LA ESTRATEGIA NEOCOLONIAL DEL IMPERIO
El Documento Santa Fe IV (Parte II)

Demografía

    El poder demográfico es crítico en las Américas. La población de 171,8 millones de habitantes del Brasil sobrepasa la de la América del Sur española (Argentina, 36,7; Bolivia, 7,9; Chile, 14,9; Colombia, 39,3; Ecuador, 12,5; Paraguay, 5,4; Perú, 26,6; Uruguay, 3,3; Venezuela, 23,2) que totaliza 164,8 millones.
    Estas cifras de población no alcanzan a indicar la inmigración interamericana: la de los bolivianos, brasileños y paraguayos a la Argentina; los brasileños a Paraguay y Uruguay y los dominicanos y colombianos a Venezuela. Similares condiciones existen en América del Norte, donde la población de Estados Unidos, de 272,6 millones de habitantes, sigue sobrepasando a la de América Central (Cuba, 11,1; Costa Rica, 3,7; República Dominicana, 8,1; El Salvador, 5,8; Guatemala, 12,3; Haití, 6,1; Honduras, 6,0; México, 100,3; Nicaragua, 4,7; Panamá, 2,6 ) que llega a 159,9 millones.
    La población actual de las Américas ha sufrido un drástico cambio en los dos últimos siglos. En 1800, la población de 5,3 millones de habitantes de Estados Unidos era sobrepasada a razón de más de cinco a uno por los estimados 26,4 millones de América Latina (Brasil, 3 millones y América Hispana, 23,4 millones) pero en 1850 Estados Unidos se estaba emparejando al alcanzar unos 23 millones. La igualdad y leve superioridad demográfica de Estados Unidos alrededor de 1910, con 92 millones frente a 63 millones de habitantes, finalizó en 1950, cuando América Latina superó el censo de los Estados Unidos de 150,6 millones de habitantes. En cuanto al año 2000, América Latina disfruta de una ventaja récord de unos 497 millones, frente a 273.
    Una situación similar existe en Europa, donde las tasas de natalidad declinantes y una población envejecida se combinan con programas de trabajadores invitados que han atraído a millones de musulmanes. Alemania ha recibido un constante flujo interno de extranjeros y ahora se dice que Berlín es la ciudad turca más populosa.
    Las tasas de natalidad declinantes de los europeos nativos, con la excepción de Irlanda, se dan en todo el continente. España necesitará unos 6 millones de inmigrantes e Italia ocho millones en las próximas dos décadas para sostener la economía y proveer fondos para los programas de ayuda social. Rusia, donde actualmente las muertes exceden los nacimientos en un número aproximado de 2500 personas por día, está en un peligro todavía más grande. La declinación de los nacimientos eslavos frente a la maternidad musulmana ha llevado a una marcada reducción en las zonas distantes.
    En consecuencia, si la actual proyección de la población persiste, el arco islámico que va desde Marruecos hasta Irán - donde las cifras han subido de 71 millones en 1950 a unos estimados 500 millones en 2030 - será el que aumente y ofrezca la fuerza laboral a Europa y a Rusia. Una situación similar existe en las Américas, donde la inmigración - legal e indocumentada- avanza hacia el norte desde América Latina a Estados Unidos.
    En el mes de Marzo del 2000, más de 30.000 extranjeros indocumentados fueron detenidos en el pueblo de Douglas, ubicado en la frontera de Arizona - México y con una población de 8.500 habitantes. La mayor parte de esta gente, los "indocumentados", muchos de los cuales llevaban mochilas o paquetes de marihuana en la espalda, fue detenida por granjeros locales, no por la Patrulla Fronteriza. Funcionarios mexicanos indignados, incluida la Ministra de Relaciones Exteriores, Rosario Green, denunciaron públicamente a los granjeros e , ignorando la soberanía nacional y los derechos de propiedad privada, iniciaron acciones legales contra ellos por violar los derechos y la dignidad de México al detener a los transgresores. A las protestas oficiales les siguieron, a principios de Junio del 2.000, manifestaciones de apoyo en Douglas realizadas por coaliciones de chicanos y por el Comité de Servicio de Amigos Norteamericanos. El 5 de Junio, el activista mexicano Ibarra Pérez, del Comité de Defensa del Ciudadano de Reinosa, México, ofreció $ 10.000 a cualquiera que matara a un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Concurrentemente, los medios de comunicación de Estados Unidos empezaron a pedir una frontera abierta. Estados Unidos bien pudo enfrentarse con lo que el Embajador William Middendorf llamó, en la década del ´80, una "Operación Jaque mate", cuando nos enfrentamos con la consigna sandinista "Revolución sin Fronteras" y la posibilidad de que un 30% de los 100 millones de habitantes de América Central y México pudieran escaparse de la tiranía comunista huyendo hacia Estados Unidos, lo cual nos hubiera llevado a permitir la entrada y la consecuente desestabilización o sellar la frontera y dejar que hombres, mujeres y niños murieran en el desierto. Cabe formular la pregunta: ¿Por qué esta gente deja ahora su familia y sus amigos?:

    En cuanto a la capacidad del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) de 1994 de crear riquezas para la masa de los mexicanos, contrariamente a lo esperado ha ampliado la brecha entre los que tienen y los que no tienen en México, país que ha sido incapaz de alimentarse a sí mismo desde la década de 1950. El NAFTA ha arrancado a los campesinos y los indios de sus parcelas y tierras comunales a raíz de la baja de impuestos a la importación de productos alimenticios provenientes de la industria agrícola norteamericana y canadiense. Para alejarse de sus posesiones ancestrales, esta gente enfila hacia el norte. Pero las industrias fronterizas - maquiladoras - tienen exceso de personal y prefieren emplear mujeres, de manera que los refugiados económicos siguen avanzando hacia los estados fronterizos de California (37% de hispanos) , Arizona (22% en 1999, mayoría para el 2006-2008) , Texas (30%) y, más hacia el norte, al Medio Oeste, en especial Iowa y Minnessota.
