Crímenes de Guerra
La brutalidad policial en USA (1997)

Para Abner Louima, y decenas (sino cientos) de inmigrantes haitianos, Estados Unidos prometía ser un lugar de refugio frente al terrorismo de estado que se desató en la República Negra bajo el régimen (apoyado por los EE.UU.) de Duvalier (1957-1986), y por casi 2 décadas luego de la caída de Duvalier hijo.

Muchos miles de Haitianos desafiaron los fuertes mares, el humillante encarcelamiento en el Centro de Detención de Krome, Miami, y la siempre presente amenaza de volver a un Haití gobernado ya sea por los malévolos Tontons Macoutes (escuadrones de la muerte) o por un ejército cuyo único recuerdo de acción contemporánea ha sido en una guerra contra su propio pueblo, en nombre de una élite rapaz.

Para quienes fueron víctimas del gobierno, EE. UU. parecía un brillante sueño, un lugar donde había seguridad. El 9 de agosto de 1997 ese sueño resplandeciente fue destrozado, sólo para ser reemplazado por la más brutal pesadilla para Abner Louima y su familia. Fue en horas de la madrugada que el inmigrante haitiano de 30 años de edad fue arrestado y golpeado, según se informó, por varios policías de Nueva York, en las afueras del Nightclub Rendezvous, por cargos relativamente menores (que luego fueron desechados). Ya en el edificio del 70º Precinto, a Louima lo desnudaron, lo empujaron dentro del baño, y allí los policías le introdujeron el mango de madera de un desatascador de baño (1) por el recto, destrozando su colon e hiriendo su vejiga. Luego los policías tomaron el sucio y ensangrentado madero y se lo metieron a la fuerza en la boca, rompiéndole cuatro dientes frontales en el proceso.

Louima, quien había dejado el terrorismo gubernamental practicado en Haití, se encontró con la versión Americana. Cuando gritaba epítetos raciales, un policía le dejó en claro al traumatizado guardia de seguridad porqué era tratado tan brutalmente. Louima, hablando desde su cama de hospital mientras yacía envuelto en vendajes, recordó las palabras de uno de los polis, "Nigger (2), esta es la era de Giuliani, no la de Dinkins". Este enigmático mensaje quería decir que bajo el actual Alcalde Rudolph Giuliani (3), como oposición al antiguo alcalde David Dinkins, a los policías les vale hacer cualquier cosa, si se hace en contra de los Negros. El abogado de Louima, Carl Thomas, Esq., al ser consultado por sunivel de confianza en las investigaciones lanzadas por la administración Giuliani, respondió "Ninguna". "La Administración ha estado envuelta en una crisis diaria de organización" opina Thomas.

Tratando de explicar la "tortura medieval" sufrida por su cliente, Thomas hizo notar que "Ellos sienten que no tienes ningún recurso... Que eres sólo un inmigrante". (Noticiario BET, 24 Ago. 1997).

Poco después de la asunción de Jean-Bertrand Aristide como Presidente de Haití, funcionarios del gobierno de EE.UU. enviaron a altos oficiales del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) para entrenar a las recientemente constituidas fuerzas policiales de Haití.

Uno se pregunta: ¿Quién estaba entrenando a los policías de N.Y.? La comunidad Haitiana y los grupos de derechos civiles insisten en que el ataque a Louima no es más que un caso en una larga secuencia de brutalidades infligidas sobre su gente y otros residentes Negros y Latinos de la ciudad. Lo que pasó con Louima fue una Acción de Guerra, no contra el crimen, sino contra un hombre Negro; uno que se repite, en diversos grados, diariamente en cada barrio de N.Y.C., y más allá.

Durante la mayor parte de este siglo los policías han sido soldados en una guerra que ha atacado los intereses (de los) negros y que ha buscado preservar el status quo de los supremacistas blancos, y ninguna reforma, ninguna comisión, ninguna "investigación" cambiará eso.

Nacidos en pandillas étnicas (vean el libro de Noel Ignatiev "Cómo los Irlandeses se volvieron Blancos") ellos han sido organizados como una fuerza para vencer la emergencia negra.

El caso de Louima nos muestra el salvajismo de aquellos que juraron proteger y servir; a quiénes sirven, y a quiénes no.

(c) 1997 Mumia Abu Jamal

NOTAS

1.- Un "sopapo" como el de la ilustración.

2.- Negro bastardo, "negrito": no es una expresión de cariño.

3.- Éste es el "padre" de la táctica policial llamada "Tolerancia Cero" que el bienamado camarada líder Joaquín Lavín y otros políticos quieren instalar en Chile.

FINALMENTE: el tema tiene más importancia de la que podamos creer para nosotros, pues que es justamente basado en los parámetros neoyorkinos que varios políticos chilenos, tanto de la concertación como de la derecha, quieren implantar una política de "Tolerancia Cero" en la policía chilena. Casos como el de Abner Louima y el más reciente de Amadou Diallo deben mantenernos alertas ante la amenaza cada vez más cierta de que las "democracias liberales" terminen como democracias policiales. Sobre el mismo tema, ver el artículo "La violencia policial legalizada".