A pesar de las promesas con que llegó al poder Ricardo Lagos, en el sentido de recuperar en forma sostenida la pérdida de conquistas laborales, la disminución de salarios, el desempleo y las prácticas anti-sindicales que impuso la dictadura y refrendó los dos primeros gobiernos demócrata cristianos; la actual administración, ha dejado al descubierto su adscripción incondicional al neoliberalismo, con las indicaciones sustitutivas al Proyecto de Reforma Laboral enviadas al Parlamento. En la práctica, las nuevas indicaciones introducidas por el Ejecutivo, no sólo retrotraen el proyecto original del año 1999 -que sirvió de estrategia electoral, por la administración Frei, para favorecer la candidatura de Lagos-; si no que, eliminó cualquier vestigio de medidas que pudieran equilibrar en parte la desigualdad entre el salario y el capital.
    El mencionado proyecto, que a pesar de todo, aún no es de entera satisfacción de la clase patronal, como indicó el empresario Eugenio Velasco: "si bien se han corregido aspectos exigidos por los empresarios, se crearon otras que lo empeoran"; logró sí, enfilar a los otrora duros de la Concertación, como señaló el Senador del Partido Socialista Carlos Ominami: "En la Concertación decidimos cerrar los pleitos que teníamos y también enfrentar las crisis internas futuras buscando el mayor consenso posible". Por otra parte el sindicalismo institucional representado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), ha dado la típica respuesta de estos últimos 11 años... rechazos de comunicados de prensa, llamados a movilizaciones que nunca se concretan, estados de alerta y, en definitiva, aceptación del modelo imperante.

1.- Acabar con el histórico derecho a la jornada laboral de 8 horas. El proyecto establece una jornada ordinaria de 12 horas durante 12 días seguidos. Como se considerará jornada ordinaria, no se pagaran horas extraordinarias por el trabajo que sobrepase las 48 horas semanales, o el que se realiza los domingos y festivos. Esta situación, provoca en la práctica, un serio perjuicio a los trabajadores, debido a los reducidos sueldos, la mayoría se ven obligados a hacer uso de horas extraordinarias o la mantención de un segundo empleo. Por otra parte, a una empresa le bastará con hacer rotar turnos de 12 horas, para no pagar nunca horas extras.

2.- El proyecto, concede al empresariado, la flexibilidad de las condiciones de trabajo (Trabajo Basura). En la práctica, la jornada laboral puede durar hasta 32 horas semanales, con una remuneración inferior al mínimo y una gratificación también parcial. La jornada diaria, tendría un máximo de 10 horas; en el marco de un contrato de trabajo a tiempo completo, que se transforma en contrato a tiempo parcial. Es decir, se produce un medio despido.

3.- Se consagra la polifuncionalidad. En el proyecto, se autoriza al empleador para que en el contrato de trabajo se pueda establecer dos o más funciones por la misma remuneración, creando trabajadores para todo servicio. Este desquicio legal, es propio del sistema de la Encomienda del periodo colonial, en la cual los indígenas eran obligados, a pesar de la labor artesanal que cumplían, a realizar todo tipo de trabajos; por eso, cuando se les preguntaba el oficio, además de nombrar su especialidad, decían: "y acudo a lo que me manden".

4.- Se da cobertura legal a los Traficantes de mano de obra. El proyecto entrega fundamento jurídico a las llamadas Empresas de Servicio Transitorios (EST), que se dedican a "colocar" trabajadores en forma temporal y permanente en empresas, obteniendo ganancias sin realizar ningún trabajo. Este tipo de empleo es condenado en todo el mundo; ya que, el trabajador es doblemente explotado: por la empresa de servicio y por la empresa que los utiliza.

5.- Discriminación de la Juventud. De acuerdo al cuerpo legal que se pretende aprobar, los jóvenes menores de 24 años que reciban "capacitación" de sus empleadores, se les castiga total o parcialmente su derecho a indemnización por años de servicio.

6.- Se estimula la práctica del Rompehuelgas. El empresario podrá comprar el derecho a tener reemplazantes en un conflicto sindical.

    Con estas medidas la Concertación pretende, demagógicamente, lograr una presunta reactivación de la economía, a costa de la miseria de los trabajadores. La supuesta reactivación, sólo intenta hacer más llamativo el país, para las "supuestas inversiones extranjeras"; que se traducen en mayor explotación de los trabajadores, de nuestros recursos naturales y mayor riqueza para la clase empresarial... que, en definitiva, es la que gobierna.

    El proyecto entreguista del socialpopulismo, la tibieza de la izquierda constitucional a generado en el presente año un incipiente, pero decido movimiento de rechazo al continuismo neoliberal. El trabajo sostenido de Federaciones sindicales alternativas a la CUT, organizaciones sociales y de izquierda, ya dieron su primer paso al crear la Coordinación Anti BID; que, con la maduración necesaria se ha transformado en Coordinadora Anticapitalista. Ahora, Federaciones y sindicatos de base han coordinado esfuerzos en formar el Frente Único Sindical (FUS); integrado entre otros, FETRACOMA, Sindicato OPCION, la CC.TT, etc.
    Estos dos nuevos actores, en el acontecer político nacional, deberán jugar un papel relevante en la rearticulación del tejido social. Demostraron que eran capaces de generar una multitudinaria manifestación de rechazo en contra del BID; ahora el desafío es mayor, se trata de generar un recambio en la casta dirigencial, demostrando así, como lo hicieron los estudiantes de Enseñanza Media, que en Chile los que están por el cambio son muchos más que aquellos que se resignaron.