El PEIT, una propuesta política, una actitud cultural
El
Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes, PEIT, pretende, por primera
vez, dar unidad a todos los modos de transporte buscando la complementariedad.
El transporte, la circulación, las carreteras, los ferrocarriles,
aeropuertos y puertos constituyen un todo variado y esencialmente dinámico que
siempre ha llamado la atención de las sociedades humanas. Por una parte es un
sujeto técnico complejo y potente y por otra es uno de los elementos
esenciales en los que se ha venido asentando la idea de servicio, de servicio
público. Los autobuses, tranvías o “metros” que recorren los centros urbanos y
sus periferias o extrarradios, son entendidos como las facilidades esenciales
que las Administraciones ponen a disposición de los ciudadanos con carácter
universal y no restringido abierto a todos cuantos deseen utilizarlo
cumpliendo unos reglamentos y abonando unas tarifas administrativamente
establecidas.
Pero ese es el transporte que se ve, la imagen de algo muy cotidiano,
pero eso como es bien sabido, es solamente una parte del gran conglomerado del
transporte que remueve en y entre las ciudades y trae y lleva desde tiempo
inmemorial las cosas o mercancías de uno al otro lado del mundo.
El transporte es abastecimiento, es un conjunto de flujos que no se
perciben pero que se intuyen sin mayor esfuerzo mental
El transporte es recorrido y camino hay algo que se nueve, vehículos
y algo que permanece quieto y soporta la circulación y la encauza, carreteras,
vías canales y muelles portuarios, ese es el eterno diálogo del transporte y
ese soporte es el universo de las llamadas infraestructuras pareja
inseparable, parte de un todo que, sin embargo las normas de la omnipresente
Unión Europea desea separar, en el ámbito ferroviario mediante extraños
artificios de contables espabilados.
Este pequeño preámbulo abre la puerta y la justificación hacia el
hecho de que todos los Gobiernos, tarde o temprano, elaboran durante sus más o
menos largos periodos de mandato, documentos y declaraciones de intenciones
sobre sus líneas políticas en esto del transporte y sus componentes estáticos
y dinámicos, llamándose convencionalmente a los primeros infraestructuras.
Ya tenemos los actores de este drama de la movilidad y del acarreo. Con estos
personajes el Gobierno que surgió de las elecciones españolas de marzo de 2004
sacó la luz pública SU DOCUMENTO o declaración de intenciones que fue
presentado a la opinión en julio de 2005 y que pretende trazar el porvenir del
transporte para este país hasta el no muy lejano horizonte del año 2020 que no
está muy distante si se desean alcanzar algunos de los objetivos, dada la
magnitud de las obras que es necesario abordar
Conocido es el nombre del documento PLAN ESTRATÉGICO DE
INFRAESTRUTURAS Y TRANSPORTES que da lugar a la sigla PEIT
su verdadero nombre mediático.
LO POLÍTICO EN EL PLAN, UNA APUESTA POR EL ESTADO
El presente plan de infraestructuras y transportes, PEIT
aprobado por el Consejo de Ministros el 15 de julio de 2005, es la
expresión de una nueva política de infraestructuras y transportes concebida
como un instrumento al servicio de los grandes objetivos de política económica
y social. Dentro de este planteamiento general, el PEIT contempla las
infraestructuras como el soporte imprescindible para que los ciudadanos
dispongan de unos servicios de transporte de calidad y sobre todo seguros y
además como un instrumento eficaz para impulsar el desarrollo económico y la
cohesión social y territorial Estas primeras palabras de
presentación del Documento que escribe Magdalena Álvarez Ministra de Fomento
constituyen el enmarque político del Gobierno, el servicio a la sociedad
asentada en el territorio, es la seguridad en el funcionamiento del sistema,
es la línea de compromiso de un equipo gubernamental. Aunque el desarrollo
económico es citado no está en un papel de protagonista o de estrella, es
simplemente uno más entre los fines a cumplir. Esta es una de las
características del PEIT y de otros muchos documentos y propuestas de las
actuales Administraciones con una política social y ambiental pero con un
fondo de cultura económica que es en realidad la que informa el espíritu del
Plan y el que lo justifica. Dado el principio esencial de que ha de situarse
el Plan en la economía de merado, el discurso debe participar de cierta
ambigüedad entre la acción estatal pública de promover servicios para el
bienestar de la población española y el planteamiento u ofrecimiento de
estímulos a las personas y a los grupos del mundo de las finanzas y de la
empresa para que vean en el PEIT una propuesta o conjunto de propuestas
capaces de proporcionar beneficios estimables a esos sectores de la sociedad
española y extranjera; Es interesante reflexionar sobre el hecho de que los
servicios se ofrecen a los españoles mientras que los negocios tienen el sesgo
global típico de estos albores del siglo XXI.
