INFORME AL COMITÉ NACIONAL DEL PCPV.
ANÁLISIS Y VALORACIÓN DE LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES GENERALES 2008

El Comité Nacional felicita al conjunto de la militancia por el trabajo desplegado en esta campaña electoral para revalidar el apoyo a las listas electorales de EUPV. En una situación especialmente difícil, con una escisión a un mes del inicio de la campaña, nuestra organización ha sabido desplegar todas sus capacidades para arropar a nuestros candidatos y candidatas al Senado y al Congreso de Diputados. Felicitamos y agradecemos a Concha Amorós y a Antonio Montalbán por su trabajo en la campaña, por haber representado la recuperación de un discurso de clase y transformador trasladando así las aportaciones programáticas que el PCPV hizo a la Asamblea de EUPV y que fueron ampliamente respaldadas en ese ámbito. Especialmente, el trabajo de Antonio y del equipo que le ha rodeado en la circunscripción donde debíamos revalidar el diputado, así como los resultados de una campaña que ha estado a remolque entre lo electoral y la reconstrucción organizativa, ha sido especialmente fructífera para el futuro de EUPV. Concha, Antonio y Miguel Ángel han sabido entender lo que necesitaba EUPV, y lo que deseaba nuestra afiliación.

La campaña electoral y los resultados de las elecciones generales de 2008 han constatado la consolidación del bipartidismo político. La monopolización política y mediática de las dos grandes opciones electorales: PSOE y PP durante la campaña tiene su correlato en unos resultados abrumadores: entre los dos partidos suman casi el 85% de los votos emitidos y más del 90% de la representación parlamentaria, y una consecuencia, la pérdida de pluralismo político, restringiéndose, aún más, la calidad democrática del sistema. Desde la más estricta radicalidad democrática, la exigencia de reforma de la Ley Electoral para hacer efectivo “un hombre, una mujer, un voto” es a todas luces necesaria e imprescindible para que la ciudadanía se vea representada en toda su pluralidad en las instituciones de gobierno. Pero no hemos de olvidar que esta Ley hunde sus raíces en la Ley de la Reforma Política de la transición cuyo objetivo primordial fue limitar el poder del Partido Comunista, y que el bipartidismo representa un modo de organizar el poder político que ha perseguido finiquitar en nuestro ámbito a la izquierda política y social que ha considerado y considera al movimiento obrero organizado como sujeto de la transformación social, política y cultural. Lo que se ha escenificado en estas elecciones entre los dos grandes han sido grandes enfrentamientos que han ocultado grandes acuerdos en aspectos sustanciales como las líneas fundamentales de la política económica, el poder del mercado, la estructura económica, etc.. es decir, el no cuestionamiento del modelo neoliberal.

La batalla entre los dos grandes ha espoleado el voto al miedo. Por parte del Partido Socialista, el voto al miedo al PP con el recuerdo reciente de la etapa de Aznar, sus formas, la guerra de Irak, el 11M, su conservadurismo asfixiante. Por parte del Partido Popular argumentando sobre el peligro de la inmigración, reforzando su discurso xenófobo, y aquellos elementos de inseguridad que podría atraer votos especialmente de las capas más desfavorecidas y de las capas medias: el paro, la precariedad, los precios de la vivienda…, el terrorismo…, en un ejercicio de cinismo que sólo justifica su posibilidad de atraer votos desde la enorme masa de trabajadores que hoy votan al PP, desde el conservadurismo creciente de nuestra sociedad.

La fuerte bajada electoral de IU que pierde el 25% de sus votos y 3 diputados y en 7 años el 30% y 7 diputados en el Congreso, se produce en este marco de conservadurismo y acentuado bipartidismo y su consecuencia más inmediata es un reforzamiento de este último al pasar IU a engrosar las filas del Grupo Mixto, quedando sin prácticamente influencia en la Cámara. EUPV por primera vez se sitúa por debajo de la media estatal en votos (2,71% frente a 3,8% estatal) perdiendo el diputado que tenía. Las causas son profundas y no coyunturales. El fracaso electoral no lo justifica el bipartidismo ni la exclusión mediática, que ha estado presente en anteriores contiendas electorales, tampoco la presión por cerrar el paso al PP o derrotarlo, que fue fortísima en el 2004 y se redobló con el criminal atentado de Atocha.

