Ulises Sadoul

    Jugar a ser Dios significa emular sus dones, poderes, virtudes, etc., como lo dicen las sagradas escrituras, dios puede dar vida como también quitarla, puede salvar a las almas del pecado, decide quien se va al cielo y quien se va al infierno. Eso es tener el poder de dios. A la vez ese poder lo tienen desde La Casa Blanca, el FMI, el BID, la OMC, el Vaticano, el Empresariado, hasta los gobiernos Social Demócratas, como lo es el de Chile.
    La única diferencia es que ellos no son dios, no tienen vida eterna, pero si juegan con el destino de muchos de nosotros, nos dictan reglas, así como los diez mandamientos nos dicen nuestra forma de proceder cristianamente, el FMI, el BID y la OMC nos dicen hacia donde debe ir la economía mundial, y cuanto dinero deben ganar los grandes magnates del mundo. La Casa Blanca nos menciona "quien no este con nosotros en la lucha contra el terrorismo, entonces es nuestro enemigo’’. El Pentágono por su parte, plantea que aquellos que están contra de las medidas impuestas por Estados Unidos para manejar todos los aspectos sociales en el mundo, pasan de inmediato a ser criminales porque están en contra de la democracia, por lo tanto, todos los movimientos sociales en el mundo son criminales.
    En el aspecto religioso, la Iglesia Católica nos da lecciones de moral y buenas costumbres. Nos dicen que debemos ir a la iglesia a rezar, a confesar nuestros pecados para enmendarlos, nos dicen que la píldora del día después es maligna porque elimina la vida de un recién fecundado 48 horas después del acto sexual, no importa que ese recién fecundado haya sido producto de una violación. Solo la iglesia puede cometer pecados crueles como el abuso de menores y monjas por parte de curas, total tienen la autoridad de dios, y por ende juegan a serlos, tienen a los medios de comunicación para encubrir sus pecados como lo hacen con los casos de pedofilia, el cual tiene una cobertura periodística tal que logra hacer que los televidentes se olviden por completo de los casos de abusos sexuales por la iglesia, por algo tienen poder político e ideológico. Además, patrocinan y justifican las muertes en la guerra contra el terrorismo, no importando que existan victimas inocentes, total, todo se hace en el nombre de dios.

    En el aspecto empresarial, se ve de mejor forma como los empresarios y el poder político en Chile juegan a ser Dioses del bien, por supuesto. Todas las medidas impuestas a la gente son para mejorar la calidad de vida de los súbditos, que aceptan como un mandamiento mas con la cabeza agacha. Pero para estos dioses mejorar la calidad de vida significa:
- Bajar el salarios mínimo a los trabajadores para hacer crecer la economía, implantando la diferenciación de sueldos por edades, lo cual significa que los trabajadores que sean menores de 24 años ganaran menos que el sueldo mínimo($ 83.300)(1), en definitiva, a la juventud no solo se les DISCRIMINA por se jóvenes y por luchar por sus necesidades en las calles. Actualmente, este sueldo rige hasta los 18 años.

• Tener mas poder empresarial, para aumentar las ganancias, haciendo y deshaciendo las vidas de los trabajadores a través del abuso empresarial, lo que se traduciría en mas facilidad para despidos, mas impunidad de la que tienen en las muertes en accidentes de trabajo.
• En el 2005, las horas de trabajo bajarían de 48 a 45 horas semanales(1), con ello también los sueldos (flexibilización de costos para el empleador).

    Juegan a ser dios porque son dueños de la verdad, cada palabra que dicen es un dogma, es una ley impuesta a través de una constitución política ( que asegura completa impunidad al la oligarquía política ) para ser respetada, obedecida , acatada por los súbditos que aceptan los mandatos a cambio de migajas de pan. Y si de lo contrario estas leyes y reformas impuestas por el poder político encuentran oposición popular de la gente, entonces aplican las sanciones correspondientes a los súbditos, es decir , aplican represión ideológica e física para que se salven del pecado y vuelvan por el buen camino, acatando los dogmas impuestos por los dueños de la verdad, y si con esto no se salvan del pecado, entonces encuentran la pena capital.
    Pero, los que se dicen ser de izquierda, ya sea de izquierda revolucionaria, o izquierda amarilla también son dueños de la verdad, sus ideologías son mandatos y verdades, deben ser respetadas a cabalidad, de haber alguien que tenga una opinión diferente, o una critica, simplemente no sirve, pues no es dueño de la verdad como los demás. Gracias a ese tipo de razonamiento la izquierda chilena se ha visto ofuscada por sus ideas sectarias (basta con ver al PC), llevando con ello al alejamiento de militantes de distintos proyectos y organizaciones políticas que se dicen ser de izquierda, las cuales se dicen revolucionarias, lo que en realidad es mentira, pues la izquierda revolucionaria no negocia, lo que hace es actuar de acuerdo a lo que digan las bases, sobrepasando la legalidad si es necesario, lo cual no hace la izquierda que se dice ser revolucionaria en la actualidad.
    A esta altura, con el avance del capitalismo, ¿Qué se va a negociar?, ¿O es lógico hacer mesas de dialogo, en donde se dice hablar de igual a igual? . Eso es mentira, el sistema tiene el poder, y los que deberían tener el poder popular para negociar a la par no lo tienen, seria ilógico pensar que se puede negociar de esa forma, si no hay un respaldo atrás verdad, no hay nada que negociar mientras no exista un poder popular verdadero con que equiparar una correlación de fuerzas para ir de igual a igual ante el sistema. Esa es la realidad de la izquierda chilena, la quien es capas de miran muchos defectos en ideas distintas, siendo que en general no son capaces de mirarse sus propios defectos. Como decía el Che: ‘‘Saber, para no caernos, para no tropezar e irnos al suelo; conocer nuestras flaquezas para liquidarlas y adquirir mas fuerza’’, esta gran enseñanza fue la que no aprehendió la izquierda chilena. No puedo evitar hacer estas criticas ácidas ante gente que deberían ir al mismo lado que la clase oprimida, pero la decepción que genera ante muchos de nosotros la actitud de la izquierda actual, hace que deba hacer este tipo de reflexiones.
    Todos jugamos a ser dioses de la verdad. Los que juegan a ser Dios, arman y desarman las naciones y sus realidades, son los que tienen el poder de dios, son dueños de nuestras vidas, mientras no exista una verdadera oposición ante estos dioses de papel, entonces seremos unos simples borregos arrastrados por un pastor hacia el matadero, impuestos por estos dioses.

Fuentes:

1.- Que Pasa ‘‘ 23 de agosto 2002’’
2.- La Tercera ‘‘ 4 de agosto 2002’’