LLAMAMIENTO A LOS PUEBLOS DE EUROPA
Los equipos negociadores de Chile y la Unión
Europea (UE) han alcanzado, en Mayo de este año, un consenso en
torno al texto definitivo de un Acuerdo Comercial que negocian desde 1990.
La UE, de esta manera, está accediendo a
efectuar negocios con un país que aún no cumple con los requisitos
que la Comisión de Relaciones Económicas Exteriores del Parlamento
Europeo y la Comisión de Desarrollo y Cooperación, también
del Parlamento Europeo, en 1997, considerara imprescindibles para que Chile
fuera un socio viable y tolerable para alcanzar un acuerdo comercial, como
lo señala la Resolución A4-0023 / 97 del Parlamento Europeo
de Enero de 1997.
La UE hace caso omiso de las disposiciones contenidas
en los Códigos de Conducta que ella misma impusiera a las empresas
europeas en sus inversiones en países del Tercer Mundo, como nuestro
país, y pareciera ignorar las graves violaciones a tales Códigos
que cometen sus empresas en Chile.
La UE quiere firmar un Acuerdo Comercial con un
país gobernado por autoridades carentes de voluntad política
para cumplir con los requisitos señalados por el Parlamento Europeo
en 1997 y tolerantes a los abusos que las empresas extranjeras (entre ellas,
las europeas) cometen contra los trabajadores chilenos y el medioambiente.
La UE y el Gobierno chileno se han concertado para
firmar un Acuerdo Comercial, además, con la total ausencia de la
participación ciudadana en ambas partes, usando la desinformación
como vehículo para ocultar las reales bases de sustentación
que tiene este Pacto Comercial: los abusos cometidos por las empresas de
una de las "partes" ante la tolerancia de las autoridades de la otra "parte".
Las organizaciones chilenas que suscriben este llamamiento,
pertenecientes a los ámbitos sindical, político y social
en general, quieren antes que nada informar a los Pueblos de Europa cómo
es que se enriquecen sus transnacionales gracias a los abusos que nuestros
Gobiernos democráticos permiten, y solicitan a esos mismos Pueblos,
a sus organizaciones sindicales, políticas, culturales y estudiantiles,
a los grupos que se oponen a la globalización de los abusos formalizados
en estos y otros instrumentos comerciales, que impidan que sus Parlamentos
locales ratifiquen el Acuerdo ya consensuado por los tecnócratas
chilenos y europeos, inmunes al sufrimiento de los pueblos.
Las organizaciones chilenas firmantes de este llamamiento
invitamos a los Pueblos de Europa y a sus organizaciones a ejercer las
acciones de denuncia, boicot y resistencia que estimen convenientes a fin
de bloquear este Acuerdo Comercial en su proceso de ratificación
en cada uno de los Parlamentos de las naciones que integran la Unión
Europea, para que ninguno de estos pueblos se vea involucrado en el historial
de abusos que debidamente hemos registrado y documentado desde el fin de
la Dictadura de Pinochet.
Ponemos a disposición de las organizaciones
e individuos de Europa, que son intolerantes ante la miseria, las violaciones
a los derechos humanos y laborales y la destrucción de la Naturaleza,
el documento "Los Zarpazos del Jaguar" para que observen como se generan
las fabulosas ganancias que en Chile obtienen las transnacionales y firmas
europeas y qué es lo que nos hace un país "apetecible" para
ser socio comercial de la UE. Nuestro deseo, también, es que dicho
documento sea una herramienta de trabajo para levantar la resistencia a
la herramienta de explotación que es, en definitiva, el Acuerdo
Comercial Chile - UE.
Adjuntamos a este llamamiento la Introducción
del documento "Los Zarpazos del Jaguar" a manera de preámbulo para
que los Pueblos e Europa conozcan la realidad del "Jaguar" latinoamericano
que nuestros gobernantes ocultan a toda la Humanidad.
