La Cumbre de la OMC
Un gran desafío para la soberanía alimenticia Del 30 de noviembre al 3 de diciembre de 1999, los ministros de los países miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se reunirán en Seattle, Estados Unidos en el marco de la tercera Conferencia Ministerial de esa organización. Durante esta 'misa mayor' internacional, los países participantes fijarán la futura agenda de negociaciones comerciales. De hecho, numerosos temas serán nuevamente discutidos en el año 2.000, entre los cuales se encuentran el Acuerdo Agrícola, el comercio de servicios y la propiedad intelectual. Por otra parte, nuevos sectores tales como el comercio electrónico y los organismos genéticamente modificados harán su entrada en la OMC. Es muy probable que en Seattle, los ministros decidan lanzar una nueva ronda de negociaciones, ya bautizada como el ciclo del milenio. En esta ronda todos los temas serán puestos sobre la mesa, provocando las sesiones de regateo que han caracterizado a los ciclos precedentes. Para evitar que se prolongue excesivamente, lo que ocurrió con la Ronda de Uruguay que se alargó durante 8 años, los Estados Unidos desean que se imponga una fecha límite a este nuevo ciclo. La liberalización de la agricultura forma parte de los temas que más inquietan a las organizaciones campesinas, a las ONGs y a ciertos gobiernos del Sur. De manera profundamente injusta, la versión actual del Acuerdo Agrícola favorece ante todo al complejo agro-industrial que busca incrementar la sobreproducción agrícola del Norte para venderla a los países del Sur. Esta conquista de nuevos mercados se hace en detrimento de la soberanía alimenticia de la población de los países del Sur. A la víspera de estas discusiones urge que, tanto en el Sur como en el Norte, los pueblos, las organizaciones y los gobiernos se movilicen para que las nuevas reglas del comercio mundial reconozcan la soberanía alimenticia como un derecho fundamental y una garantía para mejorar el bienestar de los pueblos. Siembras quiere contribuir a esta tarea publicando el presente mini-dossier sobre el desafío de las próximas negociaciones agrícolas en el seno de la OMC.
Los principios a defender
· garantizar a los campesinos condiciones dignas de vida que les permitan alimentar sanamente las comunidades a las cuales pertenecen. Oxfam-Solidaridad comparte estos principios con organizaciones socias en el Sur. Muchas de ellas son miembros de Vía Campesina y de la federación asiática SEAFSFT (léase pág. 7). En Bélgica, nuestra organización se esfuerza por difundir sus reivindicaciones ante la opinión pública pero también por influir en la política agrícola y comercial belga y europea en un sentido que les sea favorable. En la práctica, esta acción se realiza participando en la Plataforma Soberanía Alimenticia (PSA) (francófona) y la Coordinación flamenca para un desarrollo sostenible (VODO) (neerlandófona). Página 2 (3.270)
ABC de la OMC Objetivo : La OMC es una organización internacional permanente que determina un conjunto de reglas comerciales aplicables en el mundo entero, en la óptica de dar un marco legal a los procesos de mundialización del comercio. Con este fin, la OMC también dispone de su propio 'tribunal' para solucionar litigios comerciales entre los Estados. Países Miembros: 134 países son miembros de la OMC. Algunos países como China y ciertos países de la ex-URSS aún no forman parte de ella. Tres cuartos de los miembros de la OMC son países en desarrollo cuyas exportaciones sin embargo sólo representan el 19% del total de las exportaciones mundiales. Competencias : El conjunto de temas ligados al comercio: materias primas, servicios, trabajo, derechos de propiedad intelectual. La agricultura figura entre los asuntos negociados bajo la denominación de Acuerdo Agrícola. Representatividad : el proceso de decisión es poco transparente. Los países menos desarrollados son sistemáticamente marginados. Sólo las delegaciones que cuentan con numerosos expertos están en capacidad de participar y defender sus intereses durante las diversas negociaciones sectoriales que pueden efectuarse de manera simultánea. Que prevé el Acuerdo Agrícola de 1994? Por primera vez, la agricultura aparece en los acuerdos del GATT en el marco del ciclo del Uruguay Round. Los Estados Unidos y la Unión Europea aprovecharon esta oportunidad para reforzar su posición de monopolio en la producción y el comercio agro-alimenticio. El Acuerdo Agrícola ha sido negociado previamente entre estas dos potencias antes de que le presentaran para firma a los 134 países miembros, quienes se comprometieron a favorecer la liberalización del comercio agrícola a escala internacional. La aplicación de este acuerdo contempla tres tipos de medidas: 1. Abrir las fronteras a las importaciones Los países miembros de la OMC se comprometieron a reducir los derechos aduaneros a la importación de productos agrícolas procedentes del extranjero.
