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LA GANADERÍA ELEGIDA – 3.

RELIGANCIA


          Hilary Mantel, escritora: "La Historia no es el pasado (...). Es lo que queda en el cedazo cuando los siglos han pasado a través de él".

          Ramsay MacMullen, historiador: "Los escritos hostiles y las opiniones contrarias no se copiaban de nuevo o se transmitían, se suprimían activamente".

          Eusebio, "padre de la historiografía de la Iglesia": "No nos hemos dejado llevar por hacer memoria (...) sino que a la historia general vamos a añadir únicamente aquello que acaso pueda aprovechar primero a nosotros mismos y luego también a nuestra posteridad".

          Amiano Marcelino, historiador: "Cientos de escritos y montones enormes de obras se quemaron ante los jueces, después de sacarlos de distintos hogares con la excusa de que eran ilegales. La finalidad era calmar la indignación provocada por la ejecuciones, aunque la mayor parte de lo que se quemó eran tratados de artes liberales y derecho". "En la provincias orientales fueron quemadas por sus propietarios todas las bibliotecas, ya que temían una condena similar. Tal era el terror que se había apoderado de todos".

          San Simeón tuvo una visión: "Dios ha tomado una decisión contra los paganos y los heterodoxos, y éste caudillo buscará el error de la idolatría y recogerá todos sus libros y los quemará en el fuego".

          Rábula, obispo sirio del siglo V: "Buscad los libros de los herejes (...) en todos los lugares, siempre que podáis, traédnoslos o quemadlos en el fuego".

          Nota del siglo XV en una manuscrito mutilado en Viena: "Aquí, en este libro había trece hojas que contenían obras del apóstata Juliano; el abad del monasterio (...) las leyó y se dio cuenta de que eran peligrosas, así que las arrojó al mar".

          San Juan Crisóstomo: Los escritos "de los griegos todos han desaparecido y han sido destruidos". "¿Dónde está Platón? ¡En ninguna parte! ¿Dónde está Pablo? ¡En boca de todos!" "La tradición de los antepasados se ha destruido, costumbres profundamente arraigadas se ha desbaratado, la tiranía de la alegría y las fiestas malditas (...) se ha borrado como el humo".

          Teodoreto de Ciro, escritor del siglo V: "Esas fábulas elaboradamente decoradas están completamente proscritas. ¿Quién encabeza hoy la herejía estoica? ¿Quién salvaguardan las enseñanzas de los peripatéticos". "Toda la tierra bajo el sol ha sido cubierta de sermones".

          San Agustín: Las opiniones de estos filósofos "han enmudecido ya de tal modo que (...) si ahora surge una secta del error contra la verdad, es decir contra la Iglesia de Cristo, no osa presentarse en batalla, sino cubierta con el nombre de cristiana".

          Carlo Rovelli, físico: "La pérdida de la totalidad de las obras de Demócrito es la mayor tragedia intelectual resultante del colapso de la vieja civilización clásica".

          Código Justiniano, 1.11.10.2: "Además, prohibimos que enseñen ninguna doctrina aquellos que se encuentran afectados por la locura de los impíos paganos".

          Al Masudi, viajero árabe: "Durante los primeros días del imperio de Rum (Imperio romano y bizantino), las ciencias se honraban y gozaban de respeto universal. A partir de unos fundamentos ya sólidos y grandiosos, se alcanzaron cimas más altas cada día, hasta que la religión cristiana hizo su aparición entre los rum; esto supuso un golpe fatal al edificio del aprendizaje; sus rastros desaparecieron y sus caminos se borraron".

          Galeno de Pérgamo, médico: "El método que sigue (Moisés) en sus libros consiste en escribir sin ofrecer pruebas, diciendo, "Dios ordenó, Dios dijo".

          Símaco, autor pagano: "Cada uno tiene sus propias costumbres, sus propios ritos" y que la humanidad no está capacitada para juzgar cuál de ellos es mejor, "cuando todo razonamiento está velado". "No se puede llegar por un solo camino a un secreto tan grande". "Por eso rogamos que haya paz para los dioses patrios. (...) Es razonable considerar único lo que todos honran. Contemplamos los mismos astros, el cielo es común a todos, nos rodea el mismo mundo. ¿Qué importancia tiene con qué doctrina indague cada uno la verdad?

          Celso, filósofo griego del siglo II, sobre los cristianos: "Entre ellos se dan órdenes como éstas; nadie que sea instruido se nos acerque, nadie sabio, nadie prudente (todo eso es considerado entre nosotros como males. (...) Sólo ellos son los que saben cómo se debe vivir".

          Porfirio, filósofo: "Si Cristo se presenta como camino de salvación, gracia y verdad, (...) ¿qué hicieron los hombres de tantos siglos antes de Cristo?... ¿Por qué el que se llamó Salvador se sustrajo a tantos siglos?"

          Diógenes, filósofo, viendo cómo unos funcionarios del templo detienen a un hombre que ha robado objetos del tesoro del templo. dice: "Los grandes ladrones han apresado al pequeño".



          Corintios, I,3:19: "Porque la sabiduría de este mundo es necedad para con Dios".

          Tertuliano, apologista cristiano: ""¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén? ¿Que concordia existe entre la Academia y la Iglesia? (...) Con nuestra fe, no deseamos más creencia".

          Atanasio, obispo alejandrino del siglo IV: "Si el mundo va contra la Verdad, entonces Atanasio va contra el mundo".

          San Jerónimo: ¿Cómo se podría recitar esa inmundicia y después leer obras cristianas? "¿Qué hace Horacio con el salterio, Virgilio con los evangelios, Cicerón con el Apóstol?" Uno no debería "beber a la vez el caliz de Cristo y el de los demonios".

          San Juan Crisóstomo alentando a su congregación a espiarse mutuamente: Entrad en las casas de los demás. Meteos en los asuntos ajenos. Rehuid a quienes no cumplan. Después informad de todos los pecadores y los castigaré como merecen: "Así como los cazadores persiguen a los animales salvajes (...) no desde una dirección sino desde todas partes, y les hacen caer en sus redes, persigamos juntos a los que se han convertido en animales salvajes y arrojémoslos inmediatamente a la red de la salvación, nosotros desde este lado, vosotros desde ese otro". "Seamos entrometidos y busquemos a aquellos que pecan". "Incluso si tenemos que entrar en el hogar del pecador, no retrocedamos ante él". "Tomemos a nuestras esposas, hijos y familias y emprendamos esta caza. Arranquemos de las trampas del diablo a quienes este mantiene cautivos a su voluntad".

          San Juan Crisóstomo: Si un cristiano oye blasfemar, debe "reprenderlo, y, si fuera necesario, inflingir golpes, y no evitar hacerlo. Golpéalo en la cara, en la boca; santifica tu mano con el golpe".

          San Juan Crisóstomo: "En nuestras iglesias escuchamos innumerables discursos sobre castigos eternos, sobre ríos de fuego, sobre el gusano venenoso, sobre ataduras que no se pueden romper, sobre la oscuridad exterior".

          Brent D. Shaw, historiador: "El poder de esta oratoria cristiana se debía a muchas cosas, entre ellas a una despiadada pedagogía perentoria, a una moralización intimidante del individuo y a una incesante gestión de las minucias de la vida cotidiana. Por encima de todo, era una oratoria marcada por la ausencia de humor. Era un mundo taciturno y mortalmente serio. El chiste, el comentario humorístico, las sátiras hilarantes, la burla para poner a la gente en su sitio, habían desaparecido".

          Eunapio, sofista e historiador griego, siglos IV-V: "En aquellos días, todo hombre que vestía túnica negra y consentía en comportarse de manera indecorosa en público tenía el poder de un tirano, ¡a tal punto ha avanzado la raza humana!"



          Evangelio según San Lucas: "He aquí que os doy potestad de hollar sobre las serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo".

          Éxodo, 22-20: "El que ofrezca sacrificio a otros dioses, en vez de ofrecérselo solamente a Jehová, será muerto".