    En consecuencia, la población hispana es uno de los segmentos de crecimiento más rápido de la población de Estados Unidos. Entre 1980 y 1999 la cantidad de hispanos llegó a más del doble, pasando de 14,6 a 31,2 millones de los cuales un 30% no son ciudadanos, según la Oficina de Censos. El rápido crecimiento de la población hispana se debe a la inmigración y a una tasa de fertilidad más alta que la de la población no hispana. Por ejemplo, la tasa de fertilidad de cada 100.000 mujeres entre 15 y 44 años era de 65,0 en 1998; para las mujeres hispanas era de 102,8. Las madres mexicano-norteamericanas tenían la tasa más alta de fertilidad de todas: 116,6 nacimientos por cada 100.000 mujeres entre 15 y 44 años, aproximadamente el doble de la tasa correspondiente a las mujeres cubano-norteamericanas.
    Dentro de los próximos diez años, la Oficina de Censos prevé que la población hispana se convertirá en la mayor "minoría" de Estados Unidos, sobrepasando a los negros quienes en 1990 superaban a los hispanos en unos 8 millones. Pero en el 2.010, las proyecciones indican que los hispanos totalizarán 39 millones, según la Oficina de Censos, frente a 38 millones de negros.
    ¡ El poder demográfico cuenta ! . Estados Unidos es una nación de inmigrantes y, aunque algunos grupos hispanos radicales habla de Reconquista y Aztlan, la mayoría aspira a ser americanizado. Sin embargo, el sistema educativo norteamericano le ha fallado a esa gente, dado que sólo hay 4 soluciones a los problemas de la minoría - la segregación, la integración, el transporte y la liquidación- y la meta es la asimilación. Las escuelas deben, como preconizaba John Dewey, enseñar inglés, democracia e historia norteamericana. Más aún, con el fin de hacer más lento el éxodo de estos mexicanos talentosos y trabajadores hacia el norte, el NAFTA debería alentar, tal como se planeó originalmente, una distribución geográfica de las plantas industriales y de montaje en toda la República y no sólo en la frontera del norte, no exclusivamente con el fin de distribuir la riqueza de manera más equitativa, sino de reforzar la familia y cultura tradicional de los pueblos hispánicos. En consecuencia, el poder demográfico cuenta en América del Sur, en Eurasia y en América Central, donde Estados Unidos representa las puertas del cielo para millones de inmigrantes hispanos. ¿Debería continuar este ingreso masivo, que trae olas de narcóticos ilegales?. La Oficina de Censos estima que la población de Estados Unidos llegará a 404 millones en el 2.050 y a 571 millones en el 2.100, mientras que, sin la masa inmigratoria, el total para el 2.100 sería de 377 millones. Las preguntas son : ¿permitiremos que continúe esta inundación?. ¿Será asimilado e integrado este flujo en la cultura y la sociedad norteamericanas?. ¿O servirá como involuntario instrumento de desintegración y de caos económico y social?.
    Se oyen diferentes voces. El Vicegobernador Cruz Bustamante de California pide otra amnistía al estilo Clinton - idéntica a la legalización por parte del Presidente de 800.000 nuevos ciudadanos, justo a tiempo para votar en 1996- al igual que el Gobernador Gary E. Johnson, de Nuevo México. Otros, como Harry Cisneros y Jack Kemp, instan a un aflojamiento de la reglas de inmigración y naturalización norteamericanas y hasta piden fronteras abiertas, tal como lo ha propuesto el Presidente mexicano recién elegido, Vicente Fox, mientras que el Gobernador de Texas, George W. Bush, en un esfuerzo por proteger el recurso natural más grande de Estados Unidos - su pueblo - ha propuesto entregar 50 millones de dólares a los estados de la frontera sur para contrarrestar el contrabando de drogas que va de la mano con la inmigración ilegal.

Deuda
    Las naciones de las Américas han estado en deuda desde la Independencia.
