EDUCACIÓN POPULAR:

Un acercamiento a una práctica libertaria.

Por Wenceslao Moro

    " Si se acepta lo existente y lo dado como lo que debe ser, no existe el horizonte utópico capaz de indicar el para qué, o lo que es lo mismo, que indique el futuro a construir, se arranca a los hombres el timón de la historia en cuanto a posibilidades de inventar un futuro diferente del presente. Se puede, sí, realizar cambios intrasistémicos que no cambian los aspectos substanciales de lo existente. Y aunque parezca paradójico, lo pretendidamente neutro, adquiere un carácter ideológico y político a favor del mantenimiento del status quo". Paulo Freire

Introducción

    La Educación Popular es una corriente político educativo construida histórica y contextualmente en Latinoamericano. Es decir, tiene una identidad propia marcada por una realidad histórica y socio-política. La EP asume matices particulares: ya se trate de los procesos de lucha contra las dictaduras y a los proceso de democratización en el Cono Sur, el acento en lo étnico y lo indígena en los países andinos, cuando estuvo asociada a gobiernos revolucionarios como en Nicaragua o en las iniciativas de organizaciones independientes frente a los partidos políticos en las actuales democracias neoliberales.
    La lógica de la EP como corriente educativa y como movimiento cultural no es unidireccional ni deductiva, es decir, no hubo un momento inicial en el que se propusieron unos fundamentos, unos principios generales, unas bases conceptuales o doctrinales, desde las cuales se generaron unas prácticas posteriores. La lógica de los movimientos culturales no es esa; se habla de un discurso fundacional de la EP para referirse a los rasgos que la identifican desde fines de los sesenta hasta comienzos de los ochenta, los cuales no equivalen propiamente a una fundamentación.
    La Educación Popular se alimenta simultáneamente de varias dimensiones de la realidad: referentes teóricos previos, imaginarios colectivos, representaciones y valores culturales, experiencias compartidas, así como de la reflexión sobre las propias prácticas educativas. La Educación Popular se va configurando y redefiniendo permanentemente tanto en sus presupuestos como en sus prácticas.
    Así es que la Educación Popular asume caras diversas de acuerdo a los diferentes escenarios, temáticas y sujetos educativos.

Orígenes

    Se puede hablar de un momento fundacional de la EP a finales de los 70, en el cual ésta llegó a convertirse en un discurso educativo y en una corriente colectiva cuyo inmediato y principal antecedente era Paulo Freire –pedagogo brasileño-; aunque él no hablara en sentido estricto de EP, sino que utiliza otras expresiones: educación liberadora, educación para la libertad, educación concientizadora, educación dialogal..., su reflexión educativa y su propuesta pedagógica influyó notablemente.
    Sin embargo, muchas de las prácticas que se engloban bajo este nombre comenzaron a ocurrir antes de eso. Para ser exactos, tendríamos que ubicar la EP en un conjunto de discusiones y de prácticas que se plantea la izquierda latinoamericana a partir de la segunda mitad del siglo XX. Las discusiones son difíciles de reconstruir, las prácticas, algo más sencillo. Entre ellas, está el triunfo de la Revolución cubana en 1959, que viene a repensar y desarrollar un socialismo latinoamericano, que aproveche lo mejor del marxismo, pero que a la vez cuestiona los dogmas que escapan a nuestra realidad; el surguimiento de la Teología de la Liberación, que coloca a la izquierda en el desafío de la construcción política a partir de los sectores populares y sus necesidades, esta corriente cristiana representa un verdadero dialogo con el pueblo, superando posturas a partir de las cuales éste es pura alienación, falsa conciencia, y construyendo una alternativa desde lo que el pueblo trae; y la crisis del modelo soviético, que viene a plantear la importancia de articular el socialismo con formas auténticamente democráticas de organización y lucha.
    En estas circunstancias históricas se fue configurando la EP, simultáneamente a otras propuestas culturales como la Investigación Acción, la Comunicación Popular, y otros campos de las Ciencias Sociales que recibieron la influencia del marxismo, con las cuales se ha venido mutuamente alimentando.
    Todos estos componentes históricos, culturales e ideológicos van a unirse en un enfoque común a través de las prácticas, espacios y actores.
    Nicaragua y la revolución Sandinistas, con sus límites y aciertos, representará el momento cumbre donde lo popular, lo revolucionario, lo socialista, lo cristiano se van a encontrar. Es en ese contexto, donde se empieza a hablar de EP más claramente.
Rasgos fundacionales


