INFORME A LA COMISIÓN POLÍTICA DEL PCPV
14 DE DICIEMBRE de 2007

(aprobado por unanimidad)

A nivel internacional hay crisis financiera y económica. Las recetas actuales del neoliberalismo no sirven. El sistema neoliberal globalizado no puede financiar eternamente la especulación. La crisis iniciada en EEUU (en su explosión actual) afecta a todo el sistema y concretamente a Europa. Los bancos centrales han inyectado ya más de 500.000 millones de euros en el sistema financiero (es decir a los bancos y fondos afectados) pero esto es solo parar el golpe sin abordar las causas ni plantear la solución a fondo del problema, ya que esta solución exigiría un cambio importante de la política económica y financiera, algo que el neoliberalismo no hará mientras tenga capacidad de hacer pagar al conjunto de la sociedad sus desmanes, sin una reacción social fuerte con la exigencia de otras políticas.

A pesar de las NNUU, de la UNESCO, de la OMC, de la UE, del BM y del FMI, no hay un principio de planificación económica que englobe problemas y alternativas a los problemas, desde decisiones políticas democráticas que atiendan a las necesidades de las gentes, de los pueblos y no exclusivamente al enriquecimiento inmoral de una minoría. Algunas de estas organizaciones necesitan democratizarse para convertirse en instrumentos útiles para la solución de los problemas. Otras, serán barridas por alternativas democráticas que emerjan de los procesos revolucionarios de los pueblos. Es necesaria la reconstrucción y construcción de una realidad social, intelectual y política capaz de enfocar una nueva visión de la realidad social con instituciones democráticas que sean instrumentos de cohesión y disciplina económica, al servicio de todos los pueblos. En este sentido y en nuestro entorno, hacer frente a las políticas neoliberales en Europa, y aquellas que ahora se amparen en el Tratado de Reforma, el mini-tratado salido de la Cumbre de Lisboa en octubre pasado –especialmente la desregulación laboral y el aumento de la precariedad que esconde el concepto de “flexiseguridad” introducido- constituye un objetivo prioritario para los comunistas, a la vez que el apoyo al PIE y su desarrollo como encuentro de la izquierda política y social en Europa y palanca de intervención política, ideológica y cultural.

La ajustada derrota de la propuesta de Reforma Constitucional en Venezuela ha sido sentida como propia por todas las personas que apoyamos la llamada Revolución Bolivariana hacia el socialismo del siglo XXI. Con todo, dicha derrota no impide el avance de dicha Revolución, sino que se limita a condicionarlo al marco de la Constitución bolivariana en que se ha desarrollado hasta ahora. Al tiempo que denunciamos las manipulaciones en los medios masivos de comunicación dentro y fuera de Venezuela, y destacamos las convicciones democráticas de Hugo Chávez y su Gobierno expresadas en la rápida asunción del resultado del referéndum, entendemos que será tarea del movimiento revolucionario venezolano analizar qué ha ocurrido para que de los 7 millones que votaron a Hugo Chávez en las últimas elecciones presidenciales y de los 5 millones que se habían inscrito en el Partido Socialista Unido de Venezuela, sólo 4 millones votaran a favor de una Reforma Constitucional que pretendía abrir el camino a la construcción del socialismo conjugando un reforzamiento de las competencias presidenciales y de los mecanismos de democracia participativa. Expresamos nuestra esperanza de que, sobre la sólida base de dichos 4 millones, se consolide el proceso revolucionario en Venezuela ampliando el apoyo al socialismo y construyendo una dirección colectiva de dicho proceso en los próximos 5 años hasta el relevo de Hugo Chávez en la presidencia obligado por su Constitución.