Ámbito y
competencias
Remarca la Ministra que el Plan define las directrices básicas en
infraestructuras y transportes de competencia estatal. El Estado de las
Autonomías cuenta hoy con unas entidades territoriales cuya capacidad
normativa en materia de transportes es notablemente amplia y que llega a ser
exclusiva cuando se refiere a transportes que transcurren en su totalidad por
el territorio de la respectiva Comunidad tal y como se reconoce en el artículo
148 de la Constitución y en el texto de los 17 estatutos de Autonomía El Plan
tiene una visión dirigida a todo el territorio nacional, pero la consecución
de los objetivos se logrará mediante largas y minuciosas concertaciones y
armonizaciones entre el Ministerio de Fomento y las 17 Consejerías competentes
que algunas veces son diferentes pues unas regulan las carreteras o los
ferrocarriles y otras ordenan los servicios de transporte que se prestan a los
ciudadanos.. El Estado de las Autonomías cuenta hoy con unas
entidades territoriales cuya capacidad normativa en materia de transportes es
notablemente amplia y que llega a ser exclusiva cuando se refiere a
transportes que transcurren en su totalidad por el territorio de la respectiva
Comunidad tal y como se reconoce en el artículo 148 de la Constitución y en el
texto de los 17 estatutos de Autonomía El Plan tiene una visión dirigida a
todo el territorio nacional, pero la consecución de los objetivos se logrará
mediante largas y minuciosas concertaciones y armonizaciones entre el
Ministerio de Fomento y las 17 Consejerías competentes que algunas veces son
diferentes pues unas regulan las carreteras o los ferrocarriles y otras
ordenan los servicios de transporte que se prestan a los ciudadanos.
El PEIT propone sistemas de cooperación y explica que aunque existen esas
competencias exclusivas, todas las Comunidades se han mostrado prudentes y
ninguna ha promulgado leyes o disposiciones susceptibles de romper la llamada
unidad de mercado del país en su totalidad
Dadas las grandes diferencias de amplitud geográfica que existen entre las
Comunidades españolas y también sus diferencias demográficas resulta bastante
lógico presumir que las redes, servicios y normativas del transporte serán
distintos según las situaciones aunque guarden la homogeneidad propia de
pertenecer todas a un Ordenamiento Jurídico común y a unos hábitos sociales
muy similares.
Lo que puede predicarse en lo referente a los servicios de transporte regular
y discrecional de viajeros no se ha de sostener en relación con el transporte
de cosas, mercancías. Las cuestiones de naturaleza jurídica y de competencias
entre los dos tipos de transporte resultan apreciables en primer lugar por la
presencia o ausencia en uno y otro transporte de la idea crucial de
servicio público. Toda la sociedad vincula de modo casi primario los
sistemas regulares de comunicación de personas con esa institución del
servicio público cuestión que ya no parece nada clara en lo referente a los
camiones, trenes o barcos que llevan de un lado a otro del país o del mundo
abonos químicos, ladrillos y cemento para la construcción o piezas sueltas
para el ensamblaje de vehículos. Ni la regulación de cada uno de
estos tipos de transporte puede ser la misma y las competencias
administrativas que los ordenan pueden ser idénticas. El PEIT se plantea como
una propuesta de transporte formulada a la sociedad y el concepto de servicio
público aparece con cierta frecuencia en las páginas del Documento, pero
esta dicotomía del si o el no en el servicio público no es solamente
una disquisición académica sino algo de relevancia política y social.
