusiasta. Tras un vaciado, es puesto su desvío en servicio asentando el dominio con ese refuerzo plebeyo que mejor sabe salvar el abismo de Poder. Sólo queda aplastar iniciativas que den la espalda a esta reiterada cucaña. Así se permite una explotación pegada a las masas; se degüella con canario incorporado; se afilan armas que ajusten a la jerarquía; se liman asperezas en círculos de sometimiento. Si el pueblo no está preparado para acertar, "acierta" al equivocarse: ha encontrado un bozal de su talla.

      Los proletarios sí tienen patria: la Empresa. Por eso votan como corderos y protestan como becerros. De funcionarios van a mercenarios y, más que ciudadanos de pueblo, son simios tribales con bandera, complacientes súbditos de cabeza comprensiva de la doblez cloaqueña del Estado. Ellos sí quieren ser en TV. Por eso monocultivan y teleprotagonizan la tragona batalla por lanazión” atribulada. No preocupa una igualdad democrática en los mecanismos de sostén, sino que ésta no se viole en los acartonados decorados de la antigüedad. Una meritocracia de aprendices de faraón enrédase como auxiliar de plutócrata. Anestesiados los náufragos en la telaraña, hay que hacerse clandestino para cambiar un sistema que no deja cambiarlo desde afuera.

       Al ser el único sistema posible, la delegocracia sería, por consiguiente, el menos malo de los sistemas posibles, y, al mismo tiempo, también el más malo: por la misma razón. Todo un Progreso con queso.

       Convocamos una jornada de reflexión abstencional. Por un momento, la raíz no cree la trola gobernante que trepa por las ramas. Es que si es verdad..., si tienen razón en todo lo que dicen... ¿por qué necesitan mentir tanto?

       Un buen "político" no puede decir que no le gusta una película exitosa. Algunos votantes en algún flanco pondrán mala cara. Descrestará todos los poros, pues no puede renunciar a una parte de la totalidad de los votos.

       El amanerado poder "democrático" ha sido siempre solidario con todos los poderes despóticos. Los comprende y justifica su inevitabilidad. El dinero los iguala. Amnesia Internacional (patrocinadora de tantas Santas Transiciones) es la ONG gubernamental dedicada a los derechos humanos de filántropos al ajillo como el “humansista” cristiano Augusto Pinochet.

      Hoy en día, los nazis son ergonómicos y usan ordenadores. Su sistema operativo es amigable y selecciona la liquidación de fin de mes con total garantía. Los hornos crematorios no contaminan gracias a unos filtros de piel reutilizables. Es por eso, por ese esfuerzo continuo, que han conseguido diversos óscares, copas, distinciones y otros premios menores en todos los grandes certámenes y carnicerías.



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       MEDIATIZADOS.-



       Cayó el "muro de Berlín", con todo el foco por delante, y, al parecer, también miles de neuronas. Se han equivocado de película, pues ya no basta detener al "malo" de antaño. Para encarar los "malos" actuales el espectador no tiene recursos. Da igual lo que se agite y mueva: quedan primorosos encerrados en la cámara; encajan en pantalla mientras les ciega la luz cambiante de un orillado proyector. Los más suculentos sueños derrotados han sido eludidos en alguna realidad profunda. Su monocalco virtual se ha hecho mundo, y ha de normarse corriente alterna. Rueda el sudor hacia el dinero. Comulga el peculio derramado por los poros de la paridora Propaganda.

        Orden hasta llegar a úlcera. Necesitan tu mierda para abonar el jardín de la flores del bien, de las flores del mal; tu risa, para los cirujanos del oído; un "vivan las 'caenas'-pulsa un botón" para alertar al uncimiento. Con minúsculo perfil, el planeta se encoge sin dejar sitio a los viejos impostores; ni un mínimo cobijo para un trozo de Tierra sin Daño. No es sólo la Impostura, intuida hace ya muchos años; es la ocupación venenosa hasta la última palabra. La reinante patraña resopla el miedo "democrático", el interiorizado puñetazo salvador de una Salvación que siempre yerra el tiro contra las verdaderas causas. Siempre esperando reserva de humanas y silenciosas ocupaciones; apagar todos los mandos, los enanos del tiempo, las noticias de las tres riéndose de nosotros mientras nos salpican en la cara.

        A las sugeribles masas la revelación de las pruebas de la Impostura tan sólo logra postrarlas atrincheradas tras sus muletas atómicas. Un cobarde desconcierto las arruga. Mientras la corneta toca retirada, tórnasen en lápida ambiental de esta victoria. Su juntura fabulosa autoprofecías urde a la velocidad de la luz. Al final, todo funciona privatizado en el ajeno emprendimiento; incluso la sesera.

       El refrendo facial, las canciones que nos escenifican multiplicánnos como coro del templo. Ahora nos centuplicamos al participar en programas de televisión.

       Todas las administraciones de la Tierra nos bombardean por todos los medios, nos desmenuzan gota a gota las cosas que hacen por los pobres, el progreso, la ecología... Ninguna esquina sin oenegés, burocracias sindicales, pastores del teombligo; ningún átomo libre de sus medios de propaganda; por todas partes, comunicación empresarial, gabinetes de prensa en cada peldaño del orden burocrático. Una calcárea amalgama precipita el blanco de lo alto en forma de reclinatorio. La reclusa telaraña teleblinda el hogar. Iniciativa constante, inacabable; tensión y permanencia; telepastoral saturación. No pararán; su dinámica es totalitaria, preventiva, erradicante. Su defensa es el omnívoro ataque.

        El Sistema de Imaginación es, al final, el que controla a los otros sistemas. Por eso la mano invisible de los carteristas globales persiste en rebañarnos la sesera. Por eso, el rollo continuo de Producciones Realidad va del falso revelador que salpica a los enemigos del amo, al falso denunciador de incongruencias dejando intacto el núcleo del engaño. En este juego de espejos es donde se ampara la religión canibal de los financistas nobiliarios. Una cadena de falsas oposiciones nos ha de marear hasta perder la cartera, la camisa, el mechero, la dignidad. "Nos mean y la prensa dice que llueve", grafito en Quito. El multipastoreo va con todas las retóricas (sobornadores- desestabilizadores-invasores). Centros tecnopastorales; bombarderos pensantes; pensaderos pecuarios. Es la respuesta total, la respuesta global; un compendio de dobleces y saturaciones; un gulag deslocalizado en un telediario de paja modulando la Realidad al cambiar el sensor de sitio.

       Rememoremos, años atrás, las palabras del ministro de turno sobre el mismo tema... En vez del homo olvidadizo, el homo que sabe porque recuerda. Aunque los impunes lo llamen odio ciego.

       Sesuda entrevista del periodisto de turno:
     - ¿Qué sintió exactamente?... Díganos lo que ya sabemos y queremos oír por enésima vez del protagonista.

        La opinión pública no es más que lo que se publica: La Comunidad Internacional, los Mercados, el Estado de Derecho, la Civilización Occidental, la alarma social, las democracias consolidadas, el inasible Ojo de Yavé aplanando a los súbditos de la adoración estilizada. “Político" lo llaman, y no se quieren "meter en política", no quieren que se "politice la Justicia". Penosa jerga de su mundo "político". La casta usurpadora de la comunidad política ve desfilar su cosecha de analfabetos políticos.

       El escriba cortesano moldea sus maneras para deambular por Palacio. Tras el unto presunto, el asentidor periodisto automodela su cráneo para que encaje en la abertura superior. Del mismo modo, esculpirá cabezas amamantándolas en el troquel convenido. Quisiera pareciesen sus límites como "sociales", insoslayables peajes, inevitables genes de predestinadas estirpes. En un mundo de mentiras minoradas por el uso, casi invisibles por su evidencia, querría inundarte de su alegría y ternura, del suave empaste de tus deseos. Mas prosigue el hacha clavada en la cabeza y llénase la farsa de descampados y oquedades. Su éxito provoca los descuidos al entrever la desnudez del amo, su porte de fugaz vejestorio como el tiempo aplastante. Pero escupirle no contamina. Estemos revueltos, con la tele apagada, la publicidad pisoteada. A veces, mil palabras sueltas valen más que todas las imágenes del mundo.

        Saber es desvelar, intentar ser calibre fiel de los distintos estratos de la Mentira. Eso, si se está al tanto o libre de desalojar esa cloaca multimedia que programa la realidad y se alterniza como doble, triple... muralla para que nadie sepa lo que es escapar. O anzuelo doble para que, cuando sales de uno, te clavas el otro hasta las agallas. Es doble mentira en capas nebulizando el pútrido centro. Un autismo mediático amplifica el coro paniaguado para que el fervor de estas ondas acabe en libertada historia, pastores de ciclos coreados y reformas sin fin. Se ha implantado en el cerebro este mundo virtual como malla de mundos paralelos donde creerse librado de barrotes. Es la cárcel sin evasión. El criterio para un autor sería ver cuántos estratos hay hasta el pílori de la raíz, los provechos de la trastienda dirigiendo el escenario, su presunta independencia y, a la par, el envés del titiritero último.

        Creemos que desenmascarar la farsa, con horrendo crimen incluido, hará caer el escenario, como si los actores que luchan por el Bien Común fueran algo más que muñecos sin guión donde atrapar al saltimbanqui malhechor fuera de foco. Su culpa no conmueve a la justicia, pues es la Justicia. La injusticia puede ser accidental, puntual, pero la impunidad es estructural. Por eso, si se revelan sus andanzas, la impertérrita inacción oficial no hacen más que decorar su irreemplazable telerrealidad.

        Cualquier desvelamiento o valiente denuncia sería oportunidad de cambiar a mejor, de ver la hondura purulenta. En cambio, conviértese en mediatada ocasión de impunizar, de, por embotamiento, ser insensible. Esplendor en la basura. Los símbolos de libertad de una sociedad tolerada se acostumbran a convivir con las canalladas de un Mal del que nada aclaran los presentadores. El encantamiento hace que la red visual asienta complacida al expoliador matón. El tiempo y la costumbre harán natural estos roces indecentes tan necesarios para el buen transcurso de la Empresa. Serán los medios su balsa de aceite. El blublú de los escándalos será sólo la entretenida anécdota que no afecta a la viscosidad del grasiento poso de Realidad. Los puestos de control pastoral siguen dando cuerda a las telediarias catapultas clientelares recubriendo la marcha de la sociedad. No importa que se diga la verdad en un momento dado. Lo importante es mentir a todas horas para convencer haciendo bulto, publicitando la repetición hasta la sempiterna victoria.

       Tras la cuadratura del círculo vicioso, la descomposición social ha de ser mediada y religada. Son tan sinvergüenzas los "buenos" que ganan en las pelis, que, fuera de la sala, en la pantalla que nos recubre, se las apañan para que sus fechorías parezcan a su antojo. No renuncian a nada, excepto a la vergüenza de reconocer esa carencia. Se ha empeñado en proyectarnos siempre la misma peli en la que el "malo" se disfraza de "bueno", viola a la chica, comete todas las atrocidades posibles, pero todo el mundo le cree cuando dice que nada ha pasado. Sigue siendo el "bueno" por más que ostente botines y océanos de sangre. Los fotogramas del crimen se perdieron en la sala de montaje. Ni siquiera bastaría la filtración desveladora de alguna foto cuando es el haz de luces encadenadas lo que inaugura el suceso en la posesa y conducida sesera. El rito existencial de "todo el mundo" conecta a la Conexión que separa a todos. Las indiscriminadas e insignificantes informaciones embabian al fantoche moral cuando revientan las burbujas aplastando a los estratos materiales. Parco encanto de esta cíclica peli que del mismo modo deja de lado el combinar infinito de la música.

       Mientras se centralizan las cloacas estatales, la cinecracia nos dispersa en el reino de los cielos. Han masticado el sueño callejero hasta hacer extraño al insurrecto barrio. Ahora todos están telepuestos. Sólo se manifiestan en las redes sociales, en algún portal de la Agencia Central de Espionaje. Una vez incendiada la autónoma Biblioteca de Alejandría, sólo nos queda el Medieval Multimedia.


        Telele-Rex se encarga de trocar mentiras del millón en verdad nuestra cada día. Una semántica publicitaria en briega continua acumula portales en la Red. Todas las bocas proclaman el patrocinio de los significados literales. De la telefechoría a la teleindecencia, acaparan el neuroducto con ancho suficiente. Su omnipresencia ocultará a la infancia, generará un mundo de villanos nobles si engarzan su eterna niñez a una campanilla posesa de ansiados regalos. A ella han de abrazarse no más se anuncien los crédulos de turno. El Poder con su taladro ha cementado el capital orificio; lo ha engolfado en la última subasta de los medios criminógenos; se ha hecho globo terráqueo al compás focal de esa realidad rosada; ha recubierto el Mundo su cerca de espinas. Un batido de fresa ocupa la vida corroída por un irradiado abecedario. Con esta gente, todo lo que digas puede ser utilizado en tu contra. Como rastreros del eufemismo, su ecuación no iguala a corruptos y corruptores para que no se resuelva la incógnita. Nuestros dictadores siempre estarán fuera del foco mediático. Es como ir al cine y no pasar de la puerta, pasar por la vida sin saber la historia que has vivido; su física y química; la óptica de la luz de esas incomprensibles miradas.