CHILE: LOS ZARPAZOS DEL JAGUAR
Introducción
Chile se encuentra ubicado en el extremo sur del
continente americano, entre los 18º y 56º de Latitud Sur, sin
incluir el Territorio Antártico. Su territorio de dos millones de
kilómetros cuadrados reúne los más variados climas
y hábitats, desde el Desierto más árido del mundo
hasta el clima polar en su extremo sur. Alrededor de 14 millones son los
ciudadanos chilenos, un 60% de ellos reunidos en sólo tres centros
urbanos, donde se desarrolla la actividad económica más intensa
y se concentran los servicios y la burocracia.
Por sus indicadores Macro- económicos (Tasas
de Crecimiento Económico e Inflación) Chile ha sido catalogado
económicamente como "País Jaguar" por la Banca Internacional.
Políticamente, Chile es una República,
con tres Poderes del Estado independientes entre sí: Legislativo
(Congreso Nacional), Judicial (Tribunales de Justicia) y Ejecutivo (Gobierno)
este último dirigido por el Presidente de la República. El
Gobierno vigente pertenece, por tercera vez consecutiva, a la coalición
Concertación de Partidos por la Democracia.
Los Poderes Ejecutivo y Legislativo se renuevan
periódicamente en elecciones universales semi-democráticas,
reguladas por un sistema político "binominal" consagrado en la Constitución
Política del Estado de 1980, generada y promulgada durante la Dictadura
del General Pinochet y las Fuerzas Armadas (1973-1989) y ratificada en
un Plebiscito fraudulento en el mismo año de su promulgación.
Administrativamente, Chile se divide, de Norte a
Sur, en 13 Regiones. Cada Región está subdividida en Provincias
y estas en Comunas. Las máximas autoridades de las Regiones son
los Intendentes Regionales, nombrados por el Presidente de la República,
mientras que las Provincias están gobernadas por los Gobernadores
Provinciales, también nombrados por el Presidente de la República.
Las Comunas son gobernadas por los Alcaldes, elegidos por sufragio universal
en elecciones periódicas y circunscritas al sistema binominal de
la Dictadura de Pinochet, levemente reformado.
Económicamente, Chile es una sociedad capitalista
neo-liberal, donde el Estado tiene sólo un rol subsidiario. El Sector
Privado tiene el control de todos los medios de Producción y de
los Servicios, en virtud a una Política de privatizaciones de empresas
estatales y servicios públicos iniciada bajo el régimen de
Pinochet y profundizada en los años posteriores a la Dictadura.
En todos los sectores de la Economía, la presencia de capitales
extranjeros es mayoritaria y también es mayoritaria la propiedad
privada sobre los medios de comunicación.
A pesar de que el Estado se ha reservado las tareas
de fiscalización de la gestión empresarial privada, no cuenta
para ello con los instrumentos necesarios o bien estos son permeables a
la corrupción, al tráfico de influencias y al lobby empresarial.
Tampoco hay voluntad estatal por adquirir nuevos instrumentos o de perfeccionar
los existentes, debiéndose entender en ése ámbito
la negativa del Estado de Chile a suscribir Convenios y Pactos Internacionales
sobre protección ambiental, derechos laborales, derechos de la Mujer,
derechos Civiles y Políticos, derechos de los Pueblos Indígenas
y recientemente la negativa del estado a integrar el grupo de naciones
que formalizaron la creación del Tribunal Penal Internacional.
La falta de derechos de su población es una
de las "ventajas comparativas" que el Estado chileno ofrece a la inversión
extranjera.
Chile dista mucho de ser el país que la propaganda
oficial (estatal-empresarial) ha logrado instalar en la comunidad internacional,
amparándose en las tasas de Crecimiento Económico o de Inflación
que ocultan un País donde los Derechos Humanos siguen siendo violentados,
donde la explotación de hombres, mujeres y niños son el origen
de parte importante de las fabulosas ganancias que obtienen las empresas
de los Grupos Económicos chilenos y transnacionales.
Chile es un país donde se registra una de
las más desiguales Distribución del Ingreso Nacional , con
numerosas comunas empobrecidas donde se instalan las industrias tóxicas
o peligrosas, con localidades que se inscriben entre las ciudades o comunas
más contaminadas del mundo y donde la mujer, el niño y el
adolescente son permanentemente discriminados.