          Deuteronomio: "Y derribaréis sus altares y quebraréis sus imágenes, y sus bosques consumiréis con fuego; y destruréis las esculturas de sus dioses, y extirparéis el nombre de ellas de aquel lugar".

          San Shenute, santo: "No existe el delito para quienes verdaderamente tienen a Jesús".

          Sozomeno, historiador eclesiástico del siglo V: "El obispo Marcelo había estado a la cabeza de la destrucción de todos los templos en la ciudad y en los pueblos, creyendo que no sería fácil que se convirtieran de su religión de otro modo".

          San Agustín: "Todas las gentes estaban subyugadas por el demonio, pues le fabricaron templos, le construyeron altares, le instituyeron sacerdotes, le ofrecieron sacrificios, le adjudicaron agoreros como oráculos".

          San Agustín, obispo y Padre de la Iglesia: "¡Dios quiere, lo mandó, lo predijo, comenzó ya a llevarlo a efecto, y en muchos lugares de la Tierra ya lo ha realizado en parte: la extirpación de toda superstición de paganos y gentiles!"

          San Agustín: "Los ídolos que Cristo hizo pedazos, jamás los volverá a restaurar el artesano. ¡Qué auge no tuvo el reino de la diosa Celeste en Cartago! ¿En donde está ahora su reino?"

          San Agustín: La Iglesia "persigue en el espíritu del amor". "Cuando los médicos ven que hay que cortar y cauterizar la gangrena, cierra con frecuencia bondadosamente los oídos al furioso llanto". "Donde está el terror, está la salud. (...) ¡Oh crueldad misericordiosa!"

          "San Pablo": "¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones".

          Clemente de Alejandría, teólogo del siglo III: "Afilaré mi espada (...); tomaré venganza de mis enemigos y daré su merecido a quienes me odian. Embriagaré con sangre mis saetas, y mi espada devorará la carne ensangrentada de los heridos". "Reprender es signo de buena voluntad, no de odios". "Debe cortarse de raíz el placer vergonzoso".

          Según el Apocalipsis de Pedro, los blasfemos serían colgados de la lengua, los adúlteros por los testículos y las mujeres "que se adornaban para el adulterio" serían suspendidas del pelo sobre un cenegal hirviendo.

          Tertuliano: "Entonces valdrá la pena escuchar a los actores trágicos más francos en su propia catástrofe; luego valdrá la pena mirar a los actores cómicos, sus miembros más ágiles en el fuego; luego valdrá la pena ver al auriga, completamente rojo en su ardiente rueda; luego valdrá la pena observar a los atletas, no en sus gimnasios, sino agitándose en llamas".



          Pseudo-Jerónimo: "Porque aman el nombre mártir y porque desean el elogio humano más que la caridad divina, se matan a si mismos".

          Apophthemata Patrum: "Es un monje el que se hace violencia en todo". "Como hierba, viste hierba, duerme en la hierba. Desprécialo todo". "¿Qué lleva este hermano en el corazón para reír, si debería llorar más bien?

          Evragio Póntico, asceta del siglo IV: "Un cuerpo necesitado, es un caballo domado".

          San Jerónimo: "¡El que se ha lavado una vez en Cristo no necesita volverse a bañar!"



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          El Corán: "Dios ha concedido a quienes luchan con su caudal y con sus vidas un estado por encima de los sedentarios. A todos ha prometido Diios bien, pero ha otorgado a quienes luchan, un galardón superior al de los sedentarios... y su perdón y misericordia," (IV: 95) "Que combatan en la vía de Dios quienes truequen la vida de este mundo por la del otro. A quien quiera que combata en la vía de Diois, muera o venza en la lid, Nos le concederemos rico galardón". (IV: 74). "Oh, vosotros los creyentes! Guerread contra los no creyentes que están cerca de vosotros... y sabed que Dios está con quienes cumplen sus deberes (para con Él). (XI: 123).

          El Corán: "Los hombres son superiores a las mujeres, a causa de las cualidades por medio de las cuales Dios ha elevado a éstos por encima de aquéllas, y porque los hombres emplean sus bienes en dotar a las mujeres. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas: conservan cuidadosamente, durante la ausencia de sus maridos, lo que Dios ha ordenado que se conserve intacto. Reprenderéis a aquéllas cuya desobediencia temáis; las relegaréis en lechos aparte, las azotaréis; pero, tan pronto como ellas os obedezcan, no les busquéis camorra".

          Recep Tayyip Erdogan, presidente turco: «Lo digo claramente (…) Vamos acrecentar nuestra descendencia (…) Nos hablan de contracepción y de planificación familiar. Ninguna familia musulmana puede tener ese tipo de mentalidad (…) Nosotros seguiremos el camino que Dios y nuestro amado Profeta nos indicaron (…) En ese marco, el primer derecho pertenece a las madres.»

          Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, febrero de 2018: «Se equivocan los que creen que hemos borrado de nuestros corazones las tierras de donde nos retiramos llorando hace 100 años. Decimos en cada ocasión que Siria, Irak y otros lugares del mapa de nuestros corazones no son diferentes de nuestra propia patria. Donde quiera que se oiga el llamado a la plegaria, nosotros luchamos para que no se agite una bandera extranjera. Las cosas que hemos hecho hasta ahora no son nada en comparación con los ataques todavía mayores que hemos previsto para los próximos días. ¡Así lo quiere Dios!»

          Alija Izetbegovic, separador de Bosnia y Herzegovina de la Federación Yugoslava en 1992, dijo en 1970: “Nunca habrá paz ni coexistencia entre la religión islámica y las instituciones sociales y políticas no islámicas” y que “el movimiento islámico puede y debe hacerse con el poder político, ya que es moral y numéricamente tan fuerte que no sólo puede destruir el poder no islámico existente, sino también crear un nuevo poder islámico.”

          Shahidan Kassim, ministro de Malasia. Los ateos en Malasia deben ser “cazados” por parte de las autoridades, ya que Malasia es un país de fe donde no hay lugar para ellos: “La Constitución Federal no hace mención de los ateos. El ateísmo va en contra de la Constitución y de los derechos humanos. Sugiero que los cacemos, hasta el fin. Pedimos la ayuda de los medios para identificar a estos grupos.”

          Ruhollah Jomeini, ayatolá, en 1981 tras rechazar la oferta de Saddam Husein de poner fin a la guerra: “La guerra es una bendición de Dios.”

          Harold Macmillan, secretario británico de Asuntos Exteriores, en los años cincuenta: "Los saudíes están sobornando a todos, derecha e izquierda, y están revirtiendo todo el mundo árabe. Si se pudiera hacer algo para detener esto, sería la mayor contribución posible a la paz".

          Plataforma per Catalunya: “La introducción de la religión islámica en las aulas es una concesión catastrófica a una religión que mantiene el dogma de la guerra santa para expandirse, y un experimento irresponsable que hace tambalear los cimientos de nuestra cultura” de la expansión por la santa reconquista, el botín sagrado y el totalitarismo exclusivista. Su Dios los cría... y ellos se guerrean... por el dominio total.



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          Papa Celestino III, en 1.192: «No es contrario a la fe católica el mandato de perseguir y exterminar a los sarracenos.»

          Primera carga de los cruzados en Anatolia: «Mantengámonos todos unidos, confiemos en Cristo y en la victoria de la santa Cruz, y por favor, Señor, danos hoy un buen botín.»

          San Bernardo de Claraval, abad de la orden del Císter: «El caballero de Cristo mata en conciencia y muere tranquilo. Al morir se salva. Matando actúa por Cristo. Padecer o dar la muerte por Cristo no tiene, por una parte, nada criminal; y, por otra, merece la inmensidad de la gloria. La matanza es preferible a dejar la vara de los pecadores suspendida sobre las cabezas de los justos. Que arrojen fuera de la ciudad del Señor a todos esos productores de iniquidades, a quienes sueñan con arrebatar al pueblo cristiano sus estimables riquezas encerradas en Jerusalén, con mancillar los Santos Lugares y con apoderarse del santuario de Dios.»

