**** Portada -                                   REDO ESTEpARiA  Revuelo AntiPastoral                           - Indice ****


BREVÍSIMA RELACIÓN DE LA DESTRUCCIÓN DE LAS INDIAS.

Fray Bartolomé de la Casas.


        Como la Providencia divina tenga ordenado en su mundo, que para dirección y común utilidad del linaje humano e constituyesen en los reinos y pueblos, reyes, como padres y pastores (según los nombra Homero)

        *** La sociedad perfecta y el paraíso nombrado han sido siempre anzuelos para justificar y divinizar a los reyes pastorales. Así se consagra al Poder lo religado al Todopoderoso. Sólo queda luchar en pro del reino cristiano hasta desembocar en la gloria celestial. La esperanza permite aguantar ascéticamente las penalidades; les preparan para sojuzgar. Sin embargo, los afanosos vampiros al servicio del Ideal pueden romper el saco por su avaricia de los últimos días. Pero los pastores de base advierten al Señor que la doblez desenfrenada hace peligrar la parte del botín real y dificulta un pastoreo a largo plazo que asegure futuras y regulares rentas.

        ... las que los tiranos inventaron, prosiguieron y han cometidos llaman conquistas contra gentes pacíficas, humildes y mansas que a nadie ofenden.

        *** Una adecuada ganadería debe contemplar un lapso que acomode la res al nuevo establo, un largo plazo acorde a la grandeza del Señor. Debe darles algo más de tiempo para transitar hasta formar parte de la mesnada del Amo. Para ello, entran en competencia la burocracia clerigo-real y los nuevos encomenderos. Disfrutar de tal chollo convierte la mies en baratija de deslumbrante captación. Aun siendo tan sumisa la grey, un mal esquilamiento compromete el ordeño. Todavía necesita al Dios de la Bondad la falta de maldad de los naturales. Sus malvados guerreros hacen precisa a la soldadesca clerical mercando el tejido que tape su previo destejer. Si el “poli bueno” termina de cerrar el escenario, nadie podrá escapar del campo de los tiranos. La doble conquista es la que asegura y flexibiliza la persistencia del apacentamiento.

         "Todas estas infinitas gentes crió Dios los más simples, sin maldades no dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bollicios, no rijosos, no querulosos, sin odios, sin desear venganza, que hay en el mundo... Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no cobdiciosas... dóciles para toda buena doctrina; aptísimos para recibir nuestra sancta fe católica e ser dotados de virtuosas costumbres... Yo he oído decir a muchos seglares españoles de muchos años acá e muchas veces no pudiendo negar la bondad que en ellos ven: "cierto estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo si solamente conocieran a Dios"... estas ovejas mansas ... Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despodazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas... Todas las mataron trayéndolas e por traellas a la isla Española, después que veían que se les acababan los naturales della. Andando un navío tres años a rebuscar por ellas la gente que había, después de haber sido vendimiadas, porque un buen cristiano se movió por piedad para los que se hallasen convertillos e ganallos para Cristo, no se hallaron sino once personas".

        *** La "marina" azteca fue mucho más discreta. No hubo una ruta de la seda que fermentase algún atajo histórico evitando este encontronazo. Los filósofos griegos filtrados por sus pirómanos sirven a su sangrienta venta de exclusiva y providencia.

        Y porque toda la gente que huir podía se encerraba en los montes y subía a las sierras, huyendo de hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias, extirpadores y capitales enemigos del linaje humano, enseñaron y amaestraron lebreles, perro brevísimos, que en viendo a un indio le hacían pedazos en un credo, y mejor arremetían a él y lo comían que si fuera un puerco. Estos perros hicieron grandes estragos y carnicerías, y porque algunas veces raras y pocas mataban los indios algunos cristianos, con justa razón y santa justicia, hicieron ley entre sí, que por un cristiano que los indios matasen, habían los cristianos de matar cien indios.

        *** Sin el freno de otros polos de poder de pareja tecnología bélica, se delata la estructura feudal cristiana, su voracidad conquistadora previa al proselitismo, la infrahumanización de paganos y los “otros” paralela al súperhumilde endiosamiento de los perdonavidas posmatanza con su clasismo señorial ávido de rápida sumisión y renta. El liberalismo patrístico global necesita de sus mansas y lubricadoras compañías para que la codicia no rompa el saco, para que la máquina no pare.

        Después de acabadas las guerras y muertos en ellas todos los hombres, quedando comúnmente los mancebos y mujeres y niños, repartiéronlos entre sí, y así repartidos a cada cristiano, dábanselos con esta color que los enseñase en las cosas de la fe católica, siendo comúnmente todos ellos idiotas y hombres crueles, avarísimos y viciosos, haciéndolos curas de ánimas. Y la cura o cuidado que de ellos tuvieron fue enviar los hombre a las minas a sacar oro, que es trabajo intolerable; y las mujeres en las estancias las ponían a cavar las labranzas y cultivar la tierra, trabajo para hombres muy fuertes y recios. No daban a los unos ni a las otras de comer sino hierbas y cosas que no tenían substancia, secábaseles la leche de las tetas a las mujeres paridas, y así en breve todas las criaturas y por estar los maridos apartados que nunca veían a sus mujeres, cesó entre ellos la generación... Decir las cargas que les echaban de tres y cuatro arrobas, y los llevaban ciento y doscientas leguas, y los mismos cristianos se hacían llevar en hamacas que son como redes, a cuestas de los indios, porque siempre usaron de ellos como de bestias para cargas. Tenían mataduras en los hombros y espaldas de las cargas, como muy matadas bestias. Decir asimismo los azotes, palos, bofetadas, puñadas, maldiciones y otros mil géneros de tormentos que en los trabajos les daban.

        *** La esclavitud cristiana y sus guerras recolectoras de esclavos no escasearon durante los mil años anteriores. Esta celestial historia muéstrase ahora en carne viva. Sorprenderse y escandalizarse en esos momentos muestra la bajeza del baremo y la altivez de sus cuentos. Tan sólo lamentan los botineros en competencia esa rentabilidad aventurera, esa borrachera de botín y destrucción de quien cree llegado un Día de fulminante y milagrosa provisión. Mientras tanto, prepárase el camino a los megaletales virus de la viruela para endosarles todos los muertos de la falta de nutrición, humillaciones, sufrimientos, trabajos forzados, erradicación social y cultural, el exilio interior de estos rojos infieles “antiespañoles” siempre necesitados de alguna cruzada que erradique la mala hierba. Ese amor al totalitario Dios Único, ese monopólico mercado del Amor, muéstrase, al fin, como el verdadero motor del crimen.

        Un cacique que por nombre tenía Hatuey ajuntó mucha o toda su gente, y díjoles: "Sabéis por qué lo hacen?" Dijeron no, sino porque son de su natura crueles y malos. Dijeron: " No lo hacen por sólo eso, sino porque tienen un Dios a quien ellos adoran y quieren mucho, y por haberlo de nosotros para lo adorar nos trabajan de sojuzgar y nos matan". Tenía cabe sí un cestilla llena de oro en joyas y dijo: "Véis aquí el Dios de los cristianos, hagámosle si os parece Areitos (que son bailes y danzas) y quizá le agradaremos". Este cacique y señor anduvo siempre huyendo de los cristianos. Al fin lo prendieron y lo hubieron vivo de quemar. Atado al palo decíale un religioso de San Francisco, santo varón, que allí estaba, algunas cosas de Dios y de nuestra fe, el cual nunca la había oído, lo que podía bastar aquel poquillo tiempo que los verdugos le daban, y que si quería creer aquello que le decía que iría al cielo, donde había gloria y eterno descanso, y si no, que había de ir al infierno a padecer perpetuos tormentos y penas. El, pensando un poco, preguntó al religioso si iban cristianos al cielo, el religioso le respondió que sí, pero que iban los que eran buenos. Dijo luego el cacique sin más pensar, que no quería él ir sino al infierno, por no estar donde estuviesen, y por no ver tan cruel gente. Esta es la fama y honra que Dios y nuestra fe ha ganado con los cristianos que han ido a las Indias.

        *** El apaleamiento arbitrario de la res deja marcas que impiden uncirle el yugo del espíritu con desahogo. Se comprometen los frutos de la cópula entre la cruz-espada del conquistador y el santo varón que procura la salvación del alma de las víctimas. Con la extrema lejanía del brazo secular hay peligro de que los nuevos señores feudales se independicen de una realeza fusionada con el papado financiador de la empresa. Los soldados clericales del papista rey tienen que evitar se muestre desnudo el mecanismo, el tráfico celestial de las penas infernales, el chantaje torturador que encadena un expolio sostenible al confesionario. Para construir templos hacen falta esclavos de provecho, siervos con suficiente vida de trabajo.

