PCE

Manifiesto del 1º de mayo. PCPV

El Partido Comunista de España y el Partit Comunista del País Valencià celebran el Primero de Mayo como una jornada reivindicativa y de ofensiva. Rememora los hechos históricos de Chicago y todas aquellas acciones de lucha que a lo largo de la historia han contribuido a la conquista de nuevos derechos para los trabajadores y las trabajadoras, por su emancipación y por la consecución de un mundo mejor.

El PCE y el PCPV siguen empeñados en el combate contra un modelo capitalista globalizado que profundiza las desigualdades entre los países, empobreciendo y explotando grandes áreas del planeta, llevándoles si es preciso a la guerra para despojarles de sus recursos naturales.

Este 1º de mayo viene marcado por la aprobación del nuevo Tratado para la Unión Europea que sigue profundizando en la aplicación de políticas neoliberales con la privatización y desmantelamiento de los servicios públicos al dictado de los potentes grupos económicos y financieros. Europa camina hacia el incremento de la jornada laboral, nuevas formas de precariedad y flexibilidad laboral de millones de trabajadores y trabajadoras europeas. No nos resignamos, sin embargo, a este modelo basado en las leyes del mercado y seguimos empeñando nuestros esfuerzos por una Europa de progreso económico y social, de cooperación y de paz.

En España, este 1º de mayo se celebra en un contexto de crisis económica y laboral que amenaza el futuro de millones de trabajadores y trabajadoras. La crisis en el sector de la construcción, el aumento de las cifras de desempleo y la desaceleración del consumo interno, son los primeros indicios de la recesión económica que se avecina. Tras una década de suculentos beneficios obtenidos por el capital que no fueron dedicados ni a mejorar las rentas del trabajo ni a cambiar el frágil modelo productivo actual, hoy nos negamos a que la clase trabajadora, de nuevo, pague el coste de esta situación a través de la reducción de los gastos sociales, el recorte de los salarios y el empeoramiento general de sus condiciones laborales.

Las escandalosas subidas de precios de productos básicos, así como la subida de las hipotecas estrangulan a las familias trabajadoras que se ven con enormes dificultades para llegar a fin de mes. Esta escalada inflacionista viene a formar parte de una continua pérdida de poder adquisitivo de los salarios que han visto reducido su peso en la renta nacional (pérdida de más de 13 puntos en las últimas tres décadas, pasando del 67% al 54%) en un contexto de aumento de los beneficios empresariales. Así, desde el año 1999 estos beneficios se han visto aumentados en más de un 70% mientras que el salario medio ha perdido un 4% de poder adquisitivo.

La temporalidad, la precariedad y la siniestralidad laboral siguen siendo el rasgo característico del mercado laboral español que condena a la clase trabajadora, en mayor medida a mujeres y a jóvenes, a salarios infames, a horarios a la carta, a un mayor riesgo de accidentes y a un futuro laboral incierto, consolidando la exclusión y la sobreexplotación intolerable de la mano de obra inmigrante. Las mujeres son las que más padecen la precariedad y el trabajo temporal que conduce, inevitablemente, a unas pensiones mínimas y a la feminización de la pobreza. El cumplimiento de la premisa “igual salario a igual trabajo” debe ser objetivo fundamental del conjunto de los trabajadores del siglo XXI.

La última reforma laboral no ha contribuido a rebajar el alto índice de temporalidad, aún cuando ese decía ser su objetivo. El Gobierno del PSOE no ha puesto en el centro de sus políticas una mayor estabilidad y seguridad en el empleo, mostrando más interés en bonificar a las empresas y en reducir el impuesto de sociedades.

En el País Valencià, el incremento del desempleo es una realidad preocupante que no se puede obviar. Revela las debilidades de un modelo basado en exceso en la construcción y en el abandono de los sectores industriales valencianos tradicionales, que han perdido, y siguen perdiendo empleo de forma masiva y generalizada. Nuestra tasa de desempleo se sitúa considerablemente por encima de la del conjunto de España, según los últimos datos de la EPA.

Como no sólo importa el nivel de ocupación, sino también la calidad del empleo, los/las comunistas valencianos/as denunciamos que la tasa de temporalidad en el País Valencià es hoy del 34’3% frente al 30% del conjunto del Estado, y tres veces superior a la media europea.