          San Bernardo de Clairvaux, convocando a la II Cruzada: "¡Maldito sea quien no manche su espada con sangre!"

          Don Juan Manuel, en el Libro de los Estados: "Conviene que los que fueren contra los moros que vayan muy bien confesados et fecha enmienda de sus pecados lo más que pudieren, et que pongan en sus corazones que, pues N.S. Jesucristo... quiso tomar muerte en la cruz por redimir los pecados, que así van ellos aparejados para recibir martirio et muerte por defender et ensalzar la sancta fe católica, et la reciben los que son de buena ventura". Cierto es que muchos de los que van a combatir contra los moros son grandes pecadores, pues roban, fuerzan mujeres, o "van solamente por ganar algo de los moros, o por dineros que les dan, o por ganar fama en el mundo, et non por entención derecha et defendemiento de la ley et de la tierra de los cristianos". "Muchos de estos pecadores han tal dolor de sus pecados a la hora de su muerte, que les ha Dios merced et lo salva; et muchos homes mueren en tal estado que, aunque hayan seído de buena vida, que pierden las almas... Et aun de los pecadores que mueren et los matan los moros, muy mejor esperanza deben haber de su salvación de los otros pecadores que non mueren en la guerra de los moros lo cierto es que todos los que van a la guerra de los moros et van de verdadera penitencia et con derecha entención, toviendo que... es de buena ventura si él muere en defendimiento et ensalzamiento de la sancta fe católica; los que así mueren, sin duda alguna, son sanctos et derechos mártires, et non ham ninguna otra pena sinon aquella muerte que toman; et aunque non mueran por armas... la lacería et los trabajos et el miedo et los peligros et la buena entención los facen mártires".

          Jorge Manrique, en las "Coplas por la muerte por la muerte de su padre": "Y pues vos, claro varón / tanta sangre derramastes / de paganos, / esperad el galardón / que en este mundo ganastes / por las manos; / y con esta confianza / y con la fe tan entera / que tenéis, / partid con buena esperanza / que esta otra vida tercera / ganaréis".

          Antonio María Rouco Varela, cardenal emérito, proponiendo la santificación de la Isabel la Católica: “Entregó su vida a Dios buscando extender la fe católica.” Ejerció las “virtudes cristianas en grado heroico”. Representa "un modelo de mujer cristiana y de espíritu misionero, compasiva y entregada abnegadamente al servicio y gobierno del pueblo".

          Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, sobre la reina Isabel I de Castilla: “Supuso un testimonio de santidad en una actividad tan noble como la actividad política. Uno puede ser santo siendo político.”

          Gonzalo Fernández de Oviedo, humanista, hacia 1.554: "Es cierto que entre todas las naciones de los cristianos no hay alguna... donde mejor se conozcan los nobles, e de buena es limpia casta, ni cuales son sospechosos a la fe; lo cual en otras naciones es oculto".

          Martín Lutero, reformador cristiano, en "Contra las hordas criminales y saqueadoras de los campesinos: "Quien ha visto a Müntzer, ha visto la encarnación del demonio... Si reina tal espíritu entre los campesinos ha llegado la hora de exterminarlos como perros rabiosos". "¡Matadlos a todos!".

          Pablo Espinosa de los Monteros, licenciado, en 1.630: "Seremos siempre los queridos de Dios y los escogidos de su Iglesia, y triunfaremos de nuestros enemigos. Pues desde el año en que se fundó en esta ciudad (de Sevilla) este Divino Tribunal (del Santo Oficio) han tremolado las banderas españolas en todas las partes que el sol luce".

          Barón de Montesquieu, escritor: "Los héroes estas destinados a ser los instrumentos de la venganza divina, y si tuviesen un origen humano no serían lo suficientemente inexorables".



          Voltaire, escritor y filósofo: "Los grandes hombres son los primeros y los héroes los últimos. Yo llamo grandes hombres a todos aquellos que han sobresalido en lo útil y en lo agradable. Los saqueadores de provincias no son más que héroes".

          Enciclopedia: Héroe, "reducido a su justo valor, es la vergüenza y la plaga del género humano".

          José II, emperador austro-húngaro: «La tolerancia es una consecuencia del beneficioso aumento del conocimiento que ahora ilustra a Europa y que se debe a la filosofía y a los esfuerzos de los grandes hombres; es una prueba convincente del perfeccionamiento de la mente humana, que ha vuelto a abrir con audacia por entre los dominios de la superstición un camino recorrido ya hace varios siglos por Zoroastro y Confucio y que, afortunadamente para la humanidad, se ha convertido ahora en la gran ruta de los monarcas.»

          Denis Diderot, escritor y filósofo: "Una vez que los hombres han osado, en cualquier manera, asaltar la barrera de la religión, la más formidable que existe, tanto como la más respetada, es imposible deternerse. Desde que han vuelto los ojos amenazantes contra la majestad del cielo, no dejarán, a continuación, de volverlos contra la soberanía de la tierra".

          Voltaire, escritor y filósofo: "Si en Inglaterra hubiese sólo una religión, su despotismo sería de temer; si no hubiese más de dos, se cortarían la garganta; pero hay treinta, y viven en paz y felices".



          Informe presentado a la comisión de Cortes, 1.809, sobre la difusión de las ideas ilustradas: "La falta de lectura de nuestro pueblo le ha preservado de este contagio".

          Ramón Dou, clérigo, profesor y diputado durante el gobierno de Fernando VII: “Lejos de nosotros la peligrosa novedad de discurrir”, eso de discurrir tendría como efecto “viciar costumbres, con total trastorno de imperios y religión".

          Donoso Cortés, político monárquico, 1.848: "La intolerancia de la Iglesia ha salvado al mundo del caos". "Acudir a la religión que enseña la caridad a los ricos, a los pobres la paciencia; que enseña a los pobres a ser resignados y a los ricos a ser misericordiosos".

          León XII, papa, en 1.829: "Quienquiera que proceda a la vacunación deja de ser hijo de Dios. La viruela es un juicio de Dios, la vacunación es un desafío al cielo".



          Alejandro Sawa, escritor: "Desconfiad del cura cuando os hable del sol, de las cosas francas de la vida; creedlo, sin embargo, cuando os insinúe cosas de la sombra. Si es un verdadero cura, viene de allí, y en zonas de claridad tendría que reconocerse forastero". «El niño se convierte en cura como el plomo se convierte en bala: por un hecho de fatalidad bárbara.»

          León Gambetta, diputado, en 1.877: "El clericalismo, ése es el enemigo".

          Jules Roche, diputado, en 1.882: "La Iglesia es un estado, vale decir, una vasta sociedad dirigida por un poder público organizado, un cuerpo político con sus leyes propias, sus funcionarios vigorosamente jerarquizados y una devoción ilimitada, su presupuesto de mil fuentes, sus corporaciones atesoradoras que siempre absorben y no dan jamàs, su soberano omnipotente obedecido por encima de las fronteras; y ese formidable poder está en contradicción irreductible con los principios esenciales de la sociedad moderna (...) Contra él, Francia no está menos en estado de legítima defensa de los que lo estaría contra cualquier otro imperio en guerra declarada".



          Alejandro Pidal y Mom, político (ministro) y académico fundador de la Unión Católica, a Gumersindo Azcárate, liberal: "Está usted perdido, amigo mío. Porque yo, con mis ideas, puedo quemarle a usted. Usted en cambio, con las suyas, no puede hacerme nada". "La intolerancia religiosa y la Inquisición favorecieron, en vez de cortarlo, el libérrimo vuelo de la ciencia".

          Marcelino Menéndez Pelayo, polígrafo: “(..), aunque no sean muchos los librepensadores españoles, bien puede afirmarse de ellos que son de la peor casta de impíos que se conocen en el mundo, porque, a no estar dementado como los sofistas de cátedra, el español que ha dejado de ser católico es incapaz de creer en cosa ninguna, como no sea en la omnipotencia de un cierto sentido común y práctico, las más veces burdo, egoísta y groserísimo. De esta escuela utilitaria suelen salir los aventureros políticos y económicos, los arbitristas y regeneradores de la Hacienda y los salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es un cenagal fétido y pestilente. Sólo algún aumento de riqueza, algún adelanto material, nos indica a veces que estamos en Europa y que seguimos, aunque a remolque, el movimiento general(…) España, evangelizadora de la mitad del orbe; España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectores o de los reyes de taifas.”