        Crece sin cesar el salariado que briega en la mentira: mentira de empresa, de organización, de supervivencia. La Fábrica de mentiras soñantes ha rodeado la Sentina con 64 millones de colores vidriosos. Desde su victoria de clase, los tanques pensantes, la pensadera artillería, bombardean sin descanso para concienciarnos de que la lucha de clases, en la que se aplican sin desmayo, es algo superado. Progresa la hipocresía. No obstante, tienes que informarte para saber qué mentira se encarnará mañana en el público; cual mentira constituirá la Realidad.

       Ya no hace falta tener vergüenza: basta poseer un grupo multimedia. Lanzar embustes aumenta el poder de los que saben la verdad de las mentiras. Así nos desean paz y salud mientras su esclavista ley del mercado favorece el negocio de las armas, la farmaindustria, el poder eléctrico del despojamiento, la técnica del veneno global. Mientras deslocalizan centros de tortura, maquilas, paraísos fiscales, ejércitos mercenarios... jadean los ramalazos del envilecimiento mafioso-perifascista de la representación mediática: los medios criminales de criminalización social, los medios de la calumnia industrial. Como heraldos globalicidas, democratizan y dan sentido golpista a la Verdadera Democracia. Si se les descontrola la realidad, no tienen más que acrecentar los hechizos del enterado. Si dejásemos de creer en sus mentiras, pondríamos en peligro su libertotomía, su Econosuya. Tras arrojar de la sala de estar a los proscritos, los sicarios presentadores recontrolan la mente haciendo realidad con plastilina y pan de oro.

       Cuando un alto cargo se ensoberbece y su torpeza irrita innecesariamente, la “prensa responsable” no puede permitir que sus esfuerzos encubridores se malogren por capricho de algún pastor chapucero. Es un buen momento de zurrarle la badana para mejorar el engaño mientras ganan puntos ante el escamado rebaño necesitado de algún alivio e ilusión que le haga seguir tirando del carro. Es un desahogo dentro del Orden que restablece el mismo equilibrio siempre inestable por una jerarquía acolchonada si el mediador no parece tan tétrico.

      Minidiari y sus beatíficos reductores de cabezas, día a día, van evocando alguna utopía del descerebro. Como rastreros del eufemismo, informan, forman, reforman sus formas, contrarreforman, transforman, conforman, deforman y... sobornan. Así se informa; así se gana. Lo peor es su navajeo de catástrofes; y, también, todo lo demás. Con ese estilo periodístico de falaz equilibrio entre verdad y Poder, a los que se equipara, sin que este último necesite trabajarse la posibilidad de ser hipótesis verdadera, la verdad y la mentira se arrejuntan en santa promiscuidad. La crítica métrica se hace con el rabillo del ojo. No completa la moraleja tras su "valiente denuncia". La deja al prejuicio para que fructifique en veneno. Como plásticos adobadores de la refritera retórica del telediario, son profesionales de la profesionalidad, intoxicadores multipuesto que, según sea la temporada, pueden ir del monárquico rosa al republicano pardo. Su coherencia tóxica menoscaba su sentido del ridículo, pero se consuela, resentida, en la repetición taladradora. Por eso, los amos de los telediarios siempre renacen de sus mentiras. El detergente neuronal que publicitan e incrustan en los espectadores, blanqueará sus renaceres dos o tres telediarios después. Una miriada de publicaciones mentirosas amurallan a la gobernante Mentira. La única Verdad posible no dejará escapar a cualquier hormiga monetaria.

        Así el Mundo es de la propaganda, no de la razón. Es el poder que su propagar ayunta. Es falsimediología con microgulags informativos por nuestro bien. Es pastoralismo multimedia, multiestrato, camuflador, todoterreno, preventivo, produciendo apagones en la débil corteza pensante. Un Imperio basado en la estilización de la mentira. Para los que dejaron de creer en la intoxicación habitual habrán de agrandar el cebo para que sigan picando.

       Para una orgasmología cinematográfica de la tortura el sentimiento linchador, ante un malo exasperante, transfiérese al poli bueno para identificarse. Emprenderá el chico normal una vida de éxito para que la peli estalle al final salpicándolo todo. Todos los cúmulos de intoxicación tendrán como objeto impregnar un alma mercenaria como segunda piel. En la publicidad de las consignas sólo hay que respetar sus transiciones, bautizar sus crímenes con oportunas palabras de denuncia, alentar un fin de tu propia historia cerebral. Por eso ensalzan en los discursos la libertad de expresión, pues saben que nos expresamos como ellos se expresan y repiten por las ondas. En ese Panfónico del amo, en ese ojo de Yavé electrificado, la TV ha formado a creyentes en esa Realidad. Manifiestan la expresión que en su Pantalla ven. El Señor les empuja a ser su pueblo entregado. Se les hace consustancial el monopolio mediático, mientra se afila la máquina de tallar conciencias. Es la dictadura eficaz que habrá inventado el tiempo. Sus medios administran vencedores. Arrastran a los vencidos, los ningunean. En cambio, hoy a uno han cooptado a la primera página ahora que les cruzó la línea mágica de alguna corrección legal.

        Constatatasis: constatadores de la Realidad, la pólvora y el mar Mediterráneo. Babia va bien; mediocridad obliga a ese sentido telediario de la Historia que confunde silencio y paz. Con este constatacionismo de la realidad, el escepticismo lo meteremos con el dedo por la oreja. Taradamente correcto, despatárrase, ciudadano: todo va como la seda. De fondo, un runruneo obturador como preces de un monasterio planetario. Con su proclamada y programada igualdad, se encandilan y someten como hacían en la desigualdad antigua.

      Vayan tapiando por la costa... que no escapen lastimados, bombas de asco, sospechas de un timado aún sin relacionar el puntual timo con su organigrama social. Estén prestos al espectáculo del loco resentido manchando los zapatos del señor. Su radiada ajenidad revuelca nuestro justificado odio lenitivo, solidifica el cierre, horada fosas llenas de expósitos destemplados, tal vez brecha antipastoral. Pero no ha de dejar requicio en su triunfar, en su telemendaz planetario. Los que quieran hacer su propio horizonte tendrán que dar un salto irreversible en cuanto desmorónese el confiado engaño, un irralentizable descenso en la engreída escala.

        Formados, reformados, hormados e informados, no comprenden los ufanos teleñecos hasta qué punto la materia extraneuronal es insensible a los rayos telediarios. Son, en cambio, buenísimos para las vasallas sinapsis de inmediato temor. Así que aislan el virus de las listas de espera sanitarias en algún sorprendido humano topando con la realidad. El resto del cuerpo telemístico se masajeará terapéuticamente en este persistente "va bien" que consolida el descaro. Dentro de muy pocos meses bisiestos el fementido ministro nos promete... Siempre tienen alguna oportuna golondrina disecada para vender primaveras.

       Para solucionar las noticias negativas, nada mejor que buscar noticias positivas, salir al paso de la conjura de la realidad mal enterrada. Por eso, el cine es una traición. Por eso, los traficantes de eufemismos han de hacer feligreses de la tele-visión a los que no tienen pantalla y tienen que ver por sus propios ojos, a los escépticos que no creen en lo que no ven. La briega individual no puede tener un momento malo ante la constancia de las máquinas. Por exposición o contagio, sus réplicas infinitas circunvalan uno a uno los neuroductos, cuadrangulan a la especie bípeda.

       San Manuel Bueno y Demócrata: Que sueñen en la representación...; ¡qué más da lo que simulen las cloacas! Que sueñen y resueñen, y vuelvan a telesoñar. Nada ocurre en esta Edad Media-tizada si no nos alertan desde las milagrosas alturas. Mientras los ratones "coloraos" ponen la mesa a supergato, sus opinadores suplen la ignorancia con el desideratum por la cara.

        En cada guerra habría que destinar a alguna unidad de torturadores para escenificar la acusación y purga de culpas insoslayables. Basta desempolvar alguna denuncia del "periodismo de investigación" de la Casa. La información no está reñida con el escenario pastoral produciendo cante y lances de alteridad que eleven el nivel percibido por la grey en los parques de concentración temáticos.

       "Hemos trabajado duro para promover proyectos útiles y beneficiosos a lo largo del Delta del Níger", señaló el portavoz de Shell, James Herbert. "Los críticos de Shell están desinformados". De eso debieron morir los muertos: de desinformación.

         No más explota la burbuja, los medios de los que se enriquecieron con ella entonan rítmicamente la invocación al catecismo de la rivalidad que exige esa enésima “reforma” laboral y un nuevo enriquecimiento. Como partícipe en ese patriotismo de la competitividad, la Televisión de Empresa va concienciando sobre las ventajas de los bajos salarios. Sale aquella más barata que dar unos desahogados sueldos. Siempre a la ofensiva, la patraña patronal encizaña y acciona la temblorosa estampida hacia corral. No hay descanso en la succión desde arriba de todo tipo de riqueza. Si no se puede con exorbitantes precios, ya imposibles, será en los racionados trabajos que al enjaulado arrodillan por la deforestación y la dependencia técnica. Y, por supuesto, la culpa toda es del alternante delegado en el gobierno local e imponderables contritos y siderales.

         Esos presuntos aprensivos de las urgencias hospitalarias pueden servir, convenientemente generalizados, de ejemplo-tipo para lograr que el enfermo pobre haya de esperar a estar grave para ir a pagar la "moderada" atención médica. Así aumentará la mortalidad de clase y se “moderan” las pensiones... De igual modo, azuzan a las clientelas francoformes de mayor estipendio que los obreros del Estado para que pidan les congelen el sueldo a todos por enésima vez. El odio a la rapiña del gasto social se diluye transfiriéndolo a las focalizaciones mediáticas habituales. Démosles, pues, a ellos el dinero para que puedan pagar a los mediatizadores de nuestra servilidad. Ya que no es posible que la paguen los judíos de antaño, tenemos jornaleros de la sopa boba, inmigrantes delincuentes para que pidamos rebajas esclavistas, presos viviendo a cuerpo de rey, "viendo la televisión", comodonas plebes mediterráneas viviendo por encima de sus posibilidades, pensionistas ladrones del joven precario... Todo sirve para avanzar en el sentimiento supliciador que pagarán al final los más "pringados". Cualquier cosa antes que mirar de verdad y con verdad hacia Arriba.

       Los pobres ya no hacen encierros como en tiempos de Franco; ahora, es mucho peor. Ahora, “ocupan”, según titulan en portada los medios publicitarios, los actuales "grises" de la lingüística.

        La fiebre aviar invade a la humanidad desde las redacciones de los periódicos. Hay un tufo horrible; miles de cadáveres llevan estas heraldas casquerías. Al parecer, los descontentos no les contestan, no quieren con ellos la entrevista, y han de rellenar portadas para la "farma" de “Ransfel” y la OMS, Organización Mundial del Soborno.

      En Guatemala la altísima abstención es causada por las fechas navideñas (las compras, ya se sabe) cuando va a vencer el candidato del partido del genocida Rios Mont, según una radio pública que en esos momentos usurpa la humansista secta vaticana.

        Tras informarnos profusa y repetidamente (titulares, entradilla, presentación, entrevista...) del asesinato en Colombia de unos niños por la explosión de una bomba puesta por los "radicales", (recalcando esto último en cada paso), sin apenas intervalo en estos apresurados noticieros, nos sueltan que, asimismo, los "radicales" del Congreso laborista acosan rabiosamente al pobre Tony Blair, ese moderado mandamás con apenas tiempo de lavarse las manos tras las liberadoras matanzas de Afganistán e Iraq. ¡Estos radicales...!

        A sus denunciadores necesitan hacerlos militantes del otro foco jerárquico. Han de centralizar las fechorías que el centro criminalizador ha de emular. A estos criminales, por sus criminalizaciones los conoceremos.

       Los paraprogres de la XER y el parajuanes del Uribe vigía del Terrorismo del Bien nos narcotizan con Publicidad sanguinolenta del asesino por la Paz. Buena palanca para los apresurados negocios colombinos mientras refugian a los fugitivos de estos crímenes en las maquilas del Mundo.

         Dale tu mano a Repxol, dásela que bien te hará... Una inmensa cara de cobre privatizado baila al compás de sus repxolianos Medios de Comunicación de la desvergüenza, la vanguardia del Industrial Crimen de Derecho. Por el Interés Nazional, el trabajo nos telelibera. Repxoñol, tu interés “nazional”, ¿verdad, Juanito?

        Con el periodismo cloaca la presumida pluralidad vuélvese urgente unanimidad en cruciales asuntos pastorales, cloaqueños, de Estado. Por eso, cuando asesinan a 45 personas en el metro de Valencia, la ubicua y aunada "prensa responsable" no hace "fotos demagógicas". Iluminando hasta cegar con el "lado humano de la noticia", van de puntillas sobre los antecedentes mientras van limpiando la sangre. Son todo unos profesionales. Saben que en el espectaculoso molino de la Actualidad, agua pasada no mueve conciencia. Por eso, se "olvidan" en un primer momento de informar de accidentes precedentes. Mientras telepelotean los pésames de los carniceros que presiden el entierro, van deprisa y corriendo a enterrar esos muertos que ha de bendecir el obispo. La culpa es del oportuno muerto. Es mucho más barata una señal de limitación irreal que meterse en obras. Nada de gastar en frenar trenes y no haya para papas míticos y mítica terra privatizada, con trenes redimensionados hasta matar obsecuentes fieles de su Católica Majestad o paganos de estos crímenes previsibles. Está en juego demasiado dinero para que vayan a la cárcel estos monarcas de nuestras cabezas por vaticana gracia del "moderador" Franco y el neotimo de la estampita electoral. Los queridos criminales de nuestra vida han libertado nuestros recocidos ojos de la cruda realidad. Sólo habrá un tardío sitio oficial para desmentir la amordazada crítica.

