James Petras:

"Si EE.UU
invade perderá más hombres
que en Viet Nam"

Pablo Gámez

    Junto con Noam Chomsky, James Petras es uno de los intelectuales estadounidenses más críticos del "nuevo orden mundial". En esta entrevista, se explaya sobre los nuevos escenarios. Y dice: si Washington lanza una ofensiva por tierra contra Afganistán, perderá más hombres que en Viet Nam. De esa eventualidad, agrega, los ciudadanos de a pie no tienen ni idea, como nada saben de lo que sucede fuera de su país.
    "Desde hace mucho tiempo Estados Unidos se encuentra inmerso en una guerra ofensiva contra varios países y pueblos. Para simplificar, podemos señalar que la Guerra del Golfo continúa con aviones norteamericanos controlando el espacio áreo de Irak, tirando bombas cada semana y afectando directamente centros poblados, sin provocar serios daños a centros militares. Tenemos también los ataques recientes contra Somalía y las guerras balcánicas, con la invasión de tropas y ataques aéreos. También la ofensiva en el sur de América Latina a través del Plan Colombia, además de la denominada Iniciativa Andina. En ambos programas, Estados Unidos actúa militarmente con aviones y helicópteros. Por lo tanto, existe ya una guerra, que seguirá ampliándose y profundizándose según la retórica del presidente Bush. Renglón aparte, hay un aspecto delicado: Washington no sabe cómo se llama su enemigo. Lo que nos lleva a una guerra en búsqueda de adversario.
    El gobierno de Bush y los demócratas han cambiado la agenda doméstica. Se ha duplicado el presupuesto militar. En menos de cinco minutos aprobaron más de 20.000 millones de dólares para armas y para la movilización de 65.000 soldados de la reserva.
    Quedan en el olvido los proyectos en beneficio de la seguridad social. Y se ha anunciado que se utilizarán recursos del fondo de pensiones para financiar el nuevo complejo militar e industrial. A partir de eso, las grandes empresas están aprovechando la crisis para despedir cientos de miles de trabajadores. Creo también que es una forma de crear, o al menos intentarlo, el nuevo orden mundial que Bush padre lanzó en 1991 tras la Guerra del Golfo".

-Sin embargo, puede asegurarse que el intento de Bush padre fue infructuoso.
    "Fracasó porque después de que terminó -teóricamente- la Guerra del Golfo todos entienden que Estados Unidos quiere sacar provecho para controlar los recursos del mundo y subordinar a Europa a sus intereses. Pues bien, ahora, para mantener el imperio, Bush está militarizando y tratando de crear un autoritarismo mundial frente a la desterritorialización externa e interna de Estados Unidos. Es un pretexto más en el exterior y en el interior para lanzar una agenda reaccionaria, la cual tendrá implicaciones directas en América Latina".

-¿Por ejemplo?
    "Sabemos que el fracaso del modelo de exportación con la recesión de Estados Unidos está provocando enormes daños en Argentina y México. Eso genera la necesidad de gobiernos fuertes y autoritarios para que sigan, de acuerdo con el modelo, los llamados ajustes y su consecuencia inmediata, los despidos. Los miles de muertos en Nueva York y Washington tendrán poco que ver con los millones que sufrirán la represión y recesión que está a punto de iniciarse".

APUNTANDO AL MUNDO

-¿Qué implica este panorama para los movimientos antiglobalización?
    "Los movimientos que avanzan en América Latina, por ejemplo en Colombia, México, Argentina y Brasil, además del movimiento antiglobalización en general, tendrán que volver a la ofensiva.
    Debe haber una reacción clara de los países afectados por la recesión y la quiebra del modelo exportador neoliberal. Debemos prepararnos para esta coyuntura.
    Detrás del discurso de guerra del presidente Bush se encuentra el predominio de Estados Unidos y su economía. Su país ha apostado fuertemente por una acción militar. Sin embargo, son muchas las voces de intelectuales, tanto en Europa, Asia, Australia, América Latina y el propio Estados Unidos, que señalan y advierten que la acción militar debe acompañarse de cambios en la política exterior norteamericana y de Occidente".