          Pastoral colectiva de los obispos españoles, en agosto de 1.931, contra el proyecto de Constitución que se debate en las Cortes Constituyentes, contra el laicismo del Estado, conceptuado como «crimen social» y «peste mortífera». La separación Iglesia-Estado es «un pecado de ingratitud, por todo lo que el Señor ha hecho por los pueblos, al sacarlos de la barbarie, ya que por medio de la Iglesia les dio una civilización que les hizo grandes y envidiables». «Los católicos deben guardarse muy bien de defender la separación de la Iglesia y el Estado. Querer que el Estado se separe de la Iglesia sería querer, por lógica consecuencia, que la Iglesia quedase reducida a la libertad de vivir conforme al derecho común de todos los ciudadanos».

          «En modo alguno es lícito pedir, defender ni conceder la libertad de pensar, de enseñar, de escribir y de culto, como si estas facultades fuesen un derecho concedido al hombre por la naturaleza. Porque si la naturaleza hubiese otorgado al hombre estas libertades, existiría el derecho de sustraerse a la soberanía de Dios y no habría ley capaz de regular la libertad humana.» La libertad de culto «no es libertad, sino degradación de la libertad y servidumbre del alma envilecida por el pecado.»

          Antonio María Rouco Varela, cardenal: «La Constitución española de 1931 discriminaba a la Iglesia católica e incluso la perseguía. Y eso era, sin duda, reflejo de lo que estaba pasando y causa de lo que luego ocurrió.» «Ese artículo y otras disposiciones dejaban en manos de la autoridad administrativa, e incluso local, todas las expresiones públicas de culto, de la presencia de la Iglesia en la calle y en la sociedad. También dificultaban seriamente el papel de la Iglesia en la enseñanza, aparte de agravar los problemas relacionados con su financiación, o con el estatuto jurídico de los cementerios propiedad de la Iglesia".

          Manuel Azaña, diputado republicano: «Que no me vayan a decir que esto es contrario a la libertad, porque es una cuestión de salud pública». «La obligación de las órdenes religiosas católicas, en virtud de su dogma, es enseñar todo lo que es contrario a los principios en los que se funda el Estado moderno.»

          Episcopado español en un mensaje dirigido al Papa el 18 de octubre de 1931: «Se dieron disposiciones sobre la enseñanza y con ello se pretende arrancar al niño de la educación de sus padres y a los jóvenes de la influencia de la Iglesia; se atenta contra la indisolubilidad del matrimonio; implantación del divorcio; se suprime la dotación de culto y clero, quebrantando los solemnes pactos contraídos por el Estado a título de justicia». «Lo peor de todo es el laicismo que, a fin de cuentas, lo que intenta es sustraer a la ley de Cristo a toda la sociedad […] En nombre de la libertad de pensamiento y de la transigencia, se imponen errores hace ya tiempo condenados». La Constitución republicana supone «la proclamación del ateísmo oficial con todos sus errores y daños incalculables».

          Diario El Debate, en su editorial del 10 de noviembre de 1.931: «Al mitin revisionista de Palencia asistieron 23 000 personas. Los católicos han procedido como quien tiene la firme decisión de defender su derecho, incluso mediante el uso de medios coercitivos autorizados por una, a todas luces, legítima defensa. La jornada, pues, ha sido triunfante y gloriosa». Deben prepararse para una batalla «larga y dura»: «Al deber religioso y patriótico únese el instinto de conservación para reclamar de todos una cooperación asidua y entusiasta al grupo de hombres que ha echado sobre sí la iniciativa y la responsabilidad de una restauración cristiana».



          Juan Galán Bermejo, cura de Zafra en 1936. uno de los encargados de señalar a los republicanos detenidos por las columnas del teniente coronel Yagüe para ser toreados en la plaza de Badajoz antes de morir: «Todavía no hemos tenido tiempo de legislar cómo y de qué manera será exterminado el marxismo en España. Por esta razón, todos los procedimientos de exterminio de estas ratas son buenos, y Dios, en su inmenso poder y sabiduría, los aplaudirá.»

          El obispo pamplonés Olaechea, el 23 de agosto de 1936: «No libramos solamente una guerra, sino una cruzada».

          Georges Bernanos, escritor, refiriéndose a Mallorca, esos asesinatos «los aplaudían públicamente la inmensa mayoría de capellanes, religiosos y monjas de la isla.»

          Ignacio Menéndez Reigada, dominico: «El alzamiento en armas contra el Frente Popular y su Gobierno es, no sólo justo y lícito, sino hasta obligatorio, y constituye, por parte del Gobierno Nacional y sus seguidores, la guerra más santa que la historia registra». En 1939 publica un catecismo,

          José María Pemán, franquista: "Es necesario garantizar a los españoles, que con las armas en la mano y sin regateos en los sacrificios y sangre salvan la causa de la civilización, que no se volverá a tolerar, ni menos a proteger y subvencionar a los envenenadores del alma popular, primeros y mayores responsables de todos los crímenes y destrucciones que sobrecogen al mundo y han sembrado de duelo la mayoría de los hogares honrados de España".; "Dios nos ha mandado la suprema lección de una guerra, que por eso digo que era conveniente; conveniente para que en su transcurso nos purifiquemos".; "Dios hace las cosas bien y con orden. ¿Para qué iba a construir con excesivo mecanismo intelectual el alma de un ser destinado, por esencia, a las bellas sinrazones del cariño?"; "Cuando Dios quiso sancionar el pecado original, impuso a la mujer un doble castigo: el dolor de la maternidad y la sujeción al varón, que la dominaría".; "Franco no es el 'dictador' que preside el triunfo de un partido o sector de la nación. Es el padre que reúne bajo su mando, como una gran familia, todas la fuerzas nacionales de España".

          Cardenal Gomá: “Efectivamente, conviene que la guerra acabe. Pero no que se acabe con un compromiso, con un arreglo ni con una reconciliación. Hay que llevar las hostilidades hasta el extremo de conseguir la victoria a punta de espada. Que se rindan los rojos, puesto que han sido vencidos. No es posible otra pacificación que la de las armas.”

          Pío XII, papa, el 16 de abril del 1.939: «La nación elegida por Dios acaba de dar a los prosélitos del ateísmo materialista la prueba de que, por encima de todo, están los valores de la religión.»

          Conferencia Episcopal alemana poco antes de la firma del Concordato de 1939: ”Los católicos declaran su acuerdo con los esfuerzos clarividentes y poderosos del Führer para ahorrar al pueblo alemán los horrores de la guerra y las atrocidades del bolchevismo, para asegurar el orden público y para proporcionar empleo a los parados". Poco después de firmado el Concordato, el Cardenal de Múnich: “Lo que los antiguos parlamentos no han podido realizar, lo ha hecho usted-se refiere a Hitler- en seis meses de historia mundial. Para el prestigio de Alemania, al Este y al Oeste, y delante del mundo entero, este apretón de manos con el Papado, la más grande potencia moral en la historia del mundo, es una enorme bendición.”

          Monseñor José María Escribá de Balaguer, fundador del Opus Dei, en su libro “Camino”: "387. El plano de santidad que nos pide el Señor, está determinado por estos tres puntos: La santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza".

          José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei: "Tenemos que envolver el mundo en papel de periódico".

          José María Llanos, sacerdote que en 1953 dirige unos ejercicios espirituales para la familia Franco en el Palacio del Pardo: «Yo le daba —a él y a su mujer— unas meditaciones bastante duras, sobre los pecados del rey Saúl, y después de mi charla, él me daba a mí la suya en su despacho. Yo le decía: “General, ¿qué dice de lo del Rey Saúl?” Y él me contestaba: “Bueno, eso es otra cosa, yo voy a lo mío, yo voy a que Dios me ha enviado para hacerme cargo de esto. Dios hizo milagros para que ganáramos la guerra y Dios me ha puesto aquí.”