        Una vez saliéndonos a recibir con mantenimientos y regalos diez leguas de un gran pueblo, y llegados allá nos dieron gran cantidad de pescado, y pan y comida con todo lo que más pudieron; súbitamente se les revistió el diablo a los cristianos y meten a cuchillo en mi presencia (sin motivo ni causa que tuviesen) más de tres mil ánimas que estaban sentados delante de nosotros, hombres y mujeres y niños. Saliéronnos a recibir veinte y un señores y caciques, y luego los prendió el capitán, quebrantando el seguro que yo les había dado, y los quería quemar vivos otro día, diciendo que era bien, porque aquellos señores algún tiempo habían de hacer algún mal.

        *** La repentina culpa es del diablo, siempre tan cerca de Dios, siempre tan predilecto de su entorno, como estos asesinos que departen con este santo varón con santa naturalidad. Él se dirige a un mundo donde no hay escándalo por tal promiscuidad. Son las necesarias y “diablescas” travesuras de los cruzados. Por ese estar en todo pillaje, los espejos de la doblez arrastran el entendimiento por el suelo conquistado. Han hecho de la sorpresa un pueril testimonio de la miseria sectaria. Arreando matanzas y embustes, perdonan la vida en pos de un bautizo que todo lo manda y todo lo cura. Sólo falta entonar las santas palabras.

        Todos los indios puestos en la servidumbre y calamidad de los de la Española, viéndose morir y perecer sin remedio, todos comenzaron unos a huir a los montes, otros a ahorcarse de desesperados, y ahorcábanse maridos y mujeres y consigo ahorcaban los hijos; y por las crueldades de un español muy tirano (que yo conocí) se ahorcaron más de doscientos indios

        Hubo oficial en esta isla que le dieron en repartimiento trescientos indios, y al cabo de tres meses habían muerto en los trabajos de las minas los doscientos setenta, que no le quedaran de todos sino treinta. Después le dieron otros tantos y más, y también los mató, y dábanle y más mataba, hasta que se murió y el diablo le llevó el alma. En tres o cuatro meses, estando yo presente, murieron de hambre por llevarles los padres y las madres a las minas, màs de siete mil niños. Después acordaron de ir a montear los indios que estaban por los montes, donde hicieron estragos admirables, y así asolaron y despoblaron toda aquella isla, la cual vimos agora poco ha, y es una gran lástima y compasión verla yermada y hecha toda una soledad.

        Salteando y robando lo que podían... este gobernador y toda su gente inventó nuevas formas y crueldades y de dar grandes tormentos a los indios porque descubriesen y les diesen oro: capitán hubo suyo que una entrada que hizo por mandado de él, para robar y extirpar gentes, mató sobre cuarenta mil ánimas, que vido por sus ojos un religioso de San Francisco que con él iba, metiéndolos a espada, quemándolos vivos y echándolos a los perros bravos, y atormentándolos.

        *** Los frailunos santos varones presencian miles de asesinatos y siguen dándole el hisopo divino a los "demonios" comilitones de su Dios Rey. No en vano, todas las conquistas, reconquistas y cruzadas anteriores no se hicieron con sangre blanca como blanquean las crónicas con santa mendacidad. Las posesiones eclesiales no bajaron de lo Alto, sino de los más bajo, que, a fin de cuentas, es lo mismo.

        Y porque la ceguera perniciosísima que siempre han tenido hasta hoy los que han regido las Indias en disponer y ordenar la conversión y salvación de aquellas gentes, puesto que han mandado que les hagan requerimientos que vengan a la fe, y a dar la obediencia a los Reyes de Castilla, si no que les harán guerra a fuego y a sangre, y les matarán, y les cautivarán. Dichos requerimientos para más justificarlos, siendo ellos de sí mismos absurdos, irracionales e injustísimos, cuando acordaban de ir a saltear y robar algún pueblo de que tenían noticias de oro, íbanse de noche los tristes españoles salteadores hasta media legua del pueblo, y allí aquella noche entré sí mismo apregonaban o leían el dicho requerimiento: "Caciques e indios de esta tierra firme, hacemos os saber que hay un Dios, y un Papa, y un rey de Castilla que es señor de estas tierras, venid luego a le dar obediencia, etc., y si no, sabed que os haremos guerra, y mataremos y cautivaremos, etc.". .. Poniendo fuego a las casas, que comunmente era de paja, quemaban vivos los niños y mujeres, y muchos de los demás que acordasen mataban los que querían y los que tomaban a vida mataban a tormentos porque dijesen de otros pueblos de oro, o de más oro de lo que allí hallaban, y los que restaban herrábanlos por esclavos; iban después, acabado o apagado el fuego, a buscar el oro que había en las casas.

        *** El formulismo del requerimiento plasma el delirio esquizo-cínico-autista que explaya la soberbia divina del monoteísmo totalitario. La diferencia justifica una cruzada, un Alzamiento Nacional, la evangelización coactiva. Sin embargo, su voracidad genera tendencias autodestuctoras de tanto destruir. Por eso, el sindicalismo feudal trata de mantener las tradicionales estructuras pastorales. Hace falta la racionalización que se requiera, que abra brecha y haga mella en el interior de los doblegados. Cuando acepten la derrota y la Realidad del Dominio, cuando los quebrados hayan rebajado sus expectativas, tendrán que creer en el melifluo clavo ardiendo de limosna e incienso. Esta falsa oposición dentro de un orden es la que “cierra España” y garantiza la doble conquista.

        Los otros tiranos gobernadores que allí sucedieron hasta el año de treinta y tres, mataron y consintieron matar con la tiránica servidumbre que a las guerras sucedió los que restaban

        *** Entrando, por un momento, a competir con las vanas justificaciones conexas al historicismo mitificador de los matarifes aztecas, se podría objetar que no caían como moscas sus vasallos en guerras menos tecnificadas. Se les explotaba de manera más descentralizada, y, por tanto, más a largo plazo. A los sacrificados en el templo, los mataban de golpe cebándolos previamente, no los torturaban indeciblemente hasta la muerte por extenuación. En todo caso, entre criminales anda el juego de pedirnos adhesión al crimen justificado en otro no menos patriótico y criminal.

        Aposentáronse en ellos los cristianos cada uno en el pueblo que le repartían, manteniéndose de las comidas de los indios. Por manera que tenían los españoles dentro de sus misma casas todos los indios, señores, viejos, mujeres y niños, y a todos hacen que les sirvan noches y días sin holganza; hasta los niños, cuan presto pueden tenerse en los pies, les ocupaban en lo que cada uno puede hacer, y más de lo que puede, y así los han consumido.

        *** No había excedentes para el rey y la iglesia si se consumen los siervos, si se independizan los feudos.

       Entre otra matanzas, la de Cholula de más de treinta mil vecinos, donde saliendo a recibir todos los señores y sacerdotes a los cristianos en procesión y con grande acatamiento y reverencia, acordaron los españoles de hacer allí una matanza o castigo (como ellos dicen) para poner y sembrar su temor y braveza en todos los rincones de aquellas tierras, porque siempre fué ésta su determinación en todas las tierras que los españoles han entrado, hacer una cruel y señalada matanza porque tiemblen de ellos aquellas ovejas mansas....

        *** Ponerlos derechos como velas en una primera fase de “conmoción y pavor”. Así vivirán por los siglos de las rentas del terror estos marqueses del botín, estos nuevos Dioses de la servidumbre. Ahora, el poli bueno encomia el acatamiento y reverencia para que se consienta el exceso, confiando en que los torcidos guerreros de Dios no se salgan esta vez del renglón y puédase asentar la sumisión hasta lo más profundo de la mente. No todo puede ser terror cuando el infierno en la tierra se puede maquillar, cuando la esperanza celeste es el complemento perfecto para eternizarlo.

        Acordaron aquellos españoles de cometer otra cosa señalada para acrecentar su miedo en toda la tierra, industria de que muchas veces han usado. Envió el capitán cuadrillas a donde hacían las fiestas, disimulados como que iban a verlas, y estando embebidos y seguros en sus bailes, dice: "¡Santiago y a por ellos!", y comienzan con las espadas desnudas a abrí aquellos cuerpos.

        Vista por los indios cosa tan injusta, y crueldad tan nunca vista.

        *** Se falta a la palabra cuando se está lejos de una opinión general que cuestione tu honor; cuando se está justificado por la posesión de la Verdad que infrahumaniza a los infieles que no la poseen; cuando se ha estado ensalzando durante más de mil años a los que ponen su espada a su servicio; cuando se acumula esta locuaz piedad al servicio de la secta. Eran renglones torcidos, pero el objetivo es santo. Así que, tras Franco y Pinochet, una transición ejemplar los hace precedente agridulce de la consolidación del Reino de Dios. Ya no hace falta matar a todas horas. Pueden bastar la mentira, la ocupación social, el remanente del terror de mantenimiento... Ha valido la pena, si las penas siguen trabajando para el mismo redil que edificaron los santos guerreros.

        Con tan grande población era decir que viniesen a sujetarse y obedecer al rey de España, donde no, que los habían de matar y hacer esclavos, y los que no venían tan presto a cumplir tan irrazonables y estultos mensajes llamábanles rebeldes y alzados contra el servicio de Su Majestad, que ninguno es ni puede ser llamado rebelde si primero no es súbdito.