    El concepto de pueblo varía según la coyuntura y según las relaciones de fuerzas dentro de una formación social dada. El pueblo es un bloque de clases sociales subalternas con identidad histórica y política, cuyos intereses convergen hacia un proyecto común de liberación. El concepto de pueblo debe entenderse en su aspecto dinámico y amplio. Implican relaciones sociales pues se habla de oprimidos (en vez de pueblo), de empobrecidos (en vez de pobres) o de marginalizados (en vez de marginados).
    Se utilizará el término de sectores populares en lugar de pueblo, preservando así la multiplicidad y el carácter movedizo de esta realidad, la cual debe ser constantemente redefinida en función del contexto y de las condiciones económicas, políticas y culturales.
    Los sectores populares son el conjunto plural de los grupos sociales explotados y excluidos de la administración de poder político como de la distribución de los excedentes económicos. Son un conjunto multiforme y no organizado de la clase obrera, de los pequeños campesinos y de los agricultores sin tierra, de los indígenas y de las naciones oprimidas, de diferentes estratos de la pequeña burguesía, de los desocupados, de las mujeres dentro de una sociedad machista. Se definen según relaciones de opresión tanto a nivel económico, como de género. de raza, de edad...
    Los sectores populares son los primeros protagonistas de la EP.
    Hay quienes consideran la EP es el fruto de una producción espontánea, es decir que los sectores populares llegan a ser sujetos políticos por sí mismos identificando la EP con el saber popular. Postulan en última instancia una autoformación y autoliberacíon popular.
    O por el contrario, es fruto de una intervención externa, reconociendo en la práctica de la EP la presencia de actores o agentes no propiamente pertenecientes a los sectores populares. A ellos se refiere la expresión de intelectuales orgánicos. Aquí la EP consiste en acompañar y relacionar diversas formas de saber y de organización para que los diferentes sujetos que participan en un mismo proyecto de transformación social se comuniquen entre sí. Los actores o agentes externos ponen su capacidad al servicio de los sectores populares o promueven unos proyectos propios dentro de un diálogo con los principales interesados.
    Finalmente, puede ser que participen de la EP protagonistas ligados al Estado, a gobernaciones, a municipios. A su vez, puede desarrollarse en diversos ámbitos: partidos políticos, sindicatos, asociaciones barriales, organizaciones no gubernamentales, etc. De acá surge la pregunta sobre las fronteras de la EP.
    La Educación no es Popular por el sólo hecho de ser realizada por los sectores populares o estar dirigida a ellos. No basta definirla a partir de sus actores. De hecho, una educación compensatoria, elaborada y pensada para los sectores excluidos de la cultura escolar no es popular de por sí.
    La cuestión de saber si la EP está ligada a grupos de una determinada edad es controvertida. En un primer momento, la EP estuvo relacionado como una tarea realizado con adultos. Sin embargo, los/as niños/os están incorporados desde muy temprano a los mecanismos de explotación y opresión.
    Otro aspecto que se da es el reconocimiento de la singularidad e individualidad de los sujetos de la EP – educandos/as y educadores/ras, ellas/os y nosotros/as. Puesto que antes el acento estaba puesto en lo económico y lo político, sin darle mayor importancia a las relaciones humanas, las relaciones cara a cara. Pero la EP siempre trabaja con grupos, no con individuos aislados.

