FEDERACIÓN NACIONAL DE SINDICATOS DE
TRABAJADORES DEL AREA DE LA CONSTRUCCIÓN, MADERA, ÁRIDOS,
SERVICIOS Y OTROS
"HÉCTOR CUEVAS SALVADOR"
FETRACOMA-CHILE
FUNDADA EL 6 DE DICIEMBRE DE 1997 R.S.U. 13-O1-2255-
ALMIRANTE LATORRE 602.
FONO- FAX 6727220. EMAIL: fetracoma@hotmail.com
NUESTRA OPOSICION AL ACUERDO DE LIBRE COMERCIO CHILE - ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
Desde
inicios de los años ´90, los Gobiernos chilenos han intentado
alcanzar una serie de Acuerdos de Libre Comercio (ALC) con diferentes naciones
del mundo o con bloques de países (Mercado Común del Sur,
Unión Europea) teniendo relativo éxito hasta la fecha. Sin
embargo, tales acuerdos tienen un común denominador: son del total
desconocimiento de la opinión pública chilena, salvo de los
grandes empresarios y de los políticos afines al Sistema Capitalista
Neo-liberal. El resto de los chilenos, la gran mayoría de los chilenos,
desconocen qué, para qué y en qué consisten tales
Acuerdos Comerciales, cuáles son sus beneficios, cómo se
protegen los derechos laborales y el medioambiente, cuáles son las
desventajas, etcétera.
Ninguna organización civil ni sindical,
ninguna organización no-gubernamental defensora del medioambiente,
de los derechos humano, de las culturas indígenas u otras temáticas
ha sido invitada a las rondas de conversaciones donde se negocian estos
Acuerdos Comerciales. El pueblo chileno y sus organizaciones civiles, se
han debido acostumbrar a ser informados de que se negocia un Acuerdo de
este tipo sólo por intermedio de las restringidas e incompletas
informaciones que se filtran a través de los medios de comunicación,
a través de los "titulares" y de los "encabezados de página".
Allí radica nuestra primera objeción
a la firma de un ALC con Estados Unidos: se nos ha negado el derecho a
estar informados y en consecuencia a debatir los puntos que se negocian,
o el ALC en su integridad. Se nos niega el derecho a la participación
en las negociaciones de un ALC que no es suscrito sólo por Gobiernos
de turno, sino por los Estados, es decir, por los ciudadanos estadounidenses
y por los ciudadanos chilenos, representados y solamente representados
por nuestras respectivas administraciones (Gobiernos) .
Sin embargo, a pesar del secreto que rodea a
estas negociaciones, la información que logra filtrarse a través
de los medios de comunicación y las propias consecuencias que (en
Chile han tenido otros ALC en cuya negociación no hemos participado)
así como las evidencias que provienen de otros países afectados
por ALC que siempre se presentan como ventajosos para las partes firmantes,
nos entregan suficientes elementos de juicio que sustentan nuestra oposición
a un ALC con los Estados Unidos (EEUU).
Sabemos que los Gobiernos chilenos han intentado
lograr que el ALC que se negocia con EEUU no incluya sanciones comerciales
por motivos ambientales y/o laborales y que también que ha solicitado
la eliminación de las leyes "antidumping" vigentes en EEUU. Conocemos
algunos de los argumentos de los funcionarios de nuestro Gobierno para
justificar las mencionadas exigencias y de ellos desprendemos que nuestro
Gobierno no está dispuesto a renunciar a su estrategia de desarrollo
económico basada en la destrucción de la Naturaleza y en
la explotación de los trabajadores y tampoco a la entrega de subsidios
(varios de ellos prohibidos por la Organización Mundial de Comercio)
a las exportaciones que salen desde Chile, incluso aquellas que pertenecen
a transnacionales que operan en nuestro país.
Estas condiciones que trata de imponer nuestro
Gobierno en nada favorecen a nuestro pueblo. Por el contrario, constituyen
una amenaza para los ya mínimos derechos de nuestros trabajadores,
para la Naturalezay para el futuro de nuestros hijos. El Gobierno chileno
argumenta que "acuerdos complementarios" relativos a "lo ambiental" y "lo
laboral" (similares a los que se anexaron al ALC alcanzado con Canadá
en 1997, donde cada Estado se compromete a respetar su propia normativa
ambiental y laboral) son suficiente garantía para la protección
del medioambiente y los derechos de los trabajadores en el marco de un
ALC con EEUU.
