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INFORME aprobado por la Asamblea de València del PCPV

A. La huelga general del 20 de junio ha marcado un punto de inflexión en la situación política española. Por primera vez desde el acceso del PP al gobierno, y en respuesta a la agresión que representaba el decretazo sobre prestaciones por desocupación, la clase trabajadora ha ejercido colectivamente su protagonismo social y político, con una magnífica muestra de unidad sindical y de acción y una destacada participación de miembros de nuestro Partido y de IU, a la vez que las descaradas manipulaciones y mentiras del gobierno han ampliado su desprestigio social.

Para sacar consecuencias para el futuro, es importante analizar los logros y las limitaciones del 20-J. Así, hay que destacar que en torno suyo se ha producido una confluencia entre el movimiento sindical tradicional y el nuevo movimiento contra la globalización capitalista, y se ha materializado lo que llamábamos "Alianza de les Fuerzas del Trabajo y de la Cultura", con un apoyo destacado entre los trabajadores de la cultura que ha contribuido a neutralizar las manipulaciones del poder desde los medios masivos de comunicación que controla. Sin embargo, y a diferencia de lo que pasó el 14-D, no se ha contado con el apoyo de las capas medias y la pequeña burguesía, lo cuál ha limitado la amplitud de la huelga en el pequeño comercio y en pequeñas empresas, en el contexto de un amplio porcentaje de trabajo precario que favorece la coacción patronal, a pesar de lo cuál el 20-J ha sido inequívocamente un día de Huelga General de la clase trabajadora, aunque no de lo que llamábamos Huelga Nacional del conjunto de los sectores populares.

Ello ha sido, hay que subrayarlo, un éxito notable especialmente teniendo en cuenta que se partía de una situación sindical de cierta desmovilización y de unas prácticas mayoritarias escasamente participativas, lo cuál se reflejaba tanto en la baja afiliación sindical como en la debilidad de las dinámicas asamblearias. Este hándicap se ha conseguido remontar en un mes escaso, en el contexto de una creciente movilización social contra las políticas neoliberales y con múltiples convocatorias de asambleas, llegando a un día de movilización general de la clase trabajadora, pero no ha permitido proyectar suficientmente la influencia de ésta hacia otros sectores populares que también padecen la política neoliberal de concentración monopolista, pero entre los cuáles los intentos de resistencia que se habían producido (como los de los panaderos o los farmacéuticos) se habían visto aislados, al no asumir la clase trabajadora su función de dirección sociopolítica frente a la oligarquía capitalista.

Para superar esta situación, poniendo en pie una alternativa social y política al "neoliberalismo" autoritario que actualmente encarna el gobierno del PP, hay que prolongar el protagonismo colectivo de la clase trabajadora expresado el 20-J más allá de este día, con una dinámica participativa y unitaria de movilización social sostenida como base para la unidad de acción de la izquierda.

Así, la actitud consecuente de CC.OO. y UGT, y la multitudinaria participación de trabajadores y trabajadoras en la movilización del 5 de octubre en Madrid, han forzado al gobierno a ceder con un retroceso parcial de los recortes sociales del decretazo. Sin embargo, solamente la continuación de la lucha en el terreno tanto social como electoral hará posible la plena restitución de los derechos laborales (incluidos los de los trabajadores del campo) i la ampliación de los mismos.
 

B. Y esta batalla hay que darla en un contexto internacional en el que se desarrollan la resistencia y las alternativas a una globalización "neoliberal" que, perdida la confianza en la hegemonía del "pensamiento único", utiliza cada vez más la represión directa, la restricción de las libertades y la agresión militar para la defensa de los intereses de los privilegiados. Con la supuesta "guerra contra el terrorismo" quieren justificar todo, desde la negación del Estado de Derecho a las agresiones militares en Filipinas o Irak, mientras la escalada de casos de corrupción en grandes empresas hace més patente la inmoralidad propia del sistema capitalista, que por otra parte se enfrenta a las consecuencias de su práctica depredadora del medio ambiente, que Cumbres como la de Johannesburg no consiguen paliar mientras las inundaciones que han asolado Europa mostraban la vulnerabilidad de la humanidad ante el cambio climático.

En esta situación, los resultados de las elecciones en Francia han mostrado una vez más cómo la resignación ante el "neoliberalismo" privatizador y el militarismo imperialista fomenta la desmovilización de la izquierda, lo cuál, unido a la división de la izquierda transformadora, lleva a la victoria de la derecha.