Por tanto, descartado el bipartidismo como causa central explicativa de esta dramática bajada, deberíamos ir al análisis de otros factores. Y en este marco se confirma, desgraciadamente, las críticas y previsiones que hicimos en la campaña de las primarias de IU para la candidatura a la Presidencia del Gobierno: la frecuente subordinación de IU al Gobierno del PSOE, votando a favor, no solamente leyes de carácter progresista como la de Matrimonio de Homosexuales o la de Igualdad, sino leyes contradictorias con nuestro programa como la de Defensa, la LOE y la de Propiedad Intelectual, posteriormente respaldada con los votos de los dos diputados y la diputada de IU en contra de la enmienda de ICV aprobada por el Senado para poner fin al Canon Digital, así como sucesivos PGE con sus Leyes de Acompañamiento, lo que no nos hacían ser una referencia atractiva para la gente de izquierdas potencialmente crítica con el Gobierno del PSOE.

La opción del equipo dirigente de IU aglutinado en torno a Gaspar Llamazares -oposición exigente e influyente- ha sido muy clara: asociarse al proyecto de Zapatero, y desde ahí recomponer el apoyo electoral a IU. Se puede decir que IU se ha convertido en este periodo en un apoyo decisivo político y parlamentario del Partido Socialista y ha hecho de sus acuerdos parlamentarios el eje de su política. Eso ha significado el abandono de la organización, la relativización de la movilización social, la desarticulación de las áreas de elaboración colectiva que debían haber profundizado en el conocimiento de los cambios sociales, facilitando la intervención política, nuestra relación con la izquierda social organizada e impulsando nuestra capacidad para articular tejido social alternativo, que son señas de identidad del trabajo político de la izquierda alternativa.

Pero la subordinación ha llevado a carecer de agenda política propia e ir a remolque de los tiempos y los problemas que convenía a la estrategia gubernamental. Los problemas centrales de los trabajadores, los que afectan a la inmensa mayoría de la población no se percibieron como prioritarios. Y el paro, la precariedad y los bajos salarios, la vivienda y la hipotecas… el deterioro de los servicios públicos fueron solapados por una legislatura que pretendió dar el mayor protagonismo al fin de la violencia y a la renegociación de los Estatutos, lo que acabó siendo un gran fiasco, porque no se logró el final de ETA y porque la escasa participación en el referéndum de los Estatutos evidenció lo alejado que había estado su debate de las principales preocupaciones de los ciudadanos y ciudadanas.

Realmente, IU se presentó a las elecciones con un programa electoral mas perfilado que en anteriores elecciones, con importantes rasgos alternativos a las políticas de derechas del PSOE y a la derecha extrema del PP. Pero las críticas a las políticas económicas del PSOE carecían de credibilidad después de haber votado a favor sus presupuestos y para terminarlo de arreglar, cuando al final de la campaña se hace un llamamiento al voto obrero, al voto de la clase obrera, del movimiento sindical organizado, … en clara confrontación verbal con el PSOE, el candidato a la Presidencia de Gobierno por IU se convierte en candidato a Ministro de Zapatero, pidiendo 4 ministerios y la Vice-presidencia de Sostenibilidad. Un diseño de campaña no debatido en ningún órgano, absolutamente personalista y centrado en Llamazares hasta extremos grotescos, como la campaña virtual con Super-Gaspi, todo lo contrario a una concepción alternativa de la política.

El reclamo para convencer de la utilidad del voto a IU, y nosotros la seguimos en el País Valenciano, era que el PP no iba a ganar y que el dilema sería si el PSOE pactaría con nosotros o con CiU. Si el problema real del país era la derecha y si el gobierno de Zapatero había hecho políticas apoyadas por IU, no parece extraño que un gobierno legitimado por su izquierda, terminara por fagocitarla ante la común concepción de que la derecha podía ganar las elecciones, como así se encargaron de decir las encuestas más influyentes pocas semanas antes de las elecciones y repetían tanto los poderes mediáticos conservadores como los afines al PSOE. Realmente, la falta de perfil propio ha acabado por expulsar nuestros votos al no ser capaces de construir un espacio político propio.

