Medios de comunicación y transgénicos, detrás del golpe en Paraguay
José Manzaneda, CubaInformación. 6 de julio de 2012

 

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El pasado 22 de junio era destituido por el Parlamento de Paraguay el presidente Fernando Lugo, en lo que la mayor parte de gobiernos de América Latina han calificado como golpe de estado encubierto (1).

Cables diplomáticos de EEUU revelados por Wikileaks apuntan a la existencia de un plan, ya en 2009, para “aprovechar “cualquier error” cometido por Lugo” (palabras textuales), someterlo a “un juicio político en el Congreso” y sustituirlo por su vicepresidente, el liberal Federico Franco (2). Es decir, exactamente lo que ha ocurrido.

El citado “error de Lugo” –el pretexto para el golpe- fueron los sucesos del 15 de junio en la localidad de Curuguaty (3). Allí, campesinos sin tierra habían ocupado una finca de Blas N. Riquelme, uno de los grandes terratenientes del país, expresidente del derechista Partido Colorado y que fue beneficiado por la adjudicación fraudulenta de tierras del estado durante la dictadura de Alfredo Stroessner. El desalojo policial de los ocupantes –que reclamaban la distribución por parte del gobierno de dichas tierras- dio como resultado la muerte de once campesinos y seis policías, en un suceso aún muy confuso.

Los medios de comunicación del país, encabezados por el poderoso diario ABC Color, criminalizaron a los campesinos y responsabilizaron de los hechos al presidente Fernando Lugo por su respuesta tibia y una supuesta connivencia con los ocupantes de tierras (4). Se realizó contra él un juicio político en el parlamento, con cargos tales como “haber permitido la violación del derecho de propiedad y el odio entre clases sociales por la invasión de tierras”, y fue destituido (5). Federico Franco, tal como ya habían anticipado los cables publicados por Wikileaks, fue investido presidente.

En Paraguay, al igual que el 80% de las tierras están en manos de un 2% de propietarios, el 98% de los medios de comunicación son privados comerciales (6).

El diario de más tirada e influencia del país, ABC Color, fue fundado durante la dictadura de Stroessner por Aldo Zucolillo –su director, principal accionista y actual dirigente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)-. El diario es parte del Grupo Zucolillo, socio a su vez de Cargill, una de las transnacionales agroindustriales más importantes. Este dato es muy importante para entender los acontecimientos.

Hace escasas semanas un organismo estatal -el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave)- había obstaculizado la introducción en Paraguay de una semilla transgénica de algodón y maíz de la multinacional Monsanto (7). Esta decisión movilizó a la Unión de Gremios de Producción, organización controlada por terratenientes y empresas agroindustriales y que está presidida por Héctor Cristaldo, empresario –precisamente- del Grupo Zucolillo. La campaña mediática por parte del diario de dicho grupo, el ABC Color, no se hizo esperar. Y durante semanas se sucedieron las denuncias por supuesta corrupción contra el presidente del Senave, Miguel Lovera (8).

Numerosos analistas subrayan la relación directa entre la destitución de Lugo y una cercana liberalización de las semillas transgénicas, principal negocio de los grupos agroindustriales que concentran la tierra del país. La demonización mediática del movimiento campesino se inserta en esta lógica, ya que su lucha es tanto contra la concentración de tierra como por la soberanía alimentaria y en contra de las semillas transgénicas.

La televisión pública paraguaya, inaugurada en mayo del 2011, ha sido, junto a los medios comunitarios, el altavoz de la resistencia al golpe parlamentario, que era censurada por los medios privados (9). El gobierno de facto llegó a cortar incluso la señal de la televisora pública el día 24 de junio, mientras ésta transmitía las protestas en la calle (10). Posteriormente, ha realizado cambios en la dirección del canal para ejercer un control gubernamental directo sobre el medio (11).

Por otro lado, mientras se realizaba el juicio político contra Lugo, diputados paraguayos se reunían con militares de Estados Unidos, para negociar la instalación de una base militar norteamericana en el país, concretamente en el Chaco (12). Paraguay tiene una enorme importancia geoestratégica para EEUU, al ser limítrofe con Bolivia, Brasil y Argentina.

La analista Stella Calloni apunta como uno de los objetivos del golpe anular los compromisos firmados por Fernando Lugo con la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), obstáculo para cualquier proyecto de creación de bases de EEUU en la región.

El presidente Fernando Lugo ganó las elecciones de 2008 con el apoyo de los sectores populares, entre ellos una buena parte del movimiento campesino del país. Fue el fin de 60 años de poder del Partido Colorado, representante de la oligarquía. Pero su gobierno fue una coalición con fuerzas también de la derecha, que finalmente pactaron su destitución. Su mandato fue sumamente moderado, con constantes concesiones al poder económico. A pesar de ello, sus escasas medidas progresistas no le fueron perdonadas. Y como en otros procesos similares en la región, terratenientes, multinacionales agroindustriales, derecha política heredera de la dictadura militar, jerarquía de la Iglesia Católica, Gobierno de EEUU y dueños de los medios de comunicación dictaron su ya anunciada sentencia política.