Las Elecciones sindicales, en nuestro entorno, geográfico, igual que las “elecciones políticas”, son una forma de evaluar y de legitimar, el actual modelo de sociedad, y también para que cada cuatro años, se pueda renovar la composición de los organismos unitarios de los trabajadores (comités de empresas, mesas negociadoras de convenios y representación frente al gobierno, ante cualquier negociación. En las democracias occidentales en las que el sistema se sustenta, casi en exclusividad, sobre la participación en el proceso electoral, los comunistas tenemos que profundizar en los conceptos de la democracia y hacerla participativa, para avanzar en la organización de los trabajadores que nos conduzcan a la consolidación de nuestras conquistas sociales encaminadas al socialismo.
Los comunistas, que siempre hemos participado en todos los movimientos de masas, es en el movimiento sindical, origen de nuestra razón de ser, donde más si cabe tenemos que incidir, desde el respeto del funcionamiento democrático de su organizaciones, pero firmes en nuestras propuestas, planteándolas a los trabajadores. En cuanto al campo sindical los trabajadores no son ajenos a estos parámetros. Los que se instalan en el puro ejercicio de únicamente votar en cada ciclo, no comprenden o no quieren comprender que los trabajadores somos hijos del conflicto capital-trabajo, es decir, que nuestros intereses son antagónicos con los del Empresariado.
El sistema capitalista heredero de el estado burgués, es fiel representante de las oligarquías financieras, que trabaja por limitarse a un concepto formal de la democracia, y tiene como objetivo frenar y condicionar las políticas de trasformación social impulsadas por la izquierda. Por ello, tenemos que incidir en que la participación activa de los trabajadores y las trabajadoras, en las elecciones sindicales puede permitir políticas de avance y de transformación.
Para la clase trabajadora, como ha sido siempre, su norte y su necesidad es la de organizarse para poder defender mejor sus intereses, por lo que hay que tener buenos interlocutores ante las empresas, para poder elaborar y defender las políticas sindicales, que con sus avances hagan participar a los trabajadores.
Una de las asignaturas pendientes de la actual democracia, es que esta no se quede a las puertas de los centros de trabajo, es del todo necesario que por las fuerzas políticas progresistas se modifiquen las leyes que impiden que los representantes de los trabajadores no se sienten en los consejos de administración de las empresas con capital privado : Hay que regular su entrada en los centros de trabajo como una forma de aproximarse a la igualdad de condiciones entre los consumidores de empleo y los empleados.
Si hay una masiva participación en las elecciones y son elegidos y elegidas las personas más consecuentes con los planteamientos de clase, nos situará en posiciones de fuerza para las negociaciones y la representación, así como para la negociación de los convenios, también hay que tener en cuenta que esa representación es la que se utiliza para la composición de los organismos oficiales ( C.E.S, mesas de baremación, etc. ) y para recibir las posibles subvenciones oficiales.
Desde la
transición política, con la desaparición del
sindicato vertical, la legalización de los sindicatos y las
primeras elecciones sindicales, el movimiento obrero en casi todo el
Estado y por lo tanto también en el País Valenciano se
ha ido organizando en torno a dos centrales sindicales que aglutinan
en torno al 80% de la representación sindical elegida. ( ver
cuadro actual ).
No obstante, hay sectores de trabajadores que al margen de los dos grandes sindicatos, están tratando de organizarse en otros colectivos, dándole a la lucha sindical otra importancia que la de la negociación y de la afiliación en grandes contingentes, peleando al margen de la vida sindical oficial, y también en grupos menores, conformando un sindicalismo que se presenta como alternativo a los sindicatos mayoritarios ante la falta de alternativas de lucha como SEAT, TVE, Iberia, RENFE. Los comunistas, que hemos estado siempre por la unidad de los trabajadores, tendremos que trabajar para la minimización de los obstáculos en el camino de la unidad (Bolkestein, Referéndum europeo, y aquellas políticas no unitarias), lo cuál tiene que ser el acicate de nuestro trabajo.
La normativa laboral aprobada en estos casi treinta años por los diferentes gobiernos, ha sido casi toda ella pactada por los mismos sindicatos, lo que también ha ayudado a ir configurando y consolidando ese mapa sindical que da una representación de dos sindicatos mayoritarios y otros sindicatos en nacionalidades y sectores muy concretos.
Desde el ultimo congreso del P.C.P.V., y más concretamente desde la comisión del movimiento obrero, el principal objetivo está siendo organizar a los camaradas que estamos en el frente sindical dispersos por múltiples causas en diferentes organizaciones sindicales, sin pretender interferir en la propia dinámica sindical, ni mucho menos mediatizarla en un proceso tan complejo como las elecciones sindicales. Lo que pretendemos y queremos es efectuar un análisis de cómo afecta al movimiento obrero el sistema de las elecciones sindicales y qué es lo que está pasando en estos momentos en que se está dando el momento temporal más álgido dentro del computo dinámico de las elecciones sindicales.
En los
próximos meses va a tener lugar el período de mayor
concentración de las Elecciones Sindicales, efectuándose la renovación
de la representación sindical en la
mayoría de los centros de trabajo, al elegir los trabajadores
y las trabajadoras a sus representantes en las empresas a través
de los Comités de Empresa, de las Juntas de Personal y de los
Delegados Sindicales. Éste es un proceso que además de
significar la elección de miles de compañeros y
compañeras, sirve para que los sindicatos puedan ampliar o
confirmar su representatividad.
En un
tejido económico y industrial
como el que tenemos en el
País Valenciano, donde predomina la pequeña y mediana
empresa, en los llamados sectores industriales y en el sector de los
servicios, donde en torno al 70% de las empresas cuentan con menos de
30 trabajadores, y con el peso que cada vez más
tienen los nuevos sectores económicos como las grandes
superficies y sectores como el ocio, es muy difícil llegar
sindicalmente a todos los sitios. Por eso son los sindicatos que
cuentan con más medios y
estructura organizativa y con mayor implantación los que se
disputan la supremacía y la representación, que
posteriormente, a nivel interno, es la base fundamental en la que se
sustentan para el desarrollo de los procesos congresuales, lo que
sirve para que quien controla el “aparato” gane e imponga
la dirección y la política sindical a seguir. Esa
representación es la que se utiliza para poder efectuar las
asambleas, las acciones y las movilizaciones así como los
acuerdos tanto con la patronal como con los gobiernos de turno.
Por eso es del todo necesario que en los próximos meses en todas las empresas donde se convoquen elecciones sindicales, se incorporen en las candidaturas donde sea posible camaradas y compañeros/ras que sean consecuentes con los planteamientos de un sindicalismo más participativo, de clase, reivindicativo, que cuestione el actual sistema capitalista. Y nos debemos plantear como uno de los objetivos más inmediatos aportar criterios de más contenido de lucha a los sindicatos. Si estas candidaturas se conforman con esos planteamientos y están representados los candidatos y las posiciones más consecuentes con los planteamientos del sindicalismo reivindicativo y de clase, habremos avanzado en la dirección correcta. Por eso, todos y todas las camaradas en las empresas y en los centros de trabajo donde estamos efectuando nuestra actividad tenemos que participar activamente en la preparación de las candidaturas, formando parte de ellas para poder salir elegidos en los Comités de empresa y Delegados de personal, y así poder contribuir con nuestra aportación a dar un giro a las actuales posiciones sindicales.
País
Valencià, Noviembre del 2006.