Alejandro Nadal
Praga: ¡que coman Internet!
La leyenda dice que María Antonieta preguntó un día
sobre los manifestantes
que gritaban a las puertas del palacio. Al enterarse
que protestaban porque
no había
pan que comer, Su Alteza respondió: "Pues entonces
¡que coman pasteles!".
Reunidos en Praga, los funcionarios del Banco Mundial
y el Fondo Monetario
Internacional han anunciado varias grandes iniciativas
para reducir la
pobreza en el
mundo. La más espectacular es la que se refiere a la
producción de bienes
públicos internacionales. Esta idea se asemeja en
muchas de sus vertientes
al comentario
de María Antonieta. La ira y coraje de los
manifestantes en las calles de
la vieja ciudad están bien justificados.
Los bienes públicos son aquellos cuyo disfrute no
puede ser apropiado por
un agente individual o un grupo de particulares. En
otras palabras, el
consumo de un bien
público no puede restringirse a los agentes que paguen
por consumir. Todos
pueden consumir un bien público y por eso surge el
problema del que consume sin
pagar.
Los bienes públicos son importantes, pero en el
mercado libre nadie los
produce porque es imposible apropiarse rentas para
cubrir el costo de
producción. Se
necesita la intervención del gobierno para subsidiar
la generación de
bienes públicos.
En Praga, el BM, respaldado por el FMI, presentó su
programa sobre bienes
públicos internacionales. El punto de partida es que
la reducción de la
pobreza en el
mundo necesariamente pasa por la producción de bienes
públicos
internacionales. Ninguna referencia al modelo
económico neoliberal como
principal productor de
pobreza en el mundo.
Según el BM, los incentivos para producir bienes
públicos internacionales
son muy débiles. Y el problema se agrava porque no
existe un gobierno
internacional
capaz de estimular la producción de bienes públicos
internacionales.
El programa del Banco Mundial está organizado
alrededor de cuatro
actividades centrales. La primera línea de acción es
la creación de una red
mundial de
organizaciones de pobres. Según el BM, estas redes
podrían ejercer una gran
influencia en los debates internacionales. Sobre las
verdaderas causas de
la pobreza, y
sobre los mecanismos de exclusión social inherentes al
modelo económico
promovido por el dúo BM-FMI, las redes de pobres
tendrán poco que decir y sus
opiniones no serán tomadas en cuenta.
La segunda se refiere a una vacuna para prevenir la
expansión del virus del
HIV/sida. En la actualidad hay más de 34 millones de
personas infectadas
con ese virus.
La epidemia de sida se mantiene vigorosa y se calcula
que 15 mil personas
son infectadas diariamente. Casi 70 por ciento de
estas nuevas infecciones
se presenta en
Africa, pero los incentivos de mercado para crear una
vacuna eficaz no son
suficientes. Africa es responsable de menos de uno por
ciento del consumo
mundial de
medicamentos y las empresas farmacéuticas
internacionales simplemente no
están interesadas en invertir los recursos necesarios
para desarrollar esta
vacuna. El BM
propone la creación de un fideicomiso especial para
subsidiar a estas
empresas. Esta propuesta es vieja y cayó en descrédito
hace años, pero
ahora viste nuevo
ropaje con la retórica de los bienes públicos.
La tercera actividad consiste en la expansión de los
rendimientos agrícolas
a través de mayor investigación científica y
tecnológica para el sector
agropecuario. Esta
idea de una segunda revolución verde choca con las
recetas de
liberalización de los mercados agropecuarios que han
colocado a la
agricultura de los países pobres
en una muy difícil situación.
La cuarta es el fortalecimiento de los derechos de los
pobres a través del
sistema internacional de patentes. El BM propone
fortalecer este régimen
para favorecer el
desarrollo tecnológico. Pero hoy el sistema
internacional de patentes es
uno de los instrumentos más poderosos para controlar
mercados y apropiarse
de rentas
oligopólicas en todo el mundo.