          Agencia EFE, 1957: «Un grupo de españoles, que conservarán por el momento su nombre en secreto, para que los resentidos de siempre no puedan tacharles de oportunistas y aduladores, tienen la iniciativa, y la hacen pública, de pedir el capelo cardenalicio para Francisco Franco Bahamonde, por los grandes servicios que, durante más de veinte años, ha prestado a la Iglesia.

«Nada más justo, nada más equitativo que este premio a otorgar al hombre que, sin ser sacerdote, mayores servicios ha prestado a la Santa Iglesia. De manera que, si se otorgan condecoraciones y títulos honoríficos civiles para premiar servicios al Estado y a los organismos políticos seglares, si algunos soberanos conceden cruces que hacen del agraciado “primo del rey” de que se trate, si esto hacen los poderes perecederos de la tierra, ¿cómo va a hacer menos la eterna Roma haciendo “príncipe de la Iglesia” a uno de los dos o tres más preclaros seglares que jamás la hayan servido en todos los tiempos?"

»Porque, en verdad, desde Constantino el Grande y Carlomagno, nunca soberano alguno, nunca caudillo militar o civil, nunca hombre alguno, hizo tanto por nuestra Santa Madre Iglesia como el glorioso Francisco Franco, el hombre que ha restituido España a Dios y Dios a España, reparando así la más grosera y odiosa paradoja cometida por los regímenes anteriores: la de una España sin Dios y sin fe. Y no se nos diga, no, que por seglar, Franco no puede cubrir sus hombros de atleta de la Fe con la púrpura cardenalicia.»

»La Divina Providencia, según confesión del propio Caudillo a un redactor de la Agencia Efe, le ha venido asistiendo de manera especial, y de hecho milagrosa, a lo largo de su extraordinaria y preciosa existencia.

»Sí, ¡mil veces sí! No dudéis un momento. España, martillo de herejes, tiene en Franco un gobernador excepcional, que su íntimo, su congénito catolicismo están esperando desde centurias, el que ha arrancado de cuajo las herejías del liberalismo y de la masonería. No en vano el ministro subsecretario de la Presidencia, señor Carrero Blanco, hablando ante las Cortes en julio último, lo dijo en frase lapidaria, en expresión que debería ser grabada en mármoles y bronces, en todas las ciudades y pueblos de España: "El Caudillo es uno de esos regalos que la Providencia hace, cada tres o cuatro siglos, a un pueblo, para premiarle los sacrificios que ha hecho por Dios".»

          Vicente Enrique y Tarancón, cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Españols, en carta al almirante Carrero Blanco en 1972: «La guerra fue una Cruzada y nunca he dudado de ello; estoy totalmente de acuerdo en lo que dijeron los obispos de entonces en la Carta Colectiva.» Tras la Transición: «Mis relaciones con Franco fueron, por lo general, gratas», «El Caudillo era un cristiano, eso es innegable, pero no podía comprender los cambios de la Iglesia. Para él equivalían a desorden. Y el desorden equivalía a peligro para el Régimen. Era un ser tierno. Yo le vi llorar en más de una ocasión, sobre todo cuando le di la paz en el funeral de Carrero Blanco. Al darle el abrazo se apretó a mí y se puso a llorar como un niño».

«La Iglesia se puso al lado de un bando porque los otros la querían aniquilar y no le dejaron otro camino".

          Vicente Cárcel Ortí, sacerdote e historiador eclesiástico de la Guerra Civil, asegura desde Roma, que «la actitud de la Iglesia durante la guerra fue de respeto total a la República.» «La jerarquía no reconoció a Franco, simplemente escribió una carta colectiva, el 1 de julio de 1937, cuando ya había pasado un año de persecución, cuando ya habían sido asesinados más de seis mil sacerdotes. Hay una guerra entre dos bandos, y estás con uno o con otro, no puedes estar con los dos.»

          Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y actual presidente de la Conferencia Episcopal Española: «El amor a Dios produce mártires y no violencia, como se pretende mostrar de forma superficial.»



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          Génesis (Biblia): "Parirás a tus hijos con dolor. Tu deseo será el de tu marido y él tendrá autoridad sobre ti".

          Carta a Timoteo: "La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre; debe estar en silencio".

          San Agustín: "Vosotras, las mujeres, sois la puerta del Diablo: sois las transgresoras del árbol prohibido: sois las primeras transgresoras de la ley divina: vosotras sois las que persuadísteis al hombre de que el diablo no era lo bastante valiente para atacarle. Vosotras destruísteis fácilmente la imagen que de Dios tenía el hombre. Incluso, por causa de vuestra deserción, habría de morir el hijo de Dios".

          Bonifacio VIII, papa: “El darse placer a uno mismo, con mujeres o con niños, es un pecado tan insignificante como frotarse las manos.”

          Padre Avellanosa, orientador de jóvenes: «Las parejas no deben salir solas. Los riesgos de la tentación son muchos y el maligno no descansa en su empeño por pervertir las almas puras. Por eso, es bueno que los jóvenes vayan siempre acompañados por persona formal, con años y moralmente preparada, que sea para ellos como un escudo que les libre de las tentaciones. Esta sana precaución no debe abandonarse ni cuando la formalización de las relaciones asegure la proximidad del Santo Sacramento del Matrimonio. Antes al contrario: la cercanía del tálamo vuelve a los hombres más rijosos, y las mujeres más fáciles a la concesión de un anticipo. Por ello, ni las más firmes promesas deben eludir la vigilante compañía de un familiar o "carabina", que los haga mantenerse castos y puros hasta la hora en que, bendecida la unión, puedan entregarse a cumplir con los deberes estrictamente procreativos, para los que se fundó y santificó la unión matrimonial.» «El contacto prolongado de caras, pechos, cinturas y vientres encierra enorme capacidad de las más graves excitaciones sexuales, cuyo fin lujurioso conduce al placer de la fornicación, completo e incompleto. El baile es el ejercicio público de la lascivia...»

          Responsable de la Iglesia católica sobre el baile "agarrado": Las “enormes propagandas pornográficas y subversivas que en su derredor han tenido lugar en los últimos tiempos de dominación rojo-separatista y en los siete años de República laica, en que agentes asalariados recorrían los pueblos con el fin de corromper a la niñez y a la juventud de ambos sexos, sembrando en ellos ideas erróneas y vicios perniciosos que no podrán ser extirpados sino con una labor educadora constante y profunda de varios años.” “No solo en los tiempos de crudo laicismo, sino durante largos años de liberalismo afrancesado, han sido considerados por ciertos alcaldes como cosa corriente y de buena ley, aunque se faltase en ellos abiertamente a las leyes y normas de la moral, siendo así que la clase de bailes modernos que se practicaban se hallan severamente prohibidos hasta en países no católicos.” “La relajación de costumbres no es propia de un pueblo que acaba de luchar en reciente y gloriosa cruzada y si no se quiere traicionar los móviles que la inspiraron, es preciso reestablecer y mantener a todo trance la honestidad de las diversiones públicas.” “En adelante, siguiendo las tradiciones de la España de nuestros antepasados, no se consentirá en la plaza pública el baile agarrado por su carácter exótico e indecoroso, reñido con las normas de la Moral Católica, la única moral que es admisible en una Nación Católica.”

          Padre Menéndez Reigada, dominico, autor del Catecismo Patriótico Español de obligado uso en todas las escuelas y colegios nacionales, en el que se dice de los republicanos y las minorías seguidoras de la herejía luterana: «Esos enemigos han sido vencidos, pero no aniquilados; y ahora, como sabandijas ponzoñosas, escóndense en mechinales inmundos para seguir desde las sombras arrojando su baba y envenenando el ambiente. En ese caso, España no debe dormirse sobre los laureles, sino vigilar siempre a fin de que no vuelva a ser infiel ni a sí misma, ni a lo que la sangre de sus mártires reclama.»

