16 03 07"Mejor era cuando te vayas" (Simón Arriaga), nuevo libro en la Biblioteca del MLRS

Completo y a vuestro alcance, ya tenéis en la Biblioteca el libro:
Simón Arriaga: Mejor era cuando te vayas (Libros de Letras, 1998)
( también pinchando directamente aquí .

Ya sabéis que el MLRS está subiendo en su Biblioteca una larga serie de libros de poesía actual. Lo seguimos haciendo, para estos próximos 12 meses, a ritmo de un título por quincena. Los libros, completos, los podréis consultar, leer o descargar en formato pdf.

Esta vez, para ir haciendo boca...:

Simón Arriaga: Mejor era cuando te vayas (Libros de Letras, 1998)

Nada por la balanza
ni por dentro
ni por fuera
nada por su cruz oxidada
nada
ni por dentro ni por fuera
ni por su cielo
ni por su tierra
por sus dos trenzas derramadas
ni por dentro
ni por fuera
ni por su vida
ni por su bajo
nada por la balanza
por su cruz oxidada
por sus brazos de escombro


--Recibid un fuerte abrazo

MLRS: MANUAL DE LECTURAS RÁPIDAS PARA LA SUPERVIVENCIA
(Prácticas comunistas y libertarias de la poesía y la literatura).

Editado por quique, el día 16 03 07 - 11:19, en Nueva publicacion, aviso, actweb.

Han dicho algo al respecto:

Puede alguien explicar a un profano el significado de este poema, que tiene esencia pero no logramos captar todo su sentido. Se agrdece.
Luis Fernado Fernández Campos - 16 03 07 - 13:32

No hay profanas en el lenguaje, que todas hablamos. No hay seguramente significados estándar o compartibles en los poemas: esa “esencia” que usté menciona es la de cada una, la que cada una disfruta o no.

¿Qué le diría a usted, Luis Fernado, el poema, si la tal balanza fuera el símbolo usual de la justicia? ¿Y si fuera símbolo de comercio o intercambio? Mis respetos con afecto, salud!
sátrapa i - 17 03 07 - 13:57

Yo lo encuentro muy claro.

La balanza es un símbolo de la justicia, pero de una justicia burguesa, dado que también es símbolo del comercio. La balanza esta vacía, dice el título. Está vacía, pues, la justicia comercial burguesa, el capitalismo, todo lo volatiliza como en un truco de prestidigitación. “Nada por dentro, nada por fuera” (vv. 1 y 2) tanto podría referirse a esto como a que la justicia comercial burguesa carece tanto superficialmente como profundamente de ningún valor. El siguiente verso introduce una imagen cristina (“cruz”) a la que se caracteriza de “oxidada”. La justicia comercial burguesa queda así definida como justicia comercial burguesa cristiana e hipócrita. Todo el significado de lo demás (la referencias a lo “bajo”, a la “vida”, a “su cielo”, a “su tierra”...) se deduce de lo anterior.

El poema está compuesto, pues, a nivel del sentido, por una serie de imágenes de tópicos históricos de la izquierda (la injusticia relacionada con la religión y con los intereses cremastíticos), muy pobremente ordenadas con figuras de repetición (anáforas y paralelismo, fundamentalmente). Para colmo de males el poema carece casi absolutamente de ritmo (algo muy difícil de conseguir habiendo recurrido a la anáfora y el paralelismo como método de composición). Por todo ello, en ausencia del menor elemento que dé orientación al texto, da la sensación de que la reiteración de imágenes apunta a que el poema completo es una metáfora cuyo sentido hay que desentrañar. No hay, creo, tal sentido global.

Veamos. Se desprestigia mucho (sobre todo entre las izquierdas, que hacen el juego así a la crítica de la derecha más rancia) la reiteración de tópicos históricos de izquierdas, especialmente, creo, si corresponden a la tradición marxista (en este caso, suelen llover descalificaciones del tipo “está demodé”, “materialismo zafio” o “dogmatismo”). Los tópicos anarquistas (pseudolibertarios, deberíamos decir) se aceptan de mayor grado, probablemente por que encanjan mucho mejor con la ideología dominante del capitalismo global y postmoderno (téngase en cuenta, siempre al nivel del tópico, insisto, que muchísimos de los mensajes capitalistas andan por esa idea de la expresión y libertad personal en una especie de revolución individual permanente que rompe con todos los convencionalismos y límites; en terminología de mercadotecnia a esto se le llama la ideología de los “burgueses bohemios”).

