Mitos y Realidades de la lucha antidroga en Venezuela
Romain Migus, Red Voltaire. 17 de septiembre de 2009

 

Con el fin de preparar a la opinión pública internacional para un posible ataque militar contra Venezuela, la propaganda de EEUU insiste en la falacia de que el gobierno de Chávez apoya a los narcotraficantes. Esta calumnia se desploma porque el gobierno bolivariano revolucionario considera que su deber es educar y liberar a los drogadictos y combate duro contra los traficantes. En EEUU es al contrario, por eso la producción de droga prospera, por ejemplo, en Colombia y Afganistán, dos países aliados y protegidos de EEUU.

El fin de los convenios que mantenía el gobierno bolivariano con la Drug Enforcement Administration (DEA), marcó el comienzo de una guerra mediática y psicológica contra la Revolución Bolivariana. Se oyeron numerosas declaraciones del gobierno estadounidense que pretenden hacer creer que las mafias de la droga reinan en Venezuela. Estas calumnias, a pesar de que las han desmentido varios informes de organismos internacionales, son ampliadas por las grandes empresas transnacionales de la comunicación. El consumidor de este tipo de información tiende entonces a denigrar al gobierno bolivariano.

Éste es el efecto que se busca: presentar a la Revolución socialista venezolana como cómplice del trafico internacional de drogas ante la opinión publica mundial para después justificar cualquier tipo de acción bélica lanzada en nombre de la guerra legítima contra este problema de salud mundial. El reciente acuerdo que permite al ejército estadounidense utilizar siete bases militares colombianas para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo, materializa estas amenazas belicistas a Venezuela.

Pero, más que atacar al gobierno venezolano, conviene preguntarse de dónde viene nuestra información y cuál es la credibilidad de la fuente principal de esta incesante campaña de mentiras mediáticas: es decir el gobierno de Estados Unidos y las multinacionales, que consideran a la Revolución Bolivariana un obstáculo para sus intereses. Señalamos a continuación los cincos mitos principales que presentan a Venezuela como aliada del narcotráfico [1]

1) Venezuela no colabora en la lucha internacional contra el trafico de drogas

El 8 de agosto de 2005, el gobierno venezolano ponía fin a la colaboración de sus servicios de lucha antidroga con sus colegas estadounidenses de la DEA. Las autoridades venezolanas señalaron que los agentes estadounidenses dedicaban más tiempo al espionaje que a la cooperación. La DEA tenía oficinas dentro de la propia sede de la Oficina Nacional Antidrogas venezolana (ONA), locales a los que no tenía acceso ni siquiera el director de la ONA. La ruptura con la DEA no aísla a Venezuela de la lucha antidroga ya que, por una parte, dicho país mantiene en ese campo 50 acuerdos internacionales con 37 países, la mayoría europeos, y por otra parte, Venezuela sigue teniendo un vínculo permanente con las autoridades estadounidenses para combatir esta plaga, como lo demuestran las extradiciones de traficantes de drogas a EEUU.

Además, para cumplir los acuerdos de colaboración que las autoridades venezolanas mantienen con numerosos países, varios narcotraficantes internacionales se pusieron en manos de la justicia de los países que los solicitaron. Así pasó, en 2008, con extradiciones a Colombia, Italia, Estados Unidos, Bélgica, y Francia.

Además de los citados acuerdos bilaterales, Venezuela colabora plenamente con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, instancia que depende de la Organización de Estados Americanos (de la que también forma parte EEUU), con la comisión de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con INTERPOL.

Durante el año 2008, los embajadores de España, Alemania y Francia en Venezuela realizaron conjuntamente con la ONA diversos seminarios y reuniones de trabajo en los cuales se reafirmó el compromiso común de la lucha contra la droga.

