PRIMER AÑO DE FUNCIONAMIENTO DEL

CONSEJO LEGISLATIVO PALESTINO

Art. de Amal Hassan/JMCC - INFORME: ¿QUÉ FUTURO PARA PALESTINA?. tomado de NACIÓN ÁRABE, publicación del Comité de Solidaridad con la Causa Arabe, número 31/32, primavera-verano 1997



El 20 de enero de 1996 los palestinos escribieron un nuevo capítulo de su historia al acudir en masa a las elecciones en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, con las que se eligieron a los miembros del primer Consejo Legislativo Palestino (CLP) y al presidente de la Autoridad Palestina (AP). Aunque los meses anteriores a los comicios fueron tumultuosos, más del 87% de los votantes censados acudieron a legitimar la primera institución palestina elegida totalmente y de manera directa por palestinos. Las elecciones fueron el resultado de un proceso de paz iniciado casi cuatro años antes en Madrid y que había dado lugar más tarde a la rúbrica de los Acuerdos de Oslo. Estas elecciones tuvieron un especial significado para el pueblo palestino; demostraban el apoyo a la primera Autoridad Palestina en tierras palestinas, y significaban un momento crucial para la realización del sueño de un Estado palestino independiente.

Los palestinos tienen un poder legislativo obstaculizado tanto por el Gobierno israelí como por la Autoridad Palestina

El tamaño, papel, función y jurisdicción del CLP había quedado definido en los Acuerdos Provisionales Palestino­Israelíes (Oslo II). La presente legislatura sólo abarca un período de transición, no superior a cinco años desde la firma de los Acuerdos Gaza­Jericó del 4 de mayo de 1994. Las responsabilidades del CLP se basan en los acuerdos de Oslo II y una Ley Fundamental Palestina [Constitución], aún por ratificar y que no podrá contradecir las cláusulas de Oslo II.

Aunque hubo un gran apoyo a las elecciones, éstas no satisfacían a todos los palestinos. La situación política creada por los acuerdos y el deterioro gradual de las condiciones de vida de la población, produjeron un vivo debate sobre si deberían celebrarse la elecciones en ese clima. Los partidos políticos, especialmente el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) llamaron al boicoteo de las elecciones. Estos grupos consideraron que las elecciones legitimaban los Acuerdos de Oslo ­impedimento, según ellos, para las aspiraciones palestinas­ así como el poder de Yaser Arafat y Fatah, el presidente de la AP y su facción política en los territorios palestinos.

Además, a raíz del asesinato del activista de Hamas Yahiya Ayyash en los días previos a las elecciones, cundió la duda sobre la continuación del proceso electoral y de las negociaciones de paz con los israelíes. Mientras se organizaban homenajes en honor de Ayyash, se alzaron voces a favor del retraso de las elecciones; sin embargo, Arafat se mantuvo firme en que las elecciones debían realizarse según lo previsto.

Algunos atribuyeron esta decisión al temor de Arafat a que un retraso en las elecciones les supusiera a él y sus candidatos de Fatah una dura batalla para ganar la mayoría de los escaños del Consejo. Los candidatos de Fatah lo tendrían más fácil en unas elecciones realizadas inmediatamente después de la primera fase de la retirada parcial israelí, momento de euforia y optimismo entre los palestinos y en el que Arafat gozaba de un fuerte respaldo popular.

Las elecciones de 1996

El 20 de enero de 1996 tuvieron lugar las elecciones en presencia de miles de observadores de 22 países y bajo la mirada atenta de los medios de comunicación de todo el mundo. Aunque fueron consideradas como libres, limpias y democráticas, las elecciones no estuvieron exentas de incidentes. En Jerusalén la participación fue extremadamente baja; en gran parte debido a una campaña propagandística del Likud por la que se amenazaba con la confiscación del documento de identidad de Jerusalén a aquellos que participaran en los comicios. También intimidó a muchos votantes la masiva presencia militar israelí en Jerusalén Este, que obligaba a los posibles votantes a atravesar un estrecho cordón policial y militar.

