09 Jul '07 -SIN - Arturo Borra

¿Cuánto vale ser/ cuánto la vida

desplazada por inertes tierras /

por la alcantarilla de un subterráneo

que desespera en sus rieles?

¿Cuánto el espanto sonoro de la sangre/

el improbable mundo saqueado por la ceguera?

 

SIN 

 ¿Cuánto vale ser/ cuánto la vida

desplazada por inertes tierras /

por la alcantarilla de un subterráneo

que desespera en sus rieles?

¿Cuánto el espanto sonoro de la sangre/

el improbable mundo saqueado por la ceguera?

Ay padre/ ¿quién

inventó la máquina filicida que fracciona los cobijos?

¿Cuánto se me cotiza la carne/

un puñado de huesos huérfanos/

una cuneta repleta del Mediterráneo?

Ay hermano ¿cuánta muerte vale

tu vida? ¿Cuántas vidas tu muerte?

¿Cuánto cada llamado vencido?

¿Cuánto mi muerte/ inconsistente vida

esquivando esquirlas en patrias ajenas?

¿Qué hacemos con la ráfaga

fraticida que ahueca el estupor de los abatidos?

Y vos hijito que llorás sin comprender/

aunque tu mirada ya esté capturada por la rabia

¿qué hicimos para morir así?

¿Qué segadera agita su corte/ alza fuegos/ erige hecatombes?

¿Por qué el parricidio de las memorias?

¿Dónde el vientre que disipe la intemperie?

¿Qué hacemos sin padres/ sin hijos/ sin hermanos/

sin coexistencia/

sin

siquiera

otros desconocidos/ irreductibles/

huérfanos hasta la médula

con la distancia que ahueca la herida/

esa otra muerte caminando sobre el cadáver de nosotros?

¿Cómo salimos de la estancia del sacrificio?

¿Cómo crear otra lengua sin que duelan sus silencios?

En la maleza extinta/ hasta los muros se conduelen/

con su cúmulo de acero y vacancia.

¿Qué hacemos con el hacer/ con la vida

que morimos/ con la muerte

tan viva/ frente que se pliega

en la barraca del miedo empuñado en el tráfico/

autoridad en el arte del desequilibrio?

¿Qué hacemos lastimados en el desierto/

animales hambrientos de todos los amores que nos negaron?

 

De "Cielo Partido" (2005)

Editado por arturo, el día 09 Julio '07 - 12:32, en Poemas.

Han dicho algo al respecto:

Comentario de alescritor - 09 Julio '07 - 13:24



¿Por qué el mundo es improbable? (“improbable mundo”).
¿Es una traducción “la ráfaga fraticida que ahueca el estupor de los abatidos” de que hay gente que ha muerto?
¿”El parricidio de las memorias” es el olvido? Entonces, ¿por qué “parricidio”? ¿de dónde viene, a dónde va el “padre” en las memorias? ¿por qué no la madre o el hermano, o simplemente, el olvido?
¿Es una traducción “distancia que ahueca la medula” de aquella expresión popular de “estar hasta los huesos”, normalmente calado, aquí presumiblemente sólo?
¿”una lengua en que duelan los silencios”? ¿Lengua y silencio en el núcleo de lo que hay que decir y lo que hay que callarse?
¿”Estancia de sacrificio” significa la situación actual? ¿Por qué ennoblecerla como un “sacrificio”?



Comentario de art - 19 Julio '07 - 19:56



No se por qué no puedo responder



Comentario de art - 03 Agosto '07 - 19:02



otro intento por responder…a ver si va



Comentario de arturo - 06 Octubre '07 - 18:26



Este comentario lo había escrito hace un tiempo, pero no lo pude publicar entonces. Por si todavía interesara, ahí va.

“Antes que nada, Alescritor, agradezco tu lectura y tus preguntas. Cabría decir que leo el poema a cierta distancia: fue escrito en el contexto del 11-M, desde Argentina. Desde ahí, quizás, el poema se abra: el mundo se hace improbable ante la ceguera porque ésta amenaza con aniquilarlo. No hay nada seguro cuando nos gobierna la autodestrucción. Sí que hay gente que ha muerto, pero “la ráfaga fraticida que ahueca el estupor de los abatidos” dice algo más. Alude a una violencia entre hermanos, a una perplejidad dañada, a un modo de morir en manos de alguien que mata a su semejante. ¿Se captaría todo eso si me limitara a decir que hay gente que ha muerto, con independencia al respectivo valor estético?
No todo olvido es semejante; hay olvidos múltiples. Uno de ellos surge cuando se asesina al padre, a aquel que encarna la figura de una ley moral compartida, que heredamos y que desde luego cabe revisar de forma crítica. En el sentido freudiano, el “parricidio” sería preciso para dar lugar a la autonomía; pero aquí no hablo de ese parricidio simbólico, sino del que mata al progenitor literalmente. Matar al padre es renegar de aquello sobre lo que asientan los recuerdos… porque sin algún tipo de herencia, ¿qué memorias serían posibles?
“¿por qué no la madre o el hermano, o simplemente, el olvido?” Sencillamente, porque no creo que sean equivalentes. Comprenderás que aquí lo central no es una cuestión de género sino una más básica que alude a una política del genocicio.
“¿Es una traducción “distancia que ahueca la medula” de aquella expresión popular de “estar hasta los huesos”, normalmente calado, aquí presumiblemente sólo?”. Como argentino no conocía siquiera la expresión “estar hasta los huesos”. Pero mis versos no dicen eso, sino “distancia que ahueca la herida”. Algo distinto entonces, que remite a la desgarradura de la soledad ante otro percibido como antagónico. “¿una lengua en que duelan los silencios”? ¿Lengua y silencio en el núcleo de lo que hay que decir y lo que hay que callarse?”. Claro que sí: omisiones discursivas que duelen, deseo de una lengua que no eluda los precipicios, extranjería también con respecto a esa lengua-materna que estructura nuestro pensamiento cotidiano. Pero no callar el silencio, sino más bien lo contrario: interrogar las omisiones…
“¿”Estancia de sacrificio” significa la situación actual? ¿Por qué ennoblecerla como un “sacrificio”?”. Efectivamente, nuestro presente es sacrificial…pero ¿qué tiene de “ennoblecedor” el sacrificio? Por más sacralizado que sea por quienes lo perpetran (y sin dudas, lo hacen regularmente), ¿qué hay de noble en ofrendar a algún Dios la muerte de otros humanos?
Lo dicho –creo- contesta tus preguntas. Pero también hablás de “traducción”, sugiriendo que habría equivalentes textuales en algún otro registro, quizás más “sencillo”. ¿Por qué complicar las cosas? A eso no tendría más remedio que responder diciendo que, sin dudas, no soy yo quien las complica . Pero sobre todo: ¿por qué debería traducir el poema a una especie de discurso-referencia (el cotidiano) que suele impedirnos pensar tantas cosas? Los traductores saben bien de la pérdida semántica que ocasiona la traducción de un lenguaje a otro…por más necesaria que sea en ocasiones. Habría mucho por decir, pero me limito a señalar que a veces hay que intentar poetizar con aquello que resulta (al menos parcialmente) «intraducible».
Te mando un saludo,
Arturo



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