        *** Lástima que Santiago Matamoros, desde Covadonga hasta las Alpujarras, no se enterneciera con los que no querían ser sus nuevos súbditos. El formulismo sometedor se renueva con la formulista exigencia de los hijos de antiguas sumisiones.

        ... las ofensas y daños que hacen a los Reyes de Castilla, destruyéndoles aquellos sus reinos y aniquilándole todo el derecho que tienen a todas las Indias.

        *** Ahí le duele, y esa es la razón por la que espera se le encomie. Los vinateros de la viña se han bebido el vino, y el mayordomo se chiva al amo. Pero éste sigue borracho, confiando en que, tras la resaca, los siervos de la casa repongan las existencias. Entre los dos brazos del Poder se alterna y consolida la servil alternativa. Tras ese derecho de posesión sobre tierras y cuerpos, todos los robos y crímenes se consuman, pues ya tienen santa justificación.

         ...todos los que no mataba, esclavos, y a muchos navíos que venían por vino y aceite y vinagre, y por tocinos, y por vestidos...Daba a escoger entre cincuenta y cien doncellas... Y acaeció dar un muchacho que parecía hijo de un príncipe por un queso, y cien personas por un caballo... estuvo siete años asolando.

        *** A falta de oro, esclavos. Los escasos bienes hay que pagarlos a precio de oro. Incluso aquellos de porte nobiliario son esclavizados; ¡el colmo!. Es algo que los espíritus selectos no dejarán de apreciar.

        Descasaba y robaba los casados, tomándoles las mujeres y las hijas, y dábalas a los marineros y soldados por tenerlos contentos para llevarlos en sus armadas.

        *** Este mestizaje “manu militari” también antecede a Queipo, el cruzado violador. Son favores que deben aumentarse para consolidar al caudillo. Así a la tropa se retiene esparciendo la magnitud del botín. Tantas tierras aún sin conquistar les desenjaulan y favorecen la movilidad del mando. Con lo que el botín ha de ser más grande, y el reparto más generoso. Más aún si todas las expediciones han sido financiadas por “deudas que hay que pagar” en fecha señalada. Con lo que “las reformas y ajustes” en la carne temporal han de ser más drásticos.

        ... tantas crueldades y abominaciones con las que pusieron toda aquella tierra en tan última despoblación, que si Dios no les atajara con la resistencia de los religiosos de San Francisco, y luego con la nueva provisión una audiencia real, buena y amiga de toda virtud, en dos años dejaran la Nueva España como está la isla Española.

        *** La vanguardia lobuna puede entorpecer la continuidad de la granja, puede desmandarse cuando conquista el mundo que hay que salvar. El mando apostolar hay que culminarlo. La conciencia pastoral debe proteger la ganadería de su destino autodestructor al igual que los pastores socialdemócratas han de “salvar al capitalismo de sí mismo”. “Moderarse” en frailunas faldas rentará por los siglos el terror inicial hasta que en otras épocas un inefable cinismo desligue subrepticiamente el crimen del consiguiente trasiego de la ética con letrero. Ahora el dominio de sus demonios se apacienta en la encomienda hereditaria. Ante la enormidad de las fechorías conquistadoras, la disciplina clerical, la introversión del castigo, el comercio del miedo, el cotidiano control de los cuerpos, todo puede adobarse de paternalismo oportuno. Con ambivalentes palabras y rastreros consuelos se aterciopela la cruedad que da el ciento por uno.

        Cierto tirano yendo por visitador, más de las bolsas y haciendas para robarlas de los indios, que no de las ánimas o personas, halló que ciertos indios tenían escondidos sus ídolos, como nunca los hubiesen enseñado los tristes españoles otro mejor Dios; prendió los señores hasta que le dieron los ídolos, creyendo que eran de oro o de plata; por lo cual, cruel e injustamente los castigó; y porque no quedase defraudado de su fin, que era robar, constriñó a los dichos caciques que le comprasen los ídolos, y se los compraron...

        *** La codicia de dinero mengua el fanatismo monoteísta; no quema ídolos y escritos, y permite rescatarlos. Pero la simple explotación no conquista hasta el final. Su inconsciente tolerancia obstaculiza la doble conquista, el totalitarismo que monopoliza el hierro y el consuelo sin dejar ápice de autonomía en la cabeza. Hay que robar hasta el final, sin que haya separación social que ponga fin. Por eso, el pastoral y fanático despojo no debe permitir rescatar los ídolos. El dominio ha de ser Total. Todas las tropas eclesiales se necesitan para que no falten indios a bautizar en una encomienda eterna. A los lobos ya los enjaularán con el conjuro eclesial. Tras el nunca bien ponderado esquilmamiento conquistador, dirán de limar aristas excesivas que sin necesidad dañan a la grey ya sometida.

        .... piensan y dicen y escriben que las victorias que han de los inocentes indios asolándolos, todas se las da Dios, porque sus guerra inícuas tienen justicia. Como se gocen y gloríen y hagan gracia a Dios de sus tiranías...

        *** Los efectos del catecismo de la doblez sorprenden al adepto de la duplicidad. Una vez más, se confunde el comercio de la ética con la ética. Han puesto el señuelo amoroso a los pies de la Organización de los níveos guerreros, oran piadosamente y, luego, si acaso, se exceden en la obligación asignada. Se resiente, así, el deber en la imagen doble con que marean a la clientela, pero la explicación posible, para los “pobres de espíritu”, es la socorrida mano diabólica. Salvan el abismo inmoral entre la fraseología comulgante y las celestes cloacas de la Organización.

       Era señalada entre todas las de las Indias, así en prudencia y policía como en carecer de vicios y pecados más que otra, y muy aparejada y digna de ser traída al conocimiento de su Dios, y donde se podieran hacer grandes ciudades de españoles y vivieran como en un paraíso terrenal...

        *** La de criados eclesiales que se pierden; la de procesiones y sinecuras; la de mansas ovejas preparadas por el aplastamiento; la de ciudades todas ellas repletas de iglesias y conventos, con las audiencias rentando de seguro al César del Dios Padre. Además, sin las heréticas y maliciosas asechanzas de la aún no erradicada promiscuidad ideológica de las polis y burgos del Viejo Mundo. Un Dios innecesario para la ética debe conquistar, pues su comercio y belicosidad totaliza la Historia hasta acabar con cualquier otro horizonte. Sin negarlo, ahora se piden peras al olmo tratando de cohonestar el tráfico posible fuera de la Organización con su adjudicación de la totalidad. Quien se acostumbra a los santos rediles militares no deja escapatoria; no quiere ver el precio que ha tenido, desde el principio, su erección.

        Como andaban los tristes españoles con perros bravos, buscando y aperreando los indios, una india enferma, viendo que no podía huir de los perros que no la hiciesen pedazos como hacían a los otros tomó una soga y atóse al pie un niño, y ahorcóse de una viga, y no lo hizo tan presto que no llegaron los perros y despedazaron el niño, aunque antes que acabase de morir lo bautizó un fraile.

        *** Menos mal que por lo menos salvó su alma. Es un servicio gratuito de las tropas auxiliares de los desolladores divinos. Pero, claro, alguna carne se ha de dejar para mantener la pila bautismal. Es lo que explica, y se pretende justificar, que el piadoso fraile pudiera ir en comandita con los "demonios" cristianos para salvar el alma de los corderos degollados. La "izquierda" posible está llena de impostores e hipócritas. Se instruyen en el acontecimiento bucal cuando son los únicos que sobreviven en la Historia Criminal y nos hemos acostumbrado a que únicamente exista lo que se comercia.

        Cuando se salían los españoles de aquel reino, dijo uno a un hijo de un señor de cierto pueblo provincia que se fuese con él, dijo el niño que no quería dejar su tierra. Responde el español, vente conmigo si no cortase he las orejas; dice el muchacho que no, saca un puñal y córtale una oreja y después la otra, y diciéndole el muchacho que no quería dejar su tierra, cortole las narices, riendo como si le diera un repelón no más. Este hombre perdido se lo oí; jactóse delante de un venerable religioso desvergonzadamente, diciendo que trabajaba cuanto podía por empreñar muchas mujeres indias, para que vendiéndolas preñadas por esclavas le diesen más precio de dinero por ellas.

        *** Este "demonio" habrá perdido la vergüenza y la ubicación, pues, sorprendentemente, todavía no había descubierto lo inconveniente de ciertas jactancias. Y eso que no falta acompañamiento clerical, patrocinio papal y cristianísimo mando. No nos explica como la edificante soldadesca cristiana llega a estos excesos, por qué necesitan soldadesca, o cómo, si no, era ese tipo de soldadesca la que ha expandido el cristianismo de estos sorprendidos hijos de las conquistas. A continuación, la desvergüenza sigue remezclándose con los venerables mientras el esclavista apuesta por el mestizaje a lo Queipo. Los cuentos de caballerosas y piadosas conquistas, de Covadonga a Granada, de almogávares a los tercios, de cruzados y caballeros, estallan en la descarada jactancia que nunca acaba de revelar al perro la realidad del santo hueso. El plástico funcionario siempre oscilará entre el horror y un sopor meloso cuando decora de servilidad el sectarismo.