En materia de política social y fiscal, denunciamos que el nivel de gasto social de nuestro país (20% del PIB) es muy inferior a la de la Unión Europea (28%). Mientras tanto, las reformas fiscales tanto del PP como del PSOE se ocupan de eliminar el impuesto de patrimonio (para quiénes tienen muchas propiedades), de bajar el impuesto de sociedades (para las empresas), de bajar el tramo máximo del IRPF (para los más ricos) …. y, sin embargo, se mantiene la subida de los precios a través del IVA en los productos de primera necesidad. La Generalitat Valenciana sigue con el boicot a la Ley de Dependencia, desarrollándola de manera arbitraria y con un carácter “privatizador”, excluyendo al “Sistema Público de Servicios Sociales”, negándoles a las personas dependientes y a sus familiares los recursos que destina masivamente a grandes fastos como la Copa América o la F1.

En este contexto de incremento del desempleo, de pérdida de poder adquisitivo de los salarios, de alarmante insuficiencia de coberturas sociales para los colectivos más desfavorecidos, y después de que el precio de la vivienda haya venido creciendo en porcentajes de escándalo a lo largo de los últimos diez años, ahora (los gobiernos del señor Zapatero y del señor Camps) en lugar de dedicarse a construir viviendas a precio de coste, nos anuncian que las VPO serán hasta 45.000 euros más caras. Nos dicen que esto es necesario hacerlo así para incentivar a “promotores y constructores”. Los y las comunistas rechazamos estas políticas del PP y del PSOE que son otro regalo para nuevos “pelotazos” de promotores y constructores al tiempo que una nueva agresión a las capas más débiles de la sociedad.

Los resultados de las recientes elecciones generales han redimensionado el mapa político en el País Valencià y en toda España, configurando un parlamento en el que la fuerza política que más decididamente representa y defiende los intereses de los trabajadores y de las trabajadoras ha quedado reducida a la mínima expresión. Para poder transformar una realidad adversa para los intereses los trabajadores y las trabajadoras, se necesitan sindicatos fuertes, inteligentes y combativos, pero se necesita también tener un poder político que mediante la elaboración de leyes y una acción de gobierno o de oposición justa, intervenga en la dirección favorable a los intereses de la clase trabajadora, y no en dirección opuesta como viene sucediendo.

El factor necesario sigue siendo una IU-EUPV y un PCE-PCPV con más peso, con más presencia en la calle, en las fábricas y en las instituciones. Para ello es imprescindible que los trabajadores y las trabajadoras, que la ciudadanía, nos vean como la otra palanca que defiende sus intereses, siendo también urgente cambiar una ley electoral injusta que beneficia el bipartidismo y perjudica a IU-EUPV.

Nosotros rechazamos con rotundidad la inevitabilidad de esta situación y seguimos proponiendo medidas necesarias y justas para el conjunto de la clase trabajadora: reducción de la precariedad en el empleo recuperando la causalidad en la contratación y reduciendo el número de modalidades, jornada de 35 horas sin reducción salarial, recuperación del poder adquisitivo de los salarios, eliminación de las ETTs, medidas de igualdad efectivas, persecución del fraude en la contratación, cumplimiento de las leyes de salud laboral y democratización en la empresa, con igual énfasis que el reconocimiento de iguales derechos laborales, sociales y políticos de los trabajadores y trabajadoras inmigrantes, como única forma de eliminar su sobreexplotación y el dumping laboral ejercido por las empresas.

Este 1º de mayo seguimos renovando nuestro compromiso de lucha por la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora, por la justicia social, por un reparto justo de la riqueza, por la solidaridad y por un mundo mejor. Manifestamos nuestro total apoyo a las movilizaciones en aquellas empresas con procesos de reestructuración o deslocalización en defensa del puesto de trabajo y a todas aquellas movilizaciones que en la actualidad se desarrollan en servicios públicos como el transporte, la sanidad y la enseñanza en riesgo sistemático de privatización y empeoramiento de las condiciones laborales con consecuencias inmediatas en el deterioro de los servicios públicos que se prestan a la comunidad.

VIVA EL 1º DE MAYO

VIVA LA CLASE OBRERA