          Boletín Oficial del Estado, 1.942: «En defensa de la moral y de la familia»: «La nefanda labor de la República, que intentó pulverizar tantos principios y que atacó cuanto era español y era cristiano, por perniciosas influencias extranjeras o por afanes más recónditos, borró de un plumazo en el Código Penal el delito de adulterio que, en el orden jurídico y en el sentido ético, fue tanto como sancionar la deslealtad y el agravio al honor en el infiel, y crear una completa indefensión en el ofendido. Tamaña atrocidad creó, naturalmente, una impunidad que, si bien en el campo social, y no digamos en el religioso, era nula, en el orden penal resultaba efectiva. A corregir estos deletéreos efectos, como a enderezar tantas anomalías en tantos órdenes no menos respetables y, por eso mismo, no menos pisoteados por aquel régimen que por haber nacido de una vileza intentaba envilecer a los españoles, viene esta sabia, prudente y cristiana Ley de la Presidencia, restableciendo en nuestro Código Penal la figura del disolvente delito".

          Padre Quintín Sariego, orden capuchina: «Es muy verosímil que el espectáculo más inverecundo e inmoral, legalizado en la sociedad moderna, sea el que ofrece la playa... No hay pues, en la conducta social de la mujer, una acción más grave, más excitante al pecado feo que la que realiza, tranquilamente, en sus baños públicos en la playa. Son ocasiones próximas de pecado mortal...»

          Padre Laburu, jesuita:«...la exhibición impúdica hace que las pasiones se desborden en lujuriante actividad y violen, por tanto, procazmente los altos fines de la Divina Providencia...»

          Cardenal Pla y Daniel: «Los vestidos no deben ser tan cortos que no cubran la mayor parte de la pierna: no es tolerable que lleguen sólo a la rodilla. »Es contra la modestia el escote, y los hay tan atrevidos que pudieran ser gravemente pecaminosos por la deshonesta intención que revelan y por el escándalo que producen. »Es contra la modestia el llevar la manga corta de manera que no cubra el brazo, al menos hasta el codo. »Es contra la modestia el no llevar medias. »Aun a las niñas debe llegarles la falda hasta la rodilla, y las que han cumplido 12 años deben llevar medias.

»Los niños no deben llevar los muslos desnudos. »No es peligro baladí el que un joven y una joven vayan solos a lugares apartados, o estén solos en lugar público, y los padres no deben permitirlo y pecan cuando se lo permiten.»

          Cardenal primado, doctor Gomá: «Porque en muchos de los figurines de la moda hay, señoras, una malicia profunda del dibujante o del modisto que, más que vestiros, parece que se ha propuesto ejercer lo que un crítico llamaba "el arte de desnudar con decencia", tal es la perversa intención que delatan ciertos recortes, gasas, pliegues y colores, en cuya combinación se ocupan los grandes sacerdotes de la moda, para profanar vuestros cuerpos y hacer de ellos cebo de pecado.»

          Padre Remigio Vilariño: «Es abominable la práctica de algunos casados inmorales y casadas malas cristianas, que usan del matrimonio de modo que no tengan hijos o solamente algunos... Crimen detestable, vicio abominable que trastorna la familia, mutila el amor, desmocha la sociedad, engendra enfermedades, atrae la maldición de Dios... Vicio horrendo, maldito de Dios, de la naturaleza y de la Patria... Todo matrimonio que se aparta de las reglas de Dios es perverso...»

          Agencia Cifra, 1.952: «Valencia. El viernes, sábado y domingo se celebrará el I Congreso Nacional de Moralidad en Playas y Piscinas, organizado por la Comisión Episcopal de Moralidad y Ortodoxia de España. El programa del Congreso, lleno de temas del más alto interés, comprende, entre otras, las siguientes ponencias: »"La playa y los baños, preocupación angustiosa de las Vocalías de Moralidad de Acción Católica", por el doctor Francisco Yarza. "La obra del Apóstol Santiago en Madrid", por el doctor Lazcano. "Consideraciones de un sacerdote médico acerca de la moral playera", por el doctor Janini. "La mujer en la playa: cómo comportarse", por doña Mercedes Castellary. "Cómo se pierden", por la directora del Reformatorio de Godella en Valencia. »Se prevé que, entre las resoluciones del Congreso, estará la de instar a los poderes públicos a que mantengan la prohibición de tomar el sol conjuntamente las personas de ambos sexos.»



          «En la representación del 20 de agosto de la obra X, el Servicio de Inspección de esta Delegación ha hecho las siguientes observaciones:

          »En el número inicial, las vicetiples no llevaban las enaguas que se les ordenó, dejando ver los glúteos.

          »En el número de las cubanas, las vicetiples, aunque no todas, dejan ver la entrepierna y no llevan la faldita, como se les indicó en el ensayo. La señorita Loli lleva todavía transparente la gasa de la entrepierna, dejando ver la braga.

          »En el número final, los movimientos de las vicetiples son exageradísimos. Especialmente, la señorita Susi hace un mutis de espaldas al público, imprimiendo un movimiento de rotación a sus caderas que resulta indecorosísimo.

          »En el mismo número, las vicetiples no se limitan a desfilar por la pasarela como les está ordenado, sino que se entregan a contoneos coreográficos indecentes.

          »"Las morcillas" son numerosas, sobre todo por parte del señor Ozores. Casi todas son inofensivas, salvo dos: en una ocasión, dice que una de las romanas es "una tía guarra, gorda y asquerosa", y en otra, con retruécano, dice "que la tiene floja".»

          «Decálogo de la Pureza», muy difundido entre los escolares: «San Jerónimo estudió el hebreo para apartar su mente de los malos pensamientos. A nosotros puede sernos de utilidad el estudio de cualquier lengua moderna y práctica como, por ejemplo, el alemán, el inglés o el japonés. Cualquier otro entretenimiento es bueno en momentos de embarazo y de tentación como, por ejemplo, contar las losas de la calle, las vigas del techo o los hilos de un tejido...»

Sermón para escolares: «¡Ah! No creáis, queridos niños, que el purgatorio es ninguna bicoca. Santa Catalina de Siena, con todo lo Santa que era, soñó que pasaba diez años en el purgatorio, entre horribles tormentos, porque un día, durante unos breves segundos, se acordó con delectación de un joven mancebo que había conocido en su juventud...»

          Fray Antonio, obispo de Ibiza, 1.955: «... Es que esos indeseables, con su indecoroso proceder en playas, bares y vía pública y, más aún, con sus hábitos viciosos y escandalosos van creando aquí un ambiente mefítico que nos asfixia, y que no puede menos que pervertir y corromper a nuestra inexperta juventud... Nadie se explica por qué se autoriza la estancia aquí de féminas extranjeras, corrompidas y corruptoras que sin cartilla de reconocimiento médico vienen para ser lazo de perdición física y moral de nuestra inexperta juventud, ni tampoco sabe nadie cómo pueden tolerarse ciertos individuos, carentes de medios de vida, de los cuales dice la voz pública que viven exclusivamente del vicio que facilitan y propagan descaradamente...» «Y que nadie vea en estas líneas otra cosa que la voz de alerta, el grito de ¡Socorro! del pastor de almas que contempla, angustiado e impotente, la riza, el destrozo que hace el lobo entre las amadas ovejitas que el Señor le confiara, y de las cuales tendrá que rendirle estrecha cuenta un día.»

          Gabriel Arias-Salgado, ministro de Información y Turismo, declaraba en 1.956 a la revista francesa Apologie de la Censure: "Antes de que implantásemos las nuevas normas de orientación, el 90% de los españoles iban al infierno. Ahora, gracias a nosotros, sólo se condena al 25%".