Considero que la reiteración de tópicos históricos de la izquierda no sólo no es despreciable, sino que es necesaria. Su sentido es propagar un mensaje de baja intensidad crítica pero de gran capacidad sintética, y por tanto, generador de sinergías y consenso. El problema es que para que tenga un mínimo de funcionalidad (tanto estética, como política, planos que no se pueden, por cierto, separar con facilidad), deberían darse en un formato muy fácilmente repetible. Esto es, en un formato con ritmo, rimado y, en definitiva, cantable. Por otra parte, si de lo que se trata es de transmitir una crítica más profunda, la simple reiteración arrítmica de tópicos, tampoco es funcional, ni poética ni políticamente.

Estas cuestiones, que muchos autodenominados poetas de izquierdas olvidan sistemáticamente porque dan prioridad a otras tradiciones (romanticismo y vanguardias, por ejemplo), en detimentro de cualquier tipo de composición que suene, aunque remotamente, a popular, es atendida como cuestión prioritaria en otros lados: el hip-hop, por ejemplo (vean la página de Bagdad Rap y los enormes aciertos de sus composiciones) o el teatro (en el Marat-Sade, versión de Sastre, también por ejemplo).

No se trata, pues, de que este poema no se entienda. Es que no funciona.
¿claro? - 17 03 07 - 14:17

Mil gracias vayan desde aquí hasta ningún sitio por la esclarecedora anterior intervención, que una suscribe con gusto…
sátrapa i - 18 03 07 - 13:56

Claro?, ¿dice usted que la derecha ha usurpado las palabras de la izquierda?
¿Afirma que este poema no logra su propósito, sea el que sea?

Lo demás creo haberlo comprendido. gracias por las explicaciones.
Luis Fernado - 18 03 07 - 14:26

Sólo vierto una opinión, entre otras. Supongo que el poema es defendible desde otras perspectivas. A mí me parece que no funciona (y nada digo de su calidad, porque, la verdad, no sé muy bien qué quiere decir eso de la calidad). Creo que este formato del blog es muy útil, pero por las páginas que he visitado que también lo usan parece que nadie lee los poemas, porque no suscitan ningún comentario crítico. Vaya, que me parece que este formato resulta idóneo para ejercer algún tipo de crítica, pero que no se utiliza con ese fin. Y la verdad, no entiendo por qué.

En cuanto a lo de la usurpación, lo cierto es que no lo tengo nada claro. Quizá otro visitante de la página podría aclararnos algo. Lo que resulta evidente es que hay conceptos que, de forma general y bastante vaga, se asimilan a “la izquierda” (entendida está también de forma general y vaga) y que, actualmente, son sistemáticamente usados desde posiciones y discursos políticos que van desde el liberalismo capitalista hasta el nacionalcatolicismo fascista tipo el Partido Popular. Y claro, hay que considerar que estos discursos ocupan la mayor parte de los espacios mediáticos. Me refiero a conceptos tales como la paz, la libertad, la revolución, el placer… Parece que desde “la izquierda” (insisto: sea lo que sea esto de la izquierda), se contempla al capitalismo como una fuerza conservadora y tal vez esta visión sea límitada y bastante falsa. El capitalismo, históricamente, ha sido una fuerza altamente revolucionaria en el sentido de rupturista: ha necesitado romper y rebasar muchos límites para llegar a implantarse como estructura económica y política dominante. Gran parte de los problemas que ha generado el capitalismo se deben a esa fuerza revolucionaria (por ejemplo, los problemas ecológicos o sociales que genera porque no reconoce ningún limite ni natural ni humano).

