Referéndum en Venezuela

La victoria moral de Chávez
Alfonso Gumucio D.
Diciembre de 2008

 

Es muy interesante lo que acaba de suceder en Venezuela, con la victoria del NO contra la propuesta del Presidente Chávez de cambiar la Constitución que él mismo hizo aprobar hace ocho años. Las cifras indican que el NO ganó con un pequeño porcentaje, pero lo importante es que la democracia se fortaleció porque la oposición reconoció la legitimidad del juego democrático, y salió a defender la Constitución que durante los ocho años anteriores había vilipendiado.

La tranquilidad con que Chávez aceptó los resultados dice bien de él. Su discurso, aunque un tanto largo y reiterativo, como es costumbre, incluyó una reflexión poderosa sobre la democracia y la participación civil en la política ciudadana. Como él dijo, esta derrota es en realidad una victoria moral, porque consolida en el pueblo venezolano la confianza en el sistema y en la revolución bolivariana.

La oposición quedó, a pesar de su victoria, descolocada. Minutos antes de que se conocieran las cifras oficiales, algunos representantes de la oposición estaban alterados, vociferantes, sugiriendo que el retraso de una hora en la lectura de los resultados era una maniobra gubernamental. No hubo tal, en cambio hubo transparencia, como en todo el proceso.

Chávez admitió que la derrota del SI tuvo que ver con el alto grado de abstencionismo, cercano a un 44 por ciento. Sin embargo, sería interesante profundizar en el análisis de ese abstencionismo, más aún en el supuesto de que los abstencionistas –como sugiere el presidente Chávez- eran partidarios de la Revolución Bolivariana. La pregunta “¿por qué se abstuvo usted?” podría arrojar interesantes respuestas. No sería raro, por ejemplo, que la re-elección presidencial sea uno de los temas que molesta incluso a quienes se identifican con el proceso bolivariano.

La derrota del SI significa que sigue vigente la Constitución en la que se funda la Revolución Bolivariana. Las nuevas reformas, tendrán que esperar. Chávez dijo que no se moverá ni una coma de la propuesta que fue derrotada, pero me imagino que eso no lo puede decidir por sus pistolas, sino en diálogo con esa mitad de Venezuela que le apuesta al cambio. De otro modo, no sería una propuesta de Constitución nacida del consenso y del diálogo democrático.

La oposición estaba medianamente alborozada con el triunfo, porque sabe que fue una demostración de fuerza. Es también interesante constatar que hay en la oposición una conciencia clara de que una victoria por un punto porcentual es “pírrica”, como dijo Chávez, y no significa en absoluto un rechazo del proceso revolucionario ni tampoco de la figura de Chávez. Nadie debe equivocarse al respecto, y menos la oposición venezolana.

La victoria del NO, de alguna manera, abre nuevas puertas para el diálogo. El Presidente Chávez ha tenido la hidalguía pero sobre todo la inteligencia, de considerar la derrota como un episodio en un proceso de larga duración. Como militar, sabe que perder una batalla no significa perder la guerra.