    América Latina cambió la tutela política española y portuguesa por el dominio comercial y financiero de Gran Bretaña, que también controlaba las rutas comerciales marítimas. Estados Unidos también dependía de la inversión europea, pero se las arregló para liberarse de la Armada Real completando el ferrocarril transcontinental en 1869 y reemplazando militarmente a Gran Bretaña en la Cuenca del Caribe en 1898. Más aún, a medida que Inglaterra se desindustrializaba, surgían centros financieros en Frankfurt y Nueva York, aparecían empresarios, inversores, avales y banqueros alemanes y norteamericanos. En 1898 , J.P. Morgan, Kuhn Loeb, Brown Brothers, J&W. Seligman y Lee Higginson, junto con United Fruit estaban actuando en el Caribe, América Central y México. Entonces, el National City Bank abrió sucursales en todo el Hemisferio y en 1910 Estados Unidos surgió como exportador de capital. La prosperidad reinó - exceptuando México, que quedó en bancarrota por la Revolución de 1910-28, y Argentina, que se vio hondamente sacudida por la recesión de 1923 - hasta la Gran Depresión. En 1933, todos los países latinoamericanos, excepto Haití, ocupado por infantes de marina norteamericanos, habían entrado en cesación de pagos . Enfrentados a una tasa de cesación de pagos del 71,8% , los inversores norteamericanos se fueron. Las sucursales bancarias cerraron y las exportaciones norteamericanas cayeron en un 69% entre 1929 y 1932.
    La Ley de Bancos de 1933 prohibió la especulación de ultramar. Sin embargo, el Nuevo Acuerdo fundó el Export-Import Bank y la semioficial Asociación de Protección de Tenedores de Bonos Extranjeros. Se reinició la atención del servicio de la deuda y los pagos de intereses - en muchos casos con reducción de las tasas de interés y del capital adeudado- pero hizo falta la Segunda Guerra Mundial para salvar la situación. La inversión directa había caído entre 1929 y 1940 de $ 3,5 a 2,7 miles de millones, pero la inversión ( valor de libros de las empresas) se revitalizó entre 1946 y 1955, de $ 3,0 a $ 6,4 miles de millones, sobre todo en centros petroleros, minerales y fabriles como Brasil, Venezuela, México y Chile. Argentina, antes una favorita, fue en general ignorada a causa de las políticas de Capitalismo estatal de Juan Domingo Perón. América Latina también recibió alrededor de la mitad de los préstamos del Exim Bank durante la década de 1950 e instituciones norteamericanas - Bank of America, First National City Bank, Chase Manhattan, Chemical and Grate National - empezaron a participar mínimamente en los préstamos del Banco Mundial a América Latina.
    El aflojamiento de la Guerra Fría y la llegada de Fidel Castro a Cuba en 1959, indicaron al Fondo Monetario Internacional, al Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco Internacional para Reconstrucción y Desarrollo la necesidad de que ampliaran sus actividades. En la década de 1960, nuevamente empezaron a aparecer en el mercado emisiones de bonos, incluso mexicanos. Las sucursales de bancos, encabezadas por el First National City, aumentaron de 47, en 1960, a 149, en 1970 y otra fuente de crédito - el mercado de divisas europeo - se abrió para América Latina.
    La Alianza para el Progreso, iniciada en la década del 60, sostuvo las economías de América Latina con limitado éxito durante dos décadas, pero la crisis del petróleo de 1973 afectó las ganancias por exportaciones de la mayoría de las naciones de América Latina, con la excepción de Venezuela y México. La deuda subió, la inflación aumentó, la inquietud y la privación prevalecieron. La inversión de Europa Occidental y de extremo Oriente - en especial Corea del Sur, encumbrada desde que el Presidente Carter anunció el retiro de las fuerzas norteamericanas - facilitó la situación durante un breve tiempo.
    En 1982, México, Argentina y en cierta medida Brasil, estaban en terribles apuros. El comienzo de la administración Reagan, con su emisión de los "Bonos Brady", trajo estabilidad, temporalmente, sin embargo. Pero México, en especial, osciló al borde de la bancarrota en 1992 y de nuevo en 1994. Al año siguiente, los obispos Católicos de América Latina convocaron a una Conferencia Episcopal en Ciudad de México. Deploraron la deuda externa, pidieron una cancelación o moratoria y afirmaron que las naciones de América Latina , entre 1980 y 1990, ¡habían pagado intereses de $ 418.000 millones sobre préstamos originales que totalizaban $ 80.000 millones!
    El NAFTA, sin embargo, salvó a ex. : se permitió la entrada de bancos extranjeros y comenzó la que se conoce, al sur de la frontera, como el régimen Rubin. El Congreso de México aprobó la asignación de $ 60.000 millones para cubrir la cesación de pagos bancarios, pero los bancos norteamericanos estaban a la defensiva. Los Bancos españoles, supuestamente financiados por los narcodólares de la mafia rusa, cubrieron el continente, en lo que se llegó a conocer como "La Reconquista de las Américas". Cosa que no es para extrañarse, pues se sabía que barcos rusos comerciaban armas en el Golfo de Urubá con narcoguerrilleros marxistas a cambio de dinero surgido de la cocaína y que las minúsculas Islas Caimán habían emergido como el 5º centro financiero del mundo.