        ... No hallando que cazar, pareciole que tenían hambre los perros, y toma un muchacho chiquito a su madre, y con un puñal córtale a tarazones los brazos y las piernas, dando a cada perro su parte, y después de comidos aquellos tarazones échales todo el cuerpecito. Véase aquí cuánta es la insensibilidad de los españoles en aquellas tierras...

        *** Los sacrificios de los “aztecas” cristianos están más descentralizados. Condiciones históricas, geográficas y ecológicas favorecen a estos actores de poder aún no conjuntados al milímetro bajo el papado y sus autos de fe. Pueden hacer de la necesidad virtud representando un “pluralismo” que, al final, siempre acaba por llevar a Roma. Así concentran la culpa en uno de los sobrevenidos “demonios” que exculpan a la Organización, sin que ésta, en ningún caso, renuncie a estos réditos y despojos. Al mismo tiempo, el contrapeso pastoral trata de dejar carne suficiente para alargar el tempo de explotación. La abundancia de carne infiel les embriagó. Aceleraron la explotación hasta no temer consumirla rápidamente en ese vértigo nazi que les otorgó su providente y crucífera espada.

        ... que les prometiesen que no entrarían más allí españoles, sino religiosos, ni les sería hecho por los cristianos algún agravio. Predicáronles el Evangelio de Cristo, como suelen, y la intención santa de los Reyes de España para con ellos; y tanto se holgaron de las nuevas de los Reyes de Castilla (de los cuales en todos los siete años pasados nunca los españoles les dieron noticia que había otro rey sino aquel que allí los tiranizaba y destruía), que a cabo de cuarenta días los frailes habían entrado y predicado, los señores de la tierra les trajeron y entregaron todos sus ídolos que los quemasen, y después de esto sus hijos para que los enseñasen, que los quieren más que las lumbres de sus ojos; y les hicieron iglesias, y templos, y casas, y los convidaba...Doce o quince señores de muchos vasallos y tierras, se sujetaron de su propia voluntad al señoría de los Reyes de Castilla, recibiendo al emperador como rey de España, por señor supremo y universal, e hicieron ciertas señales como firmas las cuales tengo en mi poder, con el testimonio de los dichos frailes.

        *** El miedo del sometido es algo a celebrar y explotar. Su torturadora “izquierda” apiña a los veteranos y sumisos del Terror. Todo queda en casa. Quema de ídolos, construcción de iglesias, templos y casas, mientras se sujetan “de su propia voluntad”... Así reza el hipócrita. El problema es que el poli malo, no sólo hace que el torturado “cante” sumisamente ante el poli bueno, sino que sigue su tortura sin provecho para el Más Allá. Ostensiblemente, desenmascara el juego de ese poli bueno que se solazaba al creer en la sinceridad de las plusmarquistas conversiones emuladoras del proselitismo terrorista de San Vicente Ferrer, Cisneros, Carlomagno.... Así se compromete el futuro “cante” celestial. Y, aún peor, sin dar noticia de la existencia del rey, con el peligro de que estos codiciosos se independicen y decaiga el celo de erradicar ídolos. Tras la Gloriosa Cruzada de Liberación, el censor clerical será siempre más implacable a la hora de censurar la vida cotidiana que el militar y el falangista. En todo caso, todas las facciones cristianas obtendrán a la postre rédito de los "excesos" que hacen que la mujer traiga con premura y terror el agua, tras haber visto degollar gratuitamente al gallo, al perro y al caballo, según narraba el “culto” infante Juan Manuel entre la jocosidad ambiental de la “época cristiana” siempre llena de domadores de fieras.

        Estando en este aprovechamiento de la fe, y con grandísima alegría y esperanza los frailes de traer a Jesucristo todas las gentes de aquel reino que de las muertes y guerras injustas pasadas habían quedado, que aún no eran pocas, entraron por cierta parte diez y ocho tiranos , de caballo, y doce de pie, que eran treinta, y traen mucha carga de ídolos y los repartiese por toda su tierra, vendiéndole cada ídolo por un indio o india para hacerlo esclavo, amenazándolo que si no lo hacía que le había de hacer guerra. El dicho señor, por temor forzado, distribuyó los ídolos por toda su, y mandó a todos sus vasallos que los tomasen para adorarlos, y les diesen indios... y por esta manera cumplían con aquel sacrílego comercio, y el señor o cacique contentaba los españoles cual si fueran cristianos.

        *** Conjugado con el aprovechamiento de la fe, el miedo da grandísima alegría. En cambio, la codicia secular a veces desatiende a la conquista espiritual y puede afectar al provecho de la Fe al dejar a su aire a los conquistados. Eso puede entrañar futuros peligros pastorales. No obstante, haciendo de la necesidad virtud, las familiares peleas de los conquistadores por el botín llegan a conquistar hasta la decencia gracias al estatus obtenido por la espada. Han marcado con su sello la alterna mercancía cuando la matanza les ha dejado solos. Matan y protestan bajo la misma advocación, la misma insignia, la misma infamia. Pero cuando los mismos hechos garantizan el santísimo comercio, entonces sí se les nombra cristianos. Si no, son españoles, sin que cese, según convenga, la cristiana identificación a la hora de disfrutar el saqueo. Así pueden difamar hoy los seguidores de esa ideología a los que, accidentalmente y sin voluntad consciente, fueron a nacer en una geografía concreta sabiendo desembarazarse de la condena nacional-católica que fusiona pueblo y poder, país y secta, nacimiento y crimen, vida sin mercar con las luengas rentas del Poder eclesial sobre el eterno cortijo vaticano. Los ateos ibéricos que se sientan fuera del historicismo monoteísta habrán de cargar con la culpa secular que le espetan cristianos americanos incapaces de relacionar el amor mercantil con sus consustanciales guerras comerciales. También pueden cargar la mentalidad cristiana de la época cristiana en la etérea "mentalidad de la época" a la que la genuflexa indecencia de todas las épocas les arroja.

        Extendiéronse tanto por la tierra, vastando y asolando grandes y muchas provincias, matando y cautivando las gentes de ellas por las maneras susodichas, de las otras dando grandes tormentos a señores y a vasallos porque descubriesen el oro y los pueblos que lo tenían.

        *** Se repite hasta la saciedad la destrucción infinita en una geografía infinita. Tortura y masacre es la veloz forma de rapiñar oro de una tierra que nunca parece acabar. Más les valía sujetarse al rey y atormentar por un oro al que acompañe el descubrimiento de ídolos. La santa coacción no debe desbaratar la sujeción del rebaño.

        Digo, sagrado César, que el medio para remediar esta tierra es que Vuestra Majestad la saque ya de poder de padrastros y le dé marido

        *** Esta es la moraleja de esta brevísima e hiperbólica relación: el dominio conquistado ha de transitar de los padrastros a los padrinos. Todo queda en la Familia. Nunca se romperán las prietas filas de los conquistadores de toda laya. Bajo la advocación del Dios conquistador, el tiempo y la necesidad enseñarán a feudalizar los repartos. Siempre han de ir en camino del absoluto y celeste botín de Estado. Siglos después, estas matanzas fundacionales, dado su tamaño, achicarán la maldad postrera y, en otros, mancharán lo bueno que pudiera entrecruzarse en los escondidos pliegues de la Historia. Intemporal y ubicuamente, se culpará a los englobados en las mágicas palabras de la ganadería nacional. Para culpar a la masa “omniespañola” personificarán independientemente de su responsabilidad personal. Se olvidan resaltar a la mayor desgracia, el secular complejo caciquil, clasista y racista que, tras las primeras matanzas, se consolida colonialmente hasta nuestros días contra las clases bajas marcadas por sus rasgos “raciales”, incluyendo las “independencias” en que el conglomerado criollo cambió la bandera de la estructura conquistadora echando balones fuera de sus fronteras para que los mecanismos sectarios, racistas y clasistas se subsumieran en la Patria blanqueadora y en los eternos, condenados y encorralados “genes” de precisas coordenadas. Más allá del mérito o demérito personal, los mecanismos ideológicos de los traficantes del Amor seguirán siempre impunes tras la “nueva” teología nacionalista.

        No hay cristianos sino demonios. Ninguna cosa les puede ser más odiosa ni aborrecible que el nombre de cristianos, a los cuales ellos en toda esta tierra llaman en su lengua yares, que quiere decir demonios.