En septiembre de 2009, Venezuela es la anfitriona de la reunión anual, por América Latina y el Caribe, de los directores de la Agencias Nacionales encargadas de combatir el tráfico de drogas (HONLEA por sus siglos en ingles; Head of National Drug Law Enforcement Agencies). Estas reuniones, realizadas bajo el auspicio de la ONU, tienen el objetivo de reforzar la cooperación entre los países y coordinar la represión del tráfico de drogas al nivel regional. Los países europeos, asiáticos y africanos participan como observadores.

Decir que Venezuela no colabora en la lucha internacional contra el tráfico de drogas es una mentira cuyos fundamentos no resisten ni un solo instante el análisis objetivo del trabajo de Venezuela y de los acuerdos que el país bolivariano mantiene con numerosos países y organismos internacionales.

2) El presidente Chávez facilita el tráfico internacional de drogas

El 20 de enero de 2008, durante una visita a Colombia, el ex director de la oficina para la Política del Control de Drogas de la Casa Blanca declaró que «Hugo Chávez se está convirtiendo en un importante facilitador de cocaína a Europa y otras regiones del hemisferio», léase Estados Unidos. Aunque nunca habrá una prueba que corrobore la afirmación del funcionario estadounidense, la intención de Walters salta a la vista. Se trata de acusar a Hugo Chávez de contubernio con el tráfico internacional de drogas. Esa misma acusación fue el elemento clave mediático que legitimó la intervención de Estados Unidos en Panamá en 1989, y en menor medida la invasión de Afganistán en 2001 (además del terrorismo). También fue la razón que se invocó para implementar el Plan Colombia y el fortalecimiento de la ayuda militar al gobierno colombiano para la guerra contra la guerrilla. En pocas palabras, se trata de un arma poderosa en la propaganda de guerra que antecede a cualquier intervención militar.

Ahora bien, según la ONU, el 50% de la cocaína disponible en Estados Unidos entra por la costa del Pacífico y el 38% llega bordeando la costa de los países de América Central. En otras palabras, el 88% de la cocaína que llega a Estados Unidos no pasa, según la ONU, por Venezuela.

Si Hugo Chávez y Venezuela no facilitan en absoluto el tráfico internacional de drogas (en 2008, el numero de detenidos venezolanos en Europa por tráfico de drogas disminuyó, pasando de 121 condenas a 30), ¿podemos decir lo mismo de Estados Unidos?

El Informe Mundial sobre las Drogas de la ONU del año 2008 recuerda algunas cifras esclarecedoras.

El mayor productor mundial de cocaína es Colombia, con el 61% de la producción mundial; el mayor productor de opio del mundo es Afganistán, que concentra el 92,5% de la producción. Esos dos países cuentan con una presencia masiva del ejército de Estados Unidos en sus territorios, el primero en el marco del Plan Colombia y el segundo debido a la ocupación militar «Libertad duradera». El informe de la ONU demuestra que, a pesar de la ocupación militar estadounidense, los resultados en materia de lucha antidroga son catastróficos en ambos países. En el caso de Colombia, la producción de cocaína prácticamente no ha bajado a pesar de los diez años de ayuda técnica y militar de Estados Unidos a través del Plan Colombia. En el caso de Afganistán, la producción de opio aumentó, según la ONU, el 141% desde la presencia de tropas militares y de la DEA en el país.

Entonces, ¿quién es el facilitador?

3) Venezuela hospeda y protege a los traficantes internacionales de drogas

No es buena idea involucrarse en el tráfico de drogas en Venezuela desde que el gobierno decidió expulsar a los funcionarios de la DEA. La claridad de las cifras lo dice todo. En 2004, con el apoyo de los funcionarios estadounidenses, la justicia venezolana condenó a 1.179 traficantes (entre ellos 273 extranjeros). Cuatro años después, y sin la presencia de la DEA, Venezuela puso tras las rejas a 9.133 traficantes (419 extranjeros). Sin los funcionarios de la DEA, las condenas aumentaron en el año 2008 un 675%.

