OTRO MUNDO ES POSIBLE
Rafael Pla López
Tanto el texto de la
ponencia para la IX Asamblea de EUPV (CANVIAR EL
MÓN DE BASE) como el texto de Vicent Álvarez (EL MÓN HA DE
CANVIAR DE BASE...) inciden en algunos de los debates candentes para la
izquierda. Al texto de la ponencia ya he planteado una serie de
consideraciones. De texto de Vicent Álvarez quería
comentar un par de
temas:
1) Debemos congratularnos, con
Vázquez Montalbán, del hundimiento de
las "verdades absolutas". Al respecto, deberíamos recordar que
precisamente el pensamiento de Karl Marx, con su enfoque
dialéctico,
supone un cuestionamiento radical de la existencia de verdades y leyes
absolutas, especialmente en el terreno social, donde la historicidad de
las leyes niega su pretensión de eternidad. Así como que
el hundimiento
del bloque encabezado por la URSS (erróneamente llamado por sus
adversarios "bloque comunista") dio paso al advenimiento del llamado
"pensamiento único" y de las teorías sobre el "fin de la
historia" que
pretendían entronizar de nuevo las "verdades absolutas" a mayor
gloria
del capitalismo. Y que precisamente el movimiento altermundialista,
bajo el lema de "Otro mundo es posible", ha venido a cuestionar de
nuevo tal pretensión ahistoricista, conectando con la
dialéctica de
Marx.
2) Entre las "no verdades
absolutas" se encuentran algunas de las
creencian que subyacen en afirmaciones del mismo Vicent Álvarez,
como "No
podem continuar
repetint-se com si encara estiguérem es unes societats
insatisfetes econòmicament"
o "la satisfacció de
les necessitats materials ha canviat el protagonisme de la
transformació".
Habrá que recordar la existencia de grandes
muchedumbres excluidas de la "satisfacción económica" y
de la
"satisfacción de las necesidades materiales", y no sólo
en los países
de la periferia que solíamos llamar "Tercer Mundo", sino
también en la
"periferia del centro" que algunos han llamado Cuarto Mundo. En la
misma España, con tasas de precariedad entre el 30 y el 50%
según
zonas, con el nuevo proletariado inmigrante frecuentemente privado de
sus derechos más básicos, y con una juventud con graves
dificultades
para conseguir vivienda propia, y ya no digamos digna, la
insatisfacción de las necesidades materiales continúa
siendo una lacra
del capitalismo que urge su superación.
Otra cosa es que junto a la
insatisfacción de necesidades materiales
básicas (como alimentación, vivienda o salud) se de
también una
insatisfacción de necesidades culturales (como enseñanza
o libre acceso
a la información) y de necesidades de autonomía y
realización personal
(tanto en las relaciones sexuales e interpersonales en general como en
las relaciones laborales), y que unas y otras insatisfacciones se den
en distinto grado y proporción en distintos sectores de la clase
trabajadora, por lo que su correcta articulación es necesaria
para la
reconstrucción de su unidad por encima de su heterogeneidad,
condición
imprescindible para asumir su protagonismo colectivo en la
transformación social.