       *** Oportuna demonología ad hoc que evitará interrogarnos sobre el nido de tal serpiente, sobre esa escuela de los que siempre han de imperar, pues así se han educado en su dogmática y patológica expansión a imagen de su Todopoderoso ombligo delegado, porque el Partido, en todas las hipótesis, siempre ha de tomar el Poder. Si la traumática praxis cristiana puede comprometer la posterior fase de conquista, melifluas palabras y técnicas reunidas han de conformar y confortar al feligrés en los eternos ciclos de abusos y esperanzas, de culpa y redención. Hay que dar tiempo a que la ciencia del abuso se religue a toda la vida interior.

        ... de donde nace que, como los indios ven este obrar mal, y tan piedad generalmente, así en las cabezas como en los miembros, piensan que los cristianos lo tienen por ley, y es autor de ello su Dios y su rey, y trabajar de persuadirles otra cosa es querer agotar la mar, y darles materia de reír, y hacer burla y escarnio de Jesucristo y su ley.

        *** Aún no se han acostumbrado al fingimiento arreador que divide en dos ramas al Régimen, que endosa, alterna y diluye las culpas entre sus dos brazos. La sujeción es aún primitiva, sincera. Torpes les hace para doblar el lomo ante tan evidentes y chirriantes mentiras. Les falta un contento que endulce al Amo. Aún no han progresado en la doctrina de doble redil para poder comprender cómo los que predican el amor se abren paso con la espada; que el crimen complementa y convive con las buenas palabras; que esta promiscuidad "respetuosa" normaliza el oprobio. “Sin odio” al Dios odioso y con la “moderada” reacción arrodillada es como se racionaliza la explotación. A poco persista en el tiempo, también bautizará la coja rebelión cuando haya hartazgo. Las promesas electorales dirigidas a “los pobres” también forman parte de un conjunto que los matarifes de la Casa no deben hacer peligrar. La contrapartida es la regulación de los excesos, ajustar ergonómicamente la cadena al brazo del amo y, si encarta la esperanza, al cuello del siervo.

        ... como los indios de guerra vean este tratamiento que se hace a los de paz, tiene por mejor morir de una vez que no de muchas en poder del español. Sélo esto, invictísimo César... porque no hay soldado de cuantos acá están que no ose decir públicamente que si saltea, o roba, o destruye, o mata, o quema los vasallos de Vuestra Majestad porque le den oro, sirve a Vuestra Majestad

        *** También en la “Reconquista” hubo guerreros europeos que abandonaron la lucha porque no les dejaban saquear y exterminar a los que se rendían. La razón de esta negativa era porque, al dejarlos vivos, estimulaban a otros a rendirse, y exterminarlos alentaba a una resistencia numantina. El objetivo en todo caso era la conquista integral, fuese cual fuese el medio. La disminución de cadáveres no es fruto de una compasión antibelicista, sino cálculo en pro del objetivo armado. Serán vasallos gracias al esfuerzo, no menos invicto, de sus otros vasallos armados. Mientras haya unos infracristianos sobre los que elevarse, querrán ser señores. En todo caso, regular este desperdicio ganadero eleva al denunciante y ubícuo pastor en proporción al horror de sus parroquiales defensores. El Saqueo de Roma es un coetáneo ejemplo del tratamiento “de los de paz” del invictísimo César. Pero también hay que prolongar la paz para mejor preparar la guerra y sus consiguientes conversiones.

        ... cuando los fatigan llevándolos con cargas por las sierras, si caen y desmayan de flaqueza y trabajo, porque allí les dan coces y palos, y les quiebran los dientes con los pomos de las espadas porque se levanten.

        *** Después, vendrá el virus de la viruela (95% de las millonarias muertes) a posesionarse de los cuerpos dolidos, las mentes exiladas y un sistema inmunológico tan deprimido como el ánimo, y así podremos cargarle todos los muertos tan ricamente.

        ... quémanlos todos vivos ... venden al resto como esclavos... Reprendiendo yo al capitán de esta tan insigne traición y maldad, respondió: "Anda señor, que así me lo mandaron y me lo dieron por instrucción los que me enviaron, que cuando no pudiese llevarlos por guerra, que los tomase por paz". Y en verdad que me dijo que en toda su vida había hallado padre ni madre, sino en la isla de Trinidad, según las buenas obras que los indios le habían hecho. Esto dijo para mayor confusión suya y agravamiento de sus pecados.

        *** El es un mandado, y cumple las órdenes que han de cumplir todos los guerreros cristianos. Así se ha conquistado siempre el Imperio Espiritual. Vender esclavos de las guerras del milenio cristiano es lo habitual. Han recibido la doctrina de la obediencia, también del amor dirigido y contable. La confusión no es suya, sino que es el arma doble de sus amos.

        Llegados los religiosos, recibiéronlos los indios como a ángeles del cielo, y óyenlos con gran afección y atención y alegría que pudieron entonces darles a entender, más por señas que por habla, porque no sabían la lengua.

        *** Aunque no se entienda una palabra, la alegre doctrina de los ángeles-demonios se recibe con afecto y atención. No obstante, algo habrá contribuido el terror de la vanguardia cristiana a que caigan alegremente como agua de mayo. La relatividad del espanto obra un nuevo milagro. La patología conquistadora-proselitista incorpora por defecto este autismo mendaz. Da para el abuso y para la conquista. Integrando la santa coacción con un poderoso ardid, se inicia la mentira por uno mismo y se conserva más carne de yugo en la estampita a la que hay después que alegrar.

        Los españoles, usando de su infernal costumbre, traen por engaño, sin saberlo los religiosos, al señor de aquella tierra, que se llamaba Don Alonso, o que los frailes le había dado este nombre, u otros españoles, porque los indios son amigos y codiciosos de tener nombre cristiano, y luego lo piden que se lo den, aun antes que sepan nada para ser bautizados.

        *** Los ángeles se enteran posteriormente (por los periódicos) de las fechorías de los demonios, pero nunca abandonan su santa compañía. Son la sal del fingimiento. La carne conquistable se estira fabulosamente en la plasticidad contable de los Otros. Quieren ser como los Unos ya domesticados al otro lado del paraíso infernal. Sin saber nada, ya ansían ser como en las películas del bosque sagrado. La Victoria es el hilo que les lleva a la religión monoteísta. El prestigio material de los santos abalorios y la pólvora salvífica avalan al Dios de la Victoria. La coacción no pone en cuestión la ganadería de los pastores de almas; la hace alivio de su recrudecimiento.

        Así que engañan al dicho señor don Alonso para que entrase en el navío con su mujer y otras ciertas personas, y que les harían allá fiesta. Finalmente, que entraron diez y siete personas con el señor y su mujer, con confianza que los religiosos estaban en su tierra, y que los españoles por ellos no harían alguna maldad, porque de otra manera no se fiarían de ellos; entrados los indios en el navío, alzan las velas los traidores y viénense a la isla Española y véndelos por esclavos... fuera tal injusticia hecha, especialmente porque era poner impedimento a que nunca aquellas ánimas pudiesen oír ni creer la palabra de Dios. Apaciguáronlos lo mejor que pudieron, y dijéronles que con el primer navío que por allí pasase escribirían a la isla Española.

        *** Una vez más, el ganar a corto plazo compromete una economía sostenible a más largo plazo, lo mismo que el capital financiero compromete al productivo. Pero es el mismo Sistema; uno nace del otro y se van realimentando hasta fusionarse. Los gerentes querrían dar otra imagen, enredada y maniquea, para que ilusas ilusiones impidan saltemos la alambrada. Pero, mientras educan en un “apaciguamiento” condimentado de esperanza e intercesión, los intermediarios pastorales verán que la espada "centra" la escenografía en la petición reglamentaria y da cuerda a los pastores para que, de fondo, se respete al feudo conquistado. El mordiente de perros y pastores es algo inherente a la total expansión del Amor. Si la crueldad y la mentira no ha erosionado el núcleo mercantil, el Amor es inasequible para saldar los hechos materiales emanantes del Odio al infiel.

        Protestan una y muchas veces; nunca quisieron los oídos hacerles justicia, porque entre ellos mismos estaban repartidos parte de los indios que así tan injusta y malamente habían prendido los tiranos... viendo que ni en cuatro ni en ocho vinieron, aparejáronse para morir y dar la vida... ni saben hoy que haya diferencia de los frailes a los tiranos.

        *** Hasta a la justicia ha llegado el demonio. Basta participar en la rapiña. Salvo que se aspire a más... botín. Sin embargo, los indios no pueden aprender tan rápido tal duplicidad intimidante hecha doctrina y tradición en el Viejo Mundo. No pueden creer en la blancura impoluta de los que van de la mano de los oportunos demonios para provecho de sus conversiones por señas. Las cruzadas y “reconquistas” reales espantan cuando no se leen en los libros piadosos. En realidad, los pastores no quieren repudiar al lobo, sino conjuntar su actuación. Hacen su bien y nunca quieren mirar contra quien. No quieren ver la faz del divino demonio de su fe. Las muertes tan sólo activan a algún locuaz Defensor del escalafón. No habrá culpa más arriba de lo que hagan sus mandaderos. Se trata de lavar la imagen de los que amigablemente departen con los verdugos de impíos, limpiar la sangre de las nuevas y eternas posesiones, de las cloacas de los cielos.

