Lucio Gutiérrez B., ecuatoriano,
Coronel de Ejército, casado y padre de dos hijas, protagonizó
la Toma del Congreso de Ecuador el 21 de Enero del 2.000 para derrocar
el gobierno corrupto de Jamil Mahuad. Su decisión se fundamentó
constitucionalmente, como él lo relata en su intervención
en el V Seminario Internacional "Los Partidos y una Nueva Sociedad", realizado
recientemente en México y que en este número reproducimos.
Pero por sobre todo, su rebelión se fundamentó en su propia
convicción de que las Fuerzas Armadas se deben a la Patria y a los
intereses del Pueblo y no a los Gobiernos de Turno, recogiendo la herencia
histórica que legara Sucre para el Ecuador y Bolívar para
toda América Latina.
Para un chileno como yo, conocer un
militar comprometido con los intereses de "los de abajo", de los marginados,
resultaba impensable... hasta conocer a Lucio Gutiérrez. El Coronel
no es un fenómeno aislado o restringido a las fronteras del Ecuador,
sino que es el producto más avanzado de unas Fuerzas Armadas adoctrinadas
en el ideario de Bolívar y no en el Terrorismo de Estado que se
llama "Doctrina de Seguridad Nacional". Así como Hugo Chávez
en Venezuela, el Coronel Gutiérrez prefiere transitar por los caminos
que abrieran los Libertadores, prefiriendo solidarizar con el clamor de
los pueblos que reclaman justicia en vez de obedecer las órdenes
de exterminio que dictan los Mandos Militares cada vez que se amenazan
los intereses de los ricos, de la clase política corrupta o de los
Estados Unidos.
El Coronel Lucio Gutiérrez
fue, quizás, el participante más destacado en ése
Seminario Internacional organizado por el Partido del Trabajo de México
los días 23, 24 y 25 de Febrero del 2.001, en Ciudad de México
y todos los que allí estábamos, que proveníamos de
naciones sometidas por décadas al terrorismo uniformado, nos sentimos
estremecidos cuando este soldado relató su progresivo acercamiento
al pueblo que reclamaba por sus derechos, cuando fundamentó su rebelión
y reivindicó su accionar frente a un Gobierno ilegítimo.
Allí lo entrevistamos con un sentimiento de pena: la pena de no
tener en Chile soldados como Lucio Gutiérrez.
Pregunta: En Venezuela y Ecuador se
ha visto un hecho que es impensable ocurra en Chile: el compromiso de los
militares con los intereses populares. ¿Qué factores, dentro
de su propia formación militar, posibilitaron este compromiso?.
Lucio Gutiérrez: Hay dos o
tres factores fundamentales. En primer lugar, en nuestra Constitución
Política consta que las Fuerzas Armadas (FFAA) se deben al Pueblo
y al Estado Ecuatoriano y no al Gobierno de turno. En segundo lugar, el
hecho de que nosotros, los militares, hemos tomado conciencia que las FFAA
deben regresar a sus orígenes, que tenemos que recuperar la herencia
y el legado de nuestros Libertadores, que dieron su vida, todo lo que tenían,
por darnos la Primera Independencia. Yo creo que las FFAA y las organizaciones
civiles de Latinoamérica y El Caribe debemos tomar conciencia para,
juntos, darles a nuestras naciones una Segunda y definitiva liberación.
Un tercer factor muy importante es que, ante todo, las FFAA deben defender
la soberanía de nuestras naciones y aprovecho para hacer un llamado
muy generoso a todas las FFAA latinoamericanas para que no olvidemos el
origen que tuvieron, que recordemos el esfuerzo de nuestros héroes,
de O’Higgins, San Martín , Bolívar, Sucre y las luchas posteriores
de tantos hombres ilustres de la Historia Latinoamericana, como el General
Eloy Alfaro del Ecuador y tantos otros patriotas. Nunca olvidemos eso y
que siempre esas acciones sean el norte que oriente a nuestras FFAA.