Más de 98 por ciento de las patentes otorgadas en el
mundo pertenecen a
empresas de países industrializados. Y el sistema
internacional de patentes
es el principal
instrumento de expropiación de conocimientos que los
productores
agropecuarios y médicos tradicionales en todo el mundo
han desarrollado y
custodiado durante
siglos.
Para concluir, el BM propone extender la definición de
bien público
internacional a la democracia, la transparencia y buen
gobierno, el estado
de derecho, la
desaparición de la corrupción. La lista culmina con el
último bien público
internacional, el acceso de los pobres del mundo al
"bono digital", a la
promesa del acceso
a la red mundial, Internet.
El eco de María Antonieta se escucha en las paredes de
la asediada Praga:
¡Que coman Internet!
Col.lectiu de Solidaritat amb la Rebel.lio Zapatista C/ de la Cera, 1 bis 08001 Barcelona tel: 34-93-4422101 y 3290643 fax: 34-93-3290858 email: ellokal@pangea.org NUEVA PAGINA ACTUALIZADA http://www.pangea.org/ellokal/chiapas PRAGA: EXASPERACION GLOBALIFOBICA En Praga, donde se lleva a cabo la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), ha vuelto a sorprender la magnitud de las protestas -que degeneraron en enfrentamientos contra la policía checa, con un saldo de un centenar de lesionados-- contra las reglas económicas mundiales impuestas por la globalización. Como ocurrió en Seattle, Washington y Londres, en encuentros anteriores de los máximos dirigentes de las finanzas planetarias, pero con una exasperación mayor, decenas de miles de integrantes de organizaciones no gubernamentales han expresado su rechazo a unas reglas del juego caracterizadas por la apertura indiscriminada de fronteras, la demolición de los sectores públicos de la economía, la disciplina fiscal y salarial y el sacrificio de los intereses sociales mayoritarios en aras del desarrollo de la especulación financiera. Ni la deplorable violencia ocurrida en la capital checa, originada al parecer por pequeños grupos, ni el radicalismo y la exasperación de algunas de las organiza- ciones, bastan para descalificar una expresión de descontento internacional acaso sin precedente, en la que confluyen ambientalistas, luchadores políticos, defensores de derechos humanos, sindicalistas y promotores de los derechos de las minorías o de los grupos sociales oprimidos, por lo que parece haberse convertido en receta universal de gobierno: democracia formal, libertinaje de mercado y destrucción sistemática de las singularidades locales, regionales y nacionales. La irritación, que es mucho más que un simple descontento contra el FMI y el BM, permite apreciar la dimensión de la destrucción humana que ha provocado una globalización guiada por la ideología neoliberal: pérdida de empleos y de conquistas laborales históricas, devastación de tejidos sociales, aplastamiento mercantil de la diversidad humana, reducción de regiones y países enteros a la condición de exportadores de mano de obra, anulación de facto de derechos individuales y colectivos. Pese al desdén tecnocrático con que han sido vistos en las esferas gubernamentales de varias naciones -entre ellas, la nuestra-- los globalifóbicos de todos los signos han obtenido ya sus primeras victorias políticas: el presidente Bill Clinton; el titular del FMI, James Wolfensohn, y el director gerente del BM, Horst Kohler, han debido reconocer, en distintas ocasiones, la legitimidad de las demandas de los manifestantes; los dirigentes de los organismos referidos incluso han empezado a desplazar sus consignas tradicionales -combate a la inflación, disciplina fiscal, privatización de todo lo imaginable- por exhortaciones a disminuir y erradicar la pobreza. Es alentador, especialmente si se considera que la movilización mundial de los globalifóbicos apenas está comenzando. MIERCOLES 27 DE SEPTIEMBRE DE 2000 ¤ Elevar la calidad de vida y reducir la pobreza, prioritarios: Wolfensohn En una Praga bajo sitio, el FMI postula apertura y diálogo ¤ Se debe trabajar para que los beneficios de la globalización lleguen a todos, afirmó Köhler Roberto González Amador, enviado, Praga, 26 de septiembre ¤ En un discurso pronunciado desde un edificio rodeado de cordones policiacos y fuerzas antichoque que