Unasur: una cumbre marcada por el conflicto colombiano Dimitri Cevallos, LibreRed.net. 29 de agosto de 2009 Una importante reunión extraordinaria de la Unasur fue llevada a cabo el día 28 de agosto de 2009 en Bariloche, Argentina. A pesar de las reiteradas peticiones del presidente Lula de que la reunión se hiciera a puertas cerradas, millones de personas pudieron seguir el evento en vivo, haciendo aun más democrático este acto. Fue una reunión importante pero no histórica ya que el planteamiento del Presidente Evo Morales de llegar a un acuerdo para prohibir la instalación de bases militares extra regionales en Sudamérica fue frenado por Álvaro Uribe, que argumentó que la Unasur no es un órgano deliberante sino un lugar para el consenso. El presidente colombiano defendió en todo momento que no se instalarían bases militares en el país. A pesar de esto, Uribe se opuso frontalmente a la propuesta de Morales. Sus palabras desconcertaron a todo el continente ya que pese a negar el distintivo de bases militares extranjeras, estas contarán finalmente con soldados, aviones, radares, equipo bélico y armas suministradas por Estados Unidos. La reunión ayudó a aclarar las posiciones de cada país. Se pudo notar la desconfianza de muchos mandatarios sobre los ideales democráticos de Uribe. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se mostró muy preocupada ante la instalación de bases militares norteamericanas en el único país del sur que reconoce a la dictadura hondureña como gobierno legítimo. El presidente Chávez, por su parte, mantuvo la compostura incluso después de serias acusaciones de Uribe, quien le criticó por querer ingerir gravemente en Colombia incluso llegando a mencionar episodios armados. El mandatario venezolano le replicó serenamente con la lectura de un breve texto de Simón Bolívar. Además, informó a Uribe sobre la reciente detención de 300 paramilitares colombianos en Caracas, algunos de ellos miembros del propio ejército colombiano. También le hizo saber que varios funcionarios de su gobierno están siendo investigados en territorio venezolano tras el desmantelamiento de un plan paramilitar que tenía como objetivo generar un magnicidio en la ciudad de Caracas. Finalmente, Chávez advirtió que el convenio firmado por Bogotá supone un peligro ya que EEUU reconoce que las bases servirán también para tareas de vigilancia regional. El presidente brasileño, Lula da Silva, invitó a Colombia a cambiar de estrategia ya que tras 50 años de apoyo norteamericano no ha conseguido los objetivos deseados. Rafael Correa realizó una brillante exposición. El dirigente ecuatoriano y presidente interino de Unasur, aconsejó a Uribe un cambio respecto a la estrategia frente al problema del narcotráfico. Correa puso como ejemplo a Ecuador y Venezuela, que actualmente han logrado erradicar el cultivo y reducir el tráfico notablemente. También le demandó la salida de miembros de la DEA de suelo colombiano, argumentando que se trata de una organización corrupta y cómplice del negocio y que los países que han tomado la decisión de la expulsión han obtenido mejores resultados en la lucha contra el narcotráfico. Por último, Correa anunció la captura de un comandante de las FARC en territorio ecuatoriano y se refirió al acoso mediático impulsado por el gobierno colombiano a nivel internacional para vincular a esta guerrilla con Ecuador. Álvaro Uribe pidió disculpas por el bombardeo a tierras ecuatorianas, y se retractó de las palabras de su ex ministro de defensa, en las que señalaba en su día que Colombia tenía derecho a perseguir a sus enemigos donde se encontraran, incluso fuera de las fronteras del país. Pese a la petición explícita y continuada de varios mandatarios, el presidente colombiano no quiso mostrar el acuerdo firmado con EEUU. El gobierno colombiano parece no tener verdadera voluntad política para crear las condiciones para el desarme. Bogotá sigue apostando por una resolución del conflicto por la vía de las armas. Tampoco debemos descuidar el factor económico del conflicto. Los países productores y suministradores de armamento y tecnología, se verían tremendamente afectados ante un hipotético acuerdo de paz que generaría un auténtico descalabro en el orden económico de dichos países. Por otro lado, no será fácil convencer a los grupos guerrilleros del desarme. Las FARC intentaron transitar hacia el terreno político con la creación del partido Unidad Patriótica. Esta apuesta culminó con la masacre de 4000 de sus militantes y la desaparición del partido. La organización paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue la ejecutora de la matanza. Esta organización sigue activa en la actualidad. Si el gobierno colombiano pretende solucionar el conflicto de forma pacífica, primero deberá ofrecer garantías a las guerrillas sobre el desarme completo del paramilitarismo. Por último no debemos olvidar que la lucha contra las drogas en Colombia es un problema complejo ya que esta actividad ilícita representa un asunto estructural de la economía colombiana que alcanza todos los niveles de la sociedad. |