        Retransmisión desde Ausgüic, Dachau, Bierquenau, Colima... Conexión en directo con nuestros enviados especiales. ¡Adelante, Unidad Móvil! Los exterminios totalitarios, ahora, se retransmiten por televisión. Los maquilladores, decoradores, atrezos, publicidas, encuestadores y comunicadores han realizado un magnífico trabajo: cómo montar el negocio de los campos, sin ahorrar en publicidad, y que no te los cierren. Siempre hay una reforma por venir, una depuración oportuna que evite confundirlos con los viejos campos crematorios. Han conseguido deslocalizar los hornos en dosis homeopáticas en una cadena de concesionarios.

        Ahora que los "judeomasónicosrojoseparatistas" ya están en nómina de la Empresa, nos dicen que atacan los toxicómanos-terroristas-antisemitas-antiamericanos- antisistema-radicales. Puede transplantarse la misma propaganda dictatorial a un contexto "democrático" si se controla un arco mediático directo al corazón de horchata. Se han puesto máscara para naturalizar sus desacomplejadas truculencias. Con los dividendos del miedo, la lingüística todo lo cura.

        Cuando los deletreadores de alguna crítica radicaloide escriben en un medio que prioriza la agenda oligarca, sus adherencias pastorales revisten al señorito de persona normal. La propaganda de las buenas intenciones y sus caritativas fregonas son el excipiente de una consciente ponzoña que dice de matar geopolíticamente para el Buen Arreo. Estado del Bienestar, Estado de Derecho, patriotismo y Economía Nacional... no son más que pertrechos de guerra e intendencia para que las empresas “nazionales” vendan sus armas y los muros de la casa. Cuando las cloacas invisibles nos son alcanzables, los logros tan sólo aderezan las pantallas. Nos restriegan derechos humanos y caridades solidarias para alegrarnos el día, para que, mientras revientan en silencio nuestras percepciones, maten y aterren como caídos del cielo.

        Con la calumnia hace bolas de nieve el mediante esbirro. Como cobarde jaleador de la jauría, se ha hecho rata del Altísimo. Quien vive en la cloaca termina enmierdándose hasta el tuétano. Su parábola del Buen Cretino justifica la abstinencia mental, la estupefacción general a los montajes, a las inexplicadas fechorías. Critica una supuesta exageración crítica, pero no es más que el parche interesado ante la incredulidad definitiva a los telediarios globales en los que nunca se pone el sol y desde donde a todo disparan. No hay peor "toxicómano" que el papagayo y pájaro bobo del intoxicador.

       Siempre de los Otros son los crímenes de Mao. Ahora servirán de renta que excuse los crímenes de los Unos. Es un movimiento reflejo que arrima el ascua a la misma pescadilla; una maniquea invalidez, un recomienzo presente al que falta conciencia; un pasado con demasiadas víctimas incómodas a las que hay que identificar con el verdugo. Con tal atrezo, el postulante mangoneo concilia la bajeza con un entorno de incensadores mediático-neomaoístas. Los nuevos siervos de la Propiedad conservan sus vendejas. Según culpan, denunciarlos sería caer en alguna sima justificadora de los huérfanos de Mao, los “maoístas” del Botín, estos neointelectuales de eternas neopamplinas. Si recuentan lejanas víctimas, ya soslayadas por primigenios intelectuales “maoístas”, es para ocultar a los decapitados en el redil presente. Los colocan bien lejos de su actualidad, pues ahora privan los crímenes inducidos a miles de quilómetros de distancia. En este encantado neomaoísmo, estos cadáveres confortan, asimismo, a los mismos intelectuales desgranadores de pasadas complicidades. También ellos sentían justificada su complicidad por opresiones milenarias que remontaban a Espartaco. Ahora, sirven para exculpar a sus émulos neonazis, la electa moderación circense que la telegenia realzó. Dan saltos de alegría, acomodan su diseño al mismo lodazal que promociona sus libros, y telexisten. Arremeten, ¡cómo no!, contra algún extraterrestre gonzálex , cualquier golpeable payaso "gusticiero" o, como hueso al perro, el convenido concejal caído antes de votar. Olvidan el emergente latrocinio alterno, el encubrimiento de lo que tanto se tardó en denunciar y, ahora, se promociona en sus "periodistos" regeneradores de basura. Y eso que los Jefes están triunfantes, que, si no, multiplicarían los crímenes en los aledaños de la Casa solariega del Amo.

        Brargas Losa, el alterestalinista. Otro estalinismo es posible. Matamos más, y quedamos mejor. Para mantenerse en vanguardia en el camposanto global, Brargas Losa se frontonea oportunante con un leniestalinismo teleorveliano. Al mismo tiempo, rapa todo tipo de pelaje para construir al Otro, quien tenga peor hechos los deberes a la hora de difuminar sus criminencias en los ductos televidentes que esculpen la predictiva y previsible Realidad. Como buen huérfano de Estalin, el intelectual neomaoísta polariza y simplifica las culpas, sacra las parálisis mientras democratiza uránicamente Mesopotamia trasvasando sangre millonaria a los oleoductos del Mundo Libre. Condenando los crímenes del condenado Fujimori, llama camaradas a la Obra de los críminales. Ha encontrado su criminal bonito, su gulag telegénico; mucho mejor que el de los de enfrente.

        Ha de defender su amo la Libertad como a si mismo. Ya la exhala su sola presencia. No importa los milicos genocidas que le sirven. Su ángel exterminador tan sólo ha de encargarse de meter en cintura a los que yerran a la hora de elegir la verdadera Libertad. Sin "moderador" marcial, no hay liberal post-mortem. Así abona su tronante matanza al liberalizado camposanto. Así, el rebaño no equivoca el aprisco. Las “moderadas” reses sólo desean, entonces, la Libertad escalonada según dinero y poder estatal. Mientras los guardianes de su libertad se engracian marqueses de la Santa Libertad, ésta garantizará las inversiones ganaderas y los botines en busca de blanqueo.



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      ESTADO CLOACA.-

        Guerra sin límites, guerra cultural, contra las drogas, guerras económicas, guerra ambiental, financiera, legal, internacional, mediática, en Red. Guerra psicológica, de recursos, de contrabando. Guerra terrorista, cloaca, tecnológica...

        El crimen (del Poder, naturalmente) siempre renta. Los debidos respetos al vencedor ordenarán la vida de quienes han de respetar. Tal es ahora el florero que decora el lugar del crimen: Cuarto Poder, la Democracia, El Estado de Derecho, la Libertad... ¿Qué caos esperamos que aminore esta impudicia?

        Tras enfangarse en lo cañí del proceso, deambula K por el callejón del gato. Antes, el acusado era engullido entre mil amenazas por la máquina de la Justicia, pero no sabía de qué era acusado. Ahora se pueden saber los porqués, a pesar del aluvión "informativo", pero la impunidad es total. Antes y ahora, la fiera Justicia sólo engulle magra carne de tercera.

        Donde no llega directamente el Poder, llega la calumnia. Los infundios fantasiosos del pasado no son iguales a los de ahora. Ahora, lo evidente es fantástico y lo llaman bulo desde el Poder. "El gobierno niega todos los hechos": el Paragobierno, el de la zona oscura que coordina la representación, protege la parafiscalidad paramilitar que domina los parabólicos medios paraneuronales dejándonos tiritando con nuestra paradignidad. Tan sólo les obligamos a montajes a medida de nuestra mente "exigente".

          El corazón del Estado es la cloaca, el diseño inteligente de la servidumbre, la mano invisible haciendo juegos de manos sucias hasta sangrar el truco del almendruco. La Cloaca es la realidad; lo demás, es el excipiente, el convidado de piedra, la fantochada pueril de los orfebres pecuarios. Seguro que Transpiración Internacional le da la máxima nota. En el mundo-cloaca somos los protagonistas de nuestro engaño. De trabajadores, a cómplice pretoriano armado de armatoste venenoso.

        El Sistema, cuando nada tiene que decir, se masturba con la porra. Lo que daría seguridad es la justicia, no las cloacas. Para los mangamases es al revés. Su lógica está invertida.

        Los moderadores de las cloacas son emprendedores de trata y sujección. Para los esclavos de la Libertad es obligatorio jugar al juego que te niega poder elegir la perdición sin ese pasatiempo. Apretará cuando hay hambre, cuando la Libertad de Mercado te haga pasar por su Aro. Los oligarcas tan sólo necesitan una "mano inocente" para que, electoralmente, diluciden sus pendencias sin que caiga más sangre sobre el Tinglado. Para una democracia se necesitarían demócratas. Para un Régimen pleno de doblez, sólo es preciso el pensar doble, una mente desdoblada sosteniendo, según la mezcan, lo contrario. Si después de matar esos miserables de punta a rabo siguen siendo demócratas del Mundo Libre, el problema no son los asesinos, sino el nervio moral de la neurona interpretante. Si ellos son demócratas a tiempo parcial, es porque nosotros somos decentes a ratos, esa Sociedad de Masa Envilecida.

        Su asesino pluralismo empapa sesudos debates sobre la manera de matar. Pero está antes el voto decidido, así como la víctima. Todo es desfachatez a modular. La banalidad del mal se multiplica cuando el "todos dicen" se retransmite por las ondas. La realidad sobre dos patas se clona a fantasía de los realizadores.

        Las Cloacas Unidas vienen con la cámara para hacer un publirreportaje. Y tú, de extra para saltar por los aires.

        "Carta abierta de un verdadero demócrata”: “En mi primer mandato, a poco de ser elegido Presidente de Gobierno, debido a las medidas que hube de adoptar para salvar la Economía de mis contribuyentes electorales, mi impopularidad llegó a extremos impensables, situación que se prolongó casi todo el mandato. El "demos" no se sentía representado. Menos mal que el Grupo Pro Terrorismo del Mal de los Servicios Secretos Nazionales hizo detonar aquella bomba en la Plaza del Mercado que me permitió hacer el necesario alarde de firmeza inquebrantable ante el Mal. Así pude, sorprendiendo a todos y soslayando algunos escándalos anteriores, ganar de nuevo las elecciones. Más tarde, se descubriría buena parte del fraude y todas las zancadillas que acompañaron a la investigación parlamentaria, con lo que mi popularidad volvió a caer en picado hasta llegar a niveles aún más alarmantes. Así seguí durante muchos meses. No pude reponerme hasta el siguiente atentado (y masacre consiguiente) que consiguió aunar la determinación luchadora encarnada por mí en la pantalla. Todavía algunos sacaban a colación la irrealidad de la que ellos formaban parte: que si conjuras... que si dobles fondos... Pero pude de este modo, con algún lógico desgaste, volver a ganar las elecciones. El rito democrático se consagra así en esta inmolación que apretuja a la manada. Esta corrida de bípedos astados es la que alumbra las elecciones. El centelleo explosivo les hace caer iluminados por el canal de la cadena. No importa el descontento secular, el inhóspito redil, lo importante son las luminarias del miedo oscureciendo y cegando la dimitiente elección, la entrega en cuerpo y urna.”

        Si la "inteligencia" es la cloaca angular del Estado, a los demás se nos presume el estado mentecato. Sin ver tres en un burro, la "conciencia social" no es más que un punto dentro de la fabulación. Deja intocada a los cloaquistas siempre que haya algún ministril que deponer en el tercer acto. Para que ellos no tengan miedo, saben que deben tenernos asustados. Para que nadie les embista, ha de haber a quien hacerlo.

        Como lobo pastoral, el terrorista ad hoc agolpa a las trémulas, arrepentidas y entregadas ovejas en el seno del Pastor. Sangre de cordero desnortado que se vierte tras su esquilamiento. Al impregnar toda la realidad de "terrorismo", la realidad se hace campo de análisis "terrorista"; se la debe cribar sin contemplaciones. La guerra es contra la sociedad. Para un régimen de entrañas fascistas, todos somos terroristas. Por consiguiente, la culpable es la blandengue "democracia hipergarantista" que ha demostrado ser aliada del terrorismo de toda la vida. El abuso del bien culpa a todos los disfrutantes y sus entornos, exige un preventivo dictador que prenda a discreción. Puño de facha en guante liberal. No se resuelven los presuntos problemas alegados, pero exterminan oponentes y culpan bullas y meneos. Tal vez si hubiese una oposición real e importante al Sistema, las burocracias pondrían más cuidado en sus montajes terroristas, esas guerras escénicas delante de los niños.