Realmente todo transporte presta un servicio a la sociedad, a veces vital como
es el de acarreo de alimentos para la población, pero dada la intermediación
empresarial, mercantil que esta actividad conlleva la traída de leche, frutas
carne o pescado a una ciudad no puede aparecer como servicio público ya que lo
transportado no abastece inmediatamente al consumidor último sino que
constituye el elemento de un negocio a veces muy considerable como es
actualmente el de los grandes supermercados de alimentación. El PEIT
considera, como su doctrina que si el transporte sirve y apoya a la actividad
económica ese es su ángulo propio de servir a los ciudadanos identificando
economía general con el todo social posición discutible puesto que muchas de
las finalidades que son consideradas como válidas en el ámbito económico, en
el que se encuadra el transporte, no tiene por que serlo en el social , así el
camión que transporta materiales de construcción destinados a levantar una
urbanización ilegal contribuye al crecimiento económico representado en las
ganancias de los promotores y del propio transportista pero ello no es
positivo para el todo social ni Para el medio ambiente. Por eso los dos tipos
de movimiento, viajeros y mercancías forman un conjunto amplio, tal vez
próximo pero al mismo tiempo bien diferenciado
Aunque en su parte final el PEIT formula algunas propuestas de cambio
legislativos, la cultura del Plan no sería el anexo de una ley presentada como
artículo único ya que la ley tiene algo así como una vocación de pervivencia
indefinida mientras que el PEIT es capaz de declarar su caducidad situada en
el no muy lejano año 2020
HOY, MAÑANA, PASADO MAÑANA
No se sabe a ciencia cierta por QUÉ, tal vez existe un viejo país en el que la
tradición y el prestigio de tener entre sus ilustres hijos al autor de Romeo y
Julieta hayan dado en su lengua y en su imaginario una gran importancia al
teatro y a todo cuanto a él concierne. Como es el caso que la lengua de ese
viejo país es el latín de nuestro tiempo, la palabra central del teatro
ESCENARIO, scenarrio es usada venga o no venga al caso y se ha
convertido en sinónimo de situación, planteamiento, hipótesis o incluso de
propuesta política .Ocurre además que este ESCENARIO es palabra propia del más
destacado oficialismo y es de lo más políticamente correcto. Nuestro PEIT no
podía eludir la utilización de ese vocablo obligado en la jerga multinacional
o global en que se expresa la dirección de todas las cosas que son o pretenden
ser importantes.
Así que el Documento plantea a la sociedad una especie de opciones en número
de tres a las que lógicamente llama ESCENARIOS o planteamientos de desarrollo
del PEIT Por su aspecto, no exactamente cronológico podrían identificarse como
algo parecido a un HOY, lo que hay. Un MAÑANA de ilusión algo cercano a la
utopía y finalmente un PASADO MÑANA lejano y pragmático que se cumplirá
AL FIN DE LOS TIEMPOS que en este caso serán en el
año 2020.
Al escenario del hoy lo denomina ESCENARIO TENDENCIAL y significa la evolución
que experimentará el sistema español de transportes si nada se hiciese y todo
evolucionase por sus propias inercias, se señala entre otras previsiones que
la situación se presentaría del modo que sigue; dotación homogénea de
infraestructuras de gran capacidad en todo el territorio, identificación de
grandes proyectos de gran efecto “simbólico”, lógica radial en cada modo,
aumento de la competitividad de las empresas de transporte, (liberalización
del sector) etcétera Seguramente es esto lo que la Economía en su
expresión más genuina solicita a la sociedad española y a las instituciones
que la representan y administran, pues las perspectivas de negocio tanto en el
mismo transporte como en el muy sustancial capítulo de la construcción de
infraestructuras serían las mejores posibles, con independencia de
cualquiera otra consideración social o ambiental. No obstante los mismos
redactores reconocen algunos inconvenientes efectos negativos
ambientales, ocupación de suelo, fragmentación, emisiones, efectos
negativo territoriales, dispersión urbana, creciente dualidad centro
periferia. beneficios sociales concentrados solamente en ciertos grupos
sociales identificables como de elite. Pueden fácilmente observarse
las tensiones conceptuales que aparecen en el texto entre un crecimiento
económico lineal siempre elogiado y unas dificultades que es preciso constatar
pues, de lo contrario el Plan quedaría devaluado ante una buena parte de la
sociedad y ante diversas fuerzas políticas y tendencias culturales que
reclaman de las decisiones y proyectos de gobierno objetivos y finalidades
diferentes del mero triunfo económico pudiendo en algunos casos discrepar
respeto a él. Aunque como hemos visto y veremos se plantean tres
escenarios este primero llamado TENDENCIAL es el que cuenta con mayores
`probabilidades de cumplirse cuando llegue el final del periodo de vigencia
del plan `porque independientemente de las posiciones políticas de cada
momento, la que podemos llamar cultura oficial no es otra que la de
la exaltación acrítica del crecimiento que jamás debe detenerse y si eso
ocurriese alguna vez ello constituiría la peor de las noticias.