P.: Usted hizo varias denuncias acerca del estado de corrupción que había en el Ecuador antes de la Toma del Congreso. Incluso las formuló ante su Mando Superior, ante sus Generales. Además, les comunicó que no iba a reprimir las rebeliones populares que se producirían en protesta por la corrupción en el Gobierno y que, por el contrario, se iba a sumar a ellas. ¿Cómo es que no fue destituido antes?.
L.G.: Luego que un escrito que yo envié a mi Mando Superior se hizo público, me quisieron dar de baja. Incluso un Ministro de Defensa de la época , de manera inusual, llamó al Comando de mi Unidad Militar yme indicó que frente a la situación de convulsión que se vivía en el Gobierno de Mahuad, yo no debía hacer declaraciones públicas, porque la Prensa, luego que mi escrito mencionado se filtrara y se publicara en un periódico, me buscaba y me llamaba para entrevistarme. Pero recibí múltiples llamados de otros militares que me expresaron su apoyo y su solidaridad y como os teléfonos de mi unidad estaban intervenidos, el Mando Militar se dio cuenta del apoyo que yo tenía y eso hizo que revocaran su decisión de separarme del Ejército. Además, porque el Mando Militar sabía que lo yo había mencionado en ése escrito filtrado era absolutamente cierto y con mi destitución ellos, de cierta manera, se hacían cómplices de la situación de corrupción generalizada que vivía el Ecuador.
P.: Los compañeros de Venezuela asistentes a este Seminario Internacional han señalado que el Gobierno del Presidente Chávez atraviesa por una crisis porque las fuerzas políticas que le apoyan no han logrado constituir un aparato ideológico que conduzca el apoyo popular que tiene el Gobierno. ¿Usted cuenta con ése aparato para un eventual Gobierno suyo?.
L.G.: Nosotros organizamos nuestro Movimiento Cívico
y Patriótico y también político que se llama "Sociedad
Patriótica 21 de Enero", que tiene una esencia fundamentalmente
nacionalista y patriótica, pero que también es progresista,
que se basa en los legados de nuestros Libertadores, en las aspiraciones
populares. Es decir, nuestra Sociedad Patriótica está ubicada
en todos aquellos movimientos políticos e intelectuales que buscan
la igualdad, que buscan la libertad, que créen que todos tenemos
los mismos derechos y las mismas obligaciones. Además, estamos fortaleciendo
nuestro Movimiento visitando universidades, dictando conferencias en Colegios,
actos de masas y seminarios, donde recogemos las aspiraciones del Pueblo,
de la gente más pobre y más marginada del Ecuador. Porque
las soluciones a nuestros problemas, en gran parte, deben venir "desde
abajo", porque es nuestro Pueblo que con todos sus sufrimientos, con su
diario batallar, es el que mejor sabe cuáles son los problemas y
es el que está buscando soluciones. Entonces, ellos nos alimentan
con sus inquietudes, nosotros las procesamos y tratamos de ofrecer soluciones
globales.
Sin embargo, también estamos
en el proceso de reforzar nuestra ideología y para ello vienen permanentemente
a nuestro Movimiento intelectuales, miembros de los Colegios Profesionales
de todas las Provincias del Ecuador, estudiantes universitarios, que con
sus ideas y aspiraciones van reforzando nuestra posición, nuestra
ideología y que, creemos, ya tiene su forma. Por supuesto, también
estamos listos a recibir todas las recomendaciones y a asimilar todas las
inquietudes y el conocimiento que se expresa en foros como este, el V Seminario
Internacional o el Foro Social Mundial y otros compromisos internacionales
a los que hemos asistido y continuaremos asistiendo.
P.: Usted fue destituido del Ejército, pues a pesar de que se le amnistió por los hechos del 21 de Enero del 2.000, fue dado de baja junto a los demás oficiales que le acompañaron en ése hecho histórico. Sin embargo, en un tríptico de propaganda de su Movimiento, aparece usted vestido con el uniforme militar. ¿Por qué?.