    La EP se sitúa dentro de las tensiones entre el individuo, el grupo social y el Estado o la sociedad; pretende influir sobre esas relaciones y transformarlas. Por lo tanto sus intensiones rebasan un marco estrictamente pedagógico.
    El desarrollo de la concientización no se sigue en forma lineal, porque el individuo no se encuentra privado de vínculos sociales y porque la comunidad está determinada por las relaciones de dominación social (particularmente por las relaciones de producción). La constitución del grupo no es anterior a la idea del Estado, es simultanea.
    Según J. Bengoa la tipología de las finalidades se basan en cuatro principios. Postula que los educandos piden cuatro cosas fundamentales a la educación.
    En primer lugar quieren saber quiénes son: el principio de identidad. Se interesan también por su funcionamiento individual o colectivo y por mejorarlo: es el principio de participación. En tercer lugar, los educandos buscan algún tipo de transformación individual o colectiva. Esta se puede dar dentro de la búsqueda de la movilidad o del ascenso social, es entonces el principio de modernización (desarrollo). Se puede dar también por la vía de una transformación que implique un cambio en la posición del grupo social en relación con los otros; en ese caso es el principio de cambio social.
    Según las finalidades perseguidas, los educandos se apegan más o menos a uno de esos principios o a las diferentes combinaciones posibles entre ellos.
    Dentro del contexto de la EP, la participación tiene que ver con el aprendizaje, la formación y el ejercicio de la democracia en el seno del mismo grupo. La identidad es un valor que buscan particularmente los sectores sociales desintegrados o excluidos por el sistema. Está ligada con los procesos de autoconciencia, con el énfasis sobre la cultura, con la formación de la comunidad.
    La modernización se refiere a la formación para un trabajo productivo, a la adquisición de conocimientos rentables que permitan un ascenso social. El cambio social es una dimensión siempre presente en la EP, aun si parece utópica dentro de una sociedad autoritaria y conservadora.
    El acento unilateral sobre un aspecto conlleva a diversas deformaciones.
    El acento sobre la participación puede llevar al populismo.
    El énfasis sobre la identidad hace proclive al comunitarismo o al corporativismo.
    El acento sobre la modernización esta ligado al tecnocratistmo.
    Finalmente, el acento sobre el cambio social conduce fácilmente al ideologismo.     En sí, no es posible describir los contenidos de la Educación Popular, se encuentra entre la oferta y la demanda educativa y no posee gran autonomía. Dependen del lugar de la Educación Popular en la sociedad, de los protagonistas de las finalidades y del método. Se pueden clasificar los contenidos en función de las finalidades propuestas y ligarlos con la identidad de un grupo social, con la participación, con la modernización y con el cambio social.
    Los contenidos se establecen a partir de encuestas y de investigaciones que permiten a los hombres y mujeres intercambiar su respectiva visión del mundo.
    Es necesario que los educadores populares conozcan y se interroguen sobre la articulación entre los sistemas sociales, familiares o extra familiares de transferencia del conocimientos; sobre las relaciones entre saber y poder. La EP tiene que tomar estas preguntas en serio si no quiere funcionar como una nueva colonización destructora de los intercambios internos entre saber y poder.
    Muchas veces la EP funciona como enemigo cultural de los sectores populares, desconociendo el saber popular. Ya que muchos programas de EP están construidos sobre la imagen que sus responsables se hacen de los sectores populares que sobre un conocimiento profundo de la cultura y de la conciencia de éstos. El desconocimiento no asumido de la realidad del otro autoriza a percibirlo como yo quiero y actuar sobre él, transformándolo según la imagen y el horizonte que, a priori, mi conciencia eligió para él. Se hace del otro un yo.
    Generalmente se percibe la cultura popular como fragmentaria, descompuesta, dispersa, sin rigor lógico... como si fuera un conjunto de restos de un pasado colonizado.
    No se puede definir la EP a partir de los contenidos de los programas hechos en su nombre. Los contenidos no son populares en sí sino en función de los actores, de las finalidades y del método.     Cuando se pone el acento sobre la consolidación de la identidad de los protagonistas populares, de sus sistemas de valores de sus culturas... el método es prioritariamente inductivo. Busca descubrir la racionalidad que surge de las prácticas populares ligadas con la producción, la distribución y el consumo del conocimiento. Cuando, al contrario, el acento está puesto sobre el proyecto ideológico y político, el método es más deductivo. Apunta a transmitir, a explicar, a divulgar los conocimientos que los formadores juzgan mínimos y necesarios para la transformación de la sociedad.
    Un elemento fundamental en la metodología de la EP es el papel que juega la teoría dialéctica del conocimiento. De esta manera se apunta a partir de la práctica, o sea del saber popular, de lo que la gente vive y siente, desarrollando un proceso de teorización sobre esas prácticas, no como un salto a lo " teórico" sino como un proceso sistémico, ordenado, progresivo y al ritmo de los participantes. El proceso de teorización así planteado, permite ir ubicando lo cotidiano, lo inmediato, lo individual y parcial, dentro de lo social, lo colectivo. Considera al conocimiento como una actividad indesligable de la práctica.
