Ha nacido el ALBA
Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe

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El texto de este documento forma parte de la exposición de carteles sobre la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, elaborada por la Plataforma Bolivariana.

 

¿Qué es el ALBA?

La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA) es una propuesta de integración que pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, expresando los intereses de los pueblos latinoamericanos.

El ALBA propone la creación de ventajas cooperativas entre las naciones, para compensar las asimetrías existentes, mediante el uso de fondos compensatorios para corregir las desventajas de los países débiles, dando prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques sub regionales, que permita profundizar en el conocimiento de las posiciones de las naciones e identificar los espacios de interés común, a fin de constituir alianzas estratégicas.

El ALBA es una propuesta para construir consensos y repensar los acuerdos de integración a fin de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos.

El ALBA, como propuesta bolivariana y venezolana, se suma a la lucha de los movimientos, de las organizaciones y a las campañas nacionales que se multiplican y articulan a lo largo y ancho de todo el continente contra el ALCA, que responde a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes, servicios e inversiones.

El ALBA es una manifestación de la decisión histórica de las fuerzas progresistas para demostrar que Otra América es Posible.

Desarrollo endógeno

La noción neoliberal de acceso a los mercados consiste en proponer medidas para reducir los aranceles y eliminar las trabas al comercio y a la inversión. El libre comercio, entendido en estos términos, sólo beneficia a los países de mayor grado de industrialización y desarrollo.

Los grandes acuerdos de integración, por el contrario, deben quedar supeditados a los objetivos del desarrollo endógeno, pues la escasa diversificación de la oferta regional hoy existente imposibilita un desarrollo que armonice el crecimiento económico con una mejora de la calidad de vida y del grado de bienestar de los pueblos de América.

Con las propuestas del ALCA podrán crecer las inversiones y las exportaciones, pero al estar basadas en una industria monopolista y excluyente y en la explotación masiva de la fuerza de trabajo, no tendrá efectos multiplicadores sobre los sectores agrícola e industrial, ni generará los empleos de calidad que son imprescindibles para derrotar la pobreza y la exclusión social.

El ALBA, en cambio, es una propuesta alternativa basada en la solidaridad entre los pueblos del continente y sus gobiernos para que los países más débiles puedan superar las desventajas que los separan de los países más poderosos del hemisferio.

La agricultura, un sector estratégico

Para muchos países de América Latina y El Caribe la actividad agrícola es fundamental para la supervivencia de la propia nación; por ello, no puede exigirse de forma generalizada la liberalización del comercio de productos agrícolas, pues las condiciones de vida de millones de personas de las comunidades campesina e indígena estarían muy afectadas si ocurriera una oferta masiva de bienes agrícolas importados, aún en el caso de que no fueran subsidiados.

La actividad agrícola es mucho más que la producción de una mercancía: es un modo de vida. Es fundamental en la conservación de las opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define los modos de relación con la naturaleza, actúa sobre los temas críticos de la seguridad y la soberanía alimentaria y, por lo tanto, no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.

La seguridad alimentaria se alcanza desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo económico y social de la nación.

Aranceles y subsidios agrícolas

Parte importante de la pobreza y la marginalidad de los pueblos de América se concentra en la población de las zonas rurales que subsiste de la actividad agropecuaria y su situación se vería agravada si los países desarrollados del hemisferio limitaran el margen de acción de las políticas nacionales. La seguridad alimentaria de la que hoy gozan aquéllos, es fruto de medio siglo de políticas de apoyo sistemático a la agricultura, apoyo que distorsiona los precios en los mercados mundiales.

Aunque cesaran los apoyos económicos agrícolas en los países desarrollados, persistiría la desventaja de los países emergentes, pues éstos carecen de la infraestructura y el aparato productivo y tecnológico establecido y operado gracias a los desembolsos de aquellas políticas.