Chile es, también, un país donde su
Naturaleza es destruida minuto a minuto, que vive de la extracción
de materias primas que se realiza bajo normas ambientales y tributarias
que facilitan la depredación de los recursos naturales y la degradación
del medioambiente . La inversión extranjera encuentra en Chile "ventajas
comparativas" que son intolerables en sus países de origen, por
ejemplo, en las relaciones laborales. Bajo el rótulo de la "flexibilización
del empleo" y gracias a un Código Laboral heredado también
de la Dictadura, los trabajadores chilenos tienen mínimos derechos
sociales, sus sindicatos son perseguidos y deben constituirse en la clandestinidad
para evitar que sus miembros sean despedidos. En el período de pos-Dictadura,
numerosas movilizaciones y huelgas de trabajadores han sido violentamente
reprimidas por la Policía de Carabineros y en ocasiones por las
Fuerzas Armadas. Decenas de trabajadores detenidos por la Policía
son procesados, actualmente, por Tribunales Militares bajo el cargo de
"agresión a Carabineros". Varios trabajadores han muerto en los
enfrentamientos con la Policía, cientos han sido víctimas
de arrestos arbitrarios y golpizas.
De toda la fuerza laboral existente en Chile, menos
del 10% se encuentra sindicalizado, como resultado de la represión
y persecución a la sindicalización que efectúan los
empresarios bajo la tolerancia del Gobierno. En todas las áreas
de la Economía, la "flexibilización del empleo" se ha traducido
en la consagración del sub-empleo como una de las formas de atomizar
e impedir la organización de los trabajadores y la principal estrategia
empresarial usada para contar con mano de obra barata y sin protección
de sus derechos.
Empresas "contratistas" (intermediarias) proveen,
a las empresas privadas y estatales, de trabajadores contratados a plazo
fijo, con bajos salarios, sometidos a jornadas de trabajo muy superiores
a las 8 horas diarias que indica la ley chilena, sin derecho a indemnización
por despido y en un ambiente de trabajo inseguro, tóxico o peligroso
en el que desenvuelven sin las debidas protecciones.
En la agricultura, la industria forestal y en la
actividad pesquera, la presencia de trabajadores "temporales" es una característica
estacional. Unas 400.000 personas, de todas las edades, se trasladan entre
la Cuarta y la Décima regiones para laborar, durante algunos meses
del año, en los bosques artificiales, campos o empacadoras ("packings")
para el embalaje de la fruta o del pescado de las empresas que exportan
frutas o productos del mar.
Tales trabajadores están gran parte del año
desempleados, en las temporadas que ellos denominan "meses azules". Cuando
trabajan, los "temporeros" lo hacen sin contrato de por medio, expuestos
a los pesticidas que se usan en los campos de la fruta o en los monocultivos
forestales, con salarios determinados por el régimen del "trato",
que no considera la extensión de la jornada de trabajo sino la producción
alcanzada. Especialmente en la agricultura de exportación, mujeres
"temporeras" han denunciado acoso sexual de parte de los jefes de las "empacadoras",
mientras que en el sector forestal las condiciones de trabajo se ven empeoradas
por la insalubridad de los campamentos que instalan las empresas en los
lugares más aislados del país.
La exposición a pesticidas se ha transformado
en el principal riesgo que deben enfrentar los trabajadores temporeros
de la agricultura y del sector forestal. Numerosos trabajadores han resultado
intoxicados por estos productos que han manipulado con total desconocimiento
de los riesgos involucrados, sin la protección adecuada o porque
los pesticidas han sido fumigados sobre áreas de trabajo a las que
ingresan los temporeros sin respetar el tiempo necesario para que estos
productos no les intoxiquen. Varios trabajadores, e incluso niños
"temporeros", han muerto por intoxicación con pesticidas.
En las regiones del país con mayor consumo
de pesticidas se están registrando elevadas tasas de malformaciones
congénitas en niños recién nacidos cuyos padres son
temporeros y aunque los Gobiernos de pos-Dictadura han negado sistemáticamente
la existencia del problema, se han habilitado algunos casinos en las empresas
que usan temporeros para que estos sean alimentados mejor, con el propósito
de que estos "resistan bien" las intoxicaciones con pesticidas.