Es indudable que el conjunto de cuestiones que pueden agruparse como
ambientales constituye en nuestro tiempo el contrapeso más apreciable respecto
al dogma del crecimiento infinito, e indefinido también conviene señalar que
estas reflexiones más o menos ecológicas forman una parte de la corrección
política de los documentos y de los discursos aunque no sierre exista en
quienes hablan o escriben la intención profunda de llevarlos a la práctica
siempre por razones de oportunidad
Ese a sido el HOY el llamado escenario tendencial tenido en el documento como
el peor .después se enuncia el MAÑANA el tenido por ideal y casi utópico
mencionándose en él la adopción por la Administración de algunas medidas iluso
coercitivas para alanzar del transporte fines de naturaleza social,
territorial, ambiental y hasta de servicio Público a la sociedad. A esta
hipótesis la denominan ESCENARIO AMBIENTAL y sería el
MAÑANA ideal de nuestro sistema de transportes y nuestros hábitos de
movilidad. Pero una vez más un refrán viene a cortar las ilusiones y el tal
refrán es el muy escéptico que dice aquello de que lo mejor es enemigo de
lo bueno `porque esa búsqueda de la excelencia puede distorsionar el
funcionamiento normal del sistema económico o contradecir principios
esenciales del liberalismo referentes a la no intervención administrativa en
los avatares del mercado`porque esa búsqueda de la excelencia
puede distorsionar el funcionamiento normal del sistema económico
o contradecir principios esenciales del liberalismo referentes a la no
intervención administrativa en los avatares del mercado
En esta hipótesis de trabajo se aboga por un rápido cambio del reparto modal
del transporte terrestre a favor del ferrocarril, por la imposición de
restricciones a la circulación automovilística y por acciones de claro
florecimiento del transporte de viajeros en medios colectivos como trenes o
autobuses de líneas regulares. Pero esas audacias o supuestos atrevimientos
encierran, según el Plan algunos peligros graves como una supuesta
pérdida de competitividad económica frente a otros países, desequilibrios
territoriales debidos al modelo infraestructural existente, trasvase modal
elevado, necesidad de desarrollar en paralelo medidas complementarias en otras
políticas sectoriales
La Administración parece sentirse incapaz de imponer a determinados sectores
económicos de la sociedad española unas medidas o un conjunto de políticas y
disposiciones consideradas en principio como saludables. Este planteamiento
pone a la claras las vacilaciones limitaciones y cortapisas que los Poderes
Públicos encuentran en determinados sistemas sociales o culturales para
establecer determinadas innovaciones, teniendo presente que es precisamente el
de innovar el propósito más repetido en las expresiones y manifestaciones
públicas de esta administración.