          Juan Luis Cipriani, cardenal y arzobispo de Lima: “Muchas veces la mujer se pone como en un escaparate, provocando”, y atribuir esa actitud al uso de la atracción sexual “como un producto comercial.” “Esos medios de comunicación que constantemente difunden violencia, violencia también contra la mujer y también que difunden ese abuso del cuerpo, como atracción física carnal en horarios y de maneras muy sutiles”. “Van creando toda una situación que luego las estadísticas nos dicen que hay abortos de niñas, pero no es porque hallan abusado de las niñas, son muchas veces porque la mujer se pone como en un escaparate, provocando.”



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          Arzobispo chileno cuando el Estado se separó de la Iglesia en 1925: “El Estado se separa de la Iglesia, pero la Iglesia nunca abandonará el Estado.”

          Juan Pablo II, papa: “Animados por un espíritu de sincera colaboración, profundicen el examen del caso Galileo y reconociendo errores, de uno y otro lado (sic), despejen la desconfianza que este asunto aún suscita en muchas mentes, en detrimento de una fructífera colaboración entre la ciencia y la fe, entre la Iglesia y el mundo.” El día 3 de junio de 1981 se constituye la comisión pontificia especial encargada de estudiar lo que la Iglesia denominó eufemísticamente como “la controversia entre las teorías ptolomeica y copernicana en los siglo XVI y XVII.” *** ¡Qué malo y totalitario era Ptolomeo!

          Juan Francisco Yela, vicedirector del Instituto Luis Vives, en la Revista de Filosofía, 1.942: "La tesis de la Congregación Romana de que el movimiento de la tierra era falso y erróneo en la fe, resulta algo que se esfuma como de accidental monta... Se acertó en lo principal, o sea, en el sentido que informa todo el proceso, que no es otro sino la afirmación de la Iglesia como unidad de fe, como pensamiento integralmente humano y divino, como pensar libre, cual comunión de los santos, cual doxa recta, y este acierto compensa con creces el yerro en lo accesorio".

          Stefano Zamagni, asesor económico del papa Francisco: “Los creadores de la economía de mercado fueron los franciscanos. ¡Sí, los franciscanos! Pero la gente no lo sabe. Fundaron los primeros bancos porque tenían que resolver problemas.”

          Madre Teresa de Calcuta: "Nunca había visto a la gente pobre tan cercana a sus gobernantes como lo eran los haitianos con Duvalier. Ha sido una lección hermosa; he aprendido de ello".

          Anjezë Gonxhe Bojaxhiu, "Madre Teresa de Calcuta", misionera: "Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en él".

Diálogo con un enfermo terminal de cáncer, que agonizaba en uno de sus hospicios:

- Estás sufriendo, como Cristo en la cruz, así que Jesús debe estar besándote.

- Por favor, madre, dígale que pare de besarme.

          Francisco, papa: "Se debe estar atento a no confundir la piedad con el pietismo, que consiste solo en una emoción superficial que no se preocupa del otro".

          Amvrosios de Kalavrita, obispo griego de la iglesia ortodoxa, ante una oleada de incendios provocada por la ola de calor: “El ateo del primer ministro Alexis Tsipras atrae la ira de Dios.”

          Luc Ravel, capellán militar mayor y obispo castrense del ejército francés: “Recuperemos la misericordia de Dios en estos tiempos de guerra y la bondad de Dios en el campo de batalla.” “Dios le da a todo cristiano la fuerza y el coraje que jamás le faltarán.” “Hay demasiada violencia en el mundo y nosotros no podemos dejar que gane la muerte.” “El cristiano con certitud y serenidad sabe que jamás le faltará Dios ni antes, ni durante, ni después de la guerra.” “En el campo de la muerte Dios siembra su gran amor.” “Es el aliento de libertad que nos entrega el Espíritu Santo y esta libertad del Espíritu Santo es más que nunca necesaria en esta Tercera Guerra Mundial combatida a plazos -como ha dicho el papa Francisco-.” “Dios nos atiende cuando nosotros le demandamos la victoria.”

          Crescenzio Sepe, cardenal, en la entrega del premio "Nápoles Ciudad de Paz 2016" a la ministra de Defensa Roberta Pinotti poco después de armar a los agresores de la Guerra del Yemen: Su acción es «un compromiso al servicio de la política como la más alta forma de amor, que siempre gira alrededor de la protección y la dignidad de la vida humana», proponiendo por ello «que se cambie la denominación del ministerio de Defensa por la de ministerio de la Paz.»

          José Antonio Kasta, diputado UDI chilena: “Sólo una maquinación intelectual es capaz de decir que la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo.”

          José Manuel Edwards, diputado UDI: “La despenalización del aborto es tan grave como permitir la esclavitud.”

          Iván Norambuena, diputado UDI: “La ley de aborto beneficia al multinacional tráfico de órganos de fetos no nacidos.”

          René Manuel García, diputado RN: “Podríamos decir que el gobierno militar o dictadura, como quieran llamarlo, mataba a las personas grandes. Ustedes las matan antes de nacer.”

          Ignacio Urrutia, diputado UDI: “Por eso yo les pido especialmente a los chantas que de una vez por todas traten de ser derechos alguna vez en su vida, y el día de su muerte ojalá se vayan derechito al infierno.”

          Agustín Hernández, exalcalde del Partido Popular de Santiago de Compostela, ante la ausencia de los nuevos regidores en la Ofrenda al Santísimo Sacramento: "Considero que es un empobrecimiento de nuestro patrimonio cultural inmaterial". (sic)

          Elena Candia, alcaldesa de Mondoñedo (PP): "Un pueblo que huye de sus tradiciones y de su conciencia renuncia a su identidad y a su alma". "Estamos aquí rindiendo homenaje al Santísimo Señor Sacramentado, pero también a nosotros mismos como pueblo, y eso es algo que no debemos olvidar o confundir".

          Jorge Fernández Díaz, opusdeísta ministro de Interior del Partido Popular: El matrimonio gay “no garantiza la pervivencia de la especie.”; “El aborto algo tiene que ver con ETA, pero no demasiado.” “La Religión no puede ser una Maria y debe tener el mismo rango que otras asignaturas fundamentales.”

          Teresa Rodríguez, coordinadora de Podemos en Andalucía: “La Semana Santa, la patrona, los símbolos, no son de la Iglesia ni del Estado. Son del pueblo.”

          Pablo Iglesias, dirigente de Podemos: “Kichi” (el alcalde que enmedalló a la Virgen) lo convenció: “Me habló del carácter de dignidad popular que significaba esa Virgen y que en una ciudad como Cádiz, con esa tradición anarquista y liberal, esa Virgen, tan vinculada a las cofradías de pescadores, no va unida al conservadurismo como nos podría parecer desde fuera.” “Yo creo que Kichi lo ha manejado de una manera muy laica en el sentido de que se trata de una muestra de respeto a los sentimientos populares, demostrando que hay que convivir con distintos pareceres y tradiciones. Los urbanitas de izquierdas tenemos que aprender a respetar esas tradiciones tan arraigadas en el pueblo.”

          Marisa Morando, fiscal, sobre la protesta feminista con los senos al descubierto por la implantación de capillas católicas en la Universidad Pública: "Es obvio que las señoritas están en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras [sic], o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada en el Altar, espacio sagrado para los católicos al encontrarse allí el Sagrario, lugar donde sus creencias se encuentra Dios, implica un ánimo evidente de ofender.”

          Ron Hubbard, fundador de la Iglesia de la Cienciología: "Tomar el control o conseguir juramento de fidelidad de los que administran las finanzas internacionales y hacerlas pasar a normas de gestión financiera menos preciarias". "Haced entrar más dinero, siempre más dinero. La cuestión no es saber ni porqué ni cómo. Sencillamente, hacedlo".

          Ron Hubbard, fundador de la Iglesia de la Cienciologia: “Creemos pronto una Iglesia. ¡Es ahí donde está la pasta!.”

          Tim Walberg, congresista de Estados Unidos: “Creo que hay cambio climático. Pero como cristiano, creo que Dios es mucho más grande y poderoso que nosotros y estoy seguro de que, si hay un problema real, él puede encargarse de cuidar de nosostros.”