L.G.: La foto que aparece en esa propaganda fue tomada cuando yo estaba en prisión y demuestra que yo jamás me he arrepentido de lo que hice. Realmente, me siento liberado, me quité un peso de encima porque actué de acuerdo a mi conciencia. Si no lo hacía (participar en la toma del Congreso) me hubiera sentido una persona despreciable, que dejaba de lado todo lo vivido, todo lo aprendido durante mi formación militar, que justamente se basa en valores morales, cívicos, patrióticos. Efectivamente, luego de la Amnistía el Gobierno hizo caso omiso de lo que significa una "amnistía" y la mayoría de los protagonistas de la Toma fue separado del Ejército, alrededor de 30 militares entre oficiales y personal de tropa. La mayoría de ellos hoy integra conmigo la Sociedad Patriótica y seguimos en la lucha, porque el objetivo que perseguíamos no se alcanzó de manera total: continúa la injusticia social en el Ecuador, la corrupción se ha incrementado, igualmente la impunidad hasta alcanzar límites intolerables. La pérdida de soberanía también se mantiene. Entonces, yo creo que son causas más que suficientes para continuar nuestra lucha pacífica y democrática por refundar el Ecuador, por crear aquello que hemos llamado la Nueva República.
P.: Usted perdió su carrera militar. Además arriesgó su vida y probablemente hasta la integridad de su familia. Viendo ahora el resultado de sus acciones, con Noboa en el poder y usted al margen del Ejército, ¿diría que su acto valió la pena?.
L.G.: Pienso que si. Porque se sembró una
semilla de lucha, de dignidad, de auto-estima, de lucha por recuperar nuestra
soberanía y eso se está esparciendo a lo largo y ancho de
todo el ecuador. Van sus raíces profundizándose en la Amazonía,
en la Sierra y en la Costa y esperamos que pronto de frutos abundantes.
Yo creo que hay momentos en que los
hombres tenemos que asumir retos históricos y yo no podía
rehuir a este encuentro que la Historia me tenía preparado y es
por eso que, insisto, me siento muy ranquilo y orgulloso de haber dado
el paso de enfrentar al Poder político y económico y al Poder
Militar, porque eso engrandece a un hombre y de allí que me sienta
muy satisfecho con lo que hice. Es cierto que se perdieron muchas ilusiones
personales y familiares. Yo siempre fui el primero en mi promoción,
desde cadete. También fui el primero en varios cursos internacionales
y fui el mejor graduado de la Escuela Politécnica del ejército
y ahora mismo me habían ofrecido el cargo de Agregado Militar en
Estados Unidos, que significaba un sueldo de US$ 100.000, nada despreciables
en esta situación de crisis. Pero las cosas materiales, así
como vienen, se van. En cambio, las espirituales permanecen durante toda
la vida e inclusive perduran después de que uno muere.
P.: En una reunión anexa al V Seminario, usted señalaba que en el Ejército "se les intoxicaba la mente", refiriéndose a la concientización en la Doctrina de Seguridad Nacional que se hace a los militares en las instituciones armadas. ¿Cómo evitó usted ser "intoxicado"?.