Durante los meses que siguieron las elecciones, la Comisión Electoral Central (CEC), responsable de supervisar la totalidad del proceso electoral, y su Corte de Apelaciones estudiaron las quejas y revisaron las denuncias de fraude electoral y conductas anómalas. Al final casi todas las quejas fueron declaradas improcedentes y archivadas. Aunque se reconocieron defectos en el proceso electoral, nadie dejó de reconocerlo como un importante primer ejercicio de la democracia palestina.

A un año de los comicios que legitimaron a Arafat como presidente de la AP y que dieron escaños a 88 representantes de 16 distritos electorales en el primer parlamento palestino, se plantea la pregunta de qué progresos se han hecho tendentes a establecer un sistema democrático en Cisjordania y Gaza.

Si por un lado es innegable que los miembros electos del CLP se toman su trabajo en serio y de hecho se están esforzando para hacer de él un órgano de gobierno realmente democrático e independiente, hay que señalar que el desempeño de sus funciones está siendo limitado por un presidente reacio a ceder poder y por el marco establecido por los acuerdos palestino­israelíes.

Al obtener Fatah dos tercios de los escaños, muchos observadores predijeron que el Consejo iba a convertirse en un mero trámite para Arafat y su política. Esta teoría pronto se demostró errónea. Los elegidos se tomaron muy en serio su cometido y la confianza depositada en ellos y comenzaron a introducir cambios, viendo en este Parlamento uno de los pocos realmente democráticos del mundo árabe.

Muy pronto se hizo evidente que el Consejo plantearía disensos al liderazgo de Arafat. Esto se puso claramente de manifiesto precisamente en la toma de posesión de los miembros del Consejo, cuando algunos rehusaron realizar el juramento sólo ante Arafat e insistieron en hacerlo en presencia de sus colegas. Los miembros del Consejo han querido establecer un órgano de gobierno independiente del ejecutivo y llevar a cabo su propia política, rehusando recibir órdenes de Arafat.

Obstáculos a la independencia del CLP

Un año después, el CLP puede considerarse como un poder legislativo independiente y comprometido con la democracia ­aunque atravesado por diferentes fuerzas políticas. Hoy, el CLP encuentra obstáculos en dos órdenes de cosas.

Primero, está un tanto paralizado debido a las restricciones fijadas en los Acuerdos de Oslo. Por ejemplo, no tiene jurisdicción en los asuntos relegados a las conversaciones sobre el estatuto final: Jerusalén, asentamientos, refugiados, fronteras definitivas y relaciones exteriores. Al igual que para la firma de los Acuerdos, las negociaciones sobre estos asuntos se llevan directamente entre la OLP y el Gobierno israelí. Más aún, toda la legislación del CLP debe ser "comunicada a la parte israelí de la Comisión Jurídica", una clara traba para su funcionamiento libre y justo. Además, el Consejo tiene que lidiar con un Gobierno israelí que ha mostrado su total desprecio e y falta de respeto hacia él. Esto se ha hecho patente en numerosas ocasiones: por ejemplo, se produjo un gran retraso en dispensar las identificaciones parlamentarias VIP que facilitaran el tránsito entre Cisjordania y la franja de Gaza para asistir a las sesiones del Consejo. Los miembros del CLP lucharon durante meses, ante el hecho de que algunos miembros electos del Parlamento palestino no tuvieran libertad de movimientos."Esto no es más que la continuación de la política israelí de décadas de ocupación, cierre de territorios y confiscación de tierras", diría el diputado Kamal Sharafi (Gaza Norte).

Frecuentemente los miembros del Consejo son detenidos por las autoridades israelíes. En abril, cuando 6 diputados de Gaza regresaban de una sesión en Ramallah, fueron detenidos por las autoridades israelíes y acusados de transportar ilegalmente estudiantes palestinos de Gaza a Cisjordania. En otro caso, 22 diputados que viajaban de Gaza a Nablus fueron detenidos durante dos horas hasta que llegaron oficiales israelíes al escenario para comprobar sus documentos y registrar sus maletines ­una violación directa de los Acuerdos de Oslo; a raíz de ello, estos diputados boicotearon la sesión de Nablus.