    América Latina y el Caribe están gravemente endeudados al entrar al nuevo milenio. Por desgracia, Estados Unidos también carga con el grave peso de una deuda pública de $ 5.646.486.626.691,13 al 1 de Junio del 2.000, mientras que el déficit comercial de 1999 subió a un récord de unos $ 300.000 millones. Estados Unidos, en consecuencia, está a merced de los acreedores extranjeros, así como de aquellas personas de afuera que tienen dólares estadounidenses en efectivo, divisa de reserva. Los pueblos de las Américas, del Norte y del Sur, enfrentan un oscuro futuro financiero y una posible vuelta a condiciones coloniales.

Desindustrialización
    La desindustrialización puede ser definida como la transferencia de fábricas, plantas fabriles y de montaje y otras instalaciones mecánicas de una nación a otra. Los motivos de traslado son principalmente económicos: mano de obra barata, falta de sindicatos independientes, impuestos más bajos, transportes superiores, vigencia laxa de leyes ambientales, funcionarios flexibles, proximidad a mercados masivos y problemas de seguridad.
    Gran Bretaña fue el primer país en sufrir el proceso de desindustrialización. A partir de 1870, los empresarios ingleses fueron reemplazados por capitalistas financieros de la City, quienes estaban más interesados en ganancias inmediatas que en productividad a largo plazo. La investigación y el desarrollo sufrieron y disminuyeron los nuevos productos. En consecuencia, Alemania y Estados Unidos, ayudados por la inversión inglesa y la transferencia de tecnología, se pusieron al frente. Pero en la década de 1990 la desindustrialización golpeó a las Américas.
    En 1991, el Tratado de Asunción estableció el MERCOSUR . Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay formaron un mercado común. Bolivia y Chile se unieron más tarde como miembros asociados y el Pacto Andino - Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela- están negociando su admisión en el 2.003.
    El comercio ha prosperado entre los miembros del MERCOSUR. Pero Argentina y Brasil, que habían sido pioneros de la industrialización en América Latina con la sustitución de importaciones durante la Primera y Segunda Guerra Mundial - Argentina se puso al frente de toda la región bajo Perón- están cambiando su situación. Argentina, en el contexto del MERCOSUR, ha perdido la industria automotriz, la de la indumentaria y la textil ante Brasil, donde los sueldos son más bajos, lo que ha dejado a Argentina con un desempleo de un 14% a Mayo del 2.000. Una situación similar existe en el Caribe y América Central. La Iniciativa de la Cuenca del Caribe (CBI) de 1982 buscaba unir a las repúblicas del mar interior y América Central - República Dominicana, Haití, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala (al principio, la Nicaragua Sandinista estaba excluida) - en una Asociación de Libre Comercio con Estados Unidos. Los empresarios norteamericanos se lanzaron en masa a estas tierras, especialmente en operaciones textiles, de indumentaria y montaje. Pero el Acuerdo de Libre Comercio del Norte de 1994 entre Estados Unidos, México y Canadá cambió la situación. Abandonando el CBI a causa de la mano de obra todavía más barata y la proximidad con el mercado norteamericano, los inversores norteamericanos y de Lejano Oriente trasladaron sus operaciones de indumentaria, textiles y microchips a las maquiladoras de México Inicuamente se supuso que estarían desparramadas por toda la república, pero ahora están concentradas, bajo la administración no-mexicana, a lo largo de la frontera que va desde el Golfo de México al Pacífico y llegan a unas 4.000, empleando alrededor de un millón de obreros. El desempleo aumentó inmensamente en la zona del CBI. Actualmente, por ejemplo, llega al 25% en El Salvador. El NAFTA también ha acelerado la desindustrialización de Estados Unidos.
    Desafiados por Lejano Oriente, los industriales norteamericanos empezaron a transferir fábricas, hilanderías, plantas de computadoras, de fabricación y montaje durante la década de 1960. En la de 1980, había surgido un cinturón de viejas industrias en Ohio, Indiana, Illinois y estados del Medio Oeste. Dayton, Ohio, por ejemplo, perdió las instalaciones de National Cash Register a pesar de que la sede empresarial principal de NCR sigue allí al igual que algunas plantas de montaje automotor. Esta tendencia se aceleró en toda la nación con el NAFTA, que se aprobó a las apuradas durante una sesión del Congreso formada por representantes a punto de terminar su mandato y que prometió retener a los obreros norteamericanos desplazados. La desindustrialización ha avanzado sobre todo en la industria automotriz, del acero, de equipamiento de ferrocarriles, textil, de aviones y de microchips. Otros factores, como la seguridad, también incitan a la desindustrialización.
    SONY, que emplea a 13.000 personas en Tijuana, Mexicali y Nuevo Laredo, está considerando dejar México, donde el empleo en empresas japonesas solamente en Baja California totaliza unos 51.000 empleados, según cifras de Mayo del 2.000. La seguridad pública es tan laxa y el delito tan generalizado y violento que los japoneses están contemplando mudarse a un lugar menos peligroso. Esta situación hostil ha reducido la rentabilidad y ha puesto en peligro al personal.
