¿QUÉ PASÓ CON EL MANIFIESTO-PROGRAMA?
Rafael Pla López
(enviado al Ágora de la web del PCE el 15 de septiembre de 2009 y aún no publicado el 25 de septiembre)
Mi propuesta para el XVIII Congreso ("Hacia el comunismo",
http://www.uv.es/pla/pce/apo18pce.htm ) ya la presenté en el Comité
Federal y se incorporó como anexo a las Tesis Políticas. Envié un
resumen ( http://www.uv.es/pla/mo/haciacom.htm ) a la Tribuna de Mundo
Obrero, que espero se publique antes del Congreso. Y posteriormente, he
desglosado mi propuesta en enmiendas de adición a las Tesis junto a
otras enmiendas para corregir ciertos aspectos de ellas, evitando
contradicciones a las que ya aludí en mi intervención ante el Comité
Federal ( http://www.uv.es/pla/pce/Enm18PCE.htm ). No voy a referirme
ahora a su contenido, sino que voy a limitarme a algunas de las
cuestiones que plantea Julio Anguita en el Mundo Obrero de septiembre de
2009 ( http://www.pce.es/mundoobrero/mopl.php?id=1225 ).
Anuncia Julio que "Desde hace dos meses obra en poder de la dirección la
propuesta de informe que sobre el desarrollo del proceso [para el
Manifiesto-Programa] he elevado para su discusión en el Congreso". Bien,
como miembro de la Comisión Redactora del mismo que hace más de 2 años
que no se reúne, ardo en deseos de conocer el contenido de dicho Informe.
Supongo que dicho Informe comenzará narrando que los 16 textos que se
presentaron inicialmente en julio de 2005 en respuesta al llamamiento
formulado por el mismo Julio en el XVII Congreso ni siquiera han sido
entregados a los miembros de la Comisión Redactora. Y supongo que
recordará también que ante mi requerimiento se comprometió personalmente
hace más de 2 años a que los textos en cuestión se remitieran a dichos
miembros. Dado que ello no se ha hecho, preparé copias del documento
elaborado en julio de 2005 en la Asamblea de Formación del PCPV (
http://www.uv.es/pla/pce/mptracom.htm ) para distribuirlas en la
siguiente reunión de la Comisión Redactora, cosa que no he tenido
ocasión de hacer al no celebrarse dicha reunión.
Quizá el informe recuerde también que el único debate de contenido
realizado en la Comisión Redactora, al socaire de la preparación del
famoso cuestionario, fue a raíz de una propuesta de Juan Ramón Capella
de que se suprimiera la pregunta "¿Qué es para tí el comunismo?" por
considerar que no había que hablar de "comunismo", sino únicamente de
"comunistas". Julio recordará que defendí el mantenimiento de la
referencia al comunismo (una vez superado el estupor que me producía que
tal debate se produjera en relación a un Manifiesto-Programa de un
Partido llamado Comunista), y finalmente se acordó preguntar tanto sobre
el comunismo como sobre los comunistas.
Supongo que también se recordará que, cuando ya se detectaba una escasa
participación en las respuestas al cuestionario, alguno planteamos que
el debate en nuestro Partido sería más fácil si se partía de un primer
texto, aunque fuera para meterse con él.
Pero en cualquier caso se suponía que, una vez recibidas las respuestas
al cuestionario, la Comisión Redactora debía estudiarlas y realizar una
propuesta de síntesis (como se había invitado a realizar en los niveles
inferiores). Pero la Comisión Redactora ni tan sólo se convocó (para
hablar con precisión, hubo una convocatoria seguida de una
desconvocatoria por urgencias del momento). Quizá si se hubiera reunido
para ello se hubiera empezado a debatir sobre contenidos. Quizá.
Porque supongo que el Informe citado asumirá una seria autocrítica por
haber sustituido el debate de contenidos en la Comisión Redactora por la
construcción de todo un entramado burocrático paralelo de ejecutivas y
secretarías.
También es de destacar la negativa, con alegaciones de "organicidad", a
abrir un foro abierto de debate en la web del Manifiesto-Programa. Hacer
de la "organicidad" una excusa para no aprovechar las posibilidades que
ofrece Internet es, probablemente, un mal síntoma, o en todo caso un
claro síntoma de anquilosamiento o caducidad.
Porque también es significativo que para publicar en el foro en web del
Congreso haya que recurrir al correo electrónico, en vez de posibilitar
la publicación directa en web (sin perjuicio de una moderación que
pudiera eliminar provocaciones o insultos). Se diría que de nuevo la
pretensión de control preventivo sigue anquilosando el debate.
Ciertamente, sabemos que en el PCE hay un nivel de militancia bajo. Para
ello no hacía falta esperar a las respuestas del cuestionario. Pero no
estaría de más que en vez de responsabilizar únicamente a la militancia
del fracaso del proceso, se asumieran también responsabilidades respecto
al método utilizado.
La falta de un Manifiesto-Programa para debatir en el Congreso
dificultará ciertamente que en éste se realice un debate estratégico de
fondo. He intentado paliarlo con la propuesta que presenté en el Comité
Federal y a la que hacía referencia al principio. Ya veremos qué pasa.