Niamey, Níger 12-13 de mayo de 2008
Intervención de Ines Alberdi en el III Encuentro de la Red de Mujeres españolas y africanas por un mundo mejor
Me gustaría en primer lugar agradecer al Gobierno español su generoso apoyo a la Red, así como al Secretariado y al Comité Directivo por su excelente trabajo en la promoción de sus objetivos. Así mismo, quisiera dar las gracias a la Casa África, sede de la Red. Casa África fue creada para promover el entendimiento entre África y España en todas las áreas de cooperación cultural, económica, social y de desarrollo.
La Red de Mujeres españolas y africanas, creada en Maputo en 2006, reúne a las defensoras y defensores de los Derechos Humanos y la Igualdad de Género de distintos países de África en un esfuerzo por impulsar acciones coordinadas para llevar a cabo compromisos con los Derechos Humanos de las mujeres. La Declaración de Madrid, firmada el día 8 de marzo de 2007 como conclusión del II Encuentro, refleja de manera clara que la Igualdad de Género y los Derechos Humanos de las mujeres son esenciales para el desarrollo en todos los países. Reconoce que un primer e importante paso para hacer realidad esos derechos de las mujeres es la existencia de amplios marcos legislativos y constitucionales para avanzar en la Igualdad de Género, en consonancia con los estándares internacionales y regionales de derechos humanos de las mujeres.
El objetivo de este III Encuentro es consensuar un Plan de Acción para avanzar, apoyando a los Gobiernos a pasar de los compromisos a los hechos. Los derechos humanos de las mujeres son violados a diario en muchos países de África, especialmente en aquellos que viven situaciones de conflicto y post conflicto. Dichas violaciones incluyen:
a) Violencia de género generalizada, lo que a su vez incluye violencia familiar, violaciones, violaciones matrimoniales y violencia sexual por parte de la policía y el ejército;
b) Prácticas tradicionales perjudiciales, como el matrimonio temprano y forzoso, la costumbre de los segundos matrimonios por viudedad y la mutilación genital femenina, así como los linchamientos a mujeres por supuesta brujería;
c) Denegación de los derechos de las mujeres sobre la tierra y la herencia, en especial en el contexto de las pandemias de VIH-SIDA;
d) Criminalización de las mujeres por contraer el VIH-SIDA -algunos países han estado o están en el proceso de adoptar leyes que permitan declarar culpables a las mujeres por infectar el VIH-SIDA a su hijo nonato, o por haber infectado a su marido u otra pareja sexual-; Desde hace unos años varios países de África están llevando a cabo iniciativas de reforma legislativa, con el apoyo de UNIFEM y de otros socios, que colaboran en la construcción de los cimientos para el progreso de la Igualdad de Género y los Derechos Humanos de las mujeres.
Estas reformas incluyen la eliminación de las cláusulas discriminatorias de la legislación local y nacional en áreas como el empleo, la propiedad individual y la herencia, así como la incorporación de nuevas medidas de igualdad de género en las Constituciones nacionales. Se han logrado cambios significativos en el esfuerzo de integrar los objetivos de igualdad en estrategias y planes de desarrollo nacional, incluyendo las Estrategias de Reducción de la Pobreza.
Por todo esto, Gobiernos y sociedad civil han trabajado juntos para que sus Constituciones incorporen leyes y políticas en conformidad con la CEDAW y con otros instrumentos regionales como el Protocolo de los Derechos de la Mujer en África. Esto sienta las bases para mejorar la responsabilidad de los gobiernos a la hora de poner en práctica los compromisos acordados para las mujeres.
Además, una vez adoptadas, dichas leyes han permitido a los defensores de los derechos de la mujer usar estos nuevos marcos para avanzar en los derechos, y para exigir responsabilidad institucional en su implementación. Por ejemplo, la nueva Ley sobre Violaciones en Liberia, que adapta el código penal de dicho país a los estándares de Derechos Humanos establecidos en la CEDAW y en la Convención de los Derechos del Niño, fue apoyada por la Asociación de Abogadas de Liberia entre otras organizaciones de mujeres, y el Ministerio de Género y Desarrollo. La presión coordinada en torno a la ley posibilitó un diálogo nacional y movilizó a la sociedad para controlar la intensa ola de violaciones creciente que azota el país. Actualmente existe una necesidad imperiosa por asegurar la rápida implementación de la nueva legislación para lograr una reducción real en el número de violaciones.
Desde hace algunos años han ido adoptándose en África nuevas e importantes leyes sobre violencia de género. Dichas leyes incluyen la criminalización de la violencia de género en el nuevo Código Penal de Burundi; la nueva ley sobre delito sexual en Kenia; y sobre la violencia sexual en Sierra Leona. Así mismo, se han promulgado reformas legislativas relativas a otras dimensiones clave para la vida de las mujeres, como la ley de igualdad de género de Camerún y la nueva ley de herencia de Sierra Leona.