La finalidad de combinar y armonizar fines sociales y ambientales con
objetivos económicos ineludibles es uno de los mayores y más arriesgados
desafíos que experimenta en estas culturas la actividad planificadora de
Gobiernos y otras instancias de poder y ello debido a la incompatibilidad
muchas veces insuperables que se plantean entre los aspectos y contenidos
económicos de una línea política de actuación y todos los demás aspectos que
la componen y configuran. Pero partiendo del hecho incuestionable de que esos
aspectos económicos cuentan con una jerarquía grande sobre los demás, ellos
serán los que, en definitiva marquen o den su impronta al Plan considerado en
su totalidad
Al final como si se fuese a realizar hegelianamente la integración superadora
de la tesis y de la antítesis, sale a la palestra lo que denominan
ESCENARIO PEIT 2020 que según expone el Documento es el escenario
ambiental retrasado en el tiempo, logrando los fines del segundo de los
escenarios en el momento de la caducidad del Plan, el ritmo pausado , piensan,
hará que las fuerzas económicas digieran con mayor facilidad las directrices
que se vayan a establecer por razones de servicio público, interés general de
la sociedad y objetivos de calidad ambiental que la mayor parte de los
ciudadanos exigen sean cumplidos por el transporte considerado como servicio
de utilidad pública. Por eso dicen que este escenario dará lugar a un
cambio modal modesto a corto plazo con efectos solo perceptibles a
largo plazo, con esta tercera propuesta consideran que se podrán
acallar excesivas expectativas locales vinculadas a la construcción de
grandes infraestructuras. La concertación entre el Gobierno central y todas
y cada una de las Comunidades autónomas parece desde luego tarea harto difícil
para que pueda cumplirse incluso en los catorce años que le quedan de vigencia
al PEIT
Un lenguaje
ferroviario
Puede muy bien afirmarse que desde finales del pasado siglo y todo lo que
llevamos del presente, hablar elogiosamente del ferrocarril, es algo que es
obligado en los discursos y documentos oficiales tanto de las autoridades
nacionales como de los organismos y portavoces de la Unión Europea, las graves
preocupaciones ambientales como el cambio climático, la creciente
siniestralidad del modo carretera y la sobreocupación que experimentan de
forma creciente las redes viarias de las zonas centrales del continente
europeo, ha obrado el “milagro” de que ese tren, del que a finales de los años
60 del siglo XX se esperaba celebrar los funerales, haya resucitado de firma
inesperada produciendo grandes quebraderos de cabeza a los constructores del
futuro .
El PEIT hace referencia al ferrocarril muchos de sus puntos programáticos
entre los que destacan la “alta” velocidad para viajeros, las cercanías de las
grandes áreas metropolitanas y grandes ciudades, las adaptaciones del ancho
español de vía, el servicio ferroviario a los puertos marítimos, la
posibilidad de dar nacimiento a dos redes ferroviarias en España , el
acatamiento a las abundantes y prolijas reglas comunitarias, las
homologaciones del material rodante, los sistemas de señalización y
electrificación y otros muchos asuntos. Entre los que destaca la apelación al
mundo de la empresa privada para que participen en tantos ambiciosos designios
que, según parece resultarían inalcanzables sin el apoyo del capital
financiero.
Lo más tangible de toda esta baraja de propuestas es sin duda la red de alta
velocidad para solamente viajeros cuyas obras de construcción pueden
observarse a simple vista en varias zonas del territorio español, a pesar de
retrasos, dudas y otras distorsiones.
El otro elemento que también tiene cierta relevancia es el de las cercanías
metropolitanas. Los demás capítulos como el cambio del ancho de vía que, según
dicen empezaría por el nordeste, las nuevas conexiones con Francia y Portugal.
Los accesos terrestres a importantes puertos como Algeciras, Almería o
Santander, el diseño de una verdadera red a partir de la llamad convencional,
parecen estar mucho más sobre el papel que en fase de provecto. Por mucho que
se hable de viajeros y de “altas” prestaciones, es en el movimiento masivo de
mercancías donde se requiere un auténtico salto cualitativo cuantitativo pues
nuestros trenes transportan actualmente algo así como el 4% o a lo más el 5%
de las mercancías que recorren España. Con al desequilibrio en el reparto
modal referirse a la intermodalidad es casi un despropósito pues se deben
combinar masas o entidades si no siempre equivalentes si l menos próximas .La
moderación del llamado escenario PEIT 2020 da un cierta idea de las
dificultades que puede acarrear vencer las inercias existentes con los
solos mecanismos y estímulos o disuasiones que pueden los mecanismos del
mercado, los precios o la fiscalidad sin la adopción de medidas jurídicas con
fuerza de obligar a que los llamados agentes económicos utilicen el
ferrocarril por razones de utilidad pública general de lo contrario ´ habrá
que esperar a posibles situaciones de emergencia que no suelen ser
precisamente las más propicias para organizar una actividad a la vez tan
compleja y esencial ara la sociedad en su conjunto como es el transporte de
mercancías, lo que es decir el abastecimiento general del país
Los redactores del Documento o el propio Documento si se le otorga voz
institucional alega respecto a este PASADO MAÑANA pragmático lo siguiente,
entre otras cosas; coordinación entre los modos de transporte,
internalización a medio plazo de los costes; compatibilidad entre las
infraestructuras convencionales y las de “alta” capacidad, asignación de
tráficos según eficiencia, (demanda); coordinación entre titulares y
explotadores de las diferentes redes de transporte, cumplimiento de los
compromisos ambientales internacionales en los estritos plazos marcados
Aunque jurídicamente existe, en efecto una prioridad en el cumplimiento de las
obligaciones internacionales de los gobiernos respecto a las de carácter
interno, en este Documento esta visión parece ser casi única eludiéndose el
vínculo que toda Administración contrae con los ciudadanos a los que sirve.