También en el sector "servicios'' la presencia
de "trabajadores temporeros " es cada vez mayor, conociéndose a
estas faenas como "trabajos part-time". En estos trabajos también
los mínimos derechos laborales están ausentes. En la manufactura,
especialmente en los talleres de confección de ropa, cientos de
mujeres laboran encerradas bajo llave en recintos de trabajo estrechos
y sin baños disponibles ni salas para alimentarse durante los descansos.
Los niños que abandonan sus estudios para incorporarse al trabajo,
laboran en empresas de servicios que ni siquiera les aseguran un sueldo,
el que depende de la propina que les entrega el cliente del establecimiento
que ha "contratado" a estos menores . Al menos en dos ocasiones en los
últimos años, guardias Privados de supermercados han torturado
con electricidad a niños trabajadores tras ser acusados de robar
especies.
La legislación laboral vigente, de represión
al sindicalismo y de violentar los Tratados Internacionales de protección
al trabajador, no ha sido modificado en lo sustancial, puesto que para
ello se requiere, además de la voluntad del Poder Ejecutivo, de
la aprobación de un Poder Legislativo donde cohabitan empresarios
con representantes legales de transnacionales y un grupo de ex-oficiales
de las Fuerzas Armadas y Carabineros como Senadores Institucionales, electos
al margen de la voluntad popular, que obstaculizan cualquier intento por
reformas constitucionales y/o generación de leyes para democratizar
el país y permitir a los chilenos acceder a mayores derechos.
De igual manera, la legislación ambiental
y los órganos fiscalizadores de la gestión empresarial, son
absolutamente insuficientes. Los presupuestos estatales destinados a financiar
los organismos con un rol fiscalizador sobre la explotación de los
recursos naturales, la disposición de desechos y las externalidades,
están calculadamente reducidos para hacer de estos organismos fiscalizadores
unas entidades inoperantes. Por otra parte, a la dirección de estos
servicios acceden funcionarios que responden a un cuoteo político
en vez de a una carrera funcionaria donde se demuestre la capacidad técnica
que el cargo requiere. Tanto los organismos fiscalizadores como sus directores
deben responder a lo que ha sido la principal tesis de los tres Gobiernos
de la Concertación: "Primero el Desarrollo ... después el
medioambiente", refiriéndose como "desarrollo" al Crecimiento Económico,
es decir, a la transformación de la Naturaleza en bienes para la
exportación.
De ésa manera y siendo todos los Directores
de los organismos fiscalizadores funcionarios nombrados por el Presidente
de la República, la labor de estos servicios con injerencia en materias
ambientales están supeditados al control político que ejerce
el Poder Ejecutivo, no pocas veces un control que se manifiesta como presiones
abiertas para que tales organismos entreguen resultados acordes con los
interese particulares del Presidente de la República. Especialmente
bajo la administración del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994
- 1999) varios funcionarios públicos fueron destituidos por mostrarse
contrarios a megaproyectos de inversión de alto impacto ambiental
que eran de interés del Presidente Frei o de su Grupo Económico:
Sigdo-Koppers.
El máximo organismo estatal para la protección
del medioambiente es la Comisión Nacional para el Medioambiente
(CONAMA) creada durante la Administración del Presidente Aylwin
con el propósito de centralizar las funciones de fiscalización
ambiental hasta entonces repartidas en varias instituciones estatales y
para implementar los mecanismos técnicos y jurídicos necesarios
para una óptima evaluación del impacto ambiental de grandes
proyectos de explotación de recursos naturales. La CONAMA es el
organismo estatal encargado de entregar los "permisos ambientales", en
definitiva, para la materialización de tales proyectos. Sin embargo,
su gestión está absolutamente controlada por el Poder Ejecutivo.
La Dirección Ejecutiva de CONAMA es designada
por el Presidente de la República; sus oficinas regionales (las
COREMA, Comisiones Regionales para el Medioambiente) están presididas
por el Intendente Regional (nombrado por el Presidente de la República)
e integrada por los Gobernadores provinciales, todos ellos también
nombrados por el Presidente. La CONAMA no es una entidad autónoma
del Ejecutivo: ella depende jerárquicamente de un Ministerio y sus
resoluciones pueden ser modificadas por un Consejo de Ministros, todos
nombrados por el Presidente de la República.
