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La crisis en las fronteras
Pedro Santana Rodríguez
*, Agencia Latinoamericana de Información

 

La cumbre del grupo de Río realizada en Santo Domingo el viernes 7 de marzo, culminó con una declaración de consenso que para muchos de manera inesperada puso en el congelador la crisis desatada a raíz de la incursión de las Fuerzas Armadas de Colombia, en el territorio ecuatoriano, que culminó con la muerte de Raúl Reyes tercero al mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Dicha incursión ocurrió en la madrugada del 1 de marzo.

En la declaración del grupo de Río se señala “Rechazamos esta violación de la integridad territorial del Ecuador y, por consiguiente, reafirmamos el principio de que el territorio de un Estado es inviolable y no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera fuera el motivo, aún de manera temporal”. “Reiteramos nuestro firme compromiso de combatir las amenazas a la seguridad de todos los Estados, provenientes de la acción de los grupos irregulares o de organizaciones criminales, en particular de aquellas vinculadas a actividades de narcotráfico.
Colombia considera a esas organizaciones como terroristas”. Estos son los dos puntos centrales de la declaración de la cual se desprenden, contrario a lo que mal informan los grandes medios de comunicación en Colombia una condena rotunda a la intervención militar en el Ecuador por parte de las Fuerzas Armadas Colombianas y en segundo lugar la postura que aquí ya habíamos comentado de la negativa de todos los Estados Latinoamericanos de calificar a las FARC como organización terrorista. La declaración dice exactamente que estas organizaciones son consideradas por el gobierno colombiano como terroristas. De esto se desprende que en este punto solo el gobierno colombiano considera que las FARC son una organización terrorista y narcotraficante.

En nuestro medio uribizado hasta más no poder y de contera además insuflado de chauvinismo o sea de patrioterismo no se quiere ver que el gobierno colombiano esta solo en el continente, solo acompañada del guerrerismo del gobierno de George Bush en los Estados Unidos. Fue la intervención de los norteamericanos en el seno de la Organización de los Estados de América, OEA, la que suavizo la declaración de dicho organismo en la condena que también produjo contra el gobierno de Colombia. El nuevo round se producirá este lunes 17 en la reunión de cancilleres de la OEA en Washington. Es muy difícil que Ecuador trance por algo menos que lo que logró ya en la declaración del grupo de Río en Santo Domingo el fin de semana anterior.

Como lo hemos afirmado de tiempo atrás la internacionalización del conflicto interno de Colombia se debe a una sola razón. El gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez se ha negado a reconocer la existencia del conflicto armado interno y también a despejar dos municipios, Pradera y Florida, durante cuarenta y cinco días para realizar un acuerdo de ntercambio humanitario con las guerrillas de las FARC. Lo que queremos advertir es que mientras sea esta la posición del gobierno de Colombia la intervención de la comunidad internacional no se detendrá. Y ello en razón a que las propias FARC han experimentado que en la comunidad
internacional en general y en América Latina en particular no ha corrido con suerte la tesis de la amenaza terrorista, según ésta teoría, en la lucha contra el terrorismo no existen fronteras nacionales ni soberanía de los Estados. en ésta teoría solo creen los Estados Unidos que como ya se sabe violó la soberanía territorial en Irak y de varios Estados Europeos con el traslado ilegal de secuestrados, como se demostró en el parlamento europeo.

Debemos insistir que la única manera de recuperar el manejo interno de la problemática colombiana es dando pasos adelante en el acuerdo humanitario lo cual pasa por garantizar una zona de encuentro bajo control de la comunidad internacional por tiempo limitado para negociar el intercambio de los secuestrados por las FARC y los presos de este grupo que se encuentran en manos del Estado Colombiano. Mientras ello no suceda la presión internacional seguirá su marcha y seguramente tendremos nuevos episodios de intervención externa en nuestros asuntos internos sobre todo por países que tienen marcado interés en el intercambio humanitario como Francia por el secuestro de Ingrid Betancourt.

El gobierno de Colombia enfrenta este dilema y mientras no modifique su política será muy vulnerable en el concierto internacional. Esta es la principal lección que debería extraer de la coyuntura que acaba de vivir por la violación de la Soberanía territorial del hermano país del Ecuador. En América Latina la seguridad y la lucha contra el terrorismo, no justifica la violación de la soberanía territorial de ningún Estado. Ese es el mensaje.


(*) Pedro Santana Rodríguez es Presidente de la Corporación Viva la Ciudadanía, Colombia.