Me parece equivocado considerar que determinados conceptos (los anteriormente mencionados de libertad, revolución, placer…) pertenezcan de forma natural a las izquierdas históricas. Muchos de esos conceptos operan de forma casi idéntica dentro de determinadas tradiciones políticas capitalistas. Por ejemplo, las alusiones a la libertad personal (individual), a la liberación de los deseos (sexuales y no) o la transgresión de límites. Miradas con cierto detenimiento, esas ideas son muy semejantes en el discurso de artistas que se definen de izquierdas (digamos, de tradición libertaria pasando por mayo del 68) y en discursos publicitarios, económicos y políticos del capital. Desde luego, es muy probable que apunten a modelos sociales muy distintos, pero lo cierto es que como el único modelo existente es el capitalista, las alusiones a esos tópicos resultan bastante neutralizadas en cualquier contexto actual (y en otras ocasiones, más que neutralizadas o sin fuerza antagónica, parece más bien que le hacen el juego al capitalismo). Parece que hay una cierta tradición política-artística que bebe de las fuentes del romanticismo burgués y las vanguardias históricas rupturistas que ha llegado a encontrarse con el capitalismo en un viaje “desde la izquierda”.

Por lo que sé, hay un movimiento intelectual, de corte marxista (tanto dentro de posiciones comunistas como libertarias o de comunismo libertario), que está volviendo a un modelo más ilustrado. En este modelo, no se puede separar la idea de libertad de la de justicia e igualitarismo social, dentro de un marco de obligaciones políticas, bien legales más o menos estatalistas, o de libre asociación libertaria. Es un movimiento que se sustenta más en las limitaciones políticas y ecológicas y, por tanto, las obligaciones, que en vagos conceptos de libertad, ruptura de límites, expresión del yo y los propios deseos, etc. Este nuevo movimiento, que sin duda podría retratarse como conservador frente a la fuerza revolucionaria y trasgresora del capitalismo, parece abocado a confrontarse con el que describía algo más arriba, cuyas fuentes parecen estar más bien en el romanticismo burgués, las vanguardias históricas y conceptos vagamente libertarios. El problema, tal y como yo lo veo (y es evidente que tomo partido), es que en esta etapa en la que estamos de capitalismo postmoderno y relativista, las concepciones románticas y de transgresión de vanguardia son rápidamente asimiladas por el capitalismo, si es que alguna vez fueron dos cosas distintas. Ni que decir tiene que esto ocurre aún con mayor rapidez si esto se adorna con rasgos espiritualistas o esencialistas, casi siempre de corte budista u oriental (esto se percibe en algunos de los poetas que por aquí aparecen).

Tanto el capitalismo y las fuerzas que se le oponen, son fuerzas vivas, esto es, con contradicciones y luchas internas. Por eso, es posible que sea muy pobre considerar que existan “palabras de izquierda” y “palabras de derecha” (ideas de izquierda y de derechas). Creo que existen amplias zonas donde los conceptos se comparten, se negocian y se asimilan. Dado que el capitalismo es la fueza dominante (y no lo olvidemos: altamente destructiva), el problema, entonces, sería desde dónde se puede pensar para generar estrategias (en este caso artística o poéticas) que tengan verdadera fuerza antagónica. Desde mi perspectiva, considero que el marxismo sigue siendo la única forma de pensamiento científico con capacidad para analizar lo que está ocurriendo en el mundo bajo el régimen de producción del capitalismo global y postmoderno.

Finalmente, y por supuesto me puedo estar equivocando, creo que el poema de que estamos hablando no es exactamente un poema fallido, esto es, un buen intento que no logra su objetivo. Creo, más bien, que es un poema construido sin intención de oposición que se limita a reiterar unos tópicos muy pobres con unos recursos también muy pobres. Me parece que el poeta no tenía más intención que la de construir un poema, y no la intención de hacer antagonismo político. Indudablemente, existen tópico e ideas vagas que, comunmente identificadas como “progres” o “de izquierdas”, gozan aún de prestigio. Cualquier poeta puede utilizarlas para construir un poema que se sirva de ese prestigio como plataforma. Dado que este modo de operar no es antagónico, el mismo poeta, vagamente rojo o progre, puede escribir poemas en otros lugares y desde otras perspectivas, aprovechando del capital cultural que ha acumulado como “progre”. He leído muchas críticas de la derecha más feroz (desde el ultra-nacionalcatólico-liberal Jiménez Losantos, hasta de artistas postmodernos) que descalifican a toda la izquierda antagónica por cobijar este tipo de actitudes. Consideran, no sin cierta razón, que de lo único que se trata es de generar una nueva corriente, una escuela artística o una generación para ocupar su posición de poder; y no para oponerse al poder real del capitalismo. Dado que estas actitudes carecen de fuerza antagónica real, es muy fácil retratarlas como oportunistas, y aún más fácil como pasadas de moda. Como decía en mi anterior intervención, en ocasiones la reiteración de tópicos tiene una clara función antagónica, pero, en mi opinión, para que así ocurra, el poema debe estar construido desde otra perspectiva.

