Discurso de aceptación del premio
Presentación del premio:
Con la mirada de quien conoce los secretos de su tierra, Carla Simón ha construido un cine que madura como aquellos melocotones de “Alcarrás” El cine de Simón está lleno de historias que respiran y se resisten a desaparecer.
Desde ’Verano 1993’ hasta ’Romería’, Carla Simón no observa, sino que crea espacios donde había rutina haciéndonos capaces de sentir, como nunca, los silencios.
El Premio Comadre de Oro es para una directora que ha transformado la fragilidad en fortaleza, que ha convertido las historias familiares en relatos universales. Simón no filma, escucha. Y en ese escuchar, nos abre la posibilidad de comprender un mundo entero.
Intervención de Carla Simón:
Muchas gracias al festival de Gijón, por ofrecer este premio y pensar en mí. En este festival siempre me siento en casa. Me parece una cita importantísima para el cine independiente, y sobre todo para este tipo de cine comprometido en buscar y experimentar con otras narrativas. Así que larga vida al festival de Xixón.
Muchísimas gracias a la Tertulia Feminista les Comadres por reconocer en mi trabajo un camino hacia la igualdad. Me halaga y me hace sentir que mi búsqueda, como la de tantas otras mujeres que hacemos cine, tiene sentido.
De hecho, llevo unas semanas constatando la importancia de que las mujeres contemos - como mínimo - la mitad de las historias de este mundo. Con películas, con novelas, con poemas o cuadros, pero debemos crear relatos. Y es que a través de mi hijo de dos años he estado recuperando cuentos clásicos, y la verdad es que ando un poco traumatizada. Os voy a poner algunos ejemplos:
La moraleja de la Cenicienta viene a ser algo así como: ¿Tu familia te maltrata? No importa, solo espera a que el príncipe llegue y todo se resolverá.
En La bella durmiente, parece una buena idea que hombres desconocidos den besos a una mujer inconsciente. Claramente, tenían muy mal entendido el tema del “consentimiento”.
La Caperucita Roja se podría resumir en qué si un lobo te agrede, es tu culpa por haberte salido del camino y desobedecer a tu madre.
En La bella y la bestia se representa un síndrome de Estocolmo de manual: ¿será que el amor verdadero supera cualquier cosa? ¿Incluso el secuestro y el abuso psicológico?
La idea de fondo de la Sirenita es ¿Quién necesita su propia voz, si puedes tener un hombre?
Eso sí, las historias chulas que se han convertido en clásicos, las de niños que vuelan como Peter Pan o que se crían en la jungla como Mogwli, están siempre protagonizadas por hombres.
¿Cómo es posible que todos estos relatos hayan ocupado tanto tiempo y tanto espacio en nuestras infancias? ¿Cómo es posible que sin darnos cuenta hayan formado nuestra percepción del mundo? Y es en este momento que siempre me acuerdo de Agnes Varda. Ella decía: “El primer gesto feminista es decir: “Vale, ellos nos miran, pero nosotras también miramos”. Es el acto de decidir mirar y de considerar que el mundo no se define por como me mira, sino por cómo lo miro yo”.
Gracias al trabajo y a la lucha de muchas, hoy ya no somos objetos, sino sujetos. Y estos famosos cuentos de los Hermanos Grimm y de Hans Christian Andersen, han quedado viejos, obsoletos y absurdos. Ya no queremos contarles estos cuentos a nuestras hijas. Y que ahora nos salten todas las alarmas cuando los revisitamos significa que algo está cambiando para mejor. De hecho, muchas ya han jugado a poner del revés estas historias y transformarlas, también aparecerán nuevos clásicos, y solo así abriremos nuevos horizontes narrativos para hacer de este planeta un sitio más igualitario, más complejo y mucho más lleno de matices.
Y mira que no siempre es fácil crear siendo mujer. Sin ser muy conscientes se nos pide justificar nuestro lugar constantemente, trabajamos con una autoexigencia a veces extenuante, luchamos contra el síndrome de la impostora y nos cuestionamos constantemente si lo que hacemos tiene sentido. Todo esto está muy bien, pero también está bien crear porque nos da la gana, porque nos sale de dentro, porque lo necesitamos, sin ninguna explicación más. Crear desde la comodidad y desde la seguridad de que este es nuestro sitio.
Además, a algunas luego nos llega la maternidad, y está bien aceptar que por hermosa que sea, está llena de contradicciones, y a menudo nos dificulta nuestros procesos creativos. Es importante compartir nuestras dudas, porque tenemos por delante el enorme trabajo de cambiar dinámicas, deshacernos de culpas, y repensar comportamientos sistémicos para vivir y crear con más tranquilidad.
Ursula K. Le Guin decía: “Escribir con el cuerpo, como pedía Virginia Woolf, es solo el principio. Tenemos que rescribir el mundo.” Y en estas estamos.
Premios como este me dan fuerza para seguir trabajando, segura de que algún día contaremos nuestras historias desde la igualdad, simplemente porque nuestra manera de mirar ocupa y ocupará gran parte del universo.
En la imagen: Alejandro Díaz Castaño, Begoña Piñero, Carla Simón, Tito Rodríguez. Clausura del Festival Internacional de Cine de Gijón 2024 FICX62 Fotografía de: Montserrat Boix, CC BY 4.0 - Commons Wikimedia
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