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En América todo gobierno progresista han sufrido con mayor o menor intensidad el embate de una oposición interna y la injerencia exterior, con el propósito de aislarle, desestabilizarle y derrocarle, utilizando herramientas tales como las campañas de desinformación y calumnia, alteraciones del orden público, intentos de magnicidio y agresión externa. La Revolución Bolivariana no es una excepción: La derecha opositora, incapaz de hacerse con el poder por los medios establecidos constitucionalmente, ha practicado la revuelta callejera, el cierre patronal y el sabotaje, el golpe de estado y a la agresión con efectivos militares extranjeros.

En La invasión paramilitar: Operación Daktari, escrito por Luis Britto García y Miguel Ángel Pérez Pirela y publicado por Ediciones Correo del Orinoco, se explica y documenta cómo en 2004 reservistas y paramilitares colombianos cruzan la frontera de Venezuela, vestidos con uniformes e insignias del ejército venezolano, para perpetrar un atentado contra el gobierno legítimo. Según consta en los documentos que se reproducen en este libro, la operación contó con la financiación, apoyo, protección y logística de las autoridades locales opositoras y, posiblemente, con la connivencia y el estímulo de gobiernos extranjeros.

Los autores de esta investigación develan cómo una parte importante de la oposición venezolana no tiene reparos jurídicos, éticos ni patrióticos en recurrir a la violencia antidemocrática o en convocar y apoyar fuerzas extranjeras para hacerse con un poder que es incapaz de lograr legítimamente: La invasión contó con el apoyo de sectores financieros, políticos y militares de la oposición, así como con el de la mayoría de los medios de comunicación privados, que primero intentaron ocultar el hecho, luego lo banalizaron y finalmente, lo presentaron como un montaje del Gobierno Bolivariano.

La infiltración de fuerzas irregulares mercenarias en territorio venezolano no ha concluido y sigue contando con el apoyo de las estructuras de poder de la oligarquía nacional y el capitalismo transnacional, por lo que es muy peligroso para la Revolución Bolivariana que el desmantelamiento de esta operación pueda ser entendido como asunto concluido: Todo conflicto tiende a extenderse más allá de sus fronteras y el conflicto colombiano no es una excepción; pero además, los elementos paramilitares ya infiltrados, y en principio desmovilizados tras ser abortada la operación, están creando graves problemas sociales, económicos y políticos en el país.