Todo esto, claro esta, se puede afirmar si se considera que todo texto es de naturaleza política y social. Desde perspectivas esencialistas, la poesía es siempre una cosa en sí, o al menos, algo que apunta a otros lugares que no son políticos. Desde luego, tales perspectivas carecen, creo que sin lugar a la menor duda, de la menor fuerza antagónica. Esta es una perspectiva que defiende, de un modo u otro, en ocasiones no de forma sistémica, muchos intelectuales, artistas y poetas que se dicen anticapitalistas y de izquierdas. En ocasiones, lo hacen muy vehementemente y aportando una cantidad de aparato crítica apabullador. Por decirlo rápido, mal y con cierto sentido del humor cabrón, creo que tales perspectivas se podrían definir como posiciones de infiltrados de la CIA. Porque, como decía un amigo, hay intelectuales que trabajan para la CIA, aunque no ellos no lo sepan ni cobren un sueldo mensual.

Un saludo.
¿claro? - 18 03 07 - 17:34

Define usted el capitalismo como una fuerza revolucionaria, ¿cómo define revolución?
Si los poetas que llama supuestamente de izquierdas le hacen el juego al capitalismo cómo define usted “ilustrado”.

Si el Romanticismo según su criterio deriva inevitablemente hacia la decadencia burguesa cómo
y con qué medios y de dónde surge esa otra fuerza verdaderamente antagónica.

¿Podríamos decir que las palabras caducan?¿O son los conceptos?

¿Cómo se construye un poema desde una perspectiva marxista obviando todo lo que usted considera errores de los poetas de izquierdas o sus correspondientes corrientes poéticas?

Gracias.
Luis Fernado - 18 03 07 - 20:20

Estimado Luis:

Le agradezco el interés con que sigue mis palabras, pero lo cierto, más que cierto evidente, es que no tengo respuesta para sus preguntas.

Respecto de las definiciones, creo que se trata más de una cuestión histórica que de una cuestión filosófica o semántica. Tengo la sensación de que en esta fase, al capitalismo le gusta mucho más la filosofía que la historia. Se trataría más de qué ha ocurrido y qué esta ocurriendo que de definiciones demasiado sumarias. En cualquier caso, revoluciones y contrarrevoluciones hay y habido de muchos tipos: burguesas, liberales, monárquicas, proletarias de corte comunista o anarquista… Ninguna de ellas ha ocurrido sin tensiones interiores, discrepancias, traiciones, renuncias, etc. Trataba de decir que el capitalismo fue, en su origen, la fuerza revolucionaria que se opuso al feudalismo y que en el momento de su consolidación derrotó al antiguo régimen. Suponía un cambio radical del modelo social, política y económica; un cambio radical en los medios de producción y reproducción social. En un sentido más vago, trataba también de decir que el capitalismo, por su propia naturaleza, no puede reconocer ningún límite, o mejor dicho, necesita trasgredirlos (límites económicos y ecológicos, por ejemplo). El capitalismo es también una fuerza radical. Quizá hubiera sido más apropiado calificarlo entonces de transgresor y radical, dos de las notas de significado con que normalmente se caracteriza a lo revolucionario, sobre todo en cultura (aunque, por ejemplo, esa transgresión se quede en un juego de epatar a la burguesía, como ha ocurrido con muchos movimientos a lo largo de la modernidad y de la postmodernidad). No habría que descartar la posibilidad de pensar que, en algunas ocasiones históricas, las necesidades del capitalismo fueran por un lado, y las de la clase que se beneficia de sus privilegios, la burguesía, por otro.