Los EEUU han manifestado su negativa a negociar en el marco del ALCA los subsidios a las exportaciones de productos agrícolas y las ayudas internas que distorsionan el comercio y la producción de productos agrícolas, incluidas las medidas con efectos equivalentes a dichos subsidios y, sin embargo, exige a los países en vías de desarrollo que renuncien al uso de las políticas públicas para promover el desarrollo de sus aparatos productivos, exigiendo en plazos perentorios la eliminación de los aranceles agrícolas.

No es aceptable que la agricultura se circunscriba exclusivamente a la eliminación de los aranceles por parte de los países en vías de desarrollo, mientras las principales potencias se niegan a eliminar los subsidios y ayudas internas.

Distorsión de precios agrícolas

EEUU destinan anualmente centenares de miles de millones de dólares para sostener sus exportaciones y la producción de su agricultura, ocasionando fuerte distorsiones en el precio de los productos agrícolas en los mercados mundiales y aunque se eliminen las barreras arancelarias para las exportaciones latinoamericanas, estos países son incapaces de competir con los precios de los productos subsidiados, por lo que se ven impedidos en el acceso efectivo a los mercados del hemisferio.

Los países emergentes carecen de los recursos financieros que disponen los países desarrollados para apoyar la agricultura, y el único instrumento para paliar los efectos perversos de las distorsiones de los precios internacionales, son las políticas arancelarias, cuya desaparición exige el ALCA.

Los países en vías de desarrollo no pueden facilitar el acceso a sus mercados de productos procedentes de países desarrollados, pues la enorme diferencia en el tamaño de las economías de unos y otros, sitúa a aquéllos en desventaja: Mientras el tamaño de los mercados de los países emergentes significa muy poco para la expansión de la agricultura de los países desarrollados, una pequeña fracción de aumento o desvió de sus exportaciones hacia estos países puede significar una conmoción de precios y el derrumbe del sustento para una parte importante de la población.

La patentes farmacéuticas

La propiedad intelectual es otro de los asuntos en los cuales se expresa más nítidamente la oposición de intereses entre las grandes corporaciones internacionales y los países pobres del Sur; a pesar de la resistencia inicial de éstos, los países del Norte lograron imponer un régimen obligatorio y global de protección de la propiedad intelectual, de cuerdo a sus exigencias.

En las relaciones asimétricas hoy existentes, la ventaja del Norte reside en las áreas científico-tecnológicas, que son protegidas por el régimen internacional de definición y protección de la propiedad intelectual, mientras que la diversidad genética y en el conocimiento tradicional de los pueblos campesinos y aborígenes, que es donde tienen ventaja los países del Sur, carecen de protección.

Antes de que fuera impuesto el régimen de protección a la propiedad, en más de 50 países no existían instrumentos legales de protección sobre las patentes de productos farmacéuticos, y sus mercados internos podían ser surtidos con medicamentos genéricos, a precios muy inferiores a los establecidos por las empresas dueñas de las patentes.

Los acuerdo sobre propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio obligan a todos los países a establecer regímenes de patentes que garanticen la protección estricta de la propiedad intelectual y, por lo tanto, el aumento significativo de precios que esta imposición implica, provocará no sólo una reducción del consumo, sino también, la exclusión de amplios sectores de la población en el acceso a los medicamentos.

Las patentes agrícolas

En la actualidad el 80% de las patentes sobre alimentos modificados genéticamente están en manos de 13 trasnacionales y 5 compañías agroquímicas que controlan casi todo el mercado global de semillas.

Como consecuencia del establecimiento de patentes sobre diversas formas de vida y la apropiación/expropiación del conocimiento campesino y comunitario, por parte de las grandes transnacionales de semillas y agroquímicos, están cambiando aceleradamente los patrones de producción campesinos en escala global.