Si a ello añadimos que la campaña electoral fue preparada desde el núcleo dirigente con una depuración de la dirección que dejó a tres dirigentes federales comunistas, críticos, fuera de la Permanente, y con el apoyo a una escisión en EUPV, federación que tenía posibilidades de sacar un diputado según las encuestas, concluiremos que el estado interno de la organización y la proyección del conflicto no fue el mejor aval para imprimir confianza política en la solidez de nuestro proyecto.


Situaciones particulares en la bajada electoral: Pais Valenciano y Euskadi

Por otra parte podemos analizar también los efectos diferenciales de esta bajada en algunos territorios para situar causas diferenciales y situaciones específicas (Ver la última tabla del Anexo)

Destaca por encima de todos ellos la bajada en Euskadi (del 51% de los votos del País Vasco y del 45% de Navarra). Esta bajada la debería analizar IU-EB-B, pero puede tener relación con la incoherencia de formar parte de un gobierno que reprime las manifestaciones pacíficas de la izquierda abertzale y al mismo tiempo compartir gobierno en determinados municipios con fuerzas que no condenan los atentados terroristas. En este sentido puede haber pasado factura el hecho de compartir gobierno en Mondragón junto con concejales de ANV que no han condenado el asesinato de Isaías Carrasco en esta localidad.

Destaca también el descenso del 40% en el conjunto del País Valenciano. El diferencial de la bajada en este, cabe explicarla como resultado de la crisis, primero del Compromís y después de EUPV, decepcionante para nuestro electorado, crisis agravada, como decíamos, por el intento desde el equipo de dirección federal de IU de imponer una candidata y unos pactos rechazados por la gran mayoría de EUPV, prolongando la incertidumbre entre la asamblea de EUPV de 17 de noviembre y el CPF de IU de 20 de enero, haciéndonos perder 2 meses de precampaña, tras casi cuatro de conflicto interno y nueve meses de práctica incapacidad de generar política, que desembocó en una escisión consumada un mes antes del inicio formal de la campaña, generando desconcierto entre nuestro electorado e importantes problemas organizativos. La consecuencia fue una fuerte pérdida adicional de voto, aunque éste no fue recogido por la coalición donde se integraba la escisión. Resulta significativo que en localidades donde la escisión ha tenido fuerte incidencia, los votos de EUPV-IR han superado con creces a Bloc-IdPV-EV-EE: en Elx 2772 frente a 481, en Paterna 1076 frente a 353, en Picanya 201 frente a 105, en Cabanes 46 frente a 26, en Albuixec 59 frente a 54, en Puçol 289 frente a 120, en Foios 120 frente a 83...). Las aventuras no suelen tener éxito, pero ahora toca consolidar el espacio de EUPV para avanzar. El retroceso, a su vez, puede retrotraer apoyos posteriores.


Después del 9-M

Lo más significativo de estas elecciones generales es la constatación de que en el Estado español se han ido configurando dos bloques político-sociales, profundamente enfrentados, que apuntan a lo que puede configurar el futuro político de nuestro país.

Por un lado, un bloque conservador, nacionalista en lo político, neoliberal en lo económico y con profundas conexiones con la jerarquía de la Iglesia Católica. Se trata de una derecha pura y dura que tiene ideología y valores claros y que lucha por su hegemonía. Esta derecha, representada en todo su arco ideológico por el PP, (a excepción de los partidos de los nacionalistas vascos y catalanes) con su mensaje, su estrategia de desgaste y ganando la calle, ha aumentado algo más de 400.000 votos y 6 diputados. La derecha no ha ocultado su carácter y hace bandera de sus valores utilizando sus mensajes sobre la inmigración, el terrorismo, la desmembración del Estado, la familia, la religión etc… para articular su influencia social. El entramado de grupos económicos, poderes fácticos y mediáticos que lo arropan han ganado posiciones políticas como consecuencia de un aumento de su hegemonía cultural. Aunque, lógicamente, no ganar el Gobierno pasa su factura y el objetivo de alcanzar el poder político en el 2012 apunta a movimientos y recomposición en el equipo dirigente del PP. Pero en todo caso, la estrategia de la derecha ha sido priorizar la batalla por la hegemonía social y cultural antes que la del màrqueting político, sabedores que la primera facilita el acceso al poder.