          Damares Alves, pastora evangélica, ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos del gobierno de Bolsonaro en Brasil con un largo historial de militancia contra el derecho al aborto y contra la educación sexual. Llegó a decir que la educación publica ya no era adecuada y que ahora la nueva escuela debería ser la Iglesia: "Es hora de que la Iglesia gobierne.” Las mujeres “nacieron para ser madres.” Es favorable a restringir aún más la ya restringida ley del aborto, criminalizándolo incluso en casos de violación y riesgo de vida para la mujer.



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          Michel de Montaigne, filósofo: "¡Oh, insensato hombre, que no puede crear un gusano y sin embargo crea dioses por docenas".

          Bertrand Russell, filósofo: Las religiones, «en cada etapa, tratan de hacer que el público olvide su anterior oscurantismo, a fin de que su oscurantismo actual no sea reconocido como tal.»

          Alejandro Pushkin, escritor: "Amamos más los engaños que nos exaltan que las tinieblas de las abominables verdades".

          Jorge Guillén, poeta: «No hay charlatanería más huera que la del subconsciente cuando se abandona a su trivialidad.»

          Karl Kraus, escritor: «Yo hablo de mí, pero se trata de la cosa. Ellos hablan de la cosa, pero se trata de ellos.»





          Lucio Anneo Séneca, filósofo y escritor: "La religión es verdadera para los pobres, falsa para los sabios y útil para los dirigentes".

          Napoleón Bonaparte, emperador: "¿Cómo se puede tener orden en un Estado sin religión? La religión es un formidable medio para tener quieta a la gente".

          Voltaire, escritor: "Cualquiera que tenga el poder de hacerte creer idioteces, tiene el poder de hacerte cometer injusticias".

          Adolfo Hitler: «En la medida en que contribuye a que el hombre supere la categoría de bestia vegetativa, la fe garantiza en realidad la seguridad y la salvaguarda de su existencia.»

          Adolfo Hitler, en "Mi lucha": "El cristianismo no se conformaba con construir su propio altar: no le quedó otro remedio que acometer la destrucción de los altares paga­nos. La única forma de que esta fe apodíctica [incontrovertible] tomara forma era gracias a esta intoleracia fanática: esta intolerancia es de hecho una condición indispesable para que surja esa fe".

          Rafael Sánchez Ferlosio, escritor: "Cuando hay Dios es cuando está todo permitido".



          James Baldwin, escritor: "Imagino que una de las razones por las que la gente se agarra a su odio tan obstinadamente es porque saben que, una vez que el odio desaparezca, estarán obligados a hacer frente a sus propios sufrimientos".

          José Ovejero, escritor: "Probablemente vendería más si hiciera una literatura más tranquilizadora porque la gente necesita, sobre todo, consuelo. Y a mí me pasa lo contrario. No quiero que me consuelen. Mis posibles tristezas son parte de mi vida, son parte de mí, y no quiero que me las quiten. Quiero superarlas".

          Isaiah Berlin, politólogo e historiador de las ideas: “El fin de la vida es la vida en sí misma.”





          Amin Maalouf, escritor: "Las tradiciones sólo merecen ser respetadas en la medida que son respetables, es decir, en la medida exacta en que respetan los derechos fundamentales de los hombres y las mujeres".

          Alfred Jules Ayer, pedagogo y filósofo: “Ninguna moral puede fundarse sobre la autoridad, ni siquiera aunque la autoridad fuera divina.”





          Carl Schmitt, teólogo: "Todos los conceptos sobresalientes de la moderna teoría del Estado son conceptos teológicos secularizados".

          Hans Kelsen, escritor: "Del mismo modo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios -ser espiritual- no aparece realmente en el sistema de la teología como criatura física, es decir, como ser animal, sino como alma, asi la ciencia jurídica debe recalcar con insistencia que no toma en consideración al hombre como unidad biológica-psicológica, sino como 'persona', es decir, como sujeto de derecho, como ser jurídico específico; de suerte que la ciencia jurídica crea igualmente a su hombre a imagen y semejanza del Estado, persona de derecho por excelencia".

          Antonio García-Trevijano, profesor y analista político: "La idea de basar la dignidad de la justicia en la conciencia de los jueces, y no en la independencia de la corporación, es una fantasía religiosa propia de la lógica del martirio. El mártir puede llegar a tener una conciencia heroica a condición de que sus correligionarios la tengan de esclavos". "Por no ser la dignidad un derecho, de poco o de nada nos sirven las ideologías personalistas para definirla como carácter. Dando a la dignidad un exclusivo sentido religioso, el cristianismo ha sostenido, con arrobo místico, la indignidad de la misera persona ante el glorioso poder de Dios y, con dócil resignación, la del indefenso súbdito ante el infernal poder del Estado". "Lo que en política no es Administración Pública es liturgia de Estado o amenaza disuasoria (...) La llamada ciencia política "lo que no es en ella teología es arte militar. De la teología procede, además de la creencia en la omnipotencia del Estado, la literal conversión de esta 'sociedad perfecta' en Providencia de salvación espiritual y bienestar material".



          Richard Feynman, físico teórico: “La religión se basa en la fe, la ciencia se basa en la duda.”

          Carlo Rovelli, físico y escritor: "Quien dice que la ciencia quiere llegar a una descripción final del mundo no la ha entendido bien. Casi es lo contrario. La ciencia ha sido siempre la reacción en contra de la idea de que tenemos la verdad final, plantearse siempre preguntas. Buscar la verdad final es una manera de bloquear las preguntas".

          Marcelino Cereijido, médico, profesor, investigador, divulgador científico y escritor: “… las instituciones religiosas saben que su existencia depende de que haya un número suficientemente grande de personas con un nivel cognitivo y moral por debajo del necesario para interpretar la realidad a la manera científica… Postrar de rodillas a los niños y convencerlos de que son ovejas en el rebaño del Señor es educarlos para imposibilitar que sean algún día ciudadanos…”

          Stephen Hawking. físico: "... se nos concedió una audiencia con el Papa (Juan Pablo II). Nos dijo que estaba bien estudiar la evolución del Universo después de la Gran Explosión pero no debíamos indagar en la misma, porque se trataba del momento de la Creación, y por tanto de la obra de Dios. Me alegré entonces de que no conociese el tema de la charla que yo acababa de dar en la Conferencia: la posibilidad de que el espacio-tiempo fuese finito pero no tuviese ninguna frontera, lo que significaría que no hubo ningún principio, ningún momento de la Creación".

          Sam Harris, escritor: «Las puertas que nos llevan a renunciar a la literalidad de las escrituras no se abren desde dentro. La moderación que vemos entre los no fundamentalistas no es señal de que los credos han evolucionado, sino, más bien, de que es producto de los muchos martillazos que la modernidad ha propinado a ciertos dogmas de la fe exponiéndolos a la duda. El menor de estos progresos no es la aparición de una tendencia a valorar las evidencias y a dejarnos convencer sólo por propuestas respaldadas por la evidencia. Hasta los más fundamentalistas se mueven a la luz de la razón; la diferencia está en que sus mentes parecen haberse compartimentado para acomodar las abundantes afirmaciones de certeza que conlleva su fe.»

          Carl Sagan, astrofísico y escritor: "Tengo una premonición sobre la Norteamérica de la época de mis hijos o de mis nietos, cuando Estados Unidos sea una economía de servicios y de información; cuando casi todas las principales industrias manufactureras se hayan ido a otros países; cuando los increíbles poderes tecnológicos caigan en manos de muy pocos, y nadie que represente el interés público pueda siquiera comprender las cuestiones; cuando la gente haya perdido la capacidad de establecer sus propias agendas o cuestionar de una manera sabia a las autoridades; cuando, abrazados a nuestras bolas de cristal y consultando nerviosamente nuestros horóscopos, con nuestras facultades críticas en declive, e incapaces de distinguir entre lo que nos gusta y lo que es verdad, nos deslicemos de nuevo, casi sin darnos cuenta, hacia la superstición y la oscuridad".




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