En otros casos, los privilegiados intentan llevar el enfrentamiento social al terreno que les es más propicio, el de la confrontación armada con el apoyo del imperialismo, con una espiral de violencia en la cuál quienes más padecen son los sectores populares, como se hace patente en Colombia, Palestina e Israel, donde esta dinámica ha alimentado el apoyo social a opciones fascistas o ultraautoritarias como las que representan Uribe o Sharon.

Por el contrario, en lugares como Paraguay o Arequipa (Perú) hemos visto cómo una movilización social amplia y unitaria ha conseguido detener políticas privatizadoras. En Argentina hay movilizaciones en marcha que alimentan la esperanza frente a la resignación al "neoliberalismo". En otros casos, las fuerzas de izquierdas combinan la movilización social con la participación en amplias plataformas electorales y en su caso de gobierno, como es el caso de Brasil (con la victoria de Lula al frente de una alianza encabezada por la clase trabajadora y que incluye a sectores de la burguesía productiva frente a la globalización financiera neoliberal), Venezuela (donde se ha hecho fracasar un golpe de Estado fascistizante que había recibido las bendiciones del capitalismo norteamericano y europeo -que se quitaba así su careta seudodemocrática- pero continúa la conspiración contra la democracia y el intento de exculpar a los golpistas con la colusión del Tribunal Supremo), Ecuador, Bolivia, Uruguay y Sudàfrica. Y en Cuba se ha respondido a las amenazas imperialistas con una gran movilización social por el socialismo.

En el Estado Español, la respuesta al semestre de la presidencia europea ha llevado a la plena incorporación al movimiento internacional contra la globalización capitalista, con movilizaciones multitudinarias que han evitado caer en la trampa de la confrontación violenta, especialmente en las manifestaciones de Barcelona (la mayor hasta ahora en todo el mundo), València, Madrid y Sevilla (con una importante presencia organizada de IU y el PCE), y que han tenido un digno colofón en la huelga general del 20-J. Frente a esta creciente movilización, el gobierno del PP ha continuado en su deriva autoritaria, que ha contado con la complicidad del PSOE en la anticonstitucional Ley de Partidos y su utilización para ilegalizar a Batasuna por presunciones, y que amenaza con una involución reaccionaria con la mal llamada Ley de "Calidad" de la Enseñanza, frente a la cuál, por el contrario, se hace posible la unidad de acción con el PSOE. Hay que señalar, por otra parte, que el intento de derechización de los órganos de la Universidad mediante la LOU ha cosechado notorios fracasos, en tanto que la movilización democrática unitaria contra la misma se ha prolongado con la victoria en elecciones a rector de candidaturas progresistas contrarias a la LOU, como ha pasado en la misma Universitat de València.

En el País Valencià, el abandono de la Presidencia de la Generalitat por un Ministerio (después de haberse cubierto las espaldas con la ley de ex-presidentes con la colaboración del PSPV-PSOE) y el intento de convertir al Delegado del Gobierno en presidente de la Generalitat muestran el carácter subordinado con que desde el PP se consideran sus instituciones autonómicas y la urgencia de una alternativa desde la izquierda que permita recuperar el protagonismo del pueblo valenciano y defender los intereses de sus sectores populares.

En la ciudad de València se han producido en los últimos meses toda una serie de importantes movilizaciones, con una participación multitudinaria en las manifestaciones contra la Europa del Capital y de la Guerra, del 1 de mayo y por las libertades nacionales, finalizando con la grandiosa manifestación del 20-J que daba una cumplida respuesta a las mentiras del PP sobre la huelga. Ha habido también una participación digna en las manifestaciones por la enseñanza pública y contra las bases de la OTAN. En cambio, ha tenido una participación escasa la manifestación por los derechos del pueblo palestino convocada por EUPV, PSPV, CC.OO. y UGT, lo que expresa tanto las deficiencias del trabajo de solidaridad como que el apoyo electoral de las organizaciones convocantes no garantiza de por sí, sin un trabajo efectivo de preparación, el éxito de una movilización. En conjunto, hay que destacar la importancia de articular las movilizaciones a partir de plataformas unitaries de amplia base y de continuar trabajando en el seno de las mismas, incluida la Plataforma por la III República.

Hay que señalar también la continuación de las agresiones del gobierno y el Ayuntamento del PP contra el patrimonio natural y cultural de nuestro país, y de la resistencia contra estas agresiones. En particular, hay que destacar la continuación de la defensa de La Punta y la necesidad de llegar a una amplia movilización cívica en torno suyo, así como la defensa de un requisito lingüístico académicamente digno para el acceso a la función docente, frente a las reticencias de la Generalitat a reconocer la catalanidad del valenciano, que colocan en un callejón sin salida los malabarismos de la Academia Valenciana de la Lengua despilfarrando sus intentos de normalización de ésta.
 