· Se debate en primer lugar la supresión de las cuotas y los precios mínimos aplicados a los productos importados y su transformación en tarifas arancelarias. Luego, cada país debe unificar estos aranceles y comprometerse a reducirlos de manera progresiva. 2. Reducir los subsidios a la producción El Acuerdo obliga a los países miembros a reducir sus ayudas a la producción, en particular las que sostienen los precios (ayudas indirectas de la Política Agrícola Común, PAC). Estos precios garantizados son considerados como competencia desleal con los productores no subsidiados de otros países por lo que incitan a aumentar la producción y a crear excedentes en el mercado mundial. 3. Reducir las subvenciones a la exportación El Acuerdo prevé la reducción progresiva de las ayudas a la exportación porque se las considera contrarias al principio de la competencia. Es cierto que sin estas subvenciones, resultaría prácticamente imposible para Europa vender sus excedentes a precios de dumping en el mercado mundial.
¡El derecho a romper ventanas!
El Acuerdo visto desde el Sur: el gran fraude
1. El libre comercio: un mito Casi la mitad del volumen comercial internacional de cereales provienen de los Estados Unidos y de los países miembros de la Unión Europea. Sin embargo, esta supremacía occidental en el comercio internacional de cereales no resulta del libre comercio que estos países predican. Al contrario, proviene de una política de subvenciones públicas a la producción y a la exportación que constituyen formas de dumping alimenticio. Los precios de los excedentes agrícolas del Norte son tan bajos que, por lo general, los campesinos del Sur ni siquiera están en capacidad de competir con sus productos en los mercados locales. Por ello, resulta más ventajoso para los gobiernos, los comerciantes y los consumidores urbanos del Sur, importar el trigo por barco desde el Mid-West de los EEUU que hacer llegar alimentos de un pueblito cercano al lugar de su consumo. Eso se debe a la baja productividad de la agricultura del Sur cómo también a que muchos de sus campos carecen de infraestructuras viales y comerciales adecuadas El Acuerdo logrado durante el Uruguay Round pretendía reducir las exportaciones de los países industrializados e inducir una reducción de las subvenciones. Pero no se produjo nada parecido porque las reducciones solo afectan a un 20% del nivel de las subvenciones. El otro 80% queda manteniendo la superioridad de sus agriculturas. Salvaguardar los intereses del Norte El Acuerdo Agrícola también implica un fraude: las negociaciones bilaterales entre Europa y los Estados Unidos dejaron prácticamente intactas las ayudas directas cuyo objetivo es compensar el ingreso insuficiente de los productores del Norte. Estas subvenciones han sido deliberadamente excluidas del marco del acuerdo de la OMC (caja verde) bajo el pretexto que ellas no obran directamente sobre los intercambios comerciales. Además, los gobiernos estadounidense y europeo, presionados por grupos de cabildeo agrícolas, inventan continuamente nuevos mecanismos de subvención para evadir las reglas de la OMC ¡que ellos mismos fijan! Por ejemplo, los Estados Unidos actualmente favorecen a los países importadores de cereales norteamericanos otorgándoles créditos. De esta manera, las grandes potencias agrícolas han logrado mantener, si no aumentar aún más, el nivel de protección de sus agriculturas y garantizar mercados para sus excedentes. Otros ámbitos tales como la investigación y el desarrollo escapan totalmente a las negociaciones y continúan siendo fuertemente subsidiados para preservar los intereses de la Unión Europea y de los Estados Unidos. "Según un estimativo del grupo de Cairns (países productores intermediarios del Sur), explica el investigador filipino, Walden Bello, el monto de las subvenciones agrícolas en los países de la OECD (los países ricos del Norte), pasó de 182 mil millones de dólares en 1995 a una cifra alucinante de 280 mil millones de dólares en 1997. La parte más grande de estas subvenciones fue aprobada por la Unión Europea y los Estados Unidos". 