En segundo lugar, el CLP ha tenido que afrontar obstáculos impuestos por la Autoridad Ejecutiva. El presidente Arafat y ejecutivo han retrasado de mutuo acuerdo la promulgación de leyes aprobadas por el CLP. El Consejo ha aprobado cientos de leyes desde su elección, legislación que sin embargo ha sido ignorada por el ejecutivo. De esta forma los palestinos tienen una legislatura obstaculizada no solo por el Gobierno israelí sino también por sus propias autoridades.

Debido a estas restricciones, el Consejo no puede funcionar como cualquier otro parlamento del mundo. Sin embargo, tiene jurisdicción sobre problemas municipales, como alcantarillado, electricidad y agua, aunque, de nuevo, también estas competencias están todavía ligadas al Gobierno israelí.

Apertura bajo cierre de los Territorios

El concepto de democracia participativa y de base arraigó firmemente en Cisjordania y Gaza durante los años de la Intifada. A pesar de que el CLP inició su andadura como institución con tal idea de democracia, con ambiciosos planes para mejorar la calidad de vida de los palestinos ahora bajo la AP, un año después y a pesar de sinceros esfuerzos, poco ha cambiado. De hecho, ha habido un deterioro de las condiciones de vida, han proseguido las confiscaciones de tierras, aumentó el desempleo y la inestabilidad económica.

Estos hechos junto con la escasa cobertura del CLP en los medios de comunicación, han hecho que el público diera a esta nueva cámara una valoración asombrosamente baja. A este sentimiento también ha contribuido la actuación de los miembros del Consejo: a pesar de lo prometido muy pocos han cumplido su promesa de abrir oficinas en su distrito electoral y mantener reuniones regulares, contribuyendo así al desconocimiento de la cámara y de su trabajo por parte de la población.

El CLP tuvo su sesión inaugural en la ciudad de Gaza el 21 de marzo de 1996; algunos miembros no pudieron asistir a la sesión al no poder cruzar el punto de control de Erez por denegarles las autoridades israelíes la entrada a la franja de Gaza. Esta práctica continuaría durante muchas sesiones. En junio de 1996, el Consejo todavía estaba envuelto en discusiones sobre las restricciones a su libertad de movimientos impuestas por los israelíes. No obstante, la sesión inaugural del CLP tuvo lugar en presencia de representantes extranjeros y del presidente del CNP Salim Zanoun. En su discurso inaugural, Arafat tuvo un momento para recordar a los mártires y prisioneros palestinos, particularmente para el jeque Ahmad Yassin, el líder de Hamas encarcelado. El Presidente también dispuso la agenda del Consejo, que incluiría los siguientes objetivos: protección de la paz, unidad nacional, preservación de la identidad nacional palestina y construcción institucional.

Funcionamiento del CLP

Inicialmente, para facilitar el trayecto entre Cisjordania y la franja de Gaza, las sesiones del Consejo se alternaban entre ciudades de Cisjordania y Gaza; sin embargo, el 15 de mayo, el Consejo decidió cesar las reuniones alternativas y fijar los lugares en Gaza y Ramallah. Ahora, las reuniones tiene lugar semanalmente en el Ministerio de Educación en Ramallah, hasta que su sede pueda ser establecido en Jerusalén.

De acuerdo con las disposiciones iniciales del Consejo, deben celebrarse dos períodos de sesiones anuales, espaciadas por no más de cuatro meses. Las reuniones del CLP son abiertas al público, menos aquéllas solicitadas por la AP, el presidente de la cámara o un tercio de los miembros del CLP. Si el Consejo decide realizar una sesión cerrada, habrá de debatirse con intervenciones de dos miembros a favor y dos en contra, seguidas de una votación.

De momento, no hay un sistema de recuento de votos o un sistema organizado de computo de los votos de los miembros en una sesión determinada. Los votos se cuentan visualmente a mano alzada.

El CLP esta formado por 11 comisiones de trabajo, que se reúnen semanalmente los lunes y martes, y la sesión plenaria se realiza semanalmente los miércoles y jueves a menos que sea requerido de otro modo.

El Consejo está presidido por Ahmad Qrei' que también actúa como portavoz; Nahed Al­Rayes es vice­presidente primero; Mitri Abu Aitta, vice­presidente segundo; y Rawhi Fattuh, secretario.