-El gran problema de todo este conflicto es la política hacia Israel.
    "Cuando Washington pide apoyo al mundo para su campaña contra el terrorismo, el único país que lo rechazó en forma contundente resulta ser el mayor beneficiario de la ayuda norteamericana en el mundo (2.000 millones de dólares anuales): Israel. Washington le pide a Israel que baje la agresión contra los palestinos para tratar de conseguir una alianza con los mal llamados países árabes moderados. Ariel Sharon le dice a Washington que ellos hacen lo que quieren, y que nosotros debemos arreglar nuestros problemas. Es un tema que nadie en Estados Unidos quiere discutir como detonante de esta nueva coyuntura. Se trata de un silencio cómplice, sí, pero también de un reflejo del poder de Israel en los medios de comunicación en Estados Unidos. Hasta que Washington no escape del dominio de Israel sobre el pueblo norteamericano, no tendremos ninguna salida. Y hasta que los medios de comunicación no pongan sobre la agenda un debate y permitan la presencia de una voz disidente como la mía o la de Noam Chomsky, no tenemos ninguna forma para solucionar el problema. Seguiremos con la violencia y la contraviolencia".

-¿De qué forma logrará Bush mantener el apoyo de su población en una guerra que promete desarrollarse y extenderse durante largo tiempo?
    "Si Estados Unidos lanza una guerra -y no hablo solamente de tirar algunos misiles y bombas sobre las cuevas en las montañas de Afganistán- y decide enviar tropas, estaremos ante la mayor derrota militar desde la guerra de Viet Nam. Existen 10 millones de minas en todo Afganistán, particularmente entre fronteras y caminos. Costará millones de dólares y semanas para crear un "mapa libre" de la zona. Era imposible para los rusos, con más de 100.000 soldados, ganar la guerra en los años 80 contra Afganistán. Si Estados Unidos envía 200.000 soldados, lo que tendremos será un cementerio. Capturar Kabul es simplemente caer en una trampa. Alrededor de Kabul hay demasiadas montañas para tirar bombas y misiles. El uso de helicópteros tampoco tiene sentido. Los afganos poseen misiles de "ojo rojo" de alta tecnología, que derrumban helicópteros como moscas".

LA REALIDAD INTERNA

-¿Es consciente la población norteamericana de este escenario?
    "No saben absolutamente nada sobre Afganistán. Pienso que el 90 por ciento de este país ignora dónde se encuentra ese país.
    Pueden ubicarlo en el Oriente Medio y no en el sur de Asia. No saben nada, solamente lo que los medios están explicando y diciendo. Cuando Bush anuncia que tendremos pérdidas en esta guerra, la gente lo escucha y la primera respuesta es que estamos dispuestos a sacrificarnos. El problema es que Bush, en su ignorancia, piensa en docenas de pérdidas, y no en miles".

-¿Qué piensa sobre la Alianza del Norte, "aliado" de los Estados Unidos dentro de Afganistán?
    "No tienen la suficiente fuerza. Sólo controlan el 5 por ciento del país. De llegar a ocupar Kabul a partir del bombardeo norteamericano o de los aliados, la Alianza no ganaría nada: controlaría otro 5 por ciento del territorio. Ahora, en caso de que se entregue a Bin Laden, Estados Unidos lo anunciará como una gran victoria. De seguro se tirarán algunas bombas sobre Kabul y declararán que los responsables fueron castigados. El peligro es utilizar estos incidentes para relanzar lo que llamo la tercera Guerra Fría, que no es tan fría. La primera fue con Truman durante los años 40; la segunda con Carter y Reagan y la tercera es frente a la crisis económica y el deterioro de la influencia de Estados Unidos en el mundo. Irak, por ejemplo, tiene relaciones con todos los países árabes e incluso está integrado a la Opep; Irán mantiene relaciones con toda Europa. Tampoco podemos perder de vista la competencia con Europa y la guerra por controlar los mercados, ni ignorar las fuertes luchas sociales en América Latina".

-Esta tercera Guerra Fría se aleja, entonces, completamente del "choque de culturas" o civilizaciones que algunos sectores, incluso intelectuales, están tratando de imponer ante esta crisis?
    "Es la más estúpida de las formulaciones ideológicas de los últimos veinte años, y ha habido bastantes. ¿Cómo se puede hablar de conflictos culturales cuando los mayores cipayos de Washington son, por ejemplo, Arabia Saudita, Marruecos, Egipto, Kuwait e incluso Paquistán?".

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