03 Sep '08 -Un poema de Antonio Orihuela
Es así hasta el morir
sin la miseria y la fatiga de un pobre
no podrá un rico viví.
José MENESE por tonás
Se enterraban 18 trabajadores,
pero en la TV sólo salían
los rostros del poder.
Se enterraban 18 puestos de trabajo
que en el plan de futuro de la empresa
abaratarán costes para siempre.
18 obreros a los que el comité de empresa
no tendrá que volver a convencer
de lo inútil y costoso de instalar un dispositivo antiincendios
y respetar las normas sobre realización de soldaduras
mientras se reposta combustible
para no perder competitividad.
Se enterraban 18 trabajadores
bajo un gran despliegue de palabras vacías,
de prensa rosa,
que informa
en paralelo
dónde compran
los trajes las infantas,
las señoras de todos los sicarios
los mejores féretros.
Se enterraban 18 familias
con la boca tapada con la miseria del seguro
y la presencia de tan augustas autoridades.
Si hubiera venido el rey,
habrían llorado menos.
Si hubiera venido el Papa,
habrían llorado menos.
El llanto como cuestión de protocolo.
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