La cumbre de Bali sobre el cambio climático se produce tras el fracaso del protocolo de Kyoto; protocolo que no ha impedido que la emisión de gases de “efecto invernadero”, especialmente el anhídrido carbónico a la atmósfera, lejos de disminuir, haya seguido aumentando. Ello, en un contexto en que el cambio climático se ha hecho ya patente con consecuencias irreversibles a medio plazo, y se ha extendido la conciencia mundial de la necesidad de detener un proceso que en caso contrario conduce a consecuencias dramáticas para el conjunto de la humanidad. No obstante, el camino seguido desde la gran mayoría de los gobiernos, sin cuestionar el sistema capitalista y apostando por un mercadeo de derechos de emisión, ha demostrado su ineficacia: sin un cambio del modelo productivo y de consumo, no es posible abordar soluciones realistas a los problemas planteados. Haciendo nuestra la declaración del Movimiento Mundial por los Bosques ante la cumbre de Bali, proclamamos: no es la economía, ¡es la humanidad, estúpidos!

Ante la cumbre Europa-África, proclamamos la necesidad de un cambio radical de sus relaciones, que lejos de pretender alzar un muro en el Mediterráneo ante la emigración, consolidando el desequilibrio económico existente, se base en la plena integración ciudadana de la población inmigrante, la defensa de los derechos humanos, la aceptación de la multiculturalidad y la aplicación de principios de cooperación solidaria que promueva desarrollos económicos y sociales equilibrados que permitan evitar en origen el drama de la emigración forzada por la miseria.

Debemos denunciar la cumbre de Annapolis, concluida sin resultados palpables, como un intento de marginar la voluntad mayoritaria del pueblo palestino, a partir del boicot al Gobierno elegido democráticamente por el mismo. El ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo palestino, con el fin de la ocupación y de la violencia y la constitución de un Estado Palestino, sólo es posible a partir del respeto a su derecho al autogobierno: es el pueblo palestino y no los Gobiernos de Israel y de los EE.UU. quien debe elegir democráticamente a sus dirigentes y a sus interlocutores en cualquier negociación. En esa perspectiva, hacemos votos por la recuperación de la unidad del pueblo palestino sobre la base del respeto a la democracia.

Continúa pendiente sobre Irán la espada de Damocles de la amenaza de la agresión del imperialismo norteamericano encabezado por el gobierno de Bush, a pesar del desmontaje de sus mentiras sobre la amenaza nuclear iraní realizado por los mismos servicios de inteligencia norteamericanos, en el marco de una creciente impopularidad de sus políticas belicistas que han mostrado en Irak su cara más negra. En esta situación, es necesaria la vigilancia y movilización de los pueblos y de los gobiernos democráticos del mundo para detener nuevas agresiones imperialistas y cesar las que actualmente están en marcha.

La Cumbre Iberoamericana ha hecho patente tanto la grosería del Jefe no elegido del Estado Español y su prepotencia paracolonial ante el Jefe de Estado de Venezuela como la vergonzosa subordinación de los representantes del Estado Español a los intereses de sus multinacionales. Nuestro rechazo a tales actuaciones viene acompañado de nuestra solidaridad con los pueblos latinoamericanos frente a la rapiña de dichas multinacionales.

En España, el sostenido giro a la derecha del gobierno del PSOE, con políticas neoliberales orientadas a favorecer al capital frente a la clase trabajadora, expresadas en las propuestas de suprimir el impuesto al patrimonio y de incrementar el período de cotización necesario para las pensiones, no ha impedido que CiU presentara en el Senado un veto a los Presupuestos forzando su devolución al Congreso. Ello muestra una vez más cómo los giros a la derecha no conducen a supuestos paraísos “centristas”, sino al reforzamiento de las posiciones derechistas, que, además, en este momento, ayudado por el atentado terrorista de ETA en Francia, puede desembocar en la aplicación de medidas represoras con la ilegalización de ANV, dificultando más una salida política para el conflicto vasco. Todo ello en el marco de la actual situación preelectoral polarizado en torno a los dos grandes y de las amenazas que penden sobre la situación económica ante la fragilidad de la burbuja inmobiliaria y de las hipotecas que lastran gravemente los ingresos en la clase trabajadora.

