DOLOR, ORGULLO Y FIESTA
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otra vez en estos pozos que son casi un panteón lo cual nos llena de gozo.
No queremos encender hogueras, que aún hay pavesas, pero tampoco olvidar cosas tan graves como estas.
Por eso una vez al año, sin faltar nunca a la cita, venimos a honrar los muertos porque eso les rehabilita.
Ni es un acto religioso ni es de negar devoción. Si murieron por España venir es obligación.
Ellos hicieron camino para poder avanzar. ¡Qué fácil se anda el camino sin tener que desbrozar!
Y hoy la juventud camina aunque alguno se rezague. Siempre habrá alguien en la vida Que en las caminatas pare.
Lucharon por las ideas orgullosos de su hacer. El jugarse así la vida lo hicieron ellos deber.
Y la vida la empeñaron y por nosotros murieron Mártires les llaman unos otros rojos les dijeron.
Pero es obviamente claro que su vida la ofrecieron para que España estuviera mejor que la recibieron.
Nunca quisieron la guerra. Todos amaban la paz. Querían cambiar las cosas a base de negociar.
Sabían que era difícil y labor muy delicada. Perder por eso la vida no les importaba nada.
Sus ideas no aceptaban un grupo de ricachones. No quisieron negociar y anularon sus acciones. Más no fue en el Parlamento, que es donde debía ser, Aquí callaron a muchos en los Pozos de Caudé.
Pero ellos eran semilla y
aquí en la tierra quedó.
Y vino la democracia que algo débil si nació. Mas la juventud serena la cuidó y fortaleció.
Sabemos que este proceso se gestó en el treinta y seis. Erais pocos escogidos, valientes sí que lo erais.
Y lo pagasteis muy caro el magnífico proyecto, pues segaron vuestras vidas para ahogar el movimiento.
Derramaron vuestra sangre por los montes y trigales. La vida sí os la quitaron pero no los ideales.
Y hoy recuerdan estos hechos sin odio y también sin ira los mayores que lo vieron y la juventud activa.
Por eso, muertos queridos, orgullo de familiares, descansad en vuestras tumbas convertidas en altares.
Que aquella cobarde guerra, llena de deslealtades vistió de luto los pueblos, las aldeas y ciudades.
Por eso, queridos muertos, héroes nuestros que sois, estamos muy orgullosos, queremos que lo sepáis.
Que España ya está cambiando y ha de cambiar mucho más pues solo hablan ya las personas, las armas no hablarán más.
Y como llorar no cabe en un acto tan leal, un aplauso a nuestros muertos y otro a la Internacional.
(Miguel
Hernández Sánchez |