Los miembros del CLP se asignaron un salario mensual de 2.500 dólares.

Al principio mismo de su período de funcionamiento, el CLP estableció un Reglamento Interno para garantizar la libertad de expresión y opinión, la libertad de crítica, y establecer la coordinación entre el Consejo y otras instituciones constitucionales, así como el procedimiento y la forma en la que cada diputado ha de dirigirse al Consejo desde el estrado.

A pesar de este Reglamento, las sesiones de Consejo con frecuencia se caracterizan por el incumplimiento de las reglas y procedimientos. El Reglamento exige que el Presidente deje libre su asiento de Presidente cuando interviene en el debate a título personal, cuestión por la cual con frecuencia han llamado la atención los diputados a Qrei'. Arafat es famoso por asistir ocasionalmente a las sesiones del Consejo, por censurar a algunos diputados y por participar en los debates en un obvio intento de difuminar la línea de separación entre poderes. La diputada Rawia Shawwa (ciudad de Gaza), a propósito de la participación de Arafat en las sesiones del Consejo, dijo: "al ser el presidente, nadie tiene derecho a impedirle participar en el Consejo. Se comporta de un modo paternalista y autoritario con el pretexto de que es el líder de los miembros del Congreso". Shawwa añadió que los modales de Arafat se toleran porque es el padre espiritual del proceso, pero que con tal ejemplo contribuye al incumplimiento del protocolo parlamentario.

Las resoluciones del CLP se aprueban por mayoría simple a mano alzada. En caso de empate, el Presidente de la cámara pide que se celebre una segunda votación. Si persiste el empate, el portavoz (que en otro caso no vota) emitirá un voto de calidad. El quórum es también por mayoría de miembros. El Presidente retrasa treinta minutos la sesión si no hay quórum. El Reglamento Interno estipula que un legislador puede ser cesado en su puesto en el Consejo en el caso de que pese sobre él una sentencia civil por un delito común.

La oposición en el Consejo Legislativo

Aunque muchos diputados sean abiertamente críticos con el Ejecutivo no hay una oposición organizada en el Consejo, aunque hay que señalar que tampoco hay un bloque organizado que apoye al Ejecutivo.

Durante la campaña electoral, e incluso con anterioridad, surgieron unos cuantos candidatos con voces opuestas a Arafat y los Acuerdos de Oslo. Los más destacados fueron Abdel Jawad Saleh, antiguo alcalde de al­Bireh que sufrió deportación con la ocupación; Haidar Abdel Shafi, responsable de la Media Luna Roja de Gaza; Hanan Ashrawi, anterior portavoz de la delegación;Imad Falouji, ex activista de Hamas; y el veterano militante de la OLP Salah Tamari.

Desde las tribunas de la campaña hicieron gala de diferentes grados de crítica y ya como diputados critican con frecuencia a Arafat por interrumpir los debates; desde la tarima del Consejo, han cuestionado muchas de sus decisiones.

En un esfuerzo por silenciar a la oposición, Arafat ofreció a todos sus miembros más destacados un puesto en el Gabinete Palestino. Excepto Abdel Shafi, todos aceptaron el ofrecimiento de Arafat y se convirtieron en ministros del Gabinete. Comentando lo que parece ser una estrategia clara y deliberada para silenciar a los opositores, Ashrawi dijo que "la cuestión no es acallarme a mí, creo que eso es un motivo demasiado pequeño. Con el nuevo Gobierno en Israel, la Autoridad Palestina necesita un gabinete nuevo, fuerte y profesional".

Entre los muchos diputados críticos con la Autoridad Palestina podemos señalar algunos:

­ Haidar Abdel Shafi (Movimiento para la Construcción Democrática, ciudad de Gaza). Anterior responsable de la delegación de paz palestina en Madrid y Washington, Abdel Shafi se opone a los Acuerdos de Oslo y es una exaltada voz opositora del CLP. Desde el estrado, una y otra vez ha puesto en duda las cifras de respeto de los derechos humanos. Abdel Shafi se presentó al cargo de portavoz del Consejo pero fue derrotado por Qrei' (31 contra 57).