    La desindustrialización de algunas naciones del hemisferio occidental está acelerándose y los grandes perdedores son Argentina, las repúblicas de la CBI y Estados Unidos, que se vio todavía más debilitado con el Tratado de Kyoto Clinton-Gore de 1997, el cual impuso graves regulaciones ambientales a los fabricantes norteamericanos pero eximió de ellas a las naciones en desarrollo. Brasil y México , apoyados por inversores de Estados Unidos, Lejano Oriente y Europa, son los ganadores. Sin embargo, la privación económica, junto con la concentración de instalaciones industriales y de montaje en San Pablo y a lo largo de la frontera mexicano-norteamericana ha provocado inquietud social, implosión institucional y degradación ambiental. En consecuencia, el capitalismo democrático, tal como lo planteó de manera pionera Henry Ford y que le permitía a los obreros y obreras comprar sus propios productos, ha sido socavado por los bajos sueldos. No es extraño que la democracia populista posterior a la Guerra Fría esté en pleno surgimiento.

Democracia Populista Posterior a la Guerra Fría
    Muchos creyeron, incluido el prominente especialista Francis Fukuyama, que con el fin de la Guerra Fría capitalista/soviética y la casi universal adopción de las instituciones económicas capitalistas por parte de las naciones del mundo, íbamos a experimentar "el fin de la historia". Nada podría estar más lejos de la verdad. La globalización de las instituciones capitalistas, a pesar de que se trata de motores excepcionalmente poderosos de desarrollo y cambio económico, está sujeta a excesos e inestabilidad y a la consecuente producción masiva de dolor y penurias personales. en lo esencial, el populismo es la defensa organizada de las personas sometidas a penurias.
    En Argentina, el viejo orden socioeconómico duró hasta bien entrado el siglo XX. Parte de las elites, la sociedad argentina estaba compuesta en su mayor parte por trabajadores que, en gran medida, no estaban organizados, no tenían poder y eran desesperantemente pobres. Eran, en la jerga callejera de Buenos Aires, los "descamisados". Aparece entonces Juan Domingo Perón, quien fundó el partido Justicialista surgido de la mano de obra, las masas urbanas de Buenos Aires y los elementos menos ricos del campo. La política de Perón era populista. Siguió favoreciendo los intereses de la mano de obra, promovió la industrialización interna para reducir la dependencia de las importaciones, creó empleos, nacionalizó algunos intereses extranjeros y era poco amigo del capital extranjero.
    Después de la muerte de Perón, el Partido Justicialista se eclipsó, pero en 1989 un Partido Justicialista revitalizado, conducido por Carlos Menem, pudo nuevamente ganar la presidencia de Argentina.
    Al igual que el PRI de México, más o menos por la misma época, el Partido Justicialista sufrió, bajo Menem, una fundamental inversión política. De la posición nacionalista y populista de Perón pasó a coinvertirse en un partido favorable a la globalización del capital en Argentina. Menem procedió a estabilizar el "peso", asociándolo al dólar; privatizó muchas de las empresas estatales, vendiéndolas a empresas multinacionales; alentó la inversión extranjera y fue mucho menos favorable a la mano de obra en sus disputas con la administración empresaria.
    Las políticas de Menem, tan diferentes a las de Perón, fracasaron en resolver gran parte de los problemas de la Argentina. Muchos ciudadanos se encontraron sin empleo y sin referente político, tan desesperados como los descamisados de los años anteriores a Perón.
    Surgieron dos partidos alternativos, la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente País Solidario (FREPASO) para desafiar las políticas de Menem y tratar de aliviar la miseria, que no cedió con la puesta en práctica de las nuevas reformas de Menem. La UCR y el FREPASO han ganado muchas bancas en el Congreso, aunque no la mayoría y el año pasado lanzaron un candidato en conjunto, Fernando de la Rúa, quien venció al candidato Justicialista, Eduardo Duhalde, en la puja por la Presidencia de Argentina.
    Venezuela es un país paradójico. Es uno de los países productores de petróleo más importantes del mundo y, sin embargo, la mayoría de la población es muy pobre. En Venezuela, hace mucho que la industria petrolera está en manos del Estado y la riqueza que produce, en su mayor parte, ha sido absorbida por una gran cantidad de contratistas internacionales y un aparato administrativo inflado. Una gran clase gubernamental y comercial ha prosperado a la sombra de la industria petrolera, pero grandes sectores de la población general viven en la miseria, en terrenos ilegalmente ocupados, con comida, agua, atención sanitarias y educación inadecuadas. Durante muchos años, la política partidaria de Venezuela ha sido nominalmente democrática y blanda y ha hecho poco por resolver los problemas socioeconómicos del país y de sus masas cada vez más alienadas. Las condiciones estaban maduras para el surgimiento de Hugo Chávez. Hombre de orígenes humildes, Chávez ascendió rápidamente por las filas del ejército debido a sus habilidades como atleta y soldado. Hace 8 años, en 1992, fue parte de un Golpe Militar fallido y pasó cierto tiempo en la cárcel por su intervención . Después de su liberación, Chávez decidió tomar el poder por medios electorales. Usando en su campaña la promesa de usar la riqueza petrolera de Venezuela para aliviar la pobreza de las masas, Chávez sorprendió a muchos al ganar la presidencia en el otoño de 1998.
