Intervención de Marga Sanz, secretaria general del PCPV, en la despedida a Antonio Palomares
Tanatorio Municipal de Valencia, 26 de marzo de 2007

En nombre del Partit Comunista del País Valencià, en el del Partido Comunista de España que hoy está aquí representado por Pedro Marset, en el mio propio, como Secretaria General del PCPV, recibid nuestra condolencia, nuesto cariño y nuestra solidaridad, la familia, amigos y seres queridos de Antonio que hoy nos damos cita en este último adios.

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Cuando el miércoles pasado Gloria Marcos y yo fuimos a visitar a Antonio, cuando sintió nuestra presencia, el calor de nuestras manos entre las suyas, entreabrió sus inmensos ojos y nos dijo en un susurro: “Vamos a ganar. Somos mejores y más guapos,…y, además, muchos más”.

Así era Antonio. Él ya sabía de su estado. Sus palabras fueron de estímulo a la lucha, de confianza en nuestras fuerzas, de esperanza en la victoria.

Antonio jugó un papel fundamental en la coordinación de los comunistas valencianos a partir de aquel momento en que, hace ya 50 años, atravesó clandestinamente la frontera desde Francia y se puso a vender libros, de casa en casa. Eso le permitía contactar con los miembros del Partido. Impulsó la organización del PCE en Valencia, Alicante y Castellón, las Juventudes Comunistas, acabó con la dispersión de nuestras fuerzas, hizo el Partido más eficaz, potente y menos vulnerable a la represión, …. y así, hasta la realización de la 1ª Conferencia del PCE en el PV en la que se acordó la constitución del PCPV eligiendo a Antonio como Secretario General, convencido como estaba de la necesidad de arraigar la organización comunista a nuestra realidad.

Fue nuestro primer Secretario General. Dedicado toda su vida a los ideales del comunismo, nos ha honrado a todas y a todos con su trabajo y su trayectoria.

Antonio simboliza la abnegación de muchísimos comunistas en la lucha contra el franquismo, por la organización de la clase obrera y por las libertades democráticas.

Con la muerte de Antonio desaparece uno de los máximos exponentes de la lucha obrera en el País Valencià. Impulsor de las CC.OO. hoy sindicato de clase mayoritario, en cuyos actos de 40 Aniversario estaba Antonio presente hace pocas semanas.

Antonio ha sido una pieza clave, imprescindible, en la historia de la democracia en el País Valenciano, en la lucha por la libertad y la democracia de nuestro País. Son personas como él quiénes han logrado mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y las trabajadoras. Quienes se enfrentaron a la barbarie fascista para procurarnos un futuro de libertad. A pesar de las torturas y de la dura actividad clandestina.

Ha pasado a la historia de la resistencia antifranquista la cara de Antonio, desfigurada por la tortura y publicada en los periódicos de la época como escarmiento público tras la caída del 68 en Valencia. Recorrió el mundo, con un antes y un después, …lo que la Dictadura de Franco no podía imaginar era que esa brutal carnicería estampada en blanco y negro movilizaría a miles de personas en toda Europa contra la tortura y por la libertad y la Democracia en España.

Y ahí estuvo Antonio, en las cenas del Ateneo, en la Junta Democrática, en La Taula de Forces Politiques y Sindicals. Alma de aquellos encuentros, de aquellas movilizaciones que fueron tejiendo contrapoder en la calle, en los barrios, en la Universidad, en los centros de estudio, en las empresas. Que situó al PCPV como fuerza viva, real, central en la lucha antifranquista porque supo recoger lo mejor de la tradición de izquierdas y democrática de un sector de la sociedad valenciana, organizarlo e impulsarlo. Esto es, en gran parte, obra de Antonio Palomares

Antonio llevó la voz de los trabajadores y trabajadoras al Congreso de los Diputados y a las Cortes Valencianas. Fue ejemplo digno, dignísimo, de un obrero en las máximas instituciones democráticas. Porque dignidad es la palabra que mejor define su vida. Dignidad de quien se sabe miembro de una clase revolucionaria que aspira a alcanzar una nueva sociedad, generoso y sencillo compartiendo sus conocimientos y experiencias y orgulloso de ser comunista.

De Antonio se ha dicho que estuvo en el bando de los perdedores. Yo diría que fue ejemplo de coherencia y consecuencia. Su vehemencia fue producto de convicción y sus ideas estuvieron por encima de posiciones acomodaticias que le hubieran llevado, seguramente, a prolongar su protagonismo político. Y Antonio ha seguido su trabajo de comunista continuadamente sin abandonar, desde donde ha podido hacerlo. Sin pedir reconocimientos. Con sencillez y en silencio.

El PCPV ha perdido uno de sus pilares fundamentales, un trozo de historia viva irremplazable. Con él nos disponíamos a reconstruir nuestra memoria colectiva y proyectar nuestras propuestas a la sociedad, ahora que se cumplen 30 años de la legalización del PCE. En eso estabamos trabajando desde el Partido y desde la Fundación de Investigaciones Marxistas que, desde hoy llevará su nombre.

Antonio se sentía orgulloso por el resultado –con todas las limitaciones- de una parte de su lucha, la del combate por la libertad; sin embargo no pudo ver -aún estamos muy lejos- la sociedad con la que soñó, sin injusticias, desigualdades y explotación y que constituyó el centro de su fuerte compromiso social y político. Su ejemplo es un estímulo para nosotros, y tal como él hubiese querido, un motor imprescindible para los más jóvenes para continuar luchando por el comunismo en momentos de tanta dificultad.

Y es que para nosotras y nosotros, Antonio ha sido sencillamente un hombre honesto, coherente y consecuente, un comunista.