­ Abdel Jawad Saleh (independiente, Ramallah). Fue alcalde de al­Bireh y miembro del Comité Ejecutivo de la OLP. Aceptó el puesto de Ministro de Agricultura. Fue el candidato más votado en el distrito de Ramallah, en gran parte debido a su postura crítica con la Autoridad. A propósito de cómo afectaría a las preocupaciones de sus votantes el que hubiera aceptado el cargo ministerial, Saleh dijo: "no voy a guardar silencio sobre los aspectos negativos de la Autoridad (...). Si a Arafat no le gustan mis propuestas, puede decirme adiós". Aunque se sumó al Gabinete, Saleh sigue siendo abiertamente crítico a Arafat.

­ Hanan Ashrawi (independiente, Jerualén). Ashrawi se granjeó el reconocimiento internacional como portavoz en el proceso de las negociaciones de paz en Washington y Madrid. Es la anterior directora de la Comisión Palestina Independiente de Derechos Ciudadanos. Ashrawi aceptó el cargo de Ministra de Educación Superior. Cuando se le preguntó por su puesto ministerial en tanto que indicador de su salida de la oposición, Ashrawi dijo: "No he dejado nada. Todo el que está en el Consejo en realidad no forma parte de la oposición en el sentido de que no está en contra del proceso de paz. Quienes estaban en la oposición tradicional no participaron en las elecciones. Así que lo que hay son diferentes grados de acuerdo y diferentes perspectivas y aproximaciones. Todavía no tenemos una vida política consolidada con partidos políticos que puedan ser considerados como oposición".

­ Salah Tamari (independiente, Belén). Antiguo miembro de Fatah y líder de las juventudes de la OLP; actualmente es el Presidente de la Comisión de la Tierra y los Asentamientos. En las sesiones del Consejo aborda con frecuencia el tema de la corrupción en el seno de la Autoridad Palestina. Tamari es uno de los pocos miembros de OLP que sigue manteniendo reuniones periódicas con sus electores.

­ Imad Falouji (Fatah, Gaza Norte). Falouji fue miembro de Hamas y editor de su órgano de prensa al­Watan. Dejó el partido debido a su apoyo a las elecciones. Aceptó el puesto de Ministro de Comunicación. Debido a la posición crítica de Falouji con las actuaciones de la Autoridad Palestina, en particular con el cerco a los activistas de Hamas, Arafat intentó retirarle la inmunidad parlamentaria.

­ Husam Khader (Fatah, Nablus). Dirigente de la Intifada, a Khader se le retiró la militancia de Fatah debido a sus críticas a Arafat.

Con frecuencia estos y otros miembros han sido críticos con las decisiones del Ejecutivo. Cuando responsables de la Seguridad Preventiva (uno de los servicios de seguridad de la Autoridad Palestina) arrestaron al activista en favor de los derechos humanos Iyad Sarraj, miembros del Consejo dieron una conferencia de prensa denunciando el arresto. Igualmente protestaron con motivo de la detención, por parte de la AP, de activistas estudiantiles de la Universidad de Birzeit. En este último caso el Consejo emitió una resolución exigiendo su excarcelación, tal como había ordenado la Corte Suprema. No obstante Arafat imcumplió esta resolución e intentó retirar la inmunidad de varios de los diputados involucrados.

Equilibrio entre el Legislativo y el Ejecutivo

El Consejo tiene once comisiones de trabajo: Jerusalén, Tierra y Asentamientos, Refugiados y Palestinos del Exterior, Político, Justicia, Hacienda, Economía, Interior, Educación y Asuntos Sociales, Recursos Naturales y Derechos Humanos. Cada diputado puede ser miembro de un máximo de tres comisiones.

Al final de la primera sesión del Consejo, en septiembre de 1996, todos las comisiones emitieron informes sobre su actividad. En la mayoría de ellos salieron a relucir varios puntos comunes: la falta de coordinación entre comisiones, entre las comisiones y el CLP en general, así como con el Ejecutivo. También subrayaban su preocupación por la falta de coordinación entre las comisiones y los negociadores de la OLP.