    Es la práctica social de donde surgen los conocimientos, es en la transformación de esa práctica donde se constata la objetividad, la realidad, la verdad del conocimiento. Por ello es que si bien la práctica sirve de base a la teoría – la teoría es a su vez -, sirve a la práctica para entenderla y transformarla ... Partir de la práctica, teorizar sobre ella, para regresar nuevamente a la práctica; partir de lo concreto, realizar un proceso de abstracción, para volver de nuevo a lo concreto; partir de la acción, reflexionar sobre ella, para nuevamente volver a la acción, de ahí la lógica del proceso de conocimiento.
    De esta manera permite regresar a la practica con nuevos elementos que permitan que el conocimiento inicial, la situación, el sentir del cual participamos, ahora nos lo podemos explicar entender, integral y científicamente.
    Esta articulación entre las manos (actuar) y la cabeza (pensar) es la yunta que impulsa al carro de la historia.
    El núcleo del método dialéctico - acción-reflexión-acción o práctica-teoría-práctica- se ha complejizado y enriquecido con elementos como la cultura, lo subjetivo, lo particular, las estrategias de aprendizaje, de construcción de conocimientos y de valores, etc...
    Hay que tener cuidad de partir de un a priori ideológico. Otra cuestión es la de aplicar mecánicamente este método sin poner de relieve las tensiones que hay entre educadores y educandos.     La historia de la Educación Popular no es lineal: no se entiende a partir de la sucesión de la substitución de un modelo por otro. Todos los diferentes modelos presentan variaciones y contradicciones internas y se encuentran imbrincados los unos en los otros.
    Como ya dijimos más arriba no basta que los destinatarios sean miembros de los sectores populares, así como tampoco, si esta relacionado con su participación o no en el sistema formal de educación. Implica algo más: es todo un estilo educativo diferente a aquel elitesco, reproductor del sistema social de injusticia, que genera hombres y mujeres que se amolden a la sociedad sin transformarla, sin ser agentes de cambio.
    El propósito es de contribuir, de ser una herramienta, un aporte a un proceso complejo y de largo plazo, constituyéndose como uno de los medios que colaboran en la construcción de una alternativa cultural y política de sociedad.
    "Pedagogía que haga de la opresión y sus causas el objeto de reflexión de los oprimidos, de lo que resultará el compromiso necesario para su lucha por la liberación, en la cual esta pedagogía se hará y rehará."
    Estableceré tres definiciones que parten diferentes tendencias, ya se trate de una definición ideológica y política, otra que pone el acento sobre una forma de autoeducación de los sectores populares, y finalmente una definición que insiste sobre la reconstrucción del tejido social.
    a) Entendemos por EP un proceso colectivo mediante el cual los sectores populares llegan a convertirse en el sujeto histórico, gestor y protagonista de un protagonista de un proyecto liberador que encarne sus propios intereses de clase.
        Para ello, la EP debe verse como parte y apoyo a un proceso colectivo mediante el cual los sectores populares, a partir de su práctica social, van construyendo y consolidando su propia hegemonía ideológica y política, es decir, desarrollando las condiciones subjetivas- la conciencia política y la organización popular- que les hará posibles la construcción de su propio proyecto histórico. (Peresson, M.; Mariño, G; y Cendales, L)
    b)La EP es un espacio donde las propias capas populares desarrollen (expresen, critiquen, enriquezcan, reformulen, valoricen) colectivamente su conocimiento, sus formas de aprender y explicar los acontecimientos de la vida social. Es el conocimiento que brota de la experiencia de vida y de lucha de las capas populares y que es elaborado por ellas mismas, que refuerza su poder de transformar la sociedad: es ese conocimiento que aumenta su capacidad de discernir y rechazar las reglas de dominación, y que fortalece su poder de decidir cuáles son las luchas y formas de organización más capaces de concretar nuevas reglas de vida social. (Costa, Beatriz)
    c)La EP entendida como educación para los movimientos sociales, tiene por objeto la recreación de las bases de sociabilidad en una sociedad dada; es, pro lo tanto, parte de un gran movimiento de transformación histórica. La educación para los movimientos sociales es un subsistema de educación programada e informal, orientando a complementar el conjunto de actividades educativas y formativas existentes en la sociedad. (J. Bengoa).Llegado al final de esta ventana hacia la Educación Popular se entiende esta como un proceso de formación y capacitación desde una opción por los sectores populares para que con ellos, a través de una acción organizada, se logre romper con los esquemas de dominación (opresores y oprimidos) con el objetivo de construir una Sociedad de Hermanos y Hermanas unidos en la fraternidad.
BIBLIOGRAFÍA

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Dimatteo, Javier. ¿Qué es la Educación Popular? Texto extraído de la página de Internet: http://www.geocities.com/suredpop/.
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Freire, Paulo. La Educación en la Ciudad. Siglo XXI, Madrid, España. 1997.
Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Tierra Nueva, Montevideo, Uruguay. 1970.
Preiswerk, Matthias. Educación Popular y Teología de la Liberación. CELADEC, Buenos Aires, Argentina. 1995.
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Varios Autores. Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas. Emece, Buenos Aires, Argentina. 2001.


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