Parece ser que la llamada integración europea origina una especie de cambio
sustancial en las prioridades de gobierno volcando los más cualificados
esfuerzos en salir airosos en verdaderas campañas de imagen que los países
libran en Bruselas ante la Comisión Europea y otras instancias comunitarias
sin duda de menor rango
En el conjunto de las tres propuestas comentadas se irá haciendo una mezcla
entre la primer la tendencial, la de HOY, lo que hay, y la llamada PEIT 2020
la de PASADO MAÑANA que será seguramente un HOY un poco maquillado en sus
contenidos más chirriantes
Hay que tener además presente la obviedad de que en los años 2008, 2012 y 2016
se producirán procesos electorales que, aunque no modifiquen sustancialmente
el sistema sí que pueden introducir variaciones en el calendario del plan o en
alguna de sus preferencias modales.
La coordinación es una de las más frecuentes invocaciones que se formulan a lo
largo del texto cosa bastante razonable y, por tanto habrá que permanecer a la
expectativa de cómo se plantean las relaciones entre las distintas instancias
de la Administración Central o General del Estado, de esta con las Comunidades
Autónomas y los Municipios y de todas ellas con el resto de la Sociedad
española e sus elementos sociales, un bando, y económicos, el otro bando. Como
se perfilen las preferencias que las Administraciones concedan a cual uno de
estos dos oponentes naturales será sin duda la clave del futuro devenir del
aparato español de transporte para , al menos los próximos 30 año
Un Libro de Economía
La cultura o conjunto de actitudes profundas que fundamentan el PEIT dan al
Documento el claro e inequívoco tono de los modernos libros o artículos de
economía en los que se aprecia fácilmente un inveterado y casi obligatorio
optimismo, la incertidumbre es, dicen los que de esto saben, uno de los
fantasmas temidos en el particular mundo y mentalidad
De la llamada Comunidad de inversores a cuya comparecencia el sistema debe
siempre apelar. Para que ese tan peculiar grupo aporte recursos más o menos
unibles, ha de recibir seguridades sobre los beneficios que esa concurrencia
le otorgará pues todos conocen el viejo pero sabio tópico de que el dinero
es muy asustadizo Partiendo de tal axioma los Gobiernos y los medios de
comunicación han de crear una atmósfera de futuro prometedor sobre todo libre
de sobresaltos ya sean estos políticos, sociales o ecológico naturales. El
PEIT acoge esta línea argumental y no hace ninguna alusión a circunstancias
muy esperables como una repentina y grave escasez de petróleo, un repentino
empeoramiento del cambio climático, una mayor inestabilidad política en
regiones clave, etc, El famoso scenario ha de permanecer básicamente
inalterado y lAs modificaciones han de estar en ese universo del REBUS SIC
STANTIBUS. Por eso el Plan está en todo momento a este lado de la muralla
pues pensar en otras situaciones es arriesgado, requiere mucha más
imaginación y creatividad y producirá los conflictos e inquietudes
anteriormente descritas. El PEIT es formal y materialmente un libro y
lógicamente este puede ser de cualquier materia o contenido, por ejemplo un
libro sobre políticas públicas de transporte, podría ser una publicación sobre
servicios públicos a la población, sobre tecnologías modales a escoger por
razones ambientales, de seguridad pública o de equilibrio territorial y
calidad de los medios urbanos y rurales, por usas de mejorar la accesibilidad
en cumplimiento de los principios constitucionales de igualad entre los
españoles sea cual fuere su lugar de residencia en el territorio nacional.
