"Quiero ser puta", un nuevo libro de Gemma Lienas

¿Se nace prostituta?

Por M. EUGENIA IBÁÑEZ

"¿Todo se puede comprar y vender? ¿Todo tiene un precio, incluso el cuerpo de una mujer?". Gemma Lienas (Barcelona, 1951) se formula esta pregunta mientras resume los motivos que la han llevado a escribir un libro de contenido militante, que rompe la línea narrativa que la escritora ha mantenido hasta ahora con sus novelas para adultos o para jóvenes. Quiero ser puta, editado en castellano por Península y en catalán por Empúries, es un documentado alegato contra la regularización de la prostitución, escrito, dice, en un momento en el que es necesario que la sociedad valore los elementos éticos que interfieren en esa hipotética legalización.

El libro recoge documentos, datos e informes para concluir que quien defiende regular la prostitución está promoviendo, en definitiva, el mantenimiento de un negocio, el del sexo, que mueve en el mundo entre cinco y siete billones de euros al año. Lienas recuerda que el 70% de los 1.300 millones de pobres absolutos del mundo son mujeres y que esa dificultad para subsistir da pie a la prostitución. "Casi el 90% de las mujeres que ejercen en España son extranjeras sin papales —insiste—, fácilmente manipulables por las mafias, que igual se dedican al tráfico del sexo que a la droga".

En el capítulo Quién es quién en la prostitución, el libro analiza a los diversos colectivos que se lucran con ese negocio: proxenetas, mafias, propietarios de burdeles, empresarios del sexo —la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne— y, finalmente, los clientes, a quienes Lienas prefiere llamar "puteros". La parte final de Quiero ser puta incluye el decálogo contra la prostitución hecho público en el 2003 por la Coalición Internacional Contra el Tráfico de Mujeres, 10 razones que, en opinión de la autora, son válidas para "no legalizar la prostitución". El primero de estos puntos dice así: "La despenalización de la prostitución es un regalo para los proxenetas, los traficantes y la industria del sexo".

La escritora rechaza que se trate de un trabajo como otro cualquiera —"ninguna mujer hace una formación profesional para acceder a esa supuesta rama laboral"—, e insiste en que el análisis del tema hay que hacerlo en el origen del problema, cuando una mujer, en situación de indefensión, tiene que vender el uso de su cuerpo por 20 euros. "¿Eso es libertad?", se pregunta Lienas.