        Es esta averiguada verdad, que nunca traen navío cargado de indios, así robados y salteados, como he dicho, que no echan a la mar muertos la tercia parte de los que meten dentro, con los que matan por tomarlos en sus tierras. La causa es, porque como para conseguir su fin es menester mucha gente para sacar más dineros por más esclavos, y no llevan comida ni agua, sino poca, por no gastar los tiranos que se llaman armadores.

        *** Se los comen los tiburones, y no los aztecas, siempre tan terribles y oportunos para justificarse. O si no, también se puede recurrir al Séptimo de Caballería y los Tercios del Norte para una exculpación alternante (Y tú más, ergo soy puro). Pero desde Constantino, cuando la secta tomó el poder del imperio esclavista, la masacre, la esclavitud y el rescate acumulan una copiosa tradición. En ausencia de los contrapesos que tuvieron los Almogávares esclavistas (monoteísmo competidor, caballos, perros, pólvora, corazas, la misma tradición militar, distintos actores de poder...), esta nueva intensificación es un pálido precedente del tráfico de esclavos africanos que postularía este mismo pastor, para sorpresa y consternación de los poco avisados que creen que las mismas palabras descontextualizadas comparten siempre el mismo contenido semántico. A poco el orbe cristiano tenga que bregar con el mundanal ruido y abrir múltiples resquicios a la ética no comercial, la santidad del criminal empezará a infamarle a él y a sus santas permutas y tratas. Pero no mucho, pues los abrazafarolas de la secta necesitarán a un bueno de la peli para poder sufragarle su actoral compañía. Aunque dramatice la escena con los malos, éstos irán disfrazados de comparsas para licenciar la farsa.

        ... más de dos cuentos de ánimas salteadas, que todas también las han muerto en las dichas islas echándolos a las minas... los apartan padres de hijos y mujeres de maridos, haciendo manadas de ellos de a diez y de a veinte personas, y echan suertes sobre ellos para que se lleven sus partes los infelices armadores, que son los que ponen su parte de dineros para hacer el armado de dos y de tres navíos.

        *** En este burbujeante eldorado y salvífico casino, todo el mundo gana en la Bolsa. Están ebrios de ganancia entre tanto siervo dispuesto. Consentidos por la facilidad con que se explaya su orgullo, se muestran ahítos de incitante lomo doblado, con la líbido sin freno cuando se humilla al domesticado rebaño. Aún no se han habituado los lugareños a estos corderos de Dios que muerden como lobos. Son a los inversionistas a medio plazo, dependientes del Banco Central, a los que se incomodan. Temen explote la burbuja. Pero todos son mercaderes. Todo el mundo tiene derecho a ser señor en tierra de señores por la gracia de Dios. Para eso, el capitalismo teofeudal ha formado compañía, ha integrado la cruzada de inversores. Para que el emprendimiento del tiburón limosnero se potencie descentralizando la codicia. Sus destrozos locales serán la prosperidad del santo Mercado Global. Los aztecas aún no disponían de tal "libre iniciativa"...

        ...pescar perlas es una de las crueles condenadas cosas que pueden ser en el mundo; no hay vida infernal y desesperada en este siglo que se le pueda comparar... desde la mañana hasta que se pone el sol; están siempre en el agua, nadando sin resuello... si se tardan en descansar, les dan puñadas y por los cabellos les echan al agua... los tiburones y marrajos los comen y matan... Véase aquí si guardan los españoles, que en esta granjería de perlas andan de esta manera, los preceptos divinos del amor de Dios y del prójimo, poniendo en peligro de muerte temporal y también del ánima, porque mueren sin fe y sin sacramentos a sus prójimos, por su propia codicia

        *** El cruzado “moderado” sabe que ha de hacer equilibrios. Debe apretar para sacar el jugo real, pero no ahogar la docilidad de la res. Si se quiere un pastoreo productivo, no hay que abandonarse a esos ponderados buenos hábitos que sorpresivamente se propasan hasta romper el saco. Hay que saber amar al prójimo siervo para conservar la servidumbre, la producción. Hay que amar a Dios, en suma, dando diezmos a sus representantes en la Tierra. De todos modos, a los pastores inmoderados hay que verlos desde el Amor y el perdón reglamentario. Eran “unos hijos de p., pero son nuestros hijos de p.”. Sólo hay que cambiarlos de pedófilo lugar para que reincidan, pero lejos y en el olvido. Son los que nutren el Tesoro celestial y su consiguiente pragmatismo según se escale en la pirámide.

        Han muerto y despedazado totalmente grandes y diversas naciones, muchas lenguas que no han dejado persona que las hable.

        *** ¿Cuántas lenguas extirparon los aztecas?

        Mandó el tirano alemán, gobernador y también, a lo que creemos, hereje, porque ni oía misa ni la dejaba oír a muchos con otros indicios de luterano, prendiesen todos los indios y métenlos en un corral grande e hízoles saber que el que quisiese salir y ser libre que se había de rescatar de voluntad y mandó que no les metiesen comida hasta que le trujesen el oro. Hubo muchos de éstos que dos o tres veces fueron presos y rescatados; otros que no podían ni tenían tanto, porque le habían dado todo el oro que poseían, los dejó en el corral perecer hasta que murieron de hambre.

        ...comiéndoles sus haciendas y los indios sirviéndoles como si las vidas y salvación les hubieran de dar, y sufriéndoles sus continuas opresiones e importunidades ordinarias...infinitos indios cargados con cargas de tres y cuatro arrobas, ensartados en cadenas; cansábase alguno o desmayaba de hambre y del trabajo y flaqueza, cortábanle luego la cabeza por la collera de la cadena, por no pararse a desensartar los otros.

        Todas estas cosas están probadas con muchos testigos por el fiscal del Consejo de las Indias, y la probanza está en el mismo Consejo y nunca quemaron vivo a ninguno de estos tan nefandos tiranos.

        *** El demonio, al parecer, estaba infiltrado en el mismo Consejo y, consecuentemente, en la Corte, en el Vaticano... Pero la demonología salvífica está muy atenta a respetar la jerarquía y a bregar en los disputados escalones intermedios. En cambio, estos indios infieles no acaban de entender que, a pesar de la apariencia "demoniaca" de todo el tinglado, esa doctrina sigue impoluta y es la que les va a enseñar algo, al parecer, totalmente desconocido para ellos, como ese amor que sólo les existe al encuadrarles manu militari, al enjaularlos en reducciones cuarteleras. Todavía no comprenden cómo se puede estar en misa y repicando, condenar crímenes y llamar camaradas a los criminales frailes y guerreros, papas y reyes. Aún vagaban en el error dando de beber al hambriento y de comer al sediento, esperando ese amor en píldoras cuya patente y monopolio depende de la cruz dando espadazos.

        Dichos tiranos alemanes más han robado al rey de tres millones de castellanos de oro... Y más renta le han estorbado y echado a perder que tuvieron los reyes de España..

        *** Unas rentas adjudicadas a la realeza con la misma lógica bélica, latrocínica e inmoral que se atribuyen los que se postulan a una tiranía nueva que inaugure dinastía. En cambio, si se reparten piadosamente y no estorban a la captación de súbditos para el rey y la Iglesia, cambian el sentido de su depredación. En este caso, adquirirían un perfil más liviano y llenarán de alborozo a los aperturistas. Con el estómago hecho a la santa propaganda, el inasequible núcleo del Amor llena de esperanza y puñaladas por la cara. No han tenido que lidiar con los cadáveres materiales. Los edificantes fusilamientos purificadores y la consiguiente paz de camposanto los dejarán sin competencia. Gracias a su ubicuidad (in)moral, todos los noticiarios nos dirán que las conversiones eran milagrosas.

        Muchos navíos cargados y llenos de indios por la mar a vender a Santa Marta y a la isla Española y Jamaica y la isla de San Juan por esclavos, más de un cuento de indios, y hoy en este día los envían, año mil y quinientos y cuarenta y dos, viendo y disimulando la audiencia real de la isla Española, ante favoreciéndola, como todas las otras infinitas tiranías y perdiciones.

        Tres tiranos... han cometido por subir a estados desproporcionados de su merecimiento, con la sangre y perdición de aquellos sus prójimos... los mató Dios antes de más hiciesen...

        *** ¡La justicia divina es tan divina!. ¡Y menos mal que no son inmortales! Estos cruzados feudales sólo pretendían ascender en una sociedad piramidal repleta de feroz “clasismo“. La espada y su Cruz auxiliadora eran el delimitador de cada estamento social. Ascender era pasar de la nada servil a un todo esclavizante. Esa era su reserva espiritual, armada hasta los dientes. La palabrería sobre la humildad pastoral no es contención de lo que se fomenta, pero así, mientras acorrala el pastoreo, crece la confusión y se guarda una pose para cada ocasión. Se trata de acoplar el descontento en los límites de una cruzada que nunca ponga en evidencia a su Cruz. Una vez la humildad es registrada y patentada, la modestia de los escalones inferiores deviene en altar de la soberbia con máscara y justificación. Sólo aspira la santa satrapía a mandar todo el tiempo. Es un tiempo en que tiene permanente hilo directo con el Todopoderoso en todo el Universo. Por eso, son los número uno de la humildad.