Pero no, en los tiempos que corren uno de los requisitos que han de cumplir
la mayor parte de los documentos y discursos de las instancias oficiales para
ser tenidos como correctos, es el de que su redacción y contenido posea un
sesgo técnico económico pretendidamente aséptico sin serlo, naturalmente. Por
eso este libro no puede ser otra cosa que un tratado oficialmente homologado
de planificación económica del sector transporte dentro de las tablas
canónicas de confección del PIB. Es así, por ende, que el Plan Estratégico es
ante todo y más que nada un libro de economía ya que no es el anexo de una ley
de esas de artículo único, como en su día fueron los voluminosos tomos que,
tras el consabido artículo promulga torio, exponían los minuciosos y
detallados contenidos de aquellos Planes que al menos en su título, guardaban
la cortesía de llamarse de Desarrollo Económico y Social. Hemos perdido hasta
las formas que, aunque puedan no ser sinceras, dan al menos cierta elegancia a
las actuaciones.
La Pequeña Parcela Urbana
En las ciudades y áreas metropolitanas habitan más de las cuatro quintas
partes de los españoles y la inmensa mayoría de los extranjeros que han
escogido vivir entre nosotros; la movilidad de las poblaciones urbanas es la
que hace ya más de silo y medio estableció en ciudades como París, Berlín,
Milán, Viena o Madrid la tradición, las putas y los hábitos del servicio
público de transporte colectivo de personas. Tras la hegemonía irreflexiva del
coche privado que preció reducir a los tranvías y autobuses l desempeño de
papeles residuales, la situación derivada de circunstancias conocidas por
todos, ha dado lugar a una poderosa rehabilitación de aquello servicios
urbanos que, junto a la reposición de la circulación peatonal planta la
necesidad de ordenar el urbano y dotar a los ciudadanos de sistemas de
movilidad de transporte seguros, puntuales, fiables y ambientalmente
eficientes.
El PEIT está en el ámbito competencial de la Administración Central del
Estado, existiendo un delicado precedente jurídico en relación con la
posibilidad del Gobierno, para intervenir directamente en los asuntos del
transporte urbano. Este precedente no es otro que el de la anulación por
sentencia del Tribunal Constitucional del capítulo de transporte urbano de la
Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres LOTT de 30 de julio de 1987.
Por esto y las cuestiones de competencias municipales y autonómicas, el PEIT
aborda la posible intervención del Ministerio de Fomento en el transporte
público de las ciudades instituyendo una línea de acuerdos en general de
carácter bilateral entre el Departamento y el Municipio que, en su día lo
hubiese solicitado. Estos acuerdos han sido presentados con el nombre genérico
de Planes para la Movilidad Sostenible. Están pensados para núcleos de
población con 100.000 o más habitantes teniendo siempre en cuenta que el
responsable de los servicios de transporte es, según la Ley Reguladora de las
Bases del Régimen Local de 1885, es cada Ayuntamiento.
En cualquier caso, la respetiva Comunidad Autónoma debe estar de acuerdo con
la firma del correspondiente convenio de movilidad sostenible entre el
Municipio y Fomento.
Para los temas urbanos se están poniendo en marcha grupos de trabajo entre
determinadas ciudades y el Ministerio con el fin de elaborar técnicamente un
sistema de colaboración que, en su día cristalizaría en un convenio o Plan de
Movilidad Sostenible
Aunque el Ministerio carezca de competencias globales directas sobre el
transporte urbano, el texto del PEIT afirma que las infraestructuras de
transporte de competencia estatal se hallan en todas las ciudades siendo ellas
mismas una poderosa herramienta de intervención en manos de Fomento, ya sean
estas carreteras de la red del Estado, ferrocarriles de competencia nacional,
puertos de interés general y grandes aeropuertos
Panorama modal
Los tratados y grandes obras doctrinales del campo del Derecho cuando comentan
alguna norma queriendo desentrañar su substrato interno suelen aludir a la
intención del legislador escudriñando en los objetivos perseguidos por
los poderes públicos en el momento histórico de elaboración y promulgación de
la norma jurídica en cuestión. El paso del tiempo y los cambios de
circunstancias hacen que, transcurrido un lapso largo de tiempo, esa norma sea
interpretada y aplicada con criterios a veces muy diferentes a los del
legislador originario. En esta línea de pensamiento puede decirse que el texto
del PEIT aboga con nitidez por el ferrocarril que debe recuperar su perdido
protagonismo en el transporte terrestre tanto en viajeros como en mercancías.
