RACHDA


"LAS ARGELINAS, CIUDADANAS EN POTENCIA"

Reseña del libro de varias autoras, editado por el Instituto per il Mediterráneo (Roma) 1999
por Begoña San José

Responde a un proyecto de investigación-acción financiado por la Unión Europea,  realizado en colaboración de iMed con el sindicato UGTA, en el marco de la Declaración de Barcelona 1995, por un espacio euro-mediterráneo, y sigue a otros proyectos realizados en Marruecos y Túnez , como reflexión pluridisciplinar sobre el derecho a la ciudadanía. No sólo como derecho formal, pues por ejemplo formalmente en Argelia se ha reconocido el derecho al voto de las mujeres, pero en la práctica estaba confiscado por el sistema de delegación de voto en los hombres de la familia.

La investigación se ha basado en dos encuestas a 548 mujeres argelinas:
a) sobre conocimiento y percepción de los derechos de ciudadanía
b) sobre el papel del movimiento de mujeres en la sociedad civil

Aunque las estadísticas oficiales revelan muy bajas Tasas de Actividad Femenina, la economista de la Universidad de Oran Malika Remaoun estima que más de la mitad de la población femenina en edad de trabajar tiene un empleo remunerado, mayoritariamente en la economía informal.
Las mujeres argelinas y el empleo 1977-1996
Años     1977  1987  1991  1996
Población femenina total (miles) 8.605  11.230  811  36
% de la población total  50,44  49,43  49,6  49,32
Mujeres con 16 o más años (miles) 4.500  6.100  7.300  8.270
Población activa    159.544 430.354 466.360 924.000
Tasa de Actividad Femenina % 3,5  7  6,3  11,3
Población ocupada   138.234 362.694 360.360 561.000
% sobre población total  3,9  5,9  4,9  6,92
Fuente: Saliha Badaoui Ouzzir, citando ONS

La Tasa de Actividad por edades muestra la típica forma de campana: 9,7% de 15 a 19 años, alcanza un máximo del 20,6% de los 20 a los 24 años cayendo al 10,7% de los 35 a los 39 .

El analfabetismo sigue siendo del 56,6% entre mujeres de 10 años y más. Sólo el 1,5% de las mujeres analfabetas están empleadas fuera del hogar o la economía informal, mientras que la tasa de ocupación entre las mujeres con escolarización alcanza el 6,5% (ONS 1995). Otro factor importante es el medio: mientras el empleo masculino correspònde en un 24,4% al medio rural y en un 75,5 al medio urbano, el femenino se reparte así: 2,1% trabajan en el medio rural y 97,8% en el medio urbano. (ONS 1991)
% de mujeres en los diversos niveles de educación

Primaria      Media  Secundaria  Superior
                 45,9           44,1                 49,8        42,0

1995, según el CNES

La socióloga de la Universidad de Oran Nouria Benghabrit-Ramaoun destaca que en 1991 el 95% de las mujeres ocupadas lo estaban como asalariadas y el 87% en el sector público, consituyendo el 7,62% del mismo. 134.000 mujeres estaban en paro, de ellas el 92,53% entre 15 y 29 años.

En materia de salud, la médica investigadora del Instituto Nacional de Salud Doudja Hammouda señala que desde la introducción de la medicina gratuita en 1974 el gasto nacional en salud ha pasado del 1,5 del PIB al 4,7% actual, tras haber alcanzado un 6% en los años 80. La tasa de mortalidad infantil  es del 52,2 por mil. La esperanza de vida es de 68 años para las mujeres y 66 para los hombres y la atas de analfabetismo de adultos del 51 % en mujeres y del 26% en hombres.

El índice de fecundidad ha pasado de 6,4 hijos por mujer en 1981 -uno de los más altos del mundo- a 3,14 hijos por mujer en 1996. En 1974, en medio de un discurso oficial que unía desarrollismo y natalismo, se inició un débil programa de planificación familiar, reforzado en 1983 con el apoyo de autoridades religiosas que consideraron lícito el espaciamiento de los nacimientos. Una encuesta realizada en 1990 revelaba que el 40,6% de las mujeres en edad fértil usaba anticonceptivos, en un 87% la píldora y 4,8% el DIU. Un 6,3% se oponían a ellos por razones religiosas. El aborto está prohibido salvo por indicación terapeutica.

En 1990 se estimaba en 120.000 la cifra de niños abandonados, en general de madres solteras. El 49% de las mujeres encuestadas afirman no haber tenido relaciones prematrimoniales y el 47% de las argelinas estiman que la virginidad es necesaria, frente al 32% de las marroquíes y  el 22% de las tunecinas.

En 1995 se creó uen el Instituto Nacional de Salud Pública una comisión de encuesta sobre la violencia contra las mujeres, que no llegó a término por impedimentos económicos y políticos. La manifestación más grave de violencia sexual es la violación, de 1992 a 1997, de más de 5.000 mujeres por integristas armados.

Leila Mansouri-Acherar, enseñante de la Universidad de Montpellier señala que desde 1883 a 1962 en que Argelia fue un departamento francés, la escolarización gratuita, laica y obligatoria no se extendió a los indígenas, so pretexto de respetar la cultura y religión autóctonas. En 1962 sólo una de cada 10 niñas argelinas estaba escolarizada.

La escolarización fue una prioridad tras la independencia, y las niñas han avanzado de 1993 a 1996, pasando de constituir el 36% al 47% de la escolarización primaria y del 30% al 44% en la media, aunque muy concentradas en las humanidades. Sin embargo, según datos oficiales, el 2% de los niños y el 12% de las niñas en edad de escolarización obligatoria no van a la escuela.