C. En este contexto político se realizaron los Congresos del PCE y el PCPV.

El XVI Congreso del PCE, reunido los días 1, 2 y 3 de marzo, ha reafirmado nuestros principios y objetivos comunistas como base para nuestra cohesión, no cerrándonos dentro del Partido, sino impulsando la movilización política y social en defensa de las libertades y contra el capitalismo y su actual principal concreción, la globalización neoliberal, dentro de Izquierda Unida (con la cuál reafirmamos nuestro compromiso estratégico), de los sindicatos (y específicamente CC.OO.) y del movimiento contra la globalización neoliberal, al cuál el Congreso ha dado un especial relieve.

Posteriormente el IX Congreso del PCPV, reunido los días 31 de mayo y 1 de junio, se ha cerrado con un amplio acuerdo sobre los Documentos Políticos y Estatutos. Hay que reseñar que se llegó a redacciones consensuadas sobre todos los apartados referentes al análisis de la situación internacional, del Estado Español y del País Valencià y a los principios y objetivos programáticos del Partido, centrándose la discrepancia en la táctica en relación a la Entesa, si bien también sobre este tema se llegó a consenso sobre redacciones transaccionales. Y el Congreso, además de reafirmar su unidad an torno a sus principios comunistes y sus objetivos programáticos en la vía democrática al socialismo, ha reafirmado también por amplia mayoría su apoyo tanto a EUPV como a la política por la Entesa, sin perjuicio de la decisión final que habrá que tomar en el Referéndum previsto sobre su concreción programática y electoral. Por lo que se refiere a los Estatutos se aprovó abrir la puerta a que las elecciones internas se puedan hacer por listas cerradas (bloqueadas o desbloqueadas) o por lista abierta, respetando siempre la proporcionalidad.

Finalmente, sin embargo, se presentaron 4 listas cerradas para la Comisión Política y 2 listas cerradas para la Comisión de Estatutos. Así pues, el IX Congreso del PCPV ha estado caracterizado por la unidad en la política aprobada pero el fraccionamiento en la elección de la dirección. Esta misma situación se reprodujo también de nuevo en la previa Asamblea de la Ciudad de València. Aunque en este caso, a diferencia de la Asamblea previa al Congreso del PCE, el Comité Local sí hizo una propuesta unitaria de delegación, la división de sus representantes en la Comisión de Candidatura contribuyó a que no se pudiera plasmar en una propuesta de la misma. En estas condiciones, la propuesta inicial del Comité se fraccionó en 4 listas, una de las cuales se retiró, al tiempo que las dudas sobre si podían estar en una lista personas que no la hubieran avalado condujo a la retirada de éstas. Así, y aunque finalmente las 3 listas restantes se fusionaron en una candidatura única, la ausencia tanto de los componentes de la lista retirada como de las personas que no habían avalado ninguna lista provocaba un déficit de representatividad que se expresó en la votación, en la cuál la mayoría de camaradas presentes decidió votar en blanco.
 
 
 

D. Por lo que se refiere al balance del trabajo realizado, se ha asegurado el trabajo colectivo del Comité de València del PCPV, y las secretarías de coordinación, organización, finanzas, formación y movimiento obrero han asegurado la articulación con las secretarías de País.

Por lo que se refiere a la organización, se ha asegurado el funcionamiento regular de las Agrupaciones, manteniendo la comunicación con ellas a través de sus responsables y participando en los Congresos estatal y de País. Por lo que se refiere a las finanzas, se han dado los pasos para una financiación autónoma de la organización de València, contribuyendo además al sostenimiento de la sede del PCPV. Por lo que se refiere a movimientos sociales, hemos continuado trabajando en el movimiento vecinal y hemos articulado nuestra participación en Plataformas como la de la Campaña contra la Europa del Capital.València 2002, que ha jugado un papel relevante en las movilizaciones de estos meses, y hemos alentado la participación en todas las movilizaciones contra la globalización capitalista. También hemos articulado nuestra participación en la Plataforma por la III República que ha organizado los actos del 14 de abril, y participado en prácticamente todas las acciones ciudadanas reivindicativas (los Salvem, La Punta, contra la base de Bètera, en apoyo del pueblo palestino, etc.). Por lo que se refiere al movimiento obrero, hay que destacar la participación de los miembros del Partido, en el seno de CC.OO. y otros sindicatos de clase, en el esfuerzo organizativo y de difusión de la huelga, en los piquetes y finalmente en la colosal manifestación del 20-J, en la que estuvimos presentes con nuestras señas de identidad. Por lo que se refiere a la comunicación hacia la sociedad, desde el Comité se han hecho diversas convocatorias (difusión de la resolución por otra Europa en otro mundo, de los carteles para la Fiesta del PCPV, del manifiesto del PCE por la huelga general, de los carteles del PCE por la huelga general y la manifestación de Sevilla...), con un buen cumplimiento de los objetivos en relación con los medios que pudimos poner en acción, pero la escasa asistencia tanto a éstas como a las citas previas del Partido en les manifestaciones contra la Europa del Capital y del 20-J, que ha limitado nuestra presencia pública en éstas, muestra por una parte la ineficacia práctica o insuficiencia de los procedimientos de convocatoria y comunicación con las Agrupaciones utilizados (con convocatorias centralizadas que intentaban suplir el funcionamiento ralentizado de las Agrupaciones), y por otra parte una débil asunción práctica de la necesidad, subrayada en nuestros últimos Congresos, de proyectar en la sociedad la voz organizada de los comunistas, que por otro lado hemos participado ampliamente en estas movilizaciones integrados en diversos colectivos.

