CONSTRUCCIÓN TERRORISTA DEL TERRORISMO:

El Estado sionista y los palestinos.

Por Hernán Uliana

Observatorio de Conflictos, Argentina     

 

           

            "El nómade es, por naturaleza, un saqueador: la razia es para él una ocupación normal que le procura gloria y beneficio. Representa un mundo en esencia belicoso y en movimiento, vagabundeando sin tregua en las fronteras de las tierras campesinas" (J. R. Kupper, 1957, p120) Esta cita refiere a los nómadas del Oriente Antiguo y es común que esta concepción, proveniente de la ideología de los pueblos sedentarios, se haya trasmitido a la cultura moderna que, en ultima instancia, desciende de aquellas.

            Sin duda la cuestión palestina hunde sus raíces no solo en la historia de una región asiática particular sino en el desenvolvimiento de la historia mundial de los últimos dos siglos. Entre la multiplicidad de procesos que culminan en la diáspora palestina y la resistencia de este pueblo se encuentran el desarrollo del capitalismo en Europa, el imperialismo en Inglaterra, la construcción artificial de una "identidad del pueblo judío", el auge de los nacionalismos, la crisis europea, la competencia entre los bloques del mundo bipolar, el holocausto, y muchos otros que llevarían a una extensión desmesurada de este trabajo por lo cual me limitaré a ilustrar con ejemplos algunas ideas generales sobre la cuestión palestina, centrando el trabajo en la historia de la región en particular y en los pueblos directamente involucrados.

            Intentando pensar sobre las bases más visibles sobre las que el Estado de Israel se fundamenta saltan a la vista dos productos de la Europa de la segunda mitad del siglo XIX: el nacionalismo y el imperialismo, al cual hay que agregar la concepción fascista del Estado.

            El nacionalismo es un producto artificial creado con un "criterio histórico de la importancia de ciertas instituciones y cultura que las clases gobernantes y minorías selectas preparadas comparten" (Hobsbawn, E. La era del Capital, p 96) sin duda alguna el sionismo se ajusta a la definición de un grupo de intelectuales y capitalistas judíos de fines del siglo XIX: "Considero que la cuestión judía no es una cuestión social, ni religiosa, aunque ello muestre estos y otros tintes. Es una cuestión nacional... Somos un pueblo, si, uno solo." (Herzl, T. El Estado Judío, p 7) Esto puede parecer un llamado a la liberación, de hecho en parte lo es, pero su originalidad no está en el llamamiento muy similar al de otros pueblos de la época (ser irlandeses y no ingleses, ser checos y no alemanes, ser finlandeses y no rusos) sino que este llamamiento se hace desde una elite a un supuesto "pueblo" que no puede distinguirse más que por la practica de una religión, ya que no tiene los caracteres biológicos de una raza (obsesión del darwinismo de la época), ni un idioma cotidiano hablado en común, ni siquiera la ideología del "retorno" que es posterior y parcial (emigraron mas judíos hacia América que hacia el naciente Estado). Pero esto sería una equivocación, estos intelectuales contaban con algo mas que la religión, contaban con una "acumulación primitiva de orgullo" que otras naciones debieron generar en el proceso de su formación, y esta era su propia ideología de "pueblo elegido" sumado a la imagen especular que devolvía el no-judío que incomprendía sus prácticas y se convertía en victimario tras cada peste, hambruna o eclipse que se sucediera.

            Pero un Estado-Nación debe ser construido, elaborado, aunque exclame estar basado en una nacionalidad es esencialmente "un programa destinado a construir una estructura política" (Hobsbawn, E. op cit, p 99) que, en ultima instancia, tomará en sus manos la construcción de lo que la nacionalidad "ideal" requiera. La Italia unificada en la segunda mitad del siglo XIX era "una mera expresión geográfica" que no había estado unificada desde el Imperio Romano, donde solo el 2,5 % de su población hablaba lo que actualmente llamamos el idioma italiano y que mereció la frase de Massimo d' Azeglio (1792-1866) "Hemos hecho Italia; ahora tenemos que hacer los italianos". Esta era la intención, y veremos que los sionistas la llevaron a un éxito inimaginado, construyeron su Italia en otro continente y fabricaron sus italianos trayéndolos de toda Europa, desplazando (e incluso destruyendo) en la medida que les fue posible a los pueblos que ya la habitaban.