Objetivamente debemos denunciar que, en esencia, las diferencias entre el modelo económico y social del PSOE y del PP son cada vez menores. La foto de Zapatero y Botín fue el signo del encuentro. Y la evidencia es que especulación en suelo y vivienda continúa siendo el elemento central del crecimiento. En menos de 10 años se han triplicado los precios, en una escandalosa escalada que no tiene ninguna explicación lógica. El salto de triplicar el valor de la vivienda es inalterable y la subida de tipos es un elemento añadido a la situación, que encarece las hipotecas, con lo cual el capital mantiene los beneficios globales, repercutiendo sobre los salarios el peso de la crisis financiera. No es nada nuevo en la lógica del sistema, pero la gravedad de la situación debería tener una crítica argumentada por parte de la izquierda sindical y política y propuestas alternativas, defendidas con la presión social. Es necesario recuperar la política sindical de clase, la movilización social, el binomio negociación-presión, la denuncia en los centros de trabajo, el debate asambleario… es decir, la dialéctica de la lucha de clases en la defensa cotidiana de los intereses de la clase trabajadora, situando en nuestras coordenadas el ejemplo de aquellos luchadores históricos que, como Marcelino Camacho –a quien recientemente se le ha hecho un homenaje junto a su compañera Josefina-, pusieron en pie un potente movimiento de trabajadores y trabajadoras a la vez que articulaban el instrumento de organización e intervención: CC.OO.

La crisis en el sector de la construcción es más alarmante si consideramos que el 75% de los puestos de trabajo creados desde 1999 depende directa o indirectamente de la construcción, y si añadimos a ello que 9 de cada 10 puestos de trabajo creados lo han sido en la construcción y en los servicios tenemos un cuadro laboral preocupante.

Junto a ello, se congela en la práctica el gasto social, en la medida que no cubre las viejas necesidades y las derivadas de 5 millones más de ciudadanos/as. A la vez la escasa voluntad política por implementar políticas de igualdad se manifiesta en unos presupuestos, los de 2008, que incumplen las Leyes de Igualdad y omiten el Informe de Impacto de Género. Mientras, un gran superávit público, no invertido socialmente, coincide con los mayores beneficios empresariales y la caída de los salarios globales aumenta escandalosamente las diferencias. Los directivos y altos ejecutivos cobran entre 100 y 200 veces más que el salario más bajo de la empresa. La pérdida de los salarios reales ha sido del 4% en los últimos 10 años, siendo asimismo significativa la reducción de éstos en la renta nacional, lo cual perjudica a las rentas más bajas; especialmente grave para los jóvenes donde la precariedad afecta a 6 de cada 10 jóvenes.

La política de privatizaciones continua, en empresas y servicios públicos. El PP privatizó y privatiza allá donde gobierna sin complejos y el PSOE no cambia nada: acepta las privatizaciones compitiendo en poner sus gestores, o facilitando la compra de empresas por grupos considerados más próximos (caso Endesa-Gas Natural) y se suma a proyectos absurdos y faraónicos como en Los Monegros, a la vez que la Ministra Narbona intenta tímidamente un Plan para frenar el deterioro casi irreversible de la costa. O se suma a reducir o hacer desaparecer los impuestos directos –Patrimonio- generando una regresividad fiscal que al final conlleva la merma de la calidad y extensión de unos servicios públicos que tienden a privatizarse, reforzando el empobrecimiento de la población también por la vía del recorte del salario indirecto.

