31 03 10Ellas dicen (23): 3 poemas de Pilar Fraile

1.

al atardecer bajamos a jugar al vertedero. entre el moho y el ácido clorhídrico. patas de insecto. siempre a punto de cortarnos con tapaderas oxidadas. a punto de contraer enfermedades. de tener las rodillas adornadas de pus.

las ratas llegan en manada. se zambullen en los neumáticos casi convertidos en arena. sobre los restos de petróleo y plástico derretido alimentan a sus crías.

el resto de animales minúsculos anidan a la orilla de ríos de ácido magenta y amarillo. humeante savia que baja hasta el borde de la montaña de desechos.
de pronto ya no hay luz y alguien pregunta qué hacemos aquí. el miedo nos sorprende en medio de la risa.


****


2.

los cazadores aparecen en los días más fríos del invierno. huellas de barro en la entrada de la casa. cuerpos de pieles grisáceas que cuelgan de los ganchos oxidados de la pared de la cocina. cercos rojizos en la mesa de madera que gotean por las rendijas y caen al suelo.
dibujos de estrellas. dibujos de animales marinos que hemos visto en sueños. esa misma noche.
las mujeres se mueven deprisa y en silencio. los cazadores se han sentado junto al fuego y miran con unos ojos que no hemos visto nunca. hay algo rojo también en sus miradas. algo que gotea y duele.
las mujeres arrancan las pieles. cuelgan de nuevo los animales en los ganchos y se encierran allí con todos los ojos negros desprovistos de luz que miran sombra yaciente sobre la tierra.
los cazadores empiezan a levantarse a emitir sonidos guturales a tocarse con deleite algunas zonas del cuerpo.
entonces corremos a escondernos en la cocina. entre sus paredes resbaladizas y agrias. cubiertas de grasa y moho. donde las mujeres vuelven a hacer de la muerte algo comestible.


****


3.

en ocasiones nos acercamos a la ciénaga. despacio.
con cuidado de no rozar las ortigas. contenemos la respiración para que el veneno no penetre en la sangre y las avispas no huelan el sudor.
el terreno se reblandece a medida que nos acercamos y hay que quitarse los zapatos y sostenerlos en la mano.
una vez en el lodo caminamos más seguros. como animales anfibios. con branquias. fluctuante sonido del barro a medida que nos adentramos en las partes más oscuras y frías de la ciénaga. risas nerviosas. chirridos de pájaros atrapados en los arbustos. anegados por la última crecida.
y de pronto la sensación de que alguien. de que algo se ha hundido en el barro.



Tres poemas de Pilar Fraile, de su libro inédito "Cerca".

Editado por palabra, el día 31 03 10 - 11:04, en Enlaces de interes, Nueva publicacion, Poemas, series.

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