            El imperialismo no es el imperialismo colonial, este es un error en el análisis de muchos estudiosos sobre la cuestión de Palestina, es el imperialismo en el cual los "avanzados" dominan a los "atrasados" (centro ordenado y civilizado versus periferia caótica y bárbara) Es sobre todo el imperialismo de la "economía global", de la revolución de los transportes y el industrialismo. Sin tener en cuenta esto es imposible comprender cómo puede haber surgido en las conciencias de cierta fracción de la élite judía la posibilidad de semejante proyecto de ingeniería social: el traspaso de un pueblo, sin situarlo en que este traspaso ya ocurría en esta época (30 millones de emigrantes hacia América entre 1870 y 1911). Como ya dije anteriormente ¿Qué es ese Estado subsidiado y deficitario si no la concreción de la carga del hombre blanco judío civilizador en tierras ocupadas por bárbaros? Dejemos que hable Theodor Herzl: "Para Europa formaríamos allí parte integrante del baluarte contra Asia: construiríamos la vanguardia de la cultura en su lucha contra la barbarie." (Herzl, T. op cit, p 23). Ahora una pregunta actual ¿Cuanto ha cambiado esto? Si leemos los diarios de mayor tiraje y  miramos CNN descubriremos maravillados como "bárbaros" terroristas de doce a catorce años fuertemente armados con hondas y piedras acosan a "civilizados" blindados israelíes, "pacíficos" helicópteros de ataque y "desprotegidos" soldados que, dicho sea de paso, están armados con armas del "hombre blanco" (norteamericanas y europeas), y que se exceden de vez en cuando en su "defensa" cuando destruyen alguna aldea en territorio árabe.

            La frase "el pueblo sabe que luchamos por nuestra supervivencia" repetida incansablemente por la ultraderecha no ha cambiado desde que las posibilidades de transmisión ideológica fueron monopolizadas por un estado central. Es la lógica del Imperio el cual funda ciudades amuralladas, siempre "defensivas", para protegerse de la agresividad natural de los pueblos nativos que ellos mismos explotan. Es la reedición del estereotipo bárbaro, un cinturón de poblaciones semihumanas que rodea al área central civilizada.

            La rebelión de los pueblos "salvajes" no puede depender del dominio de lo político; es asimilada al crimen de derecho común; por el contrario las guerras llevadas a cabo por occidente son "guerras justas". Justificación ideológica de la guerra de conquista contra los pueblos "sub-desarrollados" que se remonta por lo menos hasta Aristóteles, el cual calificaba a la guerra como una forma natural de adquisición y conforme al derecho cuando se hacía contra hombres que, nacidos para obedecer, se negaban a hacerlo. (Briant, P. "Estados y Pastores en el Antiguo Medio Oriente, cap I).