Si acumulamos los resultados de los últimos cuatros años de cooperación con la DEA y comparamos esa cifra con el resultado acumulado de los cuatros primeros años de una política independiente y soberana en la lucha antidroga, el resultado es muy positivo y alentador para el Estado venezolano. Durante los cuatros últimos años de presencia de la DEA, 8.823 personas fueron arrestadas. Desde que Venezuela asumió en solitario su política antidroga, 15.174 delincuentes tuvieron que enfrentarse a la justicia del país. Es decir, un aumento del 72%.

Sólo en el año 2007, 68 funcionarios de la policía acusados de colaborar con el crimen organizado fueron también detenidos.

En el transcurso del año 2008, catorce capos de la droga que se pensaba que estaban refugiados en Venezuela fueron arrestados y extraditados, principalmente a Colombia y EEUU. Se trata, entre otros, de los colombianos Marcos Orozco Wilches, Aldo Álvarez Duran, Farid Domínguez, y Gustavo Otero Borrero, buscados por tráfico de drogas. Pero sobre todo, Venezuela puede sentirse orgullosa del arresto de Hermagoras González Polanco "El gordo", jefe del cártel de La Guarija y principal dirigente de la organización paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en esta región. Asimismo, el jefe del cártel colombiano del Atlántico-Norte Libardo de Jesús Parra González fue interpelado en Maracaibo. Todos estos criminales internacionales han sido extraditados a Colombia o entregado a INTERPOL.

El italiano, Giovanni Civile, arrestado en septiembre de 2008 y solicitado por Francia, está a la espera de su extradición.

A pesar del cierre de la oficina de la DEA en Caracas, las autoridades venezolanas siguen colaborando con la justicia de Estados Unidos. Los narcotraficantes Daniel Ervin Davis y el mexicano Luis Ramón Guerra lo saben muy bien, ya que fueron extraditados al gran vecino del norte.

Mientras que durante los años de colaboración con la DEA el organismo estadounidense manejaba de forma exclusiva la información de los capos solicitados, desde la ruptura del convenio con esa agencia, Venezuela ha expulsado o extraditado 23 capos internacionales del trafico de drogas.

Al recuperar su soberanía en la lucha contra el narcotráfico, Venezuela se convirtió en un verdadero infierno para los traficantes internacionales.

4) El consumo de drogas se incrementó en Venezuela desde la expulsión de los agentes de la DEA

Una de las orientaciones de la ONA es considerar que "las incautaciones se miden en gramos y no en toneladas". Si las incautaciones récord de drogas efectuadas por la agencia venezolana son golpes muy fuertes al narcotráfico, debe concentrarse una atención primordial en el consumidor, y no solo en términos de represión, sino insistiendo en la prevención.

En este terreno, la ONA ha establecido cooperaciones con todas las organizaciones y todos los sectores de la vida social venezolana con el fin de sensibilizar la población sobre los efectos devastadores del consumo de drogas. Para sistematizar sus diferentes políticas de prevención, la ONA lanzó, en 2008, el Plan "Sembrando valores por la vida" cuyo papel es la formación de los ciudadanos venezolanos para que combatan de raíz todo consumo.

En consecuencia, se realizaron varios talleres de formación en las escuelas de la República para perfeccionar el mensaje pedagógico que los profesores trasmiten a sus alumnos. En las universidades se crearon unas Oficinas Internas Antidroga para desarrollar proyectos de prevención con la comunidad universitaria.

Al nivel laboral, la ONA colabora con todas las empresas públicas y privadas de más de 50 empleados, con el objetivo de reducir el consumo de drogas y alcohol en el lugar de trabajo. Desde julio hasta noviembre de 2008, se dispensó una formación  a representantes del empresariado venezolano con el fin de ayudarles en la prevención del consumo y para que extiendan esa información en sus empresas.

Por otro lado, la ONA organizó numerosos eventos deportivos como torneos de baloncesto, fútbol, boxeo y ajedrez en las comunidades populares de las grandes ciudades del país para incentivar en los jóvenes la práctica regular de una actividad deportiva y alejarse así de los vicios de la droga. Estos encuentros deportivos también fueron el medio ideal para divulgar el mensaje de prevención de la ONA.