A nivel regional, la adopción del Protocolo de Desarrollo y Género de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), ha sentado las bases para un mainstreaming de género durante todas las operaciones del SADC. Esto proporciona la garantía de que los asuntos y los derechos de las mujeres sean totalmente tenidos en cuenta en áreas como el comercio, la regulación de costumbres y los desplazamientos de personas entre países. Este Protocolo también ha sentado las bases del Grupo Asesor de Género y Derechos Humanos de África Austral con el objetivo de contribuir a asegurar la puesta en práctica del Protocolo.
La aplicación efectiva de éstas y otras leyes, que aseguren el castigo a quienes comenten delito y compensen a las víctimas, es muy importante, así como lo es asegurar que las mujeres tengan acceso a la justicia. Afortunadamente, existen buenas prácticas sobre las que podemos avanzar. Por ejemplo, en Ruanda, las redes de mujeres han trabajado con la policía para mejorar su respuesta en los casos de violencia de género. Se ha creado una línea de acceso directo en las comisarías de policía, así como un punto focal de género para recibir las quejas de las mujeres. Se ha dotado a la policía de motos para disminuir el tiempo de respuesta. Además se ha proporcionado formación en género a más de 2.000 oficiales militares de las Fuerzas de Defensa Ruandesas, incluidos aquellos desplegados en misiones de paz en Darfur. Se ha creado un Punto de Coordinación de Género dentro de las Fuerzas de Defensa Ruandesas con puntos focales adjuntos a niveles de batallón y brigada.
Sin embargo, y a pesar de estos logros individuales, continúa habiendo una profunda preocupación sobre el lento ritmo de la puesta en práctica de dichos logros, tanto en África como en todo el mundo. A pesar de la ratificación casi universal de la CEDAW, la adopción del Protocolo a la Carta Africana, y la adopción por parte de la Unión Africana de la Solemne Declaración de Igualdad de Género, siguen siendo muchos los retos relativos a su implementación. Los marcos legislativos todavía incluyen disposiciones discriminatorias, y tienen importantes vacíos de protección de los derechos de las mujeres. Las nuevas leyes adoptadas incluyen en general muy pocas o ninguna medida de aplicación y ninguna disposición para solicitar la reparación a las víctimas. Este es a menudo el caso de, por ejemplo, las leyes que prohíben la violencia contra la mujer. De hecho, en África todavía hay países en los que la violencia contra la mujer no está criminalizada, algo básico para la protección de los Derechos Humanos.
Es muy urgente que los Gobiernos cumplan sus compromisos respecto al Artículo 8 del Protocolo Africano sobre los derechos de las mujeres. Este Artículo estipula igual protección ante la ley, y exige a los gobiernos que aseguren “el acceso efectivo de las mujeres a los servicios legales y judiciales, incluyendo el asesoramiento legal”, y que “los órganos encargados de implementar las leyes a todos los niveles sean dotados para interpretar y hacer cumplir los derechos de igualdad de género”. Sin embargo, para lograr que todo esto sea posible, se necesita mucha más claridad sobre las medidas concretas necesarias para llevar a cabo estos requisitos. ¿Cuáles son algunas de esas medidas?
• En primer lugar, necesitamos reforzar el apoyo a muchas organizaciones locales de derechos de las mujeres que ofrecen asesoramiento legal, así como a las asociaciones de Abogados y Jueces, para que puedan asegurar a las mujeres el acceso a la justicia.
• También tenemos que fortalecer la capacidad de las mujeres para acceder a los tribunales regionales, incluyendo la Corte de Justicia de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (ECOWAS), el tribunal del Mercado Común para África Oriental y África Austral (COMESA), el tribunal de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) y la Corte de Justicia de África del Este.
• La misma importancia tiene fortalecer las capacidades tanto de los grupos de mujeres como de los gobiernos para llevar a cabo un análisis desde la perspectiva de los derechos de todas las leyes nacionales existentes, para que sean capaces de cambiar las agendas legislativas y avanzar verdaderamente en los derechos de las mujeres.
• Medios de comunicación y periodistas necesitan mejorar sus conocimientos y capacidades sobre temas de género y derechos de las mujeres, a fin de que puedan desempeñar un papel de divulgación del riesgo y puedan construir una conciencia popular sobre la necesidad de reformas.
• Los jueces necesitan un mayor apoyo, no solamente para comprender las nuevas leyes de igualdad de género, sino también para desarrollar una conciencia mayor sobre los temas de género que permita una aplicación apropiada de las leyes.
La nueva política, que ha sido manifestada en la Solemne Declaración de Igualdad de Género y Derechos Humanos de las Mujeres, y otros acuerdos clave, ofrece la oportunidad de avanzar sin perder de vista los derechos de las mujeres.
Se deben tomar nuevas y valientes iniciativas para traducir el potencial de nuestros acuerdos regionales y globales en medidas legislativas concretas a nivel nacional que ayudarán al ejercicio efectivo de los Derechos Humanos y la Igualdad de Género en África.
UNIFEM se compromete a apoyar éstas y otras iniciativas.
Gracias.
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