Esa parece hoy la intención del legislador o autor formal del PEIT, pero si se
atiende el espinoso tema de la llamada RED CONVENCIONAL, es decir la que,
conservando el ancho ibérico estaría destinada a cumplir el objetivo de
hacerse cargo de un importante contingente de materiales, hoy acarreados por
carretera, no se pueden intuir a través del texto qué actuaciones tiene
diseñadas el poder ejecutivo español, Fomento, para hacerlo realidad, todo el
mundo hace mención al transporte combinado y a la intermodalidad como opciones
de un futuro halagüeño para el ferrocarril. Pero para que ese trasvase tenga
lugar hay que redactar verdaderos planes complementarios de estaciones
especializadas, terminales de mercancías en muchas ciudades, puertos y otros
puntos de conectividad estratégica, material de tracción nuevo y adecuado,
nuevo criterio de comprensión del ferrocarril como un modo general de
transporte de cosas, superando e incluso abandonado el concepto de modo
especializado dejando la universalidad para la carretera y los camiones
Dada la sobredimensionada red española de carreteras, resulta excesivo el
incremento que el PEIT propone en cuanto a vías de gran capacidad y “altas”
prestaciones si de verdad quiere cambiarse la inercia modal de la sociedad
española y sus hábitos de apego al transporte privado, será necesario una gran
pedagogía de la movilidad tanto urbana como interurbana y poner el énfasis en
la conservación de lo existente y en sustanciales mejoras en seguridad vial,
señalización, disciplina circulatoria, priorización del transporte colectivo
interurbano de viajeros en autobús, realizando las pertinentes adaptaciones de
la red viaria, aumentando la complementariedad con los servicios regionales
que deberá volver a prestar el ferrocarril.
Nunca debería desaparecer del ámbito de los puertos de titularidad pública su
papel de elementos fundamentales del servicio público aunque ya la navegación
marítima se dedique muy mayoritariamente al transporte de mercancías como
puntos ordenadores del territorio bajo la idea clásica del HINTERLAND. El PEIT hace
pocas alusiones a esta función portuaria y tal vez excesivas a la
competitividad y a la competencia entre los propios puertos españoles que
dependen de un ente con poco poder coordinador como es el caso de PUERTOS DEL
ESTADO Y AUTORIDADES PORTUARIAS. Organismo que debiera asumir mayores
funciones directivas de una red nacional portuaria en un país con regiones
insulares y norteafricanas
Conclusión
El Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes, PEIT, es el resultado
de una loable intención de reflexionar sobre la totalidad del sistema español
de transporte encomendado al Gobierno central que, por primera vez, pretende
dar unidad al todo, más allá de las peculiaridades técnicas y administrativas
de cada uno de los modos, buscando la complementariedad entre sí y con las
importantes redes de las Comunidades Autónomas. Constituye un serio compromiso
y permite a la sociedad conocer las líneas de trabajo de la Administración, es
un buen primer paso en el campo de la planificación. Pero esta planificación
debe ir más allá de su mera exposición ordenada y ser un instrumento más
activo que esa posición de propuesta a las fuerzas o agentes económicos que,
en ningún caso actuarán con criterios de bienestar general, de no ser que
determinadas finalidades, sociales, territoriales o ambientales les sean
exigidas por los poderes públicos. El Plan es ambicioso pero resulta
difícil esperar que todos y cada uno de sus propósitos se puedan cumplirse en
el corto periodo de escasos 14 años que van de este 2006 al 2020, año de
caducidad del Plan Estratégico
José Ramón Montes, Attac Madrid
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