El Presidente Correa fue reelecto en las elecciones del domingo 26 de abril, con amplia mayoría: Escrutadas algo más del 70% de las urnas, obtiene el 51,7% de los sufragios, mientras que sus oponentes, Lucio Gutiérrez, Álvaro Noboa y Martha Roldós obtuvieron respectivamente el 28%, 11,6% y 4,5%, según confirmó la Corte Nacional Electoral (CNE) ecuatoriana.

La legislación electoral de Ecuador establece que para ser elegido en primera vuelta el candidato debe obtener más del 50% de los sufragios o, alternativamente, un mínimo del 40% siempre que la diferencia con su inmediato seguidor supere los 10 puntos porcentuales. Esta es la primera vez que en Ecuador un candidato a presidente resulta electo en primera vuelta, obteniendo más votos que todos sus rivales juntos.

A estos comicios estaban convocados más de 10,5 millones de electores y electoras. Por primera vez pudieron ejercer su derecho a voto, de forma facultativa, policías y militares, presos que no hubieran sido sido condenados, extranjeros residentes en el país por más de cinco años y jóvenes entre 16 y 18 años.

Antes de que la CNE facilitara estos resultados preliminares, el Presidente Correa pronunció un discurso en Guayaquil ante los seguidores del Movimiento PAIS (Patria Altiva y Soberana), en el que se comprometió a no defraudar a la Revolución Ciudadana, trabajando para generar los empleos necesarios, erradicar la miseria para conseguir un país más justo, equitativo y digno, y avanzar en la mejora del sistema de salud y resolver los desafíos en educación, pues el eje fundamental de su gobierno, afirmó,  son los más pobres y los más débiles, a quienes adjudicó el triunfo electoral, pues han apostado por el cambio de estructuras en el país.

Asimismo, ante los tres millones de emigrantes repartidos por el mundo a quienes calificó de "exiliados de la pobreza, expulsados de su país por falta de oportunidades", se comprometió a que cuando regresen algún día, se encuentren con un país que ha decidido ser libre y donde encontrarán "la felicidad que fueron a buscar a otros países". Unos 184 mil ecuatorianos residentes en el extranjero estaban convocados a las urnas de forma voluntaria, no obligatoria, como es el caso de los residentes en Ecuador, para elegir al presidente y vicepresidente, así como a quince congresistas nacionales y otros seis legisladores, que representarán a los emigrantes. En España votaron más de 40,5 mil electores, según informó la Embajada.

Rafael Correa anunció en este discurso que no claudicará ante "el poder corrupto de los medios de comunicación", comprometidos con los sectores políticos y económicos del país, que se cren "por encima del bien y del mal... para inventarse supuestos ataques a la libertad de expresión". El Presidente Correa, como los presidentes Chávez y Morales, viene sufriendo una guerra mediática desde hace dos años, con la que los propietarios de los oligopolios comunicacionales pretenden desestabilizar su gobierno difundiendo informaciones manipuladas. Haciendo referencia a que los otros siete candidatos se dedicaron a sólo a luchar contra él durante la campaña electoral, dijo que "todos estaban contra el Gobierno, pero como ese Gobierno por primera vez representa verdaderamente a todo el pueblo, ese pueblo los ha vencido".

 La integración de América Latina, principal objetivo en materia internacional

El presidente Correa afirmó al día siguiente de las elecciones que le dieron la victoria por segunda vez, que en materia internacional uno de los principales objetivos de su gobierno será consolidar la integración de América Latina, mediante la adopción de medidas efectivas más allá de lo comercial, pues uno de los grandes errores del pasado ha sido la competencia entre los países de la región para obtener mejores mercados a costa de explotar más su fuerza laboral, en vez de cooperar como hermanos. La integración debe ser enfocada desde el punto de vista de la coordinación, complementariedad y cooperación entre los países, pues América Latina puede ser autosuficiente en energía, soberanía alimentaria e integración financiera.

Expuso que Latinoamérica debe apostar por la independencia financiera, creando una arquitectura propia que acabe con la dependencia histórica de la región con los países desarrollados y con los organismos financieros internacionales; éstos han utilizado los recursos y reservas internacionales de América Latina depositados en el "primer mundo" para financiar los préstamos con los que someten "a nuestros países". Para ello hay que seguir avanzando con iniciativas como el Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE), creado en la última reunión de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Banco del Sur o el Fondo de Reservas del Sur, que permitirá que las reservas internacionales se queden en la región y no vayan a bancos "del primer mundo".

Añadió que Ecuador profundizará sus relaciones internacionales fundamentalmente con Latinoamérica y especialmente con los países cuyos gobiernos adopten políticas socialistas; pero también con otros estados como China, Irán y Rusia, bajo el criterio de soberanía en materia de política internacional "sin miedo, sin patronaje, sin tener que pedirle permiso a nadie". Con Estados Unidos, primer socio comercial de Ecuador, continuarán las relaciones de forma cordial siempre que éstas estén basadas en el respeto.

Refiriéndose a la crisis financiera internacional, expuso que es consecuencia del mismo sistema capitalista y no de factores externos, por lo que la única manera de abordarla es mediante el diseño de un nuevo y mejor sistema, pues no se van a encontrar soluciones desde el que ha colapsado.

Fuentes: Agencia Informativa Púlsar, TeleSur y Nueva Tribuna