Declaración de Osama Bin Laden*


Domingo 7 de Octubre del 2001.

    Aquí está América golpeada por Dios Omnipotente en uno de sus órganos vitales, con sus más grandes edificios destruidos. Por la gracia de Dios. El horror ha  sido vertido sobre América de norte a sur, de este a oeste, y agradecemos a Dios que lo que América está padeciendo ahora es sólo una muestra de lo que nosotros hemos padecido. Nuestra nación islámica ha estado padeciendo lo mismo durante más de ochenta años, humillación y desgracia, sus hijos asesinados y su sangre derramada, sus lugares santos profanados.
    Dios ha bendecido a un grupo de la vanguardia de los musulmanes, la primera línea del Islam, para destruir América. Dios les bendiga y les asigne un supremo lugar en el cielo, porque Él es el único capaz y autorizado para hacerlo. Cuando aquellos que se han levantado en defensa de sus débiles niños, de sus hermanos y hermanas en Palestina y en otras naciones musulmanas, todo el mundo quedó conmocionado, los infieles seguidos por los hipócritas.
     Un millón de niños inocentes están muriendo en este momento en el que hablamos, muertos en Irak sin ninguna culpa. No oímos ninguna denuncia, no oímos ningún edicto de los gobernantes hereditarios. En estos días, los tanques israelíes irrumpen violentamente en Palestina, en Ramala, Rafah y Beit Jala y muchos otros lugares de la tierra del Islam y no oímos a nadie alzar su voz o reaccionar.
Pero cuando la espada cayó sobre América después de 80 años, la hipocresía levantó su cabeza para gemir por los asesinos que jugaban con la sangre, el honor y los lugares santos de los musulmanes.
     Lo menos que puede ser dicho de esos hipócritas es que son apóstatas que siguen el camino equivocado. Apoyan al carnicero contra la víctima, al opresor contra el niño inocente. Yo busco refugio en Dios contra ellos y le pido que nos deje ver lo que se merecen.
     Yo digo que el asunto es muy claro. Cada musulmán después de este acontecimiento debe luchar por su religión, atacar a los altos funcionarios de EE UU, empezando por el jefe internacional de los infieles, Bush y su equipo, que hicieron un despliegue de vanidad con sus hombres y caballos, y a aquellos que volvieron incluso a países que creían en el Islam contra nosotros, el grupo que apeló a Dios, el Omnipotente, el grupo que rehusa ser sojuzgado en su religión. Ellos han estado diciéndole al mundo falsedades, que están luchando contra el terrorismo. En un nación del confín del mundo, Japón, cientos de miles fueron asesinados y ellos dicen que esto no es un crimen mundial. Para ellos no es un asunto claro; un millón de niños murieron en Irak pero para ellos no es un asunto claro. Pero cuando poco más de 10 murieron en Nairobi y en Dar es Salam, Afganistán e Irak fueron bombardeados y la hipocresía se alzó tras el jefe internacional de los infieles, el símbolo moderno del paganismo mundial, EE UU, y sus aliados.
     Yo les digo a ellos que estos acontecimientos han dividido al mundo en dos campos, el campo de los creyentes y el campo de los infieles. Dios nos proteja a nosotros y a vosotros de ellos. Cada musulmán debe levantarse para defender su religión. El viento de la fe está soplando y el viento del cambio está soplando para expulsar al demonio de la Península de Mahoma, la paz sea con él. A América y a su gente les digo unas pocas palabras: Juro por Dios que América no vivirá en paz hasta que la paz no reine en Palestina y hasta que todos los ejércitos de los infieles no salgan de la tierra de Mahoma, la paz sea con él. Dios es el más grande y gloria al Islam".

*Traducción correcta y no la que dieron a conocer los medios occidentales


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