El pueblo venezolano habló alto y rotundo
Chávez obtiene el mayor respaldo electoral a un presidente en la historia de Venezuela
Patricia Rivas, Mundo Obrero.

 

Eran las 3:47h. cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE), único organismo legitimado para ofrecer resultados, lanzaba en rueda de prensa los primeros datos parciales sobre el referéndum, escrutado el 96% de los votos electrónicos y a falta de contabilizar los sufragios manuales de las zonas agrarias del país. Esos resultados provisionales anunciaban ya una victoria contundente del NO a la revocación del presidente Hugo Chávez: 4.991.483 (un 58,2%) frente a los 3.576.517 (41,7%) de los partidarios del SÍ.

Este anuncio lo hacía el presidente del CNE, Francisco Carrasquero, minutos después de que dos de los cinco rectores que componen el CNE, y que curiosamente están alineados con la oposición, expresaran sus reservas sobre la validez de dichas cifras, achacando defectos de forma a la totalización de los resultados, como la ausencia de actas y de auditorías a las máquinas de la empresa Smartmatic que se utilizaron para registrar los sufragios.

Había sido un día muy largo. El pueblo se despertó el domingo de madrugada: a las 3h00 sonó la corneta tocando diana, los cohetes y la música en los barrios de Caracas. Era la señal para las patrullas electorales y las unidades de batalla electoral (las ubes) y para todos los bolivarianos. Comenzaba una movilización masiva con el objetivo de que no se perdiera ningún voto y de que la jornada transcurriera con la máxima normalidad.

Las cifras de participación batieron récords. Desde la madrugada miles de personas hacían cola ya en los colegios electorales, que se vieron colapsados en muchos lugares por la escasez de mesas en relación con la cantidad de votantes, por retrasos provocados por la ausencia de miembros de la mesa, por fallos técnicos en el funcionamiento de las máquinas, etc. Sin embargo, si algo demostró en la jornada histórica de ayer el pueblo venezolano fue su voluntad de participar en el referéndum y una paciencia infinita. Muchos votantes esperaron en larguísimas colas que llegaron a superar el kilómetro de longitud, hasta doce horas para emitir su voto. El horario de cierre de los colegios electorales, previsto en principio para las 16h, tuvo que ampliarse primero hasta las 20h y posteriormente hasta la medianoche.

El ambiente que se respiraba en los barrios, pese a todo, era el de una auténtica celebración, porque no cabía ninguna duda del triunfo aplastante que se obtendría en lo que el presidente Chávez había bautizado como “la batalla de Santa Inés”, aludiendo a un episodio de la guerra de independencia.

De modo que los resultados provisionales del CNE llegaron en medio de la impaciencia del pueblo, que empezaba a inquietarse ante la demora en su divulgación, cuando se sabía que Gaviria, al frente de la misión de observadores internacionales de la OEA, se negaba a aceptarlos, mientras todo el resto de observadores oficiales incluyendo al propio presidente Carter, los daba por buenos.

Finalmente el CNE hizo públicos los resultados parciales y éstos fueron asumidos por el movimiento popular y el bloque bolivariano, que en ningún caso esperaba un resultado inferior a los seis millones de votos a favor del NO, ni porcentajes inferiores al 70%. De todos modos, se recordaba que quedaba por escrutar el voto manual y que la tendencia de victoria del NO solamente podía verse reforzada.

Venezuela ahora es de todos

A las 4:30h, el presidente Chávez salía triunfal al balón del Palacio de Miraflores, en cuyas inmediaciones se había ido congregando una inmensa multitud para festejar la victoria. El mandatario señaló en primer lugar, que se trataba de una jornada histórica, en la que había triunfado la Constitución bolivariana y el pueblo venezolano. Destacó además que quienes habían votado SÍ no debían sentirse derrotados. “Quiero que desde aquí les llevemos un mensaje de respeto, de saludo y de aliento”, pidió el presidente, añadiendo que “tienen derecho a pensar distinto. No es cierto que nuestro proyecto les excluya a ellos. Nosotros respetamos a la oposición y les invitamos a que acepten esta jornada como una victoria nacional que también les abarca a ellos”.

Chávez destacó lo inédito del referéndum desarrollado en Venezuela, y lo definió como “un mecanismo novedoso, profundamente democrático, que abre las puertas a un nuevo modelo de democracia participativa, que nos permitirá construir un país en que vivamos con justicia y por tanto en paz”. Habló también del triunfo del proyecto de desarrollo alternativo que el Gobierno está impulsando en alianza con los sectores populares organizados, y anunció el inicio de una nueva etapa de la Revolución Bolivariana, hasta diciembre de 2006: una etapa de consolidación de los logros, de profundización en la lucha contra la injusticia, la exclusión y la pobreza.

El presidente declaró un día de asueto remunerado para el día del lunes, reconociendo el esfuerzo realizado durante toda la jornada por los electores, y lanzó dos claros mensajes al mundo:

“El Gobierno que yo presido garantiza la estabilidad de Venezuela; garantiza la cooperación internacional con los gobiernos que apuestan por la integración latinoamericana y del Caribe; y garantiza a los países de la OPEP la estabilidad en la producción de petróleo mundial”.

Más gráfico fue el presidente al afirmar que “la pelota cayó en el Centro de la Casa Blanca. Esperamos que el Gobierno de la nación más poderosa recapacite y ojalá a partir de hoy respeten al Gobierno y al pueblo de Venezuela”.

Chávez terminó su alocución anunciando el inicio de una “etapa de avance y de reconciliación profunda desde el alma del pueblo venezolano”, e hizo un llamamiento a la “unión nacional de todos los venezolanos, para construir la patria nueva, para hacer realidad el proyecto contenido en la Constitución Bolivariana”.

La oposición desconoce el resultado

Los peores temores sobre la reacción que tendría la oposición se confirmaron cuando, inmediatamente después de finalizar el discurso del presidente, el Secretario General de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, comparecía en rueda de prensa para anunciar que respaldaban la posición expresada por los dos rectores “díscolos” del CNE, Solera Mejía y Ezequiel Zamora, y que “sus números” eran muy distintos a los oficiales, atribuyendo un 60% a la opción del SÍ.

Según este dirigente opositor, para ratificar estos datos “estuvo la presencia multitudinaria de la gente en las colas para votar y se podía ver en sus caras”.Ramos Allup redundó en los argumentos expresados por los rectores opositores del CNE sobre la no auditoria de las máquinas, la ausencia de miembros de la oposición en el recuento final de los resultados, y añadió supuestas irregularidades en las mesas de votación.

“Estamos en la obligación de defender el voto de la gente y rechazamos los resultados ofrecidos por los tres rectores del oficialismo”, anunció Ramos Allup, quien denunció un “fraude perpetrado desde el CNE siguiendo los dictados del presidente”.

Es la crónica de un desconocimiento anunciado de los resultados de un proceso ejemplar por parte de una oposición a quien le ha durado poco el talante democrático, y que al parecer se lanza a una nueva campaña de confrontación desesperada e irresponsable. Todo indica a que continuarán con la campaña mediática de desestabilización e intoxicación, negándose a reconocer lo que en la Venezuela de hoy es más evidente que nunca: la clase trabajadora y los sectores populares no están dispuestos a que se les vuelva a excluir y exprimir en el juego engañoso de la llamada “democracia representativa”. Tienen claro cuál es su proyecto y reivindican una profundización en las reformas, con una organización cada vez más sólida y amplia en todos los frentes.

Habrá que seguir pendientes a las maniobras de la oposición y de los vasallos del imperialismo estadounidense estos días. Seguiremos informando.