L.G.: Bueno, a través de la educación,
a través de enterarme de las injusticias que se viven en mi país,
luego de grandes momentos de reflexión, de darme cuenta que los
verdaderos enemigos de la nación ecuatoriana (y de muchos Estados)
son la oligarquía insaciable, depredadora y corrupta; son aquellos
que pretenden una privatización salvaje; son aquellos que tratan
de imponer a como de lugar el sistema Neo-liberal que ha generado tanta
injusticia, desesperación y desigualdad en el mundo entero. Fue
al darme cuenta que "los de arriba" (empresarios y grandes banqueros, que
jamás pagan impuestos) manipulaban a las FFAA a través del
marketing, de la información, tratando de mostrarse a si mismos
como "los buenos" y a los movimientos sociales, a los partidos e intelectuales
progresistas, a las organizaciones indígenas y estudiantiles, como
los "enemigos del Estado" y de las FFAA. Yo soy un militar ecuatoriano,
¿acaso los indígenas, acaso los estudiantes universitarios,
acaso los intelectuales son los que han saqueado al país?. NO. Los
que han saqueado al país son estos sinvergüenzas de la extrema
derecha, son los grandes banqueros, son los grandes empresarios que se
han llevado el dinero del Pueblo, que se endeudaron en dólares en
el extranjero y luego la "sucretizaron". ¿Y quién pagó
esa deuda?. El pueblo ecuatoriano.
Hace poco, en el Ecuador hubo un "salvataje
bancario" que al Estado ecuatoriano le costará US$ 7.000 millones.
¿Y hay alguien preso?. NO.
Todos estos sinvergüenzas banqueros,
con la complicidad del Gobierno actual y del anterior, están disfrutando
de sus fechorías en el extranjero. Entonces, ¡eso es una altísima
traición a la Patria!. Ellos son los verdaderos enemigos de la gobernabilidad,
de la institucionalidad democrática del Ecuador. En definitiva,
son los enemigos de la Democracia. Los estudiantes que salen a las calles
a protestar en las calles, simplemente son una consecuencia de la crisis,
pero los quwe causan estas crisis son todos estos sinvergüenzas que
nos tratan de alienar y de confundir con sus ideas. Por eso yo mencionaba
que había que hacer una campaña de "desintoxicación",
de "des-alienación" de los soldados, de las FFAA, porque ellos,
en definitiva no son malos. Simplemente, recibieron información
de un solo bando, están unidireccionados y es necesario que se realice
una estrategia para que de manera cívica se les entregue la información
del otro bando y puedan evaluar, de manera tranquila, de manera racional,
cuando tomen sus decisiones. Yo creo que cuando se enteren de cuál
es la realidad, todos los militares del mundo o de todas las naciones latinoamericanas
actuarán como yo lo hice el 21 de Enero del 2.000 en el Ecuador.
Acá en México he recibido
muchas muestras de afecto y ellas me dan fuerzas para continuar en esta
lucha que no es fácil, sino difícil, pues los poderes políticos
corruptos no van a querer perder sus privilegios tan fácilmente:
van a tratar de mantenerlos a sangre y fuego. Por lo tanto se requiere
de muchísima convicción, de muchísima preparación
mental para poder enfrentarlos. En el Ecuador me preguntaban ""y usted,
¿ como va a enfrentarse con el poder político y económico
del país?". Yo les decía, "lo haré porque a mi no
me faltan medios y me sobra voluntad. Nos sobra voluntad y tenemos Pueblo".
Nosotros continuaremos en esta lucha hasta alcanzar nuestro objetivo, que
es refundar el Ecuador, con valores éticos, morales, cívicos
y patrióticos.
Nuestro compromiso no es otro que
hacer todo lo posible por convertir en realidad todo lo que sigue siendo
una Utopía, es decir, un país donde todos los ecuatorianos
seamos iguales ante la ley. Para esto, la Nueva República debe costarnos
a todos. Así como nuestras madres nos traen al mundo con dolor y
con sufrimiento (y por eso nos quieren tanto) las Nueva República
nos debe costar a todos, porque en la medida que nos duela, que suframos
por constituir esta Nueva República, en la misma medida la vamos
a querer, la vamos a proteger y la vamos a sacar adelante. Es decir, nadie
puede quedarse fuera de esta titánica empresa. Los que más
tengan, aportarán más. Los que menos o nada tengan, tendrán
que aportar con sus ideas, con su presencia física, con su apoyo
espiritual y personal. Pero el compromiso de esta generación es
dejar a las futuras generaciones, a nuestros hijos, un país más
justo, más humano, auténticamente democrático.