16 Nov '11 -Un poema de Miriam Reyes
CUANDO el rey de la casa entraba
había que correr a la puerta
con zapatillas, cerveza y reverencia.
Por alguna razón
él suponía que debíamos estar felices
de verle volver cada noche
para escuchar sus juramentos
creer sus sueños, vivir de sus mentiras.
Miriam Reyes
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