Todo ello muestra la necesidad de prestar especial atención en las perspectivas de trabajo, en el plano interno, a la formación (clarificando la necesidad de la opción comunista como alternativa al sistema que dé una perspectiva global a los movimientos sectoriales por su superación) y a la proyectada red de comunicación y coordinación telefónica y a través de Internet, a fin de posibilitar respuestas ágiles a los acontecimientos externos. Naturalmente, para todo ello hay que cumplir los compromisos de financiación (cuotas, bonos, lotería, etc.), sin los cuáles no es posible desarrollar la actividad del Partido, y que han de ser una consecuencia directa de la asunción de la necesidad política de funcionamiento de un partido comunista, que requiere el saneamiento de las finanzas liberando medios para la acción política. Y en el plano externo, habrá que marcar prioridades para la movilización social, con especial atención al movimiento obrero (impulsando la participación en las Elecciones Sindicales a través de los sindicatos de clase, y específicamente de CC.OO.) y contra la globalización capitalista (impulsando su articulación, en el marco de los Foros Sociales Europeo y Mundial), al movimiento vecinal (trabajando por la potenciación de las Asociaciones de Vecinos y los Salvem y una mejor conexión entre ellos que facilite respuestas multitudinarias a las agresiones contra el medio en que vivimos) y a los movimientos por la paz y la solidaridad (contra la OTAN, por Palestina y contra las agresiones imperialistas que se puedan producir). Y asimismo, habrá que centrar esfuerzos en el trabajo para impulsar Esquerra Unida y la Entesa.

Este trabajo se habrà de situar en el marco de los acuerdos del XVI Congreso del PCE y el IX Congreso del PCPV, que han definido inequívocamente nuestro compromiso por Esquerra Unida y por la Entesa.

Por ello, un problema que habrá que abordar urgentemente es el de los y las camaradas que están fuera de EUPV, hablando y reuniéndonos con ellos y ellas a fin de asegurar su integración o reintegración en el proyecto político del PCPV. A tal efecto, habrá que clarificar que, si bien el PCPV ha de centrar su actividad en la movilización social, la transformación revolucionària de la sociedad requiere articular esta movilización con la acción para la transformación de las instituciones políticas del Estado. Y esta articulación hay que realizarla a través de EUPV: solamente a través de la participación en EUPV puede la militancia del PCPV combinar la lucha social y la lucha política aplicando la línea del Partido aprobada en sus Congresos.

Ello deberá incluir también a los miembros del PCPV que hayan cumplido ya una sanción de separación de EUPV, y que por tanto no deberían tener ningún problema en ser acogidos de nuevo en el seno de EUPV. En este marco, habrá que asegurar la suspensión de cualquier colaboración política entre miembros del PCPV y el concejal tránsfuga del Ayuntamiento de València.

En la fecha de realización de la Asamblea ya se habrá hecho el referendum de EUPV sobre la concreción de la Entesa, el resultado del cual deberemos acatar, trabajando a partir de este resultado por su coherencia programática y su vinculación a la unidad de acción en la calle, como base para su enraizamiento popular. A tal efecto, en el ámbito de la ciudad de València hay que rentabilizar la buena acogida por múltiples y significados colectivos sociales y culturals de la presentación de la Mesa per la Entesa. Y habría por una parte que asegurar la presencia pública de la Mesa per la Entesa en las movilizaciones sociales en las cuáles de hecho participamos conjuntamente, y por otra parte articular mecanismos participativos en la elaboración programática a partir de las Áreas de EUPV, que se habrían de extender al conjunto de las fuerzes, colectivos y personas que trabajan por la Entesa.

