LOS DILEMAS DEL PARTIDO COMUNISTA
Las recientes declaraciones del ex-miembro del Comité
Central del Partido Comunista de Chile y ex-presidente de la Confenat,
Humberto Cabrera, en el diario La Segunda, respecto a la continuidad de
Gladys Marín en la Secretaría General del PC, es un asunto
que indudablemente está marcando la discusión al interior
de la colectividad, por lo menos a nivel de pasillos es un tema sobre el
cual todos opinan. Y si alguien piensa que Cabrera ha cometido una infidencia,
está en un error. En una entrevista realizada en el programa "Utopías",
que se transmite todos los domingos por radio Nuevo Mundo, Gladys Marín
expresó que la discusión del Congreso (que en estos momentos
lleva a cabo el partido) es y debe ser pública y de cara al pueblo,
agregando que es a los dirigentes a quienes más respuestas se les
deben exigir. Por otro lado, los estatutos partidarios, en uno de sus puntos,
dan la posibilidad de la discusión pública cuando sea necesario.
Y hoy es más necesario que nunca que el PC discuta con toda la transparencia
del mundo sus problemas. Cuando no existe honestidad en las opiniones o
se pretende quedar bien con moros y cristianos las cosas no resultan jamás
acertadas o se mantienen en un estado vegetativo e inútil. Decir
la verdad de lo que se piensa es la única posibilidad para que el
PC solucione sus problemas y pueda dedicarse con plenitud a recuperar el
terreno perdido y su influencia en las masas. No se puede seguir viendo
en cada opinión distinta a la de la dirección a un enemigo.
Respecto a la sucesión de Gladys Marín,
los estatutos son claros, un Secretario General puede durar máximo
dos períodos, y ella ya los cumplió, por lo tanto, no tiene
ninguna opción de ser reelegida a menos que se modifiquen nuevamente
los estatutos, lo que sería un grave error, aunque algunos miembros
de la Comisión Política se han planteado esa posibilidad
con certeza, lo mismo que los militantes más obsecuentes. Habría
que decir, además, que a estas alturas ninguna persona duda del
aporte de Gladys Marín al PC y a la lucha social en nuestro país,
ni creo que alguien se base en rencillas personales para pedir cambios.
Estos simplemente son necesarios, siempre los cambios serán necesarios,
sobre todo cuando después de la segunda vuelta de las elecciones
presidenciales más del 90% de la militancia desoyó las recomendaciones
de la dirección del PC para votar nulo, blanco o abstenerse. Eso
deslegitimó a la actual dirección política. Fue entonces
cuando muchos miembros del CC y especialmente de la CP y el Comando de
Izquierda debieron poner sus cargos a disposición, pues no estaban
representando el sentir de la mayoría de las bases partidarias y
menos de sus electores. Una declaración híbrida y obligada
lo dejó entrever.
En otra arista de esta discusión, son bastante
fuerte los rumores de que el sector más cercano a Gladys Marín
prepara el terreno para que la nominación del próximo Secretario
General recaiga en Lautaro Carmona. En lo personal no me extrañaría
que así fuera, pero pienso que un partido político no puede
ni debe manejarse con una sucesión de "delfines" de cada secretario
saliente, que sólo mantiene en la cúpula partidaria muchas
veces a compañeros con bastante poca visión política,
lo que ha sido el gran mal de los últimos años. La incondicionalidad
no significa necesariamente capacidad intelectual ni de conducción.
No digo que sea el caso de Carmona, pero -en mi opinión- el mejor
candidato para dirigir el PC en este momento es sin duda Jorge Insunza,
y sé que así lo piensa la gran mayoría de los comunistas
orgánicos e inorgánicos. En cuanto a la compañera
Gladys Marín, ya desligada de sus tareas como secretaria general
podría dedicarse en plenitud a desarrollar un trabajo hacia la gente,
replanteando los temas de nivel nacional desde una posición más
favorable para proyectarse quizá como el líder de la Izquierda,
pero no tan sólo de esa izquierda muchas veces sectaria y dogmática,
sino de una izquierda moderna y con la mayor amplitud posible, para convertirla
en una verdadera alternativa a la Concertación y la Derecha.
El segundo problema que se ve en la discusión
del Congreso PC, es la falta de ideas (que por lo demás afecta a
la izquierda chilena, en general, desde hace muchos años). No existen
en el PC ideas poderosas (y novedosas) a desarrollar, y esto porque cada
vez que surge alguien con iniciativa, talento y proyección, de inmediato
lo tratan de opacar, provocando a la larga el alejamiento de valiosos cuadros
políticos. Esto ha sucedido con dirigentes universitarios, poblacionales,
sindicales y profesionales destacados en el ámbito nacional. Dentro
del PC, y lo digo responsablemente, también existen poderes fácticos
con nombre y apellido, que más que sumar compañeros los han
alejado para así mantener sus parcelas de poder. Una de sus tácticas
es sembrar acusaciones de "amarillos" sobre tal o cuál camarada
entre los militantes. Eso es un daño gravísimo causado por
dirigentes irresponsables.
Y a propósito de daños, otro asunto
dañino es seguir culpando de todos los fracasos a nuestros enemigos
–que no son pocos- y no asumir los errores propios. Es triste que, en este
momento, para la inmensa mayoría del país el PC prácticamente
no exista, salvo cuando ven nuestra escasa (debido a la falta de recursos)
propaganda durante los períodos de elecciones. Es cierto que no
tenemos acceso a los medios masivos de comunicación, manejados como
monopolio por la derecha, nos falta dinero, nos reprimen, nos roban la
sede, etc., pero todo eso, insisto, no quita no reconocer los errores conceptuales
y de táctica de la actual dirección, donde la desidia de
algunos se enseñorea.
Finalmente, quisiera decir que la solución
no pasa por atrincherarse en posiciones reflejadas en frases como: "somos
consecuentes con los postulados de Marx y Lenin", no compañeros,
no seamos como la Iglesia Vaticana, que con su famosa consecuencia estática
de ideas, sin desarrollo ni ciencia, sólo ha conseguido que hasta
sus más fieles peregrinos comiencen a tomar otras rutas por esta
tierra de injusticias.
ALEJANDRO LAVQUEN