No nos cabe mas que una denuncia del modelo de acumulación del capital, sostenido desde los poderes públicos, basado en la construcción-especulación, -con un turismo y unos servicios que descansan en la destrucción de costas y ciudades- y en el trabajo inmigrante barato. Es necesaria una ofensiva ideológica para combatir los valores del individualismo, la privatización, el mercado sin reglas y el egoísmo social. Y necesitamos, por último, una propuesta política articulada. No somos el Pepito Grillo del PSOE para estirarle las orejas cuando se derechiza y para que sea más de izquierdas. Somos una organización que defiende el cambio social con un proyecto propio, y queremos que IU sea lo mismo.

Y por denunciar, las más de 70 mujeres asesinadas víctimas de la violencia machista, que exige sin demora una actuación más contundente de los poderes públicos.

En este contexto, es fundamental el reforzamiento de las posiciones de izquierda, y el PCE, a pesar de las notorias insuficiencias democráticas con que se celebraron las primarias de IU (censos inflados y distorsionados, no envío generalizado de propaganda de ambas candidaturas...), ha demostrado su responsabilidad asumiendo sus resultados como base para la unidad de IU ante las elecciones. Pero ello sólo será posible si desde la dirección federal de IU se respetan los procesos democráticos que cada organización federada desarrolla desde su soberanía para la elección de sus candidaturas. Pretender hiperbolizar, más allá de la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno, el resultado de unas primarias en las que sólo participó un 37’5% del censo es una notoria falta de responsabilidad y de realismo. Un buen resultado de IU en las elecciones requiere que desde la actuación mancomunada de todas sus organizaciones se superen los niveles de participación conseguidos, y seguir el camino contrario significa condenar al fracaso el proyecto político de IU que en fecha de hoy sigue siendo el nuestro.


En el País Valenciano, el gobierno del PP reincide en una propuesta de presupuestos antisociales, lastrados por el despilfarro en grandes eventos y por un déficit en los ingresos: resulta singular que, según las cifras recientemente hechas públicas, la Comunidad Valenciana es la única que tiene a la vez un déficit en la llamada “balanza fiscal” (aporta más de lo que recibe) y una renta media inferior a la del Estado, después de que el PP y el PSOE pactaran un “Estatuto de la vergüenza” que, a diferencia de otros, eludió el problema de la financiación autonómica, renunciando a reclamar su adecuación a las necesidades en función de parámetros objetivos como el tamaño de la población.

Las políticas neoliberales del PP siguen abriéndose camino y su apuesta por un modelo de crecimiento basado en la especulación, el ladrillo, la falta de desarrollo industrial es todavía más patética: ante la evidencia de su crisis - hecha patente con los acuerdos de los bancos centrales de conjurarse frente a la misma- no puede ya esconder preocupantes datos de paro que crece en todos los sectores industriales y una mayoría de mano de obra precarizada y mal pagada. El aumento de la morosidad en el pago de las hipotecas es la consecuencia del impacto de la subida de los intereses y la depreciación de unos salarios ya de por si bajos (hay que recordar que el 65% de los asalariados y asalariadas valencianos son “mileuristas”) sobre unes economías familiares altamente endeudadas.

El acuerdo del Consell y los promotores privados por aumentar el precio mínimo del metro cuadrado de VPO hasta los 1.164 euros y que, incluso, podría alcanzar unos máximos de 1.800 euros en determinadas "áreas metropolitanas” supone una transferencia millonaria de dinero público a negocios privados que no se compensa con la insuficiente inversión de vivienda pública, que en los presupuestos para 2008 solo sube el 1,11%. Nuevamente la vivienda, para el gobierno del PP, transciende como negocio y no como derecho intentando, además, sacar beneficios de la gente sin recursos. Es necesario poner en marcha un decidido Plan de vivienda pública en alquiler a precios limitados y separado del mercado, que rompería el espinazo de la burbuja inmobiliaria, los intereses asociados a ella, y aumentaría el patrimonio del Estado. A la vez de desarrollar viviendas de promoción pública, VPO en régimen especial y Planes de rehabilitación de barrios históricos, muchos de ellos con un número importante de viviendas vacías, apostando por la economía social para la construcción de viviendas.