         Lo mismo que llevamos nuestra vida-dinero a los pies de los oligarcas, con Cloacas sin Fronteras (Montajes para Tontos) tenemos que darles nuestra inteligencia para que los agentes secretos del Poder reescriban nuestro pensar. Como en la Historia Sagrada, si no hay pistolas, no hay inteligencia. Los sabios que no se enrolan para disparar desde algún “puente Milvio” se extinguirán. La sabiduría tiene que pasar antes por el cuartel y el campo de tiro.

       Estas armas de destrucción masiva son, en realidad, para conseguir la Paz, la Seguridad, la Democracia, el Estado de Derecho, la Constitución, los Derechos Humanos, además de la Razón de Dios y el Bien Supremo. La vanguardia trinitaria del Eje del Bien ya tiene a la Derecha Cristiana-Sionista-Opusvaticanista. Entre el Gran Pastor Bush, los Cardenales Axnar y Don Berlusconi, el metropolitano Putin y el Gran Rabino Sharon abren la senda de la Gran Cruzada. Han de empujar su Muro contra el Otro para crecer y tapiar. Promocionan así al otro lado, un Satán-Laden o un Mártir, según el muro óptico con que miremos. Ha de agitar la lógica mafiosa la alarma que les engorda. No más se forme el sobresalto necesario, un cacareo orquestado de mediados pesebres del Señor multiplicará las oposiciones al Cuerpo de Policía. Como nacionalistas del séptimo de caballería, perturbarán los cruzados la zona imperial, los voluntarios telesúbditos. Y la masa autómata aullará mediatizada pidiendo más control, plena disponibilidad de los matones del Bien. Ha laminado su asedio las avenidas de una razón terrenal; ha resabiado este saber del homo sapiens. Después de desvalijarnos, hemos dado las llaves de la casa a los ladrones. El criminalizador que bien criminalice a los denunciadores del crimen, buen criminal será. Antes de actuar, ya dicen: lo tomas o te dejas. "No es posible otro mundo", "no hay alternativa". Es su manera de decirnos cuan prestos a la masacre están para que así sea.

      A nuestra dignidad manosearon las manos blancas. Es a provecho de esa Mano anegrada. Tititiritea, en tanto, la Invisible Mano. La realidad se ha salpicado de beneficencia y fascio; de esclavismo de raza, ovejas de colores y dinámicos pastores; de buenas obras en cuanto encontramos el maniquí apropiado para una limpia efusión caritativa. Precisa a nadie el criminal de blancas manos dando un ejemplo mal en todo el Orbe, pues tanto temen del contagio, que han de ensuciar a quien no come de su mano, su blanca mano.

       Exploros en el aeropuerto: ¡A fichar! ¡Ar!

       El juzgado es un sitio donde la tensión electrostática facilita el estallido pulsional de la persona. Caerá de bruces en la sima que ofende al superior, y será convenientemente empapelado. Allí campea Galxón, el héroe de nuestro tiempo. Para su audacia desacomplejada, al pasar una filosofía por los conductos neuronales del terrorista encantado, se troca, por ensalmo leGal, en ideas tipificadas por la Ley de Aislamiento y TorturaAntiterror.
       Hacen recordar aquel lejano "librito azul" que tanto asustaba a los torturables aprendices
de clandestino. Servía de iniciación al desuello caminante. De aquellos lodos, estas cloacas. Precedente robusto y página dorada en la Biblia Suplicio de las oligarquías de menú único, con sus democraduras de la tortura, el terror por nuestro bien y los consiguientes progreherederos transitando a servir al Señor mismo.

       Cogido el delincuente, se aprestan a delinquir con su cuerpo, su persona. Trabajan en rebajar la dignidad de un ser aún en pie. Desatendido el cadáver morirá en la estadística, apalizado por su bien, pues “ya sabemos como son”. Frente a la pantalla, nuestro miedo impersonal arremeterá contra todos los marcados. Han ordeñado el castigo vengativo, y un maniqueo pesimismo antropoganadero convertirá al sometido, pues nunca se espera que camine entero, autónomo, distinto.

        ¡Qué bien debemos estar para haber tiempo y presupuesto para registrarnos en un control en plena calle! Ya deben haber acabado con los chanchullos de “arriba”, de oligarcas y quien les administra.

        La mordida ha de ser para quien la trabaja. En mundo-soborno, la cultura del soborno ya se ha hecho sobornocracia, filosofía de Estado líquido. Por eso, si no tienes espionaje, puedes quedar con el culo al aire ante tus rivales sobornocráticos. Hablarás de conjura en la confección de los hechos, pero en más de un caso será conjura en la desvelación. En Estados Unidos el soborno es más patriota: sólo deben sobornar empresas del país. En el Tercer Mundo, por contra, los sobornadores locales poco pueden hacer ante los norteños sobornadores industriales.

        El Partido Globalsionista de la Calle del Muro sabe camuflar orbi et orbe sus escuchas. Cruza el Gran Hermano el escenario para perderse tras el decorado. Mientras el denunciador se suicida, las páginas blancas de la vida de los autoelegidos dejan que sus payasiles pedagogos alternen en su defenestración ritual. Filtrando comprometidos ficheros, siembran edificación, renovación de nuevas escuchas que ya incorporan su autopurgante para tenernos esperanzados. Cada notoria fechoría incorpora el pringado dimitible/encarcelable que podamos roer mientras gruñimos por lo bajo.

        El problema de los politicastros caídos no es el abuso de poder o el saqueo, sino el ejemplo desmoralizador si se les ve el culo durante mucho tiempo y dan ocasión a que la plebe se frote confusa los ojos. Es un aviso del Departamento de Defensa de otros Departamentos de Defensa.

        El eje del fraude electoral: Afganistán, Iraq, Haití, Perú, Ecuador, México, Italia, Estados Unidos... Aún no enraiza bastante el cayado más solvente y próspero. Tampoco es que se dé el salto fuera de la fosa. No tardará la oquedad en rellenarse con la penúltima nueva ola de técnico pastoreo. Los que han escapado de la burbuja capital, y no confundan el mar con el sumidero, pueden denunciar lo que hay de sinceración del Poder, esos abismos zanjados de ilusos por elección. La obsecuencia no contrapesa, pide tan sólo se salten aquellas viejas formas nacidas para engatusar a quienes enseñaban los dientes.

        La masococracia, o como votar y legitimar a los ladrones de tu vida, según enseñan en esa escuela político-moral a la que nunca fuimos. Incluso si parece agotarse al saltimbanqui el repertorio, hemos encontrado nuestro telegénico y telequinésico gulag.

        H. Quisinguer, de profesión "se han cometido errores" veinte años después de producidos los hechos, transita ejemplarmente en la Sacra Impunidad Occipotal. Si lo "fusilasen" 100 veces diarias, tardarían 70.000.000.000... años en hacer "justicia".

       La tercera vía de Blair. Todos los caminos conducen a Roma, camino a cloacas del Dios-Estado. Son cosas de la Omnipotencia.

         "Kale borroka", pero ahora está bien pues son los perseguidos estudiantes venezolanos, y sí pueden salir en los medios en posición heroica. Entretanto, San Sincomplejos y los profesionales anti-Eta van a liberar uránicamente a Iraq. Al precio de "acabar con la familia", la ley del divorcio aumentó la competencia y el Tribunal de la Rota tuvo que bajar los precios. El referendum iguala el mandato de golpistas y golpeados, pero es maligno a diferencia de sus pucherazos en Eua, México, Perú…

        Es duro sustraerse a la tentación de sembrar Irán de uranio, atender a un poblado país aún por cribar. Han de pagar la contribución al matón masivo, pues su crecer no es sólo producir herramientas, sino también hierromatar para engrosar el cupo y la pitanza. El oficio del beneficio no para en barras cuando necesita todas las estrellas.

        En esta escupida realidad, hasta el pedazo de pan que nos comemos está manchado de sangre. No es todo esto más que el gran fracaso de todos los discursos. Es posible cometer lo más atroz y horrible, con la más planificada impunidad, mientras los orgullosos infanzones del patriotismo proclaman que viven en democracia. Es la tramoya diaria que destila la tragedia y oculta el drama. Permanece el decorado delante del mercante asesinato invisible, pues son crímenes por nuestro servilismo. No se sabe desmontar el artefacto técnico que permite este juego servil sin contrapeso externo. No se imagina impedir su diarreico cultivo. Hemos de estar prosternados y gratos. No es necesario dejarse convencer, sólo telellevar. ¡A pastar, ovejas del bienestar! Tan sólo piden que se mejore el Estado de Derecho de nuestras adelantadas compañías por Dios (dinero), la Patria (dinero) y el rey (dinero). Fertiliza la cloaca estatal al camposanto. La hernia neuronal previene el pensar doble. El bosque nos impide ver los árboles, al falso opositor emporcando al auténtico enemigo de quien difama. O la Teoría de la Conspiración, alternativa oficial bipartidista, bifronte como la doblez. No es sólo una simplificación, es que, además, todo es mentira. El recambio oculta a los verdaderos conspiradores en doble red, mientras un rebaño baja los ojos hasta lamer el suelo. Producir la Realidad es, en cierto sentido, un "fin de Historia". En vez de profundizar nosotros en el conocimiento antipecuario, ellos han progresado en la intoxicación multicapas forjando la Realidad por un Tubo. Tratan de acotarnos, controlar el azar que corroyó las pirámides de Egipto, para inmutabilizarse aún más.

       No hay reposo para el golpismo creativo. Otro golpe es posible. Un golpe de Estado tan "global" como lo es el periodismo mercenario y clonador. Es la revolución desde arriba: los hilos de la representación descendiendo a la tierra poseída. Los tanques mediáticos tan sólo ha de jalear a las masas para libertar la poltrona del último desobediente. Sus "democracias imperfectas" tienen perfectamente establecido la instrumentalización de los derechos humanos contra los dictadores, Hasta ahora, habían sido muy "moderados" en los altavoces globales, por lo que no existió reseña de oposición cuando eran obedientes, pero se "radicalizan" al suministrar petróleo a China. No a la tiranía de los exportadores de petróleo a China. Ya habrá tiempo de ponerse a las órdenes del nuevo señor. El Índice de Retención Petrolífera, uno de los definitorios parámetros de la "moderación" o "radicalidad", según soplan los encantadores de serpientes de este tiempo orveliano. Pasamos de la Escuela de las Américas a la Purificación escénica. La hipocresía gobernante hará al desobediente tiranuelo, ahora desmontable por un recambio de la Casa, que parezca es quien nos gobierna poco antes de bombardear a sus antes esgrimidas víctimas. Impecable lápida de quienes antes los protegieron y, hoy, manejan toda esta representación de justicia a la entrepierna.

        Aunque sea el horizonte cancerígeno, no matará a sus promotores. Ya han soltado para perdedores las nuevas sustancias cancerígenas, los fármacos oncológicos para quien pueda pagarlos. Nuevas técnicas encarecen la supervivencia. El globalicidio está en marcha. Por el crimen sostenible envenenan la comida, el agua, el aire; distribuyen droga y lanzan campañas antidroga que la valorizan; crean terrorismo y lanzan la guerra contra el terrorismo; crean la enfermedad y venden la ultimísima vacuna; crean las burbujas especulativas y las hacen estallar cuando queda su dinero a buen recaudo enfilando las “reformas” planeadas; arman guerrillas y regatean los abastecimientos a los gobiernos; azuzan a unos y arman a los agredidos; cambian el clima y ofrecen biodiesel, transgénicos, basura de síntesis imposible, lucha contra la contaminación de los desobedientes. Crean el problema y se ofrecen de intermediarios.

        Parece que debelan a estados oficiales, a los antiguos estados-nación, pero para preparar el camino al invisible e irresponsable Estado Único Mundial, el aparente finisterre de la Seguridad Nazional. Pero les queda aún la guerra hasta la entraña.

        Las calzadas del Imperio guiarán el acceso de los bárbaros sucesores cuando pasen de mercenarios maquileros a dueños de las viejas cloacas. Los profesionales de la intoxicación, que ahora les zahieren, no harán ascos a proseguir tal labor a su servicio. Un juego de monigotes tiene en sus manos todos los ajenos estados de opinión.

        Omnipresencia, omnipotencia... es el cántico del Mundo Libre. Su Libertad de Expresión deja a los más ricos robarnos la percepción cerebral para, a continuación, robarnos la vida. A tal efecto, los piquetes directivos nos visitan cada día; se nos aparecen en sueños. La invisibilidad es condición omnipotente y las tecnologías la acrecientan junto con el secreto y la conjura. Cuando más se oculta el poder, más de ciego serán nuestros palos.


        Sólo si "moderan" la libertad de expresión hacia "manos solventes", los tiranos plenamente desarrollados pueden ungirse demócratas. La lucha por la construcción de la Realidad dará la victoria a quien la tecnifica. El telecanibalismo es la fase superior de la Superioridad. Tienen en un puño el Estado de Derecho de pernada. "Inteligencia" y "Espíritu" con los servicios secretos del Estado. En el establo final, su enemigo real no son los tiranos subdesarrollados, sino ese populacho que pisotea, irrespetuoso, los yacimientos que la Providencia encomendó al manifiesto destino petrolífero del Pueblo Elegido. Israel tiene derecho a defenderse durante los próximos milenios. Estados Unidos debe preservar su Seguridad Nazional en los milenios que faltan para la expansión solar. Cuando bombardean algún pueblo ajeno les basta denunciar los crímenes del tirano a dar de baja para hacer saltar por los aires a sus víctimas. Su democracia de mercado esparce sin complejos un "empobrecido" uranio con cáncer enriquecido. Así retardan el asesinato masivo en los noticiarios para consuelo de las masas posnazis. El globalicidio se hace tanto más necesario cuanto más se acelera la renovación de los pósitos. El aumento de cambios conlleva barrer a quien no se adapta. La selección natural de la divina providencia también necesita un empujoncito, un mazazo tras los ruegos de rigor. El cáncer enriquecido permite deslocalizar los campos de exterminio con un toque personal que favorece la producción de chucherías tumorales. La dilución en el tiempo de los crematorios permite estar en misa y masacrando. Las faldas de la mesa camilla no preguntan por lo que pasa tras el cortinaje.