        ...porque va a ser ricos y grandes señores como los otros, y ésto es imposible que pueda ser sino con perdición, y matanzas, y robos, y disminución de los indios, según la orden y vía perversa... despoblando grandes provincias y reinos, haciendo extrañas matanzas y crueldades en aquellas desventuradas gentes, con las cuales se han señalado como los otros, y más que otros, porque han tenido más lugar por estar más lejos de España, y han vivido más sin orden y justicia.

       *** La mesnada de condotieros, almogávares y demás soldadescas cruzadas ahora muéstranse en su propia salsa. No hay otros condontieros o picas de milicias ciudadanas que les bajen del caballo, ni otros contrapesos artilleros. El progreso fulminante del monoteísmo armado que ha conquistado el Mundo muestra sin frenos ni ambages el fondo inmoral de la esforzada moral cruzada. No acaba de ocultarlo la cruz sufriente de los santos malabares.

        hizo llamar de cierto pueblo, o ellos vinieron de su voluntad, hizo cortar el tirano mayor desde las narices con los labios hasta la barba, todas las caras, dejándolas rasas. Y así, con aquella lástima y dolor, y amargura, corriendo sangre, los enviaron a que llevasen las nuevas de las obras y milagros que hacían aquellos predicadores de la santa fe católica, bautizados. Júzguese ahora cuanto amor tendrán a los cristianos

        *** Los demonios de la Cruz no dejan mercado para los ángeles de la espada. La avaricia hace peligrar la armónica andanza de la espada y la Cruz. La crueldad también debe tener estilo... si aún no ha sido completa la conquista.

        Y porque de sus espantosas y horribles obras huían todas las gentes, decían que se alzaban y que era rebeldes del rey.

        *** Criticar los excesos de la conquista la legitima. Ésta y las anteriores no pueden hacerse sin “excesos”. El exceso es la conquista, la expansión de la Cruz, la pulsión salvífica “orbi et orbe”, el proselitismo voraz. Si se exceden, es por esa tradición expansiva, por la infrahumanización de los paganos y circunstancial falta de resistencia armada. Su cínico formalismo, su legalismo de inefable lectura vencedora no es más que sincretizar la brutalidad totalitaria con el derecho clásico, para adobarlo todo con una buena pátina de hipocresía normalizada. Toda esa superficialidad, entre formalista y ceremonial, mágica y ganadera, resulta reconocible en las bulas, las excomuniones, las confesiones de brujas, los autos de fe... Siembran terror y recogen oro. Da igual que vayas vestido de noble o de mendicante hábito. Todos se prosternarán ante la encarnación del Dios afortunante.

        Viniendo el emperador de aquellos reinos que se llamó Atabaliba, con mucha gente desnuda y con sus armas de burlas, no sabiendo cómo cortaban las espadas y herían las lanzas, y como corrían los caballos y quien eran los españoles...

        De infinitas hazañas señaladas en maldad y crueldad un fraile de San Francisco a los principios vido y las firmó de su nombre, enviando traslados por aquellas partes y otros a esto reinos de Castilla.

        *** Pero, entretanto, la Organización del Amor y sus cristianísimos reyes no se enteraron ni sorprendieron hasta que se inventaron los periódicos y descubrieron que era culpa de “la época”, la misma que providencialmente les ha encomendado el solar por los siglos de los siglos.

        ... aquellos indios del Perú es la gente más benévola que entre indios se ha visto. Y vi que ellos daban a los españoles en abundancia oro y plata y piedras preciosas, y todo cuanto les pedían que ellos tenían.

        *** Esto es Jauja, la consumación de la expansión fabulosa, el apocalipsis sin límites, el milenario botín, el son de mi Cruz. Gracias a la cruzespada, la nueva nobleza heredará la heredad de los elegidos. En las novelas de caballería una flecha del tiempo señala la conquista total.

        ...quemaron al dicho Atabaliba...quemaron vivo a su capitán...quemaron a Chamba... quemaron a Chapera... quemaron a Cozopanga... los quemaron con otros caciques ...su intento de los españoles era que no quedase señor en toda la tierra.

        *** Cristianos viejos con el estatus nobiliario al alcance de la espada en cuanto la prodigiosa y vencedora providencia les señale con su don. Masacre de la cabeza, masacre de los brazos. Que no queden vivos los marcados por los estigmas, ni tampoco los maestros; que no vuelva a salir la mala yerba.

        Y acaeció allí que un clérigo que se llama Ocaña sacó un muchacho del fuego en que se quemaba y vino allí otro español y tomóselo de las manos y lo echó en medio de las llamas, el cual español, aquel mismo día, cayó súbitamente muerto en el camino, y yo fuí de parecer que no lo enterrasen.

        *** El clérigo da a la atrocidad el toque humano; brinda la anécdota donde agarrarse. En esta disputa por la encomienda de la carne, la tropa clerical parece más telegénica en este reportaje gracias al incombustible y jaleado garbanzo negro. Pero sigue con los expoliadores, pegado a la lanza que le defiende y sostiene. Tan solo da a la conquista un novelesco dramatismo de mórbida justicia. Sólo falta rebajar el baremo moral para que el cómplice asesino sea el bueno de la peli que queremos ver. No pueden imaginar otra mentalidad en esta época de asesinos sin réplica ni sobreviviente testimonio. Aunque sus excusas hacen intuir otras mentalidades de los que “callaron para salvar la vida”. Ahora, cuando el crimen triunfante postula y proporciona al tuerto matasanos en el país de los ciegos matarifes, ya no hay sitio material para otro reconocimiento,

        Item, yo afirmo que yo mismo vi ante mis ojos a los españoles cortar manos, narices y orejas a indios e indias, sin propósito, sino porque se les antojaba hacerlo.

        *** Y no debe haber más antojo que el que sirve a mayor gloria de Dios, a mayor poder de su Iglesia. Esas cosas siempre se han cortado de manera justificada. Pero no se puede permitir la glotonería. La acumulación de evidentes antojos de la soldadesca puede interrumpir el afluente adorativo de la segunda fase. En todo caso, tal desbordamiento es un exceso de salud. La corriente no tardará en revender sus excesos y reverdecer sus parches, pero, eso sí, sin desmerecer al Auto de Fe ni a sus venerados actores, preparando el terreno para el fusilamiento eléctrico de los alzamientos futuros.

        ... hay mucho más oro escondido que manifestado, no lo han querido descubrir, ni lo descubrirán mientras reciban tales tratamientos... y su Majestad muy deservido y defraudado en perder tal tierra, que podía dar buenamente de comer a toda Castilla.

        *** Si no fuera por el Buen Pastor, ¡cuántos ganados se descarriarían! El señor de la viña perdería en la resaca del saqueo los frutos de la ebriedad guerrera. El clericruzado complemento resulta ser el más provechoso a la hora de buscar oro, imperios, explotación feudal. Hace manar de la tierra leche y miel de manera sostenible. Mientras se mire al cielo, no se verán las resecas manchas de sangre.

        Un gobernador (porque no le quiso admitir el que en el dicho nuevo reino de Granada robaba y mataba, para que él robase y matase), hizo una probanza contra él de muchos testigos sobre los estragos y desafueros y matanzas que ha hecho y hace, la cual se leyó y está en el Consejo de las Indias.

        Todos los demás españoles, por imitar a su buen capitán, y porque no saben hacer otra cosa sino despedazar aquellas gentes, hicieron lo mismo, atormentando con diversos y fieros tormentos cada uno a su cacique del pueblo o pueblos que tenían encomendados

        ... allí les mandó cortar a todos las cabezas, donde mataron cuatrocientas o quinientas ánimas. Y dicen los testigos que de esta manera pensaban apaciguar la tierra.

        *** Represalias, tierra y carne quemada, tortura al por mayor... Sobran cuerpos para la eterna Columna de la Muerte. Además que el terror también sirve para compensar la falta de soldados. La conmoción y pavor paraliza la reacción al mismo tiempo que optimiza la recaudación. Esta impetuosa colecta de oro nunca parece acabar. Tal fervor de nuevo rico no hace más que emular a los viejos amos del clérigo. Ya estaba creada y santificada la cultura de la crueldad. Han hecho creer que es el único medio de encarar cualquier problema,. La plena disponibilidad totalitaria así se facilita. Si no siembran miedo, no se fían. Ya que no pueden agitar las operativas penas del infierno, las materializan abruptamente, pues tienen bula. Saben que el oro ofrendado gana los perdones del Cielo mientras refulge en los templos.