En 1994 y 1995 miles de escuelas han sido incendiadas y asaltadas por integristas, los asesinatos, secuestros y ataques a enseñantes y escolares se han multiplicado. Las tendencias de "islamización" de la escuela han forzado a la "vestimenta islámica"de lasalumnas, la segregación de espacios y de conocimientos y la restricción de los contenidos de la educación hacia un reduccionismo religioso, supuesto fundamento de la identidad argelina.

Cherifa Bonatta rebate las cifras anteriores, citando con fuente de la ONS estas:
Evolución de la tasa real de escolarización de niños y niñas 1965-1992
Año % niños escolarizados % niñas escolarizadas
1965  57,70    32,90
1975  70,40    43,90
1980  89,10    61,40
1985  92,30    72,25
1991  94,16    79,52
Señala el Código de Familia de 1984 como un factor decisivo en la inferiorización de las mujeres, a través del sometimiento a instituciones como el wali o tutor de la mujer para el matrimonio, la poligamia y el deber de obediencia, establecidos en los artículos 11, 9 y 19.

En 1996 la Ministra de la Familia y la Solidaridad propuso a las asociaciones de mujeres discutir los artículos del Código, tras lo que se llegó a un consenso sobre 22 enmiendas al Código de Familia. El ascenso del FIS en 1991 hizo que año tras año sigan sin ser aprobadas, mientras el derecho de las mujeres a la igualdad se negocia como moneda de cambio en el proceso de pacificación.
La autora analiza el tratamiento de la mujer en el periódico "El Mounquid" del FIS (Frente Islámico de Salvación) defendiendo la prohibición  a las mujeres del empleo asalariado, el deporte, los espacios mixtos, el poder, etc, apelando tanto a mandatos divinos como a supuestas características biológicas.

Las cifras sobre violencia familiar no son representativas. El 95,8% de 1.808 casos estudiados en 1994 en el Hospitar Mustafá Bacha de Argel, al requerir menos de 15 días de recuperación física, no llegaron a los tribunales.

Las violaciones como arma terrorista afectaron a 2.084 mujeres de 1993 a 1997, según cifras del Ministerio del Interior citadas por Cherifa Bonatta. El peor año fue 1997, en que 450 violaciones, la mitad de las denunciadas, lo fueron por estos grupos. A la vez 319 mujeres fueron secuestradas sin que se conozca aún su paradero.

Nadia Ait-Zai, abogada, resalta que ya en 1865 el senado-consulto colonial establecía que "el indígena musulman es francés, aunque seguirá regido por la ley musulmana, aunque puede apelar al derecho  francés".  En 1959 se establece, no obstante, una ordenanza por la que es el consentimiento de los conyuges, incluida la mujer, requisito para el matrimonio válido. Tras la independencia en 1962 se recepciona el derecho francés "salvo en las disposiciones contrarias a la soberanía nacional". Pero para el movimiento independentista el "estatuto personal" musulman representa una identidad resistente al colonialismo. De ahí a la declaración del representante del gobierno del FLN en el debate parlamentario del Código de Familia, aprobado por unanimidad en 1984, de que "los derechos de las mujeres no son más que los que dice el Corán" hay un proceso que aún no ha terminado. El 8 de marzo de 1995, en pleno ascenso del terrorismo y del integrismo islamista el Presidente decía "La mujer argelina es la guardiana de nuestros valores y de la identidad nacional".

Se ha consolidado así una contradicción entre las Constituciones de 1963, 1976, 1989 y 1996, que consagran la igualdad legal sin discriminación de sexo y el Código de Familia, fuente de las reservas de Argelia a su ratificación en 1996 de la Convención para la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer de 1979.

En abril de 1996 70 asociaciones de todas las tendencias políticas (demócratas, conservadores, islamistas) acordaron las 22 enmiendas al Código de Familia, basadas en la igualdad constitucional, las normas internacionales y la Plataforma de Acción de Pekín 1995, redactadas por una Comisión de Seguimiento, reconociendo "la capacidad del Islam para producir una dinámica de evolución". Las enmiendas incluían la supresión de la poligamia, de la necesidad de consentimiento del wali o tutor de la mujer para el matrimonio, de la obediencia y del repudio; la implantación de la patria potestad compartida y la atribuxción del domicilio conyugal en caso de divorcio alconyuge que asuma la guarda de los hijos.

Partiendo de estas 22 enmiendas de consenso, el colectivo Magreb Egalité inició una campaña para recoger un millón de firmas, apoyado por 14 asociaciones de diversas sensibilidades políticas, campaña que abortó ante las divergencias políticas agudizadas por la polarización entre "erradicadores" del terrorismo islamista y "pactistas".

Souad Khodja, socióloga, sobre el comportamiento electoral de las argelinas, recuerda que hasta 1991 la delegación del voto de las mujeres en los hombres de su familia era una práctica instituida y muy común hasta su abolición debida a la movilización de las organizaciones de mujeres.

Cherifa Bouatta y Doria Cherifati analizan las valoración de las asociaciones de mujeres entre las argelinas, estudiando las diversas asociaciones, desde las creadas en la Guerra de Liberacióm a las nacidas en los años 80 en torno a la reivindicación de la igualdad: sus prioridades, estrategias de comunicación, relación con las instituciones, con los partidos,  con el movimiento islamista; sus formas de coordinación y de unidad de acción.