07 Mar '12 -Dice Tiqqun
29 Hay dos formas, mutuamente hostiles, de nombrar: una para conjurar, otra para asumir. (...)
***
57 La deconstrucción es el único pensamiento compatible con el Imperio, si no el pensamiento oficial. Los que lo han festejado como «pensamiento débil» han acertado: la deconstrucción es la práctica discursiva tendente de manera absoluta hacia un único fin: disolver, descualificar cualquier intensidad; y en sí misma, no producirla nunca.*
[ * (...) La deconstrucción, de hecho, tiene una función política precisa, bajo sus apariencias de simple fatuidad: la de hacer pasar por
bárbaro todo lo que se oponga violentamente al Imperio, por
místico a quienquiera que tome su propia presencia como centro de energía de su revuelta, por
fascista a cualquier consecuencia vivida del pensamiento, cualquier gesto. Para estos agentes sectoriales de la contra-revolución preventiva, se trata solamente de prorrogar la suspensión epocal que les hace vivir. La inmediatez, como explicaba ya Hegel, es la determinación más abstracta. Y como han comprendido bien nuestros deconstructores:
el porvenir de Hegel es el Imperio.]
Fragmentos de
Introducción a la guerra civil, de
Tiqqun, editado en 2008 en
melusina.
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