    Los capitostes de la prensa han intentado definir a Chávez como un peronista o un fidelista. Pensemos mejor como un Huey Long en uniforme, un populista que tiene ambiciones para sus votantes y para sí mismo. Chávez se movió rápidamente para consolidar su poder. Estableció una nueva Constitución a su medida y disolvió el Congreso existente. También instituyó una gran purga de la Compañía Estatal Petrolera y ha asumido un papel prominente en la OPEP para cortar la producción mundial de petróleo y subir los precios. El gran héroe de Chávez es Simón Bolívar. Apoyándose en el "bolivarismo" aspira a formar la Gran Colombia (Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador) probablemente como república socialista.
    México ofrece un excelente ejemplo de la globalización del capital posterior a la Guerra Fría. La "familia revolucionaria" ha gobernado México desde 1910. El instrumento que desarrolló fue el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la fórmula que adoptó fue un conjunto de políticas altamente populistas y nacionalistas . Hubo una amplia reforma agraria y a la mano de obra se le permitió organizarse bajo la guía del PRI. Se alentó el capitalismo estatal y la industria nacional, desalentándose la inversión extranjera y cuando la ocasión se presentó en 1938, los pozos petroleros y el sistema ferroviario fueron nacionalizados.
    El PRI y su conjunto de políticas populistas funcionaron durante largo tiempo, pero en la década de 1980 ambos estaban mostrando señales de tensión. El desarrollo económico, según la vieja fórmula, no podía generar suficientes empleos, mucho menos ofrecer un estilo de vida mejor para la población en rápido crecimiento de México Pero también cambiaron las modas en la economía política. A fines de la década de 1980, el PRI había quedado bajo el control de un pequeño grupo de tecnócratas, hombres como Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, educados en facultades de la Liga Ivy norteamericana y defensores de la nueva doctrina neo-liberal, que en la actualidad es la ideología del capital globalizado.
    Esta pequeña banda de expertos, muy parecidos a los "científicos" de Porfirio Díaz, pronto promulgaron una inversión casi completa de las políticas sociales y económicas populistas y nacionalistas del viejo PRI. De nuevo se invitó al capital extranjero a México y se alentó la expansión de las maquiladoras. Los Bancos, las aerolíneas y las carreteras se privatizaron. Sólo el fuerte sentimiento nacionalista tanto del PRI como de él impidió la venta de PEMEX y de los servicios eléctricos. El NAFTA fue promovido por el PRI con tanta fuerza como por sus auspiciadores ubicados al norte de la frontera. La población rural, viejo baluarte del PRI en los viejos tiempos, fue descuidada. El PRI pasó a ser el Partido del Capital Multinacional y de las grandes empresas mexicanas, como Televisa y Vitro, lo suficientemente grandes como para convertirse en jugadores multinacionales por derecho propio.
    Contrariamente a las expectativas del PRI, el nuevo orden económico mundial no ha resuelto los problemas económicos de México . Durante gran parte de las dos últimas décadas, la economía de México ha oscilado entre la depresión y períodos de prosperidad estratificada, durante los cuales los mexicanos bien ubicados en el mundo de la empresa o el gobierno vivían bien, pero la gran mayoría de sus compatriotas no.
    El aparente abandono de su base populista por parte del PRI tuvo como resultado la falta masiva de referente político y el consecuente crecimiento de nuevos partidos más populistas que desafiaron al PRI, por ejemplo el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que es un partido populista de izquierda formado por Cuauhtémoc Cárdenas y otros disidentes. En la mayor sorpresa electoral de la historia mexicana, Cárdenas y el PRD ganaron la elección presidencial de 1988. Pero el PRD no ha sostenido su promesa inicial y ha perdido impulso frente al Partido de Acción Nacional (PAN). El PAN ha crecido de manera impresionante en los últimos tiempos y ha atraído a mucha gente de la mediana y pequeña empresa, así como a otros mexicanos que tienen cargos concretos contra el PRI. Vicente Fox, el candidato ganador del PAN en la elección presidencial de este año, una figura carismática y de buena planta, demostró ser un formidable oponente para el candidato bastante descolorido del PRI, Francisco Labastida. Con el triunfo de Fox en las elecciones de Julio del 2.000, es posible que veamos el comienzo de la transformación del tema del trabajador mexicano en Estados Unidos en una cuestión importante dentro de la política mexicana.