3. La trampa de las "medidas de alivio" El Acuerdo Agrícola "alivió" los requisitos que deben cumplir los países en desarrollo fuertemente endeudados e importadores netos de alimentos (HIPC y NFIDC): · Prolongación de 4 años del período de aplicación de la primera fase de reducción arancelaria. · Reducción de las ayudas aportadas a los agricultores conforme a la realidad de cada país. Estas pocas adaptaciones marginales no logran disfrazar la hipocresía que había caracterizado las negociaciones: el cálculo de las subvenciones totales de cada país no se hizo sobre la base de las que eran vigentes en el momento de la firma del acuerdo en 1994, pero sí en 1986-1988, momento en que la agricultura estadounidense estaba en su nivel más alto de protección. Por ende, la disminución del 20% de las ayudas a la protección doméstica tiene un alcance mucho más pequeño de lo que pareciera a primera vista. Vistas desde el Sur estas reducciones son tanto más insignificantes sabiendo que en términos absolutos, un granjero americano recibe en promedio cien veces más ayuda que su homólogo africano. Observamos un esquema similar en cuanto a la reducción de derechos arancelarios en los países industrializados, la misma que el South Centre (organización intergubernamental del Sur basada en Ginebra) juzga muy insignificante dado el nivel elevado de tasación inicial: 36% de reducción de un derecho de aduana de 300% mantendrá la tarifa prohibitiva alrededor del 200%!. Finalmente, el GATT también había aprobado mecanismos llamados 'redes de seguridad' a favor de los países menos desarrollados y países importadores netos de productos agrícolas. Estas medidas incluyen un incremento de la ayuda alimenticia y de la asistencia financiera y técnica así como un fondo especial del Fondo Monetario Internacional (FMI). A los cinco años de implementación del primer Acuerdo Agrícola, la mayor parte de estas medidas propuestas para mejorar la posición de los campesinos de los países más pobres, aún no habían sido aplicadas.
Campesinos filipinos víctimas del libre comercio
· reemplaza el sistema de cuotas a la importación por tasas decrecientes. Esta medida implica que en el año 2004 las tarifas aduaneras a la importación de maíz habrán bajado en un 50% con relación a 1996-1997. El maíz norteamericano comienza a llegar al puerto de Manila a un precio netamente inferior al precio del maíz amarillo producido localmente. Esta baja de precios obliga a numerosos campesinos filipinos de la isla de Mindanao a abandonar el cultivo del maíz que constituye su principal fuente de recursos. El investigador Kevin Watkins (Oxfam UK) estimó que si las medidas del GATT se prolongaran en el nuevo acuerdo por negociarse dentro de la OMC en el año 2.000, de ahora al 2.004, sólo la mitad del 1,2 millón de familias productoras de maíz (seis millones de personas) podrían enfrentar la competencia desleal ejercida por los países industrializados. Los demás perderían su ingreso, su empleo y toda seguridad de existencia. 4. ¿La soberanía alimenticia en el limbo? Sabiendo que los países más pobres del Sur importan una mayor cantidad de bienes alimenticios de la que exportan y que también tienen un grado de autosuficiencia alimenticia deficitaria, se hacen más palpables las consecuencias del Acuerdo Agrícola que abre aún más las fronteras de estos países a los productos importados. Al contrario de los países industrializados que lograron mantener condiciones favorables al desarrollo de su agricultura, la situación alimenticia de la mayor parte de los países del Sur va deteriorándose: baja en la producción de alimentos de subsistencia, dependencia externa creciente y posibilidades reducidas de expansión en el mercado internacional. Entre los países en desarrollo, las reglas del libre comercio beneficiarán únicamente a aquellos que tengan posibilidades de exportar hacia los países industrializados. Integrarse al mercado mundial también puede implicar riesgos: dependencia creciente de las fluctuaciones del mercado, deterioro de las condiciones sociales y el deterioro del medio ambiente. El campesinado garante de la seguridad alimenticia de los países del Sur, representa en promedio más de la mitad de la población. Si el Acuerdo Agrícola es prorrogado en su lógica actual, sus frágiles logros en materia de educación, de nutrición y de salud se verán amenazados. Al faltar los medios de existencia, el éxodo rural y las actividades de autosubsistencia serán sus últimos recursos. En ciertas regiones, el recrudecimiento del trabajo forzado y de niños constituye ya una cruel expresión de esta crisis. Por lo tanto, el futuro de estas poblaciones estará a la orden del día en las nuevas negociaciones agrícolas de la OMC que empezarán en Seattle, Estados Unidos en noviembre de 1999.
