Hemos recibido este E-mail, de nuestro viejo amigo Alejandro lavquén. A alejo siempre lo hemos conciderado una persona honesta y comprometida con su pensamiento; por esta razón, hacemos participes a nuestros lectores de esta carta.
Asdtiel Larruá
Sub Director

LOS DILEMAS DEL PARTIDO COMUNISTA

    Las recientes declaraciones del ex-miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile y ex-presidente de la Confenat, Humberto Cabrera, en el diario La Segunda, respecto a la continuidad de Gladys Marín en la Secretaría General del PC, es un asunto que indudablemente está marcando la discusión al interior de la colectividad, por lo menos a nivel de pasillos es un tema sobre el cual todos opinan. Y si alguien piensa que Cabrera ha cometido una infidencia, está en un error. En una entrevista realizada en el programa "Utopías", que se transmite todos los domingos por radio Nuevo Mundo, Gladys Marín expresó que la discusión del Congreso (que en estos momentos lleva a cabo el partido) es y debe ser pública y de cara al pueblo, agregando que es a los dirigentes a quienes más respuestas se les deben exigir. Por otro lado, los estatutos partidarios, en uno de sus puntos, dan la posibilidad de la discusión pública cuando sea necesario. Y hoy es más necesario que nunca que el PC discuta con toda la transparencia del mundo sus problemas. Cuando no existe honestidad en las opiniones o se pretende quedar bien con moros y cristianos las cosas no resultan jamás acertadas o se mantienen en un estado vegetativo e inútil. Decir la verdad de lo que se piensa es la única posibilidad para que el PC solucione sus problemas y pueda dedicarse con plenitud a recuperar el terreno perdido y su influencia en las masas. No se puede seguir viendo en cada opinión distinta a la de la dirección a un enemigo.
    Respecto a la sucesión de Gladys Marín, los estatutos son claros, un Secretario General puede durar máximo dos períodos, y ella ya los cumplió, por lo tanto, no tiene ninguna opción de ser reelegida a menos que se modifiquen nuevamente los estatutos, lo que sería un grave error, aunque algunos miembros de la Comisión Política se han planteado esa posibilidad con certeza, lo mismo que los militantes más obsecuentes. Habría que decir, además, que a estas alturas ninguna persona duda del aporte de Gladys Marín al PC y a la lucha social en nuestro país, ni creo que alguien se base en rencillas personales para pedir cambios. Estos simplemente son necesarios, siempre los cambios serán necesarios, sobre todo cuando después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales más del 90% de la militancia desoyó las recomendaciones de la dirección del PC para votar nulo, blanco o abstenerse. Eso deslegitimó a la actual dirección política. Fue entonces cuando muchos miembros del CC y especialmente de la CP y el Comando de Izquierda debieron poner sus cargos a disposición, pues no estaban representando el sentir de la mayoría de las bases partidarias y menos de sus electores. Una declaración híbrida y obligada lo dejó entrever.
    En otra arista de esta discusión, son bastante fuerte los rumores de que el sector más cercano a Gladys Marín prepara el terreno para que la nominación del próximo Secretario General recaiga en Lautaro Carmona. En lo personal no me extrañaría que así fuera, pero pienso que un partido político no puede ni debe manejarse con una sucesión de "delfines" de cada secretario saliente, que sólo mantiene en la cúpula partidaria muchas veces a compañeros con bastante poca visión política, lo que ha sido el gran mal de los últimos años. La incondicionalidad no significa necesariamente capacidad intelectual ni de conducción. No digo que sea el caso de Carmona, pero -en mi opinión- el mejor candidato para dirigir el PC en este momento es sin duda Jorge Insunza, y sé que así lo piensa la gran mayoría de los comunistas orgánicos e inorgánicos. En cuanto a la compañera Gladys Marín, ya desligada de sus tareas como secretaria general podría dedicarse en plenitud a desarrollar un trabajo hacia la gente, replanteando los temas de nivel nacional desde una posición más favorable para proyectarse quizá como el líder de la Izquierda, pero no tan sólo de esa izquierda muchas veces sectaria y dogmática, sino de una izquierda moderna y con la mayor amplitud posible, para convertirla en una verdadera alternativa a la Concertación y la Derecha.
    El segundo problema que se ve en la discusión del Congreso PC, es la falta de ideas (que por lo demás afecta a la izquierda chilena, en general, desde hace muchos años). No existen en el PC ideas poderosas (y novedosas) a desarrollar, y esto porque cada vez que surge alguien con iniciativa, talento y proyección, de inmediato lo tratan de opacar, provocando a la larga el alejamiento de valiosos cuadros políticos. Esto ha sucedido con dirigentes universitarios, poblacionales, sindicales y profesionales destacados en el ámbito nacional. Dentro del PC, y lo digo responsablemente, también existen poderes fácticos con nombre y apellido, que más que sumar compañeros los han alejado para así mantener sus parcelas de poder. Una de sus tácticas es sembrar acusaciones de "amarillos" sobre tal o cuál camarada entre los militantes. Eso es un daño gravísimo causado por dirigentes irresponsables.
    Y a propósito de daños, otro asunto dañino es seguir culpando de todos los fracasos a nuestros enemigos –que no son pocos- y no asumir los errores propios. Es triste que, en este momento, para la inmensa mayoría del país el PC prácticamente no exista, salvo cuando ven nuestra escasa (debido a la falta de recursos) propaganda durante los períodos de elecciones. Es cierto que no tenemos acceso a los medios masivos de comunicación, manejados como monopolio por la derecha, nos falta dinero, nos reprimen, nos roban la sede, etc., pero todo eso, insisto, no quita no reconocer los errores conceptuales y de táctica de la actual dirección, donde la desidia de algunos se enseñorea.
    Finalmente, quisiera decir que la solución no pasa por atrincherarse en posiciones reflejadas en frases como: "somos consecuentes con los postulados de Marx y Lenin", no compañeros, no seamos como la Iglesia Vaticana, que con su famosa consecuencia estática de ideas, sin desarrollo ni ciencia, sólo ha conseguido que hasta sus más fieles peregrinos comiencen a tomar otras rutas por esta tierra de injusticias.

ALEJANDRO LAVQUEN



volver