La posible privatización anunciada de la línea T2 del Metro en Valencia, del Tramo 2 de Alicante o la de cercanías Alcoi-Xàtiva, puede llegar a poner en manos del sector privado la explotación de estas líneas una vez modernizadas con dinero público. Ya están anunciadas huelgas de los trabajadores en defensa del transporte público con la unidad de los sindicatos. Excepción en este panorama de paz social donde ni tan siquiera la negociación del PAVACE entre los sindicatos mayoritarios y el Consell comporta la necesaria información a los trabajadores, y, lo que es peor, no se ve acompañada de la presión social que necesitaría el “Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo”.

La privatización de lo público o de su gestión, se sigue anunciando a los nuevos hospitales como en Castellón, contrastando con la escasa inversión pública sanitaria que sigue sin abordar la construcción de nuevos hospitales y mantiene la ratio de camas por habitantes inferior a la media estatal (2,7 por cada 1.000 habitantes frente a 3,8) con el consiguiente deterioro de la atención sanitaria, al igual que en educación, donde la privatización galopante de la misma y la ausencia de inversiones, muy lejos del 6% del PIB recomendado por la OCDE, subyace en el origen de los graves problemas de nuestro sistema educativo alguno de los cuáles ha sido desvelado por el Informe PISA. Mientras, el Consell vuelca sus esfuerzos en centros vinculados a la iglesia y aumenta la deuda económica de la Generalitat con las Universidades públicas en 344 millones de euros. La defensa de lo público se convierte para los comunistas en un resorte fundamental para la mejora de la vida de los sectores sociales más desfavorecidos en medio de una sociedad cada vez más injusta y excluyente.

En este marco, el PP se dedica a jugar al victimismo electoralista al tiempo que fomenta la crispación bipartidista ante las inminentes elecciones generales. Y demuestra una vez más su talante autoritario con el cierre del repetidor de TV3 en la Carrasqueta, cercenando la libertad de expresión e información en el País Valenciano y la recepción de emisiones en la lengua que compartimos con Cataluña, a la vez que su talante antidemocrático al pretender que los estudiantes menores de 18 años se les restrinja el ejercicio del derecho a la huelga a la autorización paterna.

La celebración en Valencia del Panel Internacional sobre el Cambio Climático de la ONU, que ha reunido a máximos especialistas en esta cuestión, ha ayudado a la comprensión social sobre el origen y la importancia de este problema y sus conclusiones demuestran la necesidad de poner en marcha políticas destinadas a sustituir las energías fósiles por las renovables, incrementar la eficiencia energética y reducir el consumo innecesario. Medidas que en última instancia confrontan con el modelo insostenible puesto en pie por el PP, y con su nula voluntad de atajar el problema cuando las partidas presupuestarias previstas para abordar iniciativas en este terreno han disminuido.

En esta situación, la única alternativa al bipartidismo en el País Valenciano descansa sobre EUPV, que en su Asamblea del 17 de noviembre decidió soberanamente por gran mayoría sus candidaturas y su política de alianzas, abierta a quienes se han mantenido leales a los acuerdos previos. Frente a EUPV, quienes rompieron los acuerdos del Compromís han pactado una coalición fuera de EUPV e intentan conseguir apoyos en la dirección federal de IU para obstaculizar que EUPV concurra a las elecciones con las candidaturas que ha elegido democráticamente. En este contexto, hay que actuar con inteligencia y firmeza manteniendo y reforzando la unidad de todos cuantos se han mantenidos leales a EUPV, defendiendo escrupulosamente su soberanía y legitimidad estatutaria e impulsando el protagonismo de sus bases en la defensa unitaria de su proyecto y sus decisiones. El PCPV apuesta por una salida a esta crisis desde el sentido de la federalidad y pluralidad que defendemos, desde nuestra soberanía. Desde las normas y Estatutos que nos hemos dado.