    Debería despertar el interés de los norteamericanos encargados de trazar políticas, el hecho de que Fox haya comprometido al PRI en un intenso debate respecto de cuál partido puede encarar mejor las penurias existentes y actuar a favor de los intereses de los millones de trabajadores indocumentados de la Diáspora Mexicana hacia el norte de la frontera. A pesar de que el PRI sigue siendo fuerte, Vicente Fox,, del PAN, ha logrado una sorpresa electoral.
    Por lo tanto, Argentina, Venezuela y México son ejemplos privilegiados de la democracia populista posterior a la Guerra Fría. Sin embargo, Brasil está sacudido por las tomas de granjas productivas por parte del Movimiento de Obreros Rurales Sin Tierra. Los esfuerzos de Bolivia por privatizar el agua de Cochabamba se han enfrentado con una resistencia masiva. Chile ha elegido a un presidente socialista. Los indios ecuatorianos derrocaron a un presidente globalista y el caudillo cubano Fidel Castro cerró la Conferencia del Grupo del Sur 77 (G-77) en La Habana en Abril del 2.000, declarando que el Tercer Mundo debería asumir el liderazgo internacional porque las naciones ricas son incapaces de gobernar al mundo, el cual debería ser democrático y solidario y no "cruel, injusto, inhumano y opuesto al inevitable curso de la historia". En consecuencia, la democracia populista posterior a la Guerra Fría domina en América Latina desde el Cabo de Hornos hasta el Río Grande y está empezando a introducirse en Seattle, Washington DC, Toronto y Millau, Francia.

Desestablización
    La presidencia de Clinton dejará un entorno de inestabilidad y desestabilización potencial - en América Latina y en el mundo en general- que incidirá en la capacidad de gobernar de la próxima presidencia norteamericana.
    Casi va de suyo que la relación post soviética entre los gobiernos de ninguna manera iba a ser fácil. durante medio siglo, la importancia de una estrategia anticomunista mundial había dado, de buen o mal grado, un sistema en el que se daba prioridad a los problemas internacionales.
    Actualmente está de moda decir que muchos de nuestros problemas, en rigor, surgieron a causa de esa concentración en el objetivo de derrotar al comunismo. Sin embargo, parece más preciso decir que la maraña de relaciones y reclamos contradictorios al interés nacional que es el mundo real, para bien o para mal, siempre ha estado allí. Pero, en apariencia, la necesidad de acumular nuestras defensas contra la abrumadora amenaza que el estalinismo representaba para la civilización occidental, ordenaba las cosas con más facilidad.
    Los problemas del hemisferio occidental han sido los más postergados por la política de Estados Unidos. En efecto, la política norteamericana en América Latina siempre ha quedado relegada a un segundo o tercer lugar dentro de las preocupaciones oficiales. Los motivos para ello son legión y van de lo cultural a lo político y económico. Pero nunca se la relegó más que en la década pasada, cuando la implosión de Unión Soviética, el rompecabezas cada vez más complejo de la Unión Europea - que ha sido la piedra fundamental de las iniciativas diplomáticas norteamericanas desde fines de la segunda guerra mundial- y el constante acertijo del surgimiento de un estado chino poderoso, dejaban limitados recursos para el pensamiento estratégico. La culpa de dicha limitación, además, en gran medida recae en la progresiva introducción de elementos triviales en la política interna norteamericana. Elementos que absorbieron la atención de los medios de comunicación y, consecuentemente, la de los encargados de trazar políticas.
    El carácter de Clinton conjugaba la dificultad para discernir los temas importantes y enfrentarlos por muchos motivos. No es este el lugar para discutir en qué medida dicho proceso fue simplemente una extensión del entorno cultural norteamericano ; es decir, que "cada pueblo tiene el gobierno que se merece" (Joseph de Maistre, 1753-1821) .
    Una lista de sus fracasos incluiría:

Deforestación
    El hemisferio ha sido bendecido con recursos naturales y un clima que lo convierte en un paraíso único y virtual para quienes usen sabiamente tales recursos. A lo largo de las últimas décadas se ha vuelto evidente que la destrucción de nuestros bosques, tanto de la mitad norte del hemisferio como, especialmente, de las selvas del sur, debe controlarse. Esto no es un tema bipartidario. Más aún, exigirá los mejores esfuerzos de organizaciones gubernamentales como no-gubernamentales. Haití es el horrible ejemplo de lo que ocurre cuando este problema se ignora.
    Las implicancias de seguridad nacional están implícitas en Panamá, donde una agricultura de "tala y quema" está poniendo en peligro el agua fresca necesaria para el funcionamiento del Canal. El Lago Gatun, que es crítico para el funcionamiento del Canal de Panamá, está llenándose rápidamente de cieno debido a las inundaciones producidas por la "tala y quema". Los incendios producidos por campesinos en los Parques Nacionales de Tikal y El Ceibal de Guatemala, demuestran la incapacidad de los gobiernos para detener la destrucción causada por ciudadanos indigentes, desesperados por tener tierras suficientes para alimentar a su familia y cultivar alimentos.