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       NACIÓN- ESPÉN.-



        Parecen mansos e infelices, pero, si a mano se les pone, cuando menos te los esperas, se arrancan a pegar al tonto del pueblo, pues creense justificados. Después, entre paliza y paliza, los embrutecidos ricachos se ponen sentimentales con sus gañanes. Aparece más en "España" esa 'familiaridad social'; pero cuado se enfada el señorito, la humillación parece más obscenamente familiar, más cruel el resbalón.

        Revuelven en el bolsillo, y un tintineo de monedas les va llenando de palabras. Abren las manos para nada. Un gargajo celestial riega esta procesión de gusanos. Él rehusa y escapa a su aldea, a ningún sitio. A lo que nunca tendrán ha atado su voz interior. Calla contra Siempre. Nació en el imperio de Dios, en la España nazi-católica incardinada hoy en un barniz llamado Espein; dos caras de la misma devaluada moneda. No hablará su idioma victorioso para que se sientan más unidos contra él.

       - Gracias a Franco ...
      - No, gracias a Franco, no; gracias a Hitler que se pegó un tiro y hubo que cambiar al disco de los nuevos nazis.

       A poco haya gañanes respondones, no tienen los señoritos más que llamar a la escuadra vaticana (Ribbentrop-Molotov). Ha vencido el Gobierno de la Victoria a la Revolución. La cuarentena canónica eleva su gloria desbordada de títeres sin cabeza y calaveras. Franquismo es convertir a los que aspiran a un mundo nuevo en suspirantes de un tóxico mendrugo. La Reconciliación guarda el botín. Obliga a todos a jugar a la libertad en el campo evangélico. Tras empapar su propaganda, lo han agrandado para que las ovejas negras no hagan lenguaje para todos. El clericalismo se viste con piel de cordero degollado, nos reconcilia en Franco, nos hace botín identitario. El teatro independiente, los cantautores, la revista "Triunfo"... demuestran la pujanza cultural que se desarrolló con el franquismo, crepita González de la Mora, el ideólogo crepuscular. ¡Vivan las "caenas"!, suspira la ración de linfa tercermundana sacando fuerzas para hacerle la cama todos los días al moribundo Caudillo y acostumbrarnos a la docta presencia de torturadores en clase.

        "Para que no haya dos Españas les daremos Una Sola Televisión". ¡Viva el espectáculo!, gritaron las tumbas. Es vivir una noche inacabable debajo de esta lúgubre bombilla, sin aire fresco ni despejada música, en algún norte-sur lejano e impreciso. La vida sorteada no puede descansar de esa Unidad de Información que España llaman. Entre “España” y la pared: un paredón con destino mandamás. Tras hundirse el frente del Este, sólo había que cambiar el rollo peliculero de la Ufa por un bosque sacro que asimismo mantenga el milenario óbolo pétreo.

        Sigue muerto el cadáver, herido por el tiempo, mas aún agazapado. No acabó de ser echado bajo tierra. Encerramos el cadáver en el armario aún aullando aleluyas celestiales, todavía buitreando sus buitres hijos, espigando en campos de batalla el eterno pillaje de las puestas de sol, el desparrame de carne sin tiempo ni historia. Indigna este confín, su extremaunciente angustia, un plomizo horizonte que al Señor de la Fortuna ya fue entregado mejorando en lomo ancho la escena. Y aún crees que leo el libro de un muerto. Siéntate y espera; te verá amortajado, hecho lágrimas por la muerte de un tirano que siempre resucita.

        No matamos a Franco; no hallamos al humano matador del Omnicriminal que envió el Omnipotente. No existe su existencia. Tras Estalin, con sus aliados y acólitos, entregándole en bandeja a la chusma fusilable, rematose sin reversión un último orgullo, una dignidad postrera. No morirá el criminal sagrado hasta un remate que relea cada destrozo. Cuarenta años de cárcel, y aún en el umbral del presidio, a punto de expansionar la alegría liberada, la moderadura nos cazó con camisa de fuerza y espinas virtuales. Contemplaban la escena liberales nerviosos a los que en luna llena brota el imperial bigote de campaña.

        La estulticia de la oposición no hace más que testimoniar la estulticia sembrada por el Régimen. Su patetismo opositor es una denuncia viva de la política patetizante de ese gobierno cuarteleramente constituido de humansismo cristiano. No hay "progre" doméstico sin previo genocida "moderador" que ayude a la plebe a no equivocarse de elección. La "moderación" con sangre entra.

       Después de Franco, el posfranquismo y quien lo guarde: sus viudas, huérfanos y herederos. La paz de los obedientes (hasta en la cama) nos obsequia también el Estado de Derecho, la Moderación, la desrradicalización generalizada. Autotransición o transición onanista: Los de siempre y unos trepas de nuevo tipo invitados a las esquinas del pastel. CC.OO., el verticalismo de nuevo tipo. Libertad sin ira ni vuelta; una Libertad expansiva que no permite otra clase de libertad. Libre mentira, pues su Libertad siempre les ha hecho libres de mentir. Con papel de celofán y coquetón lacito, su graciable "democracia" a todos promete. Con su reventa, se perpetúa la libertad calumniada. Al final, “España” es siempre francatólica con círculos concéntricos de tontos útiles y aprendices de españitas separadas por lo mismo. Movimiento Separatista "Más español que nadie": los separadores de su ombligo llamado España; los separatistas que, en para-lelo, llaman España al Poder y así camuflan el mismo repertorio.

        Para una adscripción más elaborada, ya tienen preparada a la deforme masa franquista. La Unidad se ha sofisticado. “España” es, ahora, Una Unidad de Destino en lo Comercial. Ahora, no basta dejarse llevar. Ahora, hay que comprar, hay que elegir las opciones. Ahora reza monoteísmo de mercado: Papa Vili Puertas, con tres neuronas tres... o como dejar de ser un bocazas por 4.995 pts. Nadie sabe por qué corren tanto, si llegan siempre al mismo sitio. Se necesita mucho dinero para hacer tal exhibición de incultura, esa cultura del baremo productivo.

         - Lo estamos haciendo muy bien.
        - Bien, bien.
        - Lo seguimos haciendo muy bien.
        - Bien, bien.
        - Vamos por buen camino.
        - Bien, bien.
        Cae del espacio exterior una piedra gigantesca que aplástase contra el suelo, y a todo el país se le dibuja la estupefacción legal en la cara. Y, así, hasta el próximo burbujeante esquilamiento.

        En la corte de Juan Cazos Primero, los filesos fácticos de popuslar falanjeta vaticana siguen recibiendo regalos de manos de los tres reyes Magos de Franco: Prieto, Negrín y Estalin.

       En la monarquía cloaca, su democloaca de las cloacas del Estado Cloaca y su prensa-cloaca (la sesuda prensa de Interior) tienen buen cuidado de garantizar la alternancia de la representación teatral. Para eso tenemos democracia: para desnudarse ante el visón de pantera reservada. El neocanovismo sólo necesita el pucherazo clásico en los porcentajes de participación... y algunas cosas más. Una alternancia apenas distinguible entre neofranquismo y una rancia y entregada seudosocialdemocracia. No hay escapatoria en el cortijo católico. Todo se estabiliza en la Constitución Eterna y Bienatada. Lo que determinó la mayoría simple y simplona de los nodos y telediarios del franquismo, sin oportunidad de ninguna penicilina moral, no lo puede autodeterminar otra mayoría pareja si con el tiempo se va descontaminando, más por vieja que por sabia. Recién salido del franquismo sin reformar, el acogotado telepueblo hace sacra una mayoría que prevalece sobre cualquier futuro. El pago es eterno como la eternidad de lo sagrado. Así la Monarquía es consustancial a la vida; defiende la propiedad sobre una infinidad de personas sin propiedad, tal vez sin “valores familiares”, pero buscando todavía a su príncipe o princesa.

        Asesinato real contra el hermano del rey de oros, Carrero, Duque de Cádiz, General Esquivias, Sandra Mozarowsky, herencia del duque de Hernani... Juan Cazos I de Suiza y Bribón IV de Espein, el Gran Rebañador.... ¡¡es tan humano!!. La jaleada campechanía real atrae a las moscas, segregando, a continuación, esa generosa baba monárquica espongiforme que amenaza con anegar el desierto del Sájara. No en vano Espein es el mayor productor europeo de baba monárquica. Entretanto, la pasta borbonera se encarga de ir cuajando los regalos al Elegido por FranDios. Eso también es real; como el armamento del ejército real exportado a Etiopía. Aquí la realeza se convierte en peseta y paje del dolor de cien mil pavos navideños. Embutido de repxol, el chorizo real nos borbotea 30 años de pax y faz con la Farsa y Licencia del Impune constitucional: 23-F de carne de su uña; periodistas procesados; una de las grandes fortunas mundiales; herencia cuestionada en una página red prohibida; hijo vaticano; Bilderberg; Orden de Malta; hermanísimo alauita, saudí...; las "fotos demagógicas" de Marc Rich estrellando contra la costa... ¡¿Qué hay de lo mío?! Tacita a tacita, cazo a cazo, ora et labora el atrasado émulo de sus gamados primos, los güinsor. Todo un feudo botinero con solvencia suficiente para desestabilizar a futuras reses públicas.

        Tras una vida en Franco, sigue y prosigue el consentido expolio. Para el Arriba planetario endosarnos este franco borboneo imanta un descontento que apenas da problemas. La III República salvaría a los monárquicos de peores pérdidas. Al menos, no entretendría más con ilusiones republicanas de cambio a mejor ... lo que no va a cambiar nunca desde cualquier arriba.

        El Estado terrorista a escala del terruño. El grillo de la Casa, Martín Pilla y, por otro lado, Carillo. Reedición de dos de los tres estratos pastorales de la guerra franquista a fin de asegurar un comité pastoral permanente en cada empresa.

       Señoras y señores: abróchense bien los cinturones; en pocos minutos entraremos en el país de los Gastos Reservados (Seguridad Nazional). Relájense, y, por favor, eviten en lo posible ponerse nerviosos. A mi derecha, podemos observar la cara norte de nuestro querido presidente geo-político, Felipe Gal, un tipo muy legal, porcuno mangamás totalmente homologado con nuestro entorno, (¡cierren esa puerta!), que, jaleado por este espectral silencio, ejerce su licenciatura para matar, pues el sol que le ilumina y los pantanos que sus manos lavan penden del hilo de su entrecejo.

       Espein, 1.986. "Por consiguiente, el único sexo posible hoy en día es el nuestro: el sexoe." F. Gonzálex Gal.

       Pxoe, o cómo desde la porquería se puede alcanzar las más altas cotas de la basura. No se privan de nada: robar, asesinar, mentiras de campaña, desmovilizar, intimidar. Socio-patetismo: pan, trabajo y corrupción. No hay derecho: ¡corrupción para todos!. Nosotros también queremos participar. Tengo cuatro hijos. Nos sentimos corruptos, ¡hip!. En el país de las cleptomaravillas, a poco queden sin su fuego, vuelven a los ancestros, a la estirpe, al linaje en formación, al atribulado combate hereditario; a los mares donde aquí se roba, aquí se vende; a las palaciegas expediciones, a la conquista de minas y monumentos; al pillaje funerario, al cárnico comercio.

      La "caída" de los ídolos: como digno "verdugo" del felipismo, el "rebelde" Roldán apunta directo a la cabeza. Pero continúa la patética representación. Son incapaces de dar un paso atrás. Unidos por el hilo de mando, no pueden tener algo limpio. Dice Roldán que no quiere ser Amedo, peón expiativo de la farsa "regeneracional". Es lo único en lo que no ha sido, por el momento, felipista. Los felipistas de Franco, entonces "apartidistas", ahora se encuadran en el pútrido "socialismo" trilateral, el franquismo por otros medios, con ese César de la comunicación, con ese ser de Franco sin parecerlo mucho. Con el Batallón Euspano-Español, el pueblo es lo que le manden. Por eso hace siempre lo que mandan, excepto cuando gruñe por lo bajo con ciertas sílabas señaladas. Nunca mira al amo con el respeto que él desprecia. Ataráxico, inalterable, comprensivo del garrote tutelar, un país de cloaca concebida suspira el sacrificio para que llegue la fiesta. La sangre inmolable del malvado infeliz ha de aplacar el rezongo. Tras la teletontería, acóplase la cloaca a cada casa, a las rejas del balcón. Una bandería de pontífices ungen al coro de pastores de las ondas arrullando a la manada. El bendecido pacto recubre la sentina del estómago, nos "modera" en piedra hecha palabra.