El campesinado es cada vez más dependientes de las transnacionales, a quienes debe comprar costosos insumos; pero además, la manipulación genética y uso intensivo de agroquímicos está produciendo una reducción en la variedad genética de los principales cultivos alimenticios y en la capacidad de auto adaptación y regeneración de los sistemas ecológicos.

Las transnacionales agroalimentarias expropian conocimientos y recursos desarrollados secularmente por las comunidades campesinas, para patentarlos, reintroduciéndolos a altos precios, asegurándose así el control de la producción de alimentos y agudizando las desigualdades que caracterizan las actuales tendencias hegemónicas de la globalización.

Liberalización, desregulación y privatización de los servicios públicos

Bajo una aparente ordenación del comercio internacional, el ALCA pretende la liberalización, desregulación y privatización de los servicios esenciales para la sociedad, como son la salud, educación, seguridad social, agua potable, transporte, correos, servicios municipales, medio ambiente, cultura y recursos naturales, entre otros Pretende impedir la intervención del Estado para regular el comercio y los servicios.

En la historia reciente de Venezuela y América Latina, la privatización de servicios como el transporte aeronáutico, las telecomunicaciones o la electricidad, ha traído como consecuencia las prácticas monopolistas, el alza de los precios y la disminución de la calidad de los servicios, la destrucción de millares de empleos y el desmantelamiento y dilapidación de recursos públicos en procesos de privatización amañados.

La privatización y liberalización de los servicios beneficia a las grandes multinacionales, que convertirían los servicios públicos de todos y todas en mercados privados, y perjudica a los sectores más empobrecidos y excluidos socialmente, que quedarían desposeídos de los servicios financiados con recursos públicos.

El ALBA y los servicios públicos

La mala calidad de los servicios públicos abona la hipótesis de que éstos mejorarían con su entrega a la iniciativa privada; pero la solución para mejorar la eficacia de los servicios públicos consiste en establecer mecanismos que impidan a los evasores de impuestos, que se apropian de los recursos financieros necesarios para mejorar su calidad y, al mismo tiempo, mecanismos para mejorar su gestión y asegurar el acceso masivo a los mismos en condiciones de igualdad.

La liberalización de los servicios no produce mayor competitividad, ni un mayor grado de desarrollo de los mismos, ni un ahorro para los consumidores. Después de más de una década de apertura, liberalización y privatizaciones, esta política sólo ha generado más beneficios para las grandes corporaciones trasnacionales, a costa de excluir de los servicios públicos a millares de personas en todo el mundo que no pueden pagar lo que se les exige para tener acceso a los mismos.

Los estados deben tener capacidad para diseñar y ejecutar políticas en defensa del derecho de los pueblos al acceso a servicios esenciales de buena calidad y a buenos precios, capaces de satisfacer las necesidades de las personas y, por tanto, su prestación no puede estar basada en criterios de rentabilidad, sino de interés social.

Corrección de asimetrías en el ALBA

Para la construcción del ALBA, Venezuela propone la creación de los Fondos Compensatorios o de Convergencia Estructural con el fin de reducir de manera significativa las asimetrías, tanto entre los niveles de desarrollo de las naciones como entre los sectores productivos, dotando a dicho mecanismo de metas sociales y económicas precisas, plazos bien establecidos y protocolos de seguimiento.

Este mecanismo requiere una definición inicial, que permita medir las asimetrías existentes en la región; a tal fin, Venezuela propone abrir un debate para identificar una definición concreta de economía mas pequeña que facilite la adopción de estrategias adecuadas para superar las asimetrías.

Para superar las diferencias en los niveles de desarrollo y el tamaño de las economías se precisaría:

  • Generar instrumentos para que los países en desarrollo puedan mejorar sus condiciones productivas y competitivas.

  • Definir claramente las economías que serán objeto de trato especial y diferenciado, no sólo con base en la dimensión de los participantes, sino utilizando también las variables población, superficie, producción global y dotación de recursos; así como, indicadores referidos al grado de desarrollo y limitaciones estructurales de las economías.

