Mitos de EEUU sobre Yugoslavia
James Petras es profesor de Sociología en la
Universidad de Binghamton (Nueva York)
La guerra ha venido acompañada por una letanía de
falsedades y distorsiones que ha tenido eco en los
medios de comunicación. La siguiente lista cubre
algunas de las falsedades de la OTAN, así como su
refutación.
Mito 1.- El presidente Milosevic es un dictador, un
Hitler. Realidad: Milosevic ha sido libremente elegido
en unas elecciones competitivas en las que, al menos,
14 partidos políticos presentaron su candidatura. Su
Gobierno agrupa a una coalición diversa, incluyendo a
nacionalistas, socialdemócratas, y (hasta
recientemente) partidos monárquicos. Antes del
bombardeo de la OTAN, la oposición de Milosevic
tenía un acceso a los medios de comunicación
comparable al de cualquier otra oposición en Europa
Occidental.
Antes de la guerra, los disidentes ejercían su derecho a
protestar en las calles y en la prensa. Después de
iniciarse el bombardeo, algunas libertades quedaron
restringidas. No obstante, persistió la disidencia. Un
ministro del Gabinete, Vuk Draskovic, criticó al
Gobierno y fue cesado. Pocos gobiernos europeos
toleran la disensión en público de un miembro del
Gabinete, y menos aún, en tiempo de guerra.
Mito 2.- Milosevic se niega a negociar, a alcanzar un
compromiso o a aceptar una fuerza de paz
internacional. Realidad: Milosevic está en
negociaciones con Rugova, el líder albano-kosovar. Ha
afirmado públicamente que está dispuesto a conceder
la autonomía y también ha aceptado una fuerza civil
internacional de paz que no incluya fuerzas de la OTAN.
Milosevic está dispuesto a aceptar la supervisión del
regreso de los refugiados, una vez que se detenga el
bombardeo. Sus exigencias son razonables. Ni
Yugoslavia, ni cualquier otro país del mundo acepta una
ocupación militar hostil, que es la exigencia de Clinton.
Ningún otro país del mundo aceptaría el regreso de
los
refugiados a la vez que está siendo bombardeado. La
dogmática y fanática insistencia de EEUU y la OTAN
sobre la presencia militar de la Alianza convertiría a
Kosovo en una colonia.
Mito 3.- Albania y Europa están ayudando a los
refugiados kosovares. Realidad: los refugiados están
siendo explotados por empresarios albaneses, que
exigen cifras exorbitantes por el alquiler de las
viviendas y por los alimentos básicos. El empresariado
albanés ha incrementado por los precios.
El día 2 de mayo, los gobiernos de Europa y
Norteamérica habían aceptado menos de 15.000
refugiados. El voluble Tony Blair ha aceptado 300 y el
humanitario Bill Clinton ha permitido la entrada de unos
pocos cientos de los 750.000 que habitan en tiendas
de campaña. Golpeados por la pobreza, los refugiados
sirven a los motivos propagandísticos de la OTAN: las
fotografías en los medios sirven más a los intereses
belicosos de la OTAN que a una solidaridad sustancial.
Los informes de los periodistas independientes
describen el asalto generalizado, por parte de los
oficiales albaneses, de la asistencia humanitaria, y el
caso de las multinacionales de EEUU especializadas
en asistencia humanitaria y en extraer enormes
beneficios de ello.
Mito 4.- Milosevic ha cometido genocidio. Realidad:
hasta el comienzo del bombardeo, la cifra de
kosovares muertos era inferior a 900. Después del
asalto del ELK a la oficina de derechos humanos, esa
cantidad saltó a los 2.000. Sin embargo, este número
incluía a los muertos del ELK, a los soldados serbios y
a los civiles de ambos bandos. La muerte en una
guerra civil es una tragedia, pero en absoluto se
asemeja a un genocidio.
The New York Times informa de que muchos
albaneses de Pristina huyeron tanto por el bombardeo
de la OTAN como por la coacción serbia. La mayor
parte del terrorismo serbio fue realizado por grupos
paramilitares. Los militares serbios han detenido a 350
paramilitares, policías y soldados por crímenes contra
los kosovares. El arresto de violadores de los derechos
humanos apenas puede definirse como la conducta de
un dictador genocida.
Mito 5.- El ELK representa la mayor esperanza kosovar
en su pugna por la democracia y los derechos
humanos. Realidad: el liderazgo del ELK incluye una
mezcolanza de nacionalistas de derechas, traficantes
de drogas mafiosos, dueños de prostíbulos y
seguidores de Enver Hoxa, el fallecido dictador
estalinista albanés, así como de unos cuantos liberales.
Antes del bombardeo, EEUU y Europa se referían al
ELK como un grupo terrorista. El ELK ha dependido,
en gran medida, para su financiación, armas y reclutas
de los regímenes fundamentalistas y antes al
bombardeo contaba con escaso apoyo en Kosovo.
Este grupo ha amenazado y, en algunos casos, ha
asesinado a líderes albano-kosovares que intentaban
negociar una mayor autonomía dentro de la Federación
Yugoslava. Según The Wall Street Journal, el mayor
benefactor y tesorero del ELK es el principal dueño de
prostíbulos en Macedonia.
Mito 6.- La estrategia de EEUU consiste en salvar a los
kosovares de la opresión serbia. Realidad: el
bombardeo de EEUU ha obligado a cientos de miles
de albano-kosovares y de serbios a buscar refugio.
Los ataques de la OTAN en Kosovo han destruido
poblados, tiendas, hogares e industrias
albano-kosovares, han matado a docenas de civiles y
han dejado heridos a cientos.
Más del 90% de los refugiados huyó después de
iniciarse el bombardeo. La destrucción de su economía
ha convertido a Kosovo en un erial económico que será
incapaz de mantener a la población que regrese. La
falsa propuesta de paz de Washington, basada en la
ocupación de Kosovo por la OTAN, no tiene nada que
ver con una misión humanitaria, sino que está diseñada
para mostrar el poder militar de EEUU e imponer la
pax americana en Europa.
Lo que resulta trágico es que tanto los
socialdemócratas como los autodenominados
progresistas se han tragado la retórica humanitaria y
han proporcionado a Washington su apoyo al salvaje
bombardeo. La propagación que han hecho los
socialdemócratas de las falsedades y distorsiones en
defensa de la guerra de Washington tiene un efecto
profundamente corrosivo sobre el bienestar social y la
democracia.
La guerra se está alimentando de los fondos sociales.
EEUU ya ha destinado más de un billón de pesetas de
los fondos de la Seguridad Social a los gastos de
guerra. De manera similar ha ocurrido en Europa y la
guerra ha devastado la economía balcánica y
centroeuropea.
El fracaso del bombardeo de la OTAN para intimidar al
pueblo serbio ya ha llevado a Washington a intentar
extender la guerra. El general Wesley Clark ha hecho
un llamamiento al bombardeo de los petroleros de
otras naciones. Tony Blair, el clon de Clinton, pide una
invasión terrestre. La escalada a una guerra terrestre y
naval desestabilizará a Europa y beneficiará a EEUU.
De hecho, las principales multinacionales
norteamericanas ya están obteniendo lucrativos
contratos de reconstrucción y pedidos militares. El
resultado de la guerra es una Europa económicamente
más pobre y políticamente más sumisa al dictado de
EEUU.