       Como azucarillos en el agua, moderémonos sin pausa por las ramas. Las reformas se recetan sobre el papel de la pantalla. Queda la oligarquía demorosa tras el derecho de aclamación a una de las dos “españas” oficiales: la de "filesa" o la de "naseiro" (una de las dos ha de cobrarte comisión). Con necesidad y complemento, los administrantes bribones cimentan la solidaridad de clase. Endurecidos en este desastre corruptor, quedamos sordos a los desastres venideros, al sentido político que incardine al individuo en ese bosque de ombligos.

       Telepsoe (nombre que alterna, como la Realidad, a Telepp) en un documental sobre el Mayo del 68 no desaprovecha arrimarse el ascua resumiendo la historia del mayo francés en un lema que acompañe a su campaña: "la renovación al Poder".

       Metro-Gordo-Mayo presenta: "La misma historia-5 en el país de la Mismancia”. Estrellas invitadas: Unción de Getas Timadoras, Juan Pisos sin casa ni caso, y la colaboración especial de Juntos Podemos: un agujero Redondo. Una peli con subtítulos, pero con impulso fileso, llena de romanticismo estatal y canovismo cojo (y corre), mostrando bella(ca)mente los perfiles dobles (como la contabilidad) de esta teocracia oligomercantil. Abandonen el sistema lógico decimal: el aburrimiento es la madre de todos los padres. Así tendrán opción al Primer Premio Flechas y Pelayos "Ordeño y Mando". Eso es mucho dinero para que alguien importante vaya a la cárcel. Que se lo pregunten al ladrón de Bagdallolid, el "honrado" Haxnar, especialista en movimientos 'honraros'. Feliz daño nuevo.

        El Psoe es la pretendida cara humana del PP para los que prefieren edificar los pantanos del Señor sin tener que doblar el lomo bajo la efigie del Caudillo. Nos ofrece una centrista opción de franquismo moderado. Todo ello, con las oportunas rabietas sobre temas accesorios para que el escenario caldee a la majada.

        Estos hechos que se narran deberían ser totalmente imaginarios. Estas pesadillas sólo deben de ocurrir en cabezas muertas. Pero, fracasando en subir por encima del túmulo, son aplastante mayoría. Sólo dejan el sucedáneo: desvivirse con la mediática, mediada, a medias, cobertura. Lo nuestro, en cambio, es el muermo personal, el rechinar de dientes, el dolor del aliento, la vida triste, el despropósito de enmienda a la totalidad; nacer en tiempos de Franco y tener que morir en tiempos de Franco; aparecer siempre en el mismo rincón; no ser de mayor un enano rico de ilusiones para que los optimistas cobijen la última esperanza, y los tontos destaquen su incompleta hipocresía.

        La corruptible masa amordazada fermenta solidaria con su lobuna conciencia de borrego. Sin ella, no existirían los cuentos. El galgo-pollo jorobado nos dice que el futuro es nuestro, que somos sus coristas. Si se deslían las resistencias, resultan estar conexas a la misma red, prendidas a siglas de bondad de grandes panteones fiduciarios. Si no llevas su letrero al cuello, difieres del planeta inmobiliario. Quedan las definiciones, no el aliento que las animó. Hay crisis de lectores, no de poetas oficiales o mudos; hay babiedad.

        Descubierto átomo en Triana totalmente desconocido hasta ahora, y ya antes de completar los estudios físicos se han compuesto al respecto unas tonadillas, tres sevillanas, una soleá, cuatro fandangos, un concierto flamenco y cinco rumbas.

        Sevillanas dentro de un orden: ¡Viva mi “Andalucía”, la vieja, y olé, viva mi dueño!; y vivan las "caenas" tan nuevas que llevo al cuello, y vivan las mujeres de pata adentro. [(Estribillo) “Andalucía” guapa, vendida, sangre borrega, bosteza que eres triste de luces de pandereta.] Y viva el caballo, mi "arma", carnuzo eterno, que vivan los laureles dormidos, pero bien muertos; y vivan los caciques, y olé, a que me someto, que tienen una gracia, y olé, que me merezco. (Al estribillo).
        (Coyuntural e ilimitable tierra de luz
en que es pillado con seres corvos y tiempo erosionado. Empobrecida por los pobres de Espíritu, sus enajenados soldados del sacrificio arrean sin remedio al "hombligo" historicista. El “nazional” ventrilocuo habla con nuestra entrega para erigir otras tierras vendidas que balan contra otra sangre gregaria y, así. elevar su ruindad acomunada).

        Un toro con minifalda. A ver si el público es muy machista y lo indulta.

        - No sea disolvente..., musita el rastrero de guardia. - No, seré ateo de más de cien años. Así que desentierras en oculto lo que pudo ser. Será la muerte el fin único en este desvivir. Sólo fermentan los deshechos del comienzo creando estirpe para comer. La carrera se encalleja hacia un fin de fiesta sin precisar meta en la vida. La ignorancia ha inventado una explicación definitiva. Aúlla la muchachada encajando cuadros en diferentes calles, llevando la publicidad al museo. Legión de adustos y solventes rostros inquieren: después de Franco, el Respeto.

       Incautos los mercantes de la duplicidad cristiana y bolchevique. Mientras venden la exclusiva de lo que no pudieron rematar, avalan los derechos de autor cobrados por sus fallidos destructores. Yendo a favor de la corriente, Pedro babea en el Poder cada rincón. Para él, la Historia es mando. Desde su aplanado ombligo, del “país”, sólo queda un reniego introvertido, el olvido, la inútil charla, el desquicie ante un muro insensible. Del Instituto a la carnicera Falange de la Cruz va acumulando con que echar tierra de conquista sobre una fugitiva risa.

       Sobra la cara, la familia, el país, la forma “ibérica” y ancestral, las raíces identitarias que inevitablemente fían la personalidad a las coordenadas de algún sacro matarife y sus herencias. Rellenando la cadena del como ser, los absolutos vergonzantes esconden al ego parlante entre otras flores. Sobra más: todo lo cotidiano, la conocida gente con la que reir de refilón, pero con la que nunca vibra.

        Cursillos de deserción para llevar a la escuela de la vida. Con persistente descaro, un mundo de mangamases de toda nuestra vida. Son los padres putativos de todos los Ben Laden del universo; de Axnar el Sucio o el de las Mercedes, según apunte el embudo; de Corruptonia y Mangania. Asquea vivir en este mundo como turista de la miseria. Es tiempo de expansión más que de crecimiento cuando dejas de crecer persona y crees en lo magno y en lo mágico.

         También los medios plutocráticos de Espein nos dan un Curso Acelerado de Golpismo Democrático Como Debe Ser. Su golpismo alecciona a "nuestra" "democracia": en Tv vemos a la Sociedad Civil (con corbata), o a turbas saqueadoras (sin corbata); “kale borroka” cuando interesa criminalizar sin matices, o perseguidos luchadores por la libertad en Venezuela u otra burocracia desobediente. Los botinescos escribas del Golpismo Global nos están invitando a participar en una sesión de odio. Fomentan el caribeño golpe libertador de impuestos a cargo del tridente granfraternal de la Libertad Verdadera: Patronal, Ejército-Cloaca e Iglesia. Los empleados del gobierno en colonias no deben tomarse libertades rebañándoles soldadas para tener ellos con presteza nuevos destacamentos de arribistas y clientelas satisfechas del hueso que han echado.

        Faess de las Jons. Vamos de la foto de las Azores, a dos millones de muertos; del golpe de Estado en Venezuela, a millones de esclavos hipotecados de por vida. Disparen sin complejos. Especulación, masacres aladas, corrupción, tortura. El espectáculo de la vida devoradora; ¡bichos, al salón!. Con Menem-Axnar el chorizo criollo se escala al de cantimpalo. Tras servirle al emperador la corriente sanguínea del predio local, Axnar funda feudo con sus gabelillas ganando la batalla de la Janda en la prórroga de la Historia, en el pasado presente que por su ombligo pasa. Para un ladrón con destino en lo Universal, cuando todo es ganar, acaba todo juego.

        Timofonica o la regeneración del timo. No es un partido; son cruzados del saqueo sin escrúpulos por un Bien Mayor. Su perpetuo encumbramiento bien se cuida de idealizar la Constitución Perpetua que les bienata sus botinescas acciones. El humansismo cristiano-Popuslar regenera la corrupción canovista con moderación con ira y Babia va bien. Ya han cargado al presupuesto los preservativos ambrosianos del Cardenal Carles y dan indulgencias plenarias Orbi et Orbe. Y además te regalan un libro de profético éxito del míxtico libretario vaticano Zélig Máchez Dragó.

        En este país se tortura; gracias por su hipocresía. Se tortura por Sistema; gracias por su podredumbre. Con el Partido Patatero de Axnar el Sucio, el franquismo reptador abre la boca. No más se agranda el patio de recreo, se funda y refunda el "centrismo" blanqueado. Pero su precaución les delata: "Sólo los que son terroristas denuncian". Una Escala de montajes del Batallón Triple Gal: de Vitoria a Montejurra, de Alcásser al aceite de colza, de El Ejido a Bagdad, Yugoslavia, Afganistán, Iraq, Colombia, Sájara... El Prestige, 11M... los caídos en la comisaría de la esquina… Aparecen cada día en los patéticos clones del Telediario inmundos rostros que hablan por la cara con falsía de su torturante democracia.

        Estado de Derecho de Pernada, Ley del Embudo, despotismo de derecho, Gal juridico, Gal legal, Terrorismo del Bien, secuestros popuslares, rufianismo de Derecho sin derecho alguno. Es el Estado de Desecho en el que todo es Gal: jueces, medios, "periodistos", partidos, sindicatos, empresarios, obispos, universidades privadas, oenegés gubernamentales... El dinero los va "entornando" a todos. No sospechamos que Franco llegaría a ser tan posmoderno.

        En un país por la jeta, disponemos de la regeneración del Gal en cómodos fascículos. Pétreo Jeta investiga los polvorientos expedientes que le pasan los sinvergüenzas de alterne. El estómago replicante de santos roedores y expectantes creyentes regenera sus graníticos huesos . No sufran; siempre tendrán una mentira de repuesto.

        Grupos siempre desorganizados, sin estructura; jóvenes irreflexivos que, uniformados para la "acción", se calientan accidentalmente. Faltan policías para controlar las espaldas de cada ciudadano de las agresiones regulares, a cara descubierta, a plena luz del día, con testigos, semana tras semana. "Unos pintan flores y otros cruces gamadas", dice el edil popuslar. Mientras, una mendiga, que dormía en un coche abandonado, es gravemente herida en un incendio producido de madrugada y que las fuentes policiales aseguran ser totalmente fortuito.

        Tenemos libertad de expresión, pero de pago; como ciertos colegios libres de libertad, o clínicas de pago esperando a las víctimas de las listas de espera y una recortada sanidad. Onda Cerdo transmite para el inmundo país. Es toda la libertad de expresión que plutocracia el dedo gobernante. Puedes optar por encadenarte a la Ser o la Cope. Una de las dos cadenas ha de vaciarte el corazón. España va bien, la amnesia también.

        José Antonio Primo-Asnar: "Antes una España rota y en almoneda, que una autodeterminada". El derecho de autodeterminación, estúpido. Consigue discutirlo de raíz afectando al nacional de todos los espíritus; que ninguna fabulación sagrada de algún historicista decida quien no puede decidir en el material de este momento. Turboseparadores a río revuelto. Allá va casi toda la energía. El gobierno Global agradece la división que no se le resiste.

        - Este individuo lleva veinte y tres minutos y doce segundos sin condenar una sola vez a ETA. - Sin duda es un cómplice objetivo del terrorismo.

        Mientras Megahipócritas en Línea asesinan a centenares de miles en Iraq y Yugoslavia, con implícitas bendiciones vaticanas, manifiéstanse sin sonrojo contra Eta y su ultraentorno.

         Pringati ilustrorum. El kafkiano y siniestro sainete de Alcásser, botón de muestra de la bajeza de una época de sumisión... Mayor, el alternante a los hechos, suficientes oportunidades tuvo en este caso de demostrar cuanto de honesto hay en él para no maltratar a sus subnormalizados súbditos, e investigar todo lo que queda por resolver. No agitar la supuesta calavera de Anglés aparecida en Irlanda, que supuestamente tardaron una eternidad en examinar, mientras los pelos púbicos sobre los cadáveres de las asesinadas siguen sin analizar.

        En una peli de episodios, el discurrir de las últimas décadas se sitúa en el mismo cuarto de estar. Secuencia e historia repítense ciclicamente. Con los mismos protagonistas y decorados se revisita la misma escena. Sólo cambian la moda indumentaria y el nombre del temible objeto a odiar: nos van a echar los rojos esos que cobran por follonear; los drogadictos enganchados al primer soplo; los inmigrantes, todos de una pieza, hacinados por gusto en los pisos, ladrones y pendencieros, maltratadores por igual según cuentan la Cope y su sucursal en Radio Macuto. Nos van a echar; así que sigamos echándolos fuera de esta España eterna. Década tras década, les baja el soma de lo Alto, en la misma mesa camilla, en la misma catódica hornacina. Se trata de exilar al desnormado de sus creencias vicarias. Apurando la hez servil a la busca de un temible "se va a liar", laboran en la aprensiva masacre con temor mártir, precriminal. Mentira y mezquindad se salen con la suya.