    En la actualidad, se estima que más del 90% de la pérdida de bosques se está produciendo en los trópicos. En 1977 y 1978 los incendios causados en el Amazonas para limpiar tierras afectaron más de 5,2 millones de hectáreas de selva, monte y sabana brasileña. Más de la mitad de las restantes selvas tropicales del mundo están dentro de la cuenca del Amazonas. Desgraciadamente, los campesinos por lo general tienen pocas opciones fuera de convertir el bosque en granjas y explotaciones ganaderas. Brasil, por ejemplo, tiene grandes cantidades de gente necesitada de tierra. dado que las parcelas que se talan de la selva por lo general pierden su fertilidad rápidamente, hay una constante demanda de tierra nueva.
    Si bien este no es el lugar para embarcarse en una discusión detallada de los aspectos ecológicos implicados, debería advertirse que hay una diferencia una diferencia muy clara entre los problemas implícitos en la reforestación del hemisferio norte y la del hemisferio sur. Baste decir que los lapsos de tiempo para que resuciten los bosques y selvas del sur implican órdenes de magnitud mayor e infinitamente más comprometidos.
    La deforestación es sólo el primer paso en una cascada de efectos que tiene como consecuencia la desertificación, el desplazamiento económico, la enfermedad y los deslizamientos de barro, como lo demostró en 1998 el huracán Mitch en Honduras. No es un problema simple y la solución tampoco lo es. Pero es un problema que debe abordarse bilateral y multilateralmente.
    Las poblaciones cada vez más grandes, con su consecuentemente apetito de madera, papel, productos químicos y productos de madera, llevarán a la extinción de plantas, pájaros, insectos, peces y especies animales, debido a la destrucción de sus hábitats. Cuando un hábitat se fragmenta, su diversidad ecológica declina.
    Los incendios causados por granjeros que limpian parcelas de tierra o por gobiernos que dirigen quemas controladas, a menudo superan sus fronteras, aumentando el ya crítico nivel de bosques destruidos.
    La tala también plantea otros problemas. El acceso a bosques que fueron vírgenes está provisto por caminos construidos por los taladores con el fin de recoger madera. A medida que se talan los árboles mas grandes y valiosos, los taladores avanzan hacia otros bosques. de tal forma, la cantidad de madera de primera calidad se ve reducida, los precios más altos alientan a los productores a buscar todavía con más empeño nuevas fuentes de provisión.
    Pero este tema debe ser examinado e investigado con métodos científicos sólidos. esto, a su vez, permitirá a los encargados de trazar políticas presentar soluciones equilibradas y creíbles.

Declinación de Estados Unidos
    El tono de Santa Fe IV no pretende ser negativo, pero es preciso enfrentar la realidad de que, desde 1993, la declinación de Estados Unidos se ha precipitado. El poder del país se basó, ante todo en este hemisferio a veces llamado Fortaleza América. Tanto Wilson como Franklin D. Roosevelt consolidaron la base del poder norteamericano en este hemisferio antes de comprometerse en Europa y Asia.
    La historia nos dice con toda claridad que, cuando una gran potencia fracasa en valorar su interés nacional y permite que su cultura central se desgaste y sea absorbida por un sistema de valores hostil, su caída es previsible. Spengler y Toynbee han examinado este fenómeno con gran detalle.
    El conjunto de elementos que lleva a esta declinación son parte integral de Santa Fe IV : Defensa, Drogas, Demografía, etc., encabezan la lista de las nueve "D" que contribuyen a la declinación de Estados Unidos.
    Pero lo más importante es la destrucción cultural, según lo prescribe Antonio Gramsci. Al cambiar la cultura, el cambio político y económico está virtualmente asegurado. El "vaciamiento" de la capacidad militar norteamericana ha sido un proceso gradual de reducción/marchitamiento. Todos los servicios se han visto afectados; los infantes de marina en menor grado, el Ejército en grado mucho mayor. La administración Clinton, con su tendencia antimilitarista, ha logrado lo que nuestros enemigos más abiertos fracasaron en hacer. El Ejército está desparramado por todo el mundo, en misiones que, en el mejor de los casos, son marginales. Haití es un ejemplo miserable de esta política trágica. La cultura/ética militar ha sido desgastada por el énfasis en mantener la paz y proteger la fuerza, por la ingeniería social y por una pérdida de confianza de las tropas en los civiles experimentados y en el liderazgo militar. el espectáculo del Jefe del Estado Mayor Conjunto jugando a la "batalla naval" con el Presidente, en un programa de televisión de visos francamente políticos, es un ejemplo del problema. Los esfuerzos por convertir el "verde" del Ejército en el "azul" de las Naciones Unidas, plantean la pregunta de cuántos hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas están dispuestos a morir por la bandera de las Naciones Unidas.
    Estados Unidos está en una cuesta resbalosa que apunta a la pila de cenizas de la historia. El resto del mundo mira con asombro cómo nuestro impulso hacia la gratificación instantánea es aprovechada por nuestros opositores, que están adoptando el enfoque estratégico de largo alcance, tal como lo articuló Eugenio Rabines en su Camino de Yenan.
    La historia y nuestros nietos nos juzgarán duramente si esto no se revierte.
    Fin.


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