Tampoco la CONAMA tiene capacidad propia de evaluación
de impacto ambiental de los proyectos de inversión. Su función
se limita a revisar los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) que las propias
empresas interesadas le presentan. Tales EIA son ejecutados por empresas
privadas ("Consultoras -Ambientales") contratadas por la empresa inversora
y las organizaciones ambientalistas han denunciado que funcionarios de
la CONAMA han participado en la ejecución de varios de esos estudios.
En los EIA rara vez se identifica a los especialistas que los realizaron.
El conjunto de estas particulares características
de la CONAMA y de sus procedimientos, hacen del sistema fiscalizador ambiental
chileno un campo expedito para la corrupción. Especialmente bajo
la administración del Presidente Frei, varios proyectos de inversión
que fueron rechazados inicialmente por la CONAMA y sus Comisiones Técnicas
fueron, finalmente, aprobados ambientalmente tras fuertes presiones políticas
del Ejecutivo, particularmente cuando en estos proyectos estaba involucrado,
como ya lo mencionamos, el Grupo Sigdo-Koppers.
La falta de personal o presupuestos en todos los
servicios llamados a fiscalizar la gestión ambiental empresarial,
la corrupción y el tráfico de influencias han generado un
cuadro de destrucción ambiental y de contaminación con graves
consecuencias para la salud humana. La prioridad de lo económico
por sobre lo ambiental e incluso por sobre la salud humana que han establecido
la Dictadura, primero, y los Gobiernos de la Concertación, después,
ha permitido que los habitantes de la Capital de Chile, Santiago, respiren
el aire más tóxico del mundo; que decenas de miles de habitantes
del Norte de Chile estén contaminados con plomo, arsénico
y otros metales pesados; que el Bosque Nativo sea exportado en la forma
de astillas ("chips"); que las comunas de Talcahuano (VIII R) y Pudahuel
(RM) estén consideradas entre las comunas más contaminadas
del planeta.
De Norte a Sur del país circulan productos
tóxicos contenidos en los alimentos; de Norte a Sur las industrias
descargan sus residuos líquidos y sólidos (sin tratamiento
alguno) a los lagos, ríos y ambientes marinos, mientras el organismo
fiscalizador correspondiente apenas cuenta con 5 funcionarios para actuar
en todo el país y para controlar las emisiones de miles de empresas
. De Norte a Sur circulan medicamentos mal envasados o mal rotulados ante
la incapacidad de acción del organismo fiscalizador respectivo que
apenas tiene 9 funcionarios para regular la producción y calidad
de estos productos .
El Desierto de Atacama (II R) es promovido, en catálogos
de circulación mundial, como un "excelente lugar" para depositar
desechos industriales tóxicos ; témperas, lápices
de colores y juguetes que tienen a la población infantil como mercado
contienen altos niveles de plomo y decenas de ríos y sitios de mar
reciben las descargas de residuos de la minería.
Esos son los Zarpazos del Jaguar chileno, que dejan
profundas heridas en el pueblo y en la Naturaleza de Chile, muchas de ellas
irreparables, muchas de ellas mortales.
Con este informe nuestro propósito es desnudar
el Mito Internacional sobre Chile ante la Unión Europea, para que
la Unión (y los pueblos de las naciones que la integran) no se hagan
parte de los delitos ambientales y sociales que aquí describiremos,
para que no se hagan cómplices del genocidio a nuestros Pueblos
Originarios ni colabore con los tecnócratas chilenos insensibles
a los daños neurológicos o las malformaciones congénitas
producidas por la contaminación en nuestros niños, la muerte
prematura de nuestros ancianos, la desaparición de nuestras flora
y fauna nativas, la explotación inmisericorde de nuestros trabajadores.
De cada miembro del Parlamento Europeo, de cada
ciudadano europeo que reciba este informe, depende que esto que está
ocurriendo en Chile no perdure gracias a la indiferencia de la Unión
Europea.
Sólo Pedimos que nos escuchen, que lean este
Informe y que consulten si la realidad chilena es la de la propaganda oficial
o esta que les entregamos.