Además, la agencia venezolana se implicó especialmente en el trabajo con las poblaciones más expuestas al problema de la droga por razones socio-culturales: niños, niñas y adolescentes de la calle, población penitenciaria, comunidades indígenas, ciudadanos con discapacidades, o comunidades fronterizas con Colombia, primera productora mundial de cocaína.

Como oficina gubernamental, la ONA supo adaptarse a los cambios estructurales del aparato estatal venezolano en su conversión en un auténtico Estado revolucionario, dando prioridad a la colaboración con los Consejos Comunales. De acuerdo con los artículos 8 y 9 de la Ley de Consejos Comunales, la ONA participa en la elaboración del Comité de Prevención Comunal para reforzar la realización local del trabajo de información sobre los peligros de la droga por parte de las organizaciones de base. Además, con el fin de tejer una potente red social, la ONA institucionalizó, con la ayuda de las comunidades organizadas, la figura del responsable antidroga en todos los niveles del Estado venezolano (regional, municipal y parroquial) incorporando así a 11.296 ciudadanos al trabajo preventivo de la lucha contra las drogas.

Este trabajo cotidiano produjo buenos resultados. Según las cifras de la ONU, Venezuela tiene un consumo por habitante bastante débil, claramente inferior a los países europeos, y sin ninguna comparación posible con el primer consumidor mundial: Estados Unidos. Por ejemplo, la ciudad de Nueva York tiene un consumo de cocaína por habitante 12 veces más alto que París y mucho más que cualquier ciudad importante de Venezuela.

5) Los resultados obtenidos por Venezuela en su lucha contra las drogas son deplorables

Existe una categoría de personas que ya no cree esta mentira mediática: los mismos traficantes.

Los resultados positivos del gobierno bolivariano en la guerra contra el narcotráfico crecieron de manera constante desde la expulsión de los funcionarios de la DEA.

Mientras que el gobierno bolivariano había incautado 43 toneladas de droga en 2004, gracias a la colaboración de la DEA, esta cifra aumentó hasta 77,5 toneladas incautadas inmediatamente después de la expulsión de los funcionarios estadounidenses. Los buenos resultados de esta política soberana en la lucha contra el narcotráfico se confirman si analizamos las incautaciones de los cuatros primeros años sin la colaboración de la DEA (250.298,19 kilos de droga incautados) con los cuatros años precedentes (150.884,65 kilos). Podemos constatar un aumento del 63% de las toneladas de drogas decomisadas cuando la DEA no realiza ninguna injerencia en los asuntos de Venezuela.

Cabe resaltar que los buenos resultados de Venezuela siguen creciendo. Durante la Operación Boquete, desarrollada en el año 2008, se destruyeron 223 pistas clandestinas de aterrizaje utilizadas por los narcotraficantes. Esta operación contó con la participación de 600 funcionarios procedentes de la ONA, de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas, y de la Guardia Nacional, apoyados por helicópteros MI-17 y aviones F-16, así como por nuevos radares de fabricación china recién adquiridos para luchar contra el tráfico internacional.

Asimismo, la destrucción de laboratorios clandestinos, que generalmente bordean la frontera con Colombia, es una prioridad del gobierno venezolano. Sólo en el año 2007, Venezuela desmanteló 12 laboratorios clandestinos que producían hasta una tonelada diaria de cocaína.

De forma general, tanto los organismos internacionales como la ONU o la OEA a través de su Mecanismo de Evaluación Multilateral, como los numerosos países que mantienen acuerdos bilaterales con Venezuela en la lucha antidroga, coinciden en subrayar los buenos resultados de Venezuela en este terreno.


Notas: [1] Las cifras que utilizamos son extractos del Informe Mundial sobre las Drogas realizado por la ONU en 2007 y 2008, así como de los resultados de la Oficina Nacional Antidrogas de Venezuela.