Ignoro si las palabras o los conceptos caducan. Imagino que algunas palabras sí caducan, como ocurre con palabras como “viandas” o “jarcia”, por peregrino que le parezca el ejemplo. También ignoro si se realmente se puede hacer una historia de la semántica, o si tiene algún sentido hacerla, aunque me parece que por ahí van los tiros de no pocos intelectuales occidentales. Realmente lo ignoro.

Respecto del Romanticismo, he de decir que opera en mí un rechazo, una alergia hacia él. Sé que muchas de sus ideas-fuerza encajan a las mil maravillas con los propósitos del capitalismo en muchos momentos históricos, como el actual. Creo que eso es suficiente como para que se pudiera discurrir sobre el Romanticismo desde otra perspectiva.

Quizá en mi anterior intervención llegara a afirmar que muchos intelectuales (y poetas) que se definen como “de izquierdas” (una noción tan vaga que no sé qué quiere decir) se estaban equivocando. Si es así, el que me equivoca era yo. En realidad, lo que intentaba hacer, con más error que acierto, era describir una situación. Para empezar por que ignoro si la intención real de estos intelectuales y artistas es la de montar un discurso que ayude a luchar contra el capitalismo. Quizá sus intenciones sean otras, o al menos el antagonismo no figure entre sus primeros objetivos. En cualquier caso, me parece que si su intención es antagónica, muchas veces no sólo no lo logran, sino que incluso en algún caso colaboran a sustentar la ideología capitalista postmoderna.

Finalmente, su última pregunta requeriría de una larguísima disquisición que está por completo fuera del alcance de mis fuerzas. Evidentemente existe una larga literatura de autores marxistas, tanto críticos como artistas, que han escrito y pensado sobre la cuestión de cómo construir poemas, novelas, filmes, pinturas y dramas desde una perspectiva marxista. Ahí está Brecht, entre otros, o actualmente Belén Gopegui o Santiago Alba Rico. Quizá de lo que menos hayan tratado, bien es cierto, sea precisamente de poesía. En cualquier caso, es una tradición de gran peso que actualmente se silencia, se olvida y, en no pocos casos, se vilipendia. Incluso dentro de la intelectualidad “de izquierdas”.

Estimado Luis Fernando, presiento que Vd. tiene ideas propias respecto de todo esto. Quizá deseara compartirlas.

Un saludo.
Rubén Corominas - 19 03 07 - 16:06

Querido Rubén;

Le agradecemos sinceramente sus reflexiones, oportunas y necesarias, sobre las que seguiremos pensando y escribiendo en este mismo lugar en cuanto nos sea posible, pero permitame hacer alguna rápida apreciación.

Las pregunas que Luis Fernando le hace en su última intervención estaban respuestas en su mayor parte en su embate anterior, lo que nos hace sospechar que o bien éste no leyó con la suficiente atención sus palabras como usted piensa, o simplemente quiere marear la perdiz haciendo preguntas que considera incómodas -vaya usted a saber por qué.

Sería de agradecer que quien desea discutir o profuncizar en las cuestiones que aquí se tratan aportase sus reflexiones, dudas o reticencias, para que juntos pudiésemos pensar a fondo estas cuestiones.

Por nuestra parte nos despedimos prometiendo tales reflexiones en cuanto el tiempo (que nos roban) nos lo permita: Se plantean aquí seriamente cuestiones fundamentales desde una óptica
nueva que requiere toda nuestra atención.

Gracias.
O. J. - 19 03 07 - 19:47

Es Luis Fernado. Mi intención era conocer sus opiniones y compartir el debate, nada más.

He oído hablar sobre una nueva corriente rómantica e ilustrada a autores que cabe la posibilidad que ustedes llamen posmodernos. No sé hasta que punto son excluyentes ambas corrientes si tenemos en cuenta que el Romanticismo bebió de la Ilustración.
Si de lo que se trata es de dar un predominio a la razón frente a los ideales del Romanticismo, comprendo mejor sus planteamientos. La Ilustración (y eso casa con los comentarios de Rubén, pienso)deriva en un neoclasicismo, donde la forma poética, el estilo, y los contenidos no son los del ideal romántico. Hasta qué punto contribuye esto a la creación de un movimiento poético antagónico o conecta con Brecht u otros autores es algo que me interesaría conocer, no para marear ninguna perdiz sino con la mejor voluntad.