La Comisión de la Tierra y los Asentamientos, presidida por Tamari, protestaba en su informe por no tener acceso a los negociadores y de esa forma no poder contribuir a la marcha de las negociaciones. El informe iba más allá afirmando que ni siquiera estaban en condiciones de hacer llegar sus sugerencias a estos negociadores, a pesar de haber sido invitados estos últimos con frecuencia a dirigirse a las comisiones. El nivel de burocracia en los ministerios también era un tema recurrente en muchos informes.

La Comisión Política, presidida por Abdel Shafi, una de las comisiones más importantes del Consejo, se quejaba en su informe de la falta de un plan claro de actuación. Al carecer el CLP de programa, esta comisión no podía identificar claramente su propio papel. Sostenía en su informe que "la mayor parte de las veces, no pudimos enterarnos de asuntos oficiales cruciales hasta que fueron publicados oficialmente en la prensa o por casualidad escuchamos informes no oficiales de miembros que también están en el Ejecutivo, lo cual supone menguar la importancia de esta comisión".

Dado que las funciones de cada comisión no están definidas con claridad, con frecuencia se solapan las de unas y otras. Además, como la mayoría de los miembros están en más de una comisión, ha habido quejas al no poder cumplir adecuadamente todas sus obligaciones con cada comisión.

La firma de la Declaración de Principios ya puso de manifiesto el escaso grado de democracia que la OLP estaba dispuesta a establecer. Si ya los mismos pasos para lograr estos acuerdos no se llevaron a cabo democráticamente dentro de las instituciones de la OLP, ¿cómo podía esperarse que fuera de otra manera después? Desde el principio, el presidente Arafat se ha mostrado poco dispuesto a relegar poderes en esta autoridad democráticamente elegida."Arafat es individualista hasta un grado fuera de lo normal... Prefiere tomar decisiones él solo" diría el Ministro de Agricultura, Jawad Saleh.

Arafat tampoco es proclive a separar lo que son instituciones de gobierno y la OLP. Por ejemplo, hasta la fecha las reuniones del Gabinete se celebran de forma conjunta con las del Comité Ejecutivo de la OLP.

A modo de primer gesto expresando su deseo de reducir las funciones del Legislativo, Arafat ignoró la Ley Electoral Palestina que pide que se nombre al 80% del Gabinete entre los miembros del Consejo. Arafat pidió una enmienda para dejarlo en el 60%. Hoy, el 67% del Gabinete está formado por miembros del Consejo.

A propósito de las relaciones entre el CLP y la Autoridad Ejecutiva, la diputada Rawia Shawwa diría: "hay un problema. Existía un poder ejecutivo central y ahora existe un nuevo cuerpo legislativo elegido que trata de establecer sus funciones elaborando una legislación que controlará y posiblemente limitará el brazo del Ejecutivo. Pero el Ejecutivo se opone a esto".

Quizá en un esfuerzo por estrechar las relaciones más fuertes entre estos dos poderes en liza, el Ejecutivo invita con frecuencia al portavoz Ahmed Qrei',como representante del Consejo, a asistir a las reuniones Gabinete­OLP, en aras de mantener informado al Consejo del estado de las negociaciones.

El mayor obstáculo encontrado hasta la fecha por el Consejo es la resistencia del Ejecutivo a ratificar la Ley Fundamental. Aunque el CLP aprobó una primera redacción del texto, Arafat se ha negado a ratificarlo, dejando a los palestinos sin un marco constitucional de referencia.

Desde casi su inauguración, el CLP ha estado enzarzado en discusiones sobre la Ley Fundamental. En julio 1996 el portavoz Qrei' tuvo tal altercado con Arafat a causa de la Ley Fundamental que llegó a dimitir temporalmente. Cada vez que Qrei intentaba que en el CLP se debatiera la Ley Fundamental, invariablemente le interrumpía Arafat, que insistía en que el CLP debería estar discutiendo un borrador de la Ley Fundamental presentado por el Comité Ejecutivo de la OLP. Ante la frustración de Qrei' por las constantes interrupciones de la sesión por parte de Arafat, éste le respondió: "¿De qué Constitución hablas? No has mostrado tal Constitución al Presidente ni al Comité Ejecutivo. Puedes discutir una Constitución, pero no puedes elaborarla". Como el Consejo continuó con el debate, Arafat salió intempestivamente de la sala de sesiones y entonces Qrei' dimitió. En otro momento de la discusión de la Ley Fundamental, Arafat envió un fax al CLP solicitando que abandonasen el debate hasta que sus expertos legales hubieran analizado el borrador.

Algunos miembros del Consejo han afirmado que Arafat no tiene intención de ratificar la Ley Fundamental porque no quiere que se pongan límites a su poder. "Ni siquiera tenemos una ley por la que regirnos al debatir cuestiones relativas al Consejo y sus comisiones", dijo Haider Abdel Shafi.

La Ley Fundamental establece la separación entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Según el funcionamiento actual, el Consejo sólo tiene poder para aprobar leyes, mientras que el Ejecutivo tiene la potestad última para adoptarlas.

Acabado ya el ejercicio fiscal de 1996, el Consejo todavía está esperando que el Ministro de Hacienda les remita un presupuesto para su aprobación. Qrei' ha dicho: "Las resoluciones del Consejo suelen afectar a cuestiones de seguridad, economía o asuntos sociales. Con las resoluciones sobre asuntos sociales no hay problemas, pero (el Ejecutivo) no adopta nuestras resoluciones sobre seguridad y economía, que normalmente discutimos, por consideración, con el Presidente Arafat". Como dijo el diputado Azmi Shu'abi, "si la Autoridad no se atiene a las resoluciones de la Corte Suprema, ¿cómo se puede esperar que respete las resoluciones del Consejo?".

Logros del Consejo Legislativo

Desde su creación, el Consejo, todavía embarcado en solucionar cuestiones de su puesta en marcha, dedicó tiempo a la formación de las once Comisiones de trabajo y a la aprobación de sus Normas de Funcionamiento. También revisó el Código Civil, la Ley de Gobierno Local y lo más importante, la Ley Fundamental, es decir, la constitución palestina. De ellas, sólo la Ley de Gobierno Local ha sido firmada por Arafat.

Junto a la aprobación de estas leyes, el Consejo ha emitido cientos de resoluciones que con más propiedad deben ser definidas como resoluciones políticas, entre las cuales hay condenas del cierre de los territorios y los castigos colectivos israelís, de la expansión de los asentamientos, la confiscación de tierra, la construcción de autovías, y la demolición de casas; del incumplimiento de la puesta en libertad de los prisioneros políticos y en particular de las mujeres encarceladas. También redactó numerosas resoluciones pidiendo a Israel el cumplimiento del Acuerdo de Oslo y en concreto condenando el retraso en la retirada de Hebrón.

El Consejo ha estado aprobando legislación de dos tipos. En primer lugar emitiendo posicionamientos que no son posibles aplicar debido a las restricciones en los Acuerdos y que por lo tanto caen fuera del control de la AP. Principalmente se trata de condenas por violaciones israelíes. El CLP emite en este caso condenas en forma de resoluciones pero tiene poco poder más.

En segundo lugar, hay temas sobre los cuales teóricamente el CLP tiene jurisdicción pero poco poder para su aplicación. Con frecuencia, su postura ha sido muy valiente, incluyendo la resolución que criticaba a la AP por "monopolizar el comercio de productos de primera necesidad, especialmente bienes fundamentales para la economía palestina, a través de determinadas compañías". El Consejo también emitió un comunicado crítico cuando el activista de los derechos humanos, Iyad Sarraj, y después otros estudiantes fueron arrestados. En esos casos, el Consejo pidió al AP que pusiese en libertad a los detenidos, pero no se tomó ninguna medida hasta que Arafat dio su visto bueno.

Los miembros han desafiado frecuentemente a Arafat con temas como la corrupción, la mala administración, los derechos humanos, las negociaciones de paz y la ausencia de normas legales. Frustrado con la negativa del Ejecutivo a aplicar las resoluciones del Consejo, el CLP sacó otra resolución para discutir con Arafat y el Ejecutivo "cómo aplicar las resoluciones del Consejo Legislativo". Una resolución, durante el cierre de los territorios, llamaba a que la AP redujera un cinco por ciento todos las salarios de la Autoridad para facilitar los esfuerzos de la Autoridad tendentes a crear puestos de trabajo.

Aunque caen dentro de las competencias del Consejo cuestiones vitales como la economía, la actuación de la OLP en las negociaciones o los aparatos de seguridad, el Consejo se ha visto relegado a tratar temas de nivel municipal más que parlamentario.

Un principio básico de cualquier democracia es la libertad de prensa. Desgraciadamente, muchos periodistas palestinos sienten que todavía no ha llegado el momento en que puedan criticar libre y claramente a la AP. Ésta es la principal razón por la que no hay una ajustada cobertura informativa del Consejo. Para muchos periodistas todavía está fresco el recuerdo del arresto, en enero de 1996, del editor de al­Quds, Maher Alami, por un enfrentamiento con Arafat, y por ello no se arriesgan a criticar abiertamente a la AP. Por ello pasan desapercibidas para el público las frecuentes ocasiones en que el Consejo plantea valiente críticas.

Cuando el Consejo comenzó sus primeras sesiones en marzo, solo algunas de ellas estaban abiertas a la prensa. El CLP votó el 21 de abril que las reuniones fuesen públicas, pudiendo el pueblo palestino tener información sobre su trabajo a través de la prensa. De esta forma algunas sesiones son televisadas y retransmitidas por la radio, generalmente cuando a ellas asiste Arafat.

Si bien la emisora de radio La voz de Palestina ha sido la que ha ofrecido la mejor cobertura, la mayor parte de la prensa escrita no ha hecho un seguimiento de calidad, particularmente en lo referido a asuntos controvertidos. Frecuentemente la prensa cubre las sesiones basándose en las informaciones que da el Presidente de la Cámara, Qurei, al finalizar cada sesión en las conferencias de prensa. Esto ha llevado a que Haidar Abdel Shafi dijera "la televisión palestina debería ser el mejor medio para informar al público de lo que ocurre en el Consejo, pero desgraciadamente no es así". Debido a la autocensura o a la que ejerce directamente la AP, sólo se da una cobertura muy limitada del Consejo. En palabras de Shawwa "la verdad es que hay noticias de que los editores no se atreven a publicar".

El Consejo y la opinión pública palestina

El Jerusalem Media and Comunication Center (JMCC) ha venido realizando desde agosto de 1996 sondeos de opinión sobre este nueva institución electa. Los resultados del último sondeo, realizado en diciembre de 1996, indican que sólo el 24% de los palestinos cree que el Consejo les representa correctamente, el 48% piensa que les representa pero sin demasiada efectividad, y finalmente, el 14% cree que lo hace pobremente. Estos resultados preocuparon muy seriamente a los miembros del Consejo y fueron discutido en una sesión.

Esta escasa satisfacción de la población puede atribuirse al sentimiento extendido de que los diputados podrían ser más beligerantes en las negociaciones con los israelíes. La Comisión Política del Consejo fue más lejos, haciéndose una severa una autocrítica y reconociendo que no se habían realizado suficientes reuniones con la población para informarla, y para intercambiar puntos de vista. El Consejo lo atribuiría a sus propias limitaciones para acceder a la información y reprochó a los medios de comunicación por no cubrir suficientemente el trabajo de las comisiones y en general del Consejo.

El Consejo Legislativo Palestino tiene un papel decisivo que jugar en este período de transición. Aunque tenga ante sí arduas pugnas con el Ejecutivo, el Consejo ha de desempeñar un papel fundamental en la configuración de la democracia palestina. Sin embargo, si esta primer experiencia democrática quiere tener éxito, el Presidente Arafat debe aprender a respetar a los diputados electos y reconocerles el estatuto que les corresponde, de manera que puedan cumplir las expectativas puestas en ellos por los electores.

(Versión parcial del artículo "One Year on the road to democracy: on the anniversary of the first Palestinian elections", publicado en Palestine Report de 17 enero de 1997, publicación del organismo palestino Jerusalem Media and Comunication Center. Traducción de Luz y Pepe Gómez García.)

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