Comentario de vicesátrapa termidor - 20 Octubre '06 - 18:12

Traemos aquí, para compañía y solaz de los compañeros dabólicos, una sabrosa anécdota que tal vez conozca bien Quique.

Resulta que, en los años en que el MLRS tenía formato de papel, aquellos que lo fundaron, montaron un libro colectivo en que textos de diversos orígenes se organizaban llamándose los unos a los otros temática o formalmente, y negándose a reconocerse hijos de sus supuestos autores (el resultado se llamó Material inflamable para manos incendiarias, y se puede leer en la Biblioteca Virtual). Pues bien, nos reencontramos hace poco con una de las personas que participaron en aquel proyecto, y este nos contó, con la sorna que produce el desencanto, que llevaba buena cantidad de tiempo tratando de encontrar compañeros para otro proyecto de idénticas características. Además de con el absoluto desinterés de los autores-poetas en participar en semejante proyecto, se encontraba nuestro compañero con imposibles dificultades para que un editor, librero o semejante respaldara el proyecto. Finalmente, halló en otras latitudes, un editor que, presentada la idea, le dijo lo que sigue:

“Mi buen Fulanito de Pascual, su proyecto es absolutamente inviable. No va a encontrar Vd. a ni un sólo autor que quiera participar en semejante cosa. ¿Desprenderse ellos de su nombre y de sus esperanzas de reconocimiento y posteridad? ¡Quía, ni lo sueñe! Pero podríamos hacer lo contrario: un libro que sólo constara de sus nombres, fechas de nacimiento y reseñas bibliográficas. Sólo me imagino un buen nombre para un tomito de tal contenido: Cementerio”.

Y pensamos desde aquí: ¿habrá alguien que se atreviera a tanto?