        Campo de Dalías: Santiago Matamoros, el gran limpiador "étnico", el que lava más blanco al sur del río Duero, acompañado del Obispo Gelmírez y la orquesta Matamoros en versión rocanfacha animal, barren la mala hierba sarracena en la patria chica de Manolo Escobar. Los españoles, primero; las personas, después. Progromo de diseño mientras las místicas fuerzas de orden público levitaban en extasío arrobante hasta intervenir al tercer día. Obra de Dios. El Pueblo Elegido.

           - Es indignante que me llamen fascista..., ¡qué se preparen!
        - El hecho de que usted reaccione como un fascista, no quiere decir que lo sea.
        - Exactamente.
        - Además, el Estado de Derecho...
        - ¡Exactamente, ahí iba yo...!
        - ... la democracia representativa y el bienestar de todos...
        - ¡Exactamente!
        - Amén.
        - Así sea.

        En Santander, el Ayuntamiento Popuslar reconstruye la Historia: vuelve Carlos I camino de Yuste. Hay fiesta y algazara, malabaristas y acróbatas; el gentío se prosterna ante los porteadores de la litera y ofrecen, humildes y jubilosos, los dones de la tierra del Amo, que se los zampa risueño, ufano y paternal. La programación heroica se repite halagadora como atajo fácil. Su abultada zafiedad es tan sorprendente como el éxito que profetiza insistente el telediario.

        En Casas Viejas, con el "sociolisto" apoyo municipal, pretendían construir el Hotel La Libertaria. ¡Tiren a la barriga de la memoria!

        Espein tiene el menor gasto social por habitante de la UE. 3% de medicamentos genéricos de marca tras una campaña autopublicitaria del Ministerio. En Alemania 60% de genérico sin marca. El Paseo de la Victoria, que no pudo disfrutar Hitler en su país, tiene aquí alamedas tan perdurables como el botín. Espein va Bien. El delito de pensamiento también. Trabaja el pasianaje sin descanso para el botín entrañable. Trabajo, veneno, ruido, tensión e insomnio en el país de los esclavos entusiastas.

        ”Reforma” pro nobis. La letra con sangre entra, pero en dosis homeopáticas, como las reformas laborales que glosaba el secretario de la patronal: las sucesivas reformitas del Reformón. Un gran aporte a las Ciencias Pecuarias. El sindicalismo vertical de nuevo tipo va de las dosis de caballo marcial, a las dosis de cordero colorido. “Reforma”, ora pro nobis.

       La Edad de Oro del deporte español se conjuga a la perfección con la Edad de Hierro de los derechos sociales. Así se ahorran un buen dinero. Mientras la plebe se emboba al “ganar” tantas medallas, el circo embaucador es uno de los más rentables.

        Compañías que deben tres y cuatro años del seguro al Insalud son perdonadas. Trescientos mil millones para los que crean los moderadísimos puestos de trabajo. En el gradiente de la igualdad social en los distintos países, Espein pasa del puesto ocho al veinte en los últimos tres años, (97-00). Desgravaciones mayores para los fondos de pensiones de las amas de casa; es lo que urge, dicen los correveidiles bancarios. Trescientos mil temporeros extranjeros mal pagados porque los nacionales, dicen, no están "por la movilidad geográfica", no porque han bajado el precio de la carne. Mafia del este, mafia del oeste. La empresa "flexibiliza" la plantilla y la horda bursátil aúlla relamiendo el beneficio del preso en la cazuela. Un país de carne temporal se va cayendo del andamio precario. Es la competitividad emporcadora; así estarán resabiados y repugnantes. Han tocado carne y han visto su blandura. Han ejercitado sus sables y aguijones. Se han propulsado pisándote el pescuezo. Los exilados del país de la Libertad serán perseguidos por la Organización del Amor, reprimidos por la Democracia, torturados por el Estado de Derecho, borboneados....

        El policía bueno se baña en estatut y negociaciones con Eta para, al final, darles en las narices, mientras sus aromas encantan a cierto electorado nacionalista y aprogresado sobrecogido ante las enfrentadas demostraciones nacional-católicas en la Plaza de Occidente. Mientras el policía malo excita a marcharse de casa, el poli bueno es el héroe que necesitamos, el voto útil ... para fabricar al poli malo. Izquierda pastoral borbónica y derecha falangista vaticana en pro de esos valores que con sus amos han de destruir. Los "centros" se extreman para encebar el arco parlamentario.



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      NACIÓN-



      A la mili van los vaciados sesos de los parias de la Patria. Son números del cuartel cotidiano, absurdo hecho caricatura, orden corruptor de una juventud partida. La gravada senda se pone en faena delante de los niños. Será el monstruo marcial quien, entrando en el cuartel, espante al ogro guardián. Pero se asustarán por encanto del coco del sueño y del milagro. La violencia necesita de los demás, necesita de su reconocimiento. Tras reformarse las armas del cortejo amoroso, revelarán su utilidad para la depredación. Eso de "enfrentarse al enemigo" con las armas del enemigo nos hará enemigos de un nosotros mismos anterior.

         Mirar al otro como distinto, verle praderas que nunca podrás hollar. Al final, fructifica el saber un siempre estar solos con los mismos otros por referente. Pero Unidos; tan homicidamente solidarios con los matarifes fundacionales, que el veneno afecta a los órganos vitales. Pondrá, así, el antídoto su blanquecino excipiente, pero no a tiempo de desligar su relación. No distancia el sebo comulgante hasta hacerse veraz. Si a la ciencia soborna y trasviste de ombligo, no se atreve a conceder que no ha sabido instruirse. Exigiría revisar la primera autofábula de ti mismo, ese lacrado alivio dando paso a otro distinto, un creador de su ciencia y conciencia. Si es que así te has labrado, la efusiva falacia consuela, pero sólo intereses acopla y un perdurable extravío.

        Aquellas juergas de palo santo a cuyo chato repetir dabas desprecio, ¡qué mal consideradas en aquellas décadas en que aún no había avanzado en cada tono y catódico color la educación mítica de las masas!. La burbuja tejió su último cierre. Cada tesela liquida es un punto triunfal con su orgásmica retransmisión de premios incluídos. Los héroes están en todas partes. El imaginario los busca pues tienen galardón incorporado. Se trata de hacer una fiesta que sintamos nuestra quedando fuera la vecindad forastera, o en el mejor de los supuestos, darnos el placer de condescender a invitarles a los postres.

      Rabelais, los situs, Socialismo o Barbarie, Dadá, Latreaumont, Camus, Flaubert, Nouvelle Vague, descalzonados y enrabiados comuneros ... la otra "Francia". La Una, para nada. Ya sabe que han estado juntas. Pero, quitándoles la cáscara, las aprehende y desliga en su dinamismo temporal con racional y apasionada educación sentimental. Los excesos de la generalización se nutren de sucesos que nacionalizan la vida. Como aperreado cosmopolita tabernario nada quiere dejar a las ratas con bandera. Es una realidad antinacional, aquello que no quiere nombrar para que no se crezca por el nombre. Más cerca de los montes soñados que de alguna cordillera revelada.

       Pertenecen al reptiliano orden. No alcanzan el vuelo del defenestrado. Trepa la panza al pescuezo ajeno llegando a gusano de carrera. La eliminación ensancha un horizonte de doblez, de gentes de feo espein, “personalidada”, telediario rebote. Tras las ondas de choque, sediméntase la trola. Algún magullado observador ha de abismarse ante presuntos semejantes definitivamente acanalados. Gruñen desde todos los medios. La cochiquera multimierda amplifícase hasta revolverle al interior exilio.

          Los vencedores jerarquizan la revelación. De derecho consuetudinario se han empadronado. Con su carismática autoridad pecuaria, han hecho imperial y exclusivo el arreo, la intensificación pastoral. Los excesos y ridículos de los místicos apríscadores apenas ponen en aprietos a esa Organización que forja y pide ecónomos de tal lustre. Trapicheando de continuo un Futuro conocer, a otros bienes acompañan en el escaparate. O heredan para poder desheredar. Aquelarres identitarios en los que no basta ser humano. Comunidad de propietarios en pétreo extasío irrenunciable. Músicas y comuniones de masas.

        Tras elDeseado” mítico, Fernando VII, camínase hacia una “nueva religión” para que la plebe se anude al amo. El patriotismo nacional da facha y fachada al sectarismo cristiano de toda la vida. Se renueva las técnicas pecuarias del monoteo. Ya no pueden pujar con señores infieles las concesiones que les mejoren su suerte. Es el mismo enjaulamiento que eterniza al Señor. El sagrado manto de la "traición a la patria" guarda la viña del Señor. Así transitan sobre este "vivan las caenas", "viva mi dueño", sin despeinarse. Una transición recolorante, teodora e insípida.

        Los esclavistas ya no buscan tanto marcarte el lomo, como pintarte con su marca las neuronas. La banalidad del borrego de agua dulce ha hecho del “cosmopolitismo” tan sólo un sucedáneo del ultranacionalismo único. La globalización de la reventa se funde en el crisol de los más Altos Hornos. Reatas de frustrados yanquis en españitas clónicas avanzan bajo las banderas del Partido de los Intereses Nazionales. Una vez más, el patriotismo a quien más sirve es a los vendepatrias. Para vender el contenido del producto han de utilizar incontinentes las palabras y el orgullo frente al Otro. Mientras la servil superchería púdrese en tópicos nacionales, consuélanse los homínidos supervivientes de su negra suerte. Un alivio conocido cuando no hay isla para apátridas. Entre Fernando VII y Bonaparte agotarán otros deseos. ¡Viva la libertad y las "caenas"! No podremos escapar. Ni siquiera hay lucidez para contar cadáveres. Hasta el final del cuento, indignos, que no indignados. El sueño de Casares. Pura patria ranciedumbre.

        Los sistemas mentales de conscripción coinciden en hacer insoportables zonas indefinidas de difícil frontera. Con visibles e invisibles manos, empujan y concentran un haz de idénticos en un ocasional parámetro universable frente a otros agavillados semejantes: goyim, gentil, rumí, godo, bárbaro, maqueto, charnego, gachupín, franchute, infiel, moro, negro, indio, gitano, blanco, payo, trabajador invitado... Se recargan crímenes y ajenas victorias para que otros se preparen y no tenga más remedio que picarse. Y vuelta a empezar hasta llegar a manada. Es la Unidad de Destino en lo Universal del crimen. El imaginario justificará criminales de un lado, si unen su nombre al pueblo victimado, hasta permitirse victimar al que está unido asimismo, de grado o por fuerza imaginera, a verdugos del pasado.

        La guerra empieza al formarse los pueblos. El Poder no puede hablar de tú a tú. Para vender sus pautas, antes tiene que convertirlos en masa, en tribu balompédica a favor de algo ajeno sito en los planetas exteriores. La polarización de las pistolas congrega la polarización de las ideas y las posturas. Sacan la métrica nacional y miden a ver si todos somos idénticos. Equipan unidades de información, de ideología, de autosugestión colectiva. El placer de la mentira busca Unanimidad que les haga Verdad. La gente adora el poder que le falta, incluso dona toda su sangre para que le transfusione. El prejuicio protege su ignorancia.

        Formación del Espíritu Competitivo Nacional: hace un millón de años teníamos las primeras hachas de Europa. "Semos" los mejores. Siempre habrá algo que llevar al foco de nuestra entendederas; algún deporte en el que destaque la selección nacional; algo por lo que sentirnos orgullosos al entrar al trapo nacionalsimbólico imán de nuestra cornamenta. La emoción del nacionalista umbilical de pertenencia a sus pertenencias virtuales se agranda al abandonarse al mundo de los vencedores. Su nacionalismo se prolonga en el Imperio adoptivo.

        Nacionalismo, "tribalismo", sectarismo... todos sirven para unir haciendo más altos los muros fronterizos. Y todos esos muros construidos luego habrá que saltarlos. El internacionalismo vaselina ha alzado puentes sobre las almenas de los castillos nacionales que antes construyeron. Es el puente levadizo sobre el muro nacional para que se estrelle el cucañero y darle cuerda floja al trapacista. No se puede ir por lo llano. Las pasarelas penden amenazando desplomarse, precipitar al vacío a los viandantes y caigan en la cuenta del castellano y el conde. Por eso, no miran a abajo, si pueden caerse. Ya no saben ir campo a través. La altitud vana de los pilares heroicos no ha de sufrir un remirar, un ver como rechina el patán palaciego al codearse con la fusta de familia. Mientras, se acopla la caricia a las viejas cicatrices. Con estos cursillos para equilibristas no cae la empalizada ni el muro. Sin un castillo que se yerga ante nosotros, no sabemos levantar la frente.

        Identidad apandillada que izan hacia el cielo hasta hacerse cultura. Una supuesta y momentánea omnividencia certifica en el tiempo. Pero no relaciona a toda la humanidad sin rémoras ni escombros admirativos que algún contratista reutilice en los próximos muros. Es un conductivismo sin escapatoria. La comenzante persona ha de ser tapiada, cerrada la muralla tras talar sus palpos. El originado niño no principia ni origina. Su inventado gozne es permutado y redoblado. En la plaza del pueblo, el eslabón de la cadena al cuello adelanta el pescuezo camino del cadalso. Su nacimiento cadáver se amuralla de cráneos nacionales.

