La dignidad latinoamericana golpeó duro en la Cumbre a los colonialistas españoles

Altanería prepotente del Rey español al pretender hacer callar al Comandante Hugo Chávez
Carlos Aznárez
, Resumen Latinoamericano. 10 de noviembre de 2007

 

"Se acabó la época de los Virreyes", habrán pensado los jefes de Estado de Venezuela, de Bolivia, de Nicaragua, de Cuba y Ecuador, cuando en el marco de la XVII Cumbre Iberoamericana, tuvieron que sentir las palabras recriminatorias del Borbón español Juan Carlos, recriminando al jefe revolucionario Hugo Chávez que tuvo la "osadía" de llamar fascista al ex mandatario José María Aznar. Las verdades le dolieron a la delegación española y sobre todo, cuando Chávez puntualizó cada una de las maniobras que hizo el gobierno de Aznar al apoyar el golpe de Estado de abril de 2002 en Venezuela.

El fascista Aznar tuvo dos defensores de lujo, al salir el "socialista" Zapatero primero y luego el Monarca español, a exigirle al jefe bolivariano que se calle la boca y no agreda a su compatriota y hermano de ideas, en lo que a fascismo se refiere. Zapatero, refutando a Chávez pidió respeto para Aznar porque "había sido elegido con el voto de los españoles".

Pero si faltaba algo para que los oídos del nuevo colonialismo español se irritaran aún más, llegó el nicaragüense Daniel Ortega, quien hablando en nombre de su pueblo (y de todos los pueblos que luchan contra el colonialismo y el imperialismo) contó la nefasta historia de la empresa española Unión Fenosa en su accionar en Nicaragua. Los trató de mafiosos, de imperialistas y de provocadores que creen, dijo Ortega, que el pueblo de Nicaragua son sus súbditos.

Valía la pena ver la cara de Moratinos, Zapatero y el propio Borbón cuando Ortega les cantaba estas verdades. Y por supuesto, el Borbón optó por retirarse en medio de urgentes consultas de la delegación española. Zapatero y Moratinos se quedaron pero gruñendo por lo bajo. Ortega no se calló, y en la parte final de su arenga (que hizo recordar aquellos tiempos gloriosos en que desde la comandancia del FSLN le hablaba a las masas rojinegras de su país), salió en abierta defensa de Hugo Chávez. Finalmente, llegó la dignidad de Cuba, en la voz del vicepresidente Carlos Lage, quien rompió una lanza a favor de Chávez y en forma muy clara le contestó a un cada vez más incómodo Zapatero de que "no basta que un pueblo lo elija para que un mandatario sea alguien respetable". Y agregó: "a Bush lo eligieron y es el
asesino del pueblo iraqui y yo no le tengo ningún respeto".

Quien quiera oir que oiga: los pueblos de Latinoamérica ya no pueden ser avasallados ni por yanquis ni borbones. Con esa altanería que los caracteriza, estos defensores de las trasnacionales que han hambreado a nuestra gente (qué otra cosa es Repsol, Telefónica, Union Fenosa, Endesa y otras similares) intentaron hacer callar pero no lo lograron a los jefes revolucionarios que hoy les plantan cara en nombre de sus pueblos. Por eso tuvieron que optar (como en el caso del Borbón) por retirarse. En buena hora, NO LOS QUEREMOS Y DEBEN SABERLO.

Se acabó la época de los virreinatos (aunque algunos arrodillados todavía quedan) y es la hora de los pueblos. De allí la dignidad de Chávez, de Evo, de Ortega, de Correa, de Lage, advirtiéndoles a los poderosos y a los colonizadores que Latinoamérica no quiere saber más nada de sus propuestas neoliberales e imperialistas.