Por otra, el bloque que se articula en torno al PSOE y ahora en la figura de Zapatero, social-liberal, que no de izquierdas. Si se ven los datos en detalle, hay que decir que el PSOE apenas sube en 40.000 votos, que destroza a sus socios “preferentes” de la izquierda –IU y ERC-, pero no consigue sumar los votos que éstos pierden. Lo lógico es pensar que se ha producido un corrimiento de votos hacia la derecha, donde el partido de Rosa Díez ha podido ser uno de los beneficiados, pero no único. El discurso de Zapatero se ha basado en articular la defensa de valores democráticos, respeto a la pluralidad territorial y nacional del Estado –sin abordar consecuentemente la articulación federal y solidaria del mismo- la defensa de las políticas sociales y de los derechos civiles, desde el mantenimiento de una política económica claramente neoliberal, que ha sacralizado el superávit público y que, pese a las apariencias, mantiene un progresivo alejamiento de los parámetros sociales de la UE-15. No ha avanzado en la convergencia social con Europa y no ha posibilitado el giro en el modelo de acumulación imperante pese a las posibilidades que ofrecía el prolongado ciclo de crecimiento económico que ha vivido la economía española. Este bloque carece de proyecto autónomo, es amorfo y contradictorio, y apenas es capaz de satisfacer mínimamente las demandas del conjunto de asalariados y asalariadas que han visto incrementar su número en estos últimos años, y que, como los datos demuestran, han ido perdiendo poder adquisitivo, la participación de los salarios en la renta nacional ha retrocedido y las condiciones de trabajo y empleo siguen degradándose.

Los grandes poderes económicos, el capital financiero-inmobiliario, ha ganado y mucho con Aznar y con Zapatero, han visto incrementar su renta, su riqueza y su influencia política hasta el punto de determinar los límites del poder político. Y la trama mediática que le acompaña –excepto en casos extremos de corrupción como ha sido Marbella- justifica y ampara este estado de cosas y a esta oligarquía que se beneficia continuadamente del dinero público, de la desfiscalización del Estado y del fraude fiscal. Ello, como venimos constatando, en medio de una “paz social” que contribuye al conservadurismo económico, político y cultural.

El futuro se vislumbra enmarcado en la crisis del modelo de crecimiento, especulativo, basado en la construcción residencial, de bajos salarios y mano de obra descualificada y precarizada, y de alto endeudamiento familiar por los altos precios de la vivienda y las hipotecas, en un contexto de crisis financiera y energética internacional. Con la casi desaparición de IU y ERC, la izquierda que apoyó a Zapatero, todo apunta a que la política gubernamental se apoyará en pactos más o menos explícitos con PNV y/o CiU, no sin problemas por la fuerte subida del PSC y sus alianzas en el tripartito de Cataluña y la situación en el País Vasco, donde ETA vuelve a matar e Ibarretxe ya ha anunciado la consulta sobre el futuro de Euskadi el 25 de octubre, consulta que el Gobierno ha calificado de inconstitucional. A priori sabemos que los condicionantes del PNV y de CiU profundizarán el giro a la derecha en políticas sociales y económicas que ya se apuntó en esta legislatura, pero si este margen no da para gobernar y el PSOE tiene que ir pactando los grandes problemas del Estado con el PP, el peligro de que este tablero político casi empatado bascule a la derecha será real. Porque debemos observar que el PSOE ha ganado, pero el PP no ha perdido.

La salida va a depender de la profundidad y gravedad de la crisis económica y, sobre todo, de la respuesta de la izquierda política y social y su capacidad de movilización.


Reconstruir el proyecto unitario de la izquierda alternativa.

Pero lo primero es aprender de nuestros errores y desaciertos, desde una perspectiva emancipatoria, que necesariamente debe conocer, colectivamente, los profundos cambios que se han operado en nuestra sociedad a lo largo de este ciclo de crecimiento económico, en el contexto de la denominada globalización capitalista y de un proceso de integración regional que están modificando profundamente las estructuras del Estado.

Recapitulando sobre los análisis vertidos en el informe, una primera constatación es el progresivo fraccionamiento y desestructuración de la clase obrera que se ve dividida por las condiciones de un mercado laboral cada vez más desrregulado, y la ausencia de referentes sindicales y políticos claros, que conforman su incapacidad para actuar conscientemente y colectivamente como sujeto político con posibilidad de articular socialmente la opción transformadora.