En otra Asamblea deberíamos tratar también sobre la concreción de la Entesa en la ciudad de València a fin de orientar a los miembros del Partido en vistas a la posición que posteriormente adopte EUPV, evitando tanto en un caso como en otro que miembros del Partido se confronten con la posición del PCPV en el seno de EUPV. Naturalmente, las posiciones que finalmente adopte EUPV serán acatadas por nuestro Partido.

E. En esta línea, hemos de recordar que los miembros del PCPV, sin perjuicio de su autonomía individual para buscar el consenso en el seno de EUPV, han de actuar en su marco organizados en el PCPV, y no en ningún otro organismo o corriente del color que sea. Nosotros, como Partido, somos una de las componentes de la pluralidad de EUPV, y por tanto cualquier proyecto de articular una corriente de EUPV en base a miembros del PCPV debería ser abandonado. En todo caso, será con medidas políticas de clarificación, explicación, formación y debate, y no con medidas administrativas, como se habrán de abordar cuestiones de este tipo y asegurar la cohesión del Partido, buscando implantarnos en la sociedad a través de la emisión de mensajes unívocos a la ciudadanía. Los problemas tienen que superarse por la participación activa de los y las camaradas sean de la opinión que sean, respetando las decisiones de los Congresos así como las demás decisiones democráticamente adoptadas sean en el sentido que sean, sin manipulaciones ni restricciones.

Pues se trata de actuar para ampliar las filas y la militancia del Partido, no para reducirlas. No podemos resignarnos al proceso que comienza por la inasistencia a las reuniones, continúa con el impago de las cotizaciones y finaliza con la baja por regularización del censo. Habrá, por el contrario, que hacer un esfuerzo de recuperación de militancia y afiliación y de ampliación a nuevos ingresos, lejos de cualquier ensimismamiento sectario y personalista, especialmente al calor de las movilizaciones y en particular en el movimiento obrero reforzando el carácter de clase del Partido, que de una forma natural tomen el relevo de quien se ve forzado a reducir su actividad no por falta de conciencia política, sino por la edad o la falta de salud. Ello se facilitará si organizamos la difusión sistemática de los materiales y propaganda del Partido, con el posible reparto de una hoja volante con una cierta periodicidad, incluyendo siempre la forma de tomar contacto con la organización del Partido.

Hay que señalar que la resolución de los problemas del Partido a nivel comarcal está indisolublemente unida a la resolución de los problemas a nivel de País. Por lo que es necesaria una mayor colaboración de todas las instancias del partido rompiendo inercias burocráticas. Y una mayor comunicación intercomarcal a través de los órganos del partido y la colaboración en actividades conjuntas.

Y habría que mantener una propuesta de Comité reducido, donde cada miembro sea responsable de una Secretaría o tarea específica o coordinador o coordinadora de una Agrupación. Para reforzar el trabajo político y hacia los movimientos sociales, se podrían incorporar, junto a las secretarías de coordinación, organización, finanzas, formación, comunicación, movimientos sociales y movimiento obrero, dos nuevas tareas, orientadas al trabajo en Esquerra Unida y hacia el movimiento contra la globalización capitalista, sin perjuicio de la responsabilidad que corresponda también a las secretarías de coordinación y movimientos sociales. De este modo, el Comité estaría formado por 9 miembros elegidos por la Asamblea más el coordinador o coordinadora de cada Agrupación, que serían en principio las 4 actualmente existentes, en tanto se realiza un debate sobre una eventual reestructuración, a acordar en Asamblea, con Agrupaciones territoriales y en su caso sectoriales o de centro de trabajo, y sin perjuicio de que el posterior desarrollo del Partido pudiera dar lugar a la formación de nuevas Agrupaciones, y del funcionamiento en Asamblea de València cuando convenga, y en particular cuando haya que tomar decisiones para ser aplicadas por todo el mundo.

Però en cualquier caso el Comité, elegido por el voto soberano de los miembros de la Asamblea entre camaradas que hayan expresado previamente su disponibilidad, habrá de trabajar como un equipo cohesionado en el cuál nadie esté de oyente, sino que todos sus miembros estén comprometidos en el trabajo conjunto por la unidad, refuerzo y revitalización de un Partido Comunista cuya actividad se hace cada día más necesaria frente a una derecha autoritaria y clasista que requiere de una alternativa global que cuestione profundamente el sistema dominante esforzándose para hacer realidad la ciudad, el país y el mundo posibles a los que aspiramos.

Asamblea de València del PCPV
9 de noviembre de 2002


Anexo: NORMAS Y CALENDARIO