'Liberalizar la agricultura' quiere decir que se... · se le permite vender su producción al extranjero, concentrándose en los cultivos más competitivos a nivel financiero. Esto puede implicar el abandono de las culturas alimenticias o el reemplazo de su agricultura por otras actividades económicas para las cuales Usted dispone de una ventaja comparativa: turismo, maquilas, .... La oportunidad de renegociar el Acuerdo Agrícola
Fuerzas a nivel oficial:
La Unión Europea, Japón, Noruega y Corea del Sur South Centre (Centro Sur) es una institución creada y financiada por gobiernos del Sur con el propósito de defender sus intereses ante diversas organizaciones internacionales. El Centro insiste en la urgencia de que los países en desarrollo "definan su propia agenda para las negociaciones agrícolas futuras basándose en sus experiencias respectivas e intenten un acercamiento entre los diferentes grupos de los países en desarrollo, principalmente el grupo de Cairns y los Países Importadores Netos de Alimentos".
Amartya Sen, premio Nobel de Economía en 1998 y su colega, Jean Drèze estuvieron en Bruselas el 29 de junio de este año invitados por Oxfam-Solidarité. ¿Piensan ustedes que una mayor liberalización agrícola pueda mejorar la seguridad alimenticia?
Juan Drèze : Esta pregunta depende de la manera cómo Ud. ve la globalización. En el medio universitario y el mundo empresarial hay mucha gente para quien el objetivo central es la eficiencia y por esta razón defienden la globalización a cualquier precio.
cierto es que las multinacionales son las que mayor provecho sacan de la globalización pero no es menos cierto que, en términos de eficiencia, el pequeño campesino del Sur tiene todo por ganar de la globalización.
Partenarios de Oxfam-Solidaridad
En el Sur
1. Evaluación previa de Impacto del Acuerdo Agrícola en vigor: ¿A quién benefician los acuerdos? ¿Quién pierde? ¿La liberalización del comercio disminuye el hambre en el mundo? Muchos estudios existen confirmando que los acuerdos no hacen más que acentuar la brecha entre países ricos y pobres, entre la agro-industria y la producción campesina. Someterse a las reglas del mercado no puede justificarse a menos que:
· Se garantice a los pequeños campesinos condiciones para una vida digna. 2. Los alimentos no son unas mercancías como otras Las subvenciones que permiten el dumping de los productos agrícolas en el mercado son intolerables. Es urgente oponerse al monopolio de la producción y del comercio agrícola mundial por parte de algunas grandes multinacionales. 3. Es indispensable reconocer el derecho de los estados a garantizar a sus ciudadanos una alimentación adecuada tomando, si fuese necesario, medidas contrarias a las 'leyes del mercado'. La prioridad de la soberanía alimenticia debe ser reconocida. 4 La OMC en tela de juicio. En la India, ciertas organizaciones tal como el movimiento campesino KRSS exigen la abolición pura y simple de la OMC. Otros movimientos campesinos miembros de la Vía Campesina (coalición mundial de organizaciones campesinas) realizan una campaña para excluir la agricultura de la OMC. Su principal argumento es que los alimentos no pueden ser una mercancía como las otras y por lo tanto no deben ser sometidos a las reglas puramente comerciales. South East Asian Food Security and Trade, SEAFST resume su punto de vista diciendo: 'mientras el comercio no se haga de manera justa, nosotros no podemos trabajar por una mayor liberalización'. En Bélgica
La Plataforma Soberanía Alimenticia (PSA)
Vía Campesina: Las diez demandas de Ginebra
1. Excluir de la OMC toda negociación sobre las cuestiones que afectan la producción y la
comercialización alimenticia.
¿Quién prepara la sopa? Si usted no quiere que la OMC y las multinacionales de la industria agro-alimenticia preparen la sopa de mañana,
· contacte a Thierry Kesteloot en Oxfam-Solidaridad (tel. 32/2/501.67.43) o
Cécile Verstappen de la Plataforma Soberanía Alimenticia (tel. 32/2/250.12.30).
¿Quién prepara la sopa?
· South Centre: Ch. Du Champ d'Anier 17, POB 228, 1211 Genève, Suisse (Talón réponse habituel adapté voir Siembras 3)
Redacción : Anne Stichelmans, Thierry Kesteloot, Isabelle Delforge |