La evidencia demuestra que no es así.
Las leyes ambientales y laborales chilenas están adecuadas para
la libre explotación de trabajadores y Naturaleza. El marco regulatorio
chileno no es suficiente para garantizar derechos laborales o la protección
ambiental y no sólo es insuficiente, sino es, además, inoperante
por las reducidas plantas de funcionarios que tienen los organismos públicos
encargados de fiscalizar el pleno cumplimiento de las normas regulatorias,
por la permeabilidad a la corrupción de nuestros funcionarios públicos
(incluidos Ministros y subalternos inmediatos de estos) y por las presiones
políticas del propio Poder Ejecutivo para que los funcionarios no
cumplan con su labor a plenitud.
De ésa manera, numerosas empresas extranjeras,
varias de ellas estadounidenses, han contado siempre (y sin ALC de por
medio) con grandes facilidades para violar las normas ambientales y laborales
existentes en Chile, las mismas que hoy el Gobierno chileno ofrece como
"garantías" al Gobierno estadounidense.
Nos oponemos a un ALC sustentado en la explotación
de nuestros trabajadores y en la destrucción de la Naturaleza en
la forma de sobre-explotación de recursos naturales y contaminación,
a la disminución o reducción de las regulaciones que impiden
o sancionan estos abusos y más aún cuando nuestro Gobierno
no ha ocultado su interés por hacer nuestros productos "más
competitivos" aprovechando la ausencia de tales regulaciones.
Las evidencias que sindicalistas y políticos
estadounidenses han recogido acerca de las nefastas consecuencias que ha
tenido especialmente para México el Acuerdo de Libre Comercio de
América del Norte (NAFTA, en inglés) en torno al empleo y
al medioambiente, vienen a confirmar nuestras aprehensiones ya anotadas.
Nos preocupa de estos análisis de ciudadanos estadounidenses en
especial lo relativo a la precarización del empleo, la explotación
de la mano de obra y la concentración territorial de las pequeñas
industrias ("maquilas") que ha generado el NAFTA. En análisis preliminares
del ALC con EEUU que pretende el Gobierno chileno, se detecta que la rebaja
de aranceles que implica la firma de este acuerdo comercial, reducirá
aún más el ya debilitado dinamismo de nuestras pequeñas
y medianas empresas (Pymes) por el flujo de productos estadounidenses a
menor precio. Las Pymes generan el 80% de los puestos de trabajo en Chile
y reducir su producción (ya afectada por tratados comerciales que
el Gobierno ha suscrito con otras naciones sin consultar a los más
interesados) implica afectar a la mayoría de los trabajadores chilenos.
Los mismos estudios indican, además, que el sector menos favorecido
por un eventual ALC con EEUU es el sector industrial, es decir, el que
involucra más mano de obra.
Nos oponemos a un ALC que afecte aún más
la estabilidad laboral de nuestros trabajadores y/o sus justos derechos
a ganar un salario digno y a trabajar en un ambiente libre de contaminación.
Nuestro país abolió la esclavitud a principios del siglo
XIX y no aceptaremos que el "libre comercio" se instale como un nuevo esclavista
en este territorio.
Esas son las principales razones por las que
nos oponemos a un ALC con EEUU, especialmente en los términos que
pretende el Gobierno chileno y que, con seguridad, son las mismas pretensiones
de los grandes empresarios del país.
Las organizaciones que adherimos a esta iniciativa
de oposición ante una eventual firma del TLC con EE.UU. nos reservamos
el legítimo derecho de presentar ante tribunales norteamericanos
e internacionales todas las demandas y acciones legales que estimemos pertinentes
frente a eventuales abusos de tipo ambiental y laboral que desarrollen
empresas norteamericanas; además de expresar nuestro rechazo a través
de manifestaciones sindicales para impedir este nuevo sistema de coloniaje
y esclavitud que se pretende imponer.