  • Identificar el trato especial y diferenciado también hacia el interior de cada una de las economías, para actuar sobre las regiones y sectores que más lo necesitan, atendiendo a las disparidades interiores.

En definitiva, el proyecto alternativo de integración latinoamericana y caribeña que denominamos ALBA, incluye propuestas y mecanismos concretos para superar las grandes disparidades entre los países y en el interior de muchos de ellos.

Principios rectores del ALBA

  1. La integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y las inversiones. El ALBA es una propuesta que entra su atención en la lucha contra la pobreza y la exclusión social.

  2. En la propuesta del ALBA se le otorga una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física.

  3. En el ALBA, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de proteger a sus campesinos y productores agrícolas.

  4. Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio.

  5. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaria. En estos países la agricultura es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.

  6. ALBA tiene que atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:

    1. La pobreza de la mayoría de la población;

    2. Las profundas desigualdades y asimetrías entre países;

    3. Intercambio desigual y condiciones  no equitativas de las relaciones internacionales;

    4. El peso de una deuda impagable;

    5. La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político;

    6. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y a tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual; y,

    7. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social.

  7. Enfrentar la llamada Reforma del Estado que solo llevó a brutales procesos de desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.

  8. Como respuesta a la brutal disolución que éste sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con base en la participación del ciudadano en los asuntos públicos.

  9. Hay que cuestionar la apología al libre comercio per se, como si sólo esto bastara para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar colectivo.

  10. Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino al fortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles.

  11. Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos internacionales.

El ALBA y el Caribe

En el Caribe existen condiciones objetivas que permitirían avanzar rápidamente en el proceso de integración, a través de un programa de cooperación integrado y consistente, orientado a sentar las bases del desarrollo socioeconómico sostenible y la consolidación de una comunidad de naciones. Las propuestas del ALBA para el Caribe no entran en conflicto con los acuerdos multilaterales o subregionales ya existentes, que deben ser asumidos como complementarios.

El Caribe es una reserva de riquezas energéticas, yacimientos de minerales estratégicos y acuícola; es una región llamada a convertirse en potencia turística mundial y de prestación de servicios marítimos, por su ubicación geoestratégica; es una zona de amplio y rico perfil cultural y étnico. El peso político de la comunidad de naciones caribeñas en los organismos multilaterales internacionales le confiere capacidad de negociación en la toma de decisiones. Todas estas ventajas se potenciarían en el marco de un proceso de integración como el que propone el ALBA, que a su vez, actuaría sobre las desventajas económicas y sociales.

En lo económico, los países del Caribe presentan balanzas comerciales deficitarias, al tiempo que el comercio intraregional es débil, pues supone sólo algo menos del 12% del total de sus exportaciones. El reto consiste en desarrollar y profundizar el comercio interno, de forma que sea posible la sustitución de importaciones de terceros países por productos de la región, que en varios sectores son complementarios entre sí.

En materia social existen necesidades y metas comunes, pues todos los países de la región necesitan contribuir al desarrollo de la educación en todos sus niveles y, en materia de salud se enfrenta, igualmente, a desafíos comunes, pues el Caribe es la zona más afectada por el SIDA, después de África.

Iniciativas del ALBA para el Caribe

Lucha contra la pobreza y la exclusión social, desarrollando programas de vivienda, servicios básicos, alfabetización y salud, mediante planes de apoyo técnico y financiero.

Implantación de un plan conjunto de seguridad alimentaria, que garantice las condiciones para el desarrollo de la producción y procesamiento de alimentos, así como su comercialización con precios ajustados a los recursos de la población de la región.

Desarrollo energético y minero, mediante cadenas integradas que agreguen valor a las materias primas e impulsen el desarrollo endógeno sustentado en la innovación tecnológica, en estrategias conjuntas de comercialización, reingeniería, transporte, almacenaje y distribución, y en la creación de un Fondo de Desarrollo Minero para la asistencia técnica, financiera y de investigación, a fin de lograr la soberanía productiva.