lanzaban gases contra manifestantes opuestos a la globalización, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, afirmó hoy que ese organismo debe ser una institución abierta, que aprenda de la experiencia y el diálogo. La 55 asamblea de gobernadores del FMI y el Banco Mundial arrancó hoy con notas previsibles. Dentro del Centro de Congresos, los máximos responsables de ambos entes financieros insistieron en la necesi dad de reformar a los organismos surgidos después de la Segunda Guerra Mundial y en afirmar que su principal tarea debe ser en adelante combatir la pobreza lacerante que afecta a mil 200 millones de personas, la quinta parte de la humanidad, que sobrevive con menos de un dólar al día. Fuera, la policía tendió un cordón de seguridad apoyada desde el aire por helicópteros para impedir la llegada a la sede del encuentro de grupos antiglobalizadores. Dentro del lugar, las medidas de seguridad fueron reforzadas a extremos que llegaron al absurdo de que los guardias revisaban las billeteras de todo el que deseaba entrar. Mientras a unos 400 metros del Centro de Congresos la policía luchaba por contener a los manifestantes, incluso lanzando gases lacrimógenos, Horst Köhler dijo que la reforma del Fondo es impostergable. ''En mi visión, el FMI debe servir para promover un crecimiento sostenido y no inflacionario que beneficie a todas las personas del mundo; ser el centro de competencia para lograr la estabilidad del sistema financiero internacional; trabajar con otras instituciones establecidas para preservar los bienes públicos del planeta'', apuntó. El mayor énfasis fue puesto por Köhler en la reforma ''política'' del organismo, un reclamo que de manera reiterada ha escuchado la última semana, principalmente por parte de grupos civiles que señalan al FMI como un mero instrumento de los países industrializados. "El FMI debe ser una institución abierta, que de manera permanente aprenda del diálogo y sepa adaptarse continuamente a las cambiantes circunstancias'', ofreció. En esa visión, anadió ante un auditorio en el que se encontraba el presidente checo Vaclav Havel y ministros de Finanzas y gobernadores centrales de 182 países, el FMI debe convertirse en una parte activa de una fuerza que trabaje para hacer que los beneficios de la globalización lleguen a todos. James D. Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, afirmó en su turno que la principal tarea del organismo es combatir y reducir la pobreza, irónicamente el mismo reclamo de miles de personas que a no muchos metros del lugar eran reprimidos por la policía checa. ''Nuestro principal objetivo es elevar la calidad de vida y reducir la pobreza a través de un crecimiento sostenido y equitativo'', aseguró Wolfensohn. ''Estamos cambiando la institución para hacerla más efectiva, transparente y sujeta a la rendición de cuentas'', agregó. En los últimos días, organizaciones no gubernamentales que sostuvieron reuniones con Wolfensohn y Köhler, acusaron a ambos organismos de no rendir cuentas por sus decisiones y de apoyar a gobiernos corruptos o represivos. Wolfensohn dedicó una parte de su discurso a hablar sobre la globalización según el Banco Mundial. ''Globalización es un término para referir un mundo más interconectado e independiente, empleado para hablar de comercio internacional e inversión que propician crecimiento económico, pero también es un término que refiere crisis financiera e inestabilidad en un país que se contagia a otros'', apuntó. En pocas palabras, dijo, globalización significa retos y oportunidades. Entonces, esos riesgos deben ser contenidos en el ámbito nacional administrando procesos de ajuste y reforzando los sistemas sociales y financieros. En el plano internacional se debe establecer una sólida estructura financiera y trabajar para reducir las enfermedades, frenar el deterioro ambiental y emplear las telecomunicaciones para dar voz a quienes no la tienen. ''La globalización --afirmó Wolfensohn-- es irreversible''. A unos metros del lugar donde el discurso fue pronunciado, ardían barricadas prendidas por los grupos antiglobalizadores; la policía realizaba decenas de arrestos, y jóvenes heridos o intoxicados con gas eran ayudados por sus compañeros. |