Junto a ello se da una notable debilidad de la articulación del tejido social y todavía más, con voluntad de transformación de lo existente. En este marco, los movimientos sociales alternativos tienen un impacto social muy reducido.

En este contexto, se ha producido una tendencia al conservadurismo social, que hace que a menudo predominen tendencias defensivas expresadas en el voto al miedo, en unos casos por el PP, en otros por los inmigrantes… En este marco es difícil que se abran camino las propuestas alternativas de izquierdas que cuestionan al sistema establecido.

En nuestro trabajo de crítica y presentación de propuestas no hemos sabido, con frecuencia, destacar la centralidad de las cuestiones de clase, de los problemas económicos que afectan a la clase trabajadora, a la mayoría social explotada, y que deberían ser la columna vertebral alrededor de la cual tejer el conjunto de reivindicaciones ecologistas, feministas, pacifistas etc.

Debemos destacar que el trabajo en relación a estas cuestiones de fondo es una responsabilidad propia del Partido Comunista, en su tarea de formación y lucha ideológica y por la organización alternativa de la clase obrera, conectando nuestros ideales emancipatorios comunistas con las reivindicaciones sociales. Por tanto, como Partido debemos asumir la autocrítica por estas deficiencias y orientar nuestro trabajo hacia su superación, que solamente podremos realizar reforzando y desarrollando la organización partidaria.

A partir de ello, debemos trabajar por una Alternativa de Izquierdas, teniendo en cuenta, por una parte, que la actual IU no es tal, y por otra parte, que se debe incluir y partir de la actual IU, que a pesar de todo, todavía ha recibido casi un millón de votos.

Y en esta perspectiva es necesario plantear algunas tareas inmediatas:

1) Urge dar la palabra a la gente, a nuestros afiliados y afiliadas y amigos y simpatizantes para debatir el futuro de nuestro proyecto que nosotros queremos ver reflejado en una izquierda alternativa, anticapitalista, republicana y federal articulada desde el pluralismo, la federalidad y con una concepción de radicalidad democrática en lo interno y en su propuesta política y relación con la sociedad. La Presidencia debería articular la Comisión preparatoria de la Asamblea desde el reconocimiento a la pluralidad y a las estructuras federales, para que con plenos poderes políticos y jurídicos dirija la organización y garantice el debate en este periodo.

2) En lo inmediato, se debe reestructurar la Permanente de EUPV para que refleje la pluralidad existente,

3) Es necesario asegurar que Llamazares, único diputado de IU en el Congreso de los Diputados, actúe como tal dependiendo únicamente de los órganos federales de IU y aplicando sus acuerdos.

4) Es necesario reafirmar la política diferencial de IU en el debate de investidura no votando a favor de Zapatero a menos que reconozca explícitamente cuestiones clave como el mantenimiento del Impuesto de Patrimonio, el retorno de las tropas de Afganistan, la reforma de la Ley Electoral, el mantenimiento del carácter público de los Servicios Públicos y la derogación de la Ley de Partidos.

5) Es necesario que IU-EB-B entre a considerar la conveniencia de la continuidad de los pactos municipales con quienes no condenan el terrorismo.

6) Es necesario poner en marcha una iniciativa política para la modificación de la Ley Electoral para garantizar su proporcionalidad.

7)  En el ámbito del País Valenciano, y manteniendo la unidad de la dirección de EUPV hasta su próxima Asamblea, que deberá realizarse después de la de IU, es necesario reorganizar, reconstruir y extender sus organizaciones de base, simplificando su funcionamiento y dando baja a quienes hayan formado parte de un partido que se ha confrontado electoralmente con EUPV o haya estado integrado en sus candidaturas, pero evitando dinámicas de depuración por simpatías y centrando el trabajo de EUPV en la presentación ante la sociedad de propuestas en positivo.

8) En la línea de impulsar la articulación de tejido social alternativo, es necesario priorizar el reforzamiento sindical para hacer frente, desde la movilización social, a las políticas contrarias a la clase trabajadora que se puedan derivar de la conjunción PSOE-CiU u otros acuerdos con la derecha política. En este sentido, es prioritario trabajar para que el próximo Congreso de CC.OO. le ponga en condiciones de ser un instrumento efectivo del conjunto de los y las trabajadoras, para la defensa de sus intereses de clase


Valencia, 14 de marzo de 2008

ANEXO