Diseño y promoción de un portafolio de inversiones, orientado a construir las cadenas industriales integradas de agregación de valor de las materias primas.

Intercambio Académico y Cultural, para ampliar la Universidad del Caribe mediante la apertura de sedes en otros países de la región. Incentivar el intercambio cultural y establecer alianzas estratégicas para la formación de recursos humanos, aprovechando y compartiendo las capacidades comunes.

Compartir las experiencias y desarrollos en la industria turística, para sentar las bases de una gestión integrada. Establecer alianzas estratégicas orientadas a la formación de recursos humanos, el desarrollo de infraestructuras de transporte y logística, la constitución de una línea aérea regional caribeña y la gestión, promoción y comercialización de los servicios turísticos en el Caribe.

Elaborar programas conjuntos de conservación medioambiental, estableciendo sistemas de apoyo a la gestión ambiental comunitaria y la formación de recursos humanos en esta materia.

Desarrollar el mercado regional caribeño, mediante incentivos al productor y al consumidor, de carácter tributario, de financiación y acceso al crédito, de promoción y facilitación del comercio, de apoyo a la producción y de establecimiento de circuitos productivos basados en el desarrollo endógeno.

Construcción de un sistema de prevención y gestión de desastres, mediante un sistema de vigilancia y acción conjunta.

Principales Acuerdos de integración

Acuerdos ALBA

V Cumbre del ALBA: Proyecto Grannacional y 4 acuerdos energéticos.
Entre Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua; Venezuela y Bolivia; Venezuela y Nicaragua; Venezuela, Cuba y Haití; Venezuela y Haití.
Barquisimeto 29 de mayo de 2007.

Acuerdos en materia de transporte, seguros y energía.
Entre Venezuela y Cuba.
Caracas, 24 de enero de 2007.

Acuerdo para la ampliación de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América y el Tratado de Comercio de los Pueblos.
Entre Bolivia, Cuba y Venezuela.
La Habana, 29 de abril de 2006.

Acuerdo de cooperación energética Petrocaribe (Incluye Fondo Alba-Caribe).
Entre Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, República Dominicana, Grenada, Guyana, Jamaica, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, Surinam y Venezuela.
Puerto la Cruz, 29 de junio de 2005.

Declaración final de la primera reunión Cuba-Venezuela para la aplicación de la Alternativa Bolivariana para las Américas.
La Habana, 28 de abril de 2005.

Acuerdo entre el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, para la aplicación de la Alternativa Bolivariana para las Américas.
La Habana, 14 de diciembre de 2004

Acuerdos y compromisos bilaterales

Protocolo de adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al MERCOSUR.
Entre Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Caracas, 4 de julio de 2006.

Declaración de Puerto Iguazú para la integración energética.
Entre Argentina, Bolivia, Brasil y Venezuela.
Puerto Iguazú, 4 de mayo de 2006.

Convenio integral de cooperación energética entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno de la República Oriental del Uruguay.
Entre Uruguay y Venezuela.
Montevideo, 14 de marzo de 2006.

Acuerdos de cooperación en materia energética, del sector energético, agropecuaria y de desarrollo rural, de educación superior, de desarrollo social, en el área educativa y deportiva, técnica en el campo de la salud y la medicina, y Declaración de La Paz.
Entre Bolivia y Venezuela.
Caracas y La Paz, 23 de enero de 2006.

Comunicado conjunto sobre alianza estratégica Venezuela-Brasil.
Caracas, 14 de febrero de 2005.

Documentos suscritos para el fortalecimiento de Tele Sur, entendimiento entre PDVSA y ENARSA, alianza estratégica DNCA-ARS, entendimiento en materia de salud, y otros.
Entre Argentina y Venezuela.
Buenos Aires, 2 de febrero de 2005.