        El diablo comendero diz que hace llamar cien indios ante sí, luego vienen como unos corderos, venidos hace cortar las cabezas a treinta o cuarenta de ellos, y dice a los otros: "Lo mismo os tengo que hacer, si no me servís bien o si os vais sin mi licencia".

        *** Esta inmensa y repentina potestad sobre tan vastos territorios, a cargo de un exiguo número de dominadores, les hace creer fácilmente en la virtud de la masacre terrorista. Se trata de quebrarles el espinazo desde el primer día. Una recluta criminal que meta miedo en el tuétano, que rente a plazo la sumisión. Al final, no dejarán otro agarre salvador que los corruptos burócratas del sindicato cristiano. Como narraba “graciosamente” aquel nieto del rey santo, el infante don Juan Manuel, sobre aquel hombre que domó a su mujer aterrorizándola tras acuchillar absurdamente a los animales de la casa, es esta fiereza demente por ser obedecido la que consigue para siempre una esposa dócil y sumisa. Una edificante y noble moraleja festejada entre la jocosidad general. Es el terror paralizante que glosaba Mola y exacerbaban Franco y Queipo con las bendiciones papales y episcopales. Parecer tan “loco”, tan excesivo, que el miedo inunde el cerebro y descomponga a la persona. Sólo le quedará refugiarse en alguna santa mentira que escancie algún “poli bueno”. Esta es la real mentalidad de los que mandaban en esa época, los que financian a la tropa y dan luengas rentas a quienes deben tratar que la sangre no llegue al río para hacerse océano... si ya obedecen convenientemente.

        Ya está dicho que tienen los españoles enseñados y amaestrados perros bravísimos y ferocísimos para matar y despedazar los indios. Para mantener los dichos perros traen muchos indios en cadenas por los caminos, que andan como si fueran manadas de puercos, y matan de ellos y tienen carnicería pública de carne humana; y dícense unos a otros: "Préstame un cuarto de un bellaco de esos, para dar de comer a mis perros, hasta que yo mate a otro", como si prestasen cuartos de puerco o de carnero. Hay otros que se van de caza por las mañanas y preguntados cómo le ha ido, responden:" Bien me ha ido, porque obra de quince o veinte bellacos dejo muertos con mis perros". Todas estas cosas y otras diabólicas vienen agora probadas en procesos que han hecho unos tiranos contra otros.

        Nunca en ninguna parte de ellas los indios hicieron mal a cristiano, sin que primero hubiesen recibido males y robos y traiciones de ellos. Antes siempre los estiman por inmortales y venidos del cielo.

        *** Quizás alguno lamente no hayan tenido alguna baja al desvelarse como cómplices. Su identidad criminal las está pidiendo a gritos. Parecen no dejar otro camino. Les sería de gran provecho para propagar rentables martirologios e igualar capciosamente a “las víctimas de uno y otro lado”. En todo caso, queda claro de qué lado se decanta el dominio cuando la divinización se sube a la cabeza. Mientras cosen y recosen los divos remendones, la heroicidad aforada en crudo desgarrará santamente. Asi se resume la Historia del conjunto monoteísta incorporando a su falsa oposición. Su antídoto de marca venenosa hará perdurar todas las mafias en su santo nombre.

        Hasta hoy, desde sus principios, no se ha tenido más cuidado por los españoles de procurar que les fuese predicada la fe de Jesucristo a aquellas gentes que si fueran perros u otras bestias; antes han prohibido que les predicasen porque podía ser impedimento para adquirir el oro y riquezas.

        *** Si repartiesen el rebaño y diesen campo de juego a los pastores con faldas, éstos podrían mantener el hato apaciguado sin necesidad de malgastar tanta carne. Pero un ”pelotazo” les ha encumbrado de golpe, y no necesitan un rebaño numeroso para una explotación en el tiempo. Sitio han encontrado para colocar sillones sobre sillas, y es momento de arramblar con el solar. No pocos han de pagar los préstamos con que han financiado la expedición. Muchos precisan una explotación fulminante para medrar en la nobiliaria sociedad cristiana. Ya habrá época y posteridad de posar con los damnificados; ya podrán limosnearles un santo sepulcro; ya comprarán su salvación cuando acopien una fortuna. Con el tiempo, la esperanzante intermediación con el Más Allá atemperará al postrado distrayéndole la rabia. Los profesionales del unto afinarán para que el asentamiento arraigue en el vencido.

        Y hoy en todas las Indias no hay más conocimiento de Dios, que hoy ha cien años entre aquellas gentes, si no es en la Nueva España, y así han perecido y perecen todos sin fe y sin sacramentos.

        El remedio de los indios.... quitando las encomiendas... y no dando uno ni ningún indio a español por encomienda, ni por vasallo, ni en feudo, ni de otra cualquier manera, porque según la larga y muy cierta experiencia que se tiene, de cualquier manera que a españoles se den, los han de matar y destruir por sus codicias de haber oro y riquezas.

        *** El humansismo cristiano no nombra a la secta, tan sólo habla de personas delimitadas por el territorio. Pero no es legítima la pretensión de que existe en esos parámetros un fatal sujeto moral con el cual arrear a las personas. No es más que despótica y ganadera apetencia de anularlas extendiendo las culpas a la totalidad del aprisco. Ya tienen tema los discípulos dobles. Avergüenza ahora la moralidad de los difusores de la fe cuando se les deja a sus anchas, cuando vacían las esencias de su cultivado espíritu con los frailes castrenses. El productivo abuso conquistador vuélvese contraproducente. La apoderada perspectiva de la antigüedad renace en sus amnésicos erradicadores y trata de racionalizar el feudo. Sin los frenos que el Viejo Mundo segregó en las luchas del monoteísmo, se propone un "cambio" de modelo de lo mismo: la conquista. Sea con sangre o flores espinosas, todos los caminos conquistan para Roma.

        La población y vivienda de españoles en las Indias es muy necesaria, así para la conversión y policía de los indios, como para sustentar el estado y señorío de su Majestad... Dárseles ha también por mercedes que los indios les hagan las casas y el pueblo donde hobieren de poblar...Y así, Su Majestad llevará las dos partes, desde luego, de provecho que hoy no lleva... cómo será servido de infinitos indios y de grandes números de cristianos no como agora, que lo uno y lo otro se destruye;... también mandalles prestar o fiar algunos esclavos negros que les paguen dentro de tres o cuatro años, ... será provechoso y crecerá más la dicha población... se excusarán grandes insultos y pecados de los cristianos que hasta agora han hecho, por el ansia que tienen de hacer esclavos, y grandes y muchas muertes y estragos y perdiciones de cuerpos y ánimas de indios, y gran disminución de los vasallos indios y patrimonio real de Su Majestad".

        Es término o nombre conquista para todas las tierras y reinos de las Indias descubiertas y por descubrir, es término y vocablo tiránico, mahomético, abusivo, impropio e infernal. Porque en todas las Indias no ha de haber conquistas contra moros de África o turcos o herejes que tienen nuestras tierras, persiguen los cristianos y trabajan de destruir nuestra sancta fe.

        *** El palo-palo monoteísta se revela exterminador donde no hay experiencia guerrera que les frene, ni maquiavélica doblez pastoral que les confronte. Su dinámica es fortalecida por estos roces convenientemente agrandados a posteriori,. El cuento plástico, el patetismo oportuno, los recursos del charlatán, el histrionismo del sermón, la sabiduría bautizada de inquisición, el conocimiento de millones de seres propiedad de la casta, armas suficientes para ganar la guerra, selección milenaria de sacros guerreros, de monjes-soldado... Hay que persistir en la falsedad que expande la doblez de estos misioneros. Pensarán que estos infieles, al menos, no son proselitistas, y sí más convertibles. Mientras tanto, se escudan en la lucha entre monoteísmos para mejor luchar por el monopolio, su único horizonte. Se trata de defenderse de la depredación pidiendo depredación mayor para el mayor malo oficial, la competencia. Nada se deja fuera del Dios de la Victoria. Todo hay que convertirlo en despojo, incluyendo una crítica que aúpe el orden en que se muge.

       Y llevan cierta cantidad para que se den parte de Su Majestad a los señores y principales, para que se inclinen y animen a le amar y desear cognoscer y servirle. Y, sobre todo, han de trabajar de dejarlos muy contentos y amigos, y no darles chica ni grande ocasión de escándalo ni desabrimiento ... Cuanto a las tierras descubiertas comiéncese a convertir y a ganar por religiosos, con predicación y buenas obras y ejemplos, dándoles dádivas y dones de rescates de parte de su Majestad. Y después de quitado el horror y miedo que tienen de las crueldades e infamias de los cristianos, comenzarán a contractar los cristianos con ellos, por vía de rescates, comercio y contratación, y así cobrarán amor y amistad con ellos... y se traigan las gentes de ellas al cognocismiento de su Dios y nuestro y a la subjeción y señorío de su Majestad".

        *** La conversión justifica los medios.




      **** - Al índice

     **** - Portada-