Gracias
Luis Fernado - 19 03 07 - 22:01

“hay un movimiento intelectual, de corte marxista (tanto dentro de posiciones comunistas como libertarias o de comunismo libertario), que está volviendo a un modelo más ilustrado. En este modelo, no se puede separar la idea de libertad de la de justicia e igualitarismo social, dentro de un marco de obligaciones políticas, bien legales más o menos estatalistas, o de libre asociación libertaria. Es un movimiento que se sustenta más en las limitaciones políticas y ecológicas y, por tanto, las obligaciones, que en vagos conceptos de libertad, ruptura de límites, expresión del yo y los propios deseos, etc. Este nuevo movimiento, que sin duda podría retratarse como conservador frente a la fuerza revolucionaria y trasgresora del capitalismo…”
oscuro () - 20 03 07 - 20:59

eS UN POEMA A SU PADRE MUERTO…LA IGNORANCIA DE LOS CRITICOS DE CULQUIER ARTE…QUE NO ESCUCHAN MAS QUE SUS DISCURSOS PEDANTESCOS. YO SÉ QUE ESTE POETA ESCRIBIÓ MUCHO A LOS MUERTOS.A sU MADRE TAMBIéN. eL QUEDÓ HUERFANO CON 16 AÑOS. mAL MOMENTO EN LA ViDA DE TODOS. EL MIEDO SE APODERA DE TODO. LA SOLEDAD ES UN BRAZO MAS.
CERO - 05 06 10 - 01:25

El poema estará de dedicado por ese hijo de su propio padre a su propio padre , pero aquí ha sido puesto para insultar católicos, del mismo modo que en otras ocasiones se insultan musulmanes o budistas. Total, para algunos sólo está lleno de algo lo que llenan ellos (de lo que sea).
Que las estructuras de algunas religiones estén oxidadas no significa que aquel con algún tipo de creencias esté vacío.
Tan vacío como cualquier otro, o no.

Además de ser un poema muy aburrido.
UNO () - 05 06 10 - 14:55

Siento discrepar con la visión tradicional del marxismo que supone que cambiando la estructura económica de un momento histórico dewterminado se cambia la esencia misma de la realidad. Me temo que las cosas se han complicado, se han hecho más complejas para seguir siendo lo mismo.
Si queréis una revolución, comenzad por una lectura a fondo y desprejuiciada de Freud. La revolución se dirime hoy en las habitaciones de los amantes, en las miradas de las altas ejecutivas de los consejos de adsministración de las grandes multinacionales, en los salones donde probos obreros se entregan a la hipnótica tarea de contemplar durantehoras el televisor de plasma último modelo, etc..Con la realidad sólo cabe un recurso: destruirla. No hay REALIDAD buena ni deseable.
Jano - 10 07 10 - 20:26

Las palabras del Sr. Corominas, su discurso todo, revelan que siente una necesidad incontrolable de no renunciar a viejas banderas que en nada han servido para luchar contra el capital y su estado( a las pruebas me remito) y de nada servirán. La actitud que él respetuosamente recrimina a muchos poetas e intelectuales, se le cuela por la ventana de la historia en particular y de la ciencia en sentido más lato. Porque ¿qué puede hacer pensar
que lo que es propio de la poesía- esto es, y según su propia nomencclatura- que no esté libre del gradiente que separa aquélla que “monte un discurso que ayude a luchar contra el capitalismo”
de aquella otra que no lo logre ha de pasar por alto que ciencia e historia están, han estado y estarán al servicio del poder, esto es: para él el capital; para mí el capital el estado y el individuo?

Salvar la ciencia y cargarse la poesía que no es la que mandan los cánones del buen y fiel y leal marxista es cuanto menos sospechoso de que la fe sigue abotargando la inteligencia de esa quisicosa (estoy de acuerdo con su perplejidad acerca de lo que sea eso de declararse de “izquierdas”)que se ha dado en llamar las izquierdas.
jano - 26 07 10 - 20:07

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