        Esa cultura no es amor a la cultura de todos los humanos: es amor a la "tribu" para erradicar a otras. Por eso, la decencia es antipatriótica, pues da ventajas a los indecentes de enfrente, según nos señalan, en este lado, los patriotas consecuentes e indecentes. En cambio, la cultura humana puede englobarse frente al poder al no darle nombre, aunque la utilice. Sin comunión febril de prietos y enfilados, puede dejarse llevar por las trochas que abrió una supuesta e intransponible necesidad. Puede irse liberando de estas facturadas patrañas sin dejar a la infancia envilecida por más cuentos, cuentas y contables. Perderíase culto al cabecilla, al prelado. Se tirará por la borda sus manoseados despojos, no escalará a un predio mayor por inventar. La libertad no tiene patria ni patrón ni patronazgo. Sería el único ancestro un intento de lucidez, un revuelo intrincado por las sendas del tiempo y el espacio, un aprehender en este paso lo vano intransferible de aprender. Nuevas vías que se abren por hartazgo de triunfo. No déjase llevar disfrazado de metáfora apelando al rayo duende de la Altitud. Apóyase en el camino desbrozado que facilita, al menos, comprensión y estima de indefinible humano. Una aversión a los espadachines de las heridas incitaría a desechar un halago fácil; depuraría la razón su narración propia; desposeería a la trillada hojarasca; construiría construyéndose; encontraría un terreno común donde tú no tengas que devolver la casa del abuelo asesino al nieto del asesinado porque todos tienen casa en el presente y ambos llaman al asesinato por su nombre.

        El lenguaje que formamos con los íntimos, las convención de los próximos, cada etapa de una "cultura"... todo transmite una invención de lo que fue el pasado. Expansiva y poética, se ha sublimado la vibración de cada día. Por más que un discernir escudriñe los forros de la piel, veamos más allá de la redes pecuarias y el productivo arreo. Son humanas convenciones en trance de hipostasiarse nación, declaración geográfica. No sería la ciencia infusa de sus caprichos disfrazados, sino la experiencia de esa misma realidad que se ha de enjuiciar. No imponerle el adorable cielo de nuestra instalación importuna en el camino.

        Manejar el sentimiento nacional pone en servicio a los poetas que invirtieron en el molde. La importancia de estos creadores se enrola a bordo con los genocidas. Ya florece el acreedor. Ya trabaja el genio para algún imbécil. Marcado a la carta el lote, refugiará por siglos al canalla. Al conformarse, progresa embalsamado el fantoche. Las casas malas también se hacen con ladrillos buenos. Como mecha del cañón de la matanza, se ejercita la identificación y la propiedad como Formación del Espíritu Nacional. Ideología del pegamento, mentira de la primogenitura, absoluto nacional.

        Allí hay ríos, fuentes, prados, músicas, costumbres azarosas..., pero eso no importa en sí; son sólo mercaderías apropiadas para afirmarse contra quien crees te avasalla y has de avasallar. De este modo, los catálogos nacionales nos colocan en algún punto de la lista: un ser humano más mil generaciones contantes y sonantes. Petrificado el símbolo, se acaba con un simbolismo sin troquel ni exclusiva, fugaz en su intermediación, honesto al negar la pensión vitalicia. El homo-exiguo no alcanzará a un segundo (re)volar que desabrace al trapo. El nacionalismo es el camino más corto para enjugar la angustia de los desposeídos ante la exhibición de propiedades de los nacionalistas ajenos. La vacuidad personal ha de henchirse de humo hasta rellenar su gregaria desidia.

        Las fronteras de la música..., pero la música no tiene fronteras. Inténtala cazar el nacional ombligo para su proyección, pero escápase y confronta en los ridículos ropajes que se quieren inventos del sucesor fiduciario. El "artisto" nacionalista, aún en ciernes, azórase al descubrirse nacido fuera de las fronteras donde definió su música. Entonces, apoyándose en la mediada telúrica de bolsillo, sale por la tangente del mestizaje a cuento de casar la lejanía de los mapas de puntos y rayas con sus honduras empadronadas.

        Nada ha cambiado en el lugar que colocó en el mapa aquel triste ingenioso en vivir apartado de los lugareños. Tan sólo la dirección bovina erige esta instituida admiración. El orgullo mentecato de los compatriotas herederos dará ventaja en el solar del verso. Dan ganas de cortarse las manos.

        No más se ha fabricado una patria, ya surgen los traidores a ella. Es el enfrentamiento maligno de quien resiste a la leva. Sin heredad el terrícola no es parte de Occidente; tal vez, un descastado resistiéndose sin culpa ni forma nacional de los complejos. “Su patria me tortura, señor periodista.” Apátridas o esclavos del botín, en su fuero interno sobrevive a la patrística. La música “nazional” nunca le supo levantar. Por más que compita y acompleje el orgullo ante el pavoneo de los de enfrente, no se es propietario de este tipo de notas. Tal vez, tras algún esfuerzo y dedicación, un fugaz y accidental administrador de un pequeño trozo de la común cultura humana. Identidades, si acaso, sólo hay una: la humana. Los idénticos no pueden ser irrepetibles. Las afiliadoras coincidencias dejan demasiado fuera del campo definido, no respetan la diversidad de las volátiles "fronteras" de cada uno de los parámetros englobados en la definición. Pero no por eso evitan encuadrarte en lo accesorio. Las personas, entonces, están en desventaja ante la petición de fidelidad a la Patria, la adhesión al más masivo ombligo.

        Andalucía Libre no es Andalucía libre: no está libre de Andalucía. Han creado a su antojo un nacional teombligo, una Andalucía sellada para acabar con toda "andalucía" habida y por haber. Han amasado la masa madre de todos los padres y compadres patronales para plantar sus reales gobernantes del imaginario uno y asociado. Son mentiras llenas de palmas en busca de unánimes jaleos. Para más emparedarnos, arrean un "todos dicen" que haga girar la mítica noria del deslomamiento colectivo. Una ventaja se estampa antes de un brote argumental, y así, Andalucía es otra Unidad de Destino en lo Umbilical, una mentira que busca afirmación.

        Apenas sepultados de tópico andaluz, echemos mano de la presunción de inteligencia. Chistes de “andaluces” en que se denigra al pueblo andaluz como inculto. Los patrioteros ya tienen tema. Teniendo a Séneca, Lucano, Góngora, Cernuda, Alexandre, Lorca... con esa "curtura" que tenemos que ya no necesitamos ni leer... Los nacionalistas catalanes, lo mismo con los chistes de catalanes tacaños... El vergonzante nacionalcatolicismo de las españitas procelosas hace a los "godos" en un sitio libertadores y, en otro, estropicio y maldad; todo al compás del mandante ombligo “nazional”. Apenas nos hemos liberados del viejo yugo, aun seguimos con el cornal recién lustrado. ¡Cuidado con la horda forofa! Los axiales ventrílocuos de la Historia quieren enjaularnos en el penúltimo remiendo de su mimético incondicional, en su terreno de embozada hipoteca, en el hierático rastro que tunde al definir. Es otro repuesto para que entremos al trapo. Con los publicitarios del deseo hay canción para desechar. Desde la anti-Andalucía a la anti-España campea la traición al absoluto plástico de ombligo en flor. Ocho maneras de escupir a la banda bandera. Método universal de trapero escupitajo. Esto es lo bueno de vivir en la Antiespaña: cuando, cíclicamente, dicen que “España” se hunde, salimos a flote en esta mar picada de marcas, logotipos, hierros ganaderos, estandartes y pendones del sangriento crucifijo. Ya está todo sellado para que sean inquiridos los traidores en el Tribunal de los fieles.

         El nacionalismo con posibles vende sus mercancías textiles para suplantar artesanías, y productos culturales para suplantar costumbres que rarifiquen a los colonizados a los ojos de los colonizadores. Ya buscarán gratificadores “alter egos” en el cuarto de invitados.

        El cosmopolitismo puede no vender nada. Puede querer que todo permanezca para una levadura sin fusión, un cribado intercambio de aspectos parciales que enriquezcan humanamente la continuidad de una riqueza sin frontera, de un impreciso recodo con su propio discurrir. Sus tallos insólitos celebran el azar de lo diverso, nuestro accidental paso por una tierra que, a fin de cuentas, nos iguala al partir.

        La libertad no tiene patria, pues, si no, tendría que liberarse de su patrocinio, de su patronazgo patronal. Sería un lugar sin sitio para españoles, vascos, andaluces, catalanes, yanquis y sudistas; occidentales y orientales; comerciales musulmanes, judíos y cristianos; patriotas, místicos y míticos; marxianos de la mar salada; importantes cosmosúbditos imperiales... Se busca isla donde la gente no sea tan generosa con su generosidad. Una isla sin magia ni mapa; una aldea sin cielo en celo; una tierra callada; un toque diverso, singular y pendiente para definirse, de tiempo y espacio a especificar.
 
 
 

       OCCIPOTAL.-



        Realmente humana, inescindida, una cultura supondría emanciparse del mito de las culturas. Como la enaltecida y mayúscula "Cultura Occidental" que no ha dejado de cambiar en el tiempo, el espacio y, sobre todo, en los múltiples cerebros a los que no se da explicaciones ni se pide permiso para segregar veneno en su nombre. Están tan extasiados por la ilusoria y distinguida propiedad, que no perciben que es el rapto de la inteligencia para ser puesta a los pies de la geo-sectívora hipocresía de los consorcios productores de Realidad.

        Gracias al historicio “Occipotal” es que inventamos la imprenta, pero sólo nosotros; imprimimos, pero para que, al final, sólo queden "nuestros" libros. Es la posesión de la técnica más el desprecio al extraño, al infiel. La mezquindad no relativiza el tiempo histórico. Simula superioridad escondiendo esa ayuda que le ceba mientras renombra al tóxico desdén. Su genofóbico invento ha empozoñado el ingenio mientras sus canónicos feudos cobran por haber llegado primero a esas fuentes del poder que llaman supervida. Pero no se vive más, no se vive más digno por tener un mapa más grande. Mientras los hijos del Poder retozan en la cama Occidental, en el mismo lecho de la libertad que arma sus cañones, las derrotadas ideologías segundonas, que, en paralelo, reptan aspirantes, están más libres de cadáveres (por imposibilidad en más de un caso). Pero, ahora, el desnivel entre quien se prolonga imponiendo su visión a un semejante y el resto de la tropa se traslada lejos. Piérdese relación cara a cara para no ver a las claras lo crudo del mecanismo. Ya no pueden percatarse de los lejanos hilos que los manejan. Una futilidad escurridiza reanima atadura y teocracia uniendo las partículas y pasmando soldaduras. Pero eso te lo disfrazan dejando el anterior decorado. No al dirigismo, dicen; que el mandamás se entienda con los señores naturales, los tiranos locales que él vigila para evitar que implanten una tiranía emancipada de su férula.

        Al nuevo emperador habrá que tratarlo como príncipe protector de la República. Como inconfeso aristócrata, ha consentido evaluarse en esa condescendencia que le principea en todos lados. No olvidemos que es augusto e impera evitándonos el mal trago de tener que arrodillarnos en su presencia. A cambio, reina en traje de calle mientras encauza el fervor de una plebe que vale cuanto bala. Le devuelven el favor para que triunfe en todos los campos, incluso en los que no ha plantado sus laureles. Vence, así, con elegancia; convence internalizando al santurrón; no estropea la escena ni desmoraliza la marcha de la grey. Tácitamente, aparentan todos no darse cuenta de la ignominia. No te matan si finges que no has visto la pistola. No es necesario hacerlo ostensible. Les regalas, deferente, un tributo que fácilmente disipe la humillación en el rostro.

        No duda en bautizar el Sacrobosque, en una de sus pelis, la resistencia griega al Imperio Persa. Tratan con sus Guerras Médicas apuntalar su propio imperialismo "persa" contra la hodierna Persia y el Mundo. No triunfa así la libertad humana que exige geografía ilimitada que escape del enjaulador triunfante; un poder fragmentado por igual; una cierta inoperancia ante la magnitud del resquicio. Pero ellos ya tienen heredada la bondad cual título nobiliario. Se hace la inasible presa el botín de los cómplices. Su mágica ralea pasa factura por su Unión imperial, real en el momento. No hay mérito ni acción moral. Pero los asesinatos no empañan su hoja de servicio. El “espacio vital” hecho planeta hace ociosa la ética cuando figura de despojo en el escudo de familia. Su linajuda zafiedad sólo ha de ver el continente. Le importa un bledo el contenido supuestamente adjudicado ad eternum al molde embaucador. La deontología del carnicero encantado, como el valor, se autosupone.

        Los piratas somalíes no respetan la primacía pirata de las misiones “occidentales”. Por eso los pescadores queniatas disfrutan de abundantísima pesca. Es la momentánea suspensión de la condena a ser sojuzgados por la Libertad de Empresa (la piratería encorbatada de los tecnificados arrastreros “occidentales”).





      
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