            Queda el fascismo, y esta es la pata más difícil de tratar de las que sostienen al Estado de Israel. El fascismo sostiene ideológicamente y en algunos casos programáticamente al Estado de Israel que sin duda puede catalogarse de militarista, agresivo y racista. Vayamos a la ideología: "La solución a la cuestión judía no consiste en luchar para acabar con el antisemitismo y conseguir la total igualdad de los judíos, sino separar a los judíos de los que no lo son..." (notas del diario de Theodore Herzl), y ahora comparemos: "El objetivo por el cual tenemos que luchar es el de asegurar la existencia y el incremento de nuestra raza y de nuestro pueblo: el sustento de sus hijos y la conservación de la pureza de su sangre; la libertad y la independencia de la patria, para que nuestro pueblo pueda llegar a cumplir la misión que el supremo creador le tiene asignada" (Hitler, A. Mi Lucha). Otro ejemplo: "Vivimos ahora en una época en que gran parte de nuestro pueblo, sobre todo la generación más joven, se encuentra amenazada por un proceso de desintegración y erosión...este proceso, si no se detiene, amenazará la supervivencia judía en mayor medida que los progroms y la inquisición" (Goldman, Nahum, XXVI Congreso Mundial Sionista, 1964) Esta clásica apelación a "corregir" la corrupción de las nuevas generaciones es una constante en los fascismos europeos. ¿Qué demuestra esta escalofriante escena? Pues nada, solo lo fácil que es usar la ideología, poner fragmentos juntos que asocien ideas. Así lo hace el Estado de Israel y sus lobbies, que ponen juntos al holocausto con el derecho a defensa, y le suman un poco de violencia divina, sazonando todo con numerosas fotos de campos de exterminio cada vez que aparece un niño palestino acribillado por el ejercito israelí. Aun así quiero seguir poniendo el dedo en la llaga en esta cuestión cuando me refiera a otras similitudes: Haólam Hazeh Gran Rabino agregado al Alto Mando Israelí decía lo siguiente en 1974: "Cuando nuestras fuerzas toman contacto con civiles en el transcurso de una guerra o durante una incursión y mientras no se tenga la seguridad de que esos civiles no pueden perjudicar a nuestras fuerzas se puede y aun, según la Halachaa, se debe matarlos."  La cuestión racial también está presente "Los sefardíes y judíos orientales, procedentes de los países árabes, tienen por lo general la piel oscura. Para un judío occidental se parecen mucho a los árabes" (Robert Silverberg) "Además de ser inestables, emotivos, incompetentes y no dignos de confianza como son considerados por los judíos nacidos en Europa" (Raphael Patai, Israel between East and West), "Cuando el grupo sionista del Este de Europa en Israel habla de la imperiosa necesidad de preservar el judaísmo del país en lo que en realidad se piensan es en poco más que en sus propias características de la cultura judía” (Nissin Rejwan, Israel as an open society, The Jewish Spectator, dic. 1967).

Creo haber ilustrado mi punto, pero aun debo agregar los puntos de un programa que permitirá un ejercicio, debe leerse alternativamente reemplazando las palabras por las que le siguen dentro de paréntesis:

1) Pedimos la constitución de una Gran Alemania (un Gran Israel, recuérdese el expansionismo), que reúna a todos los alemanes (judíos) sobre la base del derecho de los pueblos a disponer de si mismos.

3) pedimos tierra y colonias para reabsorber el exceso de población.

4) solo los ciudadanos se benefician de los derechos cívicos. Para ser ciudadano hay que tener sangre alemana (judía). Luego, ningún judío (palestino) puede ser ciudadano.

5) Los no ciudadanos no pueden vivir en Alemania (Israel) más que como extranjeros, y deben someterse a la jurisdicción para extranjeros.

6)El derecho a fijar la dirección y las leyes del Estado está exclusivamente reservada a los ciudadanos. En consecuencia, pedimos que toda función publica, sea cual sea su naturaleza, sea desempeñada por ciudadanos.

7) Pedimos que el Estado se comprometa a procurar a todos los ciudadanos los medios de subsistencia. Si el país no puede alimentar a toda la población, todos los no ciudadanos deben ser expulsados del Reich (Medinat Yisra`el).

8) Es preciso evitar toda nueva emigración de no alemanes (no judíos)... y el programa sigue con increíbles similitudes a las aplicadas por el Estado sionista durante mas de cinco décadas, este programa es el del Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán del año 1920.

            Para terminar citaremos un caso, el del Dr. Kastner, que era funcionario en Israel cuando fue juzgado Adolf Eichmann. Este se refirió a aquel "Este Dr. Kastner era un hombre joven, un abogado frío y un sionista fanático. Estuvo de acuerdo en colaborar a que los judíos no se opusieran a la deportación e incluso a que se mantuviera el orden en los campos de exterminio, si yo hacia la vista gorda y permitía a unos cientos o miles de jóvenes judíos a emigrar a Palestina, fue un buen negocio." (Eichmann, A. Eichmann own history).

            Marx dijo que la historia se da dos veces, la primera como tragedia y la segunda como parodia (refiriéndose a Napoleón I y a Napoleón III). Lamentablemente en este caso ambas se dieron como tragedia y en ambos casos estuvo presente el mismo pueblo, en la primera como